Editorial \ Reflexiones en frontera

La Iglesia mira a toda la humanidad que sufre y que llora; ésta le pertenece por derecho y deber evangélico, recordó el Papa

RV | 14/11/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

“Pidamos la gracia de no apartar los ojos de Dios que nos mira y del prójimo que nos cuestiona. Abramos nuestros ojos a Dios, purificando la mirada del corazón de las representaciones engañosas”, dijo Francisco en el Jubileo de los sin techo, el último del Año santo de la misericordia.

Y el Obispo de Roma, pidió con fuerza que ampliemos la mirada a nuestro prójimo: “Abramos nuestros ojos al prójimo, especialmente al hermano olvidado y excluido, al Lázaro postrado ante nuestra puerta. Hacia allí apunta la lupa de la Iglesia. Que el Señor nos libre de dirigirla hacia nosotros. Que nos aparte de los oropeles que distraen, de los intereses y los privilegios, del aferrarse al poder y a la gloria, de la seducción del espíritu del mundo”.

El Obispo de Roma citó a Pablo VI en el discurso de apertura de la segunda sesión del Concilio Vaticano II, el 29 septiembre 1963, cuando dijo: nuestra Madre la Iglesia mira “a toda la humanidad que sufre y que llora; ésta le pertenece por derecho evangélico”. Y Francisco agregó “por derecho y también por deber evangélico, porque nuestra tarea consiste en cuidar de la verdadera riqueza que son los pobres”.