Servicio diario - 08 de julio de 2016


 

Carta del papa Francisco por el bicentenario de la independencia
Posted by Redaccion on 8 July, 2016



El santo padre Francisco ha enviado sus saludos y un mensaje a los obispos, autoridades nacionales y a todo el pueblo argentino, en una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en la víspera de la celebración del Bicentenario de la Independencia que se celebra este sábado 9 de julio.
El Papa desea en la misiva que esta celebración “nos haga más fuertes en el camino emprendido por nuestros mayores hace ya doscientos años”, hacia una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande. Pero sólo si nuestros abuelos se animan a soñar y nuestros jóvenes a profetizar cosas grandes, la Patria podrá ser libre.
Reproducimos a continuación el texto de la misiva
publicada en la web de la Conferencia Episcopal:
Ciudad del Vaticano, 8 de julio de 2016.
S.E.R. Mons. José María Arancedo
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires
Querido hermano:
En vísperas de la celebración del bicentenario de la lndependencia quiero hacer llegar un cordial saludo, a vos, a los hermanos Obispos, a las Autoridades nacionales y a todo el Pueblo argentino. Deseo que esta celebración nos haga más fuertes en el camino emprendido por nuestros mayores hace ya doscientos años. Con tales augurios expreso a todos los argentinos mi cercanía y la seguridad de mi oración.
De manera especial quiero estar cerca de los que más sufren: los enfermos, los que viven en la indigencia, los presos, los que se sienten solos, los que no tienen trabajo y pasan todo tipo de necesidad, los que son o fueron víctimas de la trata, del comercio humano y explotación de personas, los menores víctimas de abuso y tantos jóvenes que sufren el flagelo de la droga. Todos ellos llevan el duro peso de situaciones, muchas veces límite. Son los hijos más llagados de la Patria.
Sí, hijos de la Patria. En la escuela nos enseñaban a hablar de la Madre Patria, a amar a la Madre Patria. Aquí precisamente se enraiza el sentido patriótico de pertenencia: en el amor a la Madre Patria. Los argentinos usamos una expresión, atrevida y pintoresca a la vez, cuando nos referimos a personas inescrupulosas: “éste es capaz hasta de vender a la madre”; pero sabemos y sentimos hondamente en el corazón que a la Madre no se la vende, no se la puede vender… y tampoco a la Madre Patria.
Celebramos doscientos años de camino de una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande, la que soñaron San Martin y Bolívar. Esta realidad nos une en una familia de horizontes amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones.
Con estos doscientos años de respaldo se nos pide seguir caminando, mirar hacia adelante. Para lograrlo pienso -de manera especial- en los ancianos y en los jóvenes, y siento la necesidad de pedirles ayuda para continuar andando nuestro destino.
A los ancianos, los “memoriosos” de la historia, les pido que, sobreponiéndose a esta “cultura del descarte” que mundialmente se nos impone, se animen a soñar. Necesitamos de sus sueños , fuente de inspiración. A los jóvenes les pido que no jubilen su existencia en el quietismo burocrático en el que los arrinconan tantas propuestas carentes de ilusión y heroísmo. Estoy convencido de que nuestra Patria necesita hacer viva la profecía de Joel (cf. Jl 4, 1). Sólo si nuestros abuelos se animan a soñar y nuestros jóvenes a profetizar cosas grandes, la Patria podrá ser libre. Necesitamos de abuelos soñadores que empujen y de jóvenes que -inspirados en esos mismos sueños- corran hacia adelante con la creatividad de la profecía.
Querido hermano pido a Dios, nuestro Padre y Señor, que bendiga nuestra Patria, nos bendiga a todos nosotros; y a la Virgen de Lujan que, como madre, nos cuide en nuestro camino. Y, por favor, no te olvides de rezar por mí.
Fraternalmente
Francisco


Jozef Mayr-Nusser quien rechazó jurar por Hitler es uno de los nuevos beatos
Posted by Redaccion on 8 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El santo padre Francisco ha recibido hoy en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la causa de los Santos, y ha autorizado a su dicasterio a promulgar varios decretos.
Los Siervos de Dios a los que les reconocen que practicaron las virtudes en grado heroico pasan a ser Venerables. Los Venerables si ven reconocido un milagro por su intercesión son nombrados beatos. Los beatos a quienes se les reconoce su intercesión en un segundo milagro pueden ser nombrados Santos.
En cambio los siervos de Dios que son reconocidos mártires pasan directamente a ser nombrado beatos, sin necesidad de comprobar que hayan practicado las virtudes en grado heroico, o sea sin ser nombrados antes Venerables.
Decretos que reconocen milagros
El que reconoce el milagro de un venerable francés, el sacerdote Louis-Antoine Rose Ormières. Él fue fundador de la Congregación de las Hermanas del Santo Ángel de la Guardia (1809-1890). Ahora será nombrado beato.
Decretos que reconocen martirios
Los otros decretos se refieren a 8 siervos de Dios, que podrán ser declarados directamente beatos sin antes ser nombrados Venerables, debido a que fueron asesinados por odio a la fe.
Ellos son el español Antonio Arribas Hortigüela y 6 compañeros, misioneros del Sagrado Corazón; asesinados por odio a la fe, el 29 de Septiembre de 1936, durante la persecución religiosa en España.
Y el siervo de Dios, Jozef Mayr-Nusser, laico, nacido en Bolzano en 1910 y asesinado por odio a la fe por los nazis el 24 de febrero de 1945 en Erlangen. Esta persona fue obligada a enrolarse en las SS, pero no aceptó hacer el juramento por motivos de conciencia. Cuando le piden jurar “fidelidad, coraje y obediencia hasta la muerte” a Aldofo Hitler, dice en alta voz el 4 de octubre de 1944: “No puedo jurar a este Führer” precisando no sentirse nacional socialista por motivos religiosos. Inmediatamente encarcelado y procesado es condenado a muerte. Muere en febrero de 1945 en el tren que le lleva hacia el campo de concentración de Dachau.
Decretos que reconocen las virtudes heroicas
Los otros seis decretos se refieren a personas ya declaradas siervos de Dios, que ahora pasan a ser Venerables, porque se juzgó que practicaron las virtudes en grado heroico. Ellos deberán hacer un milagro para que puedan ser declarados beatos.
Ellos son: el siervo de Dios Alfonso Gallegos, de la Orden de los Agustinos Recoletos, obispo estadounidense auxiliar de Sacramento (1931- 1991).
El siervo de Dios Rafael Sánchez García, sacerdote diocesano español (1911 -1973).
El siervo de Dios, Andrés Filomeno García Acosta, laico profeso español de la Orden de los Frailes Menores; (1800 – 1853).
El siervo de Dios, Giuseppe Marchetti, sacerdote profeso italiano de la congregación de los Misioneros de San Carlos; (1869 -1896).
El siervo de Dios, Giacomo Viale, sacerdote profeso italiano de la Orden de los Hermanos Menores, párroco italiano; (1830- 1912).
La sierva de Dios María Pia de la Cruz (en el siglo Maddalena Notari), religiosa italiana fundadora de la congregación de las Hermanas Crucificadas Adoradoras de la Eucaristía (1847 -1919).


Vatileaks 2: ¿Era necesario el juicio? El portavoz del Vaticano responde
Posted by Sergio Mora on 8 July, 2016



(ZENIT – Roma).- El proceso llamado Vatileaks 2, ¿Había que hacerlo? ¿Se hizo correctamente? ¿Con cuáles conclusiones?
A estas preguntas el portavoz de la Oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ayer respondió que sí, en una nota difundida, después de la sentencia sobre los cuatro imputados en el proceso por fuga de noticias reservadas del Vaticano, el cual duró 8 meses y que concluyó con dos condenas bastante benévolas.
Además con el proceso realizado –concluyó Lombardi– “se podrán sacar las conclusiones y las reflexiones útiles para prevenir en el futuro que se repitan situaciones y casos análogos”.
Se tenía que hacer –aseguró– porque existe una ley reciente para este tipo de delitos y para mostrar la voluntad de combatir con decisión las indiscreciones filtradas al exterior, que causan tensiones y que no dan a la opinión pública una información objetiva y serena. Es una “enfermedad” que es necesario combatir con determinación, dijo.
El portavoz reiteró también, que la libertad de expresión va defendida, pero reconoció que hay límites que es necesario respetar. Y recordó también que Benedicto XVI había autorizado un proceso contra el mayordomo, y que ahora no se podía actuar diversamente.
Señala además que el proceso duró relativamente poco teniendo en cuenta que la pericia informática solicitada por la defensa duró dos meses. Aseguró además que las sentencias no fueron preconcebidas sino fruto de un proceso justo. Concluyó indicando que las motivaciones de la sentencia serán depositadas y dadas a conocer en las próximas semanas.
Los dos periodistas imputados, Gianluigi Nuzzi, autor del libro Via Crucis, y Emiliano Fittipaldi, del libro Avaricia, fueron absueltos “por defecto de jurisdicción”, ya que los hechos no ocurrieron en territorio del Vaticano y ambos no son funcionarios del mismo.
Después de la sentencia Nuzzi declaró: “Hoy es una jornada histórica, no sólo para los cronistas, sino para el Estado del Vaticano, porque la Corte expresó el reconocimiento (de la libertad de prensa) como dijimos desde el principio. (…) Este veredicto marca con fuerza el giro del pontificado del papa Francisco”.
“Éste fue un proceso kafkiano por las acusaciones –señaló Fittipaldi– pero la sentencia es la demonstración de un paso hacia atrás inteligente”.
El monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda, quien se asumió la responsabilidad de haber filtrado los documentos de la comisión Cosea, creada por Francisco para analizar la situación económica de la Santa Sede, fue condenado a 18 meses de reclusión, de los cuales ya ha pasado detenido 8 meses. La responsable de relaciones públicas de la COSEA, Francesca Chaouqui, fue condenada a 10 meses de reclusión, con pena suspendida por 5 años, transcurridos los cuales si no comete delitos no deberá cumplir la sentencia. Sobre el delito de asociación para delinquir, ambos fueron absueltos. Ellos deberán pagar los gastos del proceso. El secretario de la COSEA, Nicola Maio, fue absuelto por falta de pruebas.


Celebran en Roma con una misa, el bicentenario de la independencia de Argentina
Posted by Sergio Mora on 8 July, 2016



(ZENIT – Roma).- Una misa con motivo del segundo centenario de la independencia de Argentina ha sido celebrada este viernes en Roma, en la Iglesia Nacional del país, por iniciativa del embajador Rogelio Pfirter, número uno de la sede diplomática ante la Santa Sede.

El cardenal Sandri en la homilía por el bicentenario de la independencia de Argentina (Foto ZENIT cc)
Presidida por el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Pontificia Congregación para las Iglesias Orientales, acompañado por Mons. Sánchez Sorondo; por el vicerector del Colegio sacerdotal argentino en Roma, Daniel Forconesi; por Mons. Guillermo Karcher, ceremoniero de la Santa Sede y otros sacerdotes, la eucaristía contó con la presencia autoridades diplomáticas de diversos países y numeroso público.
El cardenal recordó que han sido 200 años de crecimiento del país, por lo tanto de logros y de dificultades, de marchas y de contramarchas, de incomprensiones y de reconciliación. “Por todo ese pasado, de logros y dificultades, de luces y de sombras damos gracias a Dios” dijo.
“Y reconociendo la paciencia de Dios debemos examinarnos para verificar como respondimos y cómo responderemos a un amor tan grande”. Así propuso orar durante la misa “por quienes más sufren y necesitan, como quienes no tienen hogar, trabajo, salud o educación, o que son víctimas del descarte, del abuso, del tráfico de seres humanos y del narcotráfico”.
El cardenal invitó además a todas las religiones que constituyen la sociedad argentina a trabajar con solidaridad y por el bien del país.
El purpurado quiso recordar dos hechos importantes de la historia reciente de la nación: la hermandad latinoamericana, la cual fue consolidada por san Juan Pablo II, que medió entre Santiago y Buenos Aires evitando así un conflicto bélico. Y tener un pontífice que provenga de Argentina.
“Que Dios bendiga a nuestra patria y nosotros cantaremos siempre su alabanza acompañados por María nuestra madre de Luján y por la intercesión de nuestro futuro santo, el cura Brochero” concluyó el cardenal.
Por su parte el embajador argentino Rogelio Pfirter, hacia el final de la ceremonia leyó la oración que recitó el presidente Macri al cierre del Congreso Eucarístico Nacional, celebrado el mes pasado en la ciudad de Tucumán. La ceremonia concluyó con el canto del himno nacional seguido por un sentido aplauso y por el canto “Cristo Jesús en ti la patria espera”.


Venezuela: los obispos piden una salida pacífica y constitucional a la crisis del país
Posted by Redaccion on 8 July, 2016



El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Mons. Diego Padrón, Arzobispo de Cumaná, en la Apertura de la Centésima Sexta Asamblea Ordinaria Plenaria en caracas, el día de ayer jueves, señaló el panorama eclesial, y señaló que la Iglesia como institución “goza de buena salud espiritual”.
El la parte final de sus palabras publicadas en la web de la Conferencia Episcopal, aborda la situación dramática que vive el país, y precisa que los obispos no son ni oficialistas ni opositores, sino que tienen que pastorear a todos. Y hacen un llamado para evitar “que se siga deteriorando la vida del venezolano y caigamos en una espiral de odio y muerte, cuando existen mecanismos pacíficos y constitucionales que ofrecen una salida legítima a la crisis”. Recuerdan también la disponibilidad de canales de diálogo y agradecen a los mediadores internacionales. Reiteran además el pedido de que se permita la entrada en el país de los medicamentos que Cáritas ha conseguido.
A continuación la parte final del mensaje.
Panorama nacional:
“No me detendré a describir la situación del país, porque hoy constituyen una rara excepción los venezolanos que no sufren una dura realidad. A más de que el sistema que nos gobierna ya está agotado, los actuales gobernantes manifiestan incapacidad para solucionar los urgentes problemas del país.
Se observa claramente que los intereses del gobierno no son los intereses del país, de sus gentes y sus instituciones. La ingobernabilidad, aparte de la brutal represión, y la carencia de respuestas serias y estables, que superen la improvisación y la provisionalidad, provocan la percepción generalizada de que la crisis global se agudiza y se prolonga sin límites.
Percepción que genera al mismo tiempo incertidumbre, desesperanza, depresión rabia y violencia social. Las ciudades de Cumaná y Tucupita, entre otras, han experimentado los efectos de las políticas económicas y sociales equivocadas y la indolencia de las autoridades. Pareciera que una nueva edición del ‘caracazo’ se realiza por capítulos.
Un gobierno que no ha podido derrotar ‘la guerra económica’ y dar alimentos y medicinas al pueblo, aún más, negado a permitir que instituciones religiosas o sociales presten su concurso para aliviar las penurias y dolencias del pueblo, carece de autoridad moral para llamar al diálogo y a la paz.
Un gobierno que durante diecisiete años y no ha podido, a pesar de todos sus recursos, controlar y dominar la delincuencia no está en condiciones de asegurar tranquilidad y paz a los ciudadanos. La sola represión, como la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) no es el camino que nos conducirá a la paz.
El diálogo, del cual habla el gobierno, comienza por el reconocimiento de la gravedad de la situación en todos los órdenes y la manifestación de la voluntad mediante signos visibles, de querer cambiar positivamente o transformar la situación. El incremento del poder militar no solucionará los problemas éticos y sociales. Un diálogo político sin metas precisas, sin fases definidas y sin resultados previstos es inútil.
La locura del poder y la permanencia en el poder no justifican cualquier acción ni cualquier política. Estamos los venezolanos ante una disyuntiva moral, pues no podemos admitir ni permitir que la vida humana ceda el puesto a la divinización de la ideología. Cuando se da una situación así, hay que recurrir al poder originario que está en el pueblo. Consultarlo y acatar su decisión es un imperativo moral que no puede ser soslayado por ninguna autoridad.
El Referéndum Revocatorio comenzó prácticamente el 6 de Diciembre.
Las inquietudes de la población venezolana son compartidas en estos momentos por muchas instancias nacionales e internacionales. En un mundo globalizado no podemos declararnos ajenos a ellas, aduciendo soberanía e independencia. Es una verdad ética que la democracia en Venezuela está resquebrajada, y quienes tienen la obligación de oír y concertar con todos los sectores no lo están haciendo. Tampoco se puede dialogar si no se reconoce en primer lugar la existencia y paridad del otro. Ignorarlo o eliminarlo agrava más la situación.
Los Obispos no somos ni oficialistas ni opositores per se. En nombre del mandato divino de pastorear a todos, a los unos ya los otros, hacemos un llamado para evitar que se siga deteriorando la vida del venezolano y caigamos en una espiral de odio y muerte, cuando existen mecanismos pacíficos y constitucionales que ofrecen una salida legítima a la crisis. Nosotros no somos profetas del desastre. Somos pastores y profetas de la esperanza.
Como miembros de la Iglesia hacemos un llamado en este año de la misericordia al encuentro, al perdón y a la reconciliación. Ofrecemos nuestros buenos oficios para facilitar canales de diálogo. Agradecemos a los mediadores internacionales de un dialogo entre el gobierno y la oposición para la paz. Es necesario reconocer los errores. Es necesario corregir las fallas. Es necesario abrirse a la creatividad en la que quepamos todos sin distingos de ninguna clase.
Como tarea urgente, ratificamos públicamente nuestra solicitud de que se permita la entrada de medicamentos que necesitan muchos venezolanos urgidos de una atención sanitaria de altura. La capilaridad de Cáritas de Venezuela y la cooperación de instituciones privadas, y no de entes gubernamentales, nos hace capaces de recibir y distribuir adecuadamente las muchas ofertas que recibimos a diario del exterior. No es la solución definitiva pero sí es un paliativo que no debería esperar más.
Ruego al Padre misericordioso e invoco la protección de María de Coromoto a fin de que estas reflexiones que expresan el sentir no solo de la Conferencia Episcopal sino del y el anhelo de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que espera una solución pronta y definitiva, a la crisis que vivimos, encuentren un camino pacífico y democrático”.
La carta está firmada por Mons. Diego Rafael Padrón Sánchez


Los obispos de Perú inician su asamblea celebrando en cárceles y casas hogar
Posted by Redaccion on 8 July, 2016



(ZENIT – Roma) Los obispos del Perú iniciaron dieron inicio este miércoles 6 de julio a su 108ª Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal, celebrando la santa misa en cuatro lugares significativos de la caridad cristiana, para estar cerca de los más necesitados.

Visita de los obispos al presidente Kuczinsky
La eucaristía fue celebrada en el Penal Castro Castro, en San Juan de Lurigancho; en el Penal Santa Mónica de Mujeres, en Chorrillos; en el Instituto Nacional de Salud del Niño, en Breña; y en el Hogar San Camilo, en Barrios Altos, Lima.
Así cada uno de estos centros penitenciarios y hospitalarios vio a un grupo de obispos celebrar la santa misa para compartir con ellos la Misericordia del Padre, en este “Año Jubilar”.
Lo indica la página web de los obispos de Perú, precisando que el Papa Francisco pidió que la celebración del Año Santo “sea un auténtico momento de encuentro con la Misericordia de Dios para todos los creyentes”. Y también “que sea una experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y, así, el testimonio sea cada vez más eficaz”.
“Pensando en las personas que padecen de alguna enfermedad y las personas privadas de su libertad, el Santo Padre pidió que ellos también compartan el ‘Año de la Misericordia’, viviendo con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión y participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria”, indican los obispos.
Las sesiones de la 108ª Asamblea de los Obispos del Perú se realizan en la sede de la Conferencia Episcopal Peruana, en Lima y concluyen hoy, viernes 8 de julio.
En el marco de la asamblea, los obispos miembros de la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana realizaron una visita protocolar al Presidente electo del Perú, Sr. Pedro Pablo Kuczynski.


Elegido el nuevo superior general de los Padres Paules
Posted by Redaccion on 8 July, 2016



(ZENIT – Roma),- El Padre Tomaž Mavrič, CM, ha sido elegido este martes 5 de julio, superior general de la Congregación de la Misión y de la Compañía de las Hijas de la Caridad, en la tercera votación de la 43 asamblea o capítulo general.
Así el nuevo superior general de los Padres Paules pronunció el juramento de fidelidad y recibió del padre Gregorio la bendición. Lo indicó la oficina de prensa de la congregación en un comunicado enviado a la redacción de ZENIT.
La Congregación de la Misión (Congregatio Missionis) es una Sociedad de vida apostólica fundada por Vicente de Paúl en 1625 para la evangelización de los pobres y la formación del clero. A sus miembros se los conoce popularmente como padres paúles, vicencianos, vicentinos o lazaristas. En 2011 la Congregación de la Misión tenía casi cuatro mil miembros: de los cuales más de tres mil eran sacerdotes. Poseen unas 516 casas, repartidas en cuatro viceprovincias: Mozambique, Nigeria, Costa Rica y San Cirilo y Metodio (Ucrania), y en cuarenta y siete provincias, en los cinco continentes.
El P. Tomaž Mavrič nació en Argentina en 1959. Su madre, Leopoldina y su padre Joze, nacieron en Eslovenia en 1932. Dejaron su país de origen en mayo de 1945, en ese momento Yugoslavia, cuando el régimen comunista llegó al poder. Huyeron hacia un campo de refugiados en Austria y luego en 1948, emigraron con sus familias hacia Argentina, donde en 1957 contrajeron matrimonio. Tuvieron cinco hijos, dos niñas y tres niños. El padre de Tomaž murió en 1989 y su madre vive aún en la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche. Sus hermanos y hermanas viven con sus familias: Monika, en los Estados Unidos; Alenka y Marjan, en Argentina; y Martin, en Brasil.
El nuevo superior general indicó que “es necesario vivir el carisma que Vicente de Paúl nos dejó. Hoy tenemos la oportunidad de descubrir más profundamente, de mantener y de desarrollar la dimensión mística de nuestro carisma, siguiendo la inspiración del Fundador, el místico de la caridad”.
“Podemos mirar –señaló– con una gran esperanza hacia el futuro. Que la Virgen de la Medalla Milagrosa interceda y nos guíe en el camino y que la Providencia de Dios nos continúe conduciendo”.


¿Nuestro rostro?
Posted by Enrique Díaz Díaz on 8 July, 2016



Deuteronomio 30, 10-14: “Mis mandamientos están en tu boca y en tu corazón”
Salmo 68: “Escúchame, Señor, porque eres bueno”
Colosenses 1, 15-20: “En Cristo quiso Dios reconciliar todas las cosas”
San Lucas 10, 25-37: “Anda y haz tú lo mismo”
¿Cuál rostro te ha llamado más la atención al ir escuchando la parábola narrada por Jesús? Este pasaje evangélico, tan conocido, es fundamental para descubrir su mensaje. La vida eterna no es algo etéreo, abstracto, lejano… Jesús no está interesado en proponer ideologías, o dar consejos. A Jesús le interesa la vida concreta reflejada en las situaciones diarias por más difíciles que éstas sean. En su parábola van desfilando rostros que esconden detrás de sí las ambiciones y el dolor; las intenciones y las prioridades; la misericordia y los valores. Cada uno de esos rostros puede ser el nuestro. O puedo estar en diferentes ocasiones de mi vida en la situación de ese rostro. Contemplemos esos rostros y reconozcamos a quién de ellos nos parecemos.
La parábola hoy se hace dolorosamente real. Las primeras personas que encuentra el caminante de la parábola siguen haciendo de las suyas en este momento: Cayó en manos de unos ladrones. A nadie extraña que nuestro vecino o nuestro familiar cuente las penurias de un robo. De tanto suceder, ya parece cotidiano. A todos nos ha sucedido, y a algunos ya parecería natural. Pero precisamente por eso nos debemos cuestionar: ¿por qué el robo, el secuestro, la extorsión, se han hecho tan comunes en nuestro ambiente? Pero no sólo los acontecimientos violentos son los que dejan tiradas a las personas a la orilla del camino: el mismo sistema las despoja y las arroja a lo largo del camino. Así, cada día son más los pobres, más los que no alcanzan el progreso, más los que no tienen suficiente para comer, para curarse, para educarse. Hay en nuestro tiempo otro tipo de ladrones que roban las tierras, que roban las vidas y que van dejando solamente despojos humanos a su paso. ¿No estaré yo con mis actitudes o mis ambiciones robando, destruyendo y dejando heridos a mi paso? ¿Tengo rostro de ladrón y asesino? ¿A quién he dañado?
En cierta ocasión, unas personas comentaban que es muy poco lo que se puede hacer ante tanta miseria humana y que no vale la pena angustiarse. “Así nos ha tocado la suerte. Hay unos que tienen y otros que no tienen nada”. No, no puedo aceptar que sea voluntad de Dios que unos vivan en la miseria mientras otros viven en la opulencia. Claro que es más fácil hacerse el desentendido y cerrar las cortinas de la casa y del corazón para no contemplar la pobreza. O bien, disfrazar nuestra indiferencia con migajas que lo único que sacian es nuestra conciencia, pero que no nos comprometen en construir un mundo más justo. Así pasaron el sacerdote y el levita, quizá para cuestionarnos si la religión y la ley se hacen cargo serio de las situaciones de injusticia, o si solamente se limitan a sostener un sistema y hacerse de la vista gorda frente a los graves problemas mientras no les afecten en sus intereses. ¿Volteo mi rostro frente a mis hermanos necesitados? ¿Vivo en la indiferencia escudándome en mis ocupaciones, mi prestigio o mis ideologías?
Siempre me ha llamado la atención un personaje que trata de pasar anónimo y quedarse en el olvido: el dueño del mesón. Sí, ese que parece escurrirse entre los culpables y el bondadoso samaritano para que nadie lo note. Así también sucede hoy. Hay quien hace negocio de la necesidad del caído en desgracia. Así como alabamos la solidaridad en los momentos críticos de nuestra Patria, así también tenemos que reconocer que en esos momentos tan dramáticos hay quien, aprovechando la necesidad, trata de llenar su bolsillo a costa de la desgracia de las personas. Bueno, y no solamente en esos eventos extraordinarios. Hay quienes sistemáticamente engañan y medran con la ignorancia de los que menos tienen. Con frecuencia se comenta que de los programas de ayuda, quienes salen más beneficiados son los intermediarios, y a los pobres sólo llegan las migajas. Hay quienes hacen negocio de la pobreza. ¿Me aprovecho de la necesidad o ignorancia de mi hermano? ¿Utilizo mis pocos o muchos bienes para solidarizarme con el necesitado?
De un modo plástico, Jesús nos responde quién es el prójimo. La respuesta es clara: a quien debemos acercarnos y amar en primer lugar es al caí¬do, al herido, al que sufre violencia, al despojado de sus derechos de persona, sin importar su nombre, ni su país, ni su edad, ni su religión. Nosotros decimos: primero los de casa. Jesús, sin negar que debamos hacernos prójimos de los de casa pues como nos dice el Papa Francisco; “¡Cuánto lo necesitan!”, Jesús propone otro modelo: un hombre asaltado, uno cualquiera que por no tener ni nombre ni patria, personifica a la humanidad. Son, pues, dos cambios revolucionarios para el pueblo de Israel: uno, en el concepto del prójimo, que ellos sólo entendían al de su propio pueblo y al de su propia sangre; otro, en el orden de preferencia. No es el que ha hecho méritos o se lo ha ganado. La misericordia es gratuita. Así por un lado me gozo en la misericordia que Dios tiene de mí en mis caídas y mis dolores, pero al mismo tiempo me obligo a descubrir a “mi prójimo” en cada uno de los cercanos.
Este Evangelio es uno de los más hermosos, pero también de los más exigentes. Jesús es el mejor Samaritano, pues se compadece de nuestras heridas y dolencias, nos libera de los enemigos, nos cura, nos lleva en sus hombros, nos unge con aceite y vino, nos cuida y entrega su vida por noso¬tros. Es el ejemplo a seguir. Pero también nos propone a varios personajes que parece que fácilmente nos pueden servir de espejo para descubrir nuestro rostro, en nuestro modo de ser prójimo: hay quien se aprovecha del hermano, hay quien pasa indiferente, da un rodeo y todavía se justifica. Hay quien hace negocio de la necesidad del otro. Y finalmente hay quien se compromete, se hace cargo, analiza la situación y busca las soluciones. Ése es el auténtico amor humano que se conmueve ante la persona maltratada y herida.
¿Con cuál de estos personajes nos identificamos más frecuentemente? ¿Por qué? ¿Qué necesitamos cambiar en nuestra persona, en nuestra sociedad y en nuestro sistema para no dejar prójimos tirados a la orilla de camino? ¿Cómo reconocer a nuestro prójimo y comprometernos con él?
Señor de Misericordia, que en el amor al prójimo nos reflejas el amor a Dios, concédenos amar generosamente, sin condiciones ni prejucios, a quienes sufren a nuestro lado. Amén


Santa Paulina del Corazón Agonizante de Jesús (Amabile Lucía Wisenteiner) – 9 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 8 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- Una enferma de cáncer en fase terminal acogida por Amabile fue el origen de la fundación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción, impulsada por esta gran mujer, nacida el 16 de diciembre de 1865 en Vígolo Vattaro, provincia de Trento, Italia. Su escasísima formación no implicaba cortedad de miras. Al contrario. Tuvo la visión de crear la estructura precisa para que los desheredados de cariño, de salud y de recursos materiales, hallaran lo preciso para sobrevivir con la máxima dignidad posible.
Creció en el seno de una familia que se vio obligada a emigrar a Brasil junto a otros compatriotas. Buscaban una mejor calidad de vida, como legítimamente continúan persiguiendo los millones de personas que dejan atrás su país. El largo centenar de italianos que acompañó en este forzado exilio a la familia Wisenteiner llevaba clavado en el corazón las hondas raíces heredadas de sus antepasados. Cuando en 1876 se afincaron en el estado brasileño de Santa Catalina, en Trento, dieron a la nueva ciudad el nombre de Vígolo. Puede que fuese una forma de perpetuar emotivamente los inolvidables lazos que siempre les atarían al lugar que les vio nacer. Entonces Amabile tenía 10 años, y ya había experimentado en su tierra lo que significa trabajar duramente en una fábrica de seda; comenzó a los 8, una edad en la que debería haber estado jugando a las muñecas. Ni qué decir tiene que sus padres no deseaban este futuro para sus hijos.
Alrededor de los 12 años recibió la primera comunión y, con ella, se inició su itinerario espiritual. Primeramente colaboró en la parroquia como catequista de los niños, visitaba a los enfermos y se ocupaba también de mantener aseada la capilla. A ello añadía las tareas del hogar, que atendía ayudando a su madre. Pero ésta murió en un mal parto en 1886, y Amabile, que ya pensaba en la vida religiosa, se encontró con la enorme responsabilidad de cuidar a sus doce hermanos; fue su punto de referencia. Cuando su padre contrajo segundas nupcias tuvo vía libre para cumplir su anhelo.
En 1890, junto a otra amiga que solía visitar enfermos como ella, inició una vida en común de acuerdo con el padre Rossi que asumía la dirección espiritual de ambas. Adquirieron una casa en Nueva Trento y se trazaron un sencillo programa espiritual. Fue allí donde cobijaron y asistieron a la enferma de cáncer. El grupo de mujeres creció movido por la virtud que apreciaban en Amabile, y el padre Rossi y ella juzgaron que era el momento de instituir una Congregación. La fundación fue acogida por el prelado de Curitiba, monseñor Camargo. Tres de sus integrantes, incluida la santa, profesaron en 1895 y ésta tomó el nombre religioso con el que pasaría a la posteridad.
En 1903 se trasladaron a Ipiranga, São Paulo. Desde allí Amabile iba a impulsar la creación de cinco provincias permitiéndole extender su acción caritativa a muchos enfermos y pobres brasileños. Ese año fue elegida superiora general «ad vitam». Pero surgieron graves problemas internos dentro de la Congregación, y en 1909 el arzobispo monseñor Duarte Leopoldo e Silva la convocó para anunciarle que quedaba destituida. Su director espiritual, el padre Rossi, narró que en ese instante ella «se arrodilló… se humilló… respondió que estaba totalmente dispuesta a entregar la congregación… se ofrecía espontáneamente para servir en la congregación como súbdita». La respuesta del arzobispo fue: «Viva y muera en la congregación como súbdita». Su más preciado anhelo era que Dios «fuera conocido, amado y adorado por todos en todo el mundo»; junto a él le preocupaba la pervivencia de la fundación. Para ello siguió refugiada en la oración y en el trabajo, envolviendo en la Eucaristía los sufrimientos. Nadie en el hospicio de San Vicente de Paúl en Bragança Paulista, São Paulo, donde fue destinada a trabajar con los ancianos y los enfermos, pudo conocer la hondura de sus padecimientos. La difamación y las murmuraciones no socavaron su fe ni un ápice. Tampoco mermaron sus esfuerzos. Su ardiente caridad fue recompensada con el afecto, el respeto y la admiración de los que iban conociéndola, muchos de los cuales eran acreedores de sus gestos serviciales, generosos.
En 1918 su sucesora, la superiora general Vicência Teodora, de acuerdo con el arzobispo Don Duarte, la trasladó a Ipiranga, a la casa madre. Su cometido fue asistir a las religiosas que se hallaban enfermas. Fuera de ello pasó el resto de su vida sin notoriedad alguna, orando, llena de fe y de confianza en Dios, sostenida por la Eucaristía. Tenía gran devoción por la Inmaculada y por san José. En una ocasión confió al padre Rossi: «La presencia de Dios me es tan íntima, que me parece imposible perderla, y esta presencia le da a mi alma una alegría que no puedo explicar».
Era diabética, y a partir de 1938 la enfermedad comenzó a recrudecerse después de lesionarse uno de los dedos de la mano cuando cortaba leña. Se gangrenó y se lo amputaron, pero la necrosis seguía invadiendo el brazo y en una segunda intervención quirúrgica hubo que cercenar su mano. No hubo modo de poner coto definitivo a la gangrena y en una tercera operación seccionaron su brazo derecho. Finalmente, quedó ciega. El 12 de julio de 1940 redactó su testamento espiritual. Lo que decía era fruto de su experiencia: «Sed muy humildes. Confiad siempre y mucho en la Divina Providencia; nunca, jamás, os desaniméis, aunque vengan vientos contrarios. Nuevamente os digo: Confiad en Dios y en María Inmaculada; manteneos firmes y ¡adelante!». Murió en Ipiranga el 9 de julio de 1942 diciendo: «Hágase la voluntad de Dios». Juan Pablo II la beatificó el 18 de octubre de 1991. Él mismo la canonizó el 19 de mayo de 2002.