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“Valientes en el servicio a Cristo y a la Iglesia”, el Papa al Capítulo General de los Clérigos Marianos

RV | 18/02/2017


 

El Papa Francisco recibió el mediodía del sábado al Capítulo General de la Congregación de Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Beata Virgen María, “presente en el servicio a Cristo y a la Iglesia en veinte países del mundo”, como inició recordando en el discurso que les dirigió.

Sobre uno de los objetivos principales del Capítulo General, la reflexión sobre las leyes y los ordenamientos propios de la Congregación, Francisco notó que se trata “de una obra importante”. Con este motivo los exhortó a cumplir esta  reflexión con fidelidad al carisma del Fundador y al patrimonio espiritual de la Congregación y, al mismo tiempo, con el corazón y la mente abiertos a las nuevas necesidades de la gente. El Santo Padre pidió para que el ejemplo de su Fundador, san Estanislao de Jesús y María, "que había completamente entendido el sentido de ser discípulo de Cristo", sea luz y guía de su camino.

“En esta perspectiva, vuestro servicio de la Palabra es el testimonio de Cristo Resucitado, que han encontrado sobre vuestro camino y que con vuestro estilo de vida están llamados a llevar a cualquier parte donde los envíe la Iglesia.  El testimonio cristiano pide también el compromiso con y para los pobres, un compromiso que caracteriza a vuestro Instituto desde sus inicios. Los aliento a mantener viva esta tradición del servicio a las personas pobres y humildes, a través del anuncio del Evangelio con un lenguaje que sea comprensible para ellos, con las obras de misericordia y el sufragio por los difuntos”.

El Pontífice agregó que otra significativa herencia espiritual de esta familia religiosa es aquella que les dejó el beato Jorge Matulaitis: la total dedicación a la Iglesia y al hombre para «ir valientemente a trabajar y a luchar por la Iglesia, especialmente donde hay más necesidad» (Journal, p. 45): actitud que en los últimos decenios -como subrayó-  ha inspirado las iniciativas de la Congregación dirigidas a difundir su carisma en los países pobres, especialmente en África y en Asia.

“El gran desafío de la inculturación les pide hoy anunciar la Buena Noticia con lenguajes y formas comprensibles a los hombres de nuestro tiempo, envueltos en procesos de rápida transformación social y cultural. Su Congregación cuenta con una larga historia, escrita por valientes testimonios de Cristo y del Evangelio. Hoy están llamados a caminar por este sendero con renovado celo para lanzarse, con libertad profética y sabio discernimiento, por caminos apostólicos y fronteras misioneras, cultivando una estrecha colaboración con los Obispos y los otros componentes de la Comunidad eclesial”.

Los horizontes de la evangelización y la urgente necesidad de testimoniar el mensaje evangélico a todos, sin distinciones, constituye el vasto campo de su apostolado, les reiteró el Papa, precisando que muchos aguardan aún conocer a Jesús, único Redentor del hombre, y no pocas situaciones de injusticia y de incomodidad moral y material interpelan a los creyentes.  “Una misión tan urgente pide conversión personal y comunitaria. Solamente los corazones completamente abiertos a la acción de la Gracia son capaces de interpretar los signos de los tiempos y de escuchar los llamados de la humanidad necesitada de esperanza y de paz”, reflexionó.

Pidiéndoles seguir el ejemplo de su Fundador, el Papa finalizó sus discurso  invitándoles a “ser valientes en el servicio de Cristo y de la Iglesia, respondiendo a los nuevos desafíos y a las nuevas misiones, también si humanamente pueden parecer arriesgadas”.  

“A vuestra Madre y Patrona, María Inmaculada, confío vuestro camino de fe y de crecimiento, en constante unión con Cristo y con su Santo Espíritu, que los hace testimonios de la potencia de la Resurrección”.

(RC-RV)