Servicio diario - 06 de septiembre de 2016


 

El Papa al hospital Bambino Gesu’: ‘Sean una gran obra de caridad’
Posted by Salvatore Cernuzio on 6 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- En un “clima de gran familiaridad” el papa Francisco recibió hoy en audiencia a Mariella Enoc, presidente del Consejo de Administración del hospital pediátrico vaticano Bambino Gesù.
El hospital cuya sede central está situada en el monte Gianicolo, a poca distancia del centro de Roma, da un servicio de excelencia a los niños que llegan de la capital, desde Italia y de otros países.
“Me sentí como en casa, por lo que el diálogo fue muy simple y sincero”, cuenta Mariella Enoc a la Radio Vaticano, quien después de esta audiencia en la Casa Santa Marta llevó un aparato para ecografías donado por el hospital, al dispensario pediátrico del Vaticano.
“El Papa –dice la directora– me escuchó muchísimo, con aquella capacidad de escucha que tiene y mirándome a los ojos”.
Señaló que el Pontífice “me ha animado a proseguir en mi trabajo en el hospital” y le aseguró “el apoyo del Secretario de Estado”. La exhortó por ello a que “el hospital vaya adelante y sea siempre una gran obra de caridad”.
La directora del Bambino Gesù, le presentó también al papa Francisco la iniciativa de construir un hospital pediátrico en Bangui, la capital de Africa Central, “proyecto que le interesó mucho al Papa” y “prometió su personal ayuda económica”.
Le ilustró la ‘adopción’ que están haciendo de este hospital, dando formación a los médicos con una escuela de especialización en pediatría y la construcción de pabellones que hoy son solo tiendas de campaña.
Otro proyecto que ilustró, es uno agrícola, que están realizando el hospital Bambino Gesù junto al ente de las Naciones Unidas, la FAO y “que puede transformarse en un importante recurso de trabajo para las personas” lo que evita que muchos piensen a emigrar.
La Dra. Enoc le refirió además al Papa, que en Hospital que ella dirige “están llegando niños de muchas partes del mundo, también niños que no tendrían la posibilidad de pagar el tratamiento” dijo.
Y precisó: “Nosotros los recibimos porque este tiene que ser un hospital, que da testimonio de los valores cristianos”. Además precisó que los trabajos de investigación científica que el Bambino Gesù realiza, “tienen que ser divulgados lo más posible de manera que todos puedan aprovecharlos”.
Justamente en estos días el hospital romano participa al Jubileo de las Universidades y de los centros de investigación, que concluirá el 10 de septiembre en una audiencia con el Papa en la plaza de San Pedro.
“El Jubileo –ha declarado en un comunicado la presidenta Enoc– es siempre tiempo para redescubrir y reproponer el valor humano y social de la asistencia sanitaria y la curación de los enfermos”. Jubileo que además es “una ocasión preciosa para llamar la atención sobre este aspecto central de la vida y del testimonio cristiano, la curación de los enfermos, que desde siempre acompaña la vida de la Iglesia”, dijo.


Eventos de la semana del 6 al 12 de septiembre
Posted by Redaccion on 6 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Presentamos los eventos en programa para la presente semana, difundidos por Radio Vaticano y el SEDOC
6, 7 y 8 de septiembre: Las reliquias de Santa Teresa de Calcuta están expuestas el 6 de septiembre a la veneración de los fieles en la Basílica de San Juan de Letrán de 7.00 a 18.00, y los días 7 y 8 de septiembre en la Iglesia de San Gregorio Magno de 9.00 a 18.00.
11 de septiembre, Fátima, Portugal: se celebrará el XXIV Congreso Mariológico Mariano Internacional, al que asistirá, en su calidad de Enviado Especial del Papa Francisco el Cardenal José Saraiva Martins, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos. El tema del Congreso es “El evento de Fátima cien años después. Historia, mensaje y actualidad”. La iniciativa se realiza en el ámbito de las actividades promovidas por este Santuario para celebrar el primer centenario de las apariciones de Fátima.
El miércoles 7 de septiembre el Papa Francisco celebrará la primera audiencia general del nuevo mes, a partir de las 10.00 en la Plaza de San Pedro, ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos de numerosos países, deseosos de escuchar su catequesis semanal y de recibir su bendición apostólica.
Del 7 al 11 de septiembre en Roma se celebrará, el Jubileo de los profesores universitarios y de los centros de investigación y de alta formación, bajo el tema de: “Conocimiento y misericordia. La tercera misión de las Universidades”. En el Aula Magna de la Pontifica Universidad Lateranense. Y el sábado 10 de septiembre los participantes asisten a la Audiencia Jubilar del Papa Francisco.
Del 7 al 10 de septiembre en Italia se celebrará la 24ª edición del Congreso ecuménico internacional de espiritualidad ortodoxa organizado por la Comunidad Bose sobre el tema: “Martirio y comunión”. Inaugurará los trabajos junto al prior de esa Comunidad, Enzo Bianchi, Yazigi X, Patriarca greco-ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente; mientras en la jornada conclusiva está prevista la participación del cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
El jueves 8 de septiembre el papa Francisco retoma la Misa matutina en la Casa de Santa Marta con la participación de algunos fieles.
Del 8 al 9 de septiembre en Bratislava, Eslovaquia se celebrará la cumbre de los presidentes y de los representantes de las Conferencias episcopales de Europa centro-oriental sobre el tema: “Crisis migratoria y familia”. Catorce serán los países representados, todos ellos ya post-comunistas, como Albania y Lituania. También asistirán los cardenales Péter Erdő, presidente del Consejo de las Conferencias episcopales de Europa y Dominik Duka, arzobispo metropolitano de Praga.
El viernes 9 de septiembre se celebrará la memoria litúrgica de san Pedro Claver, sacerdote jesuita, apóstol entre los negros deportados. Ese día en EEUU se celebrará la Jornada nacional de oración organizada por los Obispos católicos estadounidenses frente a los recientes hechos y episodios de violencia y tensión entre las comunidades afroamericanas y las fuerzas del orden acaecidos en Baton Rouge, Minneapolis y Dallas.
Del 9 al 15 de septiembre se celebrará en Kigali, Ruanda, el III Congreso para África y Madagascar sobre la Divina Misericordia, que contará con la participación del enviado especial del papa Francisco, en la persona del cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa en la República Democrática del Congo. Este Congreso se llevará a cabo bajo el tema de: “La Divina Misericordia: fuente de esperanza para la nueva evangelización en África”.
El sábado 10 de septiembre, audiencia jubilar del papa Francisco a las 10.00 en la Plaza de San Pedro. Y en el Aula Pablo VI del Vaticano a partir de las 15.30, tendrá lugar el Festival de los chicos y chicas de la Acción Católica Italiana, sobre el tema: “A nosotros la palabra”. Los jóvenes dialogarán con Monseñor Nunzio Galantino, Secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana y con Virginia Raggi, alcaldesa de Roma.
El sábado 10 de septiembre en la catedral de Bérgamo, recibirá la ordenación episcopal el padre Pierbattista Pizzaballa, a quien el papa Francisco nombró el pasado 24 de junio, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, elevándolo al mismo tiempo, a la sede titular episcopal de Verbe con dignidad de arzobispo. Concelebrarán el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, coadyuvado por su beatitud Fouad Twal, patriarca emérito de Jerusalén y por monseñor Francesco Beschi, obispo de Bérgamo.
Del 10 al 11 de septiembre en Argentina se realizará la colecta anual titulada “Más por menos”, organizada por la Comisión Episcopal de ayuda a las regiones más necesitadas. El tema de la edición de este año es: “Más misericordia por menos exclusión”. Para esta ocasión el Santo Padre envió un mensaje firmado en su nombre por el cardenal secretario de estado, Pietro Parolin.
El domingo 11 de septiembre, XXIV domingo del tiempo ordinario, el Pontífice rezará a mediodía la oración mariana del ángelus con los fieles y peregrinos que se darán cita en la plaza de San Pedro para escuchar su comentario al Evangelio y recibir su bendición apostólica.
El 11 de septiembre, se cumplen 15 años de los atentados a las Torres gemelas en Estados Unidos. En Italia la iniciativa #Cristianinmoschea, que contempla visitas a las mezquitas un mensaje de paz contrario al terrorismo, con más de mil asociaciones y entes que adhieren.
El 11 de septiembre, en la ex República yugoslava de Macedonia, en Skopie, se celebrará la Jornada de agradecimiento por la canonización de la madre Teresa de Calcuta, que contará con la presencia del enviado especial del papa Francisco, quien nombró para esta ocasión al cardenal Vinko Pulić, arzobispo de Sarajevo en Bosnia y Herzegovina.
El lunes 12 de septiembre comenzará la XVI Reunión del Consejo de los Nueve Cardenales que concluirá el día 14.
Ese día se cumplirá el 10º aniversario del “Discurso de Ratisbona”, del entones papa Benedicto XVI pronunciado en el aula magna de la Universidad de esa ciudad, en el ámbito de su viaje apostólico internacional a Baviera.


Inicia en Paraguay una actualización bíblica, con unos 30 obispos regionales
Posted by Sergio Mora on 6 September, 2016



(ZENIT – Roma).- El ‘XII Curso de Actualización Bíblica’ inició este martes en Paraguay con la presencia de unos 30 obispos provenientes de diversos países de América Latina.

Organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), se realiza hasta el próximo viernes 9 de septiembre en la casa de retiro Emaús y lleva por título ‘XII Curso de Actualización Bíblica: el Sermón del Monte, la proclamación del Reino y la conversión personal y pastoral’ y tiene el objetivo de promover la formación permanente de los obispos.
En la conferencia de prensa de presentación, el obispo mexicano auxiliar de Morelia y secretario del Celam, Juan Espinoza, señaló que se quiere promover una Iglesia misionera y en salida; pobre para los pobres, que tenga una mirada hacia adentro y una conversión pastoral de su acción. De manera que mantenga un diálogo continuo con el mundo, con las realidades sociales, políticas y económicas; en diálogo continuo con la cultura actual, señaló el diario ABC Color.
El obispo Espinoza añadió que la Iglesia latinoamericana está en su mejor momento y ha dado un fruto maduro como es el papa Francisco, y a nivel mundial también está llamada a ir a las periferias.
Por su parte el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, designado por el papa Francisco hace menos de dos años, explicó que la formación permanente le permite a los obispos llegar mejor al pueblo de Dios, a través de los sacerdotes, diáconos, catequistas y laicos.
También intervino el padre colombiano Guillermo Acedo, director de la Escuela Bíblica del Celam, quien explicó que el curso se centrará en el evangelio de Mateo, enfatizado en las bienaventuranzas porque se quiere una Iglesia en salida hacia los pobres, enfermos y alejados.
Interrogado por La Nación de Paraguay sobre los casos de pedofilia, el padre Acedo señaló que la Iglesia “se encuentra tomando cartas en el asunto al buscar la prevención de la pedofilia y el acompañamiento a las víctimas”. Añadió que la Iglesia Católica es la única institución del mundo que ha tomado realmente en serio esta lacra, y que esos casos aislados no desmienten todo el bien que ha realizado la Iglesia.
Siempre en Paraguay, la próxima semana del 11 al 16 de setiembre se realizará el Encuentro de Comunidades de Base de América Latina con 350 delegados de varios países, en la casa de retiro Tupã Rekávo de Luque. Y en octubre siempre en Asunción será la sede del Tercer Encuentro Latinoamericano de Comunicadores.


Colombia celebra la semana por la paz: sanar heridas y divisiones
Posted by Redaccion on 6 September, 2016



(ZENIT – Roma).- La ‘Semana por la Paz’, que se está celebrando en Colombia, es “una iniciativa que busca que nos unamos en torno a la oración y la acción por la paz”. Lo aseguró el director pastoral y social de Cáritas Colombiana, monseñor Héctor Henao Gaviria, quien invitó a reflexionar sobre necesidad de “reconciliarnos, encontrarnos y reconstruir relaciones que nos permitan avanzar hacia un país en el cual podamos convivir de manera pacífica y serena”.
En su mensaje con motivo de la ‘Semana por la Paz’ que se realiza en el país, el cual inició este lunes y concluye el próximo domingo 11 de septiembre, Mons. Henao indicó que este año, la Iglesia Católica de Colombia invita a que las reflexiones se hagan en torno al documento “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz”, que se publicó en septiembre de 2015, en la clausura del séptimo congreso nacional de Reconciliación, con la presencia de 650 líderes de comunidades, en particular las involucradas con el conflicto armado.
Y propuso que las acciones que se planeen en cada colegio, barrio, parroquia u organización comunitaria, prevea hacer ejercicios reconociendo que el perdón es necesario, que es muy importante construir nexos que sanen heridas, odios, divisiones y que nos comprometamos “a imagen de Jesús y del buen samaritano, a salir al encuentro de aquellos que sufren para construir la paz”.
“La invitación –concluyó el prelado– es que en la ‘Semana por la Paz’ nos encontremos en grandes concentraciones, en eucaristías, en ejercicios colectivos en los que manifestemos el propósito de hacer realidad la paz, que se construye en la familia, en la escuela, el colegio, el barrio….”, con ejercicios concretos que nos permitan construir paz estable y duradera.


Chile: entregan al gobierno 600 mil firmas pidiendo “apoyo a la vida”
Posted by Redaccion on 6 September, 2016



(ZENIT – Roma).- El arzobispo de Santiago de Chile, el cardenal Ricardo Ezzati y el obispo auxiliar de la iglesia anglicana en Chile, Alfred Cooper, entregaron ayer lunes en el Palacio del la Moneda, 600 mil firmas que solicitan apoyo a la vida.

El cardenal Ezzati después hace declaraciones después de entregar las 600 mil firmas pro vida en La Moneda
Las firmas fueron recogidas principalmente el pasado sábado 3, durante la manifestación “Celebración por la Vida” que se realizó en Santiago de Chile, en el paseo Bulnes. Allí se reunieron unas cien mil personas, indica el arzobispado, para dar gracias por la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
Los representantes de la Iglesia católica y de otras iglesias cristianas entregaron la documentación al ministro del Interior y Seguridad Pública, Mario Fernández, quien se interesó del petitorio.
La reunión se extendió por casi una hora y al término de ella los pastores dieron un punto de prensa. El arzobispo de Santiago expresó que “La vida es un regalo de Dios no solo para cada persona, si no también para el país. Y venimos a entregarle al señor ministro más de medio millón de firmas de ciudadanos que han firmado a favor de la vida y en contra del aborto”.

 Añadió que “quisiéramos pedir, con mucha humildad, que el poder legislativo escuche la voz de tantos ciudadanos y que de verdad promuevan la vida en todo su arco; no solamente en el momento de la concepción, de la espera de los nueve meses, sino que también en lo relativo a promover un trabajo adecuado, vivienda digna, salud de calidad, donación de órganos… en otras palabras, en la promoción integral de toda la vida”.
Por su parte, el obispo auxiliar de la iglesia anglicana en Chile, Alfred Cooper declaró: “Agradecemos que esté abierto el debate en toda la ciudadanía. Una enorme cantidad de personas de esta nación está mirando lo que sucede acá, y verá dónde va su voto en el futuro. Por lo tanto quisiéramos contribuir con este debate, diciendo que estamos a favor de la vida en todos sus ámbitos”.


Comentario a la liturgia dominical
Posted by Antonio Rivero on 6 September, 2016



Ciclo C – Textos: Ex 32, 7-11.13-14; 1 Tm 1, 12-17; Lc 15, 1-32.
P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: El rostro de la misericordia es Jesús (Papa Francisco).
Síntesis del mensaje: la liturgia de este domingo viene a reforzar el mensaje de este año de la misericordia. En las tres lecturas el corazón de Dios rebosa de amor misericordioso. Tanto Yahvé, que perdona a su pueblo por intercesión de Moisés (1ª lectura), como Pablo, que se siente personalmente objeto del perdón de Cristo (2ª lectura), como las tres parábolas de Jesús en el evangelio –el reencuentro de la oveja perdida, de la moneda perdida y del hijo perdido-, nos invitan hoy, no sólo a meditar y experimentar en la misericordia de Dios, sino también a ser misericordiosos con nuestros hermanos.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, Moisés paró la ira de Yahvé y Yahvé tuvo misericordia de su pueblo (1ª lectura). El pueblo de Israel cometió el gravísimo pecado de la idolatría, con el becerro de oro que se fabricaron y en torno al cual cantaron y bailaron, adorándole como el “dios” que les había liberado de Egipto, y rompiendo la Alianza que hacía poco había hecho Dios con ese pueblo. Pecado éste que merece de por sí un castigo divino muy severo, tanto que hace indignar al mismo Dios y quiere encender su ira contra ese pueblo infiel hasta consumirlos, y le pide a Moisés que destruya este pueblo y forme otro. Entonces, Moisés no acepta esta propuesta, e intercede por su pueblo, suplicando misericordia. Comienza a pleitear con Dios con toda confianza para que se apiade de su pueblo. ¿Qué argumentos le da Moisés para persuadir a Dios? “Señor, es tu pueblo, no mío…Fuiste tú quien los libraste de la esclavitud, no yo…Hiciste una promesa con Abrahán, Isaac y Jacob, y tienes que cumplirla”. Y Moisés convenció a Dios. Y Dios se arrepintió de la amenaza.
En segundo lugar, Pablo hace hoy una especie de confesión general para agradecer a Cristo su gran misericordia con él (2ª lectura). Se confiesa de que fue un blasfemo, un perseguidor y un violento. Confiesa que no es digno de ser apóstol y pregonero de la Buena Nueva de Jesús. Y como se siente perdonado, se abre totalmente al Señor. Termina su confesión con una profesión cristológica de su fe. El perdón de Dios provocó en él una grande alegría, gratitud y un deseo inmenso de ir por todo el mundo pregonando la gran noticia: “Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero”. Pablo se benefició de esta misericordia de un modo particular. Además, su ejemplo debe infundir ánimo a todos: “si a mí me perdonó, mucho más a vosotros”. Y no todo fue fácil para Pablo, lo sabemos. Él mismo confesó: “No hago lo que quiero sino lo que no quiero” (Rom 7, 15). Esto mismo dijo el poeta Ovidio, pagano del siglo I y II y desterrado de Roma a la desembocadura del Danubio por un lío de faldas imperiales: “Veo lo mejor y lo apruebo, pero hago lo peor”. ¡Gran misterio esto del pecado! Pero mayor y más lúcida es la misericordia de Dios.
Finalmente, Cristo, narrando las parábolas de la misericordia, está sintetizando el núcleo de todo el evangelio: la misericordia de Dios. Pero la misericordia de Dios pide estas condiciones: reconocerse pecador, pedir perdón y abrirse a la misericordia divina. Primero, todos somos pecadores. Hemos idolatrado tantas cosas: dinero, trabajo, personas. Halagados por los incentivos de este mundo y ansiosos de libertad sin frenos ni límites, nos fuimos de casa, y nos pusimos a las órdenes de tantos porquerizos que nos contrataron por un puñado de plata, pero nos quitaron la dignidad; y hasta sentimos envidia de los gruñones cerdos que se revolcaban ahí libremente. Como ovejas aventureras, dejamos el redil para probar suerte en otros rebaños y recorrer caminos de muerte, llenos de zarzas y lobos, y nos quedamos balando día y noche en busca de nuestro auténtico Pastor. Dilapidamos, no una moneda sino muchas joyas del alma de manera superficial y pecaminosa, por estar jugando en tantos casinos cuyo resplandor nos atrajo. Segundo, pero tenemos que pedir perdón, pues nuestro pecado ofende a Dios Padre, a Cristo nuestro Hermano mayor, al Espíritu Santo, nuestro Huésped del alma, a la Iglesia de la que formamos parte, y a nuestros hermanos, pues todos formamos el Cuerpo místico de Cristo. Y, tercero, debemos abrirnos con confianza a los brazos misericordiosos del Padre Dios, lleno de ternura y comprensión, que no sólo nos espera en casa, sino que nos busca, y al encontrarnos alegre nos limpia, nos sube a su cuello y nos besa y acaricia. ¡Qué grande y misericordioso es Dios! También nosotros, como dice el Papa Francisco forzando neologismos, una vez “misericordiados”, debemos ser “misericordiosos” para con nuestros hermanos, y no duros e implacables como esos fariseos criticones y soberbios del evangelio.
Para reflexionar: ¿Adoro otros dioses? ¿Me reconozco pecador? ¿Me arrepiento de mis pecados? ¿Acudo con frecuencia al sacramento de la confesión? ¿He experimentado la alegría del perdón de Dios? ¿Me he alegrado al ver tan feliz a Dios perdonándome? ¿Soy misericordioso con mis hermanos? ¿O soy duro e implacable con ellos?
Para rezar:
Padre,
me declaro culpable, pido clemencia, perdón por mis pecados.
Me acerco a ti con absoluta confianza
porque sé que tú prefieres la penitencia a la muerte del pecador (cfr. Ezequiel 33,11)
A ti no te gusta ni la venganza ni el rencor, tu corazón es compasivo y misericordioso,
y sé que sólo estás esperando a que tenga la humildad de reconocer mi pecado, arrepentirme y pedir perdón
para desbordar la abundancia de tu misericordia.
“Cuando confesamos nuestros pecados, Dios, fiel y justo, nos los perdona” (1 Jn 1,9)
Miro al horizonte: veo tus brazos abiertos y un corazón de Padre
queriendo atraerme con lazos de un amor infinito.
Padre, perdóname, quiero recibir el abrazo eterno.
Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org.


Beata Eugenia Picco – 7 de septiembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 6 September, 2016



(ZENIT – Madrid).- Es cierto que el influjo positivo de la familia hacia la fe ha suscitado numerosas vocaciones a lo largo de los siglos. Pero no es una condición sine qua non para ello. Eugenia, que nació en Crescenzago, Milán, Italia, el 8 de noviembre de 1867, era hija de un matrimonio desestructurado. Su padre José Picco, ciego, fue un destacado músico de la prestigiosa Scala de Milán. Y su madre, Adelaida del Corno, se dejó llevar por la debilidad, que no fue precisamente su esposo, y se entregó en brazos de la fama y oropeles rindiendo culto a la vanidad y al fulgor del dinero. Incansable viajera, buscando tal vez una felicidad que se le resistía y que no encontraría nunca en la forma de vida disipada que solía llevar, no dudaba en dejar a la pequeña con sus abuelos. Primeramente, salía para acompañar a su marido, pero cuando un día regresó a casa sin él (desaparecido misteriosamente en el transcurso de un viaje a Rusia), continuó con sus desmanes. Y Eugenia se vio obligada a soportar al nuevo compañero de su madre, con el que ésta tuvo tres hijos más, y a escuchar todo lo estoicamente que le fue posible los reproches maternos porque soñaba para ella un futuro como artista, además de sufrir los inconvenientes creados por su amante.
Sin duda ninguna, éste no era el ambiente propicio para que se forjara una vocación. «Peligros y ocasiones tanto en casa como afuera», diría Eugenia después. Y es que su pasión adolescente, incontenible a sus 14 años, se volcó en un muchacho joven. Era hermosa y elegante; su atractivo se completaba con sus dotes para la música. Desenvuelta y libre iba y venía inmersa en la farándula. Por fortuna, una profesora, Giuseppina Allegri, experta en los conflictos que surgen a estas edades, se ocupó de ella. Debió apreciar los nobles sentimientos que poseía y orientó sus pasos hacia quienes podían ayudarla espiritualmente. Allegri le presentó a la religiosa María Virginia Pizzetti. La beata se convenció de la certeza de las palabras de Pizzetti: era Jesús el que obraba en su interior; nadie más. La presencia divina que latía en su corazón, aún sin estar familiarizada con ella todavía, le alentaba a orar creyendo y esperando recibir una respuesta tanto en la capilla de las hermanas ursulinas del Sagrado Corazón como en la basílica milanesa de San Ambrosio. Una noche de particular sufrimiento, en la primavera de 1886, a través de una imagen que pendía sobre la pared bajo la cual tenía su cama, en medio de su oración se sintió llamada a vivir la santidad.
Tenía casi 20 años y la invitación de Dios era para ella un torrente de bendiciones. Pensaba que su verdadero hogar sería la Congregación de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, sita en Parma. Una Orden a la que se encaminó por sugerencia de las ursulinas que consideraron más oportuno que se integrase en esa fundación, valorando el hecho de que ello le permitiría escapar del ambiente asfixiante que le rodeaba en Milán. Para llevar a cabo su empeño, en agosto de 1887 tuvo que huir de su domicilio. Agustín Chieppi, artífice de esa Obra creada en 1865 junto a Anna Micheli, la acogió paternalmente. Se hizo cargo de su sufrimiento y de las circunstancias en las que había tenido que vivir. Y en agosto del año siguiente comenzó el noviciado. Profesó en presencia del fundador en 1891 y emitió votos perpetuos en 1894. El resto de su vida lo destinó a cumplir la voluntad de Dios con espíritu generoso, fiel, humilde… Ella misma sintetizaba su anhelo, diciendo: «Como Jesús ha escogido el pan, algo tan común, así debe ser mi vida, común… accesible a todos y, al mismo tiempo, humilde y escondida, como lo es el pan».
Impartió música, canto y francés a las alumnas del colegio de la Congregación. Después le encomendaron sucesivas misiones. Fue maestra de novicias, archivista, secretaria general y consejera. En 1911 fue elegida superiora general, oficio que desempeñó hasta el fin de sus días. Logró que su gobierno fructificase por su caridad, prudencia y fidelidad al carisma de su fundador. Su sostén fue la oración y la Eucaristía. En el decurso de la Primera Guerra Mundial se volcó en curar a los heridos acogidos por la comunidad en la casa madre. Pero allí acudían también los que estaban ingresados en hospitales. Ellas enseñaban a los hijos de los reclutados en el frente ya que estos muchachos no podían recibir formación. Los que nada poseían, los niños, los que nadie estimaba hallaron en Eugenia una madre. Era extraordinariamente sensible al dolor del prójimo. Seguro que en esos días aciagos, de tanto sufrimiento, recordó vivamente las palabras que les dirigía su fundador: «Tenéis que estar listas para ir hasta los campos de batalla». «Las Pequeñas Hijas tienen que estar listas a donar la última gota de su sangre para los hermanos».
Todo en Eugenia fue una suma de mortificación, obediencia e inocencia evangélicas. Supo sobrenaturalizar lo ordinario con religiosa maestría. Muchos le confiaban sus cuitas, buscaban su consejo y salían fortalecidos. Fue una gran formadora. No tuvo buena salud, y aún se debilitó más con las privaciones y sacrificios. En 1919, año en el que fue reelegida superiora general, a causa de la tuberculosis ósea se le amputó el pie derecho, un episodio dramático que acogió serenamente. Mons. Conforti, prelado de Parma, le aconsejó paternalmente: «No se gobierna con los pies, sino con la cabeza». Ciertamente. Lo que antes era ir y venir quedó «reducido», si así puede decirse, a la ofrenda en estricta oración. Nada más fecundo que ello. Las secuelas no le abandonaron y murió el 7 de septiembre de 1921. Fue beatificada el 7 de octubre de 2001 por Juan Pablo II. En su homilía recordó que «ante el sufrimiento, con los inevitables momentos de dificultad y desasosiego que entraña […], supo transformar la experiencia del dolor en ocasión de purificación y crecimiento interior».