Editorial \ Reflexiones en frontera

Se trata de la alegría más auténtica, a la que estamos llamados a redescubrir el sabor, expresó el Papa en el Ángelus

RV | 11/12/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

En el 3er domingo de Adviento, caracterizado por la invitación de san Pablo a la alegría: “Alégrense siempre en el Señor: se los repito, alégrense porque el Señor está cerca”(Fil 4,4-5), Francisco explicó que “no es una alegría superficial o puramente emotiva, ni mucho menos aquella mundana o del consumismo, sino que se trata de una alegría más auténtica, a la que estamos llamados a redescubrir el sabor. Es una alegría que toca lo íntimo de nuestro ser, mientras esperamos a Aquel que ya ha venido a traer la salvación al mundo, el Mesías prometido, nacido en Belén de la Virgen María.

El mismo 11 de diciembre, que en la plaza de san Pedro bendijo las representaciones de los niñitos Jesús que los chicos y grandes trajeron, para poner en su pesebre familiar el 24 de diciembre a la noche, el obispo de Roma insistió: “Estamos invitados a alegrarnos por la inminente venida de nuestro Redentor; y estamos llamados a compartir esta alegría con los otros, dando consuelo y esperanza a los pobres, a los enfermos, a las personas solas e infelices.” Y rogó que la Virgen María, “nos ayude a escuchar la voz de Dios en la oración y servirlo con compasión en los hermanos, para llegar a la cita con la Navidad con el corazón preparado para recibir al Señor.

@jesuitaGuillo

Texto completo de la reflexión del Ángelus de Francisco