Editorial

 

Sánchez, los hijos y la familia

 

 

22 julio, 2019 | por ForumLibertas.com


 

 

El discurso programático del presidente Sánchez en el Congreso, con independencia de las reacciones y resultados en las otras formaciones políticas, adoleció del grave inconveniente, constante en el PSOE, y que alcanzó el paroxismo en época de Rodríguez Zapatero, y que Sánchez puede emular. Se trata de su menosprecio por la familia, la maternidad y la descendencia; la natalidad, uno de los mayores problemas que amenazan a España. A pesar de ello, el silencio programático ha sido el único planteamiento.

Se necesita un gran sectarismo ideológico para marginar tal cuestión de la agenda política, cuando además se proclama la sostenibilidad de las pensiones a largo plazo. Cierto que los efectos de un aumento de la natalidad necesitan un cuarto de siglo para que sean efectivos laboralmente, pero cierto es también, que precisamente por su gran inercia temporal, se requiere empezar cuanto antes con una política que apoye a la familia y a la maternidad.

Sánchez se acordó de la muerte, la eutanasia, pero no de la vida, del nacer. Nos gustaría que no fuera el signo profundo de quienes nos gobiernan. Y junto con los hijos, una vez más se olvidaron de su fundamento, la familia. España es el único país de Europa sin política familiar. ¿Por qué no somos europeos en esto? ¿Por qué su feminismo termina donde empieza la maternidad? Ese es también un mal síntoma.

Y sí habló, pero de manera superflua, sobre las pensiones, otro problema perentorio. Nos dijo cómo debían ser con palabras extraídas del manual de lo políticamente correcto. Pero ni una sola palabra de lo importante: cómo pagarlas, ni sobre cómo compensar el esfuerzo de quienes contribuyen a su sostenibilidad, las familias con hijos, los grandes discriminados de esta historia. Tampoco mencionó la injusta transferencia intergeneracional de rentas públicas que perjudica a los jóvenes. Una vez más, la familia y los hijos, jóvenes en este caso, no forman parte de la agenda política de Sánchez que, eso sí, alardea de fibra óptica y piensa en España como una potencia europea por esta razón, sin reparar en que quienes hacen grande a un país son las familias y el capital moral de sus gentes.