Tribunas

Anhelos de cielo

 

 

Rosa Corazón
Abogada del Tribunal de la Rota y de Tribunales Eclesiásticos de España


 

 

Una buena amistad de adolescentes

Se conocieron en el colegio y trabaron una buena amistad, de esas propias de la adolescencia… Tanto, que decían al presentar a la otra: “Es mi mejor amiga”.

Después, la vida las fue separando; aunque volvieron a retomar el contacto alguna que otra vez.

Con los nuevos medios todo se hizo más fácil.

Y, como enarbolando una bandera que anunciaba una victoria ya lograda, le dijo a la otra: “Ya te tengo”. Porque tenía su mail, móvil, WhatsApp y dirección postal.

Cuantos recuerdos, plasmados en fotos, que se intercambiaron.

 

Esperanza de cielo

Un día, manifestando un dolor todavía vivo a pesar de los años pasados y con cierta desesperanza, le escribió:

“Hoy hace 50 años que murió mi hermana, un año mayor que yo, en un accidente de tráfico. ¿Qué hacía Dios ese día y a esa hora? ¿Dónde estaba?”

La amiga le respondió: Claro que sí, rezo por ella, por ti y por todos vosotros.

La verdad es que ya tenemos a muchos allá, en la otra vida…

San Pablo vio el Paraíso y, a la vuelta, dijo “Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó jamás por pensamiento de hombre alguno lo que Dios tiene preparado para los que le aman”.

A tu hermana le pido que, desde el Cielo, nos eche un cable.

Un gran abrazo con mucho cariño.

Su respuesta:

Muchas gracias por tu cariñoso mensaje.

Tus palabras me consuelan como ningunas.

Un fuerte abrazo también para ti.

Gracias.

 

Esperanza de cielo fundada

Una buena confesión es fuerte fundamento para la, tan ansiada y necesaria, esperanza de Cielo.

¿Y la Virgen?

“Corazón dulcísimo de María, sed la salvación del alma mía”

 

Rosa Corazón
E-mail: rcorazon52@gmail.com