Servicio diario - 29 de octubre de 2016


 

Cáritas invita a orar por Siria junto con el Papa el 31 de octubre
Posted by Redaccion on 29 October, 2016



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco, en un encuentro que mantendrá el próximo 31 de octubre en la ciudad sueca de Malmo con los líderes luteranos con motivo de la conmemoración del 500 aniversario de la Reforma luterana en Suecia, realizará una oración por Siria, en el marco de la campaña impulsada por Cáritas Internationalis “Siria: la paz es posible”.
Tal y como informa Cáritas, en ese acto que tendrá lugar en el Malmo Arena y donde se espera la presencia de unas 10 mil personas, también se podrá escuchar el testimonio de Cáritas Siria en boca de su presidente, monseñor Antoine Audo, obispo de Alepo.
Caritas Internationalis está desarrollando actualmente la campaña Siria: la paz es posible [VER AQUÍ], para cuya difusión está disponible un amplio repertorio de materiales, como vídeos, historias, gráficos, fotos, carteles, oraciones y cartas de apoyo.
“Con 11 millones de personas desplazadas durante 6 años de guerra, poner fin al conflicto en Siria es posible”, asegura Cáritas. “Basta con que los Gobiernos apoyen el proceso de paz, incluyendo negociaciones incluyentes y la preservación de la diversidad como un elemento clave para una paz sostenible”, precisa.
Para Cáritas, “la oración es de vital importancia y supone una contribución incalculable para promover la paz”. Por eso, lanza una llamada universal a que todo el mundo ore en comunión con el papa Francisco el próximo 31 de octubre por la paz en Siria.


El cardenal Parolin sobre el viaje del Papa a Suecia: “Un hito en el camino de reconciliación”
Posted by Redaccion on 29 October, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticani).- La visita del papa Francisco a Suecia representa un momento histórico, en la medida en la que, los centenarios precedentes de la Reforma luterana, “fueron siempre conmemorados de forma polémica, en un espíritu de debate y quizá se puede hablar también de hostilidad”, mientras que esta vez “se puede hablar realmente de un hito en el camino de reconciliación y de búsqueda común de la unidad entre las Iglesias y las comunidades eclesiales”.
Así lo ha indicado en una entrevista a Radio Vaticana, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, subrayando de forma particular la coincidencia del inminente viaje pontificio con los 50 años del diálogo católico-luterano, iniciado “a partir del Concilio Vaticano II”.
Uno de los puntos más importantes de este diálogo, recuerda Parolin, ha sido “la firma, en 1999, de la Declaración común sobre la Doctrina de la Justificación, uno de los puntos que había estado en el origen y que se había convertido precisamente en el centro de la polémica”.
Por lo tanto, añade Parolin, “hay que agradecer al Señor por haber llegado a este momento que es el fruto del camino que se está llevando adelante desde hace tiempo y pedirle que nos ayude, también a través de este momento de conmemoración común, a proseguir en el camino del diálogo y de la búsqueda de la unidad de la Iglesia”.
Uno de los momentos importantes de la visita pastoral, subraya Parolin, será la firma de una acuerdo entre la sección del servicio para el mundo de la Federación luterana mundial y Caritas Internationalis: un signo de cómo la reconciliación que católicos y luteranos están persiguiendo, “debe traducirse en un encuentro” y “en una actitud de amor compasivo en lo relacionado con muchas personas que sufren por diferentes causas en el mundo”. Son en particular “los jóvenes” los que están “llamados en primera personas a asumir este desafío”, añadió.
Identificando “la solidaridad en lo relacionado con los últimos y la defensa y la tutela de la casa común”, como dos de los objetivos que reúnen a las dos iglesias, el cardenal subraya que el diálogo ecuménico, a través de la “superación del plegarse en sí mismo que después está en el origen de tantos conflictos” lleva a estar “unidos en la esperanza”.
Por lo tanto, “católicos y luteranos están llamados a testimoniar juntos, en nombre de la fe común en Jesús Salvador, toda la belleza, todo el esplendor y toda la alegría de la fe, que tienen y que testimonian”.
Señalando que la “elección ecuménica es una elección irreversible” y, a pesar de las dificultades, debe “ir adelante con valentía”, el secretario de Estado observa cuánto la pequeña comunidad católica sueca “se está enriqueciendo de muchos componentes” y “pueden trabajar juntos con la comunidad luterana precisamente para el testimonio cristiano”.


El patriarca Sako visita la Llanura de Nínive
Posted by Redaccion on 29 October, 2016



(ZENIT – Roma).- El patriarca Louis Raphael I Sako, patriarca de Babilonia de los Caldeos, acompañado por el obispo auxiliar Basel Salim Yaldo, ha visitado cinco ciudades y aldeas de la Llanura de Nínive que han sido liberadas en las operaciones militares que tienen como objetivo reconquistar Mosul. Esta ciudad del norte de Irak, desde junio de 2014, es el bastión de los yihadistas del Estado Islámico (Daesh).
Sako –informa la agencia Fides– ha visitado las ciudades de Bartella, Karmles, Qaraqosh, Teleskof, Baqofa y Batnaya cuyos habitantes, casi todos cristianos, habían huido ante el avance de las milicias yihadistas, y que ahora, la mayoría de ellos, viven como refugiados en el Kurdistán iraquí.
Durante la visita – informan las fuentes del Patriarcado, consultadas por la Agencia Fides – el primado de la Iglesia caldea “se ha reunido con los responsables de las Fuerzas armadas iraquíes y de las tropas kurdas Peshmerga que está realizando una ofensiva en Mosul”. Asimismo también ha podido visitar algunas iglesias de estas ciudades, constatando en persona “las devastaciones que han sufrido durante la ocupación yihadista”, incluidos los túneles y refugios subterráneos excavados en los edificios de culto cristiano “que habían sido ocupados como bases logísticas de los milicianos del Daesh”.
Algunas zonas de las ciudades visitadas –asegura Fides– están cerradas y no se puede acceder debido a las minas anti-persona colocadas por los yihadistas antes de su retirada.
Por ello, el patriarca ha rezado, en cada una de las iglesias que ha visitado, para pedir que regrese “la paz y la estabilidad en la región”. Con su visita, el Primado de la Iglesia caldea ha querido recordar que “las ciudades liberadas en el pasado estaban habitadas por cristianos, expresando su esperanza de que regresen pronto los bautizados a las ciudades de la Llanura de Nínive”, definidas por el patriarca como “nuestra Tierra Santa”.
Finalmente, el patriarca ha lanzado de nuevo la propuesta de proclamar el 2017 como “Año de la paz en Irak”, promovido y sostenido por las Iglesias y comunidades cristianas a través de momentos de oración ecuménica y de iniciativas eclesiales y culturales compartidas, para alimentar la “cultura de la paz y de la convivencia” en el país martirizado por los conflictos sectarios.


El cardenal Blázquez, miembro de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
Posted by Redaccion on 29 October, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha nombrado al arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, cardenal Ricardo Blázquez Pérez, miembro de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El nombramiento se ha hecho público este viernes, 28 de octubre de 2016.
Además, el cardenal Blázquez es también miembro de la congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica desde el 29 de marzo de 2014. El 13 de abril de 2015, el cardenal Blázquez fue nombrado miembro de la congregación para la Doctrina de la Fe y del consejo pontificio de la Cultura y el 27 de junio de ese mismo año se dio a conocer su nombramiento como miembro de la congregación para las Iglesias Orientales. El último nombramiento, el 8 de enero de 2016, anunciaba su incorporación como miembro de la administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
Además, fue creado cardenal por el papa Francisco en el Consistorio ordinario público para la creación de nuevos cardenales el 14 de febrero de 2015, donde se le asignó el título de Santa María en Vallicella.


Beato Ángel de Acri – 30 de octubre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 29 October, 2016



(ZENIT – Madrid) – Lucas Antonio Falcone nació en Acri, Cosenza, Italia, el 19 de octubre de 1669. Sus padres, el campesino Francisco Falcone, y Diana Enrico, panadera, le educaron en la fe. Diana era devota de la Virgen de los Dolores y de san Francisco de Asís, lo cual influyó en el pequeño Lucas que creció en un hogar de mínimos recursos, pero amasando una fortaleza que sería su mayor legado. Travieso, como son la mayoría de los niños, hallándose en la iglesia con su madre intentó descolgar la imagen de la Virgen, pero algo percibió en su mirada y desistió. Se hincó de rodillas colocando debajo unos granos de trigo y en un momento dado vio que la imagen resplandecía ante él «ceñida de rayos», hecho que le causó gran conmoción.
En 1689, mientras escuchaba el sermón del capuchino padre Antonio de Olivadi, creyó que tenía vocación para integrarse en su comunidad y fue admitido en ella ese mismo año. Contra el parecer de su madre, y de un tío sacerdote, ingresó en Dipignano. Al no hallar conformidad con la vida que se encontró, regresó con su familia. Pero íntimamente le parecía percibir una voz haciéndole ver que su lugar era otro. Volvió a las puertas del convento de los frailes, solo que en este caso eran las de Acri, confiando en que sería acogido y perdonado, como así fue. Por segunda vez reinició el noviciado en 1689, en esta ocasión en Belvedere. Le atenazaron las dudas, se dejó llevar de pensamientos mundanos, y nuevamente se marchó.
Parecía como si su reticencia para huir atrajese sobre él más gracia divina. A mediados de noviembre de 1690 por tercera vez se planteó la posibilidad de ser capuchino. Según confesó después, fue el diablo bajo una poderosa apariencia física, quien lo transportó permitiéndole atravesar de ese modo una peligrosa corriente; interpretó el hecho como un castigo divino impuesto al maligno que había influido en su voluntad en las dos ocasiones anteriores. Ángel llegó al convento de Belvedere tembloroso, cargado de humildad, pertrechado por su fe y el espíritu de un neófito. Los religiosos volvieron a dar pruebas de bondad y de caridad acogiéndole. Y el beato, decidido a todo por Cristo, en esta ocasión perseveró en la vivencia de las enseñanzas que fue recibiendo, entregado a la oración y a la penitencia. No obstante, tuvo que luchar contra las tentaciones de abandono que pugnaban por abrirse paso dentro de sí con inusitada fuerza. Por algo advierte Cristo que se debe ser fiel en las cosas pequeñas. Los resquicios que dejan las dudas no hacen más que aventar la indecisión. Si se le dan alas una vez, la vida espiritual comienza a derrapar por un peligroso desfiladero porque la debilidad se asienta cómodamente en el interior. En cambio, toda negativa a volver la vista atrás fortalece.
Ángel se había dejado llevar de sus temores en tres ocasiones, y la lucha se le presentaba más enconada. Así que, conocer la vida de fray Corleone, y su combate contra las tendencias humanas, le ayudó muchísimo. Casi desfallecido por la batalla que mantenía contra el envite del maligno, suplicó: «¡Ayúdame, Señor! No resisto más». Y escuchó esta respuesta: «Compórtate como fray Bernardo de Corleone». Entonces, tomó al fraile como modelo y, con la ayuda de su formador Juan de Orsomarso, que le animó en todo momento, profesó en 1691, habiendo encomendado su vocación a María. Lo encaminaron a la vida sacerdotal, cursó estudios teológicos y en 1700 fue ordenado sacerdote en la catedral de Cassano Jonio.
Destinado a predicar, supo llegar al corazón de las pobres gentes, campesinos y pastores en su mayoría, que malvivían trabajando de sol a sol, mientras los beneficios iban a parar a los señores. Les hablaba del amor de Dios con un mensaje sencillo, comprensible, despojado de retóricas y artificios, en conformidad con el espíritu franciscano. Obtuvo muchas conversiones. Fueron treinta y ocho años los que pasó predicando cuaresmas, ejercicios espirituales, misiones populares, etc., por muchas regiones de Italia, pasando por encima de penalidades y contratiempos. No se amilanaba a la hora de defender a los débiles. Denunciaba con pasión los abusos que cometían contra ellos lesionando sus derechos esenciales, y reclamaba a las autoridades civiles y a miembros de la nobleza el trato justo que merecían. Fue un gran confesor y pacificador. En el púlpito no le temblaba el pulso a la hora de condenar la gravedad de la conducta de los pecadores, aunque en el confesionario acogía a los penitentes con misericordia y piedad.
Hizo de su celda un centro de consulta para los que demandaban su consejo, que eran de todas las clases y condiciones sociales: la nobleza y el clero también acudía a él. Dirigió espiritualmente a religiosos y religiosas. Notable fue la atención que tuvo con el VIII príncipe de Bisignano, Giuseppe Leopoldo Sanseverino, siendo autorizado por Benedicto XIII para que residiera en el palacio a efecto de poder confortarle espiritualmente. Contando con la ayuda de Sanseverino, Ángel impulsó la construcción del convento de capuchinas en Acri, donde ingresaría la hija de este noble: sor María Ángela del Crucificado.
El beato aceptó por obediencia las misiones que se le encomendaron: maestro de novicios, guardián, visitador, definidor, ministro provincial y pro-visitador general. Fue un gran humanista y poeta, un excelso religioso agraciado con dones extraordinarios: milagros, profecía, bilocación, dirección y penetración de conciencias, éxtasis y curaciones. Murió en Acri el 30 de octubre de 1739. Fue beatificado por León XII el 18 de diciembre de 1825.