Servicio diario - 08 de noviembre de 2016


 

El Papa en Sta. Marta: Con deseo de poder y deslealtad es difícil servir a Dios
Posted by Redaccion on 8 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Para servir bien al Señor debemos evitar ser desleales y buscar el poder. Así lo ha asegurado el papa Francisco en la misa celebrada este martes en Santa Marta. De este modo, el Santo Padre ha asegurado que no se puede servir a Dios y al mundo.
El Pontífice ha desarrollado su homilía recordando la afirmación que todo discípulo se debe repetir a sí mismo: “somos siervos inútiles”.
Por eso, el Santo Padre ha preguntado cuáles son los obstáculos que impiden servir al Señor, servirlo con libertad. Hay muchos –ha observado– y uno es “el deseo de poder”.
Jesús nos ha enseñado que “el que manda se convierte en el que sirve”, ha precisado Francisco. O si uno quiere ser el primero que sea siervo de todos. Jesús –ha recordado– invierte los valores de la mundanidad, del mundo.
Y este deseo de poder no es el camino para convertirse en un siervo del Señor, es más, es un “obstáculo que hemos pedido al Señor alejar de nosotros”.
El otro obstáculo, sucede también el vida de la Iglesia, es la deslealtad, ha reconocido el Pontífice. Esto sucede “cuando alguno quiere servir al Señor pero también sirve a otras cosas que no son el Señor”. El Señor –ha recordado el Papa– no ha dicho que ningún siervo puede tener dos padrones. O sirve a Dios o sirve al dinero. La deslealtad no es lo mismo que ser pecador. “Todos somos pecadores, y nos arrepentimos de esto”, pero ser desleales es “hacer el doble juego”, ha advertido. Asimismo, ha precisado que el que tiene deseo de poder y el que es desleal, difícilmente puede servir, convertirse en siervo libre del Señor.
Estos obstáculos –el deseo de poder, la deslealtad– quitan la paz y te llevan a esa molestia de corazón de no estar en paz, siempre ansioso. Y esto, ha recordado el Papa, nos lleva a vivir en esta tensión de la vanidad mundana, vivir para aparentar. Por eso Francisco ha advertido sobre esa gente que “vive solamente para estar en un escaparate, para aparentar”, “por la fama”.
De este modo, el Santo Padre ha invitado a “pedir al Señor quitar los obstáculos para que en la serenidad, tanto del cuerpo como del espíritu” podamos “dedicarnos libremente a su servicio”.
En esta misma línea, el Pontífice ha recordado que el servicio de Dios es libre “somos hijos, no esclavos”. Cuando servimos al Señor con libertad –ha reconocido– sentimos esa paz más profunda todavía de la voz del Señor: ‘ven, siervo bueno y fiel’. Pero “todos queremos servir al Señor con bondad y fidelidad, pero necesitamos su gracia, solos no podemos”. Por eso, ha asegurado el Santo Padre, debemos pedir siempre esta gracia, “que sea Él quien nos quite estos obstáculos, que sea Él quien nos dé esta serenidad, esta paz del corazón para servirlo libremente, no como esclavos, sino como hijos”.
Tenemos que repetir –ha asegurado– que somos siervos inútiles conscientes de que solos no podemos hacer nada. Solamente “tenemos que pedir y hacer espacio para que Él haga en nosotros y Él nos transforme en siervos libres, en hijos, no en esclavos.
De este modo el Papa ha pedido que “el Señor nos ayude a abrir el corazón y a dejar trabajar al Espíritu Santo para que quite de nosotros estos obstáculos, sobre todo el deseo de poder que hace tanto mal, y la deslealtad, la doble cara” de “querer servir a Dios y el mundo”.
Finalmente, el Santo Padre ha pedido que nos dé esta serenidad, esta paz para poder servirlo como hijo libre que al final, con tanto amor le dice: “Padre, gracias, pero tú lo sabes: soy un siervo inútil”.


La reunión sorpresa de Francisco con presos, algunos condenados a cadena perpetua
Posted by Redaccion on 8 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Fue una gran sorpresa para un grupo de detenidos de la cárcel de Padua cuando el papa Francisco les invitó a la casa Santa Marta. “Ayer por la tarde mientras estábamos visitando algunas basílicas de Roma nos llegó por teléfono, a través de un sacerdote, la invitación del papa Francisco para ir a verlo a la residencia Santa Marta, en el Vaticano. Pensé que era una broma”, contó ayer don Marco Pozza, capellán de la cárcel “Due Palazzi di Padova”, en una entrevista a InBlu Radio, el network de las radios católicas italianas.
El sacerdote estaba acompañado por un grupo de unas cuarenta personas, entre detenidos y trabajadores, que llegó a Roma con ocasión del Jubileo de los presos. “El Papa –dijo a la emisora– ha querido saber de la situación y las condiciones en nuestra cárcel. Ha querido también que le contáramos las bonitas iniciativas de nuestra realidad de Padua. Hemos visto el rostro del Papa muy serio cuando cuatro condenados a cadena perpetua le han pedido ayuda. Me ha emocionado que al final de la bendición ha dado las gracias a los presos porque le habían alegrado la jornada. La recompensa más bonita ha sido ver la sonrisa en los rostros de estas personas”.
Durante la llamada –explicó don Marco– este sacerdote me dijo que el Papa estaba preocupado de que no nos mojáramos. Esperamos a que dejara de llover y enseguida fuimos hacia la plaza de San Pedro. A pesar de la lluvia torrencial sobre Roma ni nos dimos cuenta. Estamos contentos de terminar el Jubileo de la mejor forma posible, pensando sobre todo en estos hermanos que han salido de su angustiosa celda 3×2 el sábado por la mañana, y se han encontrado en medio del corazón de la cristiandad y del papa Francisco.
Para concluir, Pozza indicó que la historia de este encuentro se ha quedado en las miradas y en las emociones de los detenidos. “Dos minutos después ya lo sabían los parientes en África, Grecia, Albania y en otros países del mundo”. Como dice el papa Francisco –señaló el sacerdote– cuando se encuentra a Cristo es difícil tener la alegría para sí, debe ser necesariamente contada a todos. Todo ha nacido bajo el nombre del Dios de las sorpresas. Y nosotros hemos sido protagonistas de esta sorpresa.


El Papa felicita a Radio María Argentina por sus 20 años de trabajo
Posted by Rocío Lancho García on 8 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El Santo Padre explica que los medios de comunicación son para sembrar, no solo los católicos, todos. Para sembrar la verdad, la bondad y la belleza. Y cuando un medio no siembra la verdad, siembra la media verdad y desinforma, porque dice un pedacito; no dice toda la verdad. Entonces es una manera de desinformar y hacer mucho daño.
Se cumplen 20 años de Radio María Argentina. Por eso, el Santo Padre ha enviado su saludo, bendición y mejores deseos a toda la red de Radio María y, especialmente a Radio María Argentina. Lo ha hecho a través de un vídeo mensaje publicado hoy. También saluda al Periódico Encuentro, “que lleva su buen tiempo de trabajo”. Ambos, son medios de comunicación “que procuran que lo que se dice sea la realidad”.
Un día antes de la canonización del Cura Brochero, el Papa Francisco recibió en Santa Marta, en El Vaticano, al Padre Javier Soteras y a Javier Cámara los directores de Radio María Argentina y el Periódico Encuentro, estos dos medios de evangelización que nacieron hace dos décadas en Córdoba. Con paternal acogida, el Papa grabó un vídeo mensaje en el que exhorta a todos los que trabajan en estas obras y en los medios de comunicación a “seguir adelante diciendo las cosas verdaderas, las cosas bellas y las cosas buenas”.
El Papa hace referencia a las palabras que les dijo en la reunión que tuve con Radio María mundial. Radio María es “esencialmente fecunda, es un medio de comunicación fecundo”. El nombre lo dice: ‘María’ la que trae a Jesús. Por eso, el Santo Padre señala que “es una radio que procura, de alguna manera, que Jesús esté presente a través de la Madre.”
En el mensaje, el Pontífice advierte que “el peligro más serio es caer en un nominalismo existencial, creer que lo que uno dice es lo que es”. Y añade: “Se dice pero no se hace; es la condena de Jesús a los fariseos: ‘ellos dicen y no hacen’, así decía el Señor”.
En esta línea, el Pontífice asegura que “uno puede decir muchas cosas, pero que no provoquen el hacer”. Por eso reconoce que “cuando un comunicador dice y no provoca en quien escucha el hacer, está predicando de una manera nominalista. No siembra, habla”.
Cuando un medio de comunicación no siembra la bondad –observa el Papa– destruye, calumnia, difama y no deja crecer la buena semilla. “Y cuando un medio de comunicación no siembra la belleza, hace que la comunicación tenga que recurrir a la grosería, a lo grotesco para hacerse sentir”, advierte.
Finalmente, el Santo Padre les invita a seguir adelante “diciendo las cosas verdaderas, las cosas bellas y las cosas buenas”.


Francisco se reúne con la exministra italiana Emma Bonino
Posted by Redaccion on 8 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recibido, este martes por la mañana en audiencia privada, a Emma Bonino, exministra de asuntos exteriores de Italia. El encuentro –informó la oficina de prensa de la Santa Sede– se ha centrado en temas sobre los flujos migratorios, la acogida a migrantes y su integración.
En mayo de 2015, la exministra recibió una llamada telefónica del papa Francisco que quiso interesarse por su salud, enferma de un tumor. El Santo Padre la animó y ella agradeció mucho este gesto. Ya en esa conversación hablaron sobre migrantes, pobreza y el Mediterráneo.
Es una de las figuras más importantes de liberalismo italiano, desde joven entró en política y tomó distancia de la Iglesia al apoyar la esterilización y el aborto. Fue delegada de Italia ante la ONU en favor de la moratoria de la pena de muerte y fundadora de la organización internacional ‘No hay paz sin justicia’ contra la mutilación de los genitales femeninos.
Emma Bonino junto a otro líder histórico de la misma corriente, Marco Panela fueron recibidos en 1986 por el papa san Juan Pablo II, al inicio de la campaña que lanzaron contra el hambre en el mundo.


“En tus ojos está mi palabra”. Libro de las homilías y discurso de Bergoglio en Buenos Aires
Posted by Redaccion on 8 November, 2016



(ZENIT – Roma).- “En tus ojos está mi palabra. Homilías y discursos de Buenos Aires 1999-2013” es el título de libro editado por Rizzoli, que por primera vez publica la recopilación de los escritos de Jorge Mario Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires. El volumen, escrito por el padre Antonio Spadaro, director de la revista La Civiltà Cattolica, será presentado en Roma el jueves 10 de noviembre, en la Curia General de la Compañía de Jesús.
La obra incluye además una conversación inédita del papa Francisco con el padre Spadaro, que en la introducción escribe: “Leer estas páginas es como entrar en la ‘trastienda’ del papa Francisco. Y este laboratorio fotográfico sirve para entender mejor, comprender qué estación eclesial que estamos viviendo”.
En la presentación, además del autor, intervendrán el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado; monseñor Blase Joseph Cupich, arzobispo de Chicago; el padre Arturo Sosa, superior general de la Compañía de Jesús. Y modera el encuentro el padre Federico Lombardi, presidente della Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI.


El Jubileo de los ‘sin techo’ en Roma para poner la caridad en el centro
Posted by Sergio Mora on 8 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Este fin de semana, del viernes 11 al domingo 13 es el Jubileo de las personas sin hogar. Participarán miles de personas que vivieron o que viven en la calle, que llegarán desde varios países de Europa, además de Italia y los que viven en Roma.
El evento está organizado por varias asociaciones, entre las cuales ‘Fratello’ que trabaja con personas en situación de exclusión. También participa la comunidad de San Egidio: “Hemos invitado a participar en el evento a muchas de esas personas que viven en Roma, en las inmediaciones de San Pedro y de las estaciones de tren de Tiburtina y Termini” indicó hoy martes en una rueda de prensa Carlo Santoro, que se ocupa de este sector. Y añadió: “son los ‘descartados’ a los cuales Francisco se refiere con frecuencia”.
A los periodistas que se encontraban en la sala de prensa del Vaticano, Santoro indicó la intención de que con este evento, parte del Jubileo de la Misericordia, “se cree una actitud de misericordia hacia los pobres”.
El viernes hacia el medio día el papa Francisco les dedicará una catequesis en el Aula Pablo VI del Vaticano, en la cual habrá también testimonios y animación. El domingo 13 el Santo Padre celebrará la santa misa en la basílica de San Pedro. Además el sábado por la tarde se realizará una vigilia de oración y procesión con velas organizada por el cardenal arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin.
El miembro de San Egidio señaló además que “siendo amigos de los pobres descubrimos cómo se asemejan a nosotros y lo fácil que es volverse pobre”. Y precisó que es necesario cambiar la mentalidad de esta ciudad, particularmente en el Jubileo de la Misericordia.
“No sabemos cuántos participarán -dijo- porque las personas que viven por la calle son imprevisibles, incluso en los comedores cada día no sabemos cuántos vienen”. Otras fuentes en cambio calculan que serán al menos unos cinco mil.
Santoro invitó a que “la asistencia sea vista no tanto como un tema sociológico sino como una invitación que deriva del Evangelio”. Asimismo aseguró que en los últimos años, con Francisco que habla sobre los pobres “hemos visto cada vez a más personas que se acercan a quienes están por la calle, un fenómeno que está creciendo, una onda buena que ha llegado del Papa, relacionado con poner a los pobres en el centro de la caridad y de la Iglesia”.
En este sentido aseguró que “la respuesta que he visto es muy positiva”. Como los gestos de organizar en el Vaticano las duchas, un centro médico, un pequeño dormitorio, una barbería. Mirarles en los ojos y ayudarles.
Por lo que se refiere a los migrantes, aseguró que en el centro está el valor de la solidaridad y la acogida y señaló que “la experiencia de los corredores humanitarios ha sido la de quitar estas personas a los traficantes de seres humanos”.
También recordó que en Europa “el invierno es frío y se acerca, y estas personas necesitan una protección particular”, y que “ninguno de nosotros es tan pobre que no pueda hacer algo por los otros pobres”.


Acuerdo de París define su actuación en la cumbre de Marrakech
Posted by Redaccion on 8 November, 2016



( ZENIT – Roma).- La Conferencia internacional sobre el clima, la Cop 22, organizada por las Naciones Unidas, inició el pasado lunes 7 en la ciudad de Marrakech, con la participación de 196 países entre los cuales 30 jefes de Estado, así como industriales y organizaciones no gubernamentales.
Hasta el 18 de noviembre, los participantes discutirán en Marruecos, los detalles del Acuerdo sobre el Cambio Climático firmado en París en el 2015 y que acaba de entrar en vigor, con la finalidad de detener el aumento de la temperatura global de dos grados respecto al período pre-industrial.
El oficial del Consejo Pontificio Justicia y Paz, Theobald Vinciguerra declaró a Radio Vaticano que “el Acuerdo de París es un texto muy general; muchas cosas están aún por definirse y es precisamente el “cómo”, lo que se discute estos días en Marrakech.
Precisó que un centenar de países aprobó la convención marco de la ONU y el acuerdo en vigor, pero que existen otro centenar de países que aún no lo han hecho. El desafío consiste por lo tanto en “gestionarlo en dos velocidades, sin perder a nadie por el camino”.
El Dr. Vinciguerra señaló que el mecanismo para lograr evitar el aumento de la temperatura es el llamado ‘NDC’. Medidas que se refieren a la evolución tecnológica hacia energía limpia, modificación en los transportes, disminución o desmantelamiento, reforestación. Una serie de inciativas que los países las deben realizar como iniciativas propias ya que no existe una receta ni un formato único.
La pregunta es cómo hacer que las ‘NDC’ sean realizadas con los mismos cánones en todos los países y apuntar a objetivos ambiciosos.
Se destinará para esta meta unos 100.000 millones de dólares en contribuciones voluntarias y deberá ser definido quién y cómo se pagan. Sobre estos puntos hay claramente divergencia sobre el origen de estos recursos.
En Marrakech estarán cientos de ONGs. Su rol será el de incentivar estos trabajos y a los gobiernos en los propios países, y realizarán una serie de actividades paralelas, conferencias y seminarios. Propondrán por ejemplo una reflexión sobre la fertilidad del suelo en la agricultura, indicó el entrevistado.
También se espera un cierto impulso ético y moral: aquí es donde entran en juego las religiones. Así la contribución de la Santa Sede durante el “Cop 21”, en París, se basó mucho en las enseñanzas de Laudato Si’: no tanto en cuestiones técnicas, cuántos grados, etc., sino por la dimensión ética y de justicia social. Por ejemplo el puesto de trabajo de los empleados ya que al suprimir los sectores más poluyentes es necesario crear trabajo en otros sectores.
Otro tema fue la preocupación por la solidaridad y la justicia entre las generaciones. En este caso qué mundo le vamos a dejar a las generaciones futuras.
El doctor Vinciguerra concluye recordando que la Laudato Si’ sin duda sigue siendo un factor muy fuerte de inspiración para los gobiernos, la sociedad civil y las empresas. Y que las grandes multinacionales se hayan sentido provocadas por la Laudato Si’ indica que el impacto de la Encíclica todavía permanecerá durante mucho tiempo.


Estados Unidos: Los obispos presentan un documento ante las elecciones
Posted by Redaccion on 8 November, 2016



(ZENIT – Roma).- Después de una agresiva campaña de los candidatos Hillary Clinton del partido Democrático y Donald Trump, del partido Republicano, a cuyos programas políticos no le faltan aspectos controvertidos, los electores deciden hoy martes quien será el futuro presidente de Estados Unidos.
Los obispos católicos del país han ofrecido un documento doctrinal titulado “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles”, que representa una orientación en el ejercicio de sus derechos y deberes como participantes en la democracia.
Los obispos advierten entretanto que “este documento es para ser leído en actitud de oración y en su totalidad. Sería un grave error –y un error que se produce con lamentable frecuencia– utilizar únicamente partes seleccionadas de la doctrina de la Iglesia para promover intereses políticos partidistas o validar sesgos ideológicos”.
“Instamos a nuestros pastores, fieles laicos y religiosos, y a todas las personas de buena voluntad, a utilizar esta declaración para ayudar a formar sus conciencias, enseñar a los que están a su cuidado, contribuir al diálogo público cívico y respetuoso, y plasmar opciones políticas en las próximas elecciones a la luz de la doctrina católica”, indica la introducción.
El documento está compuesto principalmente por la declaración adoptada abrumadoramente por los obispos en 2007, además de ciertas revisiones limitadas a modo de actualización.
El documento también se actualiza para tener en cuenta las evoluciones recientes en los Estados Unidos en la política tanto nacional como extranjera:
• La destrucción continua de más de un millón de vidas humanas inocentes cada año por el aborto provocado
• El suicidio asistido por médicos
• La redefinición del matrimonio –la célula vital de la sociedad– por los tribunales, los órganos políticos y cada vez más por la cultura misma de los Estados Unidos
• El consumo excesivo de bienes materiales y la destrucción de los recursos naturales, que dañan tanto al medio ambiente como a los pobres
• Los ataques mortales contra nuestros hermanos cristianos y las minorías religiosas en todo el mundo
• La redefinición más restrictiva de la libertad religiosa, que amenaza tanto a la conciencia individual como a la libertad de la Iglesia para servir
• Las políticas económicas que omiten dar prioridad a los pobres, en nuestro país o en el extranjero
• Un sistema de inmigración defectuoso y una crisis de refugiados en todo el mundo
• Las guerras, el terror y la violencia que amenazan todos los aspectos de la vida y la dignidad humanasConcluyen llamando a los fieles a la oración. “Las luchas que enfrentamos como nación y como comunidad mundial no pueden abordarse exclusivamente eligiendo al “mejor candidato” para un cargo político. Sino rezar y pedir a Dios “que nos dé la capacidad de anunciar eficazmente el Evangelio de Jesucristo a través de nuestro testimonio cotidiano de nuestra fe y sus enseñanzas”.


Beato Luigi Beltrame Quattrocchi (esposo de la beata María Corsini) – 9 de noviembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 8 November, 2016



(ZENIT – Madrid).- Hoy se celebra la Dedicación de la basílica de Letrán y, entre otros santos y beatos, la vida de Luigi y María que fueron beatificados por Juan Pablo II el 21 de octubre de 2001. El Martirologio Romano los recuerda por separado el 9 de noviembre y el 26 de agosto, respectivamente, y la diócesis de Roma los celebra unidos el 25 de noviembre que fue la fecha de su matrimonio. Pero dado que su historia está cincelada por un vínculo que ocupó gran parte de su existencia, y que fueron elevados a los altares precisamente por el ejemplo de santidad que dieron en la cotidianeidad de su vida familiar, parece oportuno respetar esa conjunción de la biografía de ambos. Y así se ofrece en este santoral de ZENIT.
Luigi nació en Catania, Italia, el 12 de enero de 1880. Al ser acogido por un tío paterno que no tenía descendencia, de acuerdo con los padres del beato, éste tomó de él su apellido Quattrocchi sin dejar de mantener un vínculo con sus padres, Carlo y Francesca. En 1890 se trasladó a Roma por motivos profesionales de su tío. Y en 1898 se matriculó en derecho en la Sapienza. Mientras estudiaba, en 1901 conoció a María, hija del coronel Corsini, perteneciente a una familia acomodada. Residía en Roma desde 1893. Había mostrado fuerte carácter y ciertas desavenencias con sus padres propias de la adolescencia, y en ese momento estudiaba empresas y contabilidad, aunque al mismo tiempo se sentía atraída por la literatura y el arte. Fue autora de un trabajo sobre el pintor Rossetti.
La diferencia de edad entre Luigi y María no era excesiva, puesto que ella había nacido en Florencia el 24 de junio de 1884. Ambos compartían similares intereses artísticos y culturales. De hecho, les vinculó inicialmente el afán literario. Pero María añadía un plus: su compromiso espiritual. Era una mujer culta, amante de la música, que se convertiría a partir de 1912 en escritora y profesora experta en temas pedagógicos. Ya estaba vinculada a la Acción Católica y colaboraba con los scouts. Luigi tenía entonces un horizonte prometedor que se materializó enseguida dadas sus excelentes cualidades personales e intelectuales. Defendió la tesis doctoral en 1902 y después se convertiría en un reputado abogado del Estado.
La pareja no tuvo dudas de la fortaleza de sus sentimientos porque, también amparados por la amistad que vinculaba a las familias de ambos, intensificaron la correspondencia, solidificando un sentimiento profundo que fue desembocando en la clamorosa necesidad de compartir un mismo proyecto de vida. Se comprometieron en marzo de 1905 y el 25 de noviembre de ese año contrajeron matrimonio en la basílica de Santa María la Mayor. En lo concerniente a la fe, Luigi era creyente y su conducta personal y profesional era la de un hombre con principios, intachable, honesto y bondadoso, pero no iba mucho más allá en la práctica religiosa. Sin embargo, el vínculo matrimonial le condujo a una mayor entrega en el amor a Dios, alentado por el ejemplo de su esposa y con la ayuda de su director espiritual, en una progresión exponencial encomiable que le conduciría a los altares junto a ella.
Su residencia, la misma de su familia política, los Corsini, sita en Vía Depretis, le permitía acudir a misa diariamente junto a su esposa a Santa María la Mayor; así abrían su apretada agenda cotidiana. En lo demás, aparentemente se asemejaban a una familia normal dentro de su clase que le permitía acceder a círculos sociales selectos vedados para otros. Pero el escenario en el que transcurría su feliz existencia lo llenaba Dios. En el centro de sus vidas se hallaba la Eucaristía, el amor a la Virgen, la recitación del rosario, el rezo de otras oraciones, etc., además de retiros y la formación espiritual que se procuraban. Todo ello vivido en un clima de fe y de alegría, sin estridencias, de forma sencilla y natural, y eso lo percibieron sus hijos y sus familiares antes que nadie. Cuando en un hogar rezuma la felicidad, un gesto tan simple como introducir la llave en la cerradura comporta un indescriptible gozo porque se ansía volver a reunirse con los seres más queridos; es uno de los sentimientos que narraba María poniendo de manifiesto la riqueza de su convivencia.
A los hijos les enseñaron a afrontar las dificultades del día a día con la confianza en la Providencia, buscando la perspectiva divina con su oración: «desde el techo hacia arriba» era el consejo que dieron a todos. El ejercicio de su caridad alentó su vida, y tres de ellos fueron religiosos; uno sacerdote en la diócesis de Roma, otro trapense, y una hija benedictina. El último de los hijos, una niña, sembró la zozobra en sus vidas antes de nacer. Varios médicos no auguraron nada bueno para la madre y la hija. María fue informada del altísimo peligro que corría si determinaba seguir adelante con el embarazo y le sugirieron deshacerse del bebé para conservar su propia vida. Ni Luigi ni ella vacilaron en la decisión de continuar con el embarazo, aventando el riesgo, y todo se resolvió sin contratiempos.
La oración que impregnaba su hogar se hizo palpable también en el entorno exterior con sus amigos y en las numerosas acciones que realizaron. Porque los esposos desplegaron su apostolado social en diversas vertientes, atendiendo a los pobres, involucrándose en actividades del grupo scouts que organizaron para los niños durante la posguerra –aunque anteriormente habían abierto las puertas de su domicilio a refugiados de la guerra–, en el ámbito catequético y en su decidido compromiso con la Acción Católica. Luigi realizaba su apostolado en su casa, entre compañeros y amigos, y llevó a muchos de ellos a la fe. Con uno de éstos fundó en 1919 un oratorio festivo para los chicos de la favela. Cuando estalló el fascismo tuvo que esconderse para salvar la vida. Después fue nombrado asesor general adjunto del estado italiano. Murió el 9 de noviembre de 1951 de un infarto de miocardio. María, que en 1917 se hizo terciaria franciscana, le sobrevivió hasta el 26 de agosto de 1965, dejando atrás, al penetrar en la gloria, una admirable labor apostólica.


Comentario a la liturgia domincal
Posted by Antonio Rivero on 8 November, 2016




TRIGÉSIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
Ciclo C
Textos: Malaquías 4, 1-2a; 2 Tes 3, 7-12; Lc 21, 5-19
P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, director espiritual y profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: ¿Cómo prepararnos para el final de los tiempos?
Síntesis del mensaje: Estamos terminando el año litúrgico, y es lógico que los textos de este domingo tengan tono y sabor escatológico, es decir, que nos hagan mirar al futuro de la humanidad y el nuestro. A esta mirada hacia el futuro nos invitan, no sólo el evangelio y la 1ª lectura, sino también esta vez la 2ª lectura de san Pablo. Ahora bien, los “últimos tiempos” ya los estamos anticipando siempre en la participación de los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y con la construcción de un mundo más humano y cristiano. Para quienes anuncian insistentemente y con tonos tremendistas que vendrá ya el castigo y el fin de los tiempos, Cristo hoy nos dice que no es inminente: “eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida”. Fe, confianza y perseverancia en el bien.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, en la 1ª lectura, el profeta Malaquías pinta el panorama con total y crudo realismo: “Llega el día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el día que llega los consumirá”. Más claro, imposible. Son imágenes muy gráficas, que remiten a unas grandes verdades. Primera, Dios es el recompensador infinito de aquellos que lo sirven con fidelidad a pesar de las pruebas y el sufrimiento. Segunda verdad, llegará el fin del mundo y, con él, el juicio de Dios. El tiempo en que Dios mismo ponga cada cosa en su lugar, según justicia. Estas palabras de Malaquías no son agradables a la mentalidad moderna, pero no es menos cierto que la justicia que en ellas se manifiesta no invalida la bondad de Dios, que no deja de ser Padre.
En segundo lugar, Cristo en el discurso escatológico del evangelio de hoy desarrolla el mismo tema. Pone en guardia a los cristianos –y a todos- sobre posibles engaños: “Tened cuidado, no os dejéis engañar, porque muchos se presentarán en mi nombre, diciendo: “Soy yo”, y también: “El tiempo está cerca”. No los sigáis”. No hay nada peor que la verdad deformada. No hagamos caso a quienes van por ahí proclamando y anunciando el fin del mundo. La Iglesia ha sido siempre muy cauta en estos temas. Por eso, cuando ha habido supuestamente revelaciones privadas al respecto, la Iglesia no ha dado rápido el veredicto o la aprobación, sino después de un prolongado tiempo de prueba, ya sea aprobándolas o negándolas. Por eso, lo mejor es permanecer tranquilos y serenos en nuestra oración, haciendo el bien a nuestros hermanos y firmes en nuestra adhesión al Magisterio de la Iglesia, y no buscar alarmismos gritando que la justicia de Dios ya está por caer sobre nosotros como un nuevo diluvio, y que tenemos que meternos sabe Dios en qué nuevo arca de Noé. En el plan de Dios, esas guerras, revoluciones, terremotos, epidemias, hambre…tienen la misión de recordarnos que en esta vida todo es transitorio, todo pasa. Llegará el día de los cielos nuevos y la tierra nueva. Sólo así triunfarán la justicia y la felicidad indeficientes.
Finalmente, antes del fin de los tiempos vendrán muchos sufrimientos y persecuciones para quienes quieren ser fieles a Cristo. Ha sido una constante en la vida de la Iglesia, desde sus comienzos en Jerusalén hasta nuestros días. Es conocida aquella sentencia que condenaba a los cristianos como reos de lesa majestad: “Non licet esse vos”, es decir, no tenéis derecho a existir. Se les privaba de la vida, a pesar de que los cristianos eran los más fieles cumplidores de los deberes cívicos. Pero su tenor de vida honrada y limpia era una bofetada implícita a esa vida lujuriosa y desenfrenada de muchos paganos. Hoy también seguimos siendo perseguidos, arrestados, asesinados, no sólo por gobernantes de regímenes comunistas y nazis, sino también por personas de otras religiones y credos. Basta echar una hojeada a las noticias mundiales. Son conocidas las palabras que Tertuliano lanzaba a los perseguidores: “Cuantas veces nos segáis, somos muchos más; semilla de cristianos es la sangre de los mártires”. La Iglesia de siempre enfrenta sin temor y hasta con alegría la persecución, porque la considera un signo de su auténtica identificación con Cristo. Rezar, sufrir, perdonar y dar testimonio de nuestra fe en todas partes, también en las grandes ciudades. Esta es la mejor manera de prepararnos para el final de los tiempos, y no con lenguajes tremendistas y escapando sabe Dios a dónde, para escondernos y vivir una vida tranquila.
Para reflexionar: a unos días de terminar el año de la Misericordia, habría alguno que se preguntaría leyendo hoy este evangelio: ¿dónde está la misericordia y la justicia de Dios? A este respecto, el cardenal Gerhard Ludwig Müller dijo estas palabras: “Hoy sería muy importante comprender que tanto la misericordia como la justicia derivan de la bondad divina como de una misma fuente. Una cierta comprensión actual de la realidad en la que hay una inflación de lo afectivo y de lo sentimental, pretende convencernos de que la misericordia y la justicia son acciones antagónicas. Sin embargo, “la justicia y la misericordia se han abrazado” (Sal 85, 11), es decir, para Dios, decir justicia es decir misericordia, sin oposición. De hecho, es imposible comprender la misericordia de Dios sin tener presente su justicia. Esta no es una especie de balanza en la que juega a equilibrar mis méritos y mis faltas: no lo es, porque sabemos que Dios no nos busca por nuestros méritos ni nos rechaza por nuestras faltas. Tampoco nos mide con reglas o con criterios de justicia externos a Él mismo, por ejemplo, aplicando sin más el Decálogo a nuestra vida¨ (Informe sobre la esperanza, BAC popular, Madrid 2016).
Para rezar: Señor, estoy sereno y tranquilo, y con enorme confianza en Ti, porque al final vendrá la victoria y la felicidad. Te dejo mis preocupaciones y sufrimientos en tus manos. No me hundirán, sino que serán la prueba de mi fe y esperanza. Y al mismo tiempo, quiero seguir haciendo el bien a mi alrededor, con mi palabra y con mi ejemplo. Viviré el “hoy” sin dejar de mirar el “mañana”. Soy peregrino hacia la eternidad y no quiero distraerme en bagatelas y fruslerías. Con la perseverancia, me dijiste, salvaré mi alma. Amén.
Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org.