Tribunas

El cardenal Fernando Sebastián saca la cabeza

José Francisco Serrano Oceja

 

El cardenal Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona, ha sacado la cabeza, en sentido metafórico. Porque cabeza, como dice el uso común del lenguaje, significa cultura, ciencia teológica, sabiduría, experiencia pastoral e inteligencia, que tiene, y mucha.

La ha sacado por la “Amoris Laetitia”, que es algo más y algo menos que decir por el Papa, por la nueva perspectiva magisterial. Y lo ha hecho en vísperas de presentar su libro “Diez cosas que el Papa Francisco quiere que sepas sobre la familia” en Madrid. Libro editado por Publicaciones Claretianas. 

En una columna publicada por el semanario “Vida Nueva” (n. 3.014), titulada “Dudas”, el cardenal Sebastián se refiere a los cuatro cardenales que han enviado una carta al Papa con una serie de “Dubia”, dudas, acerca de algunas afirmaciones de la “Amoris Laetitia”.

Una misiva de los cardenales Walter Brandmüller, Raymond Leo Burke, Carlo Caffarra, Joachim Meisner, llamados ahora por algunos “los cuatro de la fama”, que ha suscitado respuestas varias, manifiestos en pro y en contra.

Pero vayamos a lo que dice el cardenal Sebastián, para no caer en la tentación de decir lo que algunos dicen que dice. Práctica muy frecuente en estos ambientes.

Aunque no de forma completa, la versión integra se puede leer en la página web de la citada revista o en algunas otras en la red.

De momento, es el único cardenal español que directamente se ha pronunciado sobre la carta pública de sus cuatro hermanos de Colegio.

Los lectores podrán sacar sus conclusiones.

Dice el que fuera arzobispo emérito de Pamplona, en el arranque del texto, que “algunos señores insignes sufren porque no logran entender lo que Francisco ha querido decir en “Amoris laetitia” y quieren que sea el mismo Papa quien se lo explique. Esas “dudas” se antojan dudosas, porque el Papa ha dicho lo que le ha parecido conveniente con bastante claridad.

Basta leer despacio y querer entender. Unos dicen que son opiniones particulares; otros, que no cambia nada; y otros, que cambia demasiado. Hay que ser más sinceros y un poquito más amplios de mente”.

A reglón seguido, añade monseñor Sebastián:

“El Papa expone preciosamente la naturaleza del matrimonio cristiano como alianza de amor irrevocable. Y lo hace como no se había hecho nunca en el magisterio de la Iglesia. Y, en una perspectiva muy realista, dice que en la sociedad actual puede haber personas atrapadas en situaciones de pecado, por las que se arrepienten y de las que, en un momento determinado, no pueden desentenderse; y enseña que estas personas, si están verdaderamente arrepentidas, pueden recibir la absolución de sus pecados y pueden, por tanto, recibir la comunión evitando todo escándalo. Si los que dudan dejan un rato los papeles y se ponen a confesar, lo entenderán mejor”.

 

José Francisco Serrano Oceja