Servicio diario - 11 de octubre de 2016


 

El Papa en Sta. Marta advierte sobre la religión “maquillada” y del “aparentar”
Posted by Redaccion on 11 October, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía de este martes en la misa celebrada en Santa Marta, ha recordado que Jesús nos pide hacer el bien con humildad, evitando el aparentar, el “fingir” hacer algo. Asimismo, el Santo Padre ha advertido sobre la “religión de maquillaje” subrayando que el camino del Señor es el camino de la humildad.
La libertad cristiana viene de Jesús, “no de nuestras obras”. De este modo el papa Francisco ha desarrollado su homilía hablando la Carta de San Pablo a los Gálatas, y del Evangelio del día, donde Jesús reprende a un fariseo concentrado en las apariencias y no en la sustancia de la fe.
Jesús dijo al doctor de la ley que le había criticado por no haber hecho la ablución antes de la comida: “Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades”. Por eso, el Papa ha recordado que Jesús repite esto muchas veces en el Evangelio a esta gente.
En esta misma línea, el Santo Padre ha señalado que en otro paso del Evangelio, Jesús pide rezar sin hacer ver, sin aparentar. Algunos tenían “la cara dura”, “no tenían vergüenza”: rezaban y daban limosna para hacerse admirar. Sin embargo, el Señor “muestra el camino de la humildad”.
Al respecto, el Pontífice ha querido recordar que lo que importa, dice Jesús, “es la libertad que nos ha dado la redención, el amor, la recreación del Padre”.
Asimismo, ha explicado que es esa libertad interna, esa libertad que hace el bien a escondidas, sin hacer sonar la trompeta porque el camino de la verdadera religión es el mismo camino de Jesús: la humildad, la humillación.
Este es el único camino para quitar de nosotros el egoísmo, la codicia, la soberbia, la vanidad, la mundanidad. Al contrario, “esta gente que Jesús reprende es gente que sigue la religión del maquillaje: de la apariencia, el aparecer, fingir ser pero dentro…”. Jesús –ha señalado el Papa– usa para esta gente una imagen muy fuerte: “Vosotros sois sepulcros blanqueados, bonitos por fuera pero por dentro llenos de huesos de muerto y podredumbre”.
Por otro lado, el Pontífice ha explicado que Jesús nos llama, nos invita a “hacer el bien con humildad”. Así, ha recordado que “tú puedes hacer todo el bien que quieras pero si no lo haces humildemente, como nos enseña Jesús, este bien no sirve, porque es un bien que nace de ti mismo, de tu seguridad, no de la redención que Jesús nos ha dado”.
La redención –ha precisado– viene por el camino de la humildad y de las humillaciones porque no se llega nunca a la humildad sin las humillaciones.
Y vemos a Jesús humillado en la Cruz. Por eso, finalmente ha invitado a pedir al Señor “no cansarse de ir por este camino, no cansarnos de rechazar esta religión del aparentar, del parecer, del fingir…”. E ir “silenciosamente haciendo el bien, gratuitamente como nosotros hemos recibido gratuitamente nuestra libertad interior”. Y que Él –ha concluido– custodie esta libertad interior de todos nosotros.



El Papa aprueba las virtudes heroicas de los españoles Tiburcio Arnáiz Muñoz y Luís Zambrano Blanco
Posted by Redaccion on 11 October, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, recibió este lunes, 10 de octubre, al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos y autorizó a la Congregación la promulgación de los decretos sobre las virtudes heroicas de los españoles Tiburcio Arnáiz Muñoz, sacerdote de la Compañía de Jesús, nacido el 11 de agosto de 1865 y fallecido el 18 de julio de 1926; y de Luís Zambrano Blanco, sacerdote diocesano y fundador del Instituto Secular Hogar de Nazareth; nacido el 23 de diciembre de 1909 y fallecido el 14 febrero de 1983.
También ha aprobado los decretos de la sierva de Dios María Teresa Spinelli, fundadora de la Congregación de las Hermanas Agustinas Siervas de Jesús y María; nacida el 1 de octubre de 1789 y fallecida el 22 de enero de 1850. Y de la sierva de Dios María Costanza Panas, monja profesa de las Clarisas Capuchinas del Monasterio de la ciudad de Fabriano; nacida el 5 de enero de 1896 y fallecida el 28 de mayo de 1963.



Concierto benéfico de Claudio Baglioni en el Vaticano por Bangui y las víctimas del terremoto en Italia
Posted by Redaccion on 11 October, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El sábado 17 de diciembre, en Aula Pablo VI del Vaticano será escenario de un concierto muy especial. Con ocasión del 200º aniversario de la Gendarmería Vaticana, el comandante del cuerpo, Domenico Giani, ha anunciado el proyecto AVRAI del cantante italiano Claudio Baglioni, un concierto-evento que tendrá dos importantes fines benéficos.
El primero, nacido la pasada primavera por indicación del papa Francisco –informa el comunicado distribuido por la oficina de prensa de la Santa Sede– se trata de un programa de ayuda al hospital de Bangui, capital de la República Centroafricana, afectada desde hace años por una intensa guerra civil aplacada con la histórica visita del papa Francisco, que llevó a la elección de un presidente y a una paz que se prospecta duradera. “Las ayudas serán destinadas para la formación de médicos, la escuela de especialización en pediatría y la construcción de pabellones a través del hospital Bambino Gesù”, prosigue la nota.
El segundo se dirige a la población del Valle del Tronto, golpeada por el terremoto del pasado 24 de agosto. Hasta allí viajó el papa Francisco el 4 de octubre para alentar y llevar su cercanía a los afectados por esta tragedia.
El proyecto AVRAI surge, por indicación del papa Francisco, del corazón de África y llega al corazón de Italia “para construir actividades y obras a favor del mundo de los niños. Lejanos y cercanos”. En un “abrazo partícipe y solidario que va desde quien vive desde siempre en condiciones difíciles a quien las está viendo en este momento”.
Para solicitar información y para las donaciones se ha habilitado un espacio en la web news.va, el teléfono +39 3356485882 y un punto de información en la oficina móvil de Correos del Vaticano en la plaza de San Pedro.



Futbolistas de todo el mundo reunidos en Roma para el Partido por la Paz
Posted by Redaccion on 11 October, 2016



(ZENIT – Roma).- El Estadio Olímpico de Roma será escenario de un partido en el que antiguos y actuales jugadores de fútbol de todo el mundo, se reúnen bajo un único objetivo: llevar al mundo un mensaje de paz. Se juega este miércoles a las 21.15 y se trata del segundo partido “Unidos por la Paz”, promovido por el papa Francisco para ayudar a la Fundación Internacional de Derecho Pontificio, Scholas Occurrentes, que junto a CSI, UNITALSI y AMLIB se han unido para promover la integración, trabajar por los más necesitados y “jugar por la Paz”. Durante la Ceremonia Inaugural de “Unidos por la Paz”, el Papa Francisco, bendecirá y entregará a los deportistas el Olivo, que luego será plantado en el Estadio Olímpico como símbolo de paz y de encuentro.
En la presentación a la prensa de este gran evento, el conocido jugador argentino Diego Maradona indicó que “quisiera poder hacer más por la par el mundo y por los niños, pero estar aquí ya es importante, estoy muy feliz. Invito a todos al Estadio Olímpico”. Asimismo, afirmó que “el Papa Francisco no me debe decir nada, estoy siempre a su disposición. Francisco está realizando un gran trabajo y él puede estar tranquilo”. Maradona estará mañana en el campo de juego, como ya lo hizo el 1 de septiembre de 2014, en el primer Partido por la Paz.
Por su parte, José María del Corral, presidente de Scholas, explicó que “el Papa Francisco está convencido de que el fútbol sigue siendo una herramienta para la transformación social y el encuentro. Este partido por la Paz es tan importante como el primero”. Y deseó que este partido “sea un lugar donde nos podamos encontrar en la diversidad”.
El papa Francisco, al lanzar este evento, se dirigió a todos los jóvenes del mundo haciendo hincapié en el valor del fútbol y del deporte para apoyar una educación y una cultura de Paz: “Es el momento de demostrar que somos capaces de hacer la paz a través del juego y también con el arte “.
Las estrellas mundiales del fútbol que han confirmado su participación, junto a Diego Maradona, son Totti, Ronaldinho, Felipe Anderson, Cafú, Rui Costa, Burdisso, Antonio Di Natale, Hernán Crespo, Edgard Davids, Gianluca Zambrotta, Fabbio Capello y Diego Armando Maradona Junior.
Distintos proyectos serán financiados con los fondos obtenidos gracias a este evento. Todos tienen como objetivo común crear una cultura de la Paz, comprendida como un momento de justicia social, de acceso a todos, en particular de niños y jóvenes a los cuales a menudo, en más partes de mundo, les vienen siendo negados servicios básicos de instrucción, asistencia y formación. En Italia, por ejemplo, se apoyará a la población de Amatrice golpeada por el terremoto el 24 de agosto pasado mediante acciones concretas para la reactivación de las estructuras deportivas de base y oratorios, formando educadores e instructores.
Para mayor información, visitar la web unitiperlapace.org y síguenos en la página de Facebook UnitiPerLaPace2016, en Twitter @unitiperlapace y en Instagram unitiperlapace.



Monseñor Porras Cardozo, futuro cardenal en Venezuela: ‘No es un premio personal’
Posted by Redaccion on 11 October, 2016



(ZENIT – Roma).- El arzobispo de Mérida, Venezuela, monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, es uno de los 17 nuevos cardenales anunciados el 9 de octubre por el papa Francisco y que serán creados cardenales en el consistorio el próximo 19 de noviembre.
“Este nombramiento muestra la preocupación del papa Francisco por nuestro continente y por nuestro país y también la voluntad de cooperar para que logremos superar esta grave crisis que estamos viviendo, un reconocimiento a nuestra Iglesia y a toda la sociedad venezolana”, ha comentado monseñor Porras Cardozo en declaraciones a “Unión Radio” enviadas a la Agencia Fides.
Asimismo ha indicado que “se trata de una responsabilidad que el Papa nos confiere para reforzar ese trabajo permanente, es un apelo para superar esta crisis por las vías constitucionales y pacíficas y dejar atrás la falta de voluntad de dialogar cara a cara”.
El futuro cardenal ha subrayado que el trabajo por la verdad y por la búsqueda de la convivencia debería ser permanente. El Papa –ha asegurado– nos está dando un ejemplo con sus gestos y actitudes, sus viajes han sido en su inmensa mayoría a zonas marginales del mundo, para llamar la atención y que seamos conscientes de que los problemas no se solucionan con violencia, sino que existen otros caminos que pueden ser difíciles, pero lo primero es el respeto a la pluralidad y a la complementación que debemos tener los unos con los otros.
Finalmente, el arzobispo de Mérida ha señalado que esto “no es premio personal” es para que “todos veamos con responsabilidad la necesidad de trabajar por el entendimiento entre todos los venezolanos, superando todo tipo de violencia: es la única vía que nos permitirá vivir un futuro en paz y armonía entre todos los venezolanos”.
Mons. Baltazar Porras nació en Caracas el 10 de octubre de 1944. En Caracas hizo la primaria en el colegio Fray Luis de León y en la escuela parroquial de Santa Teresa. Estudió la secundaria en el seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima de Caracas, posteriormente, obtuvo en 1966 la licenciatura en teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, y al año siguiente fue ordenado sacerdote el 30 de julio de 1967 por Mons. Miguel Antonio Salas. En 1977, obtuvo el doctorado en teología pastoral en el Instituto Superior de Pastoral de la Universidad de Salamanca.
El papa Juan Pablo II lo nombra obispo auxiliar de Mérida el 17 de septiembre de 1983, a los 39 años de edad. Posteriormente, el 30 de octubre de 1991 es nombrado arzobispo de Mérida, tomando posesión de la sede arzobispal el 5 de diciembre del mismo año.
Entre 1999 y 2006 ejerció la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y de 2007 a 2011 asumió la vicepresidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).


Cáritas se moviliza para ayudar a los damnificados por el huracán en Haití
Posted by Redaccion on 11 October, 2016



(ZENIT – Roma).- Cáritas Internationalis ha lanzado un llamamiento a todas las Cáritas donantes del mundo por importe de 250.000 euros para financiar en Haití las primeras operaciones de respuesta inmediata a los damnificados por el huracán Matthew. En respuesta a esa petición, Cáritas Española ha puesto ya a disposición de Cáritas Haití una partida de 50.000 euros y ha lanzado la campaña “Cáritas con Haití” para canalizar la solidaridad de los donantes españoles hacia ese país caribeño, ha informado la propia Cáritas Española.
Asimismo, en un nota publicada este lunes, informan que a medida que los equipos de emergencia de Cáritas Haití han podido acceder a las áreas siniestradas del sureste de la isla –Jérémie y Les Cayes, principalmente— se ha ido tomando conciencia del grado de devastación causado por Matthew, cuyo saldo en pérdidas de vidas humanas se acerca al millar de fallecidos.
El Santo Padre mostró su cercanía por las víctimas de la tragedia y envió un telegrama en el que se unía “a través de la oración a la pena de cuantos han perdido a sus seres queridos”, les daba “su más sentido pésame” y les aseguraba “su cercanía en estas circunstancias dolorosas”.
Se calcula, además, que “350.000 personas necesitan ayuda urgente en un escenario de máxima precariedad”. El 80% de las viviendas han quedado arrasadas y se han perdido el 90% de los cultivos y la cabaña ganadera. Una auténtica tragedia –precisan– si se tiene en cuenta que se trata de una zona dedicada mayoritariamente a la actividad agropecuaria y que no se había visto afectada por los efectos de terremoto de 2010.
Por otro lado aseguran que los mayores retos a los que se enfrentan las Cáritas locales en estos momentos, aparte de garantizar el reparto de productos de primera necesidad a los damnificados, es “poder acceder a las zonas que permanecen aisladas a causa del corte de carreteras y puentes”. Otra prioridad –aseguran– es el suministro de agua potable, ya que todos los acuíferos han quedado contaminados tras el paso del huracán, con el consiguiente riesgo de brotes de cólera y disentería.
Asimismo, explican que las Cáritas de las zonas más afectadas han podido distribuir ayuda de primera necesidad a las víctimas, gracias al acopio realizado en los centros parroquiales y diocesanos en los días previos al impacto de Matthew. De todos modos, el nivel de destrucción es tal, “que las previsiones son insuficientes y urge enviar a las zonas afectadas nuevos suministros”. Para ello, mientras las Cáritas Diocesanas del resto del país están canalizando ayuda hacia las zonas devastadas, l”a red Cáritas en la región ha comenzado a organizar el flete hacia Haití de suministros de emergencia desde la República Dominicana y los países vecinos”.
El plan de respuesta inmediata que ha puesto en marcha Cáritas Haití prevé “garantizar ayuda de primera necesidad en las próximas semanas” –alimentos y productos de higiene—a 13.500 personas tanto en las áreas de Jamel, Nippes, Jeremie y Les Cayes, como en las zonas del oeste y del noroeste. La prioridad de la acción de Cáritas –concluye el comunicado– serán las personas alojadas en refugios temporales, mujeres embarazadas, niños y adultos con discapacidad.


Comentario a la liturgia dominical
Posted by Antonio Rivero on 11 October, 2016



(ZENIT – México).- Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, director espiritual y profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).

Idea principal: La oración de súplica.
Síntesis del mensaje: Lucas es también el evangelista de la oración. Es el que más veces nos presenta a Jesús orando y enseñando cómo debemos orar. El domingo pasado nos invitaba a dar gracias. Hoy, a la oración de súplica, como esa viuda a quien habían hecho una injusticia (evangelio). También Moisés en la primera lectura es modelo de oración de súplica por su pueblo, acosado por los amalecitas. El salmo refuerza este mensaje, pues toda ayuda nos vendrá del Señor, que nos guarda de todo mal. Toda oración debe partir de la Palabra de Dios, que orienta y purifica nuestra oración de súplica (2ª lectura).
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, ¿cómo debe ser nuestra oración de súplica para que Dios nos escuche? Nos responde santo Tomás en el proemio a la Oración dominical: “confiada, recta, ordenada, devota y humilde”. ¿Cómo debe ser, pues, nuestra oración? Primero, oración confiada. Para que la súplica obtenga mayor resultado, en ella debe trasparecer una confianza toda amorosa y humilde para provocar la misericordia de Dios: “me invocará y lo escucharé” (Sal 90, 15). Dirá san Claudio de la Colombière: “los que se cansan después de haber rogado durante un tiempo, carecen de humildad o de confianza; y de este modo no merecen ser escuchados. Parece como si pretendierais que se os obedezca al momento vuestra oración como si fuera un mandato; ¿no sabéis que Dios resiste a los soberbios y que se complace en los humildes? ¿Qué? ¿Acaso vuestro orgullo no os permite sufrir que os hagan volver más de una vez para la misma cosa? Es tener muy poca confianza en la bondad de Dios el desesperar tan pronto, el tomar las menores dilaciones por rechazos absolutos” (El abandono confiado a la Divina Providencia). Segundo, oración ordenada. Es decir, debemos pedir las cosas en orden a la salvación eterna, y por lo mismo, el vernos libres de caer en las tentaciones. Tercero, oración perseverante, machacona, como la de la viuda del evangelio. La perseverancia es el hábito que vigoriza la voluntad para que no abandone el camino del bien. Y cuarto, oración devota. La devoción no es otra cosa que una voluntad pronta de entregarse a todo lo que pertenece al servicio de Dios.
En segundo lugar, ¿por qué nuestra oración no llega a Dios? Aquí están algunas de las causas. Primera, el hombre le dice a Dios: “Dame la tierra y quédate con el cielo”. Materialismo se llama esto. Nada, que pedimos a Dios cosas terrenas, de la tierra, tierra: salud y dinero, trabajo y suerte, aprobados y ascensos. ¿Y de las cosas espirituales: la gracia y la fe, fidelidad a Dios y honradez de conciencia, sentido de la justicia y de la Iglesia, vivencias de Dios e ilusión por los destinos eternos…? Segunda causa, el hombre le dice a Dios: “O me das la tierra o te quedas con el cielo”. Empecinamiento. Para algunos cristianos, la oración es una partida de “parcheese”. Entran en el templo, tiran los dados de su oración a rodar por el tablero mágico del altar y…Y una de dos: o les toca, y entonces malo, o no les toca, y entonces peor. Este no es el Dios auténtico, sino pagano. Oración comercial. Y tercera causa, el hombre le dice a Dios: “Dame el cielo y de la tierra ya hablaremos”. Esta oración sí llega al trono de Dios. Este hombre o mujer que así oran serán escuchados por Dios, y sabrán sobreponerse a esta sociedad materialista, hedonista, sexista, laicista, neopagana, decadente…y serán hijos de Dios, cuando la mayor parte de los hombres se quedan en hijos de hombres, del tiempo y del ocaso.

Finalmente, orar pidiendo algo a Dios no significa dejarlo todo en sus manos y nosotros sentarnos en el sillón de la pereza. Moisés, aunque hoy aparezca orando con los brazos elevados, no es ciertamente una persona sospechosa de pereza e inhibición. Fue el gran servidor y conductor activo del pueblo; pero daba a la oración una importancia decisiva. Tampoco Jesús nos invita a la pereza: en la parábola de los talentos queda claro que debemos hacer rendir los talentos de Dios para bien de todos. También hoy queda claro que Dios no está obligado a darnos lo que pedimos. Él sabe lo que necesitamos. Será san Agustín quien nos dirá por qué Dios no nos escucha, o nos escucha con el silencio. Y lo dice de forma lapidaria en latín, su lengua, jugando con las palabras: “Cuando nuestra oración no es escuchada es porque: aut mali, aut male, aut mala. Mali, porque somos malos y no estamos bien dispuestos para la petición. Male, porque pedimos mal, con poca fe o sin perseverancia, o con poca humildad. Mala, porque pedimos cosas malas, o van a resultar, por alguna razón, no convenientes para nosotros” (La ciudad de Dios, 20, 22). Jesús acaba su parábola con una pregunta desconcertante: “cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”. Sin la oración llena de fe, no moveremos las montañas de nuestros problemas y los de la humanidad y de la Iglesia.

Para reflexionar: ¿Qué significa orar en el nombre de Jesús? ¿Qué significa orar sin cesar? ¿Qué es el poder de la oración? ¿Cómo es la oración una comunicación con Dios? ¿Cuál es la manera correcta de orar? ¿Cuáles son algunos obstáculos para la oración afectiva y efectiva? ¿La oración en silencio es bíblica? ¿Qué es la oración intercesora y de súplica?
Para rezar: Ejemplo de oración de intercesión: “Se acercó Abraham y le dijo:—¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás y no perdonarás a aquel lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacerlo así, que hagas morir al justo con el impío y que el justo sea tratado como el impío. ¡Nunca tal hagas! El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Gn 18- 23-25).
Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org.




San Serafín de Montegranario – 12 octubre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 11 October, 2016



(ZENIT – Madrid).- En esta festividad de Nuestra Señora de Aparecida, y de la Virgen del Pilar, patrona de la hispanidad, entre otros santos y beatos la Iglesia celebra también la vida de este humilde capuchino.
Félix era natural de Montegranario, Italia. Nació en 1540. Su padre, un modesto albañil, tuvo que sacar adelante cuatro hijos. Serafín fue el segundo y sufrió durante años la penuria económica de la familia y el trato despótico y violento de su hermano mayor, Silencio, que se cebó en él cuando quedaron huérfanos. Una jovencita, Lisa, fue su particular «ángel protector». Trajo con ella el aire diáfano del ideal religioso leyéndole vidas de santos. Fue el detonante de preguntas hondas que se formuló por vez primera: “–«¿Y qué hemos de hacer para salvarnos? Creo que lo mejor para mí será retirarme a un desierto y hacer vida de penitencia». Con la lucidez que brota de la inocencia evangélica, Lisa respondió: –«¿Para qué quieres un desierto? Vete a vivir con los capuchinos, y serás santo». Serafín supo de la existencia de estos religiosos y de la vida que llevaban a través del relato que hizo ella. En esa época ya se estaba labrando esa santidad que deslumbraría a las gentes en medio de la compleja relación con su hermano, la dureza de su trabajo como peón de albañil, portando en sus espaldas un peso desproporcionado, y sufriendo las chanzas de otros compañeros. Su alma transparente era una simbiosis de ofrenda y sacrificio.
A los 18 años se fue al convento de Loro-Piceno, consciente de sus muchas deficiencias humanas: distraído, lento, descuidado, olvidadizo, torpe… Pero tenía lo esencial, como revelan las humildes palabras que dirigió al portero que le abrió la puerta: –«Padre, yo no sé leer ni escribir; no sé más que rezar y amar a Dios». Hizo el noviciado en Jesi y mostró la autenticidad de su vocación. Le veían orar durante horas ante el sagrario, tenía verdadero espíritu penitencial, y fraguaba su acontecer con ayuno y mortificaciones. Él mismo diseñó cilicios para las severas disciplinas que se aplicó, llevado de su convencimiento de que eran un bien para su alma. Cuando un superior le invitó a moderarlos en beneficio de su salud, respondió: –«¡Vaya una cosa! Si yo muero, habrá un pecador menos en el mundo». Durante cuarenta años sufrió desprecios y humillaciones dentro y fuera del convento, curtiéndose en la virtud de la paciencia. Y consiguió aceptar sus debilidades. Fue un maestro de la caridad. Respondía bondadosamente cuando era objeto de mofa: «muy bien, muy bien. Tú me conoces mejor que nadie. Así hay que tratar a los pecadores como yo. Dios te lo pague, santito mío, Dios te lo pague».
Al final, y viendo que no respondía en las misiones que se le encomendaron, fue destinado a la limosna. Pero este religioso, que no se distinguió precisamente por su eficiencia, como era un santo fue bendecido con diversas experiencias místicas: éxtasis, visiones y milagros. Tenía el don de llegar a las gentes que conducía a Dios. Amaba profundamente a la Virgen y difundió su devoción en los demás. Era fidelísimo a la vivencia evangélica; jamás cometió voluntariamente un pecado venial, ni consintió en su entorno componendas al respecto. Sentía profunda piedad por los enfermos y moribundos. Y cuando hizo milagros, llevado por su humildad, trató de ocultarlos. Aceptaba sus limitaciones lleno de mansedumbre: «No poseo nada; tengo solamente este crucifijo y el rosario, pero con ellos, si Dios me ayuda, serviré de ayuda a los hermanos, y me haré santo». Con la penetración que da la auténtica vida espiritual mostraba su crucifijo de latón para recordar a los predicadores que en él se halla la clave de todo: «Este es el verdadero libro que conviene estudiar para hacer predicaciones provechosas a los pueblos».
Era feliz con su pobreza. Poseía un manto raído que una vez tuvo que reemplazar temporalmente, sustituyéndolo por uno nuevo por indicación de un superior que quiso probar su obediencia. Ese día soportó con gozo las chanzas de quienes, acostumbrados a su humilde sayal, se sorprendieron al verle pedir limosna por las calles de Ascoli con inusual «elegancia». Abrumado por la gente que le reclamaba por su fama de milagrero, (que se había hecho manifiesta no solo con las personas sino también con animales a los que amansaba), añoraba la soledad y el silencio. Sus superiores le prohibieron realizar prodigios. Como no estaba en su mano evitarlos, pedía discreción a los agraciados: «Vete, y quédate calladito, calladito, santito, porque no he sido yo, sino que ha sido Cristo y tu fe las que te han curado».
Toda su trayectoria pone de manifiesto que estaba en las antípodas de la inmadurez espiritual. Refleja la grandeza de un alma penitente, entregada, desprendida, desasida de sí. Ello se percibe también en sus constantes destinos; fue un religioso que pasó por muchos conventos. A nadie negó el bien que pudo hacer, comenzando por infundir a los que acudían a él en masa la confianza en Dios y en su divina Providencia. Se le reveló la hora de su muerte y esperó gozoso el momento. Llevaba sesenta y cuatro años llenos de trabajos y severas penitencias. Alegre y lúcidamente cándido, como siempre había sido, respondía a la pregunta de sus hermanos que se interesaban por su salud: «Muy bien; pronto me voy al cielo».
A principios de octubre de 1604 enfermó, y sólo se levantó el día 12 de ese mes, horas antes de morir. Previamente, tuvo la gracia de ayudar en misa, comulgar y hasta pedir limosna. Tanto es así, que pensando que se repondría demoraron administrarle los sacramentos. Pero él sabía que estaba a las puertas del cielo, y suplicó: «dadme a mi Dios, traedme a mi Jesús. Antes de la noche voy a morir». Y así fue. Clemente XIII lo canonizó el 16 de julio de 1767.