Servicio diario - 22 de mayo de 2017


El Papa declara ‘extra omnes’ para conversar con los obispos italianos
Sergio Mora

Francisco en Santa Marta: ¿Pido la gracia de tener un corazón abierto al Espíritu Santo?
Redacción

Discernir para evitar la cultura del ‘zapping’
Redacción

El Papa visita la parroquia de San Damián en la periferia de Roma
Redacción

El presidente de Irlanda es recibido en audiencia por el Santo Padre
Sergio Mora

Entre los nuevos cardenales está Mons. Omella, obispo de Barcelona
Redacción

El nuevo cardenal de San Salvador es Mons. Gregorio Rosa Chávez
Redacción

Santa Rita de Casia – 22 de mayo
Isabel Orellana Vilches

Beata María Doménica Brun Barbantini – 22 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

22 mayo 2017
Sergio Mora

El Papa declara ‘extra omnes’ para conversar con los obispos italianos

En la 70º Asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana que se realiza en el Vaticano

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 May. 2017).- En el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano se han reunido este lunes por la tarde con el Papa, los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en el primer día de su asamblea que durará hasta el 25 de mayo.

El Santo Padre decretó poco después de los primeros saludos, el ‘extra omnes‘, o sea que todos excepto los obispos tienen que retirarse de la sala, para iniciar así lo que definió de un diálogo franco y sincero. Por este motivo obviamente no hubo transmisión directa por televisión. Un momento en el cual, pidió, se hable libremente, también quien no esté de acuerdo en algo.

El Papa señaló en este primer momento, que había escrito unas palabras pero que eran más una meditación para los obispos, por lo tanto iba a ser entregada al final de la asamblea, y que en cambio prefería conversar con ellos.

Saludó también al cardenal Angelo Bagnasco, que deja su encargo de presidente de la Conferencia Episcopal Italiana después de un doble mandato de diez años. “Gracias por su paciencia”, le dijo, porque dijo saber que “no es fácil trabajar conmigo”. Y que en estos años nació una profunda amistad con el presidente saliente.

No faltó un momento amenidad en el que indicó que teme “cuánto me hará pagar el sábado próximo para entrar en Génova, porque los genoveses … (risas), (aludiendo así al estereotipo de que se son muy atentos al dinero).

Hasta ahora el presidente de la CEI era elegido directamente por el Papa en cuanto primado de la Iglesia en Italia. El Santo Padre quiso en cambio que haya participación en la elección. Así se llegó a la idea de que los obispos elijan una terna y entre ellos tres el Pontífice elegirá al próximo presidente de los obispos.

Mañana martes después de la relación del cardenal Bagnasco, la Asamblea procederá a elegir con voto electrónico la terna que será indicada a Francisco, y debatirá sobre el tema principal del encuentro que es: “Jóvenes para un encuentro de fe”.

El miércoles por la mañana los obispos celebrarán la misa en la basílica de San Pedro, y el jueves al mediodía en el atrio del Aula Pablo VI será la conferencia de prensa conclusiva.

 

22/05/2017-10:03
Redacción

Francisco en Santa Marta: ¿Pido la gracia de tener un corazón abierto al Espíritu Santo?

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 May. 2017).- El papa Francisco en la homilía de este lunes en la misa matutina que celebró en la Residencia Santa Marta, aseguró que solo el Espíritu Santo nos puede enseñar a decir: “Jesús es el Señor”.
El Santo Padre, partió del las palabras que Jesús dijo a sus discípulos en la Última Cena, en particular sobre el Espíritu Santo que nos acompaña “y da la certeza de que Jesús nos salva”.
Jesús dijo sobre el Espíritu Santo: “Él les conducirá a la verdad plena” y “les hará recordar todas las cosas que he dicho. Les enseñará todo”. O sea que el Espíritu Santo es el compañero de camino de cada cristiano y de la Iglesia. “Este es el don que Jesús nos da”.
¿Pero dónde habita el Espíritu Santo?, se interrogó el Papa. Y refiriéndose a la Primera lectura señaló la figura de Lidia “comerciante de púrpura”, a la cual “el Señor le abre el corazón para adherir a la palabra de Dios”. Por eso “la Iglesia lo llama ‘Dulce huésped del corazón’, está aquí. Pero en un corazón cerrado no puede entrar”.
“¿Dónde se compran las llaves para abrir el corazón? No, eso es un don, un don de Dios. ‘Señor abre mi corazón para que entre el Espíritu y me haga entender que Jesús es el Señor’”. Esta es una oración que debemos repetir en estos días. “Para que llegue a la plena verdad”.
¿Pido al Señor la gracia de tener un corazón abierto? ¿Intento escuchar al Espíritu Santo, sus inspiraciones, las cosas que Él dice a mi corazón, de manera que yo avance en la vida cristiana y pueda dar testimonio que Jesús es el Señor? Pensando en estas cosas, concluyó el Papa, “avanzaremos en la vida cristiana y podremos dar testimonio de Jesús”.

 

22/05/2017-14:16
Redacción

Discernir para evitar la cultura del ‘zapping’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 May. 2017).- El habito del discernimiento sirve para
evitar la cultura del Zapping, rezando sin cansarse ‘Señor, ¿qué quieres que haga?’, con la auténtica alegría de la evangelización que lleva a salir a las periferias.
Lo indicó el papa Francisco este lunes por la mañana en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, al recibir en audiencia a las participantes en el Capítulo General de las Pías Discípulas del Divino Maestro.
En un gesto muy paternal el Santo Padre inició disculpándose porque la audiencia había iniciado un poco más tarde, pues había recibido a los obispos de Guatemala en visita Ad Limina y la reunión se había alargado. Y bromeó, que “como sucede siempre la pagan las monjas”.
Saludó a la nueva Superiora General y a las nuevas consejeras electas en el Capítulo general, deseando frutos de comunión, “abiertas al Espíritu Santo, el Maestro de la diversidad, Maestro de la unidad en las diferencias”, cultivando así la aceptación mutua. “Porque las divisiones, las envidias, los cotilleros destruyen una Congregación”, dijo.
Les recordó que tienen en común con la familia Paulina al padre y fundador, don Giacomo Alberione, y en el caso de ellas el servicio litúrgico y el cuidado de los sacerdotes.
El Pontífice señaló que “el Capítulo es tiempo de escucha del Señor que nos habla a través de los signos de los tiempos, tiempo de escucha mutua y, por tanto, de apertura a lo que el Señor nos comunica a través de los hermanos”, lo que requiere “apertura de la mente y del corazón”.
“En este tiempo de grandes desafíos, que requieren de los consagrados fidelidad creativa y búsqueda apasionada, la escucha y el compartir son más necesarios que nunca si queremos que nuestra vida sea plenamente significativa para nosotros y para las personas que encontramos”, les dijo.
Les invitó así a “mantener un clima de discernimiento, para reconocer lo que pertenece al Espíritu y lo que es contrario a él”. Porque la cultura en la que estamos inmersos nos presenta todas como válidas y todas como buenas, pero si no queremos ser víctimas de la cultura del zapping y, a veces, de una cultura de muerte, necesitamos incrementar el habito del discernimiento, formarnos y formar al discernimiento”, para ello rezando sin cansarse: “Señor, ¿qué quieres que haga?”, “¿Qué quieres que hagamos?”.
Les señaló que “el Capítulo también es el momento de renovar la docilidad al Espíritu que anima la profecía”, y en primer lugar, la profecía de la alegría que nace del encuentro con Cristo en una vida de oración personal y comunitaria, en la escucha diaria de la Palabra, en el encuentro con los hermanos y hermanas, en una grata vida fraterna en comunidad, inclusiva de la fragilidad, y en el abrazo de la carne de Cristo en los pobres. Profetas de una alegría que proviene de sentirse amado y, porque amados, perdonados”.
“La alegría es una hermosa realidad en la vida de muchos consagrados, pero también es un gran desafío para todos nosotros”, una alegría que les “llevará a salir a las periferias participando en la alegría de la Iglesia que es la evangelización”.
Y que “el diablo dirá: “Somos pocas, no hay vocaciones...” Y así la cara se pone larga,
larga, larga. ..y se pierde la alegría, y acabamos estando resignados”. Y exhortó: “No, no se puede vivir así: la esperanza de Jesucristo es alegría”.
“También les animo –prosiguió el Papa– a ser profetas de esperanza, con los ojos fijos en el futuro, allí donde el Espíritu empuja, para continuar a hacer grandes cosas”.
“No se unan a los profetas de desventura, que hacen tanto daño a la Iglesia y a la vida consagrada; no cedan a la tentación del adormecimiento –como los apóstoles en Getsemaní– y de la desesperación”.
Les animó así a fortalecer la vocación de “centinelas de la mañana” para “despertar al mundo, siempre con la sonrisa, con la alegría y la esperanza”.

 

22/05/2017-08:22
Redacción

El Papa visita la parroquia de San Damián en la periferia de Roma

(ZENIT – Roma, 22 May. 2017).- El papa Francisco visitó este domingo por la tarde la parroquia de San Pier Damiani ai Monti di San Paolo, en la localidad de Casal Bernocchi, unos 10 kilómetros fuera de Roma, camino hacia el aeropuerto de Fiumicino.
El Pontífice llegó a las 15:45 al Centro deportivo, en medio a los aplausos de la gente que le recibió con gran emoción. Tuvo un encuentro con los niños, quienes le regalaron un libro con sus dibujos, simples y le hicieron varias preguntas espontáneas. Estuvo también con los jóvenes de la catequesis.
En la Parroquia saludó a los enfermos y a la comunidad Neocatecumenal allí presente y también a los pobres asistidos por la Cáritas. Como parte de la visita pastoral confesó a 4 penitentes.
A las 18:30 el Santo Padre presidió presidió la misa dominical de la tarde, improvisando su homilía.
¿Cómo adorar a Cristo?. “Con la oración de adoración y dejando sentir la inspiración del Espíritu a la gente y no dejamos trabajar al Espíritu” señaló el papa Francisco, e invitó a “cuidar al Espíritu Santo y no hablar como el diablo nos enseña”. Y reiteró: “Perdonen si vuelvo siempre sobre este tema, pero es el enemigo que destruye a nuestras comunidades: las murmuraciones”.
“No nos tiremos piedras a nosotros mismos, porque el diablo se divierte: pidamos esta gracia, cuidar al Espíritu Santo que está en nosotros. No le entristezcamos, y que nuestra actitud sea de dulzura y de respeto” dijo.
Indicó también que “es muy feo ver a personas que se dicen cristianas pero están llenas de amargura. La Iglesia llama al Espíritu ‘dulce huésped del alma’. Y de respeto. Siempre respeta a los demás. Nos enseña a respetar a los otros”.
Esta ha sido la 15ª visita a una parroquia de la diócesis de Roma que realiza el Papa y es el tercer Pontífice que la visita. El primero fue Pablo VI el 27 de febrero y el segundo San Juan Pablo II el 13 de marzo de 1988.

 

22/05/2017-15:21
Sergio Mora

El presidente de Irlanda es recibido en audiencia por el Santo Padre

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 May. 2017).- El Santo Padre Francisco ha recibido hoy en audiencia en el Vaticano al Presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, 76 años, ex parlamentario, ministro de Cultura y presidente del Partido Laborista.
Unos 15 minutos de coloquio que iniciaron evocando las relaciones constructivas que unen a la Santa Sede con Irlanda, y la colaboración entre ambas, señaló en un comunicado la Oficina de prensa de la Santa Sede.
“A continuación, se centraron en algunos temas de interés común, como la salvaguardia de los derechos de la persona y de su dignidad en cada etapa y condición de vida, la cuestión migratoria y la acogida de los refugiados, la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible”, indicó la nota.
Entre los temas que despertaron mayor atención figuran “la atención a los jóvenes y a las familias”. También se puso de relieve “la importancia de los criterios éticos a la hora de enfrentar los retos que la globalización conlleva, sobre todo a nivel económico”. Por último, hubo un intercambio de puntos de vista sobre las perspectivas futuras del proyecto europeo
A continuación el presidente irlandés tuvo un encuentro con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, acompañado por Su Excelencia el Arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.
Irlanda la República de Irlanda tiene un 86,8 por ciento de católicos. En 2011 y 2013, apareció en el séptimo lugar de las naciones más desarrolladas del mundo en el indice de desarrollo humano de las Naciones. Además la república irlandesa está en los puestos más altos en materia de libertad económica, política y de prensa.

 

22/05/2017-08:45
Redacción

Entre los nuevos cardenales está Mons. Omella, obispo de Barcelona

(ZENIT – Roma).- El papa Francisco durante la oración del Regina Coeli de ayer domingo ha convocado el próximo 28 de junio un consistorio para la creación de cinco nuevos cardenales. Entre ellos está el arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella Omella.
La misa con los nuevos cardenales, y el resto del colegio cardenalicio, será el 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo. Junto con Mons. Omella serán creados cardenales: el arzobispo de Bamako (Mali), Jan Servo; el obispo de Estocolmo, Mons. Anders Arborelius; el vicario de Paksé, en Laos, Mons. Louis-Marie Lingmangkhanekhoun; y el obispo auxiliar de San Salvador, Mons. Gregorio Rosa Chávez.

Mons. Omella, arzobispo de Barcelona desde 2015

Mons. Juan José Omella nació en la localidad de Cretas, provincia de Teruel y archidiócesis de Zaragoza, el 21 de abril de 1946. Estudió en el seminario de Zaragoza y en centros de Formación de los Padres Blancos en Lovaina y Jerusualén. El 20 de septiembre de 1970 recibía la ordenación sacerdotal. En su ministerio sacerdotal, trabajó como coadjutor y como párroco y entre 1990 y 1996 como vicario episcopal en la diócesis de Zaragoza. Durante un año fue misionero en Zaire.
El 15 de julio de 1996 fue nombrado obispo auxiliar de Zaragoza. Fue ordenado obispo el 22 de septiembre de ese mismo año. El 27 de octubre de 1999 fue nombrado obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, de la que tomó posesión el 12 de diciembre de 1999. Entre el 24 de agosto de 2001 y el 19 de diciembre de 2003 fue administrador apostólico de Huesca y entre el 19 de octubre de 2001 y el 19 de diciembre de 2003, también administrador apostólico de Jaca. El día 8 de abril de 2004 es nombrado obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Tomó posesión de la diócesis el 29 de mayo del mismo año. El 6 de noviembre de 2015 se hizo público su nombramiento como arzobispo de Barcelona, sede de la que tomó posesión el 26 de diciembre del mismo año.
El 31 de mayo de 2013 fue investido Prior Honorario de la Virgen de Valvanera por el Capítulo de Caballeros debido a su labor con la peregrinación de la Virgen por los diferentes municipios riojanos con motivo del Año de la Fe. El 6 de noviembre de 2014 la Santa Sede hacía público su nombramiento como miembro de la Congregación para los Obispos.
En la CEE es miembro del Comité Ejecutivo desde el 14 de marzo de 2017. Ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social desde 1996, siendo también su presidente de 2002 al 2008 y, de nuevo, durante el trienio 2014-2017. También ha pertenecido a las Comisiones Episcopales de Pastoral (1996-1999) y Apostolado Seglar (1999-2002/2008-2011).

Son 13 los cardenales españoles actualmente en el Colegio Cardenalicio

Actualmente forman parte del Colegio Cardenalicio 13 cardenales españoles. De estos, son miembros de la CEE los cardenales Antonio Mª Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid; Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo; Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla; Antonio Cañizares Llovera, arzobispo de Valencia y vicepresidente de la CEE; Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona; José Manuel Estepa Llaurens, arzobispo emérito Castrense; Fernando Sebastián Aguilar, arzobispo emérito de Pamplona y 0bispo emérito de Tudela; Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE; y Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid.
Además de los españoles en la curia romana, Eduardo Martínez Somalo, prefecto emérito de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y Camarlengo emérito del Colegio Cardenalicio; Julián Herranz Casado, presidente emérito del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y presidente de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana; y Santos Abril y Castelló, arcipreste emérito de la Basílica de Santa María la Mayor. Completa la lista de cardenales españoles el agustino recoleto español, de origen navarro, José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de la diócesis de David (Panamá).

 

22/05/2017-09:00
Redacción

El nuevo cardenal de San Salvador es Mons. Gregorio Rosa Chávez

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 May. 2017).- El papa Francisco anunció ayer domingo que entre los cinco nuevos purpurados está el obispo auxiliar de San Salvador, Mons. Gregorio Rosa Chávez, quien será creado cardenal junto al arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella, al arzobispo de Bamako (Mali), Jan Servo; al obispo de Estocolmo, Mons. Anders Arborelius; y al vicario de Paksé, en Laos, Mons. Louis-Marie Lingmangkhanekhoun.
Rosa Chávez con más de 30 años de servicio como obispo auxiliar, conoció de cerca a monseñor Óscar Arnulfo Romero y es uno de los promotores de la causa para su canonización. Su nombramiento llega poco después de cumplir 75 años, edad en la que el Derecho Canónico pide la renuncia. Su elevación a Cardenal prolongará su ejercicio dentro de la iglesia.
En una entrevista a Radio Mayavisión este domingo, monseñor Rosa Chávez dijo que su nombramiento era “un regalo de Dios” y que posiblemente al momento de tomar la decisión, el papa Francisco pensó en el país de monseñor Romero.
Mons Gregorio Rosa Chávez nació en Sociedad, en el Departamento de Morazán, el 3 de septiembre de 1942. Los estudios secundarios fueron ya en el Seminario Menor San José de la Montaña,de San Salvador (1957 – 1961). Estudio Filosofía y Teología: en el Seminario Central San José de la Montaña,de San Salvador (1962 – 1964; 1966 – 1969).
En 1965 trabajo en el Seminario Menor de la Diócesis de San Miguel. Realizó su especialización en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica (1973 – 1976), habiendo obtenido la licenciatura en comunicación social.
Habla francés y tiene conocimientos generales de ingles, portugués e italiano.
Fue ordenado sacerdote el 24 de enero de 1970, en la catedral de San Miguel, El
Salvador, de manos de Monseñor José Eduardo Álvarez Ramírez, c.m. obispo de San Miguel.
Fue secretario episcopal de la Diócesis de San Miguel (1970 – 1973); párroco de la Iglesia El Rosario,en la ciudad de San Miguel (1970 – 1973); director de los medios de comunicación social de la Diócesis de San Miguel: Radio pax y Semanario Chaparrastique (1971 – 1973).
Se desempeñó como asesor espiritual de varias asociaciones y movimientos de apostolado seglar (1970 – 1973), y pasó a ser rector del Seminario Central San José de la Montaña, de San Salvador (1977 – 1982). Profesor de Teología en el Seminario Central San José de la Montaña,de San Salvador (1977 – 1982) fue también miembro de la Junta Directiva de la Organización de Seminarios Latinoamericanos (1979 – 1982). Fue nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San Salvador: 3 de julio de 1982.

Fuente biográfica: Iglesia católica en El Salvador

 

22/05/2017-06:08
Isabel Orellana Vilches

Santa Rita de Casia – 22 de mayo

(ZENIT – Madrid).- Como lo imposible alude a algo que de ningún modo puede realizarse, el hecho de que esta santa sea considerada «abogada» de lo que se juzga inviable y de las «causas perdidas» da idea de la fe que tuvo. Con su paciencia, fidelidad y obediencia, soportando cuantiosos sufrimientos, arrebató del cielo la gracia de difíciles conversiones que a muchos se les habrían antojado de todo punto irrealizables. Pero ella sabía que para Dios todo es posible, aunque para los hombres no lo sea. Y Él la bendijo con numerosos dones y prodigios.
Había nacido hacia 1381 en Roccaporena, Italia. Sus padres Antonio y Amata eran de edad avanzada. Y aunque precozmente deseó convertirse en religiosa agustina en Casia, ellos decidieron desposarla con Paolo Ferdinando Manzini que acarreaba una indeseable fama debido a su carácter pendenciero. Era bien conocido por tratarse de un oficial responsable de una guarnición. El afán de consagración de Rita había sido alentado desde el cielo antes de conocerle a través de la presencia de un ángel que solía confortarla cuando oraba en un reducido espacio de su casa. Sin embargo, no quiso desairar a sus padres, a quienes obedecía gustosa. Además, era una época en la que se respetaban escrupulosamente compromisos como los que habían contraído en su nombre siendo ella una adolescente. De modo que tomó a Paolo en matrimonio. Tendría entonces unos 17 o 18 años.
Desde el principio halló junto a él un infierno plagado de malos tratos, infidelidades y vicios diversos. Tan mal ejemplo fue calando en la conducta de los dos hijos que tuvieron, Giangiacomo Antonio y Paolo María, que podrían haber sido gemelos. Rita, que oraba insistentemente por su iracundo esposo, llena de aflicción rogaba a Dios también para que ellos no quedaran atrapados en la maldad. Sus súplicas fueron escuchadas y su esposo un día le pidió perdón. Después de este rasgo de arrepentimiento, su vida se apagó tras una muerte violenta cuando llevaban dieciocho años casados. Se desconoce si el deceso se produjo en medio de un ajuste de cuentas o fue producto de un altercado que había tenido lugar a varios kilómetros de Roccaporena. La cuestión es que Rita se encontró de la noche a la mañana siendo viuda y debiendo afrontar el temor a la venganza que fraguaban sus hijos. Estremecida por esta noticia que llegó a sus oídos, pidió a Dios que los preservara libres de mancha de sangre sobre sus manos y conciencia. Conocía la identidad de los que segaron la vida de su marido, pero nunca los delató. Lo que hizo fue rogar a sus hijos el perdón para ellos. Pero este gesto, que consideraron inaceptable, acrecentó las fervientes súplicas de Rita. La respuesta fue que ambos contrajeron una enfermedad muriendo más tarde que su progenitor después de haber perdonado a sus asesinos. El hecho se le vaticinó a Rita en una locución divina mientras rezaba por su salvación con ejemplar perseverancia.
Sola en el mundo podía cumplir su sueño de convertirse en agustina en el convento de Santa María Magdalena, de Casia. Pero el hecho de haber estado casada constituyó un veto para la admisión, y también influyó que una de las religiosas fuese pariente de su marido. Insistió hasta en tres ocasiones recibiendo una negativa en todas ellas. Se cuenta que a través de san Agustín, san Juan Bautista y san Nicolás de Tolentino se obró el milagro de hallarse dentro del convento a pesar de estar herméticamente cerradas sus puertas, lo cual dio lugar a su aceptación porque las religiosas tomaron lo sucedido como algo prodigioso.
Ingresó en el convento hacia 1407. Heroica en su vida religiosa, como lo había sido anteriormente, vivió sumida en la oración, realizando severas penitencias. Fidelísima en la observancia de la regla y a cualquier indicación recibida, no puso en tela de juicio el hecho de tener que regar una viña seca, como le pidió la superiora que hiciera con objeto de probarla, sino que todos los días se cuidó de que a la planta no le faltase agua.
El Viernes Santo de 1432 después de escuchar un sermón de san Jacobo de la Marca en el que habló de la coronación de espinas, Rita, que tenía devoción por la Pasión de Cristo, quedó profundamente conmocionada. En su celda orando ante el crucifijo pidió a Cristo ardorosamente poder unir sus sufrimientos, aunque fuesen modestos, a los suyos. Entonces sintió un agudo dolor en la frente producido por una astilla de madera que se le clavó en la sien. Y aunque le extrajeron este signo estigmatizador de la Pasión, la herida periódicamente se le abría. Llegó a producir tal hedor que tuvo que permanecer recluida para no importunar a la comunidad. En su oración, suplicaba: «¡Oh, amado Jesús, aumenta mi fe y paciencia en la medida que aumentan mis sufrimientos!». Así se mantuvo quince años, hasta su muerte. Únicamente cesó tal fenómeno místico de forma momentánea durante el viaje que efectuó a Roma para asistir a la canonización de san Nicolás. Al regresar al convento, volvió a manifestarse. Cuatro años antes de iniciarse esta experiencia, se le había declarado una penosa enfermedad. Pero nada de ello alteró su penitencia y mortificación.
Cercano su óbito en la estación invernal, recibió la visita de un familiar. Éste quiso agasajarla cumpliendo algún deseo que pudiera tener. Rita pidió que le trajera una rosa del jardín. Y para sorpresa de su interlocutor efectivamente encontró en el rosal un hermoso capullo. Aún le rogó que le llevara dos higos que igualmente halló en la huerta y que habían brotado en una desnuda higuera. Otros prodigios se atribuyen a esta gran santa que murió el 22 de mayo de 1457 inundando en derredor suyo una fragancia que perduró en el tiempo. Su cuerpo se mantiene incorrupto. Urbano VIII el 2 de octubre de 1627 concedió a las agustinas celebrar una misa en honor de Rita, y el 4 de febrero de 1628 lo hizo extensivo al clero secular. Así quedaba beatificada, aunque no se hubiera efectuado la proclamación con la solemnidad acostumbrada. León XIII la canonizó el 24 de mayo de 1900.

 

22/05/2017-05:09
Isabel Orellana Vilches

Beata María Doménica Brun Barbantini – 22 de mayo

(ZENIT – Madrid).- «Las cruces no nos faltaran nunca en esta vida, pero tampoco nos faltara la Divina asistencia» advirtió en un momento dado María Doménica Brun Barbantini. Su existencia había sido forjada en el sufrimiento, pero en medio del mismo no dio la espalda a Dios, no se dirigió a Él con reproches. Asida a su gracia se dedicó a prodigar ternura a quienes estaban sumidos en el dolor. «La vida, dijo, nos ha sido dada para conquistar el cielo».
Nació en Lucca, Italia el 17 de enero de 1789. Su educación fue fraguada fundamentalmente por su madre, ya que su padre, guardia suizo, falleció siendo ella adolescente. Un hecho que le marcó profundamente al punto de mantener a resguardo en su corazón el poderoso alcance que él debió tener en su vida; no se han hallado atisbos externos de esta memoria paternal. Esta pérdida familiar era el primer aldabonazo cuajado de sufrimiento que resonaba en su puerta. Pero no sería el único porque el dolor no le dio respiro. En brevísimo espacio de tiempo perdió a tres de sus hermanos retornando cierta tormenta en su frágil corazón que apenas podía recuperar su sereno latido ahogado en tantas lágrimas.
Le aguardaba una gran misión y ya hubo signos que apuntaban a una singular gracia sobre la muchacha. Un día en la iglesia de los Milagros en el momento de la consagración a través del cáliz pudo ver la sangre de Cristo, hecho que solo conoció su confesor y que a ella la condujo por nuevos senderos de virtud. Inteligente, abierta y responsable fue creciendo humana y espiritualmente dejando atrás sombríos pensamientos que asolaron su mente con las sucesivas pérdidas de los seres que amaba.
Profundamente enamorada, en 1811 contrajo matrimonio con Salvatore Barbantini, un compatriota que regentaba un comercio de telas, y que sin ser de clase acomodada podía darle la estabilidad razonable que requería formar una familia. Pero falleció súbitamente cuando llevaban seis meses casados. El fruto de este amor latía en las entrañas de María Doménica cuando se vio de nuevo en brazos del sufrimiento. No podía imaginar que su pequeño Lorenzino, un niño encantador, inteligente y alegre, consuelo y regalo del cielo en su humana desdicha, moriría también a los ocho años víctima de una enfermedad.
De esa fragilidad humana que experimenta tanta impotencia frente al sufrimiento: «no sé cómo no llegué a perder la cabeza», iluminada por la gracia, brotó un manantial de piedad. Doctorada en el dolor, que espiritualmente acogió engarzándolo en su profunda fe y entrañas de misericordia, iría aliviando heridas del cuerpo y del alma de tantos desconsolados como ya había ido hallando a su paso en vida de su hijo. Los desvalidos, pobres, enfermos, moribundos fueron receptores de su ternura. Se desvivía por ellos sin importarle el estrago de las inclemencias meteorológicas en su cuerpo, los riesgos de las calles desiertas y peligrosas por las que transitó para asistirles, el hedor de las casas y de las llagas de los enfermos, ni las murmuraciones y críticas que fue recibiendo su labor en algunos sectores. Cristo estaba en todos aquellos que reclamaban sus atenciones. Se privaba de todo, hasta de su descanso, y para no sucumbir al sueño se aplicaba tabaco en los ojos. Tropezones y caídas posiblemente originadas por el jabón que alguien puso en el enlosado podían ser también estrategias del diablo para disuadirla de su empeño apostólico. No se arredró y comenzaron a suceder ciertos prodigios, manojos de «florecillas» fruto de su fe e inocencia evangélicas, milagros con los que Dios ponía de manifiesto su deferencia con esta amadísima y dilecta hija suya.
Con un grupo de mujeres a las que formó, en 1819 surgió la “Pía Unión de las Hermanas de la Caridad”, que puso bajo el amparo de Nuestra Señora de los Dolores, y que fue aprobada por el arzobispo Sardi. Monseñor Del Prete, confesor de la fundadora, fue el artífice de las reglas. Él conocía a dos mujeres que querían vivir en comunidad, y dedicarse a la oración y al apostolado, por lo cual habló de ellas a María Dominica. Fue el germen de las Oblatas de San Francisco de Sales.
Las virtudes de María Doménica, mujer de empuje y ardor apostólico, hicieron que el arzobispo le confiara la misión de poner en marcha el monasterio de la Visitación dirigido a la educación de la juventud. Ella acogió la petición generosamente, pero en realidad se sentía llamada a erigir una fundación dirigida a los enfermos. Y en 1829 comienzan las primeras hermanas enfermeras oblatas ejerciendo la caridad según sus reglas: «visitar, ayudar y servir al Dios hecho hombre en agonía al morir en la cruz o en los moribundos, enfermos y pobres», «con un corazón empapado en el amor de Cristo», con pureza de intención, prontas siempre a dar su vida, si fuese preciso, ya que Cristo entregó la suya en la cruz por todos. En 1841 el arzobispo de Lucca aprobó las reglas y la Congregación de las Siervas de los enfermos. Como hizo la Virgen, a la que tuvo siempre inmensa devoción, y a quien bajo la advocación de los Dolores consideró inspiradora de su obra, habrían de vivir todas la compasión hacia los enfermos.
María Doménica tuvo un encuentro con san Camilo de Lelis. El padre Antonio Scalabrini vio similitudes entre lo dos carismas y el 23 de marzo de 1852 se firmó el documento papal por el que se otorgaba a las hijas de María Doménica el nombre de siervas de los enfermos sellando la comunión espiritual con los padres Camilianos. En 1855 atendieron a los afectados por el cólera portando la cruz roja de los Camilos.
Después de atravesar otros momentos dolorosos, como el malentendido creado entre ella y el arzobispo Arrigoni, difícil situación que acogió con visible espíritu evangélico, fue transitando hacia el final de su vida sin perder nunca su fe. En 1866 enfermó gravemente y sanó por la intercesión de san Camilo. Intensificando su oración, sacaba fuerzas en medio de su debilidad y pudo dejar resuelto el futuro de sus hijas como deseaba. Finalmente, enferma de un mal que no fue diagnosticado, entregó su vida a Dios el 22 de mayo de 1868. Juan Pablo II la beatificó el 17 de mayo de 1995.