Servicio diario - 17 de febrero de 2017


 

El Papa llega a universidad ‘Roma Tre’ y es recibido con aplausos, ‘selfies’ y coros
Posted by Sergio Mora on 17 February, 2017



(ZENIT – Roma).- Una multitud de estudiantes y profesores de la Universidad Roma Tre, recibieron este viernes 17 de febrero de 2017 al papa Francisco, en su primera visita a un ateneo público italiano.
El Santo Padre llegó unos minutos antes del horario programado en una Ford Focus y mientras ingresaba a la universidad saludó a las personas, muchas de las cuales le pedían hacerse un selfie, mientras otros coreaban: “¡Grande Francesco!”.
Entre ellos estaba un vigilante adulto que le pidió hacerse una foto, a lo que el Papa dijo: “Pero esto lo hacen los adolescentes…”. También se encontraba un grupo de jóvenes paraguayos acompañados por un sacerdote, y Francisco a una jovencita que estaba con ellos le preguntó: ¿Hablas guaraní?
El Santo Padre bendijo y saludó también a varios niños, a algunos enfermos y a una pequeña le preguntó bromeando: “¿Es ella también una universitaria?
Una joven pareja de refugiados sirios musulmanes que llegaron a Roma desde la Isla de Lesbos en el avión con el papa Francisco, le saludaron. Ella estaba con el velo, motivo por el cual el Pontífice respetando la tradición no le dio la mano pero inclinó su cabeza.


Francisco en ‘Roma Tre’, deja su discurso escrito y responde a cuatro estudiantes improvisando
Posted by Sergio Mora on 17 February, 2017



(ZENIT – Roma).- El santo padre Francisco respondió a las preguntas de cuatro estudiantes, pocos minutos después de llegar a la Universidad Roma Tre, donde una multitud de estudiantes le recibió calurosamente.
Así en la visita que realizó este viernes 17 de febrero de 2017 al ateneo estatal, dejó de lado el discurso escrito que había preparado, logrando entablar un diálogo más fluido con los universitarios.
El rector Mario Panizza al recibirle dijo: “Estamos felices y nos sentimos honrados, además de agradecidos por el empeño social, civil y cultural que está realizando, especialmente hacia los más débiles. Su acción es una guía preciosa para los estudiantes y educadores”.
El Papa entregó unas hojas con el discurso y respondió a cuatro estudiantes. Nour Essa, 31 años, de Damasco, llegó de Lesbos en el avión del Papa en abril de 2016 junto a otros once refugiados. Ella recibió una beca y está inscrita al tercer año de biología en Roma Tre. Niccoló Romano, 23 años, estudiante de Derecho fue el segundo que presentó una pregunta al Papa. Los otros dos fueron Giulia Trifilio, 25 años, licenciada en Ciencias Políticas y Riccardo Zucchetti, 23 años, licenciado en Ingeniería electrónica.


El Papa en ‘Roma Tre’: “Las migraciones no son un peligro sino un desafío para crecer”
Posted by Federico Cenci on 17 February, 2017



(ZENIT – Roma).- “Las migraciones no son un peligro sino un desafío para crecer”, así respondió el Papa a la joven estudiante siria, precisando que la acogida es una obligación hacia personas que huyen de la guerra, así como ayudarles a integrarse en las nuevas sociedades en las que llegan.
Lo explicó el Santo Padre durante la visita de este viernes 17 de febrero de 2017 a la universidad Roma Tre, improvisando ante las preguntas que le hicieron tres jóvenes de esta universidad pública romana.
El Santo Padre recordó que “vengo de un país, Argentina, donde más del 80 por ciento son inmigrantes. En mi país existieron tantas oleadas migratorias, es un país mestizo”. Así lo explicó a quienes temen por pérdida de la identidad cristiana de Europa, recordando que este continente tuvo tantas invasiones y que por lo tanto se ha construido artesanalmente, también a través la integración de las diversas culturas.
Añadió que “cada Estado tiene que ver las posibilidades de acoger, pero todos tienen que hacerlo”, y que en un segundo momento es necesario “integrar” a los migrantes que apenas han llegado. Porque ellos “son hombres y mujeres como nosotros, y es necesario acogerlos como hermanos y hermanas” y “hacer un intercambio cultural porque esto vence el miedo”.
Señaló recordando su viaje reciente a Suecia, que este país “ha recibido a tantos inmigrantes latinoamericanos y el día después tenían una casa y a continuación un trabajo…”. Recordó también su encuentro con una ministra sueca hija de un migrante africano y de una mujer local.
El Papa además les pidió a los estudiantes que no se olviden que el Mediterráneo, el “Mare Nostrum” que hoy es un cementerio de inmigrantes que intentaron cruzarlo. Por ello, explicó eligió viajar a Lampedusa apenas elegido pontífice.
Entretanto el Santo Padre reconoció que es necesario resolver la crisis migratoria en la raíz, porque los migrantes “huyen de la guerra o del hambre”, por lo tanto “la solución ideal es que no haya ni guerra ni hambre”. Así invitó a “realizar inversiones en esos lugares para que tengan recursos”, para que “la gente no se vea obligada a abandonar la propia tierra”.
“Nosotros vamos allá para explotarlos”, lamentó el Pontífice, recordando que el primer ministro de un país africano que tuvo un encuentro con él le señaló que apenas elegido tuvo que iniciar la reforestación de su país porque “empresas internacionales habían deforestado todo”. “No seamos prepotentes”, concluyó Francisco, porque esta es una de las causas de la crisis migratoria.


El peligro de la globalización es la uniformidad, indica Francisco en ‘Roma Tre’
Posted by Sergio Mora on 17 February, 2017



(ZENIT – Roma).- La verdadera unidad no es uniformidad, no es aniquilar las diferencias; el símbolo de la globalización no tiene que ser una esfera sino un poliedro, porque una verdadera globalización tiene que respetar las culturas, razas e identidades.
Esta es otra de las ideas que el papa Francisco explicó este viernes 17 de febrero de 2017 a los jóvenes de la universidad italiana ‘Roma Tre’, durante la visita que realizó en su sede central de Roma.
Así el Santo Padre pidió no confundir unidad con uniformidad, porque “la unidad necesita de las diferencias” y por lo tanto “la unidad debe respetar las diferencias”.
El ejemplo que dio es la figura geométrica del poliedro, que es diverso de una esfera: “Es un error pensar a la globalización como si fuera una pelota, una esfera, donde cada punto está a igual distancia del centro”. Si así fuera, “esta uniformidad es la destrucción de la unidad, porque quita la capacidad de ser diferente”.
En cambio “en una globalización poliedrica, hay unidad, pero cada persona, cada raza, cada cultura siempre conserva su identidad de origen”. Indicó que esto vale también para los centros de estudio: “La unidad de una universidad va por este camino” y cuando se hace así “las culturas crecen, el nivel cultural crece, porque se entabla un diálogo continuo entre todos los lados del poliedro”.
“El peligro de hoy” añadió el Santo Padre, es “concebir una globalización en la uniformidad, que destruye”. Y retomando el término ‘comunis patria’ usado por el estudiante en su pregunta, Francisco concluyó que esta es donde “se hace unidad en la diversidad”.
En el tema del diálogo el Santo Padre señaló que “cuando no hay diálogo en la casa, cuando en cambio de hablar se grita o se reprende, o cuando en la mesa en cambio de conversar, cada uno está con el teléfono móvil hablando con otros”, cuando no somos capaces de respetar a los otros “allí inicia la guerra”.
Y “Dialogar el propio de las universidades” porque si uno va a clases “siente al profesor o la profesora y después vuelve a casa, no es una universidad. La universidad debe tener este trabajo artesanal del diálogo. Escuchen la lección, la sabiduría de los profesores, pero el diálogo, la difusión, esto es importante”.


En ‘Roma Tre’ el Santo Padre indica que “el desempleo juvenil produce suicidios y terrorismo”
Posted by Federico Cenci on 17 February, 2017



(ZENIT – Roma).- No es aceptable que los países desarrollados tengan un desempleo tan alto, trabajos precarios y una economía ‘líquida’ que a los jóvenes no le permite concretizar.
Lo indicó el papa Francisco este viernes 17 de febrero de 2017 en la universidad pública Roma Tre, profundizando el tema del trabajo, al responder a las preguntas planteadas por universitarios durante el encuentro, en el ateneo romano donde estudian unos 40 mil jóvenes.
El Papa partió del concepto de ‘sociedad líquida’ acuñado por el filósofo recientemente fallecido, Zygmunt Bauman, y dijo que delante de esto es necesario concretizar.
El Pontífice contó de un amigo empresario argentino que vio a un colega haciendo una operación de compra-venta directamente desde el ordenador, “y en diez minutos transfirió cabras de América Latina a Oriente y ganó diez mil dólares, en diez minutos, todo líquido”.
Y sin citar nombres de países, Francisco señaló que en varios de ellos la desocupación de los jóvenes con menos de 25 años van del 40 por ciento a casi el 60 por ciento. Precisó que así “se acaba con la cultura del trabajo porque no es posible trabajar y los jóvenes no saben que hacer.
Denunció también que un joven sin trabajo es “explotado dos, tres días aquí, dos o tres días allá”, lo que desarrolla una “amargura en el corazón” que puede llevar a decisiones trágicas. Y recordó a un joven de 30 años de la región italiana de Friuli, que recientemente se quitó la vida explicando en una carta su problema por falta de trabajo.
Señaló también que la ausencia de ocupación puede conducir hacia otras decisiones trágicas. “Esta falta de trabajo -comentó el Santo Padre- me lleva a enrolarme en un ejército terrorista y así tengo algo que hacer y doy sentido a mi vida: es horrible” dijo.
El Pontífice concluyó este tema desarrollado durante el encuentro, indicando que “estos problemas tienen que ser enfrentados por la universidad, para dar también soluciones a los problemas reales de esta cultura líquida”. Y dijo: “La ‘palabra clave’ de hoy es ‘concretizar’”.


Texto del discurso del papa Francisco que no leyó en la universidad ‘Roma Tre’
Posted by Redaccion on 17 February, 2017



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco visitó este viernes la universidad Roma Tre, un instituto público en el que cursan unos 40 mil estudiantes. A continuación el texto integral con las palabras del Papa:
“Señor Rector. Ilustres profesores, queridos estudiantes y miembros del personal:
Les doy las gracias por haberme invitado a visitar esta Universidad, la más joven de Roma, y les dirijo a todos mi cordial saludo. Doy las gracias al rector, Mario Panizza por sus palabras de bienvenida y deseo todo lo mejor para el trabajo y la misión de este Ateneo. La instrucción y la formación académica de las nuevas generaciones son un requisito básico para la vida y el desarrollo de la sociedad. He escuchado vuestras preguntas y les agradezco. Las había leído antes e intentaré responder tomando en cuenta mi experiencia.
Nuestra sociedad está llena de buenas acciones, de solidaridad y amor hacia los demás: muchas personas y muchos jóvenes, seguramente también entre ustedes, participan en el voluntariado y en actividades al servicio de los necesitados. Y este es uno de los valores más grandes del hay que estar agradecidos y orgullosos. Sin embargo, si miramos a nuestro alrededor, vemos que en el mundo hay tantos, demasiados signos de hostilidad y violencia. Como bien ha observado Giulia hay muchas señales de un “actuar violento”.
Agradezco tu pregunta, Giulia, porque precisamente en este año el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz propone la no violencia como forma de vida y de acción política. De hecho, estamos viviendo en una guerra mundial en pedazos: Hay conflictos en muchas regiones del planeta, que ponen en peligro el futuro de generaciones enteras. ¿Por qué la comunidad internacional y sus organizaciones, no son capaces de prevenirlos o detenerlos? ¿Los intereses económicos y estratégicos tienen más peso que el interés común en la paz? Sin duda, estas son preguntas que encuentran espacio en las aulas universitarias y resuenan, en primer lugar, en nuestras conciencias. La universidad es un lugar privilegiado en el que se forman las conciencias, en una estrecha confrontación entre las exigencias del bien, de la verdad y la belleza, y la realidad con sus contradicciones. ¿Un ejemplo concreto? La industria de las armas.
Durante décadas se está hablando de desarme, también se han puesto en marcha procesos importantes en este sentido, pero, por desgracia, en la actualidad, a pesar de todas las conversaciones y compromisos, muchos países están aumentando el gasto en armas. Y esto, en un mundo que todavía lucha contra el hambre y las enfermedades, es una contradicción escandalosa”.
Ante esta dramática realidad uno se pregunta con razón, cuál debería ser nuestra respuesta. Desde luego, no una actitud de desánimo y desconfianza. En particular ustedes los jóvenes, no se pueden permitir vivir sin esperanza, la esperanza forma parte de vosotros. Cuando falta la esperanza, falta la vida; y entonces algunos van en busca de una existencia engañosa ofrecida por los mercaderes de la nada que venden cosas que dan una felicidad temporal y aparente, pero en realidad desembocan en callejones sin salida, sin futuro, en auténticos laberintos existenciales.
Las bombas destruyen los cuerpos, las adicciones destruyen las mentes, las almas, e incluso los cuerpos. Y en esto doy otro ejemplo concreto de la contradicción actual: la industria de los juegos de azar. Las universidades pueden aportar una valiosa contribución a los estudios para prevenir y combatir la adicción a los juegos de azar, que causan graves daños a las personas y a las familias y altos costos sociales”.
Una respuesta que me gustaría sugerir – y tengo presente la pregunta de Niccoló – es que se comprometan también como universidades en proyectos de condivisión y de servicio a los últimos, para fomentar en nuestra ciudad, Roma, el sentido de pertenencia a una “patria común “.
Nos interpelan tantas urgencias sociales y tantas situaciones de penuria y de pobreza: pensemos en las personas que viven en la calle, en los emigrantes, en los necesitados no sólo de alimentos y ropa, sino de un lugar en la sociedad, como los que salen de la cárcel . Saliendo al encuentro de estas pobrezas sociales, nos convertimos en protagonistas de acciones constructivas que se oponen a las destructivas de los conflictos violentos y también a la cultura del hedonismo y del descarte, basada en los ídolos del dinero, del placer, del aparentar…En cambio, trabajando con proyectos, incluso pequeños, que favorecen el encuentro y la solidaridad, recuperamos juntos un sentido de confianza en la vida.
En cualquier entorno, especialmente en el universitario, es importante leer y enfrentar este cambio de época con reflexión y discernimiento, es decir sin prejuicios ideológicos, sin miedos o fugas. Cualquier cambio, incluso el actual, es un pasaje que trae consigo dificultades, penurias y sufrimientos, pero también nuevos horizontes para el bien. Los grandes cambios exigen un replanteamiento de nuestros modelos económicos, culturales y sociales, para recuperar el valor central de la persona humana.
Riccardo en la tercera pregunta se refería a “las informaciones que en un mundo globalizado son vehiculadas sobre todo por las redes sociales”. En este ámbito tan complejo, creo que es necesario operar un sano discenimiento, basado en criterios éticos y espirituales. Hace falta interrogarse sobre lo que es bueno, teniendo como punto de referencia los valores propios de una visión del hombre y del mundo, una visión de la persona en todas sus dimensiones, sobre todo la trascendente.
Y hablando de trascendencia, quiero hablar de persona a persona y dar testimonio de quien soy. Me profeso cristiano y la trascendencia a la que me abro y a la que miro tiene un nombre: Jesús. Estoy convencido de que su Evangelio es una fuerza de verdadera renovación personal y social.
Hablando así, no les propongo ilusiones o teorías filosóficas o ideológicas, ni tampoco quiero hacer proselitismo. Les hablo de una Persona que me salió al encuentro, cuando tenía más o menos vuestra edad, abrió mis horizontes y cambió mi vida. Esta Persona puede llenar nuestro corazón de alegría y nuestra vida de significado. Es mi compañero de viaje; Él no defrauda y no traiciona. Está siempre con nosotros. Se coloca, con respeto y discreción a lo largo del camino de nuestra vida, nos sostiene especialmente en la hora de la pérdida y la derrota, en el momento de la debilidad y del pecado, para volvernos a situar siempre en el camino. Este es el testimonio personal de mi vida.
Non tengan miedo de abrirse a los horizontes del espíritu, y si reciben el don de la fe –porque la fe es un don– no tengan miedo de abrirse al encuentro con Cristo y de profundizar la relación con él. La fe nunca limita el ámbito de la razón, sino que lo abre a una visión integral del hombre y de la realidad, defendiendo del peligro de reducir la persona a “material humano”.
Con Jesús no desaparecen las dificultades, pero se enfrentan de una manera diferente, sin miedo, sin mentirse a sí mismos y a los demás; se enfrentan con la luz y la fuerza que viene de Él. Y podemos llegar a ser, como decía Riccardo, “operadores de la caridad intelectual”, a partir de la misma Universidad, para que sea un lugar de formación a la “sabiduría” en el sentido más amplio del término, de educación integral de la persona. En esta perspectiva, la Universidad ofrece su contribución peculiar y esencial para la renovación de la sociedad.
Y la Universidad también puede ser el lugar donde se elabora la cultura del encuentro y de la acogida de las personas de diferentes tradiciones culturales y religiosas. Nour, que viene de Siria, ha hecho referencia al “miedo” del occidental ante el extranjero, ya que podría “poner en peligro la cultura cristiana de Europa”.
Aparte del hecho de que la primera amenaza a la cultura cristiana de Europa está precisamente dentro de Europa, el encerrarse en uno mismo o en su propia cultura nunca es el camino para devolver la esperanza y operar una renovación social y cultural.
Una cultura se consolida en la apertura y en la confrontación con otras culturas, siempre que tenga una conciencia clara y madura de sus principios y valores. Por tanto, animo a los profesores y a los estudiantes a que vivan la Universidad como un ambiente de diálogo auténtico, que no homologa la diversidad ni tampoco la exaspera, sino que abre a una confrontación constructiva. Estamos llamados a comprender y apreciar los valores del otro, superando las tentaciones de la indiferencia y del temor. Nunca tengan miedo del encuentro, del diálogo, de la confrontación.
Mientras prosigue vuestra trayectoria de enseñanza y de estudios universitarios, prueben a preguntarse: ¿Mi forma mentis se está haciendo más individualista o más solidaria? Si es más solidaria es una buena señal porque van contra corriente, pero en la única dirección que tiene un futuro y que da futuro. La solidaridad, no proclamada con palabras, sino vivida concretamente, crea paz y esperanza para cada país y para el mundo entero. Y ustedes, por el hecho de trabajar y estudiar en la universidad, tiene la responsabilidad de dejar una huella buena en la historia.
Les agradezco de todo corazón por este encuentro y por vuestra atención. Que la esperanza sea la luz que ilumine siempre vuestro estudio y vuestro compromiso. Sobre cada uno de vosotros y sobre vuestras familias invoco la bendición del Señor”.


“El clamor de Cristo en el migrante nos urge” Comunicado de los obispos de México y EE.UU
Posted by Redaccion on 17 February, 2017



El clamor de Cristo en el migrante nos urge
1. Los saludamos con alegría desde la Basílica de San Juan del Valle, ubicada en la diócesis de Brownsville, Texas, los obispos, sacerdotes, religiosas y laicos que estamos participando en el primer Encuentro bi-anual Tex-Mex, que ahora ha incluido más diócesis fronterizas tanto de EU como de México.
2. Estas reuniones, que iniciaron desde el año 1986, como expresión de la comunión de la Iglesia Universal, han tenido siempre como preocupación central, la vida y realidad pastoral de nuestros hermanos migrantes.
3. En este momento difícil de nuestra historia, escuchamos el clamor de nuestros hermanos migrantes, en quienes escuchamos la voz de Cristo.
4. Jesús, María y José como inmigrantes y refugiados, buscaron un lugar para vivir y trabajar, esperando una respuesta de compasión humana. Hoy, esta historia se repite, esta mañana visitamos centros de detención, y lugares de atención, particularmente a madres, adolescentes y niños migrantes. Este tipo de centros, son descritos como lugares que reflejan condiciones intolerables e inhumanas. Donde constatamos la exigencia evangélica: “Porque fui forastero y me recibiste, tuve hambre y me diste de comer” (Mt 25,35-36).
5. A través de los años, hemos visto de primera mano el sufrimiento causado por un sistema de inmigración roto, causado por las condiciones estructurales políticas y económicas, que generan amenazas, deportaciones, impunidad y violencia extrema. Esta situación acontece tanto en relación entre Centroamérica y México, como entre EU y México.
6. Hemos presenciado el dolor, el temor y la angustia de las personas que han venido a nosotros, que tienen que vivir entre nosotros en las sombras de las sociedad. Muchos han sufrido explotación en el lugar de trabajo, han vivido bajo la amenaza constante de deportación y han soportado el peso del temor de una posible separación de sus familiares y amigos.
7. Esta realidad está siendo hoy muy marcada, ante las medidas que las autoridades civiles están tomando, pues palpamos el dolor de la separación de las familias, pérdida de trabajo, persecuciones, discriminación, expresiones de racismo, deportaciones innecesarias, que paralizan el desarrollo de las personas en nuestras sociedades y el desarrollo de nuestras naciones, dejándolas en el vacío y sin esperanza.
8. La inmigración es un fenómeno global de condiciones económicas y sociales, de pobreza e inseguridad, causando directamente el desplazamiento de poblaciones enteras, de familias que se sienten sin otras opciones para sobrevivir. El migrante tiene derecho a ser respetado por el derecho internacional y por cada país. Porque muchas veces, se encuentra entre la espada y la pared, ante la violencia, la criminalidad, las políticas inhumanas de gobiernos, y la indiferencia del mundo.
9. Independiente de su condición migratoria, los migrantes, como toda persona, poseen una dignidad humana intrínseca que debe ser respetada. Es común que sean sujetos a leyes punitivas y al maltrato por parte de las autoridades, tanto en países de origen, como de tránsito y destino. Es necesaria la adopción de políticas gubernamentales que respeten los derechos humanos básicos de los migrantes indocumentados.
10.Las ciudades fronterizas son hermanas y amigas, fruto de una larga historia, de compartir una misma tierra, la fe, las tradiciones, la cultura y la solidaridad. Nosotros como obispos, continuaremos siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, buscaremos construir puentes entre los pueblos, puentes que nos permitan derribar los muros de la exclusión y la explotación.
11.Afirmamos que la amistad existente entre familias y vecinos, puede potenciar la amistad entre pueblos y países. Nuestro encuentro es ya una clara manifestación de alegría, y signo de profunda esperanza. La cruz que se ha colocado, en la frontera, entre las ciudades del Paso y Cd. Juárez, recordando la visita del Papa Francisco en febrero del 2016, es un signo de encuentro, unidad y fraternidad.
12.Reiteramos como Iglesia, nuestro compromiso de atender y cuidar a los peregrinos, forasteros, exiliados y migrantes de todo tipo, afirmando que todo pueblo tiene el derecho a condiciones dignas para la vida humana, y si éstas no se dan, tiene derecho a emigrar (Papa Pio XII); y nos comprometemos, como obispos representantes de ambas Conferencias Episcopales, a dar acompañamiento y seguimiento a las situaciones que sufren nuestros hermanos migrantes en estos momentos.
13.Asegurándonos que en la Iglesia nadie debe sentirse extranjero, las familias de migrantes deben encontrar siempre en cada Iglesia, su hogar y su Patria (JPII).
14.A través de Caridades católicas en EU, y de las diversas Casas de migrantes en México, continuaremos ofreciendo un servicio de calidad a los migrantes, que implica lo espiritual, lo legal, la asistencia material, y familiar.
15.Así mismo mantendremos nuestra presencia constante en campos de detenciones, casas y centros de asistencia a migrantes desde la frontera sur de México hasta todo EU.
16. Además, hay organizaciones laicales reconocidas que trabajan comprometidamente apoyando integralmente a los migrantes.
17. Esto, sin dejar de mencionar a tantas familias en México y EU, que asisten, atienden y apoyan a migrantes en el camino, abriendo su corazón y sus hogares.
18.Pero, aún con estos esfuerzos, no podemos dejar a un lado lo que nos sostiene, que es la oración, y la presencia tan significativa de nuestra madre, nuestra señora de Guadalupe, que ha acompañado al migrante y a nuestros Pueblos desde 1531 hasta nuestros días. “Que no estoy yo a caso aquí que soy tu madre”.
Y por ello pedimos, a todas las personas de buena voluntad, unirnos en estos esfuerzos, y en la oración sencilla, “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.


VII Domingo Ordinario – Más allá de la violencia
Posted by Enrique Díaz Díaz on 17 February, 2017



Levítico: “Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo”
Salmo 102: “El Señor es compasivo y misericordioso”
Corintios 3, 16-23: “Ustedes son templo de Dios y el Espíritu de Dios habita en ustedes”
San Mateo 5, 38-48: “Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto”
¿Quién no se ha estremecido con las imágenes aterradoras que nos llegan desde los países en conflicto? ¿Un niño ensangrentado y mutilado? ¿Quién no se llena de indignación cuando escuchamos los horrores de las guerras? Muchos temen que una pequeña chispa desencadene una gran conflicto mundial y no son pocos los que hablan ya, de la posibilidad cercana de la Tercera Guerra Mundial. Nos escandalizamos de la irracionalidad de los conflictos y nos parece absurdo que de la nada surjan terribles masacres. El Papa Francisco hace constantes llamados a dejar a un lado los conflictos y la venganza. “Los esfuerzos realizados en Colombia para construir puentes de paz y reconciliación pueden inspirar a todas las comunidades a superar las hostilidades y las divisiones.. Cuando las víctimas de la violencia son capaces de resistir a la tentación de la venganza, se convierten en promotores más creíbles de la no violencia y de la construcción de la paz”, afirma y pide que la no violencia “se pueda convertir en el estilo característico de nuestras decisiones, nuestras relaciones, nuestras acciones, de la políticas en todas sus formas”. ¿Lo hemos pensado para nuestras relaciones diarias en casa, en trabajo, en la sociedad?
Como cañonazos explosivos sonarán las frases que provienen desde la montaña y nos parecerá casi imposible hacerlas cercanas a este mundo tan saturado de violencia, de odios, y de dudas. El Levítico nos trae la exigencia que Dios le hace a Moisés: “Sean santos porque yo, el Señor, soy santo”. No es una afirmación ambigua, ni pretende una santidad estereotipada que nos aleja del mundo. Se traduce en actitudes muy concretas: “No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón… no te vengues ni guardes rencor… ama a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Está claro en qué consiste la santidad? Si reconocemos que tenemos un Dios que es bueno como el pan que a todos alimenta, que para todos se reparte, y si se nos invita a parecernos a Él, la santidad no quedará en aislamientos ni indiferencias. La santidad será como el sol que cada día, con una terca insistencia, pretende iluminar y dar calor a todos los humanos, sin hacer distinción de razas, de colores o de estados de ánimo. Así es nuestro Dios y así nos invita a vivir.
La segunda frase proviene de San Pablo: “¿No saben ustedes que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?”. ¿Cómo podemos vivir con apatía e indiferencia? No somos poca cosa. Dios no hace basura y nos ha formado con gran dignidad. Valemos mucho como personas. Sin embargo se han incrementado los suicidios en forma alarmante disque por decepciones amorosas, por problemas económicos o por soledad y alcoholismo. ¿Razones suficientes para acabar con la propia vida? Si no nos amamos nosotros, ¿cómo vamos a amar a los demás? El amor al prójimo está basado en el amor a nosotros mismos, pero necesitamos reconocer la propia dignidad. Y no se trata de falsos orgullos, sino de poner los cimientos de nuestro verdadero valor a tal grado que San Pablo dice: “Ustedes son de Cristo”. Necesitamos vivir con esa dignidad reconociéndonos templos llenos de la presencia de Dios. Nunca lo debemos olvidar y no podremos vivir de una manera negativa porque nosotros somos ese templo de Dios.
Cristo, desde la montaña, también se une a estas exigencias: “Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto”. Invita a sus discípulos a romper la escalada que inicia con la violencia, que continúa con las venganzas y que finaliza dejando el corazón lleno de odios y resentimientos. La antigua ley buscaba proteger al más desvalido y exigía cobrar ojo por ojo y diente por diente, pero no solucionaba de fondo la violencia porque el corazón lleno de rencor no permite encontrar la paz. Quien se pudre por dentro para que no lo trague el prójimo, queda vacunado contra el hermano pero acaba podrido para toda la vida. El otro no puede ser “enemigo”, es un ser humano, alguien que sufre y goza, que busca y espera. Sí, ya sé que en la mente de muchos de nosotros se harán presentes esas personas molestas y fastidiosas que nos cuesta mucho tratar diariamente con cariño, o estaremos pensando en los grandes asesinos o en los narcotraficantes y corruptos. ¿Cómo amar o aceptar a tales personas? Mi pregunta siempre será: ¿cómo los ama Dios? ¿Cómo da la vida Jesús también por ellos? La violencia nunca se solucionará con violencia. ¿No tendremos también nosotros otra propuesta?
A Cristo lo llamaron loco, pero sus propuestas son las únicas que de verdad pueden solucionar la violencia. Y Cristo nos invita a realizar cosas “extraordinarias”. La vocación del cristiano es una vocación a la locura y también a lo extraordinario. No está llamado a ser mediocre y conformista, sino a realizar grandes proezas: parecerse a Dios Santo, vivir como templo de Dios y ser perfecto como el Padre celestial. La Palabra de Dios no es letra muerta, sino viva y palpitante y deja inquietos. Estamos llamados a realizar cosas extraordinarias, como es extraordinario el perdón, el amor sin condiciones, y la apertura a los diferentes. No se trata de utilizar palabras dulzonas ni de hacer ostentación de sentimientos, sino el comportamiento solícito por el otro. El amor cristiano nace de lo profundo de la persona, de saberse amado de Dios y quiere ser reflejo y expresión de ese amor del Padre que nos abraza a todos. Amar al prójimo significa hacerle bien pero también exige aceptarlo, respetarlo y descubrir lo que hay en él de presencia de Dios. El mal, a pesar de las apariencias, siempre será débil. El odio brota del miedo y de sentirse amenazado. La ofensa necesita de la venganza. En cambio el amor es la única fuerza capaz de cortar de raíz la violencia. Es urgente un “¡ya basta!” a la violencia y aceptar “la no violencia” que Cristo nos propone. El cristiano es vencedor no cuando logra posesionarse de las armas del enemigo, sino cuando dejando las propias armas, lo convierte en amigo. La debilidad del amor es la única fuerza capaz de desarmar el mal.
La invitación hoy será a tomar en serio las palabras que nos ofrece “La Palabra”, reconocernos como personas valiosas, amadas por Dios. Dejarnos cuidar, abrazar y querer por Dios Padre para así lanzarnos en pos del gran ideal, que nos parece extraordinario: amar, perdonar, ser santos y vivir como templos del Espíritu.
Señor Jesús, que nos propones a Papá Dios como único modelo de amor y de paz, concédenos que, dejando las armas de la venganza y la violencia, nos arriesguemos a acompañarte en tu aventura de construir un mundo sin odios, un mundo de hermanos, un reino de paz. Amén.


Santa Gertrudis (Caterina) Comensoli – 18 de febrero
Posted by Isabel Orellana Vilches on 17 February, 2017



(ZENIT – Madrid)- Cuando el amor a Dios se enciende de veras, no hay quien lo apague. En esta santa bullía tanta ternura por el Santísimo Sacramento que lo convirtió en el eje vertebral de su vida, dedicada también a difundir su adoración. De ella irradiaba su caridad y radical entrega caracterizada por un afán indesmayable de donación, ofrecida con presteza y disposición a apurar el cáliz que demandaba, ebría de pasión por Dios. Eso se aprecia enseguida en las insistentes súplicas que elevaba asegurándose con su fidelidad la gracia de no apartarse jamás de Él.
Nació en Bienno, Val Camónica, Brescia, Italia, el 18 de enero de 1847. Era la quinta de diez hermanos. La divina Providencia fue marcando los pasos de esta fundadora que quiso cumplir la voluntad de Dios ante todo. Seguramente los cimientos de su fe, fraguados dentro de su ejemplar familia, introdujeron en su infancia la tendencia a la oración. Sin atisbo de puerilidad, y en su inocencia, cuando la veían en estado meditativo y preguntaban qué hacía, respondía: «Pienso». Pero sus reflexiones calaron en ella de tal modo que antes de cumplir 7 años se las arregló para tomar por su cuenta el Cuerpo de Cristo, ataviada con un chal de su madre y amparada por la balaustrada del altar, oportuno parapeto que le permitió alcanzar su sueño. Se entiende que después escribiera: «No permitas, Jesús, jamás, que yo viva ni un solo instante sin amarte, sin corresponder a tu amor…».
La formación catequética y la luz que le dieron sus confesores inflamó su espíritu despertando en él una ardiente devoción por el Santísimo Sacramento. «¡Jesús, amarte y hacer que te amen!», fue el lema que brotó de su interior en la infancia. Enardecida de amor, todo le parecía poco para Él: «Estoy dispuesta a sufrir todo aquello que tu bondad me hará padecer en expiación de mis grandes pecados y por la salvación de las almas». «Señor, si te parece bien, dame todas las enfermedades que quieras. Hazme morir, aniquílame para que yo pueda amarte y hacerte amar». No cabía otra cosa en su corazón que este ferviente anhelo: «Mi amor Sacramentado, ¡Tú sabes que no tengo otra consolación que verte solemnemente expuesto sobre tu trono de amor!». Son sentimientos que solamente comprenden espíritus sensibles, abiertos a la gracia divina y dispuestos a alcanzar la perfección sin poner cota a cualquier sacrificio.
Buscando la vía para su consagración, ingresó en el Instituto de Hijas de la Caridad, de Lovere (Brescia). Pero la enfermedad la apartó de este camino. El revés económico de su familia la empujó a servir como empleada doméstica para el párroco de Chiari, Giovanni Baptista Rota, y cuando éste fue designado obispo de Lodi, trabajó para la condesa Fè-Vitali, asistiéndola en el cuidado de su hijo recién nacido. Permaneció a su lado en San Gervasio (Bérgamo) doce años. En ese periodo su inteligencia y tesón hicieron de ella una persona madura humana, cultural y espiritualmente. En 1878 efectuó la consagración perpetua de su virginidad de forma privada y con permiso de su confesor.
Su inclinación a la enseñanza de las jóvenes y de los enfermos en San Gervasio, que simultaneó con su trabajo, la incitaba a crear una fundación dedicada a ellos. Confió este anhelo al obispo de Bérgamo, huésped de la condesa, y el prelado la animó. León XIII le sugirió que vinculara adoración, su idea inicial, a la educación de las jóvenes obreras. El hecho se materializó al encontrarse con el padre Francisco Spinelli, que actuó como catalizador del proyecto en una época en la que era vedada a las mujeres la administración y gestión, por considerar que no estaban capacitadas para ello.
El Instituto se fundó el 15 de diciembre de 1882 en Bérgamo. Pero un problema económico separó a Gertrudis del padre Spinelli, y la fundación se bifurcó en dos. El 18 de enero de 1889 anotó sus sentimientos: «Este es el día de la terrible catástrofe mi Jesús, de aquí a pocos minutos estarán aquí, vienen a clausurar todo… sustentadme en la dura prueba, ayudadme por caridad. Los hombres clausuran nuestras cosas. Vos sellad mi corazón dentro de vuestro dulce y amable corazón, ya no me sacaréis… siempre tenedme con vos, mi querido Jesús, hágase tu voluntad. Amén». Y el Instituto se revitalizó, renaciendo a fuerza de oración y fe, de mucho sufrimiento aceptado humildemente que hizo que Gertrudis y las monjas trabajasen denodadamente para mantenerlo en pie. El obispo de Lodi, en cuya familia había prestado servicios domésticos la santa, les ayudó. ¡Designios de la Providencia! Además, la recomendación de tutela de esta fundación por parte del obispo de Bérgamo a monseñor Rota fue definitiva para el reconocimiento de la misma que se produjo en 1891.
En marzo de 1892 todas regresaron a esta ciudad. Y la fundadora aún dispuso de unos años para seguir alentando a sus hijas a la vivencia de la oración, la humildad, la obediencia y disponibilidad, virtudes que signaron también su quehacer, además de impulsar nuevas casas. Más de una veintena estaban en marcha cuando murió el 18 de febrero de 1903. Juan Pablo II la beatificó el 1 de octubre de 1989. Fue canonizada el 26 de abril de 2009 por Benedicto XVI.