Tribunas

Disfrutar la Navidad

Jesús Ortiz


 

Se trata de disfrutar la Navidad, el Acontecimiento que sostiene nuestro sistema de valores desde la fe, más que de disfrutar con una navidad de gorros y burbujas.

 

Crece el número de hogares que celebran la Navidad de verdad, con fe y agradecimiento al Niño Dios con María y José, la Sagrada Familia que inspira a toda familia humana, aunque todavía algunos no lo sepan: un madre, un padre, unos hijos, unos abuelos… La mayoría de estos hogares coloca varios belenes: uno más grande para disfrute de los hijos y nietos, otro con el Misterio, y otros traídos de lugares exóticos.

Olvidarse del sentido claramente religioso y solidario sería tan penoso como recibir de regalo una gran caja envuelta en bello papel y lazos brillantes para comprobar con desilusión que está vacía, pues no tiene más que aire. Eso les puede ocurrir a los que se disfrazan de renos, Santa Claus o punkis para celebrar el solsticio de invierno.

En la prensa escriben estos días columnistas que subrayan el contenido cristiano de la Navidad, sin el cual todo queda en luces, regalos y burbujas. Solo algunos celebran estas fiestas sin pensar en el contenido cristiano, el asombro continuado en la historia, porque Dios se ha hecho hombre sin dejar de ser Dios para salvarnos, Enmanuel: Dios-con-nosotros. No es un mito sino la realidad que sustenta nuestra historia, y por eso nos deseamos Paz y Felicidad; y nos esforzamos por ayudar a los necesitados, viendo a los pobres como hijos de Dios, personas con la que intercambiar un saludo, interesarse por ellos, y darles alguna limosna.

Volviendo a la Gran Noticia he leído varias columnas que centran la Navidad cristiana sin remilgos, subrayando las valores que sostienen nuestra civilización, -mejorable desde luego por su incoherencia con el Evangelio- pero muy superior a otras que desconocen a Jesucristo. De esto han escrito estos días la periodista Isabel San Sebastián, el escritor Juan Manuel de Prada, el consejero Luis Peral, o el bioquímico César Nombela, dando cada uno su testimonio natural de fe según su oficio. Otro tanto acaba de hacer Esperanza Aguirre en el pleno de la Asamblea de Madrid con un discurso claramente testimonial que se hace viral en las redes.

Y no digamos la participación popular creciente en la madrileña Puerta de Alcalá, como reacción a la retirada por parte del Ayuntamiento de la Capital de cualquier símbolo del Dios-que-nace-en el Portal de Belén. Esa Puerta emblemática aparece vestida con luces como de cortina de ducha, pero acoge estos días unos trescientos belenes depositados por los ciudadanos, así como a una multitud de madrileños y turistas que invaden la Puerta para contemplar, rezar o hacerse selfies. Por eso la actitud de unos poderes institucionales efímeros que quieren borrar la Navidad, queda eclipsada por la vida de los creyentes dispuestos a disfrutar la Navidad: el día que cambió la historia de la humanidad, aunque todavía algunos no se han enterado. Feliz Año de Gracia 2017.

 

Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico