Tribunas

¿Por qué quieren silenciar la voz de la JMJ?

Ernesto Juliá

Uno de los días de la semana pasada, un periódico de tirada nacional no hizo la menor referencia a lo que estaba sucediendo en Cracovia: la Jornada Mundial de la Juventud; y otros medios de comunicación han seguido su ejemplo a lo largo de los días-

Entre las diferentes noticias del mundo que aparecieron en sus páginas, se encontraba una que comunicaba a los lectores que los animales del zoo de Caracas se estaban muriendo de hambre. No se anunciaba ninguna colecta para conseguir alimentos para los animales.

“¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuesta human. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es ésta: “Dios está en ellos”, Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como “un solo cuerpo””.

¿No dieron ninguna noticia para no tener que pararse a pensar sobre semejantes preguntas que elPapa hacía a los jóvenes, no se fueran a encontrar a un Dios, a un Jesús tan cercano?

“Dios espera algo de ti. ¿Lo habéis entendido? Dios quiere algo de ti, Dios te espera a ti. Dios viene a romper nuestras clausuras, viene a abrir las puertas de nuestras vidas, de nuestras visiones, de nuestras miradas. Dios viene a abrir todo aquello que encierra. Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver que el mundo contigo puede ser distinto. Eso sí, si tú no pones lo mejor de ti, el mundo no será distinto. Es un reto”.

¿No hablaron aquel día de la Jornada Mundial de la Juventud porque no se atrevían a mirar a la cara jóvenes y mayores que están decididos a recibir a Dios, a convertirse a Cristo, y quieren dar un testimonio del Amor de Dios a los hombres con su vida casta, con su fidelidad a la familia formada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer, con su amor a toda vida humana, con su conciencia clara del bien y del mal, con su amor a la Verdad? Quizá.

Hoy la humanidad necesita hombres y mujeres, y en especial jóvenes como vosotros, que no quieran vivir sus vidas «a medias», jóvenes dispuestos a entregar sus vidas para servir generosamente a los hermanos más pobres y débiles, a semejanza de Cristo, que se entregó completamente por nuestra salvación. Ante el mal, el sufrimiento, el pecado, la única respuesta posible para el discípulo de Jesús es el don de sí mismo, incluso de la vida, a imitación de Cristo; es la actitud de servicio. Si uno, que se dice cristiano, no vive para servir, no sirve para vivir. Con su vida reniega de Jesucristo”.

Quizá, los que no dieron la noticia quisieron silenciar la presencia en el mundo de los jóvenes, hombres y mujeres que han descubierto que Cristo es “el Camino, la Verdad y la Vida”, y quieren ser “servidores” de la Verdad en su trabajo, entre sus amigos, con todos los seres humanos que se cruzan en el camino.

En esta tarde, queridos jóvenes, el Señor os invita de nuevo a que seáis protagonistas de vuestro servicio; quiere hacer de vosotros una respuesta concreta a las necesidades y sufrimientos de la humanidad; quiere que seáis un signo de su amor misericordioso para nuestra época.

Quizá es el Amor de Dios que muchos hombres quiere borrar del horizonte de su vida porque consideran -más que piensan- que les quita la libertad, que les impide ser “ellos mismos”, que le recuerda la inutilidad de buscar en el “sexo” los sueños de “felicidad”, que les abre otros horizontes y tan “asombrosos” a sus oídos como el de llegar vírgenes al matrimonio.

“Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple “mensajito”.

Para que los jóvenes tengan la fuerza y el ánimo de llevar adelante su misión, el Papa les recuerda la necesidad de arrepentirse, pedir perdón de sus pecados, y así no temblarán al dar testimonio de Cristo en cualquier ambiente.

Querido jóvenes, no os avergoncéis de llevarle todo, especialmente las debilidades, las dificultades y los pecados, en la confesión: Él sabrá sorprenderos con su perdón y su paz. No tengáis miedo de decirle “sí” con toda la fuerza del corazón, de responder con generosidad, de seguirlo. No os dejéis anestesiar el alma, sino aspirada a la meta del amor hermoso, que exige también renuncia, y “no” fuerte al doping del éxito a cualquier precio y a la droga de pensar sólo en sí mismo y en la propia comodidad”.

Quizá en el periódico se han dado cuenta (?) de que el Espíritu Santo estaba animando a los jóvenes a no dejarse influir por ese tipo de periódicos, y a vencer todo tipo de obstáculo que encontrarán en su camino.

“Puede que os juzguen como unos soñadores, porque creéis en una nueva humanidad, que no acepta el odio entre los pueblos, ni ve las fronteras de los países como una barrera y custodia las propias tradiciones sin egoísmo ni resentimiento. No os desaniméis: con vuestra sonrisa y vuestros brazos abiertos predicáis la esperanza y sois una bendición para la única familia humana, tan bien representada por vosotros aquí”.

Quizá los del periódico vislumbraron que las Bendiciones sólo las da Dios, en Cristo; y se pusieron gafas oscuras para no verla. Quizá.

 

Ernesto Juliá Díaz

ernesto.julia@gmail.com