Servicio diario - 16 de julio de 2019


 

La promesa del Papa Francisco a la Virgen del Carmen
Redacción

Sínodo de la Amazonía: Informe sobre el proceso de consulta Sinodal
Larissa I López

Libertad religiosa: Un derecho "arraigado en la dignidad misma de la persona"
Larissa I López

Corredores humanitarios: La Comunidad de San Egidio salva a unos 2800 refugiados
Larissa I López

Sínodo para la Amazonía: Movilización de los jesuitas latinoamericanos
Anita Bourdin

El profesor Juan Luis Caballero analiza el sentido del celibato cristiano
Redacción

Festividad de Nuestra Señora del Carmen
Isabel Orellana Vilches

Padre Antonio Rivero: "¿Por qué debemos ser hospitalarios?"
Antonio Rivero

Beato Pablo (Pedro) Gojdič, 17 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

16/07/2019-09:15
Redacción

La promesa del Papa Francisco a la Virgen del Carmen

(ZENIT — 16 julio 2019).- Hace más de 28 años que el Papa Francisco no ve la televisión. El 16 de julio de 1990 hizo esa promesa a Dios y la ha cumplido a cabalidad.

¿Por qué tomó esa decisión? En una entrevista publicada en 2015 por el periódico argentino La Voz del Pueblo, aseguró que es una promesa que le hizo a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990.

Posteriormente, entrevistado por el diario El País, abundó en este tema. "Yo no veo televisión simplemente porque en un momento sentí que Dios me pidió eso".

"Y eso que a mí el cine me gustaba mucho y había estudiado bastante cine, sobre todo el de la posguerra italiano, el realismo italiano, y el polaco Wajda, Kurosawa, algunos franceses".

El Papa Francisco aseguró, no obstante, que esta decisión no ha significado para él estar incomunicado.

"No ver la televisión fue una opción personal, nada más. Pero la comunicación es divina. Dios se comunica. Dios se comunicó con nosotros a través de la historia. Dios no quedó aislado. Es un Dios que se comunica, y nos habló, y nos acompañó, y nos retó, y nos hizo cambiar de ruta, y nos sigue acompañando".

En una entrevista anterior, concedida al mismo diario argentino, afirmó que esta promesa implica también dejar de ver los partidos del equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro, del que es fanático de toda la vida.

"Hay un guardia suizo que todas las semanas me deja los resultados y cómo va en la tabla", reconoció el Pontífice.

 

Leer artículo original en Desde la fe

 

 

 

16/07/2019-17:47
Larissa I. López

Sínodo de la Amazonía: Informe sobre el proceso de consulta Sinodal

(ZENIT- 16 julio 2019).- El pasado 7 de julio de 2019, la REPAM publicó un informe que recoge los detalles sobre cómo se desarrolló el proceso de consulta Sinodal organizado en los 9 países de la Panamazonía (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Suriname, Guayana y Guayana Francesa), y que, además, plantea los próximos pasos a seguir.

Efectivamente, esta iniciativa se está desarrollando con motivo de la convocatoria de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para reflexionar sobre el tema: "Amazonía, Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral", que tendrá lugar el Roma del 6 al 27 de octubre.

Así, la REPAM (Red Eclesial Panamazónica) ha sido encomendada formalmente para apoyar a la Secretaría del Sínodo y al Consejo Pre Sinodal, presidido por el Papa Francisco, en el proceso de escucha activa y directa en la amplitud del territorio Panamazónico, en el levantamiento de la información de manera adecuada para ayudar en la elaboración del Documento Preparatorio (Lineamenta) y del Documento de Trabajo (Instrumentum Laboris), que se ha elaborado considerando los diversos aportes del proceso de escucha, y para animar la mayor participación posible de los diversos actores en la Amazonía.

 

Proceso de consulta sinodal

Según indica el documento, dicho proceso de consulta Sinodal realizado por la REPAM traspasó las fronteras geográficas de la Panamazonía. Así, se organizaron eventos donde se recogieron aportaciones y reflexiones regionales de América Latina en Honduras (Asamblea Cáritas), Alemania, Estados Unidos y Roma.

Este hecho confirma que el Sínodo Amazónico invita a un diálogo a nivel internacional para la corresponsabilidad en el cuidado de la casa común y para la búsqueda de nuevos caminos para la Iglesia.

 

Participantes

En esta consulta participaron 21.943 personas, de las cuales el 53% son mujeres y el 47% hombres.

Entre todos ellos se distinguen: 6.337 laicos (3.601 mujeres y 2.736 hombres); 477 religiosos, 1.973 jóvenes, 492 sacerdotes y 12.664 obispos.

Por otra parte, el documento estima en 65.000 la cifra de personas que, aunque no participaron en los espacios formales de escucha, sí lo hicieron en los preparatorios de
sus comunidades, aldeas o parroquias, logrando un total de 86.943 individuos involucrados.

 

Pasos hasta Octubre

Después de que la fase de consulta Sinodal haya finalizado, los pasos a seguir recogidos en el informe son los siguientes:

1. El 17 de Junio se publica el Documento Instrumentum Laboris.
2. La REPAM elabora una versión sintetizada del Instrumentum Laboris para socializarlo en toda la Panamazonía y en otros espacios asociados a la RED.
3. Se revisan los documentos, y se dan espacios de reflexión con quienes hayan participado en la consulta y otros que tengan relación con el proceso.
4. Entre julio y septiembre de 2019, las Conferencias Episcopales y las REPAM Nacionales, con apoyo de la REPAM, realizan procesos de devolución y realizan eventos de reflexión con los obispos y participantes de la consulta sinodal.
5. Celebración de la Asamblea del Sínodo de la Amazonía del 6 al 27 de octubre en Roma, en la que se realizarán vigilias, ruedas de conversación, encuentros, etc. que permitan al territorio estar asociado y participar de la Asamblea en Roma.

 

Después del Sínodo

Tras la celebración del Sínodo en octubre, unos meses después, el Papa Francisco publicará posiblemente un documento que será la guía para la iglesia en la Amazonía.

Se trata de un documento que permitirá seguir trabajando en los espacios pastorales, en las comunidades y en las ciudades de manera concreta. Este tiempo sirve para convertir
todos los diálogos en acciones concretas para los territorios y jurisdicciones eclesiásticas amazónicas.

La fase final consistiría en pasar a la acción, en aplicar todas las propuestas a la actividad de la Iglesia en la Amazonía.

 

 

 

16/07/2019-12:59
Larissa I. López

Libertad religiosa: Un derecho "arraigado en la dignidad misma de la persona"

(ZENIT- 16 julio 2019).- Mons. Camilleri indicó que el derecho a la libertad religiosa "está arraigado en la dignidad misma de la persona humana, y no es solo el logro de una cultura política y jurídica sólida, sino también una condición para la búsqueda de la verdad que no se impone por la fuerza".

Ayer, 15 de julio de 2019, Mons. Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones con los Estados, pronunció un discurso en la basílica de San Bartolomé en la Isla (Roma), con motivo de la presentación del Persecution of Christians Review (Informe sobre la Persecución de los Cristianos).

Mons. Camilleri indicó que este informe, elaborado por el reverendo Philip Mountstephen, demuestra la creciente preocupación por "el problema de la discriminación y la persecución a causa de las creencias religiosas", así como la determinación "a concientizar todavía más sobre la situación trágica de los cristianos en muchas partes del mundo y del esfuerzo por superar lo que el Papa Francisco ha descrito como 'una especie de genocidio causado por la indiferencia general y colectiva'.

El subsecretario para las relaciones con los Estados, recordó que en los últimos años hemos conocido múltiples atentados contra determinados grupos religiosos por parte de terroristas, grupos extremistas y fanáticos. Esto evidencia que "una variedad de comunidades, grupos e individuos religiosos en muchas partes del mundo sufren persecución religiosa (...)".

Por otro lado, lamentó que "la mayoría de estos crímenes parecen continuar con impunidad y con poco más que un rubor vergonzoso por parte de la comunidad internacional y muy a menudo se les concede una escasa atención".

Asimismo señaló que, para la Santa Sede, la realidad de la persecución religiosa es "muy preocupante", no solo por los cristianos que la padecen, sino por los miembros de cualquier credo religioso que compartan la consabida situación.

Además de referirse al deber de los Estados para proteger a sus ciudadanos, Mons. Camilleri ha aludido a la responsabilidad de los líderes religiosos para "promover la coexistencia pacífica a través del diálogo y la comprensión mutuos, de modo que sus comunidades y sus seguidores respeten a aquellos con un patrimonio religioso diferente, en lugar de fomentar la agresión y la violencia".

Así, como ejemplo de colaboración interreligiosa, ha remitido a la Declaración conjunta sobre la "Fraternidad humana" firmada en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb el pasado 4 de febrero.

En este documento, ambos líderes religiosos declaran firmemente: "Las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Estas desgracias son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes".

También se refirió a la "manipulación política de las religiones", por parte de actores no estatales (extremistas religiosos o terroristas) y también estatales. De esta manera, llamó a los gobiernos a cuestionarse hasta dónde están comprometidos con la libertad religiosa y la lucha contra la persecución de este tipo: "¿Cuántos se abstienen de justificar tales actos, o incluso los condenan, y sin embargo 'colaboran' política, económica, comercial y militarmente o de otra manera, o simplemente hacen la vista gorda, con algunos de los violadores más notorios de esta libertad fundamental?".

Por otro lado, el representante de la Santa Sede, habló sobre "otras formas de discriminación religiosa y persecución", "menos radicales", aunque "perjudiciales para el pleno disfrute de la libertad de religión y la práctica o la expresión de esa convicción", tales como la tendencia de las democracias "a criminalizar o penalizar a los líderes religiosos por presentar los principios básicos de su fe, especialmente con respecto a los ámbitos de la vida, el matrimonio y la familia".

Después describió que, como indica el informe, en algunas partes del mundo, existe tal nivel de persecución que podría ser definido como "una forma de genocidio, donde la presencia de los cristianos está siendo sistemáticamente eliminada de las sociedades y culturas, incluso de las áreas de su mismo origen". Y añadió que estas agresiones constituyen no solo "un ataque a la coexistencia pacífica fundada en el pluralismo religioso, sino incluso más fundamentalmente al concepto esencial de la dignidad igual e inviolable de toda persona humana".

Por último apuntó que "mantener la presencia de las comunidades cristianas, particularmente en aquellas áreas donde no forman parte del grupo mayoritario, es mucho más que simbólico; es un fuerte testimonio de fe y un testimonio de que la coexistencia pacífica entre una pluralidad de religiones es posible cuando se respeta la dignidad de cada persona".

A continuación exponemos la intervención completa de Mons. Antoine Camilleri.

***

 

Intervención de Mons. Antoine Camiller

Su Eminencia,
Excelencias,
Distinguidos participantes,
Señoras y señores,

Agradezco la invitación y me complace tener la oportunidad de ofrecer algunas breves observaciones sobre la alarmante realidad de la persecución de los cristianos, un tema que, como indica el Informe preparado por el reverendo Philip Mountstephen, se hace cada vez más extendida y urgente. La iniciativa de hoy es un ejemplo tangible de la creciente preocupación por el problema de la discriminación y la persecución a causa de las creencias religiosas y de la determinación de contribuir a concientizar todavía más sobre la situación trágicas de los cristianos en muchas partes del mundo y del esfuerzo por superar lo que el Papa Francisco ha descrito como "una especie de genocidio causado por la indiferencia general y colectiva". [1]

Es apropiado, aunque tal vez no muy feliz, que llevemos a cabo la presentación en Roma del Persecution of Christians Review en esta basílica dedicada al apóstol Bartolomé, quien, como sabéis, fue víctima de la persecución religiosa, y sufrió el martirio a causa de su fe cristiana siendo, según la leyenda, desollado y luego decapitado.

Para comenzar, quisiera subrayar que la discriminación injusta, la violencia y la persecución de cualquier ser humano inocente, y especialmente sobre la base de la religión y las creencias, es moralmente inaceptable y reprensible. En los últimos años, hemos sido testigos de atentados contra individuos y grupos de diversos orígenes religiosos por parte de terroristas, grupos extremistas y fanáticos religiosos que no respetan las vidas de quienes tienen creencias diferentes a las suyas. Dada esta realidad trágica, no podemos ignorar el hecho de que una variedad de comunidades, grupos e individuos religiosos en muchas partes del mundo sufren persecución religiosa en un contexto más amplio. Lamentablemente, la mayoría de estos crímenes parecen continuar con impunidad y con poco más que un rubor vergonzoso por parte de la comunidad internacional y muy a menudo se les concede una escasa atención.

Naturalmente, para la Santa Sede, la perturbadora realidad de la persecución religiosa es muy preocupante no solo a causa de los cristianos que sufren, sino también del sufrimiento de los miembros de cualquier convicción religiosa. Tal persecución es un ataque a la libertad más fundamental de la persona humana, a saber, la capacidad de adherirse libremente, y sin temor a la persecución, a una religión. Sin duda, la difícil situación de los cristianos que sufren la tortura y la muerte es particularmente angustiosa para aquellos de nosotros que también compartimos con ellos un profundo vínculo espiritual.

No obstante el derecho internacional estipule que los Estados tengan el deber primordial de proteger a sus propios ciudadanos, también es crucial reconocer la importante responsabilidad de los líderes religiosos en promover la coexistencia pacífica a través del diálogo y la comprensión mutuos, de modo que sus comunidades y sus seguidores respeten a aquellos con un patrimonio religioso diferente, en lugar de fomentar la agresión y la violencia. Un buen ejemplo de esa colaboración activa y clara entre líderes religiosos se puede encontrar en la declaración conjunta firmada en Abu Dhabi el pasado 4 de febrero por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, sobre la "Fraternidad humana". Uno de los muchos puntos notables
elaborados en ese texto puede proporcionarnos una visión muy precisa, con precisión quirúrgica, si puedo decirlo así, de la realidad actual de la persecución basada en la religión y en las creencias.

Juntos, el Papa Francisco y el Gran Imán declaran "firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Estas desgracias son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes". [2] La comprensión de la "manipulación política de las religiones" es algo a lo que debemos prestar especial atención. Tal subversión no debe entenderse solo como una referencia a actores no estatales, es decir, a extremistas religiosos o terroristas, que explotan o "politizan" la religión para promover sus ideologías. Los gobiernos deben preguntarse hasta qué punto están realmente comprometidos con la defensa de la libertad religiosa y la lucha contra la persecución basada en la religión y las creencias. ¿Cuántos se abstienen de justificar tales actos, o incluso los condenan, y sin embargo "colaboran" política, económica, comercial y militarmente o de otra manera, o simplemente hacen la vista gorda, con algunos de los violadores más notorios de esta libertad fundamental?

Además, y sería una negligencia por mi parte no mencionarlo, existen, como todos sabemos, otras formas de discriminación religiosa y persecución que, aunque quizás menos radicales a nivel de la persecución física, son sin embargo perjudiciales para el pleno disfrute de la libertad de religión y la práctica o la expresión de esa convicción, ya sea en privado o en público. Me refiero aquí a una tendencia creciente, incluso en las democracias establecidas, a criminalizar o penalizar a los líderes religiosos por presentar los principios básicos de su fe, especialmente con respecto a los ámbitos de la vida, el matrimonio y la familia.

Además, el aumento de la tensión social, cultural y religiosa que rodea la percepción del conflicto de los derechos entre sí, como ha señalado el Papa Francisco, "no siempre ha contribuido a la promoción de las relaciones de amistad entre las naciones, puesto que se han afirmado nociones controvertidas de los derechos humanos que contrastan con la cultura de muchos países, los cuales no se sienten por este motivo respetados en sus propias tradiciones socio-culturales [...].Al mismo tiempo, es bueno tener presente que las tradiciones de cada pueblo no pueden ser invocadas como un pretexto para dejar de respetar los derechos fundamentales enunciados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.". [3]

El derecho a la libertad religiosa está arraigado en la dignidad misma de la persona humana, y no es solo el logro de una cultura política y jurídica sólida, sino también una condición para la búsqueda de la verdad que no se impone por la fuerza. De esta manera, las religiones pueden representar un factor importante para la unidad y la paz dentro de la familia humana a través de la búsqueda razonada del bien común, que debe ser alimentado por el diálogo. A este respecto, si bien todos los medios para superar esa persecución deberían recibir apoyo, incluido la necesidad de un diálogo intercultural e interreligioso abierto y honesto, un aspecto todavía más esencial es el reconocimiento indispensable de todas y cada una de las personas como conciudadanos. De ello se desprende el deber del Estado de proteger a los creyentes de cualquier convicción religiosa, o de ninguna, porque son ciudadanos iguales. En este contexto, el documento mencionado anteriormente sobre "Fraternidad humana" subraya la dimensión básica de respetar la igualdad de ciudadanía de todos los miembros en una sociedad determinada, en cualquier Estado en particular.

"El concepto de ciudadanía se basa en la igualdad de derechos y deberes bajo cuya protección todos disfrutan de la justicia. Por esta razón, es necesario comprometernos para establecer en nuestra sociedad el concepto de plena ciudadanía y renunciar al uso discriminatorio de la palabra minorías, que trae consigo las semillas de sentirse aislado e inferior; prepara el terreno para la hostilidad y la discordia y quita los logros y los derechos religiosos y civiles de algunos ciudadanos al discriminarlos." [4]

Es cierto que las constituciones de la mayoría de los países afirman que todos los ciudadanos, independientemente de su pertenencia étnica, religiosa o sexual, son iguales en derechos y deberes. Sin embargo, el resurgimiento del nacionalismo en algunos países, combinado con la afirmación agresiva de la identidad religiosa, puede desembocar fácilmente en el fundamentalismo religioso. Las personas o grupos que no pertenecen a la mayoría del grupo étnico o religioso pueden no solo ser objeto de discriminación, sino también de marginación y persecución. Los ciudadanos que
pertenecen a la mayoría pueden tener la sensación de que el Estado es "suyo" más que de aquellos que no pertenecen a esa religión. Efectivamente, como indica el Informe, en algunas partes del mundo, asistimos a niveles de persecución que podrían considerarse como una forma de genocidio, donde la presencia de los cristianos está siendo sistemáticamente eliminada de las sociedades y culturas, incluso de las áreas de su mismo origen. Dicha agresión objetivada no solo es un ataque a la coexistencia pacífica fundada en el pluralismo religioso, sino incluso más fundamentalmente al concepto esencial de la dignidad igual e inviolable de toda persona humana.

El teólogo cristiano del siglo II, Tertuliano escribía que "la sangre de los mártires es la semilla de los cristianos". [5] Motivados por su amor a Dios, los mártires sucumbieron libremente a una violencia que no fue auto-infligida, sino que llegó a manos de sus perseguidores .Su sufrimiento proporciona un grandísimo ejemplo de integridad de conciencia y testimonio de fe, esperanza y caridad.

Mantener la presencia de las comunidades cristianas, particularmente en aquellas áreas donde no forman parte del grupo mayoritario, es mucho más que simbólico; es un fuerte testimonio de fe y un testimonio de que la coexistencia pacífica entre una pluralidad de religiones es posible cuando se respeta la dignidad de cada persona.

 

[1] Papa Francisco, Homilía en la misa para los fieles de rito armenio (12 de abril de 2015)

[2] Papa Francisco y Ahamad Al- Tayyeb, Abu Dabi, 4 de febrero de 2019

[3] Papa Francisco, Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 enero 2018

[4] Ibid

[5] Tertuliano Apologeticum (ca.197)

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

16/07/2019-15:12
Larissa I. López

Corredores humanitarios: La Comunidad de San Egidio salva a unos 2800 refugiados

(ZENIT- 16 julio 2019).- Según indica Vatican News, unos 2800 refugiados han logrado salvar su vida y encontrar una oportunidad segura de integrarse en Europa.

La Comunidad de San Egidio ofrece los llamados corredores humanitarios, una alternativa legal en la que estas personas viajan en avión desde los campos de refugiados hasta Italia con un visado, sin tener que cruzar el Mar Mediterráneo en barcazas controladas por traficantes de seres humanos.

En declaraciones para el mismo medio vaticano, Giovanni Impagliazzo, de la Comunidad de San Egidio, relata que la idea de estos corredores humanitarios surge después de observar la gran cantidad de personas que morían al intentar atravesar el Mediterráneo, como una forma de "no quedarse de brazos cruzados, mirando nada más con tristeza, la situación que se vive, esta profunda injusticia".

Se calcula que más de 20 mil hombres, mujeres y niños murieron en los últimos cuatro años tratando de cruzar el Mediterráneo desde África hacia Italia.

La fórmula jurídica de los corredores es reconocida por el reglamento de la Unión Europea, que admite que los Estados Miembros de la Unión proporcionen visas humanitarias limitadas a un solo país.

Así, la Comunidad de San Egidio solicitó al Gobierno italiano la posibilidad de conceder mil visas de ese tipo para acoger a dicha cantidad de prófugos sirios procedentes de los campos de refugiados de Líbano.

Una vez en Italia, los gastos de la acogida corren por cuenta de la Fundación, y de las Iglesias protestantes "Histórica italiana", que cuentan con un acuerdo con el Ministerio de gobernación.

Las personas que se atienden, seleccionadas por la comunidad en los propios campos de refugiados, presentan alguna situación de fragilidad, esto es, por ejemplo, viudas con hijos o familias donde hay una persona o niños enfermos.

Después de estas mil visas, el Gobierno de Italia concedió otras quinientas y, después, la Conferencia Episcopal Italiana logró un acuerdo para trasladar a otro grupo de quinientos prófugos africanos, la mayoría de ellos de Eritrea, desde los campos de refugiados de Etiopía.

Una vez en Italia, siempre según la misma fuente, la Comunidad de San Egidio se encargó de su inserción en todo el territorio italiano y se generó una gran implicación social. Algunas familias del país ofrecieron su casa para alojar a los refugiados y otros ofrecieron tierras para trabajarlas u otras labores para contribuir a su integración.

Estas personas también pueden solicitar el reconocimiento como "refugiados a causa de la guerra", una condición que les permite la movilidad por toda Europa.

Después de Italia, a través de la Comunidad de San Egidio, otros países europeos como Francia, Bélgica y Andorra, se han unido a esta iniciativa de los corredores humanitarios.

 

 

 

16/07/2019-12:23
Anita Bourdin

Sínodo para la Amazonía: Movilización de los jesuitas latinoamericanos

(ZENIT — 16 julio 2019).- "Besar" el pulmón verde del planeta en peligro de desaparición, sensibilizar "sobre los principales problemas de la Amazonía, dar a conocer la labor de los jesuitas en la gran región, ampliar las redes de solidaridad para recaudar fondos en apoyo de todas estas actividades": estos son los objetivos de la campaña "Déjate abrazar, promovida por los jesuitas latinoamericanos con vistas al Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía (6-27 de octubre de 2019).

La campaña, que se desarrolla en el ámbito social y educativo, fue presentada en los últimos días en Lima, Perú, en una reunión pública realizada en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), dice L'Osservatore Romano en italiano, del 6 al 7 de julio de 2019. El P. Roberto Jaramillo, presidente de la Conferencia Provincial de los Jesuitas de América Latina (CPAL), coordinador del Servicio Jesuita Panamazónico (SJPAM), estuvo presente en la reunión.

Se trata de un trabajo incansable de los jesuitas que, como se puede leer en la página web de la campaña (www.dejateabrazar.org), se desarrolla en diferentes ciudades de diferentes países: Brasil, Colombia, Venezuela, Guayana Francesa, Perú y Bolivia, especialmente en zonas fronterizas como el Vicariato Apostólico de Leticia, Colombia, el Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, Perú, y la Diócesis Brasileña de Alto Solimóes.

En el campo de la educación, se han definido estrategias de intervención para fortalecer el sentido de pertenencia al territorio entre maestros, alumnos y comunidades pertenecientes a la red educativa jesuita "Fe y Alegría", continúa la misma fuente que añade que se ha desarrollado un programa para reducir los actos de violencia, explotación sexual y trata de personas en colaboración con otras instituciones.

"La tarea de la Iglesia en la Amazonía es acompañar a las personas y estar cerca de ellas, conocer sus problemas y sus caminos, siempre con el deseo de aprender, dijo Mons. Vizcarra Mori, Vicario Apostólico de Jaén, presente en la reunión de presentación.

"Nunca debemos perder de vista el objetivo principal: el cuidado de la casa común, que es una prioridad de la Iglesia y de toda la Compañía de Jesús", añadió el P. Alfredo Ferro, Rector de la UARM y Presidente de la Red de Universidades Jesuitas de América Latina, también presente en la reunión.

La dirigente indígena Anitalia Pijachi, colaboradora de la Red de Iglesias Panamazónicas (REPAM), comparó la tierra amazónica con una "mujer herida", una "mujer en agonía" que los jesuitas de América Latina intentan curar con el remedio de la proximidad y la asistencia, promoviendo los derechos de los pueblos indígenas y satisfaciendo sus necesidades en colaboración con las diócesis locales, por ejemplo a través del REPAM.

 

 

 

16/07/2019-15:42
Redacción

El profesor Juan Luis Caballero analiza el sentido del celibato cristiano

(ZENIT- 16 julio 2019).- El profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Juan Luis Caballero, ha publicado El celibato cristiano. Una vida plena y fecunda.

El documento, editado en Palabra, busca dar respuesta a preguntas que se plantean sobre el sentido del celibato cristiano, qué aporta a quien lo vive y al mundo en el que se vive, y si es posible vivirlo.

La obra ofrece reflexiones en torno al celibato sacerdotal y, en general, sobre el celibato vivido por todo tipo de personas. El contenido se aborda también desde una perspectiva psicológica: si el celibato es posible, si es bueno para la persona o si puede ser un camino de madurez y plenitud humana.

El profesor Caballero señala que el celibato es para la Iglesia una "perla preciosa", a pesar de que en repetidas ocasiones ha sido tachado de trasnochado e incluso de pernicioso para la persona humana: "Ciertamente, el celibato no es ni egoísmo ni soltería, sino una entrega generosa, de una forma concreta a los demás".

Juan Luis Caballero es profesor de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología. Su labor docente e investigadora se centra fundamentalmente en los Escritos de san Pablo. Es miembro del Consejo de Redacción de la revista Scripta Theologica y colaborador habitual de la revista Palabra. Recientemente ha publicado junto con otros dos autores el libro Son tus huellas el camino. Reflexiones sobre vocación y libertad.

 

 

 

16/07/2019-08:52
Isabel Orellana Vilches

Festividad de Nuestra Señora del Carmen

«No solo es patrona de la Armada Española y del mar. También adoptan su patronazgo numerosos países de Europa y de Latinoamérica»

La Virgen, Stella Maris, tiene en esta advocación del Carmen una de las más bellas que se le han conferido. Ha sido adoptada por los valientes hombres y mujeres de la mar que van meciéndola entre las olas, mientras de sus gargantas brotan las notas de la Salve Marinera, esa oración que elevan al cielo y que les acompaña noche tras noche mientras faenan, plegaria que nubla los ojos y conmueve el corazón. Emoción y sentimiento, la devoción y la fe, se abren paso este día entre las sirenas de las embarcaciones y traineras tributando un sentido canto de amor a la Madre que es su guía y su luz, para dejarlo impreso en el aire perfumado del estío.

La tradición sitúa esta devoción en el Monte Carmelo, lugar de ancestral y rica historia eremítica, que tuvo su amparo en la Virgen María. En este monte, el profeta Elías vivió con esperanza la vuelta del pueblo de Israel al Dios de la vida, después de haberse apartado de Él. Más tarde, además de su discípulo Eliseo, numerosos ermitaños moraron en las oquedades de la montaña llevando vida ascética. Ellos fueron secundados por sucesivas generaciones de monjes en los siglos II y III d.C. Tomando el testigo que dejaron estos venerables hombres de Dios, la Orden de los carmelitas, cuyo origen se halla en las laderas del monte, ha difundido la veneración por la Virgen del Carmen en todo el mundo, especialmente en los lugares donde fueron estableciéndose a través del tiempo. Se cuenta que cuando los sarracenos invadieron el Monte Carmelo, y los carmelitas se vieron obligados a abandonar el lugar, entonaron la Salve Regina a la Madre, y Ella se les apareció súbitamente asegurándoles que sería su Estrella del Mar. Las sedes del Apostolado del Mar radicadas en los establecimientos portuarios llevan este nombre de Stella Maris. Es así como los carmelitas, ya en la Edad Media, consideraban a la Madre de Dios.

Esta festividad se conmemora el 16 de julio porque un día como éste, pero de 1251, fecha no constatada pero acogida por la mayoría, la Virgen del Carmen, rodeada de ángeles, se le apareció al carmelita y general de la Orden, san Simón Stock; le hizo entrega de su escapulario, diciéndole: «Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará». Él la denominó «Flor del Carmelo». En un inciso, cabe recordar que el pasado 29 de marzo en la sección "Santos y beatos, epopeyas de amor" de zenit, se dio cumplida cuenta de los orígenes de esta Orden al exponer la vida del beato Bertoldo del Monte Carmelo. Y el 16 de mayo la inserción de la biografía de san Simón Stock en la mencionada sección permitió matizar convenientemente lo relativo al escapulario y a la milagrosa aparición de la Virgen del Carmen.

Desde luego, los marineros españoles no tardaron en ponerse bajo el amparo de María bajo esta advocación, aunque la popularidad de esta festividad tiene un hito singular en el siglo XVIII cuando un almirante de Mallorca, Antonio Barceló Pont de la Terra, se convirtió en el máximo difusor de esta celebración. Hasta ese momento, el patrón de los marineros era san Telmo, pero a partir de esa fecha, la Virgen del Carmen, a la que se encomiendan depositando en Ella sus vidas tantas veces expuestas a las violentas tempestades, fue convirtiéndose en su patrona, como lo es de la Armada. Pero en otros países de Europa y de Latinoamérica también le profesan gran devoción y se hallan igualmente bajo su amparo y patronazgo. Tal como sucede en Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Panamá, Perú y Venezuela, entre otros.

 

 

 

16/07/2019-07:00
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "¿Por qué debemos ser hospitalarios?"

 

DÉCIMO SEXTO DOMINGO TIEMPO COMÚN

Ciclo C

Textos: Gn 18, 1-10a; Col 1, 24-28; Lc 10, 38-42

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: La hospitalidad es virtud fruto de un corazón caritativo y misericordioso, y al practicarla, entramos en contacto con Dios.

Síntesis del mensaje: "No olvidéis la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles" (Hebreos 13, 2). Así pues, la hospitalidad no siempre es sólo para los de la familia en la fe, sino también para aquellos que no lo son. Es fácil ser hospitalario con aquellos que conocemos —familiares y amigos-, pero Jesús dijo: "Si amáis a los que os aman. ¿No hacen también lo mismo los publicanos" (Mt 5, 46)? Debemos brindar hospitalidad como un feliz privilegio, no como una carga (1 Pe 4, 9). ¿Dios nos hospedará? El salmo pregunta: "Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?". Y da la respuesta: el que practica la justicia, el que no calumnia, el que no hace mal a nadie, el que no practica la usura.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, Abraham es ejemplo de hospitalidad (1a lectura). En los hogares orientales se debía la hospitalidad, aun para forasteros desconocidos. El huésped podía gozar de esta hospitalidad sin la más mínima obligación de pago. La Biblia está llena de ejemplos de hospitalidad. En su defensa, Job alegó que siempre había estado atento a las necesidades de los viajeros (Job 31, 31- 32). Lot acogió a dos de ellos, sin saber, al principio, que eran ángeles (19, 1-3). Tan seriamente consideraba su obligación hacia sus huéspedes, que para protegerlos estuvo dispuesto a sacrificar la pureza de sus hijas (Gn 19, 4-8). Los israelitas recibieron la orden de proteger a los extranjeros y ser hospitalarios con ellos (Lv 19, 33, 34). San Pablo habría tenido estos incidentes en mente cuando aconsejó a los cristianos a ser hospitalarios, porque al serlo, sin saber algunos habían hospedado a ángeles (He 13, 2). Eliseo y su criado eran huéspedes frecuentes de una mujer sunamita, que finalmente hizo construir una habitación para él (2 R 4,8-10, 13). Y hoy nos sale el ejemplo de hospitalidad de Abraham. Es la escena que inmortalizó el pintor ruso Andréi Rublev con su ícono trinitario, junto a la encina de Mambré. Abraham tiene con ellos todos los cuidados que una hospitalidad oriental puede pensar: agua para los pies, descanso a la sombra, un pan recién amasado, un buen plato de carne, leche cuajada...Los visitantes le agradecen la hospitalidad prometiendo al anciano matrimonio que van a tener un hijo. Dios se muestra generoso con quien es hospitalario.

En segundo lugar, la familia de Betania es también ejemplo de hospitalidad (evangelio). La vida apostólica de Jesús es agotadora. Por eso sabe tomarse un descanso y tocar en la puerta de amigos, gozar de la sana amistad y de la hospitalidad de esta familia de Betania. Cada una de las hermanas le regala cosas distintas y complementarias. Marta, buena ama de casa, es más activa, preocupada por ofrecer a su huésped una comida digna. ¿Quién no hubiera hecho esto? María prefiere estar sentada a los pies del Señor, escuchando sus palabras. Sabemos lo que pasó: Marta se queja y Jesús deja bien claro el primado de la oración y de la escucha, pero sin despreciar la acción hospitalaria de Marta, tan necesaria. Hay dos modos muy distintos de acoger a Jesús como huésped: está el modo activo de Marta, que se preocupa de hacer un montón de cosas por Él; y está el modo sereno de María, que le acoge poniéndose a sus pies para escucharle. Jesús nos dice que esta segunda manera es más importante. A un huésped se le honra mejor escuchándole atentamente. Y Jesús no es cualquier huésped. Él es la Palabra del Padre. Palabra que instruye y anima. Palabra que fortalece y sostiene. Palabra que interpela y corrige. Importante, pues, darnos tiempo todos los días en la oración para acoger en el corazón a este Huésped-Palabra, escucharle, dialogar con Él. Pero, y es curioso, Jesús entra como huésped y termina como anfitrión, habiéndonos llenado el alma de ánimo para comunicarlo a nuestros hermanos, invitándoles a acoger a tan digno huésped divino. Actividad, sí; no activismo y ajetreo loco. Contemplación, sí; no ensimismamiento ni huida de la realidad. El ejemplo nos lo da el mismo Cristo. ¿Su horario? Oración en la mañana y en la noche; y durante el día, dedicación apostólica.

Finalmente, nosotros debemos también ser ejemplos de hospitalidad con nuestros hermanos. En un mundo tan inhóspito y que facilita tan poco la comunicación cara a cara, por varias causas, una de las cuales son los instrumentos que llevamos en el bolsillo: teléfono, whatsapp, etc., nos urge reconquistar este valor. ¿A quién debemos ofrecer hospitalidad? A todos los que pasen a nuestro lado y que vengan con buenas intenciones. ¿Por qué debemos ser hospitalarios? Porque es a Cristo a quien acogemos en la persona de nuestro hermano. ¿Para qué debemos ser hospitalarios? Para imitar a Cristo, para recibir toda clase de bendiciones de arriba y, sobre todo, recibir de Él su abrazo en el cielo, cuando nos hospede al final de nuestra vida terrena. ¿Cómo debe ser nuestra hospitalidad? Gratuita, respetuosa, atenta, generosa, sincera. ¿Cuáles serían algunos detalles de hospitalidad para nosotros? Nos responde el salmo de este domingo: practicar la justicia, no calumniar ni difamar, no hacer mal a nadie, no practicar la usura. La lista de detalles puede prolongarse: estar abierto a la escucha de ese hermano que nos habla, darle un pedazo de nuestra conversación positiva y motivadora, saber comprender los defectos evidentes, echarle una mano en algo que necesita, acoger con bondad a quien toca la puerta de nuestra casa. El encuentro con el hermano es un encuentro con Dios. Es como una "teofanía": el Señor se nos apareció. Tal vez llevaremos una sorpresa cuando el Juez, Cristo Jesús, nos diga al final: "a Mí me lo hicisteis".

Para reflexionar: ¿Tengo un espíritu acogedor, hospitalario? ¿O tengo bien trancada la puerta de mi casa y de mi corazón? ¿Tengo la escucha de la Palabra como prioridad en mi vida, antes de toda actividad doméstica, acción caritativa o de promoción humana? ¿Sé compaginar las dos cosas: la acción caritativa y la oración contemplativa?

Para rezar: Jesús, cuántas veces he dejado a un lado mi oración para darle vuelo a mi imaginación: programando, planeando los grandes proyectos que podría llevar a cabo, pero olvidando que lo único que puede garantizar el éxito apostólico es que Tú seas la parte central de cualquier esfuerzo. Permite que nunca olvide que mi misión proviene de tu inspiración, que inicia y se sostiene sólo con tu gracia, que desde el principio y hasta el final todo debe ser por Ti y para Ti.

 

 

 

16/07/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Pablo (Pedro) Gojdič, 17 de julio

«Obispo mártir del comunismo en Checoslovaquia, murió en prisión por causa de la fe, defensor de los judíos, reconocido 'Justo entre las Naciones' por el Yad Vashem»

Este prelado, que murió siendo prisionero por defender la fe, logró lo que se propuso al asumir la sede de su diócesis: «Con la ayuda de Dios, yo quiero ser un padre de los huérfanos, de los pobres y consuelo de los afligidos». En él se cumplió el vaticinio de Pío XI cuando el 29 de marzo de 1927 le recibió en audiencia y le obsequió con una cruz pectoral de oro, diciéndole: «Esta cruz es sólo un débil símbolo de las pesadas cruces que Dios enviará sobre ti, hijo mío, en tu trabajo como obispo».

Nació el 17 de julio de 1888 en Ruské Peklany, localidad cercana a Prešov, Eslovaquia. Su padre era un sacerdote de la iglesia greco-católica (bizantina). Estudió en Cigelka, Bardejov y Prešov. En esta última ciudad cursó estudios de teología, que completó en el seminario de Budapest. Llevado de su gran devoción por el Sagrado Corazón, se había consagrado a él y diariamente reiteraba su promesa diciendo: «Todas las oraciones, sacrificios y cruz las ofrezco para compensar los pecados de todo el mundo». Fue ordenado junto a su hermano en 1911 y durante unos meses auxilió a su padre.

Un año más tarde comenzó a asumir misiones que permitían vislumbrar una carrera imparable. Fue prefecto de una escuela-hogar infantil, instructor de religión de centros docentes de secundaria, coadjutor en Sabinov, y canciller del obispado, entre otras. Pero él ambicionaba una vida escondida. Y en 1922 tomó una decisión, acogida con sorpresa por quienes le conocían: ingresó en el monasterio de San Nicolás, en Chernecha Hora, perteneciente a la Orden de san Basilio el Grande. Emitió los votos al año siguiente y eligió el nombre de Pablo. Pensaba que la austeridad del claustro era la vía más excelente para poder servir a Dios. Pero la Providencia actuó en una línea distinta de la que soñó, y en 1926 fue nombrado administrador apostólico de la eparquía de Prešov.

Su afán por consolar a todos, como enseguida anunció, debió vivirlo con tanto celo que la gente terminó reconociéndole como un «hombre de corazón de oro». Se sentía orgulloso de sus raíces eslavas, y su primera carta pastoral fue dedicada al 1100 aniversario del nacimiento del apóstol que evangelizó su país, san Cirilo. Fue director del apostolado de la oración, fuente de la que se alimentaba junto con la Eucaristía. Pasaba gran parte de la noche en la capilla, delante del Sagrario. Esa entrega orante explicaba la dilatación milagrosa del tiempo; revertía en multitud de acciones apostólicas. En 1927 fue designado obispo titular de Harpasa y consagrado en la basílica de san Clemente de Roma. En 1939 pusieron bajo su responsabilidad la administración apostólica de Mukačevo. Su acción pastoral tuvo tal repercusión que se convirtió en un «aguijón en la carne» para el gobierno eslovaco. Presentó su renuncia, pero el papa no la admitió. Es más, en 1940 le nombro obispo titular de Prešov, y en 1946 asumió la jurisdicción de la iglesia greco-latina de toda Checoslovaquia. Como tenía gran devoción por María puso a la eparquía, y a sí mismo, bajo la protección de la Virgen de Klokočov.

Fue adalid de la causa judía, prestó ayuda a los refugiados y prisioneros, y liberó a presos de los campos de concentración. Por todo ello los servicios de seguridad eslovacos lo tenían en el punto de mira. Antiguos miembros de la Iglesia católica que se habían pasado al otro bando no ocultaban su hostilidad por su labor; no entendieron el ósculo fraterno que depositó públicamente en la frente de los judíos que se habían convertido. En 1950 el gobierno comunista lo detuvo, y lo recluyó en la cárcel. En un simulacro de juicio fue procesado y condenado a cadena perpetua. Los judíos escribieron al presidente checo, pero fue en balde. Los opresores trataron de disuadirle ofreciéndole la posibilidad de salir del país, pero él lo rechazó. Sabía que se jugaba la vida; antes le habían ido aislando del clero y de los fieles. Le temían porque sus obras de caridad, su esfuerzo para promover la vida espiritual y fortalecer la fe católica era algo que había calado hondamente en gran parte del pueblo. Ahí estaban las obras de un gran apóstol: parroquias nuevas, orfanatos, escuelas católicas, colegios, textos de espiritualidad, etc. Siempre apoyando a los huérfanos, jóvenes, comunidades y prensa religiosas. Una labor prodigiosa.

Cuando le propusieron renunciar a la fe católica y separarse de la Sede Apostólica manifestó: «Tengo 62 años, sacrificaré mis bienes y mi residencia, pero no negaré mi fe de ningún modo porque quiero salvar mi alma…». Lo trasladaron de prisión en prisión para engañar a la gente, haciendo creer que no estaba preso. Le obligaron a realizar trabajos humillantes, fue maltratado psicológicamente y sometido a crueles torturas, recluido en celdas de aislamiento, etc. No se quejó. Rezaba y decía misa clandestinamente. En 1953 mediante amnistía conmutaron su pena de cadena perpetua a 25 años de prisión, pero no quiso acogerla. Al cumplir los 70 de vida Pío XII le felicitó con un telegrama asegurándole que no olvidaría nunca a tan heroico hijo. Había ido enfermando de gravedad. Y cuando le condujeron a la clínica de Brno, después de haber pasado por la consulta de varios médicos que decían no haber hallado nada en su organismo, se le diagnosticó cáncer terminal.

Murió en la prisión eslovaca de Leopoldov el 17 de julio de 1960, justamente el día de su 72 cumpleaños, habiendo podido confesarse y recibir los sacramentos. Llevaba diez de martirio en los que había asegurado: «La persecución y el sufrimiento sólo fortalecerá nuestra fe y acercarnos más a Cristo y a su Iglesia». «Yo no odio a mis enemigos. Quiero acercarlos a Cristo, por supuesto, no por la fuerza o el engaño, sino por el amor y la verdad». El gobierno lo rehabilitó en 1990. Juan Pablo II lo beatificó el 4 de noviembre de 2001. En 2007 fue reconocido «Justo entre las Naciones» por el Yad Vashem.