Servicio diario - 09 de noviembre de 2016


 

El Papa pide que nadie se sienta abandonado ni acusado
Posted by Rocío Lancho García on 9 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha asegurado que Jesús nos ha donado la posibilidad de ser libres, a pesar de los límites de la enfermedad y de las restricciones. Jesús “nos ofrece la libertad que procede del encuentro con Él” y “del sentido nuevo que este encuentro lleva a nuestra condición personal”.
Así lo ha indicado en la catequesis de la audiencia general de este miércoles. Como cada semana, el Santo Padre ha sido recibido por los fieles de la plaza de San Pedro con gran entusiasmo. Antes de la catequesis, desde el papamóvil, Francisco ha bendecido y saludado más de cerca a los peregrinos venidos de todo el mundo.
De este modo, en la catequesis ha reflexionado una semana más sobre la misericordia, centrada esta vez en el tema “visitar a los enfermos y a los presos”.
En el resumen hecho en español, el Pontífice ha recordado que muchos relatos de los evangelios muestran que la vida de Jesús “se caracterizó por ser un continuo encuentro con las personas”, fue especialmente cercano “a los enfermos, a los que consoló y curó de sus enfermedades y dolencias”. También los encarcelados –ha añadido– fueron objeto de su cercanía. Por eso ha explicado que a los privados de libertad, “Jesús les brindó la nueva y verdadera libertad que nace del encuentro personal con Él y que da un sentido nuevo a la vida”.
Por lo tanto, siguiendo el ejemplo Jesús, ha precisado el Santo Padre, no podía faltar entre las obras de misericordia el “visitar a los enfermos y a los encarcelados”. Como cristianos “estamos llamados a convertirnos en instrumentos de la misericordia de Dios”, estando “cercanos” y “sin juzgar a nadie”, para que “nadie se sienta abandonado a su suerte ni tampoco acusado”, sino que todos sin exclusión, “se sientan amados por Dios mediante gestos que expresen solidaridad y respeto”. Finalmente, el Pontífice ha recordado que “estos gestos” cuando son hechos en nombre de Dios “se convierten en auténticos signos elocuentes y eficaces de su misericordia”.
A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. El Papa les ha animado a que sean “valientes y abran el corazón a Dios y a los hermanos”, de modo que sean “instrumentos de la misericordia y ternura de Dios”, que restituye “la alegría y la dignidad a quienes la han perdido”.
Después de los saludos en las distintas lenguas, el Papa ha dirigido un saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Recordando que hoy se celebra la dedicación de la Basílica Lateranense, la catedral de Roma, el Santo Padre ha invitado a los jóvenes a rezar por el sucesor de Pedro, para que “confirme siempre a los hermanos en la fe”. A los enfermos les ha pedido que sientan la cercanía del Papa en la oración “para afrontar la prueba de la enfermedad”. Finalmente ha exhortado a los recién casados a que enseñen con sencillez la fe a los hijos “nutriéndola con el amor por la Iglesia y por sus pastores”.


Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del miércoles 19 de noviembre de 2016
Posted by Redaccion on 9 November, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha reflexionado en la audiencia general sobre la obra de misericordia que invita a visitar a los enfermos y a los presos. De este modo ha asegurado que una visita puede hacer sentir a la persona enferma menos sola y un poco de compañía es una buena medicina. Respecto a los presos ha precisado que “todos necesitan cercanía y ternura, porque la misericordia de Dios cumple prodigios”.

Publicamos a continuación el texto completo de la catequesis:
Queridos hermanos y hermanas, buenos días
La vida de Jesús, sobre todo en los tres años de su ministerio público, fue un incesante encuentro con personas. Entre ellas, un lugar especial han recibido los enfermos. ¡Cuántas páginas de los Evangelios narran estos encuentros! El paralítico, el ciego, el leproso, el endemoniado, e innumerables enfermos de todo tipo… Jesús se ha hecho cercano a cada uno de nosotros y les ha sanado con su presencia y el poder de su fuerza resanadora. Por lo tanto, no puede faltar, entre las obras de misericordia, la de visitar y asistir a las personas enfermas.
Junto a esta podemos incluir la de estar cerca a las personas que están en la cárcel. De hecho, tanto los enfermos como los presos viven una condición que limita su libertad. Y precisamente cuando nos falta, ¡nos damos cuenta de cuánto es preciosa! Jesús nos ha donado la posibilidad de ser libres a pesar de los límites de la enfermedad y de las restricciones. Él nos ofrece la libertad que proviene del encuentro con Él y del sentido nuevo que este encuentro lleva a nuestra condición personal.
Con estas obras de misericordia, el Señor nos invita a un gesto de gran humanidad: el compartir. Recordemos esta palabra: compartir. Quien está enfermo, a menudo se siente solo. No podemos esconder que, sobre todo en nuestros días, precisamente en la enfermedad se experimenta de forma más profunda la soledad que atraviesa gran parte de la vida.
Una visita puede hacer sentir a la persona enferma menos sola y ¡un poco de compañía es una buena medicina! Una sonrisa, una caricia, un apretón de manos son gestos sencillo, pero muy importantes para quien se siente abandonado.
¡Cuántas personas se dedican a visitar a los enfermos en los hospitales y en sus casas! Es una obra de voluntariado impagable. Cuando se hace en nombre del Señor, entonces se convierte también en expresión elocuente y eficaz de misericordia. ¡No dejemos solas a las personas enfermas! No impidamos que encuentren alivio, y nosotros así enriquecernos por la cercanía de quien sufre. Los hospitales son hoy verdaderas “catedrales del dolor” pero donde se hace evidente también la fuerza de la caridad que sostiene y siente compasión.
Del mismo modo, pienso en los que están encerrados en la cárcel. Jesús tampoco les ha olvidado. Poniendo la visita a los presos entre las obras de misericordia, ha querido invitarnos sobre todo, a no hacernos juez de nadie. Cierto, si uno está en la cárcel es porque se ha equivocado, no ha respetado la ley y la convivencia civil. Por eso están descontando su pena en la prisión. Pero cualquier cosa que un preso pueda haber hecho, él sigue siendo amado por Dios. ¿Quién puede entrar en la intimidad de su conciencia para entender qué siente? ¿Quién puede comprender el dolor y el remordimiento?
Es demasiado fácil lavarse las manos afirmando que se ha equivocado. Un cristiano está llamado a hacerse cargo, para que quien se haya equivocado comprenda el mal realizado y vuelva a sí mismo. La falta de libertad es sin duda una de las privaciones más grandes para el ser humano.
Si a esta se añade el degrado de las condiciones –a menudo privadas de humanidad– en la que estas personas viven, entonces realmente es el caso en el cual un cristiano se siente provocado a hacer de todo para restituirles su dignidad.
Visitar a las personas en la cárcel es una obra de misericordia que sobre todo hoy asume un valor particular por las diferentes formas de justicialismo a las que estamos sometidos. Nadie apunte contra nadie. Hagámonos todos instrumentos de misericordia, con actitudes de compartir y de respeto. Pienso a menudo en los presos… pienso a menudo, les llevo en el corazón.
Me pregunto qué les ha llevado a delinquir y cómo han podido ceder a las distintas formas de mal. Y también, junto a estos pensamientos siento que todos necesitan cercanía y ternura, porque la misericordia de Dios cumple prodigios. Cuántas lágrimas he visto correr por las mejillas de prisioneros que quizá nunca en la vida habían llorado; y esto solo porque se han sentido acogidos y amados.
Y no olvidemos que también Jesús y los apóstoles han experimentado la prisión. En los pasajes de la Pasión conocemos los sufrimientos a los que el Señor ha sido sometido: capturado, arrestado como un criminal, escarnecido, flagelado, coronado de espinas… Él, ¡el único Inocente! Y también san Pedro y san Pablo estuvieron en la cárcel (cfr Hch 12,5; Fil 1,12-17).
El domingo pasado –que fue el domingo del Jubileo de los presos– por la tarde vinieron a verme un grupo de presos de Padua. Les pregunté qué harían al día siguiente, antes de volver a Padua. Me dijeron: “Iremos a la Prisión Mamertina para compartir la experiencia de san Pablo”. Es bonito, escuchar esto me ha hecho bien. Estos presos querían encontrar a Pablo prisionero. Es algo bonito, y me ha hecho bien. Y también allí, en la presión, han rezado y evangelizado. Es conmovedora la página de los Hechos de los Apóstoles en las que es contado el encarcelamiento de Pablo: se sentía solo y deseaba que alguno de los amigos le visitara (cfr 2 Tm 4,9-15). Se sentía solo porque la mayoría le había dejado solo… el gran Pablo.
Estas obras de misericordia, como se ve, son antiguas y también actuales. Jesús ha dejado lo que estaba haciendo para ir a visitar a la suegra de Pedro; una obra antigua de caridad. Jesús la ha hecho. No caigamos en la indiferencia, sino convirtámonos en instrumentos de la misericordia de Dios. Todos podemos ser instrumentos de la misericordia de Dios y esto hará nos más bien a nosotros que a los otros porque la misericordia pasa a través de un gesto, una palabra, una visita y esta misericordia es un acto para restituir la alegría y la dignidad a quien la ha perdido.


El cardenal Parolin felicita al nuevo presidente de Estados Unidos y asegura oraciones
Posted by Redaccion on 9 November, 2016



(ZENIT – Roma).- El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, se ha pronunciado esta mañana a propósito del resultado de las elecciones en Estados Unidos, que ha dado por vencedor al candidato republicano Donald Trump.
Así, ha invitado a respetar “la voluntad expresada por el pueblo americano”, en este ejercicio de democracia que se ha “caracterizado también por una gran afluencia a las urnas”, ha indicado al ser interrogado por los periodistas.
Por otro lado ha felicitado “al nuevo presidente” para que su Gobierno “pueda ser realmente fructífero”. El purpurado ha asegurado “nuestra oración” para que “el Señor lo ilumine y los apoye en su servicio a la patria”, y también al servicio “del bienestar y de la paz en el mundo”.
Finalmente, el cardenal Parolin ha indicado que es necesario trabajar juntos “para cambiar la situación mundial” que es una situación de “grave laceración”, de “grave conflicto”.
Donald J. Trump, el magnate neoyorquino de 70 años, ha ganado las elecciones presidenciales de Estados Unidos en contra de la mayoría los sondeos, al superar los 270 grandes electores necesarios para conquistar la Casa Blanca.
Días antes del voto, el episcopado de Estados Unidos publicó un documento para orientar a los electores, pidiendo además que no se usaran frases aisladas del mismo con finalidades políticas o ideológicas.


El 9 de diciembre inauguran el pesebre y árbol de Navidad en la plaza de San Pedro
Posted by Redaccion on 9 November, 2016



(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- La inauguración del árbol de Navidad y del pesebre de la plaza de San Pedro este año cambia de fecha. El Governatorato de la Ciudad del Vaticano informó hoy que el pesebre y el árbol permanecerán iluminados desde la tarde de la inauguración, el 9 de diciembre, hasta la noche del domingo 8 de enero, día que se conmemora el Bautismo del Señor y se concluye la liturgia el Tiempo de Navidad.
El árbol, un abeto rojo de 25 metros, será donado por el ayuntamiento de una localidad de la región italiana de Trento. El día de la tala –previsto para el domingo 13 de noviembre– los niños de la escuela plantarán unos 40 nuevos abetos rojos y alerces en una zona a poca distancia donde el pasado otoño se cortaron algunos árboles afectados por un parásito. El árbol llegará a Roma en la noche de 23 de noviembre y con la ayuda de la dirección de los servicios técnicos y de los jardines vaticanos, se colocará en la plaza de San Pedro.
El pesebre en cambio será una donación de la archidiócesis y del Gobierno de Malta que el pasado año realizaron un concurso entre los artistas locales. El boceto elegido por la comisión es del artista de Gozo, Manwel Grech. La escenografía reproduce el paisaje maltés, la arquitectura de las construcciones, flora y fauna local. Mide 17 metros de largo, 12 de ancho y 8 de alto. Los personajes, 17 en total, llevan indumentarias típicas malteses e instrumentos musicales.
Estará presente la tradicional “cruz de Malta” y un recordatorio de la actualidad representado por el “luzzu”, la típica embarcación del archipiélago maltés que no sólo representa la tradición, la pesca y la vida, sino también la realidad de los migrantes que precisamente en esas mismas aguas están navegando en embarcaciones improvisadas para llegar a Italia.
También este año el árbol será adornado con esferas de arcillas que representarán dibujos realizados por niños en los departamentos de oncología de algunos hospitales italianos. Estos niños, junto con sus padres, han participado en un programa de terapia con cerámica en talleres en hospitales, coordinados y gestionados por una ONG.
La iluminación será una novedad sobre todo para el cuidado del medio ambiente, se usarán 18.000 led. En la mañana del 9 de diciembre las delegaciones de Trento y Malta, junto a algunos niños que han realizado las esferas, serán recibidos por el Santo Padre en la audiencia para la presentación oficial de los regalos.


El Festival Internacional de música sacra será en honor de Madre Teresa
Posted by Redaccion on 9 November, 2016



(ZENIT – ROMA).- La decimoquinta edición del Festival Internacional de Música y Arte Sacra, que se realiza en Roma entre el 16 y el 21 de noviembre, este año está dedicado a Madre Teresa de Calcuta.
Tradicionalmente celebrada en las basílicas e iglesias de la capital italiana, el evento presenta a 800 artistas de todo el mundo y entre ellos figura la Filarmónica de Viena y la orquesta del teatro la Scala de Milán, con la dirección de Christoph Eschenbach.
“Esta edición del festival tiene una gran importancia, no sólo porque madre Teresa era la encarnación de la misericordia del siglo pasado, sino también porque lo será en el futuro”, dijo el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la basílica Papal de San Pedro, a los micrófonos de la Radio Vaticano. Añadió que a la madre Teresa también le gustaba mucho la música cuando era joven y participó en el coro de su parroquia en Skopje, Macedonia.
Habrá 10 eventos con 21 solistas y 7 directores. El programa comienza el 16 de noviembre en la basílica de San Pedro, con la presentación de la Filarmónica japonesa dell’Illuminart, dirigida por Tomomi Nishimoto, que presentará la obra de Mozart, “Misa de la coronación K317”.
El 18 de noviembre, la presentación es en memoria de las víctimas del terremoto que sacudió el centro de Italia. Tres coros, alemanes y rusos, dirigidos por Leo Kraemer, presentarán en la iglesia de San Ignacio de Loyola la “Misa de Réquiem K 626”, también de Mozart.
El festival de este año se ha confirmado la presencia de dos de las principales atracciones de Viena: El coro de pequeños cantores “Wiener Sängerknaben” y la Orquesta Filarmónica de Viena.
En la noche del 19 de noviembre de la basílica de San Pablo Extramuros ofrecerá dos presentaciones: la primera versión del “Stabat Mater” de Boccherini y el “Concierto para dos violines en re menor BWV 1043” de Bach.
También en la basílica de San Pablo, en la noche del 20 de noviembre, el día de la solemne clausura del Jubileo de la Misericordia, tendrá lugar la presentación del coro y orquesta del Teatro la Scala de Milán, con música de Puccini y Mozart.
De acuerdo al director musical del teatro, Daniel Borniquez, el programa fue elegido por el maestro Christoph Eschenbach. “Tratamos de realizar un programa que no tiene precedentes en este festival”. Por ejemplo la Misa de Gloria para solistas y coro a 4 voces y orquesta, de Puccini, nunca fue presentada en los quince años del festival. “Hicimos una encuesta y elegimos lo mejor para que estuviera a la altura del evento jubilar. Vamos a terminar el concierto con la oración Ave Verum Corpus que el maestro Eschenbach dedica a este evento”, dijo.
Alentados por la decimoquinta edición, el fundador y director del Festival, Hans-Albert Courtial, estima que cada concierto es una joya: “Empezamos en la basílica de San Pedro, estaremos en la basílica de San Pablo Extramuros, la iglesia de San Ignacio. Realmente podemos decir que, bajo el aspecto artístico y espiritual, cada uno de estos conciertos es una maravilla”.
El cardenal Angelo Comastri, señaló que la música ayuda a crear unidad: “Nuestra música nace de la fe, y es la fe que canta, la música ayuda a la oración. Mientras que también lamentó que “cuando Europa estaba unida a la fe era Europa, hoy en día está dividida, unida solamente por las finanzas: esto no es Europa”.


Haití: inundaciones en el Norte dejan muertos y heridos
Posted by Redaccion on 9 November, 2016



(ZENIT – Roma).- El sábado 05 de noviembre otro desastre se registró en el Norte de Haití, en la segunda ciudad, Cabo Haitiano, dañado por una inundación repentina y violenta.
Cuatro personas de una familia murieron tras el colapso de una pared. Otras personas han sido heridas de gravedad, fueron trasladado a un hospital para recibir tratamiento médico. Según fuentes de Protección civil de Haití, hasta el día 9 de octubre se contabilizaban 10 muertos a causa de las inundaciones. Mientras tanto, la situación continúa deteriorándose en el norte del país y las ciudades de la zona han sido probadas por las inundaciones.
Lo indicó la agencia de noticias Agencia de Noticias Salesiana en una nota fechada en Cap-Haïtien, precisando que esto sucedida en el Norte, mientras que en el su congregación ayuda y reconfortan a las familias afectadas por el huracán Matthew.
“La casa salesiana en Cap- Haïtien, llamada “Fondation Vincent”, se enfrenta a enormes retos. Casi todo el edificio se encuentra bajo el nivel del agua, una parte de la pared se cayó y varias clases se inundaron con agua y barro”, indica el despacho.
En medio de estos desastres que la naturaleza golpea a los Haitianos, los salesianos están ayudando a las personas y hospedan a unas cincuenta familias, sobre todo a aquellos que tienen las casas destruidas o muy dañadas.


Italia: los monjes benedictinos se quedan en la zona del terremoto
Posted by Federico Cenci on 9 November, 2016



(ZENIT – Roma)- Después del terremoto del pasado 24 agosto en el centro de Italia y las sucesivas réplicas incluso algunas muy fuertes como la del 30 de octubre, la máquina de los socorredores sigue realizando una labor estupenda.
Ayer por la tarde los bomberos terminaron de poner los telones plásticos para proteger lo que queda en pié de la antigua basílica de San Benito, en la ciudad de Norcia.
La presencia de los benedictinos en esta ciudad es silenciosa pero significativa. Están enraizados en el territorio y en el respeto de la Regla de su fundador los monjes han ayudado materialmente y dado consuelo espiritual a la población.
ZENIT ha conversado con el vice-prior, el sacerdote estadounidense Benedetto Nivakoff, que ha indicado las dificultades debido al clima húmedo y a las bajas temperaturas debido al invierno que está llegando.
“La gran parte de los ciudadanos de Norcia ha sido evacuados obligatoriamente hacia la zona del lago Tasimeno, quien se quedó no está en el centro histórico y la mayor preocupación de la población es la de volver a Norcia”, señaló.
“Nosotros tenemos –indicó el monje– dos monasterios, uno en el centro histórico y otro en las afueras. Ambos se han derrumbado y después del terremoto hemos construido casas de madera en las inmediaciones del monasterio que está fuera de la ciudad. Señaló también que ellos se quedan en el lugar, porque tienen un voto de estabilidad.
Indicó también que después del terremoto los monjes salieron para dar los sacramentos a quienes estaban mal y para ayudar a los bomberos a llevar ayuda material. En cambio los monjes no sacerdotes se quedaron en el convento para rezar.
Los monjes ahora cambiaron sus horarios: “Antes nos levantábamos a las 3,45 de la mañana, ahora a las 3,30, indicó. Y añadió que en las misas “ahora se está rezando una oración que pide la especial protección del pueblo, el perdón de los pecados y la protección del maligno”.
Sobre los trabajos que los monjes realizan en el monasterio está la producción de cerveza, y si bien el edificio ha quedado inhabitable, la planta cervecera no ha sufrido daños, por lo que en un par de meses, aseguró, iniciará gradualmente la producción.
Sobre las declaraciones que un sacerdote hizo en Radio María, que ponían en relación el terremoto con la aprobación en Italia de las uniones civiles, motivo por el que fue suspendido del programa, el monje indica: “Que Dios intervenga en la historia, en el bien o en el mal es parte de nuestra fe. Contrariamente sería un Dios que se desinteresa de nosotros”. Y si bien “a veces manda también circunstancias difíciles que sirven para purificarse” nosotros “no podemos tener la presunción” de establecer que una tragedia dependa de un determinado pecado.
Consideró también milagroso que a pesar de las fuertes réplicas de terremoto no haya habido otras víctimas. Y del hecho que la estatua de San Benedicto que se encuentra en el centro de la plaza, delante de la basílica, haya quedado en pié, y consideró que les sugiere a los monjes “que se deben quedar fijos en el territorio para convertir a las personas”. Y de no olvidarse “del mensaje de san Bernardo de permanecer enraizados en la fe de Jesucristo. Porque esta es el único camino de salvación”.


Padre Michael Brehl es reelegido Superior General de los Redentoristas
Posted by Redaccion on 9 November, 2016



(ZENIT – Roma).- En el día del aniversario de la fundación de la Congregación del Santísimo Redentor, el Capítulo General de la Congregación que se celebra en Pattaya (Tailandia) ha re-electo al padre Michael Brehl, como Superior General de la Congregación. Con 92 votos de un total de 101, Padre Brehl estará al frente de los Redentoristas. Lo informan los redentoristas en su web Scala news.
Breve biografía del padre Michael Brehl, C.Ss.R.
El padre Michael Brehl, C.Ss.R. nació en Toronto, Canadá el 7 de enero de 1955. Él viene de una familia muy unida, de fe católica que lo sigue apoyando de muchas maneras. Descubrió a los Redentoristas y desarrolló un gran amor por San Alfonso, el fundador, y por la misión redentorista con los pobres. Hizo votos en el día de la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto de 1976 y fue ordenado sacerdote redentorista el 3 de marzo de 1980.
En ese momento él era un miembro de la provincia de Toronto, donde desarrolló sus talentos en el trabajo parroquial, predicando misiones parroquiales, en la formación de los novicios y estudiantes redentoristas, y en la administración.
Cuando las dos provincias de habla Inglés Redentoristas de Canadá se han unido formando la Provincia de Edmonton-Toronto en 1997, Michael se convirtió en el 2002 en el segundo provincial después de el padre Ray Corriveau. Él ha mostrado un excelente liderazgo durante siete años, pero también se ha involucrado cada vez más en los asuntos de la Congregación en todo el mundo.
Ha ayudado a preparar los Capítulos Generales del 2003 y del 2009, donde en ambos fue un moderador. En el Capítulo General n. 24 en 2009, el P. Brehl fue elegido Superior General de los Redentoristas, encargo que ha desempeñado con diligencia durante siete años. Habla muy bien el Inglés y francés, ha aprendido bien el italiano, entiende y conoce también el español y el portugués.
El miércoles 9 de noviembre, en la primera vuelta electoral, el P. Brehl, fue reelegido Superior General de los Redentoristas, hecho muy significativo del respeto grande que por él tienen los hermanos de todo el mundo. Ha sido un líder sin miedo al recordar a los Redentoristas su misión de evangelización y el cuidado de los pobres y más abandonados. Tiene un gran conocimiento de la historia redentorista, sus santos importantes y figuras claves, de las constituciones y estatutos, y de las numerosas actividades apostólicas en el mundo moderno.


San Andrés Avelino – 10 de noviembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 9 November, 2016



(ZENIT – Madrid).- El reconocimiento de las propias debilidades conlleva siempre una cascada de bendiciones. Lacenllotto, que era su nombre de pila, nació en la localidad italiana de Castronuovo di Sant’Andrea, Basilicata, el año 1521. Su infancia y adolescencia discurrió sin mayores contratiempos. Generoso e inclinado a la piedad, gozosamente compartía con otros muchachos de su entorno la fe que había recibido en su hogar a través de sus cristianos padres, Giovanni y Margherita. En ese gesto ya se adivinaban los rasgos de un gran apóstol. También su responsabilidad y madurez, en cuyo desarrollo contribuyó un tío arcipreste. Estas características le hicieron propicio para dejar en sus manos la administración del hogar cuando tenía 16 años.
En la juventud se aferró a la gracia divina para mantenerse indemne ante las tentaciones que le asaltaban. Quería ser sacerdote, y en su ánimo –aunque fuese de forma inconsciente– añadiría el calificativo rotundo, definitorio, de un camino al que se sentía llamado en medio de las turbulencias juveniles: ser sacerdote santo. Ahora bien, aunque ese anhelo alentó su carrera sacerdotal, no se hizo manifiesto en un primer momento, como él mismo manifestó. En 1545 ya ordenado, inició en Nápoles la carrera de derecho. En 1548 realizó provechosamente los ejercicios espirituales que predicó el jesuita Santiago Laínez, pero las expectativas de ciertas glorias y honores efímeros, que fenecen cuando culmina nuestra peregrinación en la tierra, invadían su mente y quedaba atrapado por ellas. Vanagloria, dignidades, ambiciones, fama, etc., eran caldo de cultivo en un ambiente que no propiciaba precisamente la radicalidad evangélica, elemento indispensable y esencial para llegar a la santidad.
Sabemos que todavía no se había propuesto formalmente escalar las cumbres de la perfección en esos años, porque él mismo lo confesó a Hippolita Caracciola en 1595. Además, en 1597 a la condesa de Altavilla le decía que hasta los 27 años había estado devaneando. En síntesis, ante ambas reconoció haber vivido «hinchado de soberbia y ambición, deseando ser superior a todos y a nadie sujeto, lleno de presunción y de vana gloria, porque no conocía la verdadera», «deseando y buscando estas vanas grandezas, riquezas, honores y dignidades». Se sintió arrastrado por tendencias que veía a su alrededor: «Yo creía obrar bien viendo a los demás, tanto eclesiásticos como seglares, buscar estas cosas», «no habiendo encontrado nunca confesor que me reprendiese y me encaminase por el seguro camino de la humildad».
Echaba en falta la necesidad de dirección espiritual, clave para iniciar el camino y sostenerse en él con la gracia de Cristo. Entonces el padre Laínez le instó a meditar en la vida y Pasión de Cristo. Pero ello no doblegó enseguida su ánimo, hasta que siendo un reputado jurista mintió en el fragor de la defensa de una causa que tenía entre manos por recomendación del arzobispado de Nápoles. Una página concreta de las Sagradas Escrituras tuvo en él un efecto taumatúrgico definitivo. Porque esa misma noche, al abrir el texto sagrado, quedó impresionado. El Libro de la Sabiduría sacudió su conciencia con este pasaje: «Os quod mentitur occidit animam (una boca mentirosa da muerte al alma)» (Sap. 1,11). Inundado de amargura, con auténtico espíritu de aflicción por su debilidad, abandonó el ejercicio de la abogacía y tomó el rumbo debido: «Reflexioné sobre mí mismo diciendo: ¿Por ayudar a otros he amenazado a mi alma? Y llorando la falta cometida, resolví dejar mi oficio y hacerme religioso». Por fin había entendido que Cristo ha venido a sanar a los pecadores, y volvió hacia Él sus ojos.
Ya había renunciado a sus bienes, y abandonado su actividad profesional, cuando desde la curia le rogaron que regresara a Nápoles a fin de ocuparse de la delicada tarea de reformar diversos conventos de religiosos y de religiosas. Su celo le atrajo muchos sinsabores, y no segó su vida porque Dios lo impidió, pero en 1556 le asestaron varias cuchilladas y fue conducido a la casa de los padres teatinos donde se restableció sin develar nunca la identidad de su agresor. El beato Juan Marinoni le sugirió que se integrase en esa Orden de Clérigos Regulares. Y el 30 de noviembre de ese año 1556 tomó el hábito y nombre de Andrés, celebración del día, que le evocaba, además, el amor a la Cruz compartido con el santo apóstol. Al profesar dos años más tarde, se propuso «no hacer nunca su propia voluntad, y no dejar pasar ni un solo día sin progresar en la perfección».
Fue admirable en la vivencia de su consagración, y ejemplar en la entrega debida a la misión que le confiaron. Se convirtió en un gran predicador y confesor, maestro de novicios, director espiritual del seminario, profesor de teología y filosofía, visitador y superior de varias casas de la Orden, etc. Instruía con esa sabiduría que brota de dentro del corazón, alimentada por la Eucaristía, la oración y la penitencia. Desarrolló su ministerio siendo fiel a la vivencia de su regla de la que fue estricto observante, fidelidad que infundió a los religiosos. Humildemente declinó convertirse en obispo, dignidad que quisieron para él los pontífices. Fue caritativo con todos, desviviéndose por los necesitados, como se constató especialmente durante la peste que asoló Milán en 1576.
Le sobrevino la muerte el 10 de noviembre de 1608 cuando se hallaba a punto de oficiar la santa misa. Después, su cuerpo fue expoliado por la gente que acudió en masa a venerarle. De sus heridas manó sangre fresca dos días más tarde, prodigio que se repitió durante años en el aniversario de su muerte. Fue beatificado por Urbano VIII el 14 de octubre de 1624, y canonizado por Clemente XI el 22 de mayo de 1712.