VATICANO | Taiwán

 

Taiwán, Congreso Eucarístico. Card. Filoni: Anunciar a Jesús no es una opción

 

“La Eucaristía nos da la gracia y el compromiso para la misión”, con esta exhortación el Card. Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, clausuró el IV Congreso Eucarístico Nacional en Taiwán.

 

 

01 marzo 2019, 16:40 | Renato Martinez – Ciudad del Vaticano


 

 

“Que este Congreso Eucarístico ayuda a la Iglesia de Taiwán a reflexionar profundamente sobre su misión y su papel en el contexto de la realidad de la que forma parte, y a contribuir, con su testimonio y fidelidad a Cristo, al bien común del pueblo de esta nación”, lo dijo el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, enviado especial del Santo Padre, durante la Santa Misa de clausura del IV Congreso Eucarístico Nacional de Taiwán, la tarde de este viernes 1 de marzo de 2019.

 

Dos términos: Congreso Eucarístico

En su homilía, según la Agencia Fides, el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos manifestó el saludo y la cercanía espiritual del Papa Francisco, e invitó a reflexionar sobre el significado de dos términos: congreso eucarístico. “El término ‘congreso’ – precisó el Card. Filoni – recuerda un acontecimiento de particular importancia y esto es lo que es hoy en día, como un acontecimiento de agregación de todos los bautizados. El término ‘eucarístico’ – agregó – nos recuerda ese ‘signo’, la identidad propia de Jesús, que quiso dejar a los discípulos y a la Iglesia naciente, porque en esa ‘señal de identidad’ los cristianos se unirían a Él y se encontrarían como familia de Dios en una ‘nueva alianza’ abierta a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, basada en el ofrecimiento de Jesús, de sus vidas al Padre”.

 

Un Dios presente en la realidad humana

Comentando el Evangelio del día, el Enviado especial del Papa, señaló que las multitudes estaban “fascinadas y asombradas” por la palabra y la persona de Jesús, estaban tan deseosas de oírlo que “a veces la gente se olvidaba de proveer para sus necesidades, porque su discurso sobre Dios fascinaba. Lo que atrajo a los contemporáneos de Jesucristo – precisó el Card. Filoni – fue el hecho de que les hablaba de Dios no como una idea, una teoría o una doctrina árida, sino como un padre o una madre que ama a su propio hijo... Revelaba el rostro de Dios como un Dios que no abandona a su criatura a su propio destino, desinteresándose de él; un Dios que no es frío e indiferente al sufrimiento humano, sino que comparte las realidades humanas”.

 

Que Cristo hable a nuestras vidas

Asimismo, el Card. Filoni dijo que, en este Congreso deseamos que Cristo también nos hable, que hable a cada persona y en cada situación de la vida. En particular, queremos que hable a nuestras vidas: a los recién casados que no se entienden y no se aman como antes; a las madres y a los padres que tienen graves problemas con sus hijos a causa del alcohol y de la drogadicción; a los que padecen de cáncer o de una enfermedad grave; a los que, por falta de trabajo o por otros motivos, tienen problemas muy graves de pobreza. Por último, a las personas mayores o que se encuentran al final de sus vidas y a quienes todavía se les escapa el sentido de la vida.

 

Con el trabajo misionero la Iglesia adquiere plenitud y vigor

Haciendo referencia al Congreso Eucarístico, el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos dijo     que, un Congreso no es un acontecimiento extra para celebrar, sino un gran momento de alegría por la presencia de Jesús y por el encuentro con Jesús que vive en la eucaristía. “La Eucaristía – subrayó el Card. Filoni – es el gran don que Jesús mismo dejó a su Iglesia como memorial de sí mismo, es decir, de aquella infinita ofrenda hecha eternamente al Padre”. Citando la primera Carta de San Pablo a los Corintios, en la que el Apóstol relata cómo Jesús celebró la última cena de su vida terrena, el Purpurado puntualizó que, es con el trabajo misionero del anuncio del Evangelio y de la celebración de la Eucaristía que la Iglesia adquiere plenitud y vigor para su testimonio de Jesús y su actividad misionera entre los pueblos. La eucaristía, memoria cotidiana que la Iglesia hace de Jesús, trae la gracia y el compromiso de la actividad misionera.

 

El anuncio de Jesús no es una opción

El Card. Filoni insistió en la importancia del trabajo misionero, tan necesario en esta isla de Taiwán, donde la Iglesia es una pequeña realidad, a pesar de tantos años de evangelización y de tantas obras sociales y educativas apreciadas, subrayando que la evangelización “no puede delegarse sólo a algunos misioneros, sino que debe implicar a todos: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosos, laicos, familias e incluso niños, misioneros a sus pares. La actividad misionera, si se nutre de la eucaristía, hace fructificar el Evangelio; de hecho, es la fuente de la misión evangelizadora. La actividad misionera, es decir, el anuncio de Jesús a todos, no es una opción, un corolario en la vida de la Iglesia, sino una parte esencial de ella, porque una Iglesia sin impulso misionero es estéril”.

 

Con la Eucaristía nace y se desarrolla la fraternidad

Tras recordar el magisterio misionero del Papa Francisco, el Prefecto subrayó que “la Iglesia desea todavía hoy, más que nunca, responder al mandato de Jesús resucitado de llevar el Evangelio a todos los pueblos. Con el Evangelio y con la Eucaristía nace y se desarrolla la fraternidad, cual nueva frontera del cristianismo entre los pueblos; y la Iglesia, con su mensaje y sus valores, quiere contribuir profundamente a la fraternidad entre los pueblos, como una nueva frontera, ya que conserva en sí misma y lleva todos los signos de la bendición de Dios y de la riqueza espiritual de la que es depositaria. Más allá de las fronteras existenciales y geográficas, marcadas por las lenguas y los hombres, la fraternidad se convierte en don de Dios a la humanidad”.