Editorial \ Reflexiones en frontera

Se cerró la Puerta Santa, pero la misericordia de Dios no se terminó y se renueva en los sacramentos

RV | 21/11/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

Fue una imagen fuerte para mucha gente, el momento en el que el Obispo de Roma cerró la inmensa Puerta Santa en san Pedro, abierta para la celebración del Año de la misericordia. Y varios de la Comunidad de “Jesús Callejero” me comentaron que viéndolo experimentaron una cierta tristeza.

Por eso nos puede ayudar la oración que Francisco hizo delante de la Puerta santa antes de cerrarla: “Padre santo y omnipotente en el amor, que en tu Hijo Jesús nacido de la Virgen María, has manifestado el rostro de tu infinita misericordia, mira con bondad a la Iglesia recogida en oración en la conclusión del año jubilar. Agradecidos por los dones de gracia recibidos y animados a dar testimonio, en las palabras y en las obras, de la ternura de tu amor misericordioso. Cerramos la puerta santa: El Espíritu Santificador renueve nuestra esperanza en Cristo Salvador,  puerta siempre abierta a quien te busca con corazón sincero, única puerta que introduce en el Reino que viene”.

Y el diácono explicó: “Cerrada ritualmente la puerta santa, permanece abierta para nosotros la fuente inagotable de la gracia y la misericordia, que brota del misterio pascual del Señor Jesús que siempre se renueva en la celebración de los sacramentos".