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En Casia se recuerda a Santa Rita, esposa, madre y religiosa

 

Tras la súplica a la Santa, seguida del solemne pontifical presidido por el Cardenal Angelo Amato – Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos – las celebraciones concluyeron con el tradicional rito de la bendición de las rosas

 

 

22 mayo 2018, 13:08 | María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano


 

 

En efecto, en el atrio de la Basílica del Santuario dedicado a la Santa se reunieron a las 10.00 los participantes en el desfile histórico – vestidos según la usanza del 1400 – y la procesión con la estatua de Santa Rita, que habían partido desde Roccaporena, en Umbría, su ciudad natal.

 

Esposa, madre y religiosa

La santa nació alrededor del año 1371 con el nombre de Margarita Lotti, a quien por su diminutivo se la llamaba Rita. Fue esposa y madre y vivió en su hogar la espiral del odio de las facciones de la época. Tanto es así, que su esposo murió asesinado y Rita hizo todo lo posible para evitar que sus hijos se sintieran impulsados por la venganza, a la vez que, en su corazón, perdonó a quienes habían matado a su marido. Tras la muerte de sus hijos Rita comienza una vida de oración aún más intensa por sus queridos difuntos. Y cuando tenía 36 años pide ser admitida entre las monjas agustinas del Monasterio de Santa María Magdalena de Casia. En un primer momento su solicitud fue rechazada, puesto que las religiosas probablemente temían que el ingreso de la viuda de un hombre asesinado habría puesto en peligro la seguridad de su comunidad.

Estando cada vez más inmersa en la contemplación de Cristo, Rita pidió poder participar en la Pasión del Señor y en 1432, absorta en la oración, recibió en su frente la herida de la corona de espinas del Crucificado. Estigma que persistió hasta su muerte, quince años más tarde.

 

Interpretó bien el “genio femenino”

Al respecto cabe recordar que durante el Jubileo del Año 2000 numerosos devotos de Santa Rita se encontraron con San Juan Pablo II en el centenario de su canonización, quien al saludarlos se preguntó: ¿Cuál es el mensaje que nos transmite hoy esta santa?

Y dijo que se trata de “un mensaje que brota de su vida: la humildad y la obediencia  fueron el camino que Rita recorrió hacia una asimilación cada vez más perfecta con el Crucificado. El estigma que brilla en su frente es la autenticación de su madurez cristiana. En la cruz con Jesús coronó el amor que ya había conocido y expresado de modo heroico en su hogar y mediante la participación en los acontecimientos de su ciudad”.

Rita de Casia, además, recordaba el Papa Wojtyła, fue la primera mujer en ser canonizada durante el gran jubileo de comienzos del siglo XX, el 24 de mayo de 1900. Y su predecesor León XIII, al decretar su santidad, observó que “había agradado tanto a Cristo, que él quiso recompensarla con el signo de su caridad y de su pasión”.

Además, San Juan Pablo II afirmaba que si preguntáramos a Santa Rita cuál es el secreto de su extraordinaria obra de renovación social y espiritual, ella nos respondería: La fidelidad al Amor crucificado. La Santa de Casia – añadía – pertenece al gran ejército de mujeres cristianas que “han incidido significativamente tanto en la vida de la Iglesia como en la sociedad” (Mulieris dignitatem, 27). Rita interpretó bien el “genio femenino”. Lo “vivió intensamente”, tanto en su maternidad física como espiritual.