Francisco \ Viajes Apostólicos

El Papa bendice la primera piedra de las casas para los sin techo y encuentra a la comunidad afroamericana de San Pedro Claver

RV | 10/09/2017


 

 

Este 10 de septiembre, durante su última jornada en Colombia, el  Papa Francisco se despidió muy temprano de la Nunciatura Apostólica de Bogotá para dirigirse a Cartagena, la cuarta ciudad de su recorrido en tierra colombiana. El avión que llevaba al Pontífice recorrió 653 km para aterrizar, en el aeropuerto internacional Rafael Núñez de Cartagena, una hora y media después. Allí, el Pontífice fue recibido por el Arzobispo de la ciudad, Mons. Jorge Enrique Jiménez Carbajal, el gobernador, el alcalde y algunas Autoridades Militares.

Antes de subir al automóvil que lo llevó hacia la Plaza de San Francisco, el Santo Padre se detuvo en el hangar donde unos 300 jóvenes representaron una coreografía inspirada a los temas de la dignidad de la persona y del valor de la radicalización de la cultura local.

Llegado a la plaza San Francisco de Asís, que forma parte del complejo del Convento del mismo nombre construido en 1560, el Obispo de Roma bendijo la primera piedra de las casas para los sin techo y de la obra “Talitha Qum”, la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la trata de personas.

Después de visitar una casa de la Obra, la etapa sucesiva en el recorrido del Papa será la visita a la Casa Santuario de San Pedro Claver, cuya memoria litúrgica se celebró ayer, 9 de septiembre. La Iglesia y el monasterio dedicados al Santo jesuita,  apóstol entre los negros deportados, pertenece a la Compañía de Jesús. La Iglesia, además de su relevancia histórica y religiosa, es considerada una de las joyas arquitectónicas más representativas de la ciudad colonial.

Allí, ante la Iglesia donde el Santo “defensor de los esclavos afroamericanos” transcurrió sus últimos años de vida y que hoy es meta de peregrinaciones, el Papa Francisco rezará el Ángelus a la Madre de Dios y se detendrá en oración ante las reliquias del “santo esclavo de los negros”, acompañado por el calor y el afecto de unas 300 personas pertenecientes a la comunidad afroamericana, asistida por los padres jesuitas.

(MCM– RV)