Editorial \ Reflexiones en frontera

“Mi espíritu se estremece de gozo en Dios” canta la Virgen y el Papa nos invita a saborear esa alegría

RV | 12/12/2016 13:14 | REFLEXIONES EN FRONTERAS, jesuita Guillermo Ortiz


 

En el domingo de Adviento llamado comúnmente “Alégrense” por la venida del Señor, Francisco habló de redescubrir el sabor de la alegría. Y no hay mejor ejemplo y modelo que la Virgen Madre, que el 12 de diciembre la celebramos en su advocación de la Virgen de Guadalupe.

En su cántico del Evangelio María expresa a Isabel su prima: “Mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios mi salvador”. La alegría caracteriza siempre el Encuentro con Jesús, como dice en el primer número de su Exhortación el mismo Papa Francisco: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida de los que ese encuentran con Jesús. Es lo que san Ignacio de Loyola en los ejercicios llama la consolación espiritual. Se trata de una experiencia que bien podemos decir “mística”, y que no es exclusiva de los “santos”, sino que también experimenta en ciertas ocasiones el Pueblo fiel de Dios, sencillo y humilde.

Dijo Francisco el 11 de diciembre: “No es una alegría superficial o puramente emotiva… y ni siquiera aquella mundana o aquella alegría del consumismo: no, no es ésta, sino que se trata de una alegría más auténtica, de la cual estamos llamados a redescubrir el sabor. El sabor de la verdadera alegría. Es una alegría que toca lo íntimo de nuestro ser, mientras esperamos a Jesús… el Mesías prometido, nacido en Belén de la Virgen María.

@jesuitaGuillo