Tribunas

De nuevo, Teresa

Emilio José Martínez González
Profesor del Teresianum de Roma

Don Jesús García Burillo, obispo de Ávila, dio el viernes pasado en rueda de prensa una gran noticia a toda la diócesis, al Carmelo descalzo y a la Iglesia de España. Acompañado del P. David Jiménez, ocd, prior de La Santa –el convento de los carmelitas teresianos en la ciudad, edificado en el solar de la casa natal de santa Teresa- y del director del Secretariado Diocesano de Juventud y Ecumenismo, D. Jorge Zazo, D. Jesús comunicó que el papa Francisco, a través de un Rescripto emitido por la Penitenciaría apostólica, concedía a la diócesis de Ávila la posibilidad de celebrar un Año Jubilar Teresiano cada vez que la fiesta de la Santa coincida en domingo. Una gracia, pues, comparable a la que goza Santiago de Compostela con el Jacobeo.

Estamos, como el mismo documento de la Penitenciaría subraya e hizo notar D. Jesús, ante una gracia especialísima de parte del Santo Padre, que no se concede frecuentemente y en la que, sin duda, han influido dos circunstancias: de una parte el gran cariño que el papa Francisco tiene a santa Teresa de Jesús; de otra, el éxito espiritual de las celebraciones del V Centenario del nacimiento de la Santa, que tantas personas llevó a Ávila y a otros lugares de marcado signo teresiano.

Al recibir esta noticia, brota espontáneamente la acción de gracias a Dios, por el don concedido a través -de nuevo- de santa Teresa de Jesús; al papa Francisco, que abre así una nueva puerta para la experiencia de la misericordia divina, aquella que la Santa experimentó y cantó con tanto gozo; a Mons. García Burillo por su acertada intuición al solicitar este Jubileo periódico, así como al presidente de la Conferencia Episcopal, Su Eminencia el Cardenal Don Ricardo Blázquez y al Consejo provincial de los Carmelitas descalzos de la Provincia Ibérica –con su Provincial, el P. Miguel Márquez, ocd- a la cabeza, por haberla apoyado, sin olvidarnos de la comunidad de La Santa y su prior, el P. David Jiménez, ocd.

En clave cristiana, sin embargo, a la acción de gracias y la alegría por el don concedido, deben seguir inmediatamente el compromiso y la tarea. Gracias a este Jubileo periódico Teresiano, un gran número de fieles, no solo de Ávila, recibirán abundantes gracias espirituales ya que podrán en primer lugar, recibir la Indulgencia plenaria en forma de Jubileo en los días señalados durante el año, abriéndose así a la maravillosa experiencia de la misericordia de Dios, cuya capacidad de perdonar nuestros pecados no conoce límite pero que, además nos levanta de nuestra condición pecadora –como nota Juan de la Cruz en los Dichos de Luz y Amor- y regalándonos aún más misericordia bajo la forma de la indulgencia, nos alcanza a través de la Iglesia, Esposa de Cristo, liberándonos de todo residuo y consecuencia del pecado, habilitándonos para obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado, como nos recuerda el papa Francisco.

Se abre, además, una excelente oportunidad de prolongar y profundizar las iniciativas que tanto provecho generaron durante el V Centenario del nacimiento de la Madre Teresa de Jesús, abriéndose además la posibilidad de explorar otras nuevas.

Pensamos en las celebraciones litúrgicas y paralitúrgicas, en las peregrinaciones –de las que participaron, según los datos aportados por el P. David Jiménez cerca de medio millón de personas solo en la Casa natal de la Santa, venidos de todo el mundo-, en los Caminos teresianos -rutas que siguen material y espiritualmente los pasos de la Santa andariega-, los encuentros juveniles y de la familia del Carmelo teresiano, en los congresos científicos organizados por la Universidad Católica de Ávila o el Centro Internacional Teresiano Sanjuanista de los Carmelitas descalzos.

No cabe duda de que el impacto del Jubileo periódico, como sucedió con el V Centenario, permitirá a otros lugares marcados por la impronta de Teresa fuera de la diócesis de Ávila, convertirse también en centro de atracción de peregrinos que podrán empaparse del mensaje teresiano. En este sentido no podemos dejar de mencionar en primer lugar a la Villa de Alba de Tormes, custodia del sepulcro de santa Teresa, de la iglesia y convento que ella fundó, y del hermoso museo que lo circunda, levantado con tenacidad por sus hijas, las Carmelitas descalzas y testimonio del amor de generaciones a la Santa abulense.

El cuidado de actividades culturales de todo tipo, podrá convertirse también en espacio para tocar el corazón de los alejados quienes, Dios lo quiera, puedan quizás retomar su camino cristiano gracias al encuentro con estos aspectos periféricos pero no menos importantes de la Santa.

Como muy bien dijo el P. David Jiménez, este reconocimiento por parte de la Santa Sede contribuirá a “potenciar el acercamiento a Santa Teresa, para dar a conocer su figura espiritual en el camino de encuentro con Dios”. Él quiera que no desaprovechemos, ya desde 2017, que será el primer Año Jubilar Teresiano, la oportunidad que esta gracia nos ofrece de ser amigos fuertes de Dios, al estilo de santa Teresa, porque no está el mundo para negociar con Él cosas de poca importancia, sino para darnos del todo al Todo.

 

Fr. Emilio J. Martínez (de Santa Teresita)