Servicio diario - 01 de marzo de 2019


 

Mons. Rogelio Cabrera, tras la reunión con el Papa, apunta a "situarnos a favor de las víctimas" y al "deber humanitario de atender" a los migrantes
Rosa Die Alcolea

Sínodo Amazonía 2019: 80 expertos participan en el Seminario preparatorio en Roma
Rosa Die Alcolea

México: La CEM presentará las "líneas inmediatas de acción" para erradicar los abusos a menores
Rosa Die Alcolea

Academia para la vida: 'Robótica. Personas, máquinas y salud'
Marina Droujinina

Santa Ángela de la Cruz, 2 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

01/03/2019-16:47
Rosa Die Alcolea

Mons. Rogelio Cabrera, tras la reunión con el Papa, apunta a "situarnos a favor de las víctimas" y al "deber humanitario de atender" a los migrantes

(ZENIT — 1 marzo 2019).- La atención humanitaria por parte de la Iglesia mexicana a los migrantes de la "caravana" procedente de Centroamérica, la importante participación en el Encuentro sobre 'La Protección de los Menores en la Iglesia', y la misión de los jóvenes mexicanos son los principales temas tratados en el encuentro del Papa con los obispos mexicanos, ha contado Mons. Rogelio Cabrera a la agencia Zenit.

El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia privada al Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, junto a los otros tres obispos dirigentes de la CEM: Mons. Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, vicepresidente; Mons. Alfonso Miranda Guardiola, obispo de Idicra y obispo auxiliar de Monterrey, secretario general; y Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca, tesorero general.

 

Plan Pastoral 2031- 2033

Los obispos mexicanos "Le llevamos el cariñoso saludo de parte del pueblo mexicano" y "le reiteramos el aprecio, apoyo y fidelidad de todos los hermanos en el episcopado". Asimismo, los prelados de la CEM le entregaron un ejemplar del Proyecto Global de Pastoral 2031- 2033, y platicaron sobre la experiencia de la participación del Presidente de la CEM, en el Encuentro de Protección de menores, y todas las acciones recomendadas.

Además, han dialogado con el Papa sobre la realidad que viven los hermanos migrantes "en su difícil paso a través de nuestro territorio nacional", y la ayuda que les brinda la Iglesia, aseguran, y finalmente le compartieron el trabajo que hace la Iglesia católica, especialmente en el tema de "construcción de paz en México".

 

Exhortación del Papa

El Santo Padre ha exhortado a los obispos mexicanos a tres primeras consideraciones: La atención a las víctimas, la formación de sacerdotes y la indicación de "reforzar y verificar las directrices de las Conferencias Episcopales elevándolas a un rango normativo, no solo indicativo", dice el comunicado emitido por la CEM esta mañana.

En el caso particular de México, ahora le corresponderá a la CEM "apoyar, supervisar y verificar en cada una de las diócesis", el cumplimiento, por una parte, de los procedimientos canónicos establecidos, estos últimos de acuerdo a las Líneas Guías, aprobadas por los obispos de México, y validadas por la Santa Sede; y por otra, el Protocolo de aplicación civil, conforme a la legislación sustantiva y adjetiva penal de los diferentes Estados de la República.

Sigue la entrevista realizada por la agencia Zenit, en exclusiva, a Mons. Rogelio Cabrera, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

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ZENIT: ¿Cómo se ha desarrollado la audiencia con el Santo Padre y de qué temas han hablado?

Monseñor Rogelio Cabrera: Quien se encuentra con el Santo Padre, siempre se siente bien. Su amabilidad, su cortesía, su sentido humano siempre es impresionante. No creo que haya una persona que al verlo se sienta incómoda, al contrario. Muy agradecidos porque nos haya recibido en este diálogo, y porque nos ha dado la entrevista muy rápido, porque nosotros la solicitamos no hace más de 1 mes, y eso también refleja que el Papa quería este encuentro con nosotros.

Los temas que tratamos fueron: Primero, agradecerle la visita que hizo hace 3 años. Está cumpliéndose ahora en febrero el tercer aniversario. Le informamos de las tareas que él nos encomendó cuando estuvo allá, de hacer un plan de pastoral serio y cualificado, —fueron los calificativos que le puso al proyecto—. Ya se lo trajimos, se lo entregamos, ha sido un trabajo de 3 años de la Conferencia Episcopal, de escuchar diversos sectores de la sociedad y de poder llegar a formular la Iglesia que queremos ser en este momento en México.

Mirando hacia Dios, dos acontecimientos para nosotros que enmarcan todo: Primero, el 31 serán los 500 años de las apariciones de Guadalupe y el año 33 son los 2000 de la Redención de Cristo. Entonces, en vista de esos dos grandes jubileos, todo el proyecto pastoral tira hacia el año 31 y hacia el 33.

Ya luego abordamos los temas que nos preocupan en México, los temas sociales: el primero de la migración, en esta cara nueva que tiene la migración en México, por las caravanas, antes eran migrantes solitarios, ahora llegan en grupo. Esto nos pone frente a un desafío de atención fraterna para todos estos hermanos sin prejuzgarlos, sin estar haciendo teorías sobre el por qué de las caravanas, sino simplemente cumplir con nuestro deber humanitario de atenderlos. Hablamos también de la voluntad del Santo Padre de atenderlos humanitariamente e inclusive económicamente a las casas de migrantes para que atiendan los migrantes.

Luego, abordamos el tema también de los jóvenes, este gran desafío para el mundo y para México. El Papa está a punto de entregar la exhortación de los jóvenes, esto también lo abordamos. Los jóvenes grita esperanza, oportunidades de trabajo, de futuro, y luego hablamos sobre la importancia de la formación de los sacerdotes.

Fueron los temas principales, darle mi eco sobre lo que fue el encuentro de los presidentes episcopales por el abuso de menores por parte de clérigos.

 

Z: ¿Cómo ha vivido usted este encuentro, pastoralmente y espiritualmente?

M. RC: Ha sido impresionante, el encuentro tuvo 4 elementos que lo conformaron todo, muy importantes. Fueron: Oración; escucha de víctimas, respetando el anonimato solo en audio; las temáticas presentadas por los expertos, entre ellas la periodista mexicana Valentina, y luego el diálogo por círculos menores lingüísticos donde estuvimos los de habla hispana y los de habla portuguesa.

Yo me quedo principalmente con estas consignas: Primero escuchar a las víctimas y ponernos de parte de las víctimas, los sacerdotes son nuestros colaboradores, son nuestros hermanos en el Ministerio pero no podemos olvidar que para un obispo, los niños y los jóvenes tienen el lugar que Cristo les ha dado en la Iglesia y en el mundo. Por eso nuestra total cercanía y nuestro deber de ponernos de parte de las víctimas. Lo segundo es escuchar. Que los obispos tengamos esa paciencia filial, esa paciencia oir el sufrimiento de las víctimas y de sus familias.

El otro elemento importante que quedó bien claro es que tenemos que rendir cuentas desde luego a Dios, porque es un pecado gravísimo, pero luego también a la Iglesia porque es un delito contra el ministerio sacerdotal y rendirle cuentas a la sociedad, a la autoridad civil, a la ley, al poder judicial para que de acuerdo a la situación, pueda la autoridad decir cual es la sentencia que le toca a aquel que ha cometido un delito.

También nuestra responsabilidad en la sanación de esas heridas, porque tenemos que ver que no queden solos, que tengan la salud espiritual y, sobre todo, la salud profesional de un psicólogo o de un psiquiatra.

 

Z: Al término del Encuentro sobre `La Protección de Menores en la Iglesia' se anunció que se entregará un vademecum a todos los obispos. ¿Usted piensa que hacen falta otras medidas, además de este documento, a nivel global a todas las iglesias?

M. RC: Tenemos dos medidas, vamos a decir, de supervisión. La primera que tiene que hacer la Conferencia Episcopal, donde él nos pidió reforzar y verificar que todo se está cumpliendo.

Pero también, otra más cercana, la responsabilidad que tiene el arzobispo de una zona para que él esté atento, y si el Arzobispo es el que está incumpliendo el obispo de mayor antigüedad tiene que ver que se cumple con todo lo que está. Las normas, nos ha dicho el Papa, no son solo consejos, son normas, se tienen que cumplir.

 

Z: Usted anunció recientemente que 152 sacerdotes han sido dimitidos del Orden sacerdotal en México. ¿Qué se está haciendo en México para la prevención de abusos?

M. RC: Primero vamos a revisar toda la información para decirla de manera más precisa, la gente tiene que saber cual es la gravedad del problema en nuestro país, pero sobre todo, tenemos que cuidar los ambientes. Los ambientes en las parroquias, los ambientes en los seminarios, y prevenir, es otra de las tareas. Tenemos que ir con estas pruebas de idoneidad para el ministerio sacerdotal. Certificar los ambientes. Seminario menores donde hay menores de edad, escuelas, centros catequísticos, monaguillos, todos los lugares donde se mueven los niños jóvenes, tenemos que certificarlos también.

 

Z: ¿Qué le parece la decisión del presidente López Obrador de conceder un permiso a los migrantes centroamericanos para residir un año en México?

M. RC: Primero, la inicial, es muy buena, de que tengan un año de oportunidad para que no que sientan ilegales y nadie abuse de su permanencia en México. Eso es muy bueno y todos estamos de acuerdo.

Ahora, como va creciendo el número, pues también el gobierno tendrá que revisar cuál es el papel que tiene que hacer. Yo creo que es bueno que todos tengan derecho a que en lo que les dan la cita para pedir su refugio pues anden en México con la libertad que tiene quien es visto legalmente residente. Yo creo que eso evita mucho los abusos, tanto de grupos delictivos como también de policías corruptos. Somos del deseo de que todos los que llegan tengan este permiso de circular libremente.

 

Z: ¿El Papa les ha encomendado, en este sentido, alguna labor en especial con los migrantes?

M. RC: Él lo ha asumido como una tarea personal y a nosotros también, a los obispos, nos ha dicho que lo asumamos también, muy personalmente esta tarea.

 

Z: 12.193 mujeres han sido asesinadas en México de 2015 a 2019, según un reportaje que publica hoy El Universal. Ocho mujeres por día. ¿Cómo trabaja la Iglesia en esta área?

M. RC: Todos estamos sorprendidos de esta escala de violencia. Esto siempre es resultado de una cultura en la que se daña al más débil físicamente. Y la mujer es siempre víctima de violencia familiar y de violencia social. Sobre todo, creo yo que en las familias, tiene que haber esta capacidad temprana de informar lo que está sucediendo en casa, porque siempre habrá estos "valentones" que no miden lo que hacen y dañan seriamente a las mujeres. Y también las mujeres que están en situación de calle, la pobreza, por cualquier otra situación, están indefensas frente a cualquier abuso que puedan cometer ciudadanos o incluso policías.

Estamos trabajando desde la Pastoral de la Mujer. Pero estamos rebasados de tanto problema que tiene el país. La trata de personas, este de las mujeres, los migrantes, los pobres en las calles, tenemos un crecimiento de indigencia en todas las ciudades. Monterrey, donde yo estoy de obispo, no damos abasto la atención para darles de comer a los que hay en la calle. México es un "florilegio" de dificultades.

 

 

 

01/03/2019-12:59
Rosa Die Alcolea

Sínodo Amazonía 2019: 80 expertos participan en el Seminario preparatorio en Roma

(ZENIT — 1 marzo 2019).- En preparación del Sínodo de los Obispos sobre la Región Amazónica, que tendrá lugar del 6 al 27 de octubre de 2019, se ha celebrado en Roma el Seminario de estudios Hacia el Sínodo Especial para la Amazonía: dimensión regional y universal, del 25 al 27 de febrero de 2019.

Organizado por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, de cara a la Asamblea Especial del Sínodo, con el tema "Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral", informa la Santa Sede en un comunicado emitido este viernes, 1 de marzo de 2019.

Unos 80 participantes han participado en el Seminario, entre los cuales los presidentes de las 7 conferencias episcopales del área del Amazonas (Antillas, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), algunos jefes de dicasterios de la Curia Romana, la presidencia de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), varios obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas procedentes de la Amazonía y otras zonas geográficas.

 

Evangelii Gaudium

Durante la primera jornada se examinaron algunos aspectos eclesiales y pastorales a la luz de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, señala la Santa Sede en el
comunicado publicado esta mañana, 1 de marzo de 2019, sobre el encuentro.

En la segunda jornada se abordaron cuestiones relacionados con la promoción de la ecología integral en la perspectiva de la encíclica Laudato sí.

Después de las intervenciones dedicadas a los dos temas principales La misión de la Iglesia en Amazonía a la luz de Evangelii gaudium y La ecología integral en Amazonía a la luz de Laudato si, hubo varias comunicaciones de profundización, así como un provechoso debate durante el cual los participantes intervinieron aportando sus opiniones y enriqueciendo la reflexión común.

 

Urgencias de la Amazonía

Las intervenciones han delineado un cuadro general de las urgencias de la Amazonía y de la Iglesia que vive y trabaja en ese inmenso territorio. De esta manera, las contribuciones de este Seminario ofrecerán una aportación muy válida al proceso sinodal en curso.

En efecto, el Seminario ha representado una base sólida en vista del Sínodo, que se perfila como una reflexión pastoral abierta al reconocimiento de la diversidad, a la escucha de la realidad amazónica con todas sus facetas culturales y eclesiales. La imagen de una Iglesia valiente en el anuncio del Evangelio y en defensa de la Creación y de los pueblos indígenas, es el horizonte hacia el cual se encaminan los Padres sinodales, -reunidos cum Petro et sub Petro-, para compartir una experiencia de comunión fraterna, colegialidad y sinodalidad.

 

 

 

01/03/2019-20:17
Rosa Die Alcolea

México: La CEM presentará las "líneas inmediatas de acción" para erradicar los abusos a menores

(ZENIT — 1 marzo 2019).- El Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Alfonso Miranda, ha anunciado esta mañana, a Zenit, tras el encuentro de los obispos mexicanos con el Santo Padre, que el próximo martes, 5 de marzo de 2019, los obispos de la CEM presentarán en rueda de prensa las "líneas inmediatas de acción" para erradicar los abusos a menores en la Iglesia.

El obispo de Idicra y auxiliar de Monterrey ha detallado que tienen ya el borrador de este plan de trabajo: "Ya las tenemos pero las estamos puliendo, ahí ya verán más acciones concretas, que es lo que espera la sociedad, la Iglesia, los fieles".

Este viernes, 1 de marzo de 2019, Mons. Alfonso Miranda se ha reunido con el Papa Francisco en el Vaticano, junto al Presidente de la CEM, Mons. Rogelio Cabrera —quien ha participado en el Encuentro de Protección de Menores celebrado en Roma—, al vicepresidente, Mons. Carlos Garfias Merlos, y al tesorero general, Mons. Ramón Castro Castro.

En la audiencia han abordado el problema de los abusos sexuales en la Iglesia, y los principales temas sociales que preocupan a los obispos mexicanos: la migración, los jóvenes, y la paz social.

 

`Equipo Nacional para la Protección de Menores'

Mons. Alfonso Mirada es el coordinador del recientemente creado 'Equipo Nacional para la Protección de Menores' en México, que aprobaron el 15 de noviembre de 2018, durante la CVI Asamblea Plenaria de los Obispos en la CEM, motivados por trabajar en el tema de la prevención y atención, que asumieron como "acto prioritario y de unión" con la Iglesia universal.

El 'Equipo Nacional para la Protección de Menores' "deberá trabajar incansablemente bajo la exigencia del Papa Francisco expresada en 'la tolerancia cero' y en el 'nunca más' a la cultura del abuso", así como "al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse, promoviendo instancias de diálogo y constructiva confrontación para caminar hacia una cultura del cuidado y protección", señalaron los obispos en el comunicado que anunciaba su constitución.

A continuación, pueden leer algunas preguntas que monseñor Alfonso Miranda respondió a la agencia Zenit, en el Vaticano.

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ZENIT: ¿Cómo acompaña la Iglesia en México a las víctimas de abusos a menores?

Mons. Miranda: Desde el 2016, que se aprobaron las líneas generales validadas por el Vaticano en México. Desde el 2017 aprobaron el protocolo de acuerdo a la ley civil. En noviembre de 2018 se aprobó el Equipo Nacional de Protección de Menores.

El 7 de enero tuvimos la primera reunión y nos enfocamos en este encuentro, de Roma, para prepararlo con el cuestionario... para preparar lo que Mons. Rogelio Cabrera iba a decir aquí, etc. Entonces ahorita trabajando desde México todo lo que tiene que ver con la estructura: misión, función, integrantes, víctimas... todo. Ahorita estamos empezando.

Lo positivo es que tenemos un equipo nacional. Lo bueno es que ahora contamos con un marco teórico impresionante de cómo lo podemos hacer. Además de la atención directa a los delitos, a los procesos canónicos, a la atención de las víctimas, a la atención de los victimarios,

 

ZENIT: El Comité Organizador del Encuentro sobre `La Protección de los Menores en la Iglesia' anunció que se entregará un vademecum a los obispos para que conozcan qué deben hacer en sus diócesis ante el problema de los abusos sexuales. Si las líneas de acción las deben llevar a cabo los obispos, ¿qué objetivo tiene el Equipo Nacional de Protección de Menores?

Mons. Miranda: Es un equipo nacional pero estamos haciendo la estrategia, planeación, etc. Ahora bien, el equipo nacional será, por una parte, un subsidio. O sea, trabajará subsidiariamente. Es decir, que el trabajo en equipo llevará las propuestas tanto que se elaboran en México como aquí en Roma, que pasan por establecer la comisión diocesana, darle fuerza al metropolitano o arzobispo para que, de acuerdo a un procedimiento, pueda atender estas situaciones.

Ver que en las diócesis se cumplan las líneas guías canónicas, los protocolos civiles, se atienda adecuadamente los casos y se empiecen los procesos, se atienda adecuadamente a las víctimas en el acompañamiento y sanación del caso. O sea, es un trabajo que coadyuva. El equipo no es un tribunal. Es ver que todo lo que es base se está implementando, a nivel de normas, como se dijo en Roma, se cumpla en las diócesis. No se trata de fiscalizar, sino de apoyar. ¿Qué te falta? ¿Tienes abogados? ¿Tienes laicos? ¿Tienes especialistas? ¿Necesitas capacitación? ¿Necesitas talleres, encuentros?

Igualmente a nivel nacional la reunión con canonistas, la reunión con seminarios, etc. Es un trabajo de equipo nacional para que toda la maquinaria camine adecuadamente.

 

ZENIT: El Santo Padre les ha hablando de la formación de los seminaristas. ¿Cómo se trabaja esto en la Iglesia de México?

Mons. Miranda: Nosotros también, como ya lo dijo el Presidente de la CEM, trabajaremos en reforzamiento de lo que tiene que ver con los exámenes psicológicos, todos los procedimientos iniciales para recibir a los seminaristas, el tema de la formación en los seminarios, la formación permanente... Para volver a recuperar la plenitud de la vocación sacerdotal y evitar que el sacerdote sea un riesgo para los menores o para la sociedad.

 

 

 

01/03/2019-20:27
Marina Droujinina

Academia para la vida: 'Robótica. Personas, máquinas y salud'

(ZENIT — 1 marzo 2019).- "No estamos encerrados en nosotros mismos, somos una Iglesia en salida, en el camino y en el gran ágora del debate contemporáneo", dijo Vincenzo Paglia, Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, cerrando el trabajo de la 25a Asamblea sobre el tema "Roboética". Gente, máquinas y salud ", según el comunicado de la Academia para la Vida, emitido el 27 de febrero de 2019.

La Asamblea se llevó a cabo el 25 y 26 de febrero, reuniendo a 250 miembros y 14 oradores de África, Asia, Europa y las Américas para discutir las tendencias y los problemas en la introducción de robots. El miércoles se dedicó a las actividades de los cinco grupos de trabajo iniciados hace más de un año sobre temas de bioética global, edición de genes, neurociencia, cuidados paliativos y, finalmente, actividades específicas relacionadas con 14 jóvenes académicos.

El debate sobre bioética global, que se ha anunciado, se centrará en la migración y su impacto en la salud, la identidad de género, el impacto de las tecnologías convergentes en las personas y las desigualdades sociales.

Para la edición de genes, se llevará a cabo una conferencia en el otoño con el proyecto de expresar una posición bien fundamentada y motivada de la Iglesia frente a las experiencias en curso en varias partes del mundo sobre la modificación de embriones.

Para las neurociencias, la Academia Pontificia para la Vida ha decidido estudiar el "desarrollo cognitivo" con una reflexión interdisciplinaria sobre los aspectos farmacológicos, de salud, antropológicos y éticos.

Con respecto a los cuidados paliativos, el grupo de trabajo de la Academia Pontificia presentó el libro blanco que contiene recomendaciones para políticos (para una legislación efectiva que no favorece el suicidio asistido, pero cuidados paliativos); Universidades (para la formación de personal médico). El Libro Blanco se presentará en mayo en el Congreso Mundial de Cuidados Paliativos de Berlín.

La próxima asamblea de la Academia tendrá lugar en febrero de 2020 y tratará sobre la inteligencia artificial, un tema relacionado con la roboética.

 

Traducción de Ana Paula Morales

 

 

 

01/03/2019-08:28
Isabel Orellana Vilches

Santa Ángela de la Cruz, 2 de marzo

«Pobre con los pobres, así vivió esta humilde monja que quiso por encima de todo estar clavada a la cruz de Cristo. Y este es el signo que vinculó a su nombre, que dio a su fundación y el que marcó su quehacer apostólico»

Ángela Guerrero González nació en la espléndida ciudad de Sevilla, España, el 30 de enero de 1846. Su padre era cocinero en el convento de los padres Trinitarios y su esposa trabajaba también para los religiosos. En el hogar nacieron catorce hijos, de los cuales sobrevivieron seis. Su madre llegó a conocer su fundación. Angela era humilde, sencilla, muy alegre, devota y gran trabajadora; tenía un buen ejemplo en sus progenitores. Uno de los primeros recuerdos de su infancia, bien conocidos, fue su repentina desaparición —cosa de niños—, pero no se debió a una travesura ordinaria, como supuso enseguida Josefa, su madre. Así que apuntó al lugar donde pensaba que había podido ir: la iglesia. Y, efectivamente, allí estaba: orando, recorriendo los altares. Recordando el hecho, cuando ya era fundadora, decía: «Yo, todo el tiempo que podía, lo pasaba en la iglesia, echándome bendiciones de altar como hacen las chiquillas».

Para ayudar a los suyos comenzó a trabajar a los 12 años en el taller de una zapatería. Su formación fue muy precaria debido a la falta de recursos de su familia. Apenas pudo aprender a leer y escribir, pero su finura espiritual se hizo patente en ese cercano círculo. Así, mostraba rotundo desagrado ante conversaciones poco delicadas, teñidas por descalificaciones y blasfemias. Y, al menos en su presencia, sus compañeros se abstenían de proferir palabras malsonantes e improperios. Es otra característica de los santos quienes con su autoridad moral trazan caminos de bien comenzando por su entorno. Además de poner coto a la afilada lengua de los empleados, la santa les convencía para que rezasen el rosario. Éstos y otros rasgos de su virtud llegaron a oídos del padre Torres Padilla, quien le ayudó a dilucidar su vocación y a madurarla, orientándola hacia la vida apostólica. Tenía entonces 16 años. Al salir del trabajo visitaba hogares sumidos en la pobreza, frecuentaba iglesias y rezaba en sus altares. Los menesterosos de su barrio recibían sus limosnas.

Cuando en 1865 Sevilla fue abatida por el cólera, diezmando a las familias que vivían en los «corrales de vecindad», Ángela, que ya tenía 19 años, se desvivió para asistir a todos. Entonces abrió su corazón al padre Torres diciéndole que quería hacerse monja. Pero esta mujer audaz tenía un cuerpo menudo y era de complexión débil, así que cuando tocó la puerta de las Carmelitas Descalzas del barrio de Santa Cruz no fue admitida. Se temió que no pudiera soportar los rigores de la vida de clausura. Más tarde, fue postulante con las Hermanas de la Caridad. Sin embargo, su mala salud la obligó a salir del convento, pese a que las religiosas hicieron todo lo posible para que permaneciera junto a ellas buscándole destino en otros lugares, confiadas en una eventual mejoría. De modo que, en la calle nuevamente, Ángela partió con esta convicción: «Seré monja en el mundo». Y ante los pies del Crucificado hizo privada consagración de su vida el 1 de noviembre de 1871. Los dos años siguientes maduró su anhelo de vivir clavada —y subrayó esta expresión— junto a la cruz de Cristo, llamándose Ángela de la Cruz.

En 1873 formuló los votos perpetuos fuera del claustro, uniéndose por voto de obediencia a las indicaciones del padre Torres. En su corazón ya bullía el anhelo de «hacerse pobre con los pobres» (los llamaba sus señores), y formar la «Compañía de la Cruz». Con toda su confianza puesta en Cristo, en enero de 1875 comenzó a dar forma a este sueño. Se unieron a ella tres mujeres que se distinguían por su bondad y sencillez, y compartían el espíritu de pobreza. Una aportó los medios para alquilar un cuarto con «derecho a cocina», como entonces se decía. Y ese fue su «primer convento», austero, como los que irían surgiendo. Desplegaron una ingente labor asistencial realizada a tiempo completo, de día y de noche, que tenía como objetivo a los necesitados pobres y enfermos; limpiaban sus casas y les daban consuelo. Luego se mudaron a otra calle. Su acción ya había obtenido reconocimiento en estamentos religiosos. Vistieron un hábito y a Ángela pronto empezaron a llamarla «Madre». En medio de la labor pastoral realizaba duras penitencias y mortificaciones.

En 1876 el cardenal Spinola les dio la bendición. Yen 1894 ella mantuvo un encuentro con León XIII que aceptó su obra, aprobada después por Pío X en 1904. Sevilla y toda Andalucía acogió con gratitud y cariño a esta pobre «zapaterita, negrita, y tontita», como ella misma se definía, a la que acompañaba fama de santidad por sus virtudes y prodigios. Su forma de vida austera y mortificada suscitó numerosas vocaciones entre las jóvenes. Abría los brazos no solo a los pobres, sino también a potentados que solicitaban su atención, consejo y apoyo. Su amor por los necesitados le instó a realizar un gesto que otros santos tuvieron, como Catalina de Siena: succionar la supuración de las llagas de una enferma que se hallaba a punto de morir, y que sanó poco tiempo después.

Fue agraciada con visiones. Su itinerario espiritual estuvo marcado por grandes purificaciones que la condujeron a las más altas cimas de la mística, coronada por el desposorio espiritual. Fue reelegida cuatro veces madre general hasta sus 82 años. Cesó a instancias superiores eclesiales, y acogió con gran alegría volver a convertirse en una religiosa sin más responsabilidades. Una trombosis cerebral que se presentó el 7 de julio de 1931 la dejó casi paralizada. Y el 2 de marzo de 1932 voló al cielo. Lo último que se le había oído decir antes de perder el habla, fue: «No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».Juan Pablo II la beatificó en Sevilla el 5 de noviembre de 1982 entre el delirio de las gentes que no ocultan su devoción por esta «madre de los pobres»como es conocida. Y el mismo pontífice la canonizó en Madrid el 4 de mayo de 2003. Su fiesta litúrgica es el 5 de noviembre, pero en el martirologio, criterio que rige este santoral, su celebración se fija para el día de hoy.