Política

 

El 0,6% de los españoles piden el testamento vital, ¿dónde está la demanda de la eutanasia?

 

Navarra es la comunidad autónoma que más solicitantes tiene, el 12,1 por cada 1.000 habitantes, le sigue el País Vasco (11,9) y Cataluña (11,2). En la cola, Extremadura (1,8) y Murcia (3)

 

 

14 mayo, 2019 | ForumLibertas.com


 

 

Muy pocas personas piden el testamento vital. Se trata de unas voluntades que deja una persona para que en el caso de que no esté consciente llegada una enfermedad o situación de salud crítica, los médicos sepan en qué momento deben parar un tratamiento determinado y no alargar más de lo que desea una persona su vida en una situación extrema.

La mayoría de españoles dejan que sus familias sean las que decidan en esos momentos y tan solo 286.000 personas han registrado sus últimas voluntades médicas. El 0,6% de la población.

En la escasa petición de voluntades previas está Navarra como la comunidad autónoma que más solicitantes tiene, pero tan solo es 12,1 testamentos por cada 1.000 habitantes, y dobla la media nacional. Le sigue el País Vasco (11,9) y Cataluña (11,2). En la cola, Extremadura (1,8) y Murcia (3).

Madrid, con 4,2 testamentos vitales registrados por cada 1.000 habitantes, se sitúa en los peores puestos del país.

 

La mitad que piden testamento vital, con más de 65 años

La mitad (el 52%) de los españoles con testamento vital, según el Registro Nacional de Instrucciones Previas, son personas mayores de 65 años, lo que puede suponer una preocupación mayor cuanto más cerca está la muerte. Más mujeres (60%) que hombres lo suscriben.

La situación en la que se encuentra el volumen de peticiones de testamento vital es sintomático. La razón es que a menudo es utilizado como elemento de justificación de una hipotética legalización de la eutanasia.

Si el volumen de testamentos vitales justificara una demanda de eutanasia por parte de la sociedad española debido a que habría interés en el trámite controlado de la muerte, estaríamos diciendo, sin embargo, que no hay petición real y que los españoles dejan en manos de sus familiares la decisión sobre su proceso de muerte en una circunstancia en la que tuviera poder de decisión.

Se trata de un elemento que pone de relieve lo innecesario de una Ley de la eutanasia, que se encuentra en trámite parlamentario, y sí de reflexión sobre la necesidad de una Ley de cuidados paliativos que ayude a las personas en fase terminal a morir sin dolor y con la máxima calidad de tránsito permisible.