Iglesia \ Mundo

“El migrante es un don”, Comunicado de los obispos mexicanos

RV | 02/03/2017


 

Iniciando la cuaresma el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Mons. Alfonso Miranda Guardiola, se hace eco del mensaje del Papa Francisco, cuando nos invita a comprender e intensificar la vida del Espíritu centrando al otro como un “don”. En este caso -recordando que la Iglesia mexicana realiza una tarea incesante de apoyo a los migrantes-  da a conocer sobre la atención que se brinda en los más de 70 lugares que actualmente ofrecen atención a los migrantes, “para sensibilizar e invitar a actuar” a los mexicanos.

“Al hablar de casas de migrantes hacemos referencia a los albergues, comedores, centros de apoyo, parroquias y módulos de atención que acompañan a estas personas. Dichas casas son administradas por la Iglesia Católica, por algunos grupos de pastoral, congregaciones religiosas, laicos comprometidos, así como por iglesias cristianas, organizaciones de la sociedad civil y gobierno”, puntualiza en el Comunicado publicado por la CEM, señalando que éstas se encuentran distribuidas a lo largo del país y se concentran principalmente en tres regiones: la frontera norte, sur y centro de México: punto neurálgico para el tránsito migratorio.

“Estas casas han sido capaces de establecer redes a través de las cuales comparten información, capacitación y se brindan apoyo mutuo a favor del migrante. Por otro lado, hay un trabajo incluyente y exhaustivo que traspasa fronteras al converger con organizaciones católicas, universidades y organismos internacionales en Estados Unidos de Norteamérica y Canadá”, añade.

Resaltando el trabajo no sin esfuerzos de los voluntarios los obispos mexicanos, a través de su Secretario General, invitan a sus compatriotas a una mayor participación para asistir a aquella parte de la población tan abandonada y discriminada. Y recuerdan que “Jesús también fue migrante, anduvo cansado, hambriento y fue discriminado por ser extranjero”. “Ustedes representan todos esos hogares en donde Jesús encontró un lugar para descansar, un alimento para recuperar las fuerzas, y una escucha atenta y compasiva”. “Sepan que el voluntariado que practican es reconocido y valorado por Cristo y por la Iglesia”.

(RC-RV)