Servicio diario - 27 de abril de 2017


Este viernes parte el Papa a Egipto. Participará en el encuentro interreligioso por la paz
Sergio Mora

A la misa del Papa en Egipto asistirán también ortodoxos y musulmanes
Redacción

Sta. Marta: ser cristianos no es un estatus, es dar testimonio a Jesús hasta el martirio
Redacción

El Papa a la Acción Católica: contagiar la alegría de la fe, sin estructuralismo
Redacción

Francisco a la ‘Papal Foundation’: dar testimonio en un mundo marcado por la violencia, codicia e indiferencia
Redacción

Solo Benedicto XVI podía renunciar y proyectar la Iglesia al futuro
Sergio Mora

Proyecto global pastoral 31-33
Sergio Mora

San Luis María Grignion de Montfort – 28 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

27/04/2017-17:13
Sergio Mora

Este viernes parte el Papa a Egipto. Participará en el encuentro interreligioso por la paz

(ZENIT – Roma, 27 Abr. 2017).- El santo padre Francisco pidió hoy jueves en un mensaje enviado desde su cuenta twitter: “Por favor, recen por mi viaje de mañana a Egipto como peregrino de paz”.
Entre los eventos del viaje de 26 horas, en el primer día está programada la
participación del pontífice a una Conferencia interreligiosa por la paz, la cual se ha abierto hoy jueves en El Cairo en la Universidad de Al-Azhar, principal centro sunita de los musulmanes.
Se prevé justamente que en esta conferencia internacional, el papa Francisco y el gran imán de la Universidad de Al-Azhar, Ahmed Al Tayyeb, hagan un llamamiento a la paz, para detener el terrorismo y para que la religión no sea pretexto para usar la violencia.
No es el primer encuentro por la paz que se realiza en dicho centro de estudio, sí el
primero con la presencia del Papa y de tantas autoridades y líderes religiosos del mundo.
El encuentro es organizado también por el Muslim Council of Elders, otro ente presidido
por el imam al Tayyeb, una institución promovida por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, para favorecer el diálogo en el mundo islámico.
El mismo organismo en un encuentro a final de enero pasado con el primado anglicano Justin Welby y con la delegación de las Iglesias Orientales, produjo una importante declaración sobre la tutela de las minorías de Oriente Medio.
Se encontrará también el jeque mauritano Abdullah Bin Bayyah, el promotor principal de la Declaración de Marrakesh, en 2016 sobre los derechos de las minorías religiosas en los países de mayoría musulmana, además del patriarca de Constantinopla Bartolomeo I, del patriarca copto, Teodoro II, del patriarca caldeo Louis Raphael I Sako y del ex secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, entre los doscientos estudiosos y juristas musulmanes sunníes.

Programa del papa a Egipto

 

27/04/2017-06:57
Redacción

A la misa del Papa en Egipto asistirán también ortodoxos y musulmanes

(ZENIT – Roma, 27 Abr. 2017).- La preparación de la visita del Papa Francisco a Egipto “procede según lo planeado”, y la espera de la llegada del obispo de Roma “no es sólo para los cristianos, sino que involucra a todo el país”.
Lo confirma a la Agencia Fides, Anba Antonios Aziz Mina, obispo copto católico emérito de Guizeh, quien aseguró que una señal del interés de la visita papal se verá con la participación multiforme que se producirá en la misa celebrada por el papa Francisco el sábado 29 de abril a las 10 de la mañana, en el estadio de la aeronáutica militar, en las afueras de El Cairo.
Antes, explica Anba Antonios “la misa se iba a celebrar en una estructura cubierta en el centro de El Cairo. Pero ha sido necesario un cambio de planes no sólo porque el estadio se puede gestionar mejor a nivel de seguridad, sino también para garantizar un mayor número de plazas disponibles para los que deseen participar.
Los fieles católicos podrían ser al máximo unos 5-6 mil, y ese estadio puede albergar más de 20 mil personas. Vendrán muchos coptos ortodoxos y cristianos de otras Iglesias y comunidades eclesiales, e incluso musulmanes, así como las delegaciones oficiales, tanto religiosas como civiles”. A su llegada, para saludar a los fieles y a todos los presentes, el Papa Francisco hará un recorrido por el estadio en un vehículo electrico.

 

27/04/2017-12:50
Redacción

Sta. Marta: ser cristianos no es un estatus, es dar testimonio a Jesús hasta el martirio

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Ser cristiano no es pertenecer a un estatus social; ser cristianos significa ser testigos de obediencia a Dios, como hizo Jesús, aunque la consecuencia sean las persecuciones.
Lo indicó este jueves el papa Francisco en su homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, invitando a pedir a Dios que el Espíritu Santo nos haga testigos.
Esta respuesta la da san Pedro cuando después de haber sido liberados de la cárcel por un ángel es llevado junto a los Apóstoles ante el sanedrín. Les había sido prohibido enseñar en el nombre de Jesús pero a pesar de ello llenaron a Jerusalén con su enseñanza.
El Pontífice partió del episodio narrado en la Primera Lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles y recordó los primeros meses de la Iglesia, cuando la comunidad aumentaba y había tantos milagros. Estaba la fe del pueblo y no faltaban los “pequeños astutos que querían hacer carrera” como Ananías y Safira.
Pedro, que por temor había traicionado a Jesús ahora en cambio responde que “es necesario obedecer a Dios en lugar de a los hombres”. Esta respuesta hace comprender que “el cristiano es testigo de obediencia”, como Jesús cuando se aniquiló y en el huerto de los olivos y dijo al Padre: “Que se haga tu voluntad, no la mía”.
“El cristiano es un testigo de obediencia y si nosotros no estamos por este camino de crecimiento en el testimonio de la obediencia, no somos cristianos. Al menos caminar por este camino: testigo de obediencia. Como Jesús. No es testigo de una idea, de una filosofía, de una empresa, de un banco, de un poder: es testigo de obediencia. Como Jesús”, dijo.
Además ser “testigos de obediencia” es “una gracia del Espíritu Santo”. Porque “solo el Espíritu puede hacernos testigos de obediencia. ‘No, yo voy a ver a aquel maestro espiritual, yo leo este libro...’. Todo está bien, pero sólo el Espíritu puede cambiarnos el corazón y puede hacernos a todos testigos de obediencia. Es una obra del Espíritu y debemos pedirlo, es una gracia que hay que pedir: ‘Padre, Señor Jesús, envíenme su Espíritu para que yo llegue a ser un testigo de obediencia’, es decir un cristiano”, dijo.
Como relata la Primera Lectura, ser testigos de obediencia tiene consecuencias, de hecho después de la respuesta de Pedro, querían matarlo.
“Las consecuencias del testigo de obediencia son las persecuciones. Cuando Jesús enumera las Bienaventuranzas termina diciendo: ‘Bienaventurados ustedes cuando son perseguidos, insultados’. La cruz no se puede quitar de la vida de un cristiano. La vida de un cristiano no es un estatus social, no es un modo de vivir una espiritualidad que me hace bueno, que me hace un poco mejor. Esto no basta. La vida de un cristiano es el testimonio de obediencia y la vida de un cristiano está llena de calumnias, habladurías y persecuciones”.
Para ser testigos de obediencia como Jesús hay que rezar, reconocerse pecadores, con tantas “mundanidades” en el corazón y por ello pedir a Dios “la gracia de llegar a ser testigo de obediencia” y no tener miedo cuando llegan las persecuciones, las calumnias, porque el Señor dijo que cuando estemos ante el Juez, será el Espíritu quien nos sugerirá qué responder”.

 

27/04/2017-11:31
Redacción

El Papa a la Acción Católica: contagiar la alegría de la fe, sin estructuralismo

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Abr. 2017).- El papa Francisco se reunió este jueves por la mañana, con los participantes al II Congreso internacional de la Acción Católica, sobre el tema “Acción Católica es misión con todos y para todos”.
El Pontífice se dirigió a unos 300 participantes, hablándole en español e improvisando. “Me voy a permitir salir del texto y decirles lo que siento”, dijo.
Dividió así su relación en seis puntos: Carisma a la luz de Evangelii gaudium, las pautas de acción, los sujetos o agentes, los destinatarios y el estilo que tiene que tener la Acción Católica, y su Proyecto.
Sobre el carisma de la Acción Católica y se preguntó: “¿Cómo podemos reformular el carisma a la luz de la Evangelii gaudium, que es el marco de toda la acción apostólica hoy en la Iglesia?”. Francisco indicó que el carisma de la Acción Católica tiene que ser “el de la misma Iglesia encarnada entrañablemente en el hoy y el aquí de cada Iglesia diocesana”, apoyada en cuatro pilares fundamentales: oración, formación, sacrificio y apostolado, de los cuales el apostolado dadas las características de este momento “que tiene que ser lo distintivo, recalcó Francisco”.
Planteando cómo renovar el compromiso evangelizador, el Santo Padre indicó que la misión es la tarea fundamental de la Acción Católica e invitó a renovar y actualizar este compromiso para la evangelización, llegando a todos y a todas las periferias existenciales de verdad, asumiendo la totalidad de la misión de la Iglesia “en generosa pertenencia a la Iglesia diocesana desde la Parroquia”.
Hablando de los agentes, Francisco indicó que todos los miembros de la acción católica son dinámicamente misioneros y los exhortó a dejar que el Espíritu Santo los conduzca, abandonando viejos criterios y “adoptando los criterios que hoy son necesarios”.
Invitó a que la Acción Católica “esté presente en el mundo político, empresarial, profesional, en las cárceles, los hospitales, las villas, las fábricas”, pidió el Papa para que no se transforme en una institución de “exclusivos que no le dice nada a nadie, y tampoco a la misma Iglesia. “Todos tienen derecho a ser evangelizadores”, insistió.
Y en este sentido el Pontífice afirmó que se tiene que popularizar más la Acción Católica: “La Acción Católica no puede estar lejos del pueblo sino en medio del pueblo” y agregó que para poder seguir este camino “es bueno recibir un baño de pueblo”.
El Papa indicó también los pasos por los que tiene que pasar el “proyecto” de la Acción Católica: ‘primerear’, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar, haciendo camino juntos.
Y les exhortó: ¡Contagien la alegría de la fe! No caigan en la tentación del
estructuralismo. La pasión católica, la pasión de la Iglesia es vivir la dulce y confortadora alegría de evangelizar.

 

27/04/2017-11:15
Redacción

Francisco a la ‘Papal Foundation’: dar testimonio en un mundo marcado por la violencia, codicia e indiferencia

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Abr. 2017).- “El mundo de hoy, a menudo marcado por la violencia, la codicia y la indiferencia, tiene gran necesidad de nuestro testimonio, del mensaje de esperanza en el poder de redención y reconciliación del amor de Dios, que emana del Evangelio”.
Lo indicó el papa Francisco este jueves, al recibir en audiencia en el Vaticano a los miembros de la Papal Foundation, durante la visita anual que realizan a Roma. Y les deseo que la peregrinación “les fortalezca en la fe y en la esperanza, así como en el compromiso de promover la misión de la Iglesia sosteniendo muchas iniciativas de naturaleza religiosa y caritativas muy queridas por el Papa”.
Les agradeció por el “propósito de contribuir a los esfuerzos de la Iglesia en el anuncio de este mensaje de esperanza hasta los confines de la tierra y de trabajar por el progreso material y espiritual de nuestros hermanos y hermanas en el mundo, especialmente en los países en desarrollo”.
Porque, explicó el sucesor de Pedro, “cada uno de nosotros, como miembro vivo del Cuerpo de Cristo, está llamado a promover la unidad y la paz de la familia humana y de todos los que la componen”, motivo por el cual les pidió que recen por las necesidades de los pobres, por la conversión de los corazones, por la difusión del Evangelio y por el crecimiento de la Iglesia en la santidad y en el celo misionero”. Al concluir la visita el Papa impartió su bendición apostólica y pidió oraciones por él.

 

27/04/2017-09:30
Sergio Mora

Solo Benedicto XVI podía renunciar y proyectar la Iglesia al futuro

(ZENIT – Roma, Abr. 2017).- “Solo un papa como Benedicto XVI podía abrir la posibilidad de renuncia de un pontífice, lo que trajo confusión sea en sus ‘adversarios’ que en los ‘sostenendores’ y proyectó a la institución bimilenaria de la Iglesia hacia la modernidad”. Su objetivo de fondo fue “invitar a la sociedad a interrogarse”. Sabiendo que “no iba a encontrar un coro de aplausos, pero con el deseo de tirar una piedra en el estaño y mover las aguas”.
Lo indicó el periodista vaticanista de la Radio y televisión italiana (RAI), Giovan Battista Brunori, autor del libro “Benedetto XVI. Fede e profezia del primo papa emerito della storia”, en un desayuno de trabajo con embajadores y periodistas, en el marco del reciente 90 cumpleaños del Papa emérito.
El encuentro organizado por Mediatrends América, un observatorio sobre América Latina tuvo por título: “El desafío del Papa emérito Benedicto XVI para la Iglesia y la sociedad”, y se realizó este jueves en Roma en el hotel NH.
El papa Ratzinger “en la lucha contra la pedofilia, cambió el rumbo indicando que lo principal no era el prestigio de la Iglesia sino las víctimas”. También por lo que se refiere al IOR (Instituo de Obras Religiosas), “con él la Iglesia decidió cambiar página”, o sea “un gran papa reformador”, concluyó, que inició “reformas de las cuales Francisco está en entera continuidad”.
Un papa, dijo Brunori, que “combatió la pretensión de la sociedad contemporánea, según la cual no existen convicciones sólidas. Porque es una sociedad líquida, permeada del relativismo”.
Un Pontífice calificado por muchos de ‘triunfalista’ que entretanto “supo admitir delante
del mundo que no tenía las fuerzas para ir hacia adelante”. Y tras haber visto de cerca el calvario de la enfermedad vivido por san Juan Pablo II, “Ratzinger quiso marcar un cambio previsto por el derecho canónico, pero que histórico”. Así, instituyó el camino de los papas eméritos.
Con una prensa hostil que lo calificó de ‘PanzerKardinal’, “reiteró con gran simplicidad y fuerza que la Iglesia no es gobernada por fuerzas humanas de un líder, pero que hay algo más, Dios que guía la historia”. Brunori recordó también que el cardenal Ratzinger, rechazó la primera oferta de ir al dicasterio para la Doctrina de la Fe. Y cuando aceptó fue por insistencia del san Juan Pablo II.
“Quiso decir que el Jesús histórico coincide con el de la fe”. O sea se propuso “defender la fe de los simples, redefinir el tesoro de patrimonio de fe de la Iglesia, contra una serie de teorías que durante décadas había llevado a deformar esta figura histórica”, escribiendo libros que son verdaderos best-seller.
“Su desafío fue el de estimular preguntas en una sociedad que se mueve rápido, donde la gente se adapta al cambio de las situaciones”, dijo. Y como profesor universitario “colaboró con personas adversas a su pensamiento como Hans Kung, para quien pidió una cátedra de teología, o sea que nunca le asustó la diversidad de opiniones”.
Precisó que “la religión católica se apoya en la razón e invitó al mundo laico a no perder confianza en la razón”. Él discutió como intelectual europeo, estimulando un debate con el mundo laico además de hacerlo con el mundo católico. “Porque la búsqueda es posible como una plataforma común de valores eternos para evitar que el mudo termine en ruinas”.
Comentando los viajes del pontífice emérito, el vaticanista RAI señaló que “en Alemania le indicó al parlamento de ese país, “que la mayoría parlamentaria no garantiza el futuro de una sociedad, subrayando que las mayorías son positivas pero no bastan, es necesario la defensa del hombre y de la persona humana”.
Y cuando en Ratisbona citó la frase sobre Mahoma, “era invitando al debate sobre la violencia, invitando al mundo de la cultura a no perder la confianza en la razón, porque la violencia va contra la razón y contra Dios”. Y baste pensar en ese sentido, indicó, a su primera encíclica: ‘Deus Cáritas Est’.
Otro punto que comentó el vaticanista fue cuando “al inicio de pontificado, Benedicto XVI quitó la tiara triregnum del escudo y puso la mitra y el palio, indicando que se volvía a los orígenes, al servicio, demostrando la gran continuidad del actual pontificado de Francisco, no una Iglesia del poder, pero que va al servicio del hombre”.
Fue un Papa que” en la lucha contra la pedofilia, cambió el rumbo indicando que lo principal no era el prestigio de la Iglesia sino las víctimas y erradicar esta lacra”. También por lo que se refiere al IOR,”fueron los pasos de una Iglesia que decidió cambiar página”.
Sobre la contraposición que se quiere hacer entre los papas Francisco y Ratzinger, “en la simplificación exagerada de los medios de comunicación, se presenta al actual pontífice como diciendo lo contrario de lo que en realidad dice”. Por ejemplo –explicó Brunori– “el papa Francisco ha dicho contra el aborto cosas mucho más pesadas de las que había dicho Benedicto XVI y a pesar de ello hay quien dice que lo ha despenalizado”.

 

27/04/2017-04:43
Sergio Mora

Proyecto global pastoral 31-33

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas

VER
Estamos reunidos los obispos del país, en asamblea plenaria que hacemos dos veces al año, para avanzar en la elaboración de un Proyecto Global pastoral hacia el 2031-2033, inspirado en el Acontecimiento Guadalupano, pues en 2031 se cumplen 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en 1531, y en el Misterio de la Redención, pues en 2033 celebraremos los 2000 años de la muerte de Cristo, acontecida el año 33, según el calendario actual que seguimos. Nos hemos propuesto como lema: Mirar lejos, ocupándonos de nuestros desafíos actuales, inspirados en Jesucristo nuestro Redentor y en María de Guadalupe.
Este es un proyecto que lleva ya algún tiempo elaborándose, con consultas a muchas instancias, que ahora debe llegar a nuestras diócesis y provincias. El proyecto quiere ser una herramienta pastoral de largo alcance y pronta respuesta. Tenemos en cuenta la realidad actual, pero con las megatendencias que se vislumbran. Queremos articular mejor nuestro servicio episcopal, potenciando el diálogo al interior de la Iglesia y con el mundo. Estamos convocados a servir apasionadamente a nuestra Nación, con los dones recibidos desde nuestra experiencia del amor y la misericordia de Dios.
El Presidente de nuestra Conferencia, en su mensaje de apertura, nos dijo: “Tenemos que reconocer que estamos viviendo muchos desafíos a los que, con ojos y corazón de pastores, debemos dar respuesta”. Y enumeró algunos: “El crecimiento de la violencia en la geografía nacional (ejecuciones, secuestros, asaltos...); numerosos migrantes que sufren y son explotados; una situación económica precaria e inestable que empobrece más a nuestro pueblo; una sociedad cada vez más insatisfecha de sus dirigentes políticos. Particular importancia revisten los próximos procesos electorales que se celebrarán en nuestro país. Las cuantiosas sumas de dinero que se utilizan en las campañas, la alta dosis de promesas populares o populistas, las añejas prácticas de coacción a nuestro pueblo pobre y necesitado, nos deben llevar a pensar que lo más importante para nosotros como Iglesia es colaborar a que nuestra democracia opere, y no a que nuestra democracia sea un mero recurso cosmético para que quienes tienen más medios económicos alcancen el poder... Prescindiendo de quién gane o quién pierda, lo importante es el método que se siga; es decir, el conjunto de procedimientos para generar convicciones en el electorado”.

PENSAR
No faltará quien opine que esto es meterse en políticas que no nos tocan. Sin embargo, el Papa Francisco ha dicho: “No hay que mutilar la integralidad del mensaje del Evangelio. El Evangelio invita ante todo a responder al Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos. ¡Esa invitación en ninguna circunstancia se debe ensombrecer!“(EG 39).
“Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Denles ustedes de comer!» (Mc 6,37)” (EG 49).
“Aliento a todas las comunidades a una siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos. Es preciso esclarecer aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios” (EG 51).

ACTUAR
Pidamos la luz del Espíritu Santo, para que nuestra Iglesia colabore más eficazmente en la construcción de una sociedad justa y fraterna, y así nuestro pueblo tenga vida digna y plena. Y si alguien quiere aportar su sabiduría y su competencia, que se acerque a su parroquia y dé su palabra y su tiempo, pues esta misión es tarea de todo el Pueblo de Dios.

 

27/04/2017-04:40
Isabel Orellana Vilches

San Luis María Grignion de Montfort – 28 de abril

(ZENIT – Madrid).- Nació el 31 de enero de 1673 en Montfort, Francia. Era el mayor de dieciocho hermanos. Entre ellos hubo tres sacerdotes y tres religiosas; otro falleció en la infancia. Aunque de fuerte complexión y fortaleza física, gran habilidad, así como cualidades para el arte (dibujo y pintura) y la literatura –todo lo cual merecía el respeto de sus amigos–, Luís era tímido; le agradaba la soledad. Se curtía orando ante la Eucaristía y frente a la imagen de María. Su padre era un abogado de carácter agrio e irascible, que volcaba especialmente en su primogénito, hostigándole e incitándole a la ira. Como el joven tenía también su temperamento, y seguramente un viso cercano al despotismo y a la arrogancia como su progenitor –según han afirmado estudiosos de su vida–, para evitar conflictos con él actuaba como Teresa de Lisieux: hacía de la huída su victoria. Al optar por esta vía se adiestraba en la forma de morir a sí mismo indicada por Cristo y caminaba firmemente hacia la santidad.
Fue domando sus tendencias y aprendió a ser paciente y amable. Ello le predispuso para saber afrontar evangélicamente numerosas pruebas que salpicaron su acontecer: incomprensiones, persecuciones e insultos cargados de hiel. Pronto se refugió en María para que acogiese en su regazo maternal las penas que le ahogaban. Ella le confería paz. «Soy todo tuyo ¡oh María!, y todo cuanto tengo, tuyo es», escribiría en una de sus extraordinarias obras.
Siendo adolescente acudía por la mañana temprano a misa sin reparar en la notable distancia que había entre el templo y su domicilio. Cursó estudios con los jesuitas de Rennes y mantuvo la costumbre de acudir a la iglesia visitándola antes y después de salir de clase. Todo ello aconteció en la etapa crucial de los 11 a los 19 años, que de algún modo marca el devenir. Era externo; vivía con su tío sacerdote Alain Robert. En ese periodo tuvo una experiencia de Dios que dio un vuelco a su vida, y que le llevó a centrarse en la oración y en la penitencia. Ante todo, buscaba su transformación interior.
Por eso aprovechaba las vacaciones uniéndose a un grupo de jóvenes que atendían a pobres y enfermos incurables liderados por Julien Bellier, un sacerdote con gran impronta apostólica. Allí comenzó a impartir catequesis y a intensificarse su devoción a María. Fue el umbral de una de sus líneas características: la búsqueda de la Sabiduría.
A los 20 años inició estudios eclesiásticos en el seminario san Sulpicio de París. Su familia atravesaba serios problemas económicos, y aunque tenía benefactores malvivió en el alojamiento que le asignaron fuera del seminario porque no podía procurarse otro mejor. Al morir el director de la comunidad se acogió a otra con mayores carencias. Padeció hambre y frío tales que enfermó seriamente. Permaneció un tiempo en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte, y al recobrar la salud ingresó en el seminario de san Sulpicio. Sus gestos no pasaron desapercibidos: velaba a moribundos para obtener algo de dinero, se manifestaba en las calles contra los que publicaban textos poco edificantes o entonaban canciones profanas, organizaba colectas en el seminario para ayuda de los necesitados, etc. Eran formas consideradas poco ortodoxas por muchos de su entorno y no causaban buena impresión precisamente. A ello se unían las críticas contra su criterio, juzgado como severo en no pocas ocasiones. Luís iba conquistando la santidad a fuerza de oración, penitencia y estudio.
Fue ordenado en 1700. Y los dieciséis años de sacerdocio vinieron cargados de dificultades para él, entre otras cosas, porque no se entendía su inquietud y nula conformidad con ciertas costumbres eclesiásticas. En 1703 aún no tenía claro si debía orientarse al auxilio de los pobres o a la predicación. Entonces ya vivía en París y meditaba sobre la cruz de Cristo en el minúsculo espacio que había en el hueco de la escalera de un modesto local. En 1704 estuvo centrado en las misiones en Poitiers en medio de incomprensiones hasta el punto de que el obispo le despidió de la diócesis. Fueron años de incertidumbre y soledad, de muchos recelos acumulados tras de sí a su pesar, de ver cómo se cerraban puertas que había ido abriendo. No sabía a quién acudir, hasta que en 1706 tomó la decisión de viajar a Roma. Fue con la esperanza de que el Santo Padre marcase el rumbo que debía seguir. Y Clemente XI en el transcurso de una audiencia ratificó la labor que había venido realizando, esa que otros no acogieron bien, encomendándole la evangelización de las campiñas de Francia en comunión con los obispos. Partió de allí con el título de «misionero apostólico» que el pontífice le confirió.
Durante cinco años evangelizó el país de forma incansable llegando hasta Bretaña. Animaba las misiones con cánticos y ponía signos externos que recordarían la labor llevada a cabo. Señalizaba los lugares con cruces, a veces erigía calvarios y hacía que cobrasen realce cofradías que estaban en decadencia. Después de una corta experiencia vinculado a unos misioneros que actuaban bajo la dirección del padre Leuduger lanzó las redes a laicos y otros presbíteros de distintas órdenes interesados en colaborar con él. En medio de las dificultades que prosiguieron, casi al final de sus días puso las bases de dos congregaciones religiosas: la Compañía de María y las Hijas de la Sabiduría; se materializaron cuando ya había fallecido. Además, restauró templos dedicados a María, y luchó contra el jansenismo arrebatando numerosas conversiones. Fue un insigne escritor de textos marianos. El 28 de abril de 1716 falleció a consecuencia de una pulmonía en Saint-Laurent-sur-Sèvre. León XIII lo beatificó el 22 de enero de 1888. Pío XII lo canonizó el 20 de julio de 1947. En 1942 se halló su manuscrito Tratado de la verdadera devoción a María que ha conferido a este santo fama universal.