Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

Contacto

Nº 628

29 de nov. 2018

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: PSEUDOTERAPIAS Y PSEUDOCIENCIAS

 

1. El Gobierno de España presenta un plan contra las pseudoterapias.

2. Las interferencias de terapias alternativas perjudican la salud.

3. Algunas pseudoterapias “actúan como una secta 2.0”.

4. En España, la homeopatía sólo pretende el reconocimiento de 12 productos entre más de dos mil.

5. El negocio de la homeopatía: multimillonario en Europa, en declive en España.

6. Los médicos advierten sobre los riesgos de la homeopatía para la salud.

7. La feria BioCultura de Madrid, una muestra de terapias New Age.

8. Canarias y Levante, las zonas de España donde más crecen las pseudoterapias.

9. Denuncian la presencia de cursos pseudocientíficos en la Universidad de Granada.

10. Los medios de comunicación y su complicidad en el auge de las pseudociencias.

 

 

1. El Gobierno de España presenta un plan contra las pseudoterapias.

FUENTE: Varios medios

 

 

El Gobierno socialista de Pedro Sánchez en España prepara una ofensiva sin precedentes en la Unión Europea contra las pseudoterapias, aquellas disciplinas como la homeopatía que pretenden tener virtudes curativas cuando la evidencia científica ha demostrado que carecen de ellas. El plan, que prevé la aprobación de un real decreto y la modificación de otros cuatro, tiene como fin último expulsar a las también llamadas terapias alternativas de los centros sanitarios y universidades y ha sido presentado en la mañana del pasado 14 de noviembre por los ministros de Sanidad, María Luisa Carcedo, y Ciencia y Universidades, Pedro Duque.

“Los establecimientos públicos o privados que incluyan pseudoterapias no podrán llamarse centros sanitarios”, ha explicado Carcedo, que ha garantizado que el plan persigue la defensa de la ciencia y el conocimiento científico. “Hay que plantar cara a estas técnicas porque se trata de la salud de las personas”, ha seguido. Por todo ello, la ministra ha asegurado que la nueva regulación afectará a todos los centros públicos y privados. Lo cuenta Oriol Güell en el diario El País.

Duque sostiene por su parte que es fundamental separar la anécdota de la evidencia científica: “La anécdota es que un tratamiento le funcione a un conocido de un cuñado”, ha ejemplificado. Sobre la aplicación del plan, el ministro ha asegurado que los títulos oficiales de grado y máster de la rama de salud, en cuya aprobación intervienen ambos ministerios y donde la presencia de las pseudoterapias ya es casi marginal, serán revisados por el Instituto de Salud Carlos III. En el caso de los títulos propios, que se rigen por la autonomía de las universidades, Duque ha admitido que “aún no está determinado cuál será la acción que concreten” estas instituciones.

El punto de partida del plan no es solo que las pseudoterapias no funcionan y, por tanto, son un engaño para el usuario. El Gobierno considera, como ya avanzó ante la Unión Europea el pasado mes de septiembre, que estas disciplinas “afectan negativamente a la salud, sea perpetuando algunas dolencias, generando otras o, incluso, aumentando el riesgo de muerte”. Y ello por las siguientes razones: porque “favorecen el retraso o la sustitución de tratamientos convencionales cuya eficacia y seguridad sí está probada” o porque “reducen la efectividad de estos tratamientos, como han demostrado varias investigaciones”.

El proyecto, que tiene el elocuente título de Plan de Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias, y que se presentó el 15 de noviembre a todas las comunidades autónomas excepto a Cataluña, que no acudió, en el Consejo Interterritorial, está estructurado en cuatro líneas principales, cada una de las cuales tiene sus propios objetivos y actuaciones previstas.

La primera es utilizar los medios del Ministerio de Ciencia y del Sistema Nacional de la Salud, como las agencias de evaluación, para “generar y difundir información basada en el conocimiento y la evidencia científica”. El objetivo es someter estas disciplinas al mismo escrutinio que las demás áreas científicas y hacer públicos los resultados, en una estrategia de comunicación que buscará “generar alianzas con las sociedades científicas, los colegios profesionales, las universidades, el movimiento asociativo y la sociedad civil”.

Un programa para que el ciudadano decida informado

El departamento del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, prepara un programa de cultura científica para el año que viene. Se trata de otra de las medidas que se anunciaron ayer en la presentación del plan contra las pseudoterapias. El objetivo de este proyecto es promover entre los ciudadanos “el pensamiento crítico y racional”. El propio Duque aseguró que con esta iniciativa “no se pretende condicionar las creencias de la población, sino darle las herramientas para que decida de manera informada”.

Además, reconoció que quieren una sociedad crítica. Para ello, se realizarán acciones destinadas a fomentar la educación científica a través de la divulgación para conseguir la concienciación ciudadana. Y se adaptará el lenguaje científico de forma que sea comprensible. El Ejecutivo de Pedro Sánchez también pondrá en marcha “estudios sociológicos para conocer las razones por las que los ciudadanos confían en las pseudociencias”. Este programa pretende concienciar sobre los peligros de estas técnicas. El ministerio, además, llevará a cabo estudios de evaluación de las evidencias de las prácticas pseudocientíficas no sanitarias.

La segunda línea de acción quiere “evitar la publicidad engañosa”. Esto conllevará la modificación de varios reales decretos para imponer “normativamente la necesidad de que las personas estén informadas” sobre la falta de eficacia de estas disciplinas cuando sean ofrecidas en centros sanitarios privados y poner coto a la publicidad de servicios, productos, eventos y cualquier otra forma de presentación de estas disciplinas.

La tercera busca, también con la modificación de varios reales decretos, “eliminar las pseudoterapias de los centros sanitarios” y “garantizar” que todas las actividades que se llevan a cabo en ellos sean prestadas por “profesionales que dispongan de las titulaciones oficialmente reconocidas”. En concreto, el cambio en el Real Decreto 1277/2003, persigue “clarificar la definición de las unidades asistenciales U.101 (terapias no convencionales) y U.900 (otras unidades) para “evitar la inclusión de cualquier pseudoterapia”.

La cuarta línea busca expulsar de las universidades cualquier titulación que dé amparo a las pseudoterapias. Esto se hará mediante un informe previo que “aclare las prácticas y métodos” no avalados por la evidencia científica. Este informe servirá para poner en marcha un proceso de revisión de las titulaciones existentes para excluir aquellas que no tienen el suficiente aval “para ser impartidas”.

El plan también prevé reforzar “los principios del conocimiento y la evidencia científica” en la universidad para que estén presentes de forma transversal en todos los “cursos de grado y máster” relacionados del ámbito sanitario. Para ello, Sanidad y Ciencia pretenden “desarrollar alianzas con la Conferencia de Decanos, los rectores, las comunidades autónomas y los colegios profesionales” para “no promover títulos propios u oficiales sobre pseudoterapias”.

Por último, el plan contempla impedir que obtengan “el reconocimiento de interés sanitario” cualquier acto que “promueva la utilización de pseudoterapias”. El Gobierno considera que el proyecto “no es un documento cerrado”, sino que queda “abierto a nuevas aportaciones de los sectores implicados, comunidades autónomas, colegios profesionales, sociedades científicas y el movimiento asociativo”.

El Gobierno asegura en el diseño del plan han tenido en cuenta el criterio de entidades como la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, Círculo Escéptico, Farmaciencia, Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad y la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico. Estas asociaciones han tenido en los últimos años un papel muy activo en la denuncia de la infiltración que las pseudoterapias han alcanzado en el mundo universitario, los colegios profesionales y las administraciones, entre otros.

Los médicos lo ven con “buenos ojos”

Serafín Romero es el presidente de la Organización Médica Colegial y considera el plan una “oportunidad” que los facultativos ven “con buenos ojos”. Romero ha destacado la sensibilidad de los facultativos con el asunto, como refleja la creación de un Observatorio para luchar contra las pseudociencias, pseudoterapias, el intrusismo y las sectas sanitarias. Su puesta en marcha, ha seguido, ha “provocado un cambio” en el seno de los propios colegios de médicos, que han “suprimido las secciones dedicadas a estas materias”.

La presencia de secciones de homeopatía era frecuente hasta hace muy poco en los colegios de médicos. Los de Madrid y Las Palmas las cerraron el año pasado, mientras que el de Barcelona aún la mantiene, pero ya ha empezado los “trámites para que deje de existir”. Entre los que siguen apostando por esta disciplina —apenas media docena— destaca el de Valencia (el tercero con más afiliados de España).

La ministra Carcedo, sin embargo, ha reconocido que no sabe si desde el departamento que dirige podrán obligar a los colegios a que “dejen claro en sus propias normas de funcionamiento los límites que el Gobierno va a imponer a las pseudoterapias “. Y ha apelado al código ético de los colegios. Romero ha lanzado un reproche a los “facultativos que se han dedicado a lo que no tienen que hacer” y ha recalcado que el artículo 26 del Código de Deontología Médica recoge que “no son éticas las prácticas carentes de base científica”. Y ha reconocido que algunos comportamientos que no son éticos están legalmente admitidos.

Una lista amplia

La hipnosis, el feng shui, la frenología, la acupuntura, el megalitismo, la energía orgónica, la criptozoología, la numerología, la iridiología, la radiestesia, la radiónica, las piedras energéticas, las flores de bach, la fisiognomía, la ceralogía, la homeopatía, los PNL, la ufología, la quiropráctica, entre otros, a menudo trabajan conceptos que no persiguen el método científico y sus teorías se basan en el espíritu, la energía, la fuerza interior y el misterio, entre otras cuestiones, según explica Ana De Luis Otero en el medio Periodistas en Español.

La ciencia falsa, o falsa ciencia, utiliza los mecanismos del ser humano para convencer mediante una importante verborrea, que la cura está a su alcance. El placebo de nuevo, considerado curativo por la medicina tradicional, actúa como elemento en esta hipótesis sin base científica y el paciente asegura que está mejor. Mover los muebles de sitio para que corra la energía, ponerle piedras en la espalda para regular los chakras e ingerir gotas de una sustancia para eliminar el cáncer pueden ser algunas de las propuestas que le sugieran personas que no sólo no están cualificadas, sino que utilizan la parte vulnerable de los enfermos y la desesperación que estos tienen ante una enfermedad, sea cual sea su etiología.

Los alarmantes casos de pacientes engañados por las pseudoterapias, pseudociencias y otras disciplinas que no están amparadas por la ciencia y el método científico, han aumentado notablemente en los últimos años. Esta campaña, junto con la posición expresa frente a estas prácticas que adopte el Ministerio de Sanidad, desmontará la aventura de curar por parte de las personas que se han aprovechado de otras y sobre todo, de su enfermedad, para lucrarse ante los ojos de la medicina.

Ahora, la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del sistema sanitario (REDETS) será la encargada de elaborar un listado de pseudoterapias. Esta información será revisada y actualizada de forma continuada y se trasladará a la ciudadanía. Nuria Ramírez de Castro lo cuenta en ABC.

El último informe que el Ministerio de Sanidad realizó en este sentido tiene siete años e identifica 139 técnicas que se utilizan en España sin eficacia demostrada. Entre ellas, están la homeopatía, pero también el reiki, la aromaterapia o técnicas de manipulación corporal como son la reflexología, la osteopatía, el quiromasaje, drenaje linfático o el shiatsu. Sanidad ya cuenta con que este listado será un buen documento de partida con el que los técnicos podrán trabajar «y ampliar; no creo que reducir», apuntó la titular de Sanidad. Estas son algunas de los tratamientos en los que el plan de pseudociencias ha puesto su punto de mira:

- Sistemas integrales: homeopatía, medicina naturista, naturopatía, medicina tradicional china, acupuntura o ayurveda.

- Prácticas biológicas: fitoterapia (tratamiento con plantas), terapia nutricional, tratamientos con suplementos nutricionales y vitaminas.

- Manipulación corporal: osteopatía, quiropraxia, quiromasaje, drenaje linfático, shiatsu, sotai, aromaterapia o la reflexología, que consiste en estimular puntos sobre los pies, manos, nariz u orejas. Sus practicantes afirman que tocar puntos en esas zonas tendría un efecto benéfico en un órgano situado en otro lugar del cuerpo, ya que dichas zonas estarían conectadas mediante canales de energía. Se recurre a ella para aliviar numerosas dolencias, desde el dolor de espalda, estreñimiento, dolores menstruales, asma o migrañas.

- Técnicas mentales: yoga, meditación, kinesiología, hipnoterapia, sofronización, musicoterapia, arteterapia y otras.

- Basadas en la energía: técnicas de origen oriental como el Qi-Gong o Chi-kung. Pero también la terapia floral, la biomagnética o la que utiliza imanes o campos magnéticos. En este apartado también se incluye el reiki, en la que los terapeutas afirman ser capaces de detectar la energía vital del paciente y de manipularla para alcanzar la sanación.

ARRIBA

 

2. Las interferencias de terapias alternativas perjudican la salud.

FUENTE: El País

 

 

Clark Stanley aseguraba que su aceite de serpiente curaba casi todos los males. Los vendía por las ferias de varias ciudades norteamericanas a finales del siglo XIX. En el etiquetado de sus ungüentos enumeraba las bonanzas de su aceite: bien valía para un moratón, el lumbago, un dolor de garganta o una mordedura de un animal, entre otros pesares. “De alivio inmediato. Es bueno para todo lo que un linimento debe ser bueno”, rezaba el prospecto. Pero, en verdad, no era bueno para nada. Stanley fue uno de los grandes baluartes de la charlatanería.

De hecho, la expresión “aceite de serpiente” en inglés (snake oil) todavía se emplea hoy para mentar algo engañoso o de una calidad o beneficio difícil de verificar. En el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés) celebrado el pasado mes de octubre en Múnich también se utilizó ese término para presentar una ponencia sobre los riesgos de las pseudoterapias. Lo explica Jessica Mouzo Quintáns en el diario español El País.

“Las características de las pseudociencias son: teorías bizarras, abuso de la ciencia, uso de falacias y afirmaciones falsas”, arrancaba el doctor Edzard Ernst, de la Peninsula Medical School (Reino Unido), durante su ponencia en el congreso de ESMO, al que este diario asistió invitado por la compañía Roche. El médico, experto en el estudio de medicinas alternativas, desgranaba, socarrón, los parciales resultados de algunos estudios científicos que presuntamente validaban la eficacia, por ejemplo, de la homeopatía, una disciplina con 200 años de vida y que todavía no ha logrado demostrar ningún potencial curativo más allá del efecto placebo. Los oncólogos europeos alertaron de que las terapias alternativas o complementarias no siempre son inocuas y no están exentas de riesgos.

Durante el congreso, se presentó un estudio que analizó, precisamente, el uso de terapias alternativas en un grupo de pacientes con sarcoma. Los investigadores incluyeron en el grupo de esta medicina alternativa o complementaria una suerte de suplementos vitamínicos, homeopatía, acupuntura, yoga, taichí y algunas dietas especiales (veganas, por ejemplo), entre otras. El 15 % de los pacientes incluidos en el estudio usaron alguna de estas terapias durante su enfermedad y el 24 % admitía recurrir a tratamientos naturópatas asiduamente. La mayoría alegaba utilizar estas terapias para fortalecer el sistema inmune y el cuerpo, para “no dejar nada desatendido” o para “reducir la tensión y el estrés”, entre otras explicaciones.

Los investigadores detectaron, no obstante, una baja percepción del riesgo que pueden suponer estas prácticas, algunas de las cuales pueden interaccionar con el tratamiento convencional y reducir el beneficio de la terapia médica. El 60 % de los pacientes admitieron, de hecho, que la información acerca de los problemas de seguridad de estos tratamientos alternativos, era insuficiente, pero tampoco mostraron preocupación por los riesgos. “Cuando observamos las fuentes de información sobre estas prácticas no convencionales, los oncólogos solo representaron el 7 %”, apunta el doctor Peter Hohenberger, supervisor del estudio. Internet es la principal fuente de información para el 43 % de los pacientes consultados en el estudio.

“Cuando recibe quimioterapia, el enfermo pregunta sobre los efectos secundarios y tú le tienes que explicar todo lo que puede pasar. En cambio, el conocimiento que tienen los enfermos de los efectos secundarios, de cómo se ha llegado a la conclusión de que estos tratamientos pueden ser efectivos o no, es nulo. En un país serio como Suiza, donde los enfermos exigen mucho, en la parte de los medicamentos lo sabían todo y en la parte de medicinas alternativas, no sabían nada, ni el mecanismo de acción por el cual la vitamina C y la D, la dieta hiperproteica, funcionaba. Hay falta de conocimiento, y nosotros lo que podemos hacer es promover ese conocimiento”, apunta el doctor Josep Tabernero, presidente de ESMO y responsable del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona.

Los oncólogos insistieron en que no todo lo natural es inocuo. “Los pacientes tienden a creer que los suplementos o las hierbas son generalmente seguros, pero no están exentos de riesgos. En la práctica diaria, si no sabe qué está tomando su paciente como medicina alternativa, el riesgo de interacciones medicamentosas puede aumentar significativamente. Tiene un impacto en los resultados clínicos”, advirtió el doctor Markus Joerger, del Hospital Cantonal en Sant Gallen (Suiza).

Interacciones entre tratamientos

Al hilo de las posibles interacciones entre fármacos, el congreso científico también acogió la presentación de un estudio retrospectivo que medía las interferencias farmacológicas de las terapias alternativas con las convencionales. La investigación, también en pacientes con sarcoma, incluyó a 202 enfermos que se sometieron a quimioterapia o inhibidores de tirosina quinasa entre 2014 y 2018. Los científicos detectaron un 18 % de interacciones farmacológicas importantes. “Sabemos por investigaciones anteriores que uno de cada tres pacientes ambulatorios con cáncer es susceptible a posibles interacciones farmacológicas”, apuntó la doctora Audrey Bellesoeur, de la Universidad de París Descartes (Francia), autora principal.

Los investigadores encontraron más interacciones en aquellos pacientes que estaban recibiendo inhibidores de tirosina quinasa y, de todas las interferencias detectadas el 29 % estaban asociadas a medicamentos alternativos. “Los riesgos de las interacciones con medicamentos no convencionales son los mismos que para otros medicamentos compartidos: principalmente, mayor toxicidad y pérdida de eficacia de los tratamientos contra el cáncer. Sin embargo, a menudo tenemos menos información sobre la composición de estos productos y su riesgo de toxicidad o interacción cuando se utilizan en combinación con otros agentes”, indicó Bellesoeur.

Tabernero admitió que, como sociedad científica, tienen poco margen de maniobra para combatir los riesgos que suponen algunas pseudoterapias. “Lo que hay que promover es que haya mayor información, que los pacientes sean conscientes porque esto puede ser perjudicial. Nosotros no tenemos ningún poder ejecutivo. Lo que podemos hacer es educar, promover el conocimiento”, argumentó el presidente de ESMO. Tabernero rechaza, no obstante, criminalizar todas las terapias no convencionales. “Esto no quiere decir que toda la medicina alternativa no sea favorable. La acupuntura en algunos pacientes funciona de maravilla para controlar el dolor, la ansiedad… Pero la acupuntura no cura el cáncer. Pero ayuda a llevar la enfermedad mejor y todo esto hay que integrarlo. Hay que ser receptivo, pero siempre con evidencia. Hay que buscar la evidencia, porque si no, vamos perdidos”, advirtió.

ARRIBA

 

3. Algunas pseudoterapias “actúan como una secta 2.0”.

FUENTE: El Periódico

 

 

“Actúan como una secta 2.0. Se trata de grupos que pueden operar a gran escala en internet y, en el caso de estas pseudoterapias, aprovechan la vulnerabilidad de los padres para lavarles el cerebro”, explica Emilio Molina, vocal de la red de prevención sectaria y de abuso de la debilidad (RedUNE) y vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas (APETP). Todo empieza con inculcarles la idea de que la medicina no es fiable, las farmacéuticas nos quieren matar y todo es fruto de una gran conspiración. El mensaje va calando poco a poco hasta que, quienes lo aceptan, cambian incluso su manera de expresarse. Así lo cuentan Valentina Raffio y Olga Pereda en El Periódico.

Comparten dudas y fotos

Lejos de esconderse en un lugar remoto, las sectas pseudosanitarias se forman alrededor de grupos cerrados de Facebook y WhatsApp en los que los curanderos del autismo explican los pasos a seguir para “recuperar” a los niños. En esos foros, los padres (básicamente madres) se retroalimentan, comparten experiencias, despotrican de la medicina científica, muestran fotos de sus hijos cuando, por ejemplo, sufren erupciones cutáneas, y hacen llamamientos al curandero de turno para que les aclare sus dudas con la pseudoterapia.

Según ha podido comprobar El Periódico infiltrándose en el grupo de Facebook liderado por el puertorriqueño Gregorio J. Placeres [uno de los principales impulsores del MMS (clorito de sodio) como método para “recuperar” el autismo] el mensaje de los curanderos ha captado a más de 10.000 padres y madres. Convencidos de que el presunto químico podrá ayudarles, confían ciegamente en sus indicaciones.

Dependencia emocional

El autismo de sus hijos convierte a los padres en personas extremadamente vulnerables. Se agarran a un clavo ardiendo con tal de creer que existe una cura. El mundo de la charlatanería –añade Emilio Molina– “elimina la posibilidad de una visión crítica” repitiendo hasta la saciedad que a la medicina científica no le interesa sanar enfermos y que el autismo, por ejemplo, está relacionado con parásitos, metales pesados y vacunas.

El discurso anti-ciencia ha calado profundamente entre las madres que forman parte de los grupos de Gregorio Placeres. Una de ellas, por ejemplo, explica que cuando mencionó a su médico que le estaba dando MMS a su hijo, el profesional le dijo que avisaría a los servicios sociales. Llena de rabia, la madre despotrica del doctor y asegura que ella no es “ninguna borrega” del sistema sanitario español. El discurso de otra mujer echando pestes de la medicina científica es aplaudido por el curandero, que, con faltas de ortografía incluidas, le contesta que entiende perfectamente que a su hijo no le gusten los doctores que “quieren lucrarse con el autismo”.

“Me hacen sentir una madre de mierda”

“Los médicos sensatos y veraces reconocen que no hay cura para el autismo. Esta gente, en cambio, engañan a los padres para que les administren un falso tratamiento, “cosas”, a sus hijos. Pero además les dicen que ellos son los únicos que pueden ayudarles, con lo que demuestran que, además de ser estafadores, son malas personas sin ningún tipo de conciencia”, subraya el pediatra Alberto García Salido.

Cuando alguna madre muestra sus dudas sobre los escasos síntomas de recuperación de su hijo, el chamán argumenta que –quizá– está dando mal la dosis de MMS, orina, o está cometiendo fallos con la dieta. “Me hacen sentir como una madre de mierda”, asegura una integrante del grupo. Muchos padres y madres de niños con autismo se introducen en el mundo de la pseudociencia pensado que, total, no tienen nada que perder. “Cuando ya han estado invirtiendo tiempo y recursos se niegan a reconocer que han sido engañados y lo defienden a ultranza”, destaca el vocal de RedUNE.

En este contexto, cada pequeña aparente mejora percibida en el menor es celebrada como un gran avance. Una mirada, un gesto, una caricia son interpretados como signos inequívocos de “curación” y así haciendo parecer que de verdad el método funcione. Defensores de las pseudoterapias como Gregorio Placeres, Josep Pàmies, Teresa Forcades o Andreas Kalcker hablan con seguridad. Su discurso consigue calar. “Se escudan en un aura de autoridad y se dan baños de masas. La gente piensa: si no fuera verdad lo que dicen estarían en la cárcel, así que será verdad”, concluye Molina.

“Abducidos”

Escapar de la secta 2.0 es difícil. “Los que están abducidos, están abducidos. Y los que no lo están intenta salirse pero reciben amenazas muy fuertes”, explica Carmen Molina, coordinadora de CEPAMA (Comité de Promoción y Apoyo de la Mujer Autista).

Consciente del dolor que supone para unos padres un diagnóstico de autismo, la neuropediatra María José Mas insiste que los progenitores “jamás” tienen la culpa de nada. Tampoco los que caen, con absoluta desesperación, en los cantos de sirena de los curanderos. “Cuando confirmo un diagnóstico de autismo [la doctora Mas tiene larga experiencia después de 20 años de carrera] siempre digo lo mismo a los padres: id casa y romped una vajilla. Y al día siguiente, empezáis a luchar, comenzáis una nueva vida diferente a la que os habíais imaginado con vuestro hijo”.  Pero insiste: el autismo -de momento- no tiene cura.

ARRIBA

 

4. En España, la homeopatía sólo pretende el reconocimiento de 12 productos entre más de dos mil.

FUENTE: El País

 

 

La nueva regulación sobre la homeopatía convertirá en marginal la presencia en el mercado de productos de esta clase capaces de curar o aliviar enfermedades. Así se infiere del listado hecho público el pasado 30 de octubre por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) con las solicitudes presentadas por los laboratorios homeopáticos para adecuarse a la normativa. Así lo cuenta Oriol Güell en El País.

La lista, que incluye 2.008 peticiones, sólo recoge 12 productos que aspiran a ver reconocida su utilidad terapéutica. El resto ha renunciado a ello y optado por el procedimiento simplificado, lo que les permitirá seguir en el mercado pero con la obligación de incluir en los envases un mensaje que informe a los consumidores de que carecen de eficacia terapéutica. Y fuentes del Ministerio de Sanidad recordaron que “no es seguro que estas 12 solicitudes salgan adelante, ya que ahora tendrán que demostrar científicamente su eficacia”. El Ministerio de Sanidad ha mostrado ante la UE su deseo de retirar la condición de medicamentos a los productos homeopáticos, al considerarlos un “riesgo para la salud”.

La nueva regulación, que emana de una directiva europea que data de 2001, viene a poner fin al limbo legal en el que ha vivido la homeopatía en España en las últimas décadas. Estos productos —actualmente existen en el mercado entre 14.000 y 19.000, según varias estimaciones, aunque muchos son distintas presentaciones de las mismas cepas— han venido vendiéndose como medicamentos en las farmacias sin haber avalado su eficacia. La razón es la creación en 1994 de un registro que les eximía de demostrar sus dotes curativas, a diferencia de los fármacos convencionales. Este registro debía ser provisional, pero varios avatares legislativos han acabado perpetuando la situación hasta ahora.

La AEMPS instó en abril a los laboratorios, en aplicación de una directiva de 2007, a presentar antes de fin de julio la solicitud para adecuarse a la nueva normativa. El resultado es el listado hecho público ayer, que también supondrá la retirada del mercado de miles marcas que han renunciado a solicitar su adecuación a la nueva normativa. “Estos productos no pueden seguir siendo comercializados [...] y aquellos que se encuentren en las farmacias deberán ser retirados”, recoge la nota hecha pública por la AEMPS.

Para Elena Campos Sánchez, doctora en Biología Molecular y presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de las Pseudoterapias, “que la industria homeopática haya presentado sólo 12 solicitudes con aspiraciones terapéuticas muestra que ni siquiera ellos confían en superar los requisitos que desde hace décadas se exigen a los medicamentos convencionales”. Un portavoz de Boiron, la mayor empresa del sector y que ha presentado solicitudes para productos con y sin indicación terapéutica, considera, en cambio, “una buena noticia que avance la regulación del sector, lo que dará mayor claridad y seguridad a los pacientes”.

Gonzalo Fernández Quiroga, médico de la Asamblea Nacional de Homeopatía —que asegura representar a los profesionales sanitarios del sector—, considera, sin embargo, que el registro no condicionará sus prescripciones. “Eso iría en contra de la misma esencia de la homeopatía, que viene aplicándose desde hace 200 años”, afirma. “La clave es el tratamiento personalizado y para algunas dolencias seguiremos utilizando todos los productos en el mercado”, concluye.

Más allá de su eficacia, no demostrada científicamente, los críticos con la homeopatía alertan de que el sector no está pagando las tasas que le correspondería. Y critican que la orden del Ministerio de Sanidad no ha resuelto por ahora este punto. “Los fármacos convencionales pagan una tasa para cada presentación” que sale al mercado, explica Campos-Sánchez.

“Por ejemplo, con el paracetamol, el laboratorio paga una tasa para el de 500 miligramos y otra para el de 1 gramo. En cambio, los laboratorios homeopáticos solo pagan una tasa por cada cepa y luego dejan de hacerlo o pagan menos por el resto de diluciones que venden de la misma cepa. Esto es un agravio importante para la industria que vende fármacos convencionales y para todos los contribuyentes”, concluye Campos-Sánchez. La exministra de Sanidad, Carmen Montón, denunció que las cantidades no pagadas en tasas superan los 1,2 millones de euros anuales, cantidad que otras estimaciones consideran muy inferior a la real.

ARRIBA

 

5. El negocio de la homeopatía: multimillonario en Europa, en declive en España.

FUENTE: El País

 

 

En el consumo de productos homeopáticos no parece que los españoles vayan a seguir la moda europea. Muy popular en Alemania, Francia o Suiza, esta particular y polémica medicina alternativa no solo no ha sido nunca muy aceptada en España, donde no deja de caer. Lo confiesan las propias empresas del sector, principalmente francesas y alemanas, que acusan la bajada continua de sus ventas en el país, que ronda el 30 % en los últimos cinco años. En el resto de Europa, sin embargo, su peso es bien distinto: las tres mayores (Boiron, Heel y Schwabe) facturan conjuntamente más de 1.700 millones. Lo leemos en el diario El País, en un artículo firmado por Fernando Barciela.

El sector, que hace años llegó a plantearse alcanzar 100 millones de euros en España, ve ahora cómo sus ingresos se limitan a unos 40 millones. La caída ha impactado hasta al líder, el grupo francés Boiron, que redujo su cifra de negocio en el mercado nacional desde los 25 millones de 2014 a los 17,8 millones de euros del ejercicio pasado. Un descenso que no se suaviza, ya que hasta junio los ingresos de la compañía volvieron a bajar otro 14 %, con lo que España supone sólo el 3 % de sus ingresos totales.

Esta misma línea descendente también la sufren las compañías alemanas Schwabe y Heel o la aragonesa Interhome. Algo que, según fuentes del sector, habría que atribuir sobre todo a las crecientes presiones de la profesión médica. Más de 1.000 profesionales remitieron una carta a la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, para que “ponga coto a la homeopatía y actúe contra ella porque puede matar”. La Asamblea Nacional de Homeopatía (ANH) opina que “la beligerancia contra esta terapéutica en España no tiene parangón en Europa. Asistimos a diario a campañas de descrédito”. Apuntan que “si bien en Francia, Holanda o Alemania se escuchan críticas puntuales, no se ve nada similar”. Eduardo Barriga, director general de Boiron en España, asegura que “España va a contracorriente del resto de países europeos y de EE UU en la agresividad de los ataques”.

Sin embargo, pese a que más y más médicos niegan la condición de fármaco a los productos homeopáticos, estos cuentan de momento con el beneplácito de Bruselas. “La legalidad del uso de estos medicamentos en España”, dicen en la ANH, “se apoya en el artículo 1.5 de la Directiva 2001/83/CE del Parlamento Europeo y del Consejo”. Y recuerdan que la normativa “es de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión”. A lo que en Boiron añaden que “tras diferentes consultas realizadas para cambiarla, la Comisión respondió que no se va a hacer”.

Algunos países europeos no solo toleran los productos homeopáticos, sino que los han integrado en sus sistemas de salud. “En Francia”, asegura Barriga, “incluso están financiados”. Y en Suiza son tan populares que el 67 % de la población optó en un referéndum por su reintegración en la atención sanitaria. En España, sin embargo, el sector es marginal. Pese a que, según la industria, 10.000 médicos la apoyan, la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) considera que no serían más de 2.000. La Encuesta Social Europea de 2014 mostraba que solo el 2,8% de los españoles habían usado productos homeopáticos.

La buena aceptación de la homeopatía en el mundo les ha garantizado a estas compañías un fuerte crecimiento. En el caso de la citada Boiron, una empresa familiar fundada en 1932 y que cotiza en Bolsa desde 1987, le ha ido muy bien. Sus ingresos crecieron el 20 % entre 2010 y 2017, de 520 millones a 617 millones de euros. En este periodo su beneficio neto mejoró un 81 %, pasando de 43 a 78 millones. Con 3.700 empleados, Boiron está presente en 50 países y tiene una capitalización de 1.090 millones. En España, donde está desde 1984, cuenta con 132 empleados y es miembro de Farmaindustria, la patronal farmacéutica, y de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEPF).

Otra de las protagonistas, la compañía alemana Heel (que no ha querido responder a las preguntas de El País), ha registrado una fuerte expansión en los últimos años y está presente en 50 países con 1.350 empleados. Con 200 millones de euros de facturación, ingresa 17 millones en España. Otra firma alemana, Schwabe, exporta el 75% de su producción fuera de Alemania, a 60 países, tiene 3.600 empleados y sus ventas alcanzaron los 900 millones de euros, de los cuales solo cinco millones los genera en España.

Algunas sombras

En general se trata de negocios muy rentables, con márgenes elevados y escasa inversión en I+D. En Boiron, los resultados operativos suponen el 20 % de las ventas (en 2010 eran el 13 %), un ratio nada normal en el sector farmacéutico. Pese a ello, incluso fuera de España, las sombras empiezan a acumularse sobre el sector. Boiron está empezando a experimentar crecimientos flojos. Sus ventas mundiales en 2017 sólo aumentaron el 0,5 %. Este peor escenario se refleja en Bolsa: la acción ha perdido la mitad de su valor desde 2015.

En los últimos años algunos países han empezado a revisar sus legislaciones. “En Reino Unido, después de una investigación en la que se concluyó que estos productos son ineficaces, el Servicio Nacional de Salud dejó de financiarlos”, apunta Fernando Frías, portavoz de la APETP. También en Francia, donde el sector emplea a más de 3.000 personas, el Gobierno estudia si deja de reembolsar los productos homeopáticos, financiados en la actualidad en un 30 %. En este país ha estallado también la guerra de los médicos contra la homeopatía. En marzo pasado 124 médicos franceses firmaron en Le Figaro una tribuna contra las “promesas fantasiosas y la eficacia no probada de las medicinas llamadas alternativas como la homeopatía”.

Pese a que hace años la profesión médica se mantenía al margen, en los últimos años, también en España, ha redoblado sus ataques contra estos productos. Frías afirma que son “productos elaborados a partir de sustancias diluidas en serie un cierto número de veces”. Y añade que “incluso en el caso de los que tienen indicación terapéutica, que sí deberían demostrar su eficacia, la industria ha logrado que no se les exijan ensayos clínicos y pruebas científicas”. La industria se defiende. “La homeopatía forma parte de la medicina y, como tal, debe ser prescrita por un médico y recomendada por un farmacéutico”, dicen en la Asamblea Nacional de Homeopatía.

El abandono de la anterior tolerancia, desde que estos productos se lanzaron en España en 1994, genera un cierto ostracismo de la homeopatía. La profesión médica y farmacéutica empieza a distanciarse. Algunos colegios médicos como el de Madrid o Las Palmas han cerrado las secciones de homeopatía. Este revisionismo empieza a extenderse al área farmacéutica. “En este sector”, explica Frías, “han surgido entidades como la asociación Farmaciencia. Uno de los golpes más duros ha sido el informe de la Real Academia Nacional de Farmacia, que dice que los productos homeopáticos no solo son inútiles, sino que suponen “un riesgo para la salud”. A su vez la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria alertó de que “los principios que sustentan la homeopatía no son científicos”.

También el Gobierno español le ha declarado la guerra. “Hasta la llegada de las ministras Carmen Montón y, después, María Luisa Carcedo”, explica Frías, “la postura fue tan permisiva que llegaron a colaborar con la industria homeopática, pero ahora se han puesto del lado de los consumidores”. Un portavoz del Ministerio de Sanidad señala que “los productos homeopáticos no deberían considerarse como medicamentos al carecer de la evidencia científica”. Y dado que la legislación de la UE así los considera “hemos solicitado que se reconsidere esta situación”.

El ministerio tiene en marcha un procedimiento, aprobado en abril, para la regularización de estos productos. Se publicará un listado de productos y solo podrán comercializarse los que obtengan una resolución al efecto. Los productos homeopáticos que sí presentan indicación terapéutica deberán seguir el mismo procedimiento de autorización que el resto de los medicamentos. Los que no puedan demostrar esa indicación no pueden aducirla.

¿Qué explica la tolerancia ante estos productos? Frías cita la presión de los países con industrias fuertes “que lograron que Bruselas incluyese un régimen especial para esos productos”. Una actitud que se vio favorecida por la idea de que eran como un placebo, sin efecto real sobre la salud. A nivel nacional, las consideraciones sobre el empleo que crean han tenido también su papel. “Muchas han disfrutado y disfrutan de subvenciones y ayudas a nivel autonómico y local”, acusa Frías.

Sería aventurado pensar que el sector ha perdido la batalla. La industria sigue ejerciendo influencia sobre amplios espacios de la profesión médica. Es normal que las empresas sean invitadas a congresos profesionales. Además, las empresas del sector suelen apoyar a distintas entidades e instituciones médicas y farmacéuticas con ayudas de todo tipo. Varias Facultades de Farmacia y colegios farmacéuticos han recibido, según datos de Farmaindustria, donaciones diversas.

Otro punto de apoyo es la buena acogida de la profesión farmacéutica, aval que el sector aprovecha para atribuirse credibilidad. En la Asamblea Nacional de Homeopatía argumentan que “los medicamentos homeopáticos se dispensan de forma exclusiva en farmacias”. Y su portavoz añade que “más de 20.000 farmacias españolas, la práctica totalidad del sector, recomiendan estos medicamentos”.

Frías cree que si los colegios están a favor de su venta, “se debe a evidentes intereses económicos”, ya que es un producto que deja un buen margen de beneficio. El hecho de que estas empresas estén en Farmaindustria (que tampoco quiso opinar sobre este tema) les ha dado un plus de credibilidad. Otro factor es que la industria homeopática tiene un vademécum de casi 20.000 productos, lo que imposibilita su supervisión. En el mercado hay decenas de miles de productos distintos, lo cual excede la capacidad de control de la Agencia de Medicamentos.

ARRIBA

 

6. Los médicos advierten sobre los riesgos de la homeopatía para la salud.

FUENTE: El Día de Córdoba

 

 

La comunidad médica rechaza, desde instituciones y sociedades científicas, la homeopatía como herramienta terapéutica. Distintas Agencias de Evaluación Sanitaria de ámbito internacional y nacional (National Institute for Health and Care Excellence, NICE; Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health, CADTH, entre otras), en distintos informes, apuntan a la misma dirección en sus conclusiones: “Existe poca y limitada evidencia a través de ensayos clínicos rigurosos y análisis sistemático de la investigación en este tema que permita apoyar a la homeopatía como tratamiento efectivo para cualquier indicación”, explica José Luis Castro, jefe de gabinete en la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía. Lo cuenta en El Día de Córdoba.

Ante esta falta de evidencia científica y clínica, “el problema asociado a la seguridad de los pacientes con la homeopatía radica en que no reciban los tratamientos que sí han demostrado tener valor para la salud por ser sustituidos por tratamientos homeopáticos”, asevera Castro. En el ámbito de la Oncología Médica los especialistas advierten del enorme riesgo que representa el abandono de las terapias convencionales (quimioterapia, radioterapia, entre otras) por los llamados tratamientos alternativos.

“Estamos muy preocupados. Cada vez es más frecuente la toma de productos no validados, las dietas alcalinas, la canalización de emociones para ayudar en el tratamiento del cáncer y muchas cosas más. Todas ellas pseudociencias. El riesgo está en seguir tratamientos sin evidencia científica. Todos y cada uno de ellos. Pedimos que esto no pueda realizarse sin impunidad”, explica el doctor David Vicente Baz, coordinador del Plan Integral de Oncología en Andalucía.

Al entrar en una consulta, para eliminar riesgos, el paciente debe exigir tratamientos validados científicamente. El riesgo de que un enfermo opte por abandonar los tratamientos convencionales “siempre existe cuando se utilizan pseudoterapias. En el último estudio sobre este tema publicado en la revista científica JAMA Oncol los pacientes que hacían uso de este tipo de terapias abandonaban la quimioterapia en un 34,1 % de las ocasiones; evitaban la cirugía en un 7 % o la radioterapia en un 53 %. Lo que aumentaba el riesgo de morir”, reseña el doctor Vicente.

El reconocido oncólogo afirma que “sólo existe una medicina que es la basada en la evidencia y el conocimiento científico. Lo demás no es ciencia, es charlatanería y engaño. Los tratamientos que aplicamos deben de estar validados en estudios clínicos y aquí es donde falla la homeopatía”.

En otro campo de la Medicina, el mensaje se repite: “Desde un punto de vista científico, y en el ámbito de la Neurología, los tratamientos homeopáticos no han demostrado eficacia alguna. Por lo tanto este tipo de tratamientos no están indicados en Neurología. La amenaza del uso de la homeopatía deriva fundamentalmente del abandono de terapias que sí han demostrado eficacia. No existe indicación para el tratamiento homeopático en las enfermedades neurológicas”, comenta el doctor Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN). La sociedad científica que integra a los neurólogos españoles aconseja: “Que los pacientes busquen asesoramiento, tanto profesional como del tipo de tratamiento que van a recibir, y en ningún caso abandonen tratamientos que sí han demostrado eficacia y seguridad para la enfermedad que padecen”.

Desde la Pediatría, el veterano doctor Diego Rivas, director médico en IHP Pediatría recuerda: “En Italia todavía resuena el caso del fallecimiento en mayo de 2017 de un niño de siete años por las complicaciones de una otitis que se le trató con homeopatía en vez de con antibioterapia, y derivó en encefalitis”. En Pediatría, sobre todo en niños con enfermedades crónicas, como asma, alergias o dermatitis atópica, los pediatras han detectado, en sus consultas, a familias que toman la decisión de cambiar el tratamiento habitual por alternativas homeopáticas. “El problema aparece cuando tienen una crisis aguda respiratoria, infecciosa o alérgica por ejemplo, y le intenten seguir tratando con homeopatía, poniendo en riesgo la salud e incluso la vida de su hijo”, advierte el doctor Rivas.

ARRIBA

 

7. La feria BioCultura de Madrid, una muestra de terapias New Age.

FUENTE: El Periódico

 

 

BioCultura es la feria de productos biológicos y consumo responsable más importante que se celebra en España. 750 expositores se han dado cita a comienzos de noviembre en el parque ferial de Madrid, donde han demostrado a decenas de miles de visitantes que otro mundo –más ecológico y natural– es posible. Quesos, magdalenas, huevos, carne, maquillaje, ropa, libros, joyas, turismo… No hay empresa ecológica que no esté presente en BioCultura, cuyos criterios de admisión son serios (ocupan 28 páginas). Informa de ello Olga Pereda en El Periódico.

La feria es enorme. Descomunal. Al final de uno de los pabellones está la zona de Terapias. Terapias alternativas, se entiende. O como se las llama ahora: complementarias. O como las denomina la ciencia, pseudoterapias. En el stand de tecnologías saludables, una mujer se mantiene de pie y con los ojos cerrados debajo de una esfera de acero. El terapeuta, especialista en “nanofrecuencias”, hace girar la esfera con su mano. Minutos después, la mujer abre los ojos y se emociona hasta la lágrima. No puede hablar. Se sienta en un banco y el terapeuta pide que nadie le hable. Le toca la frente. Ella parece estar en paz consigo misma. Y con el mundo.

Lo que ha sucedido con esta 'paciente' ha sido una “sesión de armonización con emisores de nanofrecuencias”. El terapeuta, Antonio Corellano, asegura que la mujer “se ha limpiado”. En su caseta vende figuras cuánticas. Las hay redondas, con forma de posavasos. “Pones un vaso de agua encima y se convierte en el mejor agua que puedes tomar”, afirma Corellano. Su precio, 145 euros. Otras figuras tienen forma de pulsera o de colgante. Se venden por 75 euros. Un ayudante del terapeuta pone a una visitante el colgador cerca de su cuello. ¿Lo notas?, le pregunta. La respuesta es directa: no, nada. “Pues te convendría llevarla. Tienes mal el metabolismo”, concluye la responsable del estand, inundado de folletos con expresiones como “frecuencias primigenias de las células”, “biosistemas”, “patrones de onda” “hologramas” y “ordenadores solitónicos”.

Unos metros más allá, en el stand de Nayadel Tecnologías Vivas, se muestran figuras redondas de cuarzo que producen un “flujo regenerador”. Las hay de bolsillo (más económicas). Y también las hay más grandes (unos 100 euros), que se pueden introducir, por ejemplo, en la nevera (para que extiendan sus propiedades a los alimentos). El regenerador es muy útil, explica una responsable de la empresa, para ponerlo debajo de una botella de agua. De esa manera, el agua “recobra su estructura y su memoria”. “El flujo toroidal autosostenido crea un campo armónico dotado de la capacidad de convocar y anidar frecuencias de Amor y Luz”, reza el folleto. El regenerador energético también se puede situar en cualquier lugar “donde queramos potenciar las frecuencias de equilibro”. Su radio de acción es de un metro.

Si algo queda claro en la zona de Terapias es que el ser humano es energía. A veces, sin embargo, la energía no está equilibrada. Hay solución. Mejor dicho, soluciones. Una de ellas es la que propone el coreano Master Oh, que se autodenomina “experto en curación energética y maestro de Qi”. Afirma que su tratamiento “holístico” es más calmante y relajante que otros. “Está a otro nivel, es como recibir un masaje para el alma”. La consulta inicial cuesta 180 euros. Y las de seguimiento, 150. Los masajes implican una presión muy fuerte con los dedos mientras el terapeuta lanza sonidos por la boca. “Después de cuatro meses de ver a Master Oh me quedé embarazada de manera natural sin la necesidad de tratamientos in vitro”, afirma una presunta clienta en el folleto publicitario.

Master Oh no es el único que ‘consigue’ embarazos. En el stand de Fertilidad Natural se apuesta por crear condiciones óptimas para la concepción. Y hacerlo en un equilibrio biológico, emocional y mental. Todo se basa, explica la responsable, en la medicina naturista y sus pilares: alimentación, ambiente, emociones y agua. Sexo espontáneo con la pareja, calma vital, zanahoria en las ensaladas, lombarda, rúcula, brócoli, plátano y frutos secos sin tostar son algunas de las recomendaciones para las mujeres que quieren quedarse embarazadas. Eso sí, hay que huir de las sustancias químicas “peligrosas” para la fertilidad. A saber, los pesticidas, los envoltorios de plástico (cuando el alimento es graso, como el queso o el jamón) y los parabenos de la cosmética (champú incluido). Todo esto no es en absoluto incompatible –explican las responsables– con la asistencia a una clínica de reproducción asistida. Más bien al contrario ya que, según sus cifras,  aumentan las posibilidades de embarazo de un 40 % a un 55 %.

Sprays florales que sirven para protegerse de las energías negativas. Tambores chamanes y otros “sonidos que sanan”. Y “bioenergética” para ayudar a resolver problemas emocionales son algunas de las terapias complementarias que se promocionan también en la (abarrotada) feria madrileña.

ARRIBA

 

8. Canarias y Levante, las zonas de España donde más crecen las pseudoterapias.

FUENTE: Canarias 7

 

 

Las terapias alternativas o complementarias a la medicina convencional concitan cada vez más voces en su contra, sobre todo aquellas que llevan a los pacientes a abandonar sus tratamientos. Su desarrollo al margen del método científico hace que colegios de médicos, farmacéuticos, psicólogos, enfermería y fisioterapeutas exijan un mayor control sobre ellas, tal como explica Rosa Rodríguez en el medio Canarias 7.

Biodescodificación, iridiología, kinesiología holística, medicina ortomolecular, reiki, MMS, terapia biomagnética, apiterapia, constelaciones familiares y así hay hasta 139 técnicas realizadas en el ámbito de las llamadas terapias naturales, incluidas la homeopatía o la acupuntura, que en 2011 identificó el Ministerio de Sanidad en un documento que presentó como «un primer paso para avanzar en una posible regulación». Siete años después, el Gobierno no ha dado ningún paso, salvo el anuncio el pasado mes de octubre del Ministerio de Sanidad de que está trabajando en un plan de choque contra la pseudoterapias (ya no habla Sanidad de terapias naturales).

Ese mismo día, la ministra, María Luisa Carcedo, hizo público el trasladado a la Fiscalía del uso y promoción del MMS, el clorito de sodio (lejía) para curar, por ejemplo, el autismo. El falso fármaco, promovido, entre otros, por Josep Pàmies, está ilegalizado desde 2010 por una alerta que realizó la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Pàmies (que ya ha sido sancionado tres veces) tenía previstas varias charlas en Canarias que se han suspendido en los lugares y fechas previstos, pero que el agricultor catalán aseguraba hace unos días que va a celebrar.

Como él, que viene de visita, llegan decenas de charlatanes con sus remedios, pero, además, en las islas hay instalados infinidad de centros y especialistas en pseudoterapias que, según la Organización Médico Colegial (OMC), pueden ser «un campo legítimo de estudio», pero «sin resultados concluyentes todavía» y que, sin embargo, «se presenta como ya validados ante la sociedad».

Canarias y Levante son las dos zonas de España donde «más han proliferado» las pseudoterapias, asegura el presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas, Pedro Cabrera, que, pese a reconocer que «es difícil explicar por qué», lo achaca a que «ambos sistemas de salud están a la cola de España en la calidad de la medicina que prestan».

Anastasio González es psicólogo colegiado, experto en procesos de pérdida y duelo y vinculado durante años al acompañamiento de enfermos de cáncer. En su trabajo se tropieza casi a diario con pacientes que se han acercado o han abrazado de lleno alguna terapia alternativa o complementaria –su nombre ha evolucionado– a la medicina convencional. Pero, además, él mismo ha padecido un cáncer y desde su experiencia personal cree saber por qué un enfermo busca soluciones más allá de los tratamientos oficiales: «Falla la comunicación médico-paciente».

«Si el médico no es capaz de darte las respuestas que necesitas te agarras a quien te escucha. En un momento de desesperación total pocos son los médicos que te dicen que cáncer no es sinónimo de muerte, ni que el 90 % de los cánceres en estadio 1 se curan. Esa información no llega a la gente», sostiene González, consciente, no obstante, de que hay múltiples factores que llevan a un enfermo hasta las pseudoterapias.

Las personas con enfermedades crónicas, sobre todo cáncer y fibromialgia, son las que buscan «soluciones» más allá de la medicina convencional, dice Cabrera, pero también están «los conspiranoicos», los que ven la medicina manipulada por las empresas farmacéuticas. El Observatorio de la OMC contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias define una pseudoterapia como «una propuesta de cura de enfermedades, alivio de síntomas o mejora de salud basada en criterios sin el respaldo de la evidencia disponible». Y avisa del riesgo que conlleva que «se induzca al cliente a creer que la terapia funciona por sí misma y la convierta en su primera o única elección ante un problema de salud».

Y éste, asegura Elena Campos, presidenta de la Asociación para Proteger a los Enfermos de la Terapias Pseudocientíficas (APETP), es «el verdadero problema» de las pseudoterapias: que interfieren, retrasan o, en el peor de los casos, llevan a los enfermos a «abandonar los tratamientos». «Practicar yoga o tomar cúrcuma no es malo para la salud, pero ni una cosa ni la otra curan», tampoco ninguna de las otras terapias que proliferan ajenas al método científico, avisa esta doctora en Biociencias Moleculares (Biomedicina) investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.

Muchos médicos, enfermeras, fisioterapeutas o psicólogos utilizan algunas técnicas como complemento, pero «eso es una cosa», dice Pedro Cabrera, aún sin aprobarlo, y otra «que el paciente abandone su tratamiento convencional». El abandono del tratamiento oncológico incrementa un 470 % el riesgo de muerte y combinado con, por ejemplo, homeopatía, aumenta el riesgo de abandono de la quimioterapia un 50 % y un 70 % la radioterapia, explica Elena Campos, que pone el acento en la necesidad de que los colegios profesionales dejen de dar amparo a quienes practican o aprueban las pseudoterapias y, sobre todo, en que las administraciones actúen porque «no están haciendo lo suficiente» aun teniendo en sus manos, dice, los mecanismos legales para hacerlo, asegura.

El informe que en 2011 publicó el Ministerio de Sanidad sobre las entonces llamadas terapias naturales ya evidenciaba que se trataba de un problema muy amplio sobre el que había insuficiente legislación y, además, evidenciaba que las terapias analizadas no tenían capacidad curativa más allá del efecto placebo.

Así y todo, la última Encuesta de Salud de Canarias, de 2015, arrojaba que 129.652 personas acuden terapias alternativas en las islas, 41.000 de ellas a la homeopatía, 33.176 a la acupuntura, 30.507 a la osteopatía y 25.000 a otras terapias, unas cifras que, según Luis Capote, miembro del Aula de Divulgación Científica de la ULL, dan medida de «la necesidad que hay seguir divulgado; de que la gente sepa que la única medicina que cura y previene es la medicina convencional y que lo demás es parafernalia». Y llama la atención sobre que «no son precisamente personas iletradas las que se abrazan a estas terapias».

Los homeópatas, mayoritariamente médicos, defienden la validez terapéutica de las diluciones, lo mismo que la Asociación Canaria de Amigos y Usuarios de la Homeopatía, que sostiene que «cura, es efectiva, segura, apenas tiene efectos secundarios y ofrece posibilidades terapéuticas que no se pueden rechazar», dice su presidenta, Angélica Pérez.

Capote pone en evidencia, además, el blindaje que durante años dieron los colegios profesionales a la homeopatía, de la que ahora casi todos convienen en que no responde a la evidencia científica. El Colegio de Médicos de Tenerife es de los pocos que mantiene una sección de homeopatía. Su presidente, Rodrigo Martín, ha evitado manifestarse sobre este asunto a la espera de un nuevo pronunciamiento de la OMC que, por otra parte, ya hizo el 10 de octubre ante la «creciente proliferación de casos de pacientes en situaciones críticas» y en la que, por primera, vez invitaba a superar el corporativismo y denunciar estas prácticas que son, decía, «un fraude sanitario».

«El intento durante años de legitimación de las pseudociencias», recuerda Pedro Cabrera, presidente de los médicos de Las Palmas, no sólo llegó a los colegios oficiales, sino a universidades e instituciones públicas, que apoyaron eventos y congresos durante años. Ahora, «las sensibilidades han cambiado aunque queda mucho por hacer», dice. De opinión similar es el presidente del Colegio de Fisioterapeutas de Canarias, Santiago Sánchez, que, además, pone el acento en que «la actividad terapéutica tiene que estar en manos de profesionales de la sanidad» y admite que en los fisioterapeutas «beben de las osteopatía y la quiropraxia [consideradas pseudoterapias], pero no de la que practican los curanderos», precisa.

ARRIBA

 

9. Denuncian la presencia de cursos pseudocientíficos en la Universidad de Granada.

FUENTE: Tercera Información

 

 

Desde 2011, UNI Laica (la Asociación por una Universidad pública y laica) defiende la aconfesionalidad universitaria y, en su apuesta por la ciencia y el humanismo, se opone a que ciertas creencias pseudo- o anti-científicas se hagan pasar por ciencia en la universidad. Por esta razón, UNI Laica viene denunciando el carácter pseudocientífico de varios de los “talleres” que la Universidad de Granada (UGR) ofrece a todos los ciudadanos, varias veces al año, en la llamada Casa de Porras (una casa-palacio mudéjar del siglo XVI ubicada en el Albaicín que se utiliza para actividades culturales promovidas por el Vicerrectorado de Estudiantes de la UGR). Los talleres en cuestión se ofrecen dentro de un grupo denominado “Hábitos saludables”. Lo cuenta el medio digital Tercera Información.

Hace muchos años que asociaciones de ‘escépticos’ (en España destacan ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico y Círculo Escéptico) luchan contra el fraude de las pseudociencias, en particular en el terreno de la salud (las pseudoterapias). Más recientemente, también está siendo muy combativa la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas. En 2011, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad publicó un documento de “Análisis de situación de las terapias naturales” en el que realizó un inventario de terapias naturales y concluyó que “la evidencia científica disponible sobre su eficacia es muy escasa y si bien en la mayoría de los casos estas terapias son inocuas, no están completamente exentas de riesgos”.

La Organización Médica Colegial asumió y revisó este listado. Gracias a estas y otras informaciones y denuncias, en los últimos meses parece haber crecido la conciencia social sobre el riesgo que suponen las terapias no avaladas científicamente, y algunas universidades, como la de La Coruña y la de Valencia[vii], se han posicionado claramente contra ellas, y contra las pseudociencias en general.

Atendiendo a las diversas fuentes, los talleres de Casa de Porras que pueden considerarse clara o potencialmente pseudocientíficos son los siguientes: Chi-kung, Masaje yoga tailandés, Masaje shiatsu y reiki, Meditación y mindfulness, Reflexología podal, Reflexología aplicada a la bioenergía, Yoga, Taichí, Danzaterapia y Yolates.

Si comparamos con los que había hace años (cuando UNI Laica presentó la primera denuncia), comprobamos que los talleres de carácter pseudocientífico no solo no se han eliminado, sino que han ido a más. Lo único que hemos conseguido es que mengüen o se eliminen las pretensiones curativas en la publicidad, de modo que ya solo se nos prometen cosas tan imprecisas –pero impresionantes–­ como proporcionarnos “un manantial inagotable de paz, salud y vitalidad” y ayudarnos a “una vida sana, feliz y armoniosa” (Chi-kung), “mejorar el estado general de salud” (Taichí), “alivio en diferentes patologías” (Masaje yoga tailandés), “aliviar su cuerpo de dolencias, estrés, etc.” y “considerar la reflexología como una técnica de sanación” (Reflexología aplicada a la Bionenergía), “dar claridad a su flujo físico y mental” (Yolates), etc.

En la publicidad de varios de los talleres (Chi-kung, Masaje shiatsu y reiki y Taichí) se sigue hablando de una misteriosa energía, el “chi” o “ki”. Muy misteriosa, pues no ha podido ser nunca detectada. Aun así, también hay referencias a los “meridianos” por los que circula (Reflexología aplicada a la Bionenergía); en este contexto, la “bioenergía” aparece también como algo impreciso, esotérico, vitalista.

El curso de Reflexología podal es ya un lamentable clásico de estos talleres, denunciado desde el primer momento; sostener que en los pies hay una especie de mapa bidimensional de todo el cuerpo, y que tocándolo, gracias a los “meridianos” energéticos, se puede conseguir un efecto benéfico específico sobre cualquier órgano o zona, es sencillamente ridículo. Pero, lejos de eliminarse este curso, se ha ampliado con uno nuevo: el ya mencionado de Reflexología aplicada a la bioenergética, que considera la reflexología como una “técnica de sanación” y que asegura que se puede “ver todo el organismo reflejado en los pies”.

Tampoco estaba hace años el reiki, esa técnica por la que la energía aliviadora o sanadora (ki) fluye mágicamente desde las manos del masajista a la persona masajeada sin necesidad de tocarla. La reflexología y el reiki son pseudociencias evidentes, mientras que otras de las técnicas o disciplinas de los talleres (taichí, chi-king, yoga, mindfulness…), pueden ser pseudocientíficas o no, dependiendo de cómo se ofrezcan, lo que a su vez depende de quiénes las impartan. Conviene por ello analizar el perfil de los “profesores” de los talleres.

Observan con inquietud que el monitor de Masaje yoga tailandés, Shiatsu, Reiki y Taichí aparece como diplomado en reflexología podal y “terapia con piedras”. La monitora de Chi-kung tiene dos maestrías en reiki. La de Yoga viene avalada por sus conocimientos de reiki, aromaterapia, flores de Bach y naturopatía. Y de la de Yolates se destaca su máster de arteterapia por la UGR (véase luego). Todas estas disciplinas aparecen listadas como pseudociencias en las referencias citadas arriba.

Por otro lado, la UGR no solo da amparo a las pseudociencias mediante los talleres de la Casa de Porras. Con frecuencia ofrece jornadas, cursos o conferencias de disciplinas consideradas terapias naturales dudosas, como el coaching, que puede ser un entrenamiento legítimo, pero se sumerge en lo claramente insostenible cuando se apoya –y ocurre a menudo– en la pseudociencia de la nueva era denominada “programación neurolingüística”. El Centro de Actividades Deportivas de la UGR ofrece cursos de “Tai Chi Chuang” (“Sistema Terapeútico, Arte Marcial y Vía de Autoconocimiento”), chi-kung, meditación, kung-fu…, y lo hace en colaboración con un centro privado de yoga y taoísmo experto en el conocimiento de esos inaprensibles “meridianos”.

Y no podía faltar un máster; en la UGR se ha realizado uno de “arteterapia” que, a fuer de pseudocientífico y mal gestionado, ha desencadenado reprobaciones de algunas de sus alumnas, que incluso hicieron una huelga; ante sus duras y fundamentadas protestas a varias de ellas se les ha devuelto el dinero de la matrícula, y otras están esperándolo. Con ello la UGR reconoce implícitamente la razón de las alumnas, y más aún cuando asegura que no volverá a ofertarlo. No anotan más casos por no alargarnos en exceso.

Lo peor de estos talleres y cursos es que, en algún caso, propician el adoctrinamiento escolar infantil, y, en otros, pueden servir para dotar de acreditación o aval universitario a quienes deseen montar negocios basados en fraudes pseudocientíficos, algo cada día más extendido. Esta complicidad universitaria –sin duda no pretendida, faltaría más– nos parece escandalosa, y hemos de advertir a la ciudadanía de que las pseudoterapias y pseudociencias en general siguen siendo timos aunque quienes cobren por ofertarlas exhiban títulos de la UGR u otras universidades.

El veto de la UGR a la continuidad del máster de arteterapia, aunque ha sido una acción demasiado tardía, es el tipo de actuación que debe esperarse de una universidad pública. Hay algún otro buen antecedente en la misma universidad: su Facultad de Psicología, ante la denuncia de UNI Laica y las asociaciones de escépticos, también impidió que se llegara a impartir, en 2011, un Curso sobre la pseudopsicoterapia conocida como constelaciones familiares. Y poco después, la UGR dejó de ofrecer (de nuevo, ante nuestra denuncia) cursos pretendidamente terapéuticos de chi-kung y taichí que ofrecía el Instituto Confucio.

Pero en el caso de los talleres de la Casa de Porras y de algunos otros cursos y conferencias, la UGR –tan excelente en otros ámbitos– sigue, como tantas universidades, sin vigilar y actuar debidamente. Confiamos en que la denuncia actual sirva para que finalmente lo haga, y para que, en adelante, lejos de ofrecer pseudociencia (y de conceder títulos que amparen engaños de charlatanes), la UGR contribuya, como ya han empezado a hacer universidades como la de La Coruña y Valencia, a la defensa ciudadana frente al fraude de las pseudoterapias y de las pseudociencias en general.

ARRIBA

 

10. Los medios de comunicación y su complicidad en el auge de las pseudociencias.

FUENTE: El Periódico

 

 

Dietas anticáncer, reiki, acupuntura, homeopatía, osteopatía, medicina holística y ortomolecular… Muchas disciplinas no avaladas por la ciencia han conseguido calar en la sociedad. ¿Por qué? Por muchos motivos. Entre ellos, la cobertura que les han dado (les hemos dado) los periodistas. Así comienzan su artículo en El Periódico las redactoras Olga Pereda y Valentina Raffio.

“Los medios de comunicación han estado durante décadas dando la misma validez a la ciencia oficial y a las disciplinas exóticas. En prensa, radio y televisión se habla del cáncer y la quimioterapia, sí, pero también de que un tío te pone las manos en el cuerpo y te puede curar”, denuncia Luis Alfonso Gámez, divulgador, periodista científico de El Correo y socio fundador de Círculo Escéptico, asociación que fomenta el pensamiento crítico contra la pseudociencia.

Gámez recuerda que fueron las televisiones públicas y privadas las que alzaron –hace ya un tiempo– a personajes como Txumari Alfaro. En ‘La botica de la abuela’ (TVE), el naturópata ofrecía en los años 90 “bonitos y entrañables consejos”: naranjas para evitar la pérdida de cabello o tomates para curar las amígdalas con pus. Los periodistas le convirtieron en un gurú de la salud ‘natural’. Paseándose por platós de televisión, estudios de radio y páginas de periódicos, Alfaro –autor de varios libros– ha defendido el origen emocional de enfermedades graves como el cáncer, ha bendecido las propiedades curativas de nuestra propia orina y ha recomendado enemas de café para zanjar las migrañas.

“Las teles públicas y privadas han sido, y siguen siendo, un coladero sistemático de charlatanería. Ahí tenemos a Javier Cárdenas, poniendo en duda la efectividad de las vacunas, o Mariló Montero, promocionando la homeopatía y asegurando que oler un limón puede combatir el cáncer”, concluye Gámez.

“No se debe ser neutral”

Carlos Elías, catedrático de Periodismo de la Universidad Carlos III, asegura que, en contra de lo que se enseña en las facultades, “los periodistas no deben ser neutrales”. La prensa siempre tiene que estar del lado de la víctima y no del verdugo, así que lo mismo sucede con la ciencia. “No se puede dar voz a todo el mundo –como se ha hecho en los medios de comunicación enarbolando la bandera de la objetividad– porque hay temas de los que solo un científico, un investigador o un químico puede opinar”.

Licenciado en Periodismo y Química, Elías critica la falta de formación científica que reciben los estudiantes tanto en Secundaria como en Bachillerato y también en carreras universitarias de letras. A su juicio, hay otro factor clave que ha contribuido a convertir en gurús a determinados charlatanes: “La Filosofía posmoderna y el legado de autores como Paul Feyerabent, que ha influido mucho en el periodismo y que viene a decir que la ciencia es una narrativa más, igual que los cuentos de hadas. La conclusión es que el chamanismo es otra cultura y, por lo tanto, no podríamos calificarla de no válida. ¿Todo esto a qué nos lleva? A la posverdad, las 'fake news' y Donald Trump”.

Personajes exóticos, titulares golosos

A pesar de que no hay pruebas científicas de su existencia, los medios de comunicación siguen haciendo reportajes de personas que dicen sufrir sensibilidad química múltiple (una especie de sensibilidad a todos los productos químicos cuando están sintetizados) o hipersensibilidad electromagnética (a las ondas del wifi, por ejemplo). Los periodistas no contrastan con la ciencia el discurso de estas personas, que están sugestionadas por charlatanes y que, en realidad, sufren otro tipo de problemas, casi siempre psiquiátricos.

Los defensores de las pseudoterapias suelen ser personajes exóticos que tienen un discurso diferente, goloso, divertido y llamativo. Un periodista necesita titulares y ellos los dan a toneladas. El resultado es que medios de comunicación serios conceden espacio a gurús que nos hablan de alimentos anticáncer. La prensa también da cobijo a personas que afirman haber tenido contacto con extraterrestres. Y para algunos periódicos, los chamanes que recomiendan MMS (derivado de la lejía) para sanar el sida, el ébola y autismo son sencillos y honrados agricultores que buscan una vida más natural. Como Josep Pàmies.

El horóscopo, una patraña

Isidoro Martínez Vélez –responsable del perfil de Twitter ¿Qué mal puede hacer?, especializado en la prevención contra las pseudoterapias– critica a la prensa por incluir en sus páginas “patrañas como el horóscopo”, así como por dedicar muchas contraportadas a promocionar “charlatanería y pensamiento mágico”. En su opinión, los medios de comunicación han sido un factor determinante en la progresión de la lacra de las pseudoterapias por haber sido, desde hace décadas, “altavoz masivo de afirmaciones peligrosas y carentes de sustento”.

Xavier Ramon, doctor en Comunicación y profesor de Deontología Periodística en la Pompeu Fabra, confirma que la difusión de contenidos sobre prácticas y terapias alternativas ha proliferado en los últimos años en los medios de comunicación generalistas. “En la era del 'clickbait', un titular llamativo vende y los ciudadanos están cada vez más expuestos a desinformación que puede confundir sobre lo que es efectivo y lo que no”. Frente a esta “mala praxis ética”, Ramon pide a los periodistas que reflexionen y se comprometan con los principios de la profesión: “Emplear fuentes autorizadas, contextualizar la información, evitar las especulaciones y no confundir lo espectacular con lo relevante”.

ARRIBA

 

La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.