Servicio diario - 19 de enero de 2017


 

El Papa en Sta. Marta: “Una vida cristiana sin tentaciones no es cristiana”
Posted by Redaccion on 19 January, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía de la misa celebrada este jueves en Santa Marta, ha recordado que la vida cristiana “es un lucha”, ha advertido sobre las tentaciones que nos llevan por el camino equivocado y ha recordado que Jesús vino a destruir la influencia del mal en nuestros corazones.
El Santo Padre ha reflexionado sobre el pasaje del Evangelio que narra de la gran multitud que seguía a Jesús con entusiasmo y que venía de todas las partes. Al respecto, el Pontífice ha invitado a preguntarse: “¿por qué venía esta multitud?”. El Evangelio cuenta que eran “enfermos que buscaban sanarse”. Pero también había personas a las que les gustaba “escuchar a Jesús, porque hablaba no como sus doctores, sino que hablaba con autoridad” y “esto tocaba el corazón”. Esta multitud “venía espontáneamente”, ha comentado con amarga ironía, “no la llevaban en los autobuses, como hemos visto muchas veces cuando se organizan manifestaciones y muchos tienen que ir allí para ‘verificar’ la presencia, para no perder los puestos de trabajo”. Esta gente “iba porque sentía algo” al punto que Jesús tuvo que pedir una barca para ir un poco lejos de la orilla. A esta multitud –ha añadido– le atraía el Padre: era el Padre que atraía la gente hacia Jesús. Y a este punto Jesús no permanecía indiferente, como un maestro estático que decía sus palabras y después se lavaba las manos, ha subrayado el Papa. Esta multitud, ha asegurado Francisco, tocaba el corazón de Jesús. El Pontífice ha revelado que no son las argumentaciones las que mueven a las personas, no son “los argumentos apologéticos”. Es necesario “que sea el Padre el que atrae hacia Jesús”.
Por otro lado, el Santo Padre ha observado que es “curioso” que en este pasaje del Evangelio de Marcos en el que “se habla de Jesús, se habla de la multitud, del entusiasmo” y del amor del Señor, termina con los espíritus impuros que cuando lo veían gritaban: “¡tú eres el Hijo de Dios!”.
En esta línea, Francisco ha reconocido que una vida cristiana sin tentaciones no es cristiana: es ideológica, es gnóstica, pero no es cristiana. “¡Cuando el Padre atrae a la gente hacia Jesús, hay otro que atrae de forma contraria y te hace la guerra dentro!”, ha advertido. Un lucha “para vencer, para destruir el imperio de satanás, el imperio del mal”, ha proseguido Francisco.
Asimismo ha recordado que para esto vino Jesús para destruir “a satanás”, “su influencia en nuestros corazones”. El Santo Padre ha invitado a interrogarse: ¿yo siento esta lucha en mi corazón? ¿Entre la comodidad o el servicio a los otros, entre divertirme un poco o hacer oración y adorar al Padre, entre una cosa y otra, siento la lucha? ¿Las ganas de hacer el bien o algo que me para, me vuelve escéptico? ¿Yo creo que mi vida conmueva el corazón de Jesús?
Finalmente, el Pontífice ha invitado a buscar en el corazón cómo va la situación allí. Y pidamos al Señor –ha exhortado– a ser cristianos que sepan discernir qué sucede en el propio corazón y elegir bien el camino sobre el cual el Padre nos atrae a Jesús.



Francisco: “En el Jubileo se encuentran la bondad de Dios y la fragilidad del hombre”
Posted by Redaccion on 19 January, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recibido esta mañana en audiencia a los organizadores de la exposición sobre la historia de los Jubileos titulada “Antiquorum habet”, que ha tenido lugar en el Senado del 13 de de marzo al 2 de julio de 2016. En su discurso, el Santo Padre ha expresado su “reconocimiento” por la exposición. Una exposición que “ha documentado múltiples aspectos de los Años Santos, a partir del primero, proclamado por el papa Bonifacio VIII”.
Al respecto, el Pontífice ha subrayado que desde el 1300 en adelante, cada Jubileo “ha marcado la historia de Roma”. Desde la arquitectura a la acogida de los peregrinos, desde el arte a las actividades asistenciales y caritativas, ha señalado Francisco. Asimismo, ha indicado que hay un elemento esencial en el corazón de cada Año Santo que no se pierde nunca de vista. “En el Jubileo se encuentran la bondad de Dios y la fragilidad del hombre, que siempre necesita del amor y del perdón del Padre”, ha subrayado el Papa.
Es precisamente Dios quien usa la misericordia, y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia. Finalmente ha dado las gracias a los organizadores y voluntarios de la exposición y al Senado que la ha alojado, “por la obra de sensibilización histórica y cultural ofrecida a los visitantes”.



Francisco recuerda que la intención de Lutero era renovar la Iglesia, no dividirla
Posted by Rocío Lancho García on 19 January, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recibido esta mañana a una delegación ecuménica de la Iglesia luterana de Finlandia que ha viajado a Roma para celebrar la fiesta de san Enrique, patrón de país.
Así, durante el discurso que les ha dirigido, ha asegurado que es una “bonita costumbre” desde hace treinta años que esta peregrinación coincida con la Semana de oración por la unidad de los cristianos. El verdadero ecumenismo — ha asegurado el Papa– se basa en la conversión común a Jesucristo como nuestro Señor y Redentor. Al mismo tiempo, el Santo Padre ha dicho que si nos acercamos junto a Él, “nos acercamos también los unos a los otros”. Por eso, el Papa ha recordado que en estos días invocamos más intensamente el Espíritu Santo para que “suscite en nosotros esta conversión que hace posible la reconciliación”.
Haciendo referencia a la conmemoración del camino ecuménico que se celebró el pasado 31 de octubre en Lund, Suecia, en la que participó el Papa, ha indicado que “tuvo un significado importante en el plano humano y teológico-espiritual”. Después de cincuenta años de diálogo ecuménico, “hemos logrado exponer claramente las perspectivas sobre las que hoy podemos decir que estamos de acuerdo”.
Por otro lado ha reconocido que “al mismo tiempo tenemos vivo en el corazón el arrepentimiento sincero por nuestras culpas”. Y en este espíritu, en Lund se recordó que la intención de Martin Lutero, hace cincuenta años, “era la de renovar la Iglesia, no de dividirla”. Este encuentro, ha asegurado el Papa, ha dado la valentía y la fuerza para mirar adelante, en nuestro Señor Jesucristo, en el camino ecuménico que estamos llamados a recorrer juntos.
Preparando la conmemoración común de la Reforma, ha precisado Francisco, católicos y luteranos han tomado más conciencia también del hecho de que el diálogo teológico permanece esencial para la reconciliación y va llevado adelante con compromiso constante. Así, “en esa comunión concorde que permite al Espíritu Santo actuar”, el Santo Padre ha afirmado que “podremos llegar a ulteriores convergencias sobre contenidos de la doctrina y de la enseñanza moral de la Iglesia y podremos acercarnos cada vez más a la unidad plena y visible”.
El año 2017, año conmemorativo de la Reforma, según el Papa “representa para católicos y luteranos una ocasión privilegiada para vivir de forma más auténtica la fe, para redescubrir juntos el Evangelio” y para “buscar y testimoniar a Cristo con impulso renovado”.
Finalmente, el Santo Padre ha recordado que este año Finlandia cumple cien años como Estado independiente. Por eso ha deseado que este aniversario pueda animar a todos los cristianos de este país a “profesar la fe en el Señor Jesucristo testimoniando hoy delante del mundo y traduciéndose también en gestos concretos de servicio, de fraternidad, de compartir”.



La Santa Sede e Israel exploran nuevas oportunidades de colaboración
Posted by Staff Reporter on 19 January, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La Comisión Bilateral Permanente de Trabajo entre la Santa Sede y el Estado de Israel se reunió este miércoles, 18 de enero, en sesión plenaria, en Jerusalén. De este modo continúa el trabajo sobre las negociaciones (acerca del artículo 10§2 del Fundamental Agreement) entre la Santa Sede y el Estado de Israel de 1993.
La reunión estuvo presidida por Tzachi Hanegbi, ministro de Cooperación Regional del Estado de Israel, y por monseñor Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones con los Estados.
La sesión plenaria ha tomado acto de “los progresos de la Comisión de Trabajo en las negociaciones acerca del art. 10 § 2 manifestando su agrado por la atmósfera reflexiva y constructiva en la cual se han desarrollado”. También ha reconocido la labor realizada por el Ministerio de Justicia –indica la oficina de prensa de la Santa Sede– en relación con la aplicación de los acuerdos bilaterales de 1997 sobre la personalidad jurídica.
Las partes han acordado los pasos sucesivos de cara a la próxima asamblea plenaria “prevista para marzo de 2017 en la Ciudad del Vaticano”.
Después de la reunión de la Comisión Bilateral de Trabajo, la Santa Sede y el Estado de Israel han llevado a cabo una sesión de consultas bilaterales en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Las delegaciones “discutieron asuntos de interés común, y exploraron nuevas oportunidades de cooperación”.



La Pontificia Academia para la Vida lanza nuevo perfil de Twitter
Posted by Redaccion on 19 January, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Con una felicitación del papa Francisco ha comenzado su actividad el perfil Twitter oficial de la Pontificia Academia para la Vida: @PontAcadLife. “Una voz al servicio de las razones de la vida en el debate científico y cultural contemporáneo. Para seguir y hacer seguir”, como se lee en una nota publicada. El perfil twitter –presentado hoy al Papa por el presidente monseñor Vincenzo Paglia– es el primer paso del nuevo proyecto de comunicación de la Pontificia Academia que verá en las próximas semanas la renovación de la página web y de la newsletter periódica, así como la apertura de los canales YouTube y Flickr y el lanzamiento de una App.


La boda dura un día, el sacramento… ¡toda la vida!
Posted by Catholic.net on 19 January, 2017



El día de nuestra boda, ese día donde decimos sí a nuestra unión de amor ante Dios y ante los hombres, es un momento transformador en nuestra jornada de vida. Podemos decir que de alguna manera la historia del ser humano de divide en antes y después de casarse ya que es ese instante cuando dejamos de ser un solo ser, una sola persona, para convertirnos en un solo ser y tres personas. ¿Cuáles son esas tres personas? El esposo, la esposa y Dios. Ese es el plan de Dios para el matrimonio. Dios nos creó hombre y mujer para que uniéndonos en una sola carne en mutuo amor y sellados y unidos en el amor de Dios, nuestro matrimonio sea el reflejo del Amor de Dios en la Tierra. En otras palabras, nos convertimos en la imagen de la Trinidad Santa en este mundo.
Sin lugar a dudas, decirle sí a la vocación del matrimonio es uno de los pasos más importantes –si no el más importante- que daremos en nuestra vida. Las implicaciones para la pareja, la familia que formarán, la sociedad y la Iglesia son enormes. Por ello, cuando preparamos nuestra boda, debemos tener en claro lo que implica esta verdad. De no hacerlo, corremos el peligro de pensar que el matrimonio, el Sacramento, se reduce a la planificación del día de nuestra boda. Hoy en día son muchos los que dedican más tiempo, esfuerzo, atención y aun estrés a buscar la iglesia más bonita, el vestido más bello, el lugar de recepción más elaborado, los arreglos florales más vistosos, la comida más elegante, el fotógrafo mejor y más profesional y un sinfín de cosas y gastos para asegurarse de que nuestra boda “sea la mejor”.
Pero son pocas las veces en que las parejas piensan en lo más importante. Pocas somos las parejas que se enfocan en el tiempo que invertirán en una buena preparación matrimonial, en conversar profundamente sobre cómo vamos a llevar nuestra vida familiar y espiritual, cuáles son los valores bajo los cuales regiremos nuestra vida juntos y la de nuestros hijos, cómo practicaremos y fomentaremos nuestra fe; en fin, como vamos a hacer de Dios el centro y la roca en la cual fundamentaremos nuestro matrimonio y familia.
Es triste ver cuántas parejas gastan sin medida y pasan cientos de horas y miles de dólares planeando su boda, pero recienten que la Iglesia les pida uno o dos días de preparación matrimonial, cuando se ha demostrado que las parejas que viven una buena preparación matrimonial reducen drásticamente la incidencia de divorcio y disfrutan de matrimonios más sanos y felices. Es impresionante ver cuántas parejas se unen simplemente por pasión, por no sentirse que están sin pareja (como sus amistades), para llenar el vacío de la soledad o para tener quien les sirva, sin tener un concepto claro de lo que verdaderamente es el matrimonio, según el plan de Dios, o de lo que el amor conyugal verdadero y maduro implica: un amor total, libre, fiel y fructífero.
Notamos con frecuencia que cuando las parejas comienzan a vivir la realidad de la vida diaria, cuando enfrentan el proceso de adaptación de dos vidas con diferentes pasados y trasfondos, cuando se dan cuenta que el amor conyugal exige sacrificios y no es solo disfrutar de compañía y beneficios, cuando se dan cuenta que el amor maduro implica no buscar egoístamente el bien propio sino el bien del ser amado, muchos terminan separándose y aun divorciándose, reduciendo así al Sacramento a poco más que un experimento para encontrar una felicidad que es vana y pasajera. Procuremos pues durante el tiempo de nuestro compromiso nupcial, centrarnos en lo que de verdad importa. Busquemos entender el verdadero significado y compromiso de esta unión, comprometernos a esta maravillosa vocación de vida que es el matrimonio, creado y diseñado por Dios para la felicidad de los cónyuges y la continuación de la vida humana. Recordemos que la boda dura un día, pero el matrimonio, ¡toda la vida!


“Cincuenta años de ocupación requieren acción”
Posted by Redaccion on 19 January, 2017



(ZENIT – Roma).- Durante cincuenta años, la Ribera Occidental (West Bank), Jerusalén Este y Gaza han languidecido bajo ocupación, violando la dignidad humana tanto de los Palestinos como de los Israelíes. Este es un escándalo al que nunca debemos acostumbrarnos. Así lo asegura en un comunicado la Coordinadora de las Conferencias episcopales para la Iglesia en Tierra Santa y la Asamblea de Obispos de Católicos de Tierra Santa, “Holy Land Coordination” (HLC) que ha celebrado su encuentro anual del 13 al 19 de enero
Tal y como recuerdan ellos han pedido “justicia y paz cada año desde 1998”, pero “el sufrimiento continúa”. Así que esta llamada –añaden– debe hacerse aún más fuerte. Como obispos imploran a los cristianos de sus países de origen “que reconozcan nuestra propia responsabilidad en la oración, la conciencia y la acción”.
Los prelados recuerdan también que mucha gente en Tierra Santa ha pasado toda su vida bajo la ocupación, “con su segregación social polarizadora”, pero “todavía profesa esperanza y lucha por la reconciliación”. Por eso indican que ahora más que nunca, “merecen nuestra solidaridad”.
Todos tenemos “la responsabilidad de oponernos a la construcción de asentamientos”. Esta anexión de facto de la tierra –explican– no sólo socava los derechos de los palestinos en zonas como Hebrón y Jerusalén Este, sino que, como reconoció recientemente la ONU, pone también en peligro la posibilidad de paz. Todos tenemos “la responsabilidad de prestar asistencia al pueblo de Gaza, que continúa viviendo en medio de una catástrofe humanitaria causada por el hombre”. Al respecto recuerdan que han pasado una década bajo bloqueo, agravado por un estancamiento político causado por la mala voluntad de todas las partes. Todos tenemos –prosiguen los obispos– la responsabilidad de alentar la resistencia no violenta que, como nos recuerda el Papa Francisco, ha logrado grandes cambios en todo el mundo. “Esto es particularmente necesario ante las injusticias tales como la construcción continua del muro de separación en tierras palestinas, incluyendo el Valle de Cremisán”, advierten.
Y subrayan que “todos tenemos la responsabilidad de promover una solución de dos estados”. Todos tenemos — concluyen los obispos– la responsabilidad de ayudar a la Iglesia local, sus agencias, voluntarios y ONG’s. En las circunstancias más probadas muestran una gran capacidad de recuperación y realizan un trabajo que cambia la vida. “Es nuestra fe en Dios que nos da esperanza. Es el testimonio de los cristianos en Tierra Santa y especialmente de los jóvenes que conocimos, lo que nos inspira”, finaliza el mensaje.



Beato Basilio Antonio María Moreau – 20 de enero
Posted by Isabel Orellana Vilches on 19 January, 2017



(ZENIT – Madrid).- En esta festividad de san Sebastián, la Iglesia celebra la vida de este beato. Como tantos otros fundadores y fundadoras, Antonio sufrió mucho para llevar adelante su obra. Fue incomprendido en no pocas ocasiones, pero nunca dejó de confiar plenamente en la divina providencia. En su afán de cumplir en todo momento la voluntad de Dios, no dudó en entregarse por completo hasta el fin de sus días. Este sentimiento de actuar en nombre de Dios, de ser instrumento suyo, lo transmitió a sus hijos espirituales: «La obra de la Santa Cruz no es obra del hombre, sino obra de Dios mismo […]. Por eso os exhorto a renovar el espíritu de vuestra vocación, que es un espíritu de pobreza, castidad y obediencia».
Había nacido en Laigné-en-Bélin, distrito de Le Mans, Francia, el 11 de febrero de 1799. Formaba parte de una generosa familia, compuesta por catorce hermanos, de los que fue el noveno. Cuando decidió ser sacerdote, el párroco le ayudó en las enseñanzas básicas, que después prosiguió en el colegio de Château-Gontier y en el seminario de Le Mans. Su vocación eran las misiones. Y allí hubiera querido partir cuando se convirtió en sacerdote en 1821. Sin embargo, las previsiones de su obispo eran otras. Vio en él cualidades para la enseñanza y formación de los nuevos seminaristas, y decidió que ampliase estudios fuera de la diócesis. Al regresar a Le Mans, junto a su intensa actividad pastoral, impartía diversas disciplinas en el seminario del que fue profesor desde 1823 a 1836. Tres años antes de cesar en esta tarea, tomó contacto con la fundación del Buen Pastor de Le Mans, institución destinada a la reeducación de jóvenes que erraron su camino y se adentraron en los peligrosos derroteros de la delincuencia. Fue una experiencia inolvidable para él.
En 1835 conoció de cerca la Congregación de los Hermanos de San José que tenía como objetivo la formación de los campesinos. Estaba en manos de laicos comprometidos, y él se convirtió en su director espiritual. Consciente de la gran tarea pastoral que siempre tienen delante los presbíteros, ese año de 1835 fundó la sociedad de Sacerdotes Auxiliares. Con ella dio un impulso más que notable a su labor, asistiéndoles a través de predicación, retiros, cursillos y misiones populares. En 1837 surgió, como fusión de esta sociedad y la Congregación de Hermanos de San José, otra nueva fundación: la Congregación de la Santa Cruz con el lema: «Salve, oh cruz, nuestra única esperanza». Le dio este nombre por el alcance que la cruz tenía en su vida. Dado que es la señal del seguidor de Cristo, siempre aludía a ella en su dirección espiritual.
Cuatro años más tarde impulsó la tercera fundación: las Marianitas de la Santa Cruz, integrada por religiosas. Sabedor del valor incuestionable de la unidad, fuente de bendiciones que sostiene cualquier empresa, hacía notar: «La unión hace la fuerza y la desunión lleva a la ruina». Unidad, naturalmente, que debía estar vinculada en Cristo: «Debemos permanecer unidos en Él los unos a los otros, de forma que seamos uno solo, como las ramas con el tronco, sostenidas por la misma raíz y alimentadas por la misma savia, que forman un solo árbol».
Tomando como modelo a la Sagrada Familia denominó a los sacerdotes, Salvatoristas, a los hermanos, Josefinos, y a las religiosas, Marianitas. En conjunto, extendieron sus redes en el entorno rural y en otras misiones emprendidas en el extranjero. Educación y predicación eran pilares básicos de la acción apostólica, junto a la labor parroquial y «difusión de la buena prensa». Por otro lado, se ocuparon de crear y dirigir casas destinadas a la reinserción de delincuentes jóvenes y a acoger personas sin hogar. Las tres ramas de la Congregación fueron estableciéndose en distintos lugares del mundo: Argelia, Estados Unidos, India y Canadá, entre otros países. El P. Moreau siguió la expansión desde su morada situada junto al Instituto de la Santa Cruz.
Él, que tanto amó la unidad, durante más de una década tuvo que padecer su ausencia entre sus hijos. Tanta fue la presión y acusaciones que ponían en solfa su capacidad gestora, amén de otras discrepancias añadidas, que se propuso dimitir como superior general en 1860, gesto honroso y edificante que no prosperó hasta 1866, año en el que tras persistir y acentuarse las tropelías contra su persona, el papa acogió su deseo. Desamparado por los integrantes de la obra que puso en marcha, solo pudo contar con la asistencia de dos hermanas suyas. Conviviendo junto a ellas, ejerció su labor predicadora por las parroquias colindantes a Le Mans hasta que el 20 de enero de 1873 entregó su alma a Dios. Fue beatificado por Benedicto XVI el 15 de septiembre de 2007 en esa ciudad.