Otras Religiones
La esperanza de encontrar vida en nuestro sistema solar se desvanecen

“Es poco serio afirmar que el Vaticano sabe que existen extraterrestres”, afirma un sacerdote experto

Julio Vega argumenta por qué no supondría una quiebra con la fe católica la presencia de alienígenas

Hace varias semanas, los medios de comunicación abrían de nuevo el debate sobre la existencia de extraterrestres. Esta vez ponían en el punto de mira al Vaticano que estaría al corriente de una “guerra espacial inminente” y de “la existencia de alienígenas, que quieren ayudar a la humanidad, pero temen la tendencia violenta de los humanos”.


A raíz del fallecimiento el pasado mes de febrero del astronauta Edgar Mitchell, el sexto hombre en pisar la luna, WikiLeaks publicó los correos electrónicos que Mitchell había enviado a John Podesta, jefe de campaña de la derrotada Hillary Clinton. En estos mails, el astronauta habría advertido a la Santa Sede de la existencia de “inteligencia extraterrestre no violenta procedente de un universo contiguo que está tratando de compartir energía del punto cero con nuestro planeta, pero no tolerará cualquier forma de violencia militar en la Tierra o en el espacio”.

“Todo esto es poco riguroso, no es serio”, advierte el sacerdote Julio de la Vega-Hazas, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), y autor, entre otros, del libro ´El complejo mundo de las sectas`. “La NASA desmintió públicamente conocer secretos sobre los alienígenas. Ahora no podía faltar que el Vaticano conoce estos secretos”, asegura a Religión Confidencial.

Este experto explica que a pesar de que Edgar Mitchell ha estudiado física, “algunas afirmaciones que ha hecho son poco creíbles. El hecho de que diga que se puede sacar energía del vacío se te cae de las manos, y no sé quién se puede creer que unos seres muy superiores nos tengan miedo”.

Para este sacerdote, este tipo de noticias podría corresponder a varias hipótesis. En primer lugar, sería un empeño de los rusos de desacreditar a Clinton y a su equipo, porque ellos prefieren a Trump, aunque tampoco les guste. Y, en segundo lugar, algunos médicos sostienen que este tipo de declaraciones obedecen a efectos secundarios provocado por el consumo de ciertas drogas. “Algunos también aseguran haber sido abducidos por extraterrestres”, apunta Julio Vega.

 

Doctrina católica

Pero independientemente de estas hipótesis, el sacerdote afirma que si bien los avances en la observación espacial “nos dice que parece un poco pretencioso decir que no hay más planetas habitables y que no hay vida fuera de la tierra, las esperanzas de encontrar algún tipo de vida elemental en el sistema solar, se desvanecen”.

“Cada vez descubrimos más planetas, pero conforme más se ha descubierto, más se descarta. Desde el punto de vista científico, lo único que permite concluir es que por aquí ´cerca` no se encuentra lo que se busca”, declara Julio Vega.

Respecto a los problemas que pudieran acarrear la existencia de seres extraterrestres para el catolicismo, el sacerdote recuerda que la doctrina de la Iglesia católica afirma la creación directa del espíritu humano “alma”, principio del pensamiento y la voluntad, por parte de Dios. “Puesto que el alma no puede salir de la materia, sólo puede venir a la existencia por un acto creador de Dios y es la evolución animal quien proporciona el cuerpo biológico apto para recibir ese espíritu. Así, la vida inteligente extraterrestre también necesitaría esa intervención divina, pero eso no significa que pueda aparecer en cualquier parte. Necesita un planeta apto para albergar la vida compleja”.

 

Teología de la creación

En cuanto a lo que se suele denominar como teología de la creación, para la Iglesia católica no hay problema si hay o no extraterrestres. “El hombre es el rey de la creación visible y está hecho a imagen y semejanza de Dios. El verdadero problema viene con la teología de la redención. Dios, para redimirnos, se ha encarnado, haciéndose verdadero hombre en Jesucristo sin dejar de ser Dios”.  

El sacerdote se plantea que, si existieran esos extraterrestres, sería difícil de asumir que Dios también se ha encarnado en un alienígena. “El plan divino para con esos hipotéticos seres podría ser distinto al nuestro, pero, aunque fuera sustancialmente el mismo, no es ni contradictorio con lo relevado, ni incompatible, ni imposible. El que pudiera haber otros que disfrutan por igual del don divino, no nos quita absolutamente nada, tampoco del amor de Dios, que por ser divino es infinito. Por eso, si alguna vez apareciera un alienígena, ello no supondría quiebra alguna a la fe católica”.

Por último, Julio Vega concluye que tienen poco sentido las posturas tanto del católico que mira con cierta aprehensión los descubrimientos astronómicos en el temor de que le vayan a suponer una quiebra de su fe, como la del ateo que piense que estamos cerca de hacer descubrimientos que pondrían en evidencia la fe cristiana.