Servicio diario - 12 de julio de 2019


 

Venezuela: Los obispos piden la elección de un nuevo Presidente de la República
Rosa Die Alcolea

Proyecto "Tía María" en Perú: El episcopado llama al diálogo para evitar un nuevo conflicto social
Rosa Die Alcolea

La Santa Sede firma un acuerdo con Burkina Faso
Larissa I López

Irak: El cardenal Sako invita al clero caldeo a cultivar la oración "personal y colectiva"
Larissa I López

Siria: Nombramiento del arzobispo de Damasco y del administrador de la Archieparquía de Hassaké y Nisibin
Larissa I López

Irlanda: Presentación de la estatua de san Oliver Plunkett en la catedral de Armagh
Jim Fair

Beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago, 13 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

12/07/2019-12:35
Rosa Die Alcolea

Venezuela: Los obispos piden la elección de un nuevo Presidente de la República

(ZENIT — 12 julio 2019).- "La renovación ética y espiritual del país es tarea de todos", exhortan los obispos venezolanos al término de la CXII Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal, celebrada del 7 al 12 julio, coincidiendo con la reunión en Bridgetown, Barbados, de las delegaciones del Gobierno y de la oposición, negociaciones impulsadas por Noruega.

"Ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución". Ese cambio "exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República".

 

Condiciones indispensables

Para que sea realmente libre y responda a la voluntad del pueblo soberano, dicha elección postula algunas condiciones indispensables tales como: un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, la actualización del registro electoral, el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras; igualmente el cese de la Asamblea Nacional Constituyente, denuncian los obispos.

Los obispos llaman a “favorecer la educación en principios y valores”, a desterrar de la vida social “la mentira como instrumento de manipulación”, y a “erradicar la corrupción administrativa y el aprovechamiento de los bienes públicos”, al tiempo que agradecen al Papa y a todas las comunidades católicas y políticas su apoyo, y piden oraciones por el reestablecimiento del orden social y el bien común, sin olvidar a los hermanos indígenas, de cara al próximo Sínodo de los Obispos sobre la Región Panamazónica.

De igual forma, piden que se construyan "adecuados mecanismos para superar la violencia familiar y social" y convocan a todos los sectores e instituciones a la realización de un "proyecto de reconstrucción democrática" del país en la justicia, la libertad y la paz, guiado por metas claras y tareas concretas.

 

Futuro de esperanza

Con las negociaciones en Barbados —finalizadas el pasado 10 de julio de 2019 en un clima de discreción por las dos partes— "se busca una salida pacífica, electoral y condicional".

La Iglesia “es mediadora y pacificadora” en este proceso de búsqueda de soluciones, “es la que piensa en la población, piensa en la gente, piensa fuera de sí”, –dijo el cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de Mérida, administrador apostólico de la arquidiócesis de Caracas– y “no en los intereses de cada uno de los grupos, que son los que obstaculizan que haya una solución real y  efectiva, para beneficio de todos los venezolanos”.

 

Muerte de Acosta Arévalo

Los pastores hacen referencia al reciente Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con fecha del 4 de julio de 2019, poniendo en evidencia que existen abundantes casos de detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos por parte de organismos del Estado (n°. 41-46) y sobre el uso excesivo de la fuerza y muertes causadas en el contexto de operativos de seguridad (n° 47-52).

Aseguran que ejemplo de estas violaciones al estado de derecho son las recientes actuaciones de órganos del Estado que condujeron a la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo y la pérdida de la visión del joven Rufo Chacón.

 

Éxodo de más de 12% de la población

Más de un 12% de la población venezolana, anotan los prelados, salen del país, otro rasgo “muy significativo”. “Una generación de niños y niñas no han visto a sus padres durante meses”, advierten. Si la situación económica y social continua en deterioro, “el país puede perder en los próximos meses parte importante de su población”, advierten.

En esta crisis, “van ganando terreno el deterioro moral de la sociedad con sus secuelas de violencia, mentira, corrupción e irresponsabilidad, y la desesperanza y el miedo de la ciudadanía”, situación que rechaza “la inmensa mayoría de los habitantes del país”.

 

Decisiones urgentes

Ante la “emergencia humanitaria” en la que el sistema económico y político vigente ha sumido a toda la población, “es urgente que se permita la entrada masiva y distribución de la ayuda de alimentos y medicinas, con participación y supervisión internacional, y deslastrada de las diatribas partidistas y del flagelo de la corrupción”.

La Iglesia Católica, a través de sus instituciones, y particularmente las Caritas parroquiales, diocesanas y nacional,renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de esta ayuda humanitaria.

Los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los órganos policiales y el Ministerio Público, en el cumplimiento de sus deberes constitucionales, deben obrar “conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una parcialidad política”.

 

Sínodo sobre la Amazonía

Los prelados piden la oración de todos ante la próxima Asamblea especial del Sínodo de los Obispos sobre la Región Panamazónica, que tiene como tema “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral”, y que se realizará en Roma del 6 al 27 de octubre, pedimos la oración de todos.

“Que esta Asamblea sea una ocasión para impulsar la evangelización y atención pastoral, reflexionar y evaluar la protección y cuidado de los pueblos indígenas y del ambiente en una ecología integral, que garantice las fuentes de agua y de otras riquezas naturales que son necesarias para nuestro país”, ruegan.

En este contexto, los obispos también denuncian que “los pueblos indígenas venezolanos son objeto de graves violaciones de sus derechos individuales y colectivos”.

 

Apoyo del Papa y de la Iglesia

Los obispos han expresado el apoyo brindado por el Papa Francisco, así como la Iglesia y los gobiernos de otros países, y, especialmente de sus vecinos, y agradecen y felicita a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, el esfuerzo que realizan cada día para “mantener viva la esperanza y profundizar la evangelización del pueblo venezolano”.

Los obispos aseguran su oración en todas las comunidades. En varias ocasiones, además, han apoyado y promovido también múltiples iniciativas de oración y ayuno para implorar a Dios por las necesidades de nuestro país y para que podamos resolver en paz los problemas que hoy nos aquejan.

 

 

 

12/07/2019-15:17
Rosa Die Alcolea

Proyecto "Tía María" en Perú: El episcopado llama al diálogo para evitar un nuevo conflicto social

(ZENIT — 12 julio 2019).- Ante las reacciones suscitadas por el "Proyecto Tía María", la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana expresa su preocupación ante el posible crecimiento de esta situación y espera que "un diálogo oportuno pueda evitar un nuevo conflicto social".

Esta semana se otorgó la licencia de construcción de la mina de cobre "Tía María" en una zona agrícola del sur del país a la empresa Southern Peru Copper Corporation, del Grupo México, provocando un fuerte rechazo de congresistas, autoridades locales y regionales, organizaciones de agricultores, así como un llamamiento al presidente Martín Vizcarra para que "imponga el diálogo" ante un posible conflicto social y un paro indefinido, convocado contra el proyecto.

Un organismo de Naciones Unidas contratado por el Ministerio de Energía y Minas para revisar el estudio de impacto ambiental hizo más de 130 observaciones al proyecto, lo que llevó finalmente a la empresa a desecharlo.

Posteriormente, en 2011 y 2015, siete personas murieron disparadas en las manifestaciones ciudadanas contra el proyecto fueron enfrentadas por la Policía Nacional, en la provincia de Islay (Arequipa).

 

Nueva aprobación

El Ministerio de Energía y Minas aprobó de nuevo el proyecto en 2014, con vigencia hasta agosto de 2019, para que en ese lapso la empresa cumpliera otro requisito: que los afectados locales aprobasen el proyecto minero, una licencia social que no consiguió.

En este contexto, el pasado lunes, 8 de julio de 2019, algunas fuentes de la empresa filtraron la noticia de que Southern obtenía la autorización para la construcción de Tía María, pero el Ministerio de Energía y Minas se negó a confirmar a la prensa dicha versión.

 

Alerta por conflicto

Al día siguiente, la empresa difundió un comunicado en el que afirmaba que "Southern Peru reitera su compromiso de no iniciar la construcción del proyecto sin antes generar, en coordinación con el Ejecutivo, espacios de diálogo en los que se absuelvan las inquietudes y se den las garantías que la población necesita, a fin de lograr un contexto social más favorable".

Los medios de comunicación alertan de que en la capital de la región, Arequipa, y en la provincia de Islay se multiplican las asambleas para organizar las movilizaciones a partir del próximo lunes, lo que ha hecho que el sistema de salud haya decretado una alerta amarilla para atender a los posibles afectados por un conflicto social y se evalúa la suspensión de las clases en 178 escuelas de Islay.

 

Garantizar la paz social

En este contexto, los obispos peruanos saludan los pronunciamientos de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales y otros sectores sociales, quienes han pedido que se imponga el diálogo en "Tía María", antes de que se desarrolle cualquier acción de la mina.

"El diálogo es el mejor medio para alcanzar y garantizar la paz social, con equidad, honestidad y justicia", escriben los prelados. El Papa Francisco recordaba que el diálogo "es un intercambio recíproco de confianza...que desea el bien de las partes y estrecha vínculos de fraternidad y amistad para avanzar por caminos de justicia y de paz".

"Invocamos a todos los actores vinculados a esta controversia a establecer mecanismos de diálogo que permitan superar cualquier diferencia o interés personal para buscar siempre el bien común, el bien del Perú".

 

 

 

12/07/2019-12:53
Larissa 1. López

La Santa Sede firma un acuerdo con Burkina Faso

(ZENIT — 12 julio 2019).- Hoy ha tenido lugar en el Palacio Apostólico Vaticano la ceremonia de firma del "Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado de Burkina Faso sobre el estatuto jurídico de la Iglesia Católica en Burkina Faso".

Así ha informado hoy, 12 de julio de 2019, la Oficina de Prensa del Vaticano.

El acuerdo, redactado en francés y compuesto de un preámbulo, 19 artículos y un protocolo adicional, sirve para garantizar a la Iglesia la posibilidad de llevar a cabo su misión en Burkina Faso.

En concreto, se reconoce la personalidad jurídica pública de la Iglesia y de sus instituciones.

A través de él, las dos partes, al mismo tiempo que salvaguardan su independencia y autonomía, se comprometen a colaborar para el bienestar moral, espiritual y material de la persona humana y para la promoción del bien común.

Este acuerdo entrará en vigor con el intercambio de los instrumentos de ratificación.

 

Asistentes en el acto

Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, firmó el documento en representación de la Santa y Sede y Alpha Barry, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, hizo lo mismo representando a Burkina Faso.

En el acto estuvieron presentes, por la parte eclesiástica, el cardenal Philippe Ouédraogo, arzobispo metropolitano de Ouagadougou, Mons. Laurent Dabiré, obispo de Dori y presidente de la Conferencia de Obispos de Burkina Faso y Níger, Mons. Robert Murphy, consejero de nunciatura en la Secretaría de Estado, Mons. Joseph Puthenpurayil, consejero de nunciatura en la Secretaría de Estado, Mons. Kisito Ouédraogo, funcionario de la Secretaría de Estado y Barthélemy Keré, abogado y miembro laico de la Iglesia Católica en Burkina Faso.

Por la parte estatal asistieron Robert Compaoré, embajador de Burkina Faso ante la Santa Sede, Der Boniface Kogda, asesor técnico del ministro, Édouard Ouédraogo, asesor de la Embajada de Burkina Faso ante la Santa Sede, Lassina Bitié y N. Moussa Sawadogo, adjuntos al Ministerio de Relaciones Exteriores.

 

Burkina Faso

Según los datos aportados por Expansión, Burkina Faso cuenta casi con 20 millones de habitantes.

De acuerdo a lo reflejado por la organización Casa África en España, la religión más extendida en este territorio africano es el islam, con influencias animistas, y constituyendo entre el 40% y 50% de la población. Le sigue en importancia la práctica de cultos animistas tradicionales (25%). El cristianismo ocupa el tercer lugar (15%), con un predominio del catolicismo.

La situación actual de los cristianos en Burkina Faso es preocupante. Según explicó Mons. Laurent Birfuoré Dabiré de Dori, obispo en esta nación, los ataques de los fundamentalistas islámicos se han intensificado desde 2015.

En lo que llevamos de año ya se han producido cinco ataques contra los cristianos en el noreste del país, elevando a 20 el número de fieles asesinados.

 

 

 

12/07/2019-10:36
Larissa 1. López

Irak: El cardenal Sako invita al clero caldeo a cultivar la oración "personal y colectiva"

(ZENIT — 12 julio 2019).- El cardenal Louis Rafael Sako ha pedido a los sacerdotes que celebren la Eucaristía "en su dimensión universal" y que cultiven "la oración personal y colectiva", según informó ayer, 11 de julio de 2019, Vatican News.

La invitación a la oración del purpurado está relacionada con la observación realizada por el Papa Francisco en la que subrayaba que "sin oración nadie puede ser discípulo del Señor" y se ha producido a través de una carta difundida con motivo del retiro anual al que asisten los sacerdotes y obispos de la Iglesia Caldea.

Estos ejercicios espirituales se están celebrando esta semana en Ankawa, del 8 al 12 de julio.

En los extractos de la carta publicados por el medio vaticano, el cardenal Sako explica a los miembros del clero que "es necesario trabajar según el amor, el servicio y el don" y pide un relanzamiento del compromiso misionero a nivel "espiritual, social y eclesiástico".

Igualmente, recuerda que el episcopado es "una vocación especial", no "un honor, un mérito o un premio". Y añade que "como sacerdotes no adquiriréis dignidad y prestigio convirtiéndoos en obispos o patriarcas, porque la verdadera dignidad se gana con el amor, el servicio y el don, así como con la tarea de iluminar". Por todo ello, insiste en la relevancia de que cada uno de ellos establezca un vínculo con el pueblo basado primero en la relación personal con Cristo.

Por otra parte, en el escrito, el cardenal hace hincapié en conservar la "espiritualidad" de la devoción", pues "parece estar en declive y que ha afectado negativamente al número de vocaciones" y porque considera "una grave pérdida ver, a veces, a personas
consagradas que no tienen ningún testimonio que compartir.

Asimismo, describe que los pastores deben mantener el espíritu, sin que el camino mine la confianza y la armonía: "Nuestros fieles buscan pastores alegres y devotos, conscientes de su realidad. Ciertamente no de sacerdotes pesimistas y de obispos oscuros".

La carta concluye indicando que la eficacia de la vocación "requiere preparación psicológica, espiritual, pastoral y social" y también "mayor educación, liderazgo y espíritu paterno, predisposición al sacrificio y al trabajo en equipo".

 

Posible visita del Papa a Irak

Aunque aún no existe confirmación oficial por parte de la Santa Sede, en Irak ya se han iniciado los preparativos para una posible visita del Papa en 2020.

Según difundió la agencia Fides, el gobierno iraquí ha liberado parte de los fondos destinados a preparar la futurible llegada del Santo Padre al país el próximo año y estos se dedicarán a la puesta en marcha de obras de desarrollo urbano en las ciudades del itinerario de viaje del Papa.

 

 

 

12/07/2019-11:36
Larissa 1. López

Siria: Nombramiento del arzobispo de Damasco y del administrador de la Archieparquía de Hassaké y Nisibin

(ZENIT — 12 julio 2019).- El Sínodo de los obispos de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los sirios ha elegido arzobispo de Damasco a Mons. Youhanna Jihad Battah, hasta ahora obispo de la Curia Patriarcal. Del mismo modo, el patriarca, después de consultar a los obispos de la Curia Patriarcal, ha nombrado a Mons. Denis Antoine Chahda, arzobispo de Alepo, administrador de la Archieparquía de Hassaké y Nisibin (Siria).

La Oficina de Prensa de la Santa Sede lo ha comunicado hoy, 12 de julio de 2019.

 

Arzobispo de Damasco

Mons. Youhanna Jihad Battah nació en 1956 en Damasco (Siria) y fue ordenado sacerdote en 1991. Es doctor en Derecho Canónico por el Pontificio Instituto Oriental (Roma). En su ministerio pastoral ha sido, entre otros, párroco, rector del Seminario patriarcal de Charfet, rector del Colegio San Efrén de Roma. En 2011 el Santo Padre dio el consenso a su elección como obispo de la Curia Patriarcal siria.

 

Administrador de la archieparquía de Hassaké y Nisibin

Mons. Denis Antoine Chahda nació en Alepo (Siria) en 1946 y fue ordenado sacerdote en 1973. Estudió en la Universidad Saint-Esprit de Kaslik en el Líbano. Desempeñó varios cargos pastorales hasta su traslado en 1979 a Marakay en Venezuela.

El 22 de junio de 2001, el papa Juan Pablo II lo nombró exarca apostólico, sin carácter episcopal, para los fieles sirio-católicos en Venezuela, y el 13 de septiembre del mismo año otorgó el consenso a su elección, realizada por el Sínodo de la Iglesia Patriarcal de Siria, como arzobispo de Alepo.

 

 

 

12/07/2019-15:16
Jim Fair

Irlanda: Presentación de la estatua de san Oliver Plunkett en la catedral de Armagh

(ZENIT — 12 julio 2019).- El pasado mes de noviembre durante el "Miércoles Rojo", en el marco de la conmemoración de los perseguidos en nombre del cristianismo, Mons. Eamon, arzobispo de Armagh, administrador apostólico de la diócesis de Dromore y primado de toda Irlanda, señaló su intención de honrar a los mártires del pasado, del presente y del mañana con la erección de una estatua de san Oliver Plunkett en la catedral de San Patricio de Armagh.

En diciembre de 2018, el arzobispo Eamon viajó a Irak y se reunió con el arzobispo Bashar Warda en Erbil, para escuchar y ver de primera mano los estragos que se han producido a los cristianos de esa región. El arzobispo Eamon escribió recientemente a la Iglesia de Sri Lanka y a la de Burkina Faso en África, ofreciendo su solidaridad a través de la oración a las Iglesias locales, después del asesinato de cristianos durante el culto a principios de este año.

El arzobispo Eamon encargó la estatua de san Oliver Plunkett, que presentó el 9 de julio de 2019, después de la Misa. Esta ha sido fundida en bronce por el escultor de Dublín Dony MacManus (www.donymacmanus.com).

La estatua, de siete pies de altura, representa a san Oliver en el momento de su martirio. El santo es lanzado en la pose de Ecce Homo (es decir,'He aquí al hombre', como en la Crucifixión de Jesús). San Oliver está de pie, vistiendo su cruz pectoral, con las manos atadas a la espalda, agarrando suavemente la palma del mártir, que desciende hasta el palio del arzobispo, dejando claro que el martirio de san Oliver está relacionado con su episcopado. El escultor ha plasmado cuidadosamente la realidad de que san Oliver se ofreció a sí mismo como mártir por la fe y esto se muestra en los rasgos faciales, representando a un hombre de coraje y santidad, de carne y hueso.

San Oliver Plunkett (1 de noviembre de 1625 — 1 de julio de 1681) fue el arzobispo católico de Armagh y primado de toda Irlanda. Cada año tiene lugar la celebración de san Oliver en su lugar de nacimiento, frente a las ruinas de la antigua iglesia de Loughcrew, Oldcastle, Co Meath; en su santuario de Drogheda, Co Louth, y en otros lugares asociados con él en toda Irlanda y en el mundo. Estudió en el Colegio Irlandés de Roma y trabajó en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos del Vaticano. En 1669 fue nombrado arzobispo de Armagh por el Papa Clemente IX. El arzobispo Oliver Plunkett mantuvo su labor en Irlanda ante la persecución y fue arrestado y juzgado por traición en Londres. Fue ahorcado y descuartizado en Tyburn el 1 de julio de 1681. Se convirtió en el último mártir católico que murió en Inglaterra. Oliver Plunkett fue beatificado en 1920 y canonizado por el Papa Pablo VI en 1975, siendo el primer nuevo santo irlandés en casi setecientos años.

Cada año miles de peregrinos visitan el santuario nacional de San Oliver en la Iglesia de San Pedro, Drogheda, para venerar sus reliquias y conocer la extraordinaria vida y ministerio del santo. Los peregrinos oran por los enfermos y afligidos, por la familia y los amigos. Se dirigen convenientemente a san Oliver —martirizado por la fe en un momento de agitación política, religiosa y social— para pedir su intercesión para proteger la fe y llevar la paz a las zonas de conflicto en el país y en el extranjero. Junto con los santos Patrick, Brigid y Malachy, san Oliver Plunkett es un santo patrón de la arquidiócesis de Armagh.

A continuación se expone la homilía del Arzobispo Eamon en la Misa de inauguración de la estatua de san Oliver Plunkett en honor a los mártires de ayer, hoy y mañana.

***

 

Catedral de San Patricio, Armagh

El pasado mes de noviembre, durante la Misa para recordar a los cristianos perseguidos, anuncié mi esperanza de un santuario aquí en la catedral de san Patricio, en Armagh, a nuestro antiguo arzobispo, san Oliver Plunkett, para ayudarnos a recordar en la oración a todos aquellos que son perseguidos por su fe.

San Oliver fue nombrado arzobispo de Armagh en este día, hace 350 años, el 9 de julio de 1669. Durante muchos años, el pueblo de Drogheda y sus alrededores en Louth y Meath han mantenido fielmente vivo su recuerdo; la Iglesia de San Pedro de Drogheda seguirá siendo el Santuario Nacional de san Oliver Plunkett, donde se veneran sus reliquias. Pero en este importante año, creo que es apropiado que reconozcamos a san Oliver de una manera especial aquí en nuestra catedral, y, a través de él, honremos a todos los mártires de "ayer, hoy y mañana".

Encargamos al artista nacido en Dublín, Dony MacManus, la preparación de la escultura de bronce que será desvelada, bendecida y dedicada esta noche al final de la Misa.

Le pregunté a Dony si esta podía inspirar tanto la devoción como la admiración por el coraje y la serenidad mostrada por san Oliver ante una ejecución tan horrible. En segundo lugar, deseaba que su obra hablara de la realidad de la persecución cristiana hoy; pero, sobre todo, le pedí a Dony que nos ayudara a ver, en esta escultura de san Oliver, el rostro de nuestro Salvador Jesucristo, que humildemente dio su vida por nosotros en la cruz.

Estoy agradecido a Dony por haber aportado todos los talentos que Dios le ha dado a esta tarea, y también por la forma en que ha enfocado su trabajo en la oración. También doy las gracias a tantas personas de toda Irlanda y más allá que han hecho posible esta comisión con sus oraciones y su apoyo financiero.

En los días, meses y años venideros, innumerables visitantes de la catedral tendrán la oportunidad de compartir los frutos de los esfuerzos de Dony. Esta escultura es mucho más que una obra de arte. Confío en que nos atraiga a la oración por nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo que están sufriendo por su fe; y espero que de esa manera todos nos sintamos llamados a dar testimonio más fuerte en nuestra vida diaria de Jesucristo, que nos amó "hasta la muerte".

La vida y la muerte de san Oliver nos revelan el rostro de Cristo. En su canonización del 12 de octubre de 1975, el Papa Pablo VI -ahora San Pablo VI- dijo que "el amor
sacrificial de Jesucristo, el Buen Pastor, se refleja y se manifiesta en este nuevo Santo". Contó que san Oliver es "para el mundo entero, un auténtico y destacado ejemplo del amor de Cristo... Él entregó su vida por amor, y así se asoció libremente y de manera íntima a los sufrimientos de Cristo. De hecho, sus últimas palabras fueron: 'En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Señor Jesús, recibe mi alma"'.

Los historiadores relatan que el arzobispo Oliver era un pastor devoto, atento a la santificación de su clero y entusiasta de la educación y la instrucción cristiana de los jóvenes. Su mensaje fue de paz y reconciliación. El Papa Pablo VI lo describió como un "predicador vigilante de la fe católica" y un "campeón de la caridad pastoral".

Cuatro años más tarde, san Juan Pablo II que, como cardenal de Cracovia, había estado en la canonización de Oliver, vino a Drogheda y veneró las nuevas reliquias del santo.

Allí expresó: San Oliver "era el defensor de los oprimidos y el abogado de la justicia, pero nunca toleraría la violencia. Para los hombres violentos, su palabra era la palabra del apóstol Pedro: 'Nunca devuelvas lo que está mal con otro' (1 Pt 3: 9). Como mártir de la fe, selló, con su muerte, el mismo mensaje de reconciliación que había predicado durante su vida. En su corazón no había rencor, porque su fuerza era el amor de Jesús, el amor del Buen Pastor que da su vida por su rebaño. Sus últimas palabras fueron palabras de perdón para todos sus enemigos".

Y esto es tan cierto. En la horca de Tyburn, Londres, en 1681, Oliver comenzó su mensaje final rechazando los cargos fraudulentos y los falsos testimonios que se habían presentado contra él. Pero, después, sus palabras se orientaron hacia el perdón. El arzobispo Oliver declaró:

"Les perdono de todo corazón, y también a los jueces, que al negarme el tiempo suficiente para traer mis registros y testigos de Irlanda, expusieron mi vida a un peligro evidente. También perdono a todos los que me han traído desde Irlanda para que me juzguen aquí, donde es moralmente imposible para mí tener un juicio justo. Finalmente perdono a todos los que concurrieron directa o indirectamente a quitarme la vida; y pido perdón a todos aquellos a los que he ofendido por pensamiento, palabra o acción".

Queridos hermanos y hermanas, es evidente que el arzobispo Oliver, con su vida y su muerte, se ha hecho "semejante a Cristo" (Romanos 8,29). Él era el verdadero pastor, descrito por el profeta Ezequiel en la Primera Lectura de esta noche, que mantiene a su rebaño a la vista, lo rescata de la niebla y de las tinieblas, lo recoge, busca a los perdidos, recupera a los descarriados, venda a los heridos, fortalece a los débiles.

Fue también el "siervo de Dios" descrito por san Pablo en la segunda lectura, que muestra "una gran fortaleza en los momentos de sufrimiento". Sabemos que el arzobispo Oliver tuvo que huir para salvar su vida y esconderse muchas veces ¬experimentó grandes peligros, hambre y encarcelamiento- pero fue paciente en todas sus pruebas, "preparado para el honor o la desgracia".

Mi esperanza es que cuando la gente sienta que su fe está siendo puesta a prueba o que se está debilitando, visiten el santuario de san Oliver aquí en la catedral y encuentren fortaleza y curación. Quiero que la gente venga aquí para experimentar el amor y la cercanía de Dios cuando la vida los está deprimiendo, y están perdiendo la esperanza, ya sea en sus relaciones o en su vocación. Invito a la gente a visitar el santuario de san Oliver cuando tengan miedo de lo que les espera, o cuando estén preocupados por la dirección que los miembros de su familia están tomando en la vida. Que todos los que vengan aquí miren la estatua de San Oliver y ganen serenidad, coraje, sabiduría y esperanza para sí mismos y para los demás. Recordad, el día de la canonización de san Oliver, el Papa Pablo VI dijo: "El mensaje de Oliver Plunkett ofrece una esperanza mayor que la vida actual; muestra un amor más fuerte que la muerte".

San Oliver experimentó esa esperanza y ese "amor más grande" imitando a Jesús nuestro Salvador, quien voluntariamente dio su vida en la colina del Calvario para el perdón de los pecados. Hoy en día, en todo el mundo, la gente está viviendo sus vidas inspirada por esa misma esperanza y ese "amor más grande" que sólo Cristo puede traer. En algunas partes del mundo, nuestros hermanos y hermanas en Cristo están encontrando fuerzas para soportar el sufrimiento, o incluso la muerte, por su fe — las noticias de los últimos meses de Sri Lanka y Burkina Faso nos recuerdan que la persecución y el martirio no son algo del pasado, sino una realidad cruel para muchos de nuestros hermanos cristianos, de todas las tradiciones y denominaciones.

Jesús dijo a sus discípulos: "Si el mundo te odia, recuerda que me odiaba a mí antes que a ti". Se dice que los cristianos hoy en día no solo son perseguidos por "odio a la fe" (odium Fidel), sino también por "odio al amor" (odium amoris), porque se levantan en nombre de Cristo por la paz, la reconciliación, la justicia y la defensa de los pobres. Los cristianos están siendo castigados por dar testimonio de los derechos humanos y la dignidad; son condenados en algunos lugares por llegar a los explotados, a los refugiados y a los migrantes, a los viajeros y a los marginados de la sociedad; están siendo insultados y ridiculizados por defender la vida de los más vulnerables e inocentes, incluidas las vidas de los niños no nacidos.

Mi oración de esta noche es que nunca olvidemos a san Oliver Plunkett, y a todos los "mártires de ayer, hoy y mañana", y que escuchemos con más fuerza en nuestros corazones la llamada personal a la santidad y al testimonio que se ofrece a cada cristiano. Espero que este nuevo santuario de san Oliver en la catedral nos inspire a todos a aceptar nuestras propias cruces y sacrificios diarios, y nos anime a ser más fuertes en nuestra fe, más firmes en nuestra esperanza y más activos en nuestra caridad. Así, como san Oliver Plunkett, nosotros también nos transformaremos más plenamente, día a día, en la semejanza de Cristo.

San Oliver Plunkett, ruega por nosotros. Amén.

 

 

 

12/07/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago, 13 de julio

«"Charli", el beato de Puerto Rico: un apóstol en la universidad. Su innegable carisma subyugaba a jóvenes y universitarios. Admirable por su audacia y compromiso llevado al límite»

«Charli» pudo haberse escudado en buenas razones para no comprometerse, pero no lo hizo. Eligió al Dios que libera, dejando atrás lo que no procedía de Él, y la huella de su generosidad en multitud de jóvenes.

Nació en Caguas, Puerto Rico, el 22 de noviembre de 1918. La raigambre cristiana heredada de sus padres caló en su corazón y en el de sus hermanos. Dos de las chicas contrajeron matrimonio, el otro varón se vinculó a la Orden benedictina y fue el primer abad de Puerto Rico, y la benjamina ingresó en la Orden carmelita fundada por la Madre Vedruna. Poco duró la dichosa y sencilla existencia de la familia Rodríguez, truncada por un incendio que les arrebató morada, trabajo y pertenencias. Carlos tenía 6 años cuando sufrieron este revés, y tuvo que alojarse en casa de su abuela, una mujer religiosa que le transmitió su piedad.

En el centro católico donde inició su formación escolar trabó amistad con las Hermanas de Notre-Dame, quienes, junto a los redentoristas, le dieron una buena educación integral. Después de recibir la primera comunión, y siendo monaguillo, se sintió llamado a consagrarse. Culminó los estudios de primer grado y se matriculó en la escuela superior pública de Caguas. En plena adolescencia se le diagnosticó una colitis ulcerosa que lo mantuvo temporalmente apartado de las aulas. No fue una enfermedad pasajera; se agravaría con el tiempo. Luego se matriculó en la universidad de Puerto Rico (UPR) de Río Piedras, pero debido a su mala salud únicamente completó el primer año. Fue oficinista en Caguas, Gurabo y en la Estación Experimental Agrícola, adscrita a la UPR. Los modestos emolumentos que percibía los destinaba a difundir artículos relacionados sobre todo con la liturgia.

Su paciente progenitor, que había visto desaparecer de un golpe todo lo que tanto trabajo le costó amasar, murió en 1940. Carlos tenía 21 años y seguía acusando los problemas derivados de su frágil constitución, aunque esta realidad no constituyó un veto para sus estudios. Dejó en los centros académicos su impronta de alumno excelente, atestiguada por sus altas calificaciones, y su loable inquietud por todas las disciplinas. Era inteligente, poseía una memoria excepcional, gran sentido del humor, y voluntad de hierro para llevar adelante lo que se proponía. Tenía la sana curiosidad de los inteligentes. Por eso le apasionaba la lectura, el arte, disciplinas como las ciencias y la filosofía, y disfrutaba con la naturaleza. Estaba dotado para la música. Aprendió prácticamente solo a tocar el piano y el órgano, que ejecutaba en la iglesia.

Promovió el Misterio Pascual entre laicos, sacerdotes y religiosos, junto al padre McWilliams. Esta acción impulsada en la universidad fue guiada por el único afán de dar a conocer a Cristo: un Círculo de Liturgia que pasaría a denominarse Círculo de Cultura Cristiana; lo sostenía con su sueldo. Nació con vocación universal, sustentado en la fe: «Necesitamos católicos despiertos al momento actual [...]. Católicos del presente, que sepan nutrirse del pasado, pero con los ojos puestos en el futuro»; era el espíritu que animaba a Carlos. Inició los «Días de Vida Cristiana» dirigidos a los universitarios entre quienes difundió la liturgia. Además, se implicó en otras asociaciones católicas como la Sociedad del Santo Nombre y los Caballeros de Colón. En 1948, junto al padre McGlone, creó el coro parroquial Te Deum Laudamus.

Era integrante de la Cofradía de la Doctrina Cristiana. Le sirvió como trampolín para nuevas acciones apostólicas dirigidas a estudiantes de diversas poblaciones, a los que estimulaba a vivir la fe en grupos que les permitían poner en común los temas esenciales. Muchos jóvenes, impactados por su generosa entrega, se convirtieron. Le hacían partícipe de sus dificultades abriéndoles su corazón con plena confianza. Este fragmento de su respuesta a un joven, que se resistía a la llamada de Cristo, pone de manifiesto su celo apostólico: «Dios, Cristo, cielo, infierno, pecado, muerte, redención, salvación, sacramentos, gracia, Resurrección, vida eterna, visión beatífica, no son mera palabrería hueca y sin sentido; no son sueños de poetas, ni hipótesis de pseudo científicos, ni especulaciones de filósofos, ni escape para frustrados; son la realidad más objetiva sostenida y respaldada con las pruebas más irrefutables en todas las órdenes —sentido común, científico, filosófico, teológico— pero sobre todo, son la revelación hecha por Aquél que es la Verdad misma, y que sabe a perfección qué dice y por qué lo dice, Él mismo ha asegurado: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida... Yo soy la luz del mundo, quien me sigue no camina en tinieblas... El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no fallarán [..I. Ahora bien, si esto es la verdad, y esto es lo que pide, exige y necesita nuestra naturaleza humana, ¿por qué esa cobardía? ¿Por qué ese escape que nos lleva a la angustia y a la frustración? ¿Por qué no decidirse de una vez para siempre? ¿Por qué no arriesgarlo todo para ganarlo todo?...».

Culminando 1962 se le diagnosticó un cáncer terminal del recto, y prosiguió actuando con la audacia y el arrojo que le caracterizaba. Aunque el final de su existencia estuvo marcado por la «noche oscura», se mantuvo firme en la esperanza. En marzo de 1963 sufrió una gravísima operación, pero poco se pudo hacer. Murió el 13 de julio de 1963. Tenía 44 años. Juan Pablo II lo beatificó el 29 de abril de 2001. El milagro para el meteórico reconocimiento de sus virtudes: la curación de un linfoma maligno No-Hodgking en 1981, que fue aprobado por el pontífice en 1999.