Tribunas

Parroquia de Santa María de Caná

 

 

Daniel Tirapu


 

 

Ayer fui allí a Misa de 8 de la tarde. El templo es sencillo pero con la grandeza de un altar bien puesto, un sagrario que mueve a la piedad, no hay lujo, es de ladrillo, pero hay dignidad. Cuatro sacerdotes confesando desde media hora antes. La homilía breve pero con enjundia, la comunión muy digna.

Dicen que esa parroquia es el modelo de una parroquia del siglo XXI y del Concilio Vaticano II: tradición, modernidad, liturgia sobria pero correcta. Dicen que hay meditaciones a las que asisten más de doscientos jóvenes; labor de caridad, de formación, dedicación a la comunidad cristiana de 24 horas, grupos de carismáticos, Rosario en la cripta. Me emocioné un poquito sólo y durante la comunión, en la acción de gracias, entre tantas cosas con mi Jesús, le pedía por todas las parroquias del mundo, que en su salida parecían la salida de una Universidad: gente joven, matrimonios con niños, ancianos, profesionales.

El motivo de tanta descristianización está en mucha pereza o cansancio de sacerdotes semiquemados por la vida. El Padre Jozo, de Medjugorje, comentaba que cómo es posible que haya sacerdotes que dedican más tiempo al cuidado de su cuerpo que a su ministerio; por qué se ha dejado de confesar personalmente, por qué hay templos que sólo están abiertos una hora al día?? Sin sacerdotes fieles y trabajadores, no hay familias cristianas, sin esas familias, no hay vocaciones.

En Medjugorje, en 1981, un régimen comunista férreo, las familias católicas tenían muy claro la oración en familia, el Rosario en familia, ir a Misa juntos, al menos en Domingo. Y todo aquel régimen anti-Dios no pudo nada con la formación de familias y parroquias. Tomemos nota, ante tanta queja de laicismos rampantes, que sí que existe, pero que no es excusa alguna. Hablar de Dios puede ser peligroso, pero interesante. Mi homenaje a todos los párrocos del mundo.

Nota; mi parroquia de Nuestra Señora de la Paz en Valderribas, es una gran parroquia. Con sacerdotes y fieles entregados, 24 horas, adoración, caridad y creciendo. Gracias.

 

Daniel Tirapu