Editorial \ Reflexiones en frontera

«La unidad y comunión en la diversidad, como el mismo Dios trino y uno»

RV | 10/06/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, con la lectura del Evangelio dominical, jesuita Guillermo Ortiz.


 

Nuestro saludo a Dios y la bendición se hacen con la señal de la Cruz. Mientras pronunciamos palabras del corazón, porque Padre, Hijo, Amor -que es el Espíritu Santo- no son palabras de la cabeza, son del corazón, decimos “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, uniendo con el signo de la Cruz a las tres Personas distintas del Dios único.

En la liturgia del domingo de la Santísima Trinidad aparece uno de los saludos que el sacerdote realiza al inicio de la misa, que menciona a la Trinidad Santísima y viene de la carta de san Pablo a los Corintios: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con ustedes”. El Evangelio del domingo de la Trinidad menciona indirectamente al Espíritu porque habla del Amor: “Dios amo tanto al mundo que le entregó a su Hijo para que todo el mundo se salve por él”.

Pero, podríamos preguntarnos ¿si el amor de Dios es tan grande y poderoso, porque hay tantos problemas, odio y dolor? En muchos casos es porque no entendemos ni aceptamos las diferencias. Sí, no aceptamos al diferente. No podemos pensar que los diversos, distintos, podemos estar unidos.

Papa Francisco llega a decir –como en el día de Pentecostés, por ejemplo-, que es el Espíritu el que crea las diferencias, para hacer luego la unidad, que no es uniformidad, sino la riqueza y belleza del poliedro. Papa Francisco lo dice, pero es Dios el que quiere la unidad y la comunión en la diversidad; la Iglesia comunión a imagen de la Trinidad: tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

@jesuitaGuillo