Conferencia Episcopal
Uno de ellos, González Montes

Gestiones de obispos ante Vida Nueva por el tratamiento a la instrucción de la CEE sobre Jesucristo

La revista incluyó artículos críticos, entre ellos de Pagola y Torres Queiruga

La recepción de la Instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal Española “Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo”, que fue aprobado en la Asamblea Plenaria pasada y presentado hace días por el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, no ha sido tan pacífica como se esperaba. Sobre todo en determinados ámbitos y medios eclesiales.

Especial sorpresa ha causado el número de la revista Vida Nueva dedicado a presentar el documento. Un ejemplar en el que se incluían artículos de varios teólogos, entre ellos José Antonio Pagola y Andrés Torres Queiruga, ambos objeto de declaraciones públicas sobre su doctrina por parte de la Comisión Episcopal de Doctrina de la fe.

También escribe el profesor de Cristología de la Universidad Pontifica de Salamanca, Universidad de los obispos, Francisco García Martínez, quien afirma sobre el documento episcopal: “Creo, y siento decirlo, que el documento es, en este sentido y desgraciadamente, casi papel mojado, y que temo que ellos mismos –refiriéndose a los autores- lo saben”.

La revista Vida Nueva, propiedad del grupo PPC se caracteriza en la actualidad por ser el órgano oficioso de algunos sectores de la Conferencia Episcopal Española. Varios obispos, entre ellos quien presentó el documento en rueda de prensa, monseñor Adolfo González Montes, y algunos miembros de la Comisión Episcopal de Doctrina de la fe,  han mantenido una serie de conversaciones con los integrantes del Comité Ejecutivo para que se rectifiquen varios supuestos que se han vertido sobre el texto episcopal.

El editorial de la publicación sobre el documento de la citada Instrucción pastoral afirma, entre otras cosas, que “tras una primera lectura, su lenguaje técnico se revela complejo para responder a los fines apostólicos de una instrucción, pues no resulta accesible para sus destinatarios -"a los hombres y mujeres con quienes compartimos sociedad"-, pero tampoco para un cristiano iniciado”.

Añade que “se mantienen menciones que no parecen ir en la línea de Francisco de promover "el diálogo constructivo, respetuoso y paciente con los autores" en aras de la comunión. Esta actitud defensiva dista también del tono de la actual hoja de ruta del Episcopado Iglesia, servidora de los pobres”.