Tribunas

Historias de mi padre

 

 

Daniel Tirapu


 

Sé que por cada historia o anécdota buena puede haber cinco malas o malísimas. Mi aita, padre (que en paz descansa), nos contaba a los 85 años; a esa edad la vergüenza o la timidez ya no existen para hablar de Dios abiertamente y con cariño.

Historia 1: mi padre va hacia los Carmelitas para asistir a Misa, se encuentra con un señor mayor que busca una clínica de la vista y le pregunta a mi padre. Mi padre le dice que está cerrada y que él va a Misa. El otro señor le dice que si puede acompañarle, mi padre le dice que encantado. Asisten a Misa , y al finalizar el señor le dice a mi padre: es la mejor Misa que he oído hace tiempo, muchas gracias.

Historia 2: en el Bus, una señora mayor con muleta sentada en la zona reservada para ancianos. Mi padre le dice: bienvenida al club del bastón, a la señora le sienta fatal el comentario.

Mi padre le dice que perdone, la señora se queja de que se cayó, etc. Mi padre le dice que al salir de casa, todos los días, le pide al ángel de la guarda, que le ayude a no tropezar, a pisar bien. La señora dice que no cree en Dios, pero al tiempo le pregunta a mi padre si funciona. Mi padre le dice que funciona muy bien. La señora le dice que lo va a hacer también.

Dios nos pone a diario muchas pequeñas ocasiones de acercar a la gente a Dios, como los pescadores hay que estar con la caña a punto. Gracias aita por contármelo.

 

Daniel Tirapu.