Servicio diario - 20 de mayo de 2019


 

"No cedamos a la cultura del descarte" — Francisco ante el caso de Vincent Lambert
Anne Kurian

"La evangelización es mostrar a Jesús": Enseñanza del Papa para las Misiones Extranjeras
Larissa I López

El Papa insta a los periodistas a "trabajar de acuerdo con la verdad y la justicia"
Rosa Die Alcolea

Francisco: "Descartar los alimentos significa descartar a las personas"
Larissa I López

México: Miles de personas se manifiestan a favor de la vida
Redacción

El CELAM publica documento en ocasión de su 37 Asamblea General Ordinaria
Enrique Soros

Ecuador: Nombramiento del Obispo auxiliar de Cuenca
Larissa I López

España: El Papa dimite del estado clerical a un sacerdote por desobediencia
Redacción

San Eugenio de Mazenod, 21 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

20/05/2019-19:05
Anne Kurian

"No cedamos a la cultura del descarte" —Francisco ante el caso de Vincent Lambert

(ZENIT- 20 mayo 2019).- "Roguemos por cuantos viven en estado de grave enfermedad. Custodiemos siempre la vida, don de Dios, desde el inicio hasta su fin natural. No cedamos a la cultura del descarte". Este es el tweet del Papa Francisco este 20 de mayo de 2019, mientras que en Francia comenzaba el cese de los alimentos y la hidratación Vincent Lambed.

En el Hospital de Reims, Vincent Lambed, de 42 años, se encuentra en un estado de conciencia mínima, llamado "minímamente consciente" o "baja capacidad de relación.", debido a un accidente de tráfico ocurrido en 2008. Después de una larga batalla judicial, el Consejo de Estado validó la interrupción de sus cuidados a finales de abril. Según su madre, Viviane Lambed -que publicó, en Plon, "Por la vida de mi hijo"- y los médicos, Vincent no está al final de su vida, sino en un estado de gran discapacidad.

El Papa Francisco ha realizado ya dos llamamientos, en el Regina Coeli del 15 de abril de 2018: "Oremos para que cada paciente siempre sea respetado en su dignidad y sea tratado de una manera adaptada a su condición, con la contribución correspondiente de familiares, médicos y otros trabajadores de la salud "; y en la audiencia general del 18 de abril: "Me gustaría repetir y confirmar firmemente que el único maestro de la vida, desde su inicio hasta su final natural, es Dios. Y nuestro deber es hacer todo para proteger la vida."

 

 

 

20/05/2019-15:00
Larissa 1. López

"La evangelización es mostrar a Jesús": Enseñanza del Papa para las Misiones Extranjeras

(ZENIT- 20 mayo 2019).- “No se trata de buscar nuevos socios para esta sociedad católica – no – se trata de mostrar a Jesús: que Él se muestra en mi persona, en mi comportamiento; y abrir, abrir, abrir con mis espacios de vida a Jesús. Esto es evangelizar. Y esto es lo que sus fundadores tenían en sus corazones”.

Con estas palabras el Papa Francisco ha prevenido a los misioneros sobre uno de los peligros de los evangelizadores: confundir la evangelización con el proselitismo, según informa Vatican News.

Hoy, 20 de mayo de 2019, el Santo Padre se ha reunido en audiencia con los miembros de las Misiones Extranjeras que participan en la XV Asamblea General del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), en el CIAM (Centro Internacional de Animación Misionera) de Roma.

 

Historia del PIME

El Pontífice destacó en su discurso la historia de este instituto, creado hace casi 170 años por Monseñor Angelo Ramazzoti, que involucró también a los obispos de Lombardía en la fundación como una manera de incorporar a las diócesis en la evangelización de las tierras de misión.

Este hecho supuso una novedad en ese momento histórico pues, como señala el Obispo de Roma: “El apostolado misionero estaba totalmente en manos de las Órdenes y Congregaciones religiosas. Con los Institutos de París y Milán comenzó a ser asumida por las Iglesias particulares, que se comprometieron a abrirse al mundo entero para enviar a sus sacerdotes más allá de sus propias fronteras”.

Las Misiones Extranjeras empezaron en Oceanía, India, Bangladesh, Myanmar, Hong Kong y China. Tras la II Guerra Mundial se extendieron a Brasil y la Amazonía, Estados Unidos, Japón, Guinea-Bissau, Filipinas, Camerún, Costa de Marfil, Tailandia, Camboya, Papúa Nueva Guinea, México, Argelia y Chad.

 

Familia de apóstoles

El Pontífice ha recordado a los mártires de esta comunidad misionera: Sant’Alberico Crescitelli, Beato Giovanni Battista Mazzucconi, Beato Mario Vergara, Beato Paolo Manna y Beato Clemente Vismara.

Igualmente, ha resaltado que entre sus misioneros cuentan con 19 mártires “que dieron su vida por Jesús en nombre de su pueblo, sin reservas y sin cálculos personales. Sois una ‘familia de apóstoles’, una comunidad internacional de sacerdotes y laicos que viven en comunión de vida y actividad”.

 

Vocación evangelizadora

El Papa Francisco ha recalcado que evangelizar es “la gracia y la vocación” propia del PIME, “su identidad más profunda”, añade. No obstante, también les ha indicado que su misión no les pertenece porque “la primera palabra, la verdadera iniciativa, la verdadera actividad, viene de Dios y sólo insertándonos en esta iniciativa divina, sólo implorando esta iniciativa divina, podemos llegar a ser también -con Él y en Él- evangelizadores”.

 

Mes Misionero Extraordinario

En el 100 aniversario de la Carta Apostólica Maximum illud del Papa Benedicto XV, Francisco ha recordado que se celebra un Mes Misionero Extraordinario en octubre. Este gira en torno al tema “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”.

Se trata de un evento que pretende “despertar más la conciencia de la misión ad gentes y retomar con nuevo ímpetu la transformación misionera de la vida y de la pastoral”, afirmó el Santo Padre.

El Obispo de Roma indicó a los miembros de PIME que son los protagonistas de este aniversario, el cual puede servirles para renovar “el celo misionero ad gentes”. Y los animó a no tener miedo “de emprender, con confianza en Dios y con tanto coraje, una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y que toda estructura eclesial se convierta en un canal adecuado para la evangelización del mundo actual”.

 

 

 

 

20/05/2019-18:54
Rosa Die Alcolea

El Papa insta a los periodistas a "trabajar de acuerdo con la verdad y la justicia"

(ZENIT — 20 mayo 2019).- "El vuestro es un trabajo precioso porque contribuye a la búsqueda de la verdad, y solo la verdad nos hace libres", recordó el Papa Francisco a unos 400 periodistas extranjeros en Italia, a quienes recibió en audiencia el pasado sábado, 18 de mayo de 2019, en el Vaticano.

Unos 400 profesionales de los medios de comunicación, acreditados en la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia, participaron en la audiencia privada, a quienes el Papa aseguró en primer lugar la admiración por su trabajo y la estima de la Iglesia "incluso —dijo— cuando ponéis el dedo en la llaga, y tal vez la llaga está en la comunidad eclesial".

En esta línea, el Pontífice instó a los profesionales de la comunicación a "trabajar de acuerdo con la verdad y la justicia", para que la comunicación sea realmente una "herramienta para construir, no para destruir; para encontrarse, no para enfrentarse; para dialogar, no para monologar; para orientar, no para desorientar; para entenderse, no para malinterpretarse; para caminar en paz, no para sembrar odio; para dar voz a los que no tienen voz, no para ser el megáfono de los que gritan más fuerte".

 

Gran responsabilidad

“El vuestro  -prosiguió el Pontífice- es un rol indispensable, y esto también os da una gran responsabilidad: os pide una atención particular a las palabras que usáis en vuestros artículos, a las imágenes que transmitís en vuestros reportajes, a todo lo que compartís en las redes sociales”.

Así, recordando las palabras de Benedicto XVI, el Papa Francisco renovó su exhortación a todos “en la era digital”: Como dijo el papa emérito, “los medios de comunicación tienden a hacernos sentir ‘espectadores’, como si el mal fuera solamente cosa de otros y algunas cosas nunca pudieran pasarnos a nosotros. En cambio, todos somos ‘actores’ y, tanto en el mal como en el bien, nuestro comportamiento influye en los demás”.

 

La humildad del periodista

La Asociación de la Prensa tiene su sede en la romana Via dell’Umiltá (Calle de la Humildad) y el Papa aprovechó esa coincidencia para recordar a los periodistas que “en una época en que muchos tienden a juzgar todo y a todos, la humildad también ayuda al periodista a no ser dominado por la prisa, a tratar de detenerse, a encontrar el tiempo necesario para comprender. La humildad nos acerca a la realidad y a los demás con una actitud de comprensión. El periodista humilde trata de conocer correctamente los hechos en su totalidad antes de contarlos y comentarlos”.

Cuando muchos difunden fake news —les exhortó Francisco– la humildad os impide mercadear el alimento podrido de la información errónea y os invita a ofrecer el buen pan de la verdad.

 

Cuidado con el lenguaje

Después se refirió al lenguaje, en especial al de las redes sociales, que en ocasiones puede ser  “violento y despectivo, con palabras que lastiman y algunas veces destruyen a las personas”. “Se trata, en cambio,-observó- de calibrar el lenguaje y, como decía vuestro  patrón, San Francisco de Sales… en usar la palabra como el cirujano usa el bisturí.

“En una época de demasiadas palabras hostiles, donde el hablar mal de los demás se ha convertido para muchos en una costumbre, junto con la de clasificar a las personas –advirtió el Pontífice– siempre se debe recordar que toda persona tiene una  dignidad intangible, que nunca se le puede arrebatar”.

 

Libertad de prensa

También hizo hincapié en la libertad de prensa y de expresión a las que definió “un indicador importante del estado de salud de un país”. “No olvidemos que una de las primeras medidas de  las dictaduras es eliminar la libertad de prensa o “disfrazarla”, no dejar libre a  la prensa”, matizó.

En cambio “necesitamos un periodismo libre, al servicio de lo verdadero, de lo bueno, de lo correcto, un periodismo que ayude a construir la cultura del encuentro. Necesitamos periodistas que estén del lado de las víctimas, del lado de los perseguidos, del lado de los excluidos, de los rechazados, de los discriminados.

 

No olvidar, la realidad continúa

El Papa insistió en la necesidad del buen periodismo para ayudar a los demás a “no olvidar tantas situaciones de sufrimiento, que a menudo no están bajo los reflectores, o lo están por un momento y luego regresan a la oscuridad de la indiferencia”.

Como ejemplo, el Santo Padre recordó la pregunta de un periodista: “Me viene al corazón y a la memoria una pregunta que uno de vosotros me hizo hace poco –reveló- “¿Qué piensa de las guerras olvidadas?” ¿Pero qué guerras olvidadas? Esas guerras que aún continúan, pero que las personas olvidan, porque no son de actualidad en los periódicos, en los medios de comunicación. Tened cuidado: no olvidéis la realidad, porque la exclusiva ha pasado. No, la realidad continúa”.

 

Agradecimiento

“Por eso quiero agradeceros lo que hacéis. Porque nos ayudáis a no olvidar las vidas que son asfixiadas antes de que nazcan; las que apenas nacidas, se apagan por el hambre, la carestía, la falta de atención, de las guerras; las vidas de los niños soldados, las vidas de los niños violados. Nos ayudáis a no olvidar a tantas mujeres y hombres perseguidos por su fe o su origen étnico”.

Así, el Papa planteó la pregunta: “¿Quién habla hoy de los Rohingya? ¿Quién habla de los Yazidíes? Se olvidan y continúan sufriendo. Nos ayudáis a no olvidar que el que se ve obligado – por las catástrofes, las guerras, el terrorismo, el hambre, la sed- a abandonar su tierra no es un número, sino un rostro, una historia, un deseo de felicidad”. El Santo Padre exhortó también a no olvidar “este Mediterráneo que se está transformando en un cementerio”.

 

Contar lo bueno

Por último, invitó a los presentes a “tratar de contar lo bueno, aunque más a menudo el mal sea lo que hace noticia”.

“Por favor, -exclamó- seguid contando también esa parte de la realidad que gracias a Dios sigue siendo la más extendida: la realidad de quienes no se dan por vencidos ante  la indiferencia, a los que no huyen ante la injusticia, sino que construyen pacientemente en silencio. Hay un océano de bien sumergido que merece ser conocido y que fortalece nuestra esperanza”.

 

 

 

 

20/05/2019-10:58
Larissa 1. López

Francisco: "Descartar los alimentos significa descartar a las personas"

(ZENIT- 20 mayo 2019).- "Luchar contra la terrible plaga del hambre también significa combatir el desperdicio. El desperdicio manifiesta desinterés por las cosas e indiferencia por los que carecen de él. El desperdicio es la expresión más cruda del descarte (...). Descartar los alimentos significa descartar a las personas".

El Papa Francisco quiso resaltar con estas palabras la importancia de la labor de los responsables de los Bancos de Alimentos, encargados de "proporcionar alimentos a aquellos que tienen hambre" y que, por tanto, atienden a las personas a las que el sistema económico imperante no tiene en cuenta.

El pasado sábado, 18 de mayo de 2019, el Santo Padre recibió en audiencia a los representantes de la Federación Europea de Bancos de Alimentos (FEBA).

 

La FEBA

La FEBA está formada por 224 Bancos de alimentos distribuidos en 18 países. Esta federación proporciona cada año alrededor de 274.000 toneladas de alimentos, distribuidos por 25.000 instituciones benéficas a más de 4.300.000 personas.

 

Círculo virtuoso

Francisco comparó la labor de los bancos de alimentos con la de los árboles, que respiran polución y reponen el oxígeno: "Tomáis lo que entra en el círculo vicioso del despilfarro y lo ponéis en el círculo virtuoso del buen uso".

Para resaltar la importancia de no malgastar la comida, el Papa recurrió al ejemplo del mismo Jesús, que después de repartir los panes y los peces, pidió que se recogiese lo que faltaba para que no se perdiera nada.

 

El bien se ha de hacer bien

Igualmente, el Pontífice advirtió que despilfarrar es una costumbre que puede aparecer también en las obras de caridad porque intervienen sistemas burocráticos estancados, costos de administración excesivos o formas asistenciales que no favorecen al verdadero desarrollo.

Por ello, resaltó la necesidad de que "el bien se haga bien: no puede ser fruto de mera improvisación, necesita inteligencia, planificación y continuidad".

 

Economía circular

El Santo Padre propone, frente al sistema económico actual que no tiene en cuenta a las personas y las reduce a números y estadísticas, "apoyar a aquellos que quieren cambiar para mejorar, para fomentar modelos de crecimiento basados ??en la equidad social, la dignidad de las personas, las familias, el futuro de los jóvenes, el respeto por el medio ambiente".

En consecuencia, para el Papa, no se puede aplazar un modelo de economía circular. Esto es, un sistema económico que asegure recursos para todos y esté enfocado a reducir, reutilizar y reciclar, acabando con la cultura del despilfarro.

 

 

 

20/05/2019-16:21
Redacción

México: Miles de personas se manifiestan a favor de la vida

(ZENIT- 20 mayo 2019).- “La gran problemática del aborto es la ignorancia. Muchas de las mujeres que recurren a esta práctica no saben que existen muchas organizaciones que les ofrecen otras alternativas ante un embarazo no planeado”, asegura María José Mondragón, de 31 años, quien asistió, junto con sus tres pequeños, a la octava Marcha por la vida en la Ciudad de México, organizada por Pasos por la Vida A.C.

La cita fue a las 9:30 horas en el Monumento a la Madre, donde se llevó a cabo la presentación de las diferentes asociaciones provida. Asimismo, Pasos por la vida, dio a conocer que en este año van 4,502 vidas salvadas, de acuerdo con datos recabados de las diferentes instituciones que defienden la vida.

Andrea Cervantes, de 20 años, y una de las 30,000 personas que asistieron a la manifestación, explica que no se imagina la vida sin niños, pues considera que "todos tenemos.

 

Inician los pasos por la vida

En punto de las 10:30 de la mañana y al grito de ¡Sí a la vida, no al aborto!, la Marcha por la vida, en la que participaron familias, mujeres embarazas, religiosas, niños, abuelas, sacerdotes y jóvenes, comenzó a avanzar por Paseo de la Reforma rumbo al Congreso de la Ciudad de México con el propósito de pedir la derogación de leyes y proyectos a favor del aborto.

A esta manifestación asistieron agrupaciones provida del Estado de México, Puebla, Veracruz, Querétaro, Aguascalientes, Guerrero, Jalisco, Guanajuato, Morelos y Ciudad de México.

Al frente del contingente caminaron dirigentes de grupos provida, así como el diputado de Nuevo León, Juan Carlos Leal del partido de MORENA; la diputada Claudia Caballero del PAN; Alan Ávila, Secretario Juvenil del PAN; Cecilia Romero del PAN; Mtra. Lizbeth Hernández Lecona del PRI; Esmeralda de los Ángeles Moreno Medina del PES; Hugo Amador de México Libre y la Senadora Alejandra Reynoso del PAN.

 

Los políticos hablaron

Al llegar al Congreso de la Ciudad de México, Allison González, vocera oficial de Pasos por la Vida, recordó que “en este recinto legislativo, en 2007 se aprobaron las modificaciones legales que permiten el aborto, las cuales han causado la muerte de al menos 200,000 bebés en el vientre de sus madres”.

Dijo que en esta marcha se unieron políticos y ciudadanos para defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, por lo que exigió que se retiren las 24 iniciativas que amenazan la vida de los no nacidos.

Por su parte, la diputada Claudia Gabriela Caballero dijo: “hace un par de semanas aprobamos una reforma constitucional para defender el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural; viene contemplado en nuestro artículo primero de la Constitución local de Nuevo León, y queremos que este ejemplo se replique en la Ciudad de México y en todo el país”.

Por su parte, el diputado Carlos Leal exclamó que “la lucha por la familia, la vida y la niñez no conoce partidos políticos, ni corrientes ideológicas. ¡Que se enojen nuestros detractores! ¡Que sigan clamando por muerte, mientras nosotros seguimos clamando por la vida!”.

 

© Desde la fe

 

 

 

 

20/05/2019-11:26
Enrique Soros

El CELAM publica documento en ocasión de su 37a Asamblea General Ordinaria

(ZENIT — 20 mayo 2019).- El sábado pasado finalizó la 37a Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano en Tegucigalpa, Honduras. En la misma, se han elegido nuevas autoridades para el cuatrienio 2019-2013. El nuevo presidente es el arzobispo de Trujillo, y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Héctor Miguel Cabrejos. Vicepresidente primero y segundo son los cardenales Odilio Scherer, arzobispo de San Pablo, Brasil y el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, Nicaragua, respectivamente.

Las nuevas autoridades emitieron un corto documento, titulado "Caminando en la fe y en la fraternidad solidaria. Mensaje del CELAM al Pueblo de Dios". Ante diversas corrientes que se oponen al Santo Padre, los obispos expresan en el escrito su incondicional apoyo y cercanía a su persona: "Reafirmamos nuestra comunión y adhesión filial al Papa Francisco, de modo especial en estos tiempos en que algunos grupos e intereses particulares rechazan su misión como Pastor universal de la Iglesia católica. Nuestra adhesión al Papa se concretiza en responder con el anuncio del Evangelio a los nuevos desafíos que surgen en este cambio de época, buscando promover una sociedad más justa y solidaria, desde la opción preferencial por los pobres, como Iglesia en salida, que camina hacia el Reino definitivo. Siempre actuaremos adheridos con fidelidad a la persona del sucesor de Pedro".

 

Solidaridad con Venezuela, Nicaragua y Haití

El documento también menciona que los obispos constatan "en toda América Latina y el Caribe, el crecimiento de una crisis ética, política, económica y cultural", en cuya raíz descubren "una fractura antropológica que se manifiesta de múltiples maneras". Y mencionan "el machismo, que lesiona la dignidad de la mujer; las migraciones obligadas por la pobreza y la violencia". Además se sienten solidarios con "el dolor de los pueblos y de las iglesias que en la actualidad más están sufriendo: Venezuela, Nicaragua y Haití".

Expresan además la importancia que le dan, con el Papa Francisco, a la Casa Común, abogando por una ecología integral, acentuando lo decisivo del Sínodo para la Amazonía, que tendrá lugar en octubre del presente año.

 

Reorganizar las líneas pastorales

La Asamblea ha nombrado ocho obispos, dos por cada región, con el objetivo de que colaboren con la presidencia en la reestructuración pastoral de los departamentos del CELAM. Estos son los siguientes:

Por la región de Centroamérica y México, CAMEX, Monseñor Ángel Garachana Pérez, obispo de San Pedro Sula, Honduras, quien es presidente de la Conferencia Episcopal de dicho país, y Monseñor José Leopoldo González, obispo de Nogales, México.

Por la región de países Bolivarianos, Monseñor Norbert Klemens Strotmann Hoppe, obispo de Chosica, Perú, y Monseñor Jesús de Zárate Salas, arzobispo de Cumaná, Venezuela.

Por la región Cono Sur, Monseñor Carlos María Collazzi Irázabal, obispo de Mercedes, Uruguay y Monseñor Santiago Jaime Silva Retamales, obispo Castrense de Chile.

Por último, por la región del Caribe, Monseñor Rubén Antonio González Medina C.M.F., obispo de Ponce, Puerto Rico, y Monseñor José Dolores Grullón Estrella, obispo de San Juan de la Maguana, República Dominicana.

 

Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe

Durante la 37ª Asamblea General del CELAM, se discutió sobre la conveniencia de realizar una VI Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, “para ser voz profética en medio de tantas situaciones problemáticas”.

Las cinco conferencias anteriores han tenido lugar en Río de Janeiro (1955), Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007). Las mismas fueron de una importancia fundamental para la Iglesia en Latinoamérica, enfrentando las realidades acuciantes de los pueblos del continente y a la vez sus virtudes con el objeto de impregnar la cultura de las naciones con valores y justicia social.

El documento “Caminando en la fe y en la fraternidad solidaria” puede leerse aquí.

 

 

 

 

20/05/2019-11:49
Larissa 1. López

Ecuador: Nombramiento del Obispo auxiliar de Cuenca

(ZENIT — 13 mayo 2019).- El Papa Francisco ha nombrado al Padre José Bolívar Piedra Aguirre Obispo auxiliar de Cuenca (Ecuador), asignándole la sede titular de Maronana.

Así lo ha informado hoy, 20 de mayo de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana, por su parte, ha difundido también este nombramiento mediante un comunicado de prensa y en las redes sociales, desde donde han enviado bendiciones para el nuevo encargo pastoral del Padre José Bolívar Piedra Aguirre.

 

Padre José Bolívar Piedra Aguirre

El obispo electo nació en Nabón (Ecuador) en 1965 y fue ordenado sacerdote en 1990. Es Doctor en Teología por la Facultad de San Vicente Ferrer de Valencia (España).

En su ministerio pastoral ha sido, entre otros, párroco, Vicario de Pastoral Urbana y Coordinador de Pastoral Sacerdotal y Administrador diocesano "Sede vacante" de la archidiócesis de Cuenca.

Actualmente es Vicario General de la Arquidiócesis y párroco del "Sagrado Corazón de Jesús". También es miembro del Colegio de Consultores, del Consejo Presbiterial y del Consejo de Asuntos Económicos, así como profesor del Seminario Mayor.

 

 

 

20/05/2019-13:14
Redacción

España: El Papa dimite del estado clerical a un sacerdote por desobediencia

(ZENIT — 20 mayo 2019).- El Papa Francisco dimitió del estado clerical al reverendo español Pedro Jiménez Arias, el pasado 15 de mayo de 2019, considerando su "in-idoneidad" para ejercer el ministerio recibido, "el grave daño producido a la Iglesia y a la dignidad del sacerdocio", informó la Diócesis de Ciudad Real el mismo día a través de un comunicado de prensa.

En enero de 2016, el rector del Seminario Diocesano tuvo conocimiento de una serie de hechos protagonizados por el sacerdote D. Pedro Jiménez Arias con alumnos del Seminario Menor. Tras un estudio de los hechos, según el protocolo señalado por el Vaticano y por las autoridades civiles, la Congregación para la Doctrina de la Fe dictó una pena canónica, y dicho sacerdote se negó a cumplirla.

Finalmente, el Santo Padre decretó la dimisión ex oficio et pro bono Ecclesiae del estado clerical del Rvdo. D. Pedro Jiménez Arias, es decir, dimisión por oficio y por el bien de la Iglesia, del estado clerical del Rvdo. D. Pedro Jiménez Arias.

En el comunicado, la comunidad diocesana de Ciudad Real, su obispo y pastor, expresan que "están unidos a todas las víctimas y al sufrimiento de los más débiles, sobre todo en lo que se refiere a la protección de menores y de adultos vulnerables" y aseguran sus oraciones "al Dios de la misericordia para que nos ayude y nos fortalezca".

A continuación, ofrecemos el comunicado completo:

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Sobre la dimisión del estado clerical de D. Pedro Jiménez Arias

En enero de 2016, el rector del Seminario Diocesano tuvo conocimiento de una serie de hechos protagonizados por el sacerdote D. Pedro Jiménez Arias con alumnos del Seminario Menor. Examinados estos hechos, tanto el rector como los demás formadores, lo comunicaron al Sr. Obispo, D. Antonio Algora, que abrió una investigación canónica. Posteriormente, se puso en conocimiento de la Fiscalía de la Audiencia Provincial, por una parte, y de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de Roma, por otra.

La Congregación para la Doctrina de la Fe informó del protocolo a seguir en estos casos, en el que se indica que, además de imponerle al sacerdote las medidas cautelares, cosa que ya se había hecho desde el primer momento, se debía iniciar un proceso eclesiástico administrativo penal. Este proceso comenzó con el decreto de nombramiento de un sacerdote, delegado del Obispo, y de un equipo de asesores del Obispo. Los hechos que se le imputaban se pusieron en conocimiento del sacerdote, así como las pruebas aportadas en la investigación previa.

Dicho proceso administrativo se realiza separada e independientemente de la jurisdicción de Justicia del Estado y no tiene que coincidir en las apreciaciones, ni en las valoraciones de los hechos, ni en el tiempo de realización, ni en la pena que se le pueda imponer al sacerdote. Son dos caminos distintos a través de los cuales la Iglesia y la Justicia del Estado cumplen con su respectiva obligación, pero separadamente.

Realizadas todas las investigaciones necesarias, recogidos todos los datos y la información que resultó de los hechos analizados y de las circunstancias en las que se produjeron, así como las alegaciones de la defensa del acusado, se redactó un informe que, junto al Decreto Episcopal con la pena canónica le impuso (reclusión en un monasterio durante cinco años con asistencia espiritual y psicológica) se envió a la Congregación para la Doctrina de la Fe para que diera su conformidad, si era o no justa de acuerdo con la gravedad de los hechos examinados. El obispo y la diócesis han seguido siempre las indicaciones que la Congregación para la Doctrina de la Fe les ha indicado.

Recibida la conformidad de la Congregación la pena canónica se comunicó al sacerdote para que comenzase a cumplirla en el plazo que se establecía en la misma comunicación. El sacerdote se negó repetidamente a comenzar a cumplir la pena que se le impuso. La Congregación para la Doctrina de la Fe, ante la negativa a cumplir la pena impuesta, le fue dando plazos repetidamente. El sacerdote los rechazó uno tras otro. No comenzó nunca el cumplimiento de la pena.

 

Dimisión del estado clerical

En vista del modo de proceder del sacerdote, la Congregación para la Doctrina de la Fe, después de un atento examen de la actitud de desobediencia a los sucesivos requerimientos del obispo de la diócesis para que cumpliera la pena, y en modo particular, de la falta de fundamentación de su negativa; considerando la in-idoneidad del mencionado sacerdote para ejercer el ministerio recibido, el grave daño producido a la Iglesia y a la dignidad del sacerdocio; el Prefecto de la Congregación presentó el caso al Santo Padre, el papa Francisco, y este decretó la dimisión ex oficio et pro bono Ecclesiae del estado clerical del Rvdo. D. Pedro Jiménez Arias (dimisión por oficio y por el bien de la Iglesia, del estado clerical del Rvdo. D. Pedro Jiménez Arias). Se le concedió, al mismo tiempo, la dispensa de las obligaciones sagradas que tenía contraídas de su identidad sacerdotal.

Dicho decreto del Papa, al ser emanado por la suprema autoridad, es inapelable.

 

Por último, la comunidad diocesana de Ciudad Real, su obispo y pastor, están unidos a todas las víctimas y al sufrimiento de los más débiles, sobre todo en lo que se refiere a la protección de menores y de adultos vulnerables. Rezamos al Dios de la misericordia para que nos ayude y nos fortalezca.

Ciudad Real, 15 de mayo de 2019

 

 

 

20/05/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

San Eugenio de Mazenod, 21 de mayo

«Convertirse en sirviente y sacerdote de los pobres fue el sueño cumplido de este obispo de Marsella, fundador de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. No olvidó que el progreso hacia la santidad exige una constante conversión»

Carlos José Eugenio nació en Aix-en-Provence, Francia, el 1 de agosto de 1782 en el seno de una familia aristocrática con excelente posición económica; su padre desempeñaba un cargo político relevante. De niño mostraba rasgos de autoritarismo y era pronto a la ira, aunque también se advertían en él evidentes destellos de virtud que subrayaban su nobleza y gran corazón. Así, movido por su piedad, en esa época no dudó en intercambiar su vestimenta con un niño carbonero, poniéndose la mísera ropa que llevaba. En 1791 su familia huyó de la guillotina y vivieron exiliados en diversos lugares, entre otros: Niza, Turín, Venecia...

Eugenio estudió en el colegio de Nobles turinés y recibió la primera comunión. En Venecia no pudo cultivar amistades ni ir a la escuela. Entonces un sacerdote amigo y vecino, el padre Bartolo Zinelli, le educó en la fe; fue el germen de su futura vocación sacerdotal. Pero aún hubo vacilaciones. Y es que con tantos vaivenes y conflictos creados por la Revolución francesa, la familia, que estaba al borde de la miseria, partió a Nápoles ciudad que suscitó en el santo un vacío y cierta distancia respecto a la fe. Sicilia y Palermo cerraron inicialmente esa etapa de nomadismo obligado que había llevado. En Palermo los duques de Cannizzaro les acogieron benévola y generosamente a él y a los suyos.

Eugenio vivió junto a la nobleza y adoptó el título de conde de Mazenod. Parecía que se abría un camino para él en la vida cortesana. Pero la verdad es que al regresar a Francia con 20 años, era lo que se diría casi un «don nadie». Además, su familia se había desmembrado por completo al haberse divorciado sus padres. Pensando en obtener fortuna, vislumbró su matrimonio con una heredera rica a la que cortejó, pero la joven murió prematuramente y quedó profundamente consternado. La intensidad de los hechos que se producían en su entorno venían acompañados de grandes interrogantes. Interpelarse sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodeaba fue doloroso, pero conveniente. Cuando un temperamento fuerte como el suyo se orienta en la buena dirección es una fuente de bendiciones. Eugenio tomó partido por Cristo y su Iglesia volcando en ellos su pasión. Tuvieron peso específico dos experiencias espirituales que le marcaron. Una, que le dejó conmovido por la Pasión de Cristo, seguramente se produjo en 1807. Otra posterior le instaba a seguir el camino del sacerdocio. La situación eclesial del momento no era buena, pero en él reverdecían las enseñanzas del padre Zinelli.

En 1808, pese a no contar con el beneplácito materno, ingresó en el seminario de San Sulpicio de París. Tres años más tarde fue ordenado sacerdote en Amiens. Los misioneros Émery y Duclaux fueron de gran ayuda para él. Su ardiente deseo era ser «el sirviente y sacerdote de los pobres». La aflicción por sus pecados y por los alejados de la Iglesia infundieron en su corazón el anhelo purgante. Este sentimiento de expiación que unía a Cristo lo encauzó a través de su compromiso con una congregación mariana y con un grupo misionero alentado por Charles de Forbin-Janson. El obispo le ofreció ser su vicario general, pero eligió regresar a su ciudad natal para estimular la fe entre los pobres que había decaído peligrosamente. No aceptó ser párroco, sino que inició su labor entre los prisioneros, las personas que trabajaban en el servicio doméstico, los campesinos y los jóvenes. Parte del clero no estaba de acuerdo con él, y buscó otros sacerdotes afines, con gran celo apostólico, que lo secundaron.

Aprendió provenzal y junto a los que compartían el mismo ideal suyo, aglutinados como «Misioneros de Provenza», esparcía el evangelio entre las gentes sencillas, instruyéndolas en su propia lengua. Al ver tanta mies a la que no podía llegar, acudió al papa con objeto de que reconociese oficialmente a la comunidad como una congregación religiosa de derecho pontificio. Obtuvo la aprobación en 1826 con el nombre de Misioneros Oblatos de María Inmaculada. El Santo Padre dio este paso frente a la oposición de varios obispos galos, argumentando: «Me agrada esta sociedad; sé el bien que hace y hará y quiero favorecerla».

Eugenio solamente quiso cumplir la voluntad divina: «Estaría dispuesto a partir mañana mismo a la luna, si fuera esa la voluntad de Dios». A sus hijos les dio esta consigna: «Entre vosotros, la caridad, la caridad, la caridad; y fuera el celo por la salvación de las almas». Ese celo le guiaba al punto de ser considerado como «un segundo Pablo». Era un hombre de oración y excelsa devoción por la Eucaristía, a la que consideró «el centro vivo que sirve de comunicación», así como del Sagrado Corazón. Fue muy probado en su fe. Perdió por un tiempo la nacionalidad francesa, hubo entre los suyos divisiones, abandonos, pérdidas humanas, e incomprensiones hasta de la Santa Sede. Cuando le fue negado el cardenalato prometido, manifestó: «Al acabarse todo, es igual si le entierran a uno con sotana de color rojo o purpúreo; lo principal es que el obispo alcance llegar al cielo». Pasó momentos de gran oscuridad, contrajo una enfermedad a causa de todo ello, pero se aferró a la gracia de Cristo y salió victorioso. No en vano había constatado que «el progreso hacia la santidad exige una constante conversión», apreciación hecha vida.

Fue superior general durante treinta y cinco años, obispo de Marsella, adalid de las clases de religión y escritor. Abrió las puertas a peticiones de distintos movimientos en los que vio una respuesta a las necesidades eclesiales. Así contó con la presencia en su diócesis de 31 congregaciones religiosas. Puso en marcha 22 parroquias, edificó varias iglesias, entre otras, la catedral y el santuario de Nuestra Señora de la Guardia. Deseando apurar conscientemente sus últimos instantes, pidió: «Si me adormezco o me agravo, despertadme, os lo ruego, quiero morir sabiendo que muero». Falleció el 21 de mayo de 1861. Pablo VI lo beatificó el 19 de octubre de 1975. Juan Pablo II lo canonizó el 3 de diciembre de 1995.