Servicio diario - 10 de noviembre de 2019


 

Ángelus: "La vida pertenece a Dios, que nos ama y se preocupa tanto por nosotros"
Raquel Anillo

Una nueva Beata y un nuevo Santo, aplaudidos en la Plaza de San Pedro
Raquel Anillo

Sudán del Sur: El Papa reza con miles de personas por la paz
Anita Bourdin

Bolivia: el papa Francisco llama a la serenidad
Anita Bourdin

Beata Vincenza María (Luigia) Poloni, 11 de noviembre Raquel Anillo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

10/11/2019-12:26
Raquel Anillo

Ángelus: "La vida pertenece a Dios, que nos ama y se preocupa tanto por nosotros"

(ZENIT 10 noviembre 2019).- A las 12 de este 32 domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre ha rezado el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, ante los peregrinos y fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

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Palabras del Papa antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La página del Evangelio de hoy (cf. Lc 20,27-38) nos ofrece una enseñanza maravillosa de Jesús sobre la resurrección de los muertos. Jesús es cuestionado por algunos saduceos, que no creían en la resurrección y por lo tanto lo provocan con una pregunta insidiosa. Se refiere a un caso paradójico, basado en la ley de Moisés: de quién será esposa, en la resurrección, una mujer que tuvo siete maridos sucesivos, todos hermanos entre sí, que murieron uno tras otro?. Jesús no cae en la trampa y responde que los que han resucitado en el más allá "no toman ni mujer ni marido, porque de hecho, no pueden morir más..." porque son iguales a los ángeles y, porque son hijos de la resurrección, son hijos de Dios" (v.35-36). Así responde Jesús.

Con esta respuesta Jesús invita en primer lugar a sus interlocutores — y a nosotros también — a pensar que esta dimensión terrenal en la que vivimos ahora no es la única, sino que hay otra, que ya no está sujeta a la muerte, en la que se manifestará plenamente que somos hijos de Dios. Da gran consuelo y esperanza escuchar esta palabra sencilla y clara de Jesús sobre la vida más allá de la muerte; la necesitamos tanto especialmente en nuestro tiempo, tan rico en conocimiento sobre el universo pero tan pobre en sabiduría sobre la vida eterna.

Esta clara certeza de Jesús sobre la Resurrección se basa enteramente en la fidelidad de Dios, que es el Dios de la vida. De hecho, detrás de la cuestión de los saduceos se esconde una más profunda: No sólo de quién será esposa la mujer viuda de siete maridos, sino de quién será su vida. Esta es una duda que toca al hombre de todos los tiempos y también a nosotros: después de esta peregrinación terrenal, ¿qué será de nuestras vidas? ¿ pertenecerá a la nada, a la muerte?.

Jesús responde que la vida pertenece a Dios, que nos ama y se preocupa tanto por nosotros, hasta el punto de vincular su nombre al nuestro: es "el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob". Dios no es un dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven por él". (vv. 37-38). La vida subsiste donde hay vinculo, comunión, fraternidad y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y vínculos de fidelidad. Por el contrario, no hay vida si se tiene la presunción de pertenecer solo a uno mismo y vivir como islas: en estas actitudes prevalece la muerte. El egoísmo, yo vivo para mi mismo y estoy sembrando muerte en mi corazón.

Que la Virgen María nos ayude a vivir cada día en la perspectiva de lo que afirmamos en la parte final del Credo: "Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo venidero". Esperar el más allá.

 

 

 

10/11/2019-14:57
Raquel Anillo

Una nueva Beata y un nuevo Santo, aplaudidos en la Plaza de San Pedro

(ZENIT 10 noviembre 2019).- Saludos del Papa a los peregrinos de la Plaza de San Pedro después del Ángelus y aplausos para la nueva beata, la española María Emilia Riquelme beatificada ayer en Granada y el nuevo santo portugués Bartolomeo Fernandes de los Mártires.

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Palabras del Papa después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer en Granada, España, fue proclamada Beata María Emilia Riquelme y Zayas, fundadora de las Hermanas Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada. Y hoy, en Braga, en Portugal, se celebra una Misa de acción de gracias por la canonización equivalente de San Bartolomeo Fernandes de los Mártires. La nueva Beata fue ejemplar en el fervor de la adoración Eucarística y generosa en el servicio a los más necesitados; mientras que el nuevo Santo fue un gran evangelizador y pastor de su pueblo. Un aplauso para ellos!

Dirijo un pensamiento especial al querido pueblo de Sudán del Sur, que tendré que visitar este año. Con el recuerdo todavía vivo del retiro espiritual para las autoridades del país, celebrado en el Vaticano en abril pasado, deseo renovar mi invitación a todos los que participan en el proceso político nacional y a buscar lo que une y a superar lo que divide en un espíritu de verdadera fraternidad.

El pueblo de Sudán del Sur ha sufrido mucho en los últimos años y espera con gran esperanza un futuro mejor, especialmente el fin definitivo de los los conflictos y una paz duradera. Por lo tanto, insto a los responsables a continuar, sin cansancio, en su compromiso con un diálogo inclusivo en la búsqueda del consenso para el bien de la nación. También expreso la esperanza de que la comunidad internacional no descuide acompañar a Sudán del Sur en el camino hacia la reconciliación nacional. Os invito a todos a rezar juntos por este país, por el que siento un especial afecto.

 

Ave María  ...

También quiero confiar a sus oraciones la situación de mi querida Bolivia, cercana a mi país, invito a todos los bolivianos, en particular a los actores políticos y sociales, para que esperen con un espíritu constructivo y sin condiciones previas, en un ambiente de paz y serenidad, los resultados del proceso de la revisión de las elecciones, que actualmente se está llevando a cabo. En paz.

Hoy en Italia celebramos el Día Nacional de Acción de Gracias por los frutos de la tierra y del trabajo. Me uno a los obispos para recordar el fuerte vínculo entre el pan y el trabajo, esperando políticas de empleo audaces que tengan en cuenta la dignidad y la solidaridad y que prevengan los riesgos de corrupción. Que no se exploten a los trabajadores, que exista un trabajo para todos, pero un trabajo verdadero, no un trabajo de esclavos.

Doy las gracias a todos los que han venido de Roma, de Italia y de muchas partes del mundo. Saludo a los peregrinos de Haaren (Alemania), Darwin (Australia) y a los estudiantes de Neuilly (Francia); así como a los fieles de la diócesis de Piacenza-Bobbio, a los de Bianzé y Burano.

Les deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias. Buen almuerzo y adiós

 

 

 

10/11/2019-15:05
Anita Bourdin

Sudán del Sur: El Papa reza con miles de personas por la paz

(ZENIT — 10 noviembre 2019).- El Papa Francisco ha pedido la paz en Sudán del Sur, después del Ángelus del domingo 10 de noviembre de 2019, en la Plaza de San Pedro, y anunció planes para visitar el país el próximo año.

"Dirijo un pensamiento especial a la querida gente del sur de Sudán, a la que debo visitar este año que viene", dijo el Papa que recordó el retiro espiritual ecuménico vivido en el Vaticano por los líderes del país los días 10 y 11 de abril. 2019: el Papa había rezado de rodillas para comprometerse con la paz.

El Papa invitó a la "fraternidad": "Con el recuerdo aún vivo del retiro espiritual de las autoridades del país, que tuvo lugar en el Vaticano el pasado abril, deseo renovar mi invitación a todos los actores del proceso político nacional para buscar aquello que une y supera lo que divide, en un espíritu de verdadera fraternidad".

Lamentó el sufrimiento del país e instó a la paz: "El pueblo de Sudán del Sur ha sufrido demasiado en los últimos años y espera un futuro mejor, incluido el fin definitivo del conflicto y una paz duradera".

Con este fin, pidió un "diálogo" inclusivo: "Es por eso que insto a los funcionarios a continuar su compromiso incansable con el diálogo inclusivo con miras a construir un consenso para el bien de la nación".

Pero el Papa también recordó la responsabilidad de la comunidad internacional: "También expreso el deseo de que la comunidad internacional no se olvide de acompañar a Sudán del Sur en el camino de la reconciliación nacional". Los invito a todos a rezar juntos por este país por el cual tengo un afecto particular.

El Papa rezó un "Ave María" por Sudán del Sur con las miles de personas presentes en la Plaza de San Pedro y siguiendo el Ángelus por los medios de comunicación.

 

 

 

10/11/2019-15:16
Anita Bourdin

Bolivia: el papa Francisco llama a la serenidad

(ZENIT — 10 noviembre 2019).-El Papa Francisco aboga por un clima pacífico en Bolivia.

Después de la oración del Ángelus de este domingo, 10 de noviembre de 2019, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha evocado las tensiones que acompañaron la reelección del presidente Morales.

Expresó su afecto por este país vecino de Argentina: "También deseo confiar a sus oraciones la situación en la amada Bolivia, cerca de mi tierra natal", dijo el Papa. Invito a todos los bolivianos, en particular a los actores políticos y sociales, para que esperen con un espíritu constructivo y sin condiciones previas, en un ambiente de paz y serenidad, los resultados del proceso de la revisión de las elecciones, que actualmente se está llevando a cabo. En paz "

Por su parte, el presidente Evo Morales, declarado ganador, llamó al diálogo para aliviar las tensiones y se acercó a sus oponentes políticos para provocar el diálogo. Pero su apelación fue rechazada y las manifestaciones continuaron. Debería convocar a los votantes en las urnas.

 

 

 

10/11/2019-08:00
Isabel Orellana Vilches

Beata Vincenza María (Luigia) Poloni, 11 de noviembre

«Solidaridad, fe al servicio de los débiles y entrañas de misericordia, llevaron a esta beata, alentada por el beato Carlos Steeb, a fundar un Instituto dirigido al amplio colectivo de desfavorecidos que iba hallando a su paso»

Nació en Verona, Italia, el 26 de enero de 1802. Pertenecía a una familia plenamente comprometida con la fe cristiana; fue heredera de esa riqueza que sus padres, Gaetano y Margherita, le legaron. Ambos habían sido puestos a prueba reiteradamente con la pérdida de gran parte de su numerosa prole. De doce hijos habidos en el matrimonio —Luigia fue la última— solo tres sobrevivieron. Inteligente y capaz, sensible ante las adversidades, supo ser motivo de descanso para su familia. De su padre, integrado en una asociación benéfica, aprendió la riqueza que esconde el desprendimiento, acogiéndolo para sí. Sin duda, las personas que frecuentaran el establecimiento de comestibles y herboristería que regían, tendrían constancia fehaciente de su virtud. Además, Gaetano pertenecía a una asociación volcada en auxiliar a los desfavorecidos.

Tras la muerte de su progenitor se pusieron de manifiesto las cualidades de la beata para conducir los negocios familiares. Discreta y servicial acertaba siempre en el trato dispensado a los clientes; supo custodiar perfectamente los bienes comunes. Fue una persona de inestimable ayuda, dadora de consuelo cuando tuvieron que afrontar los nuevos infortunios que se produjeron en su entorno. Su generosidad hizo que sus propios sobrinos acudieran a ella por considerarla como una madre. Conocía en carne propia el zarpazo del sufrimiento, su valor purificativo, el cúmulo de enseñanzas que conlleva humanas y espirituales, y había adquirido el sentimiento de solidaridad universal que aglutina a quienes han pasado por él. Sus entrañas de misericordia serían manifiestas de forma singular en la obra que le aguardaba y de la que sería artífice.

Poco a poco hechos diversos fueron conduciéndola a la entrega definitiva a Dios. La oración sostenía su intensa dedicación a paliar las necesidades ajenas y a administrar la economía familiar. En ese cuidar a los demás se incluía su labor como voluntaria en el asilo de ancianos de su ciudad natal. Fue Carlos Steeb, su director espiritual, quien se percató de la grandeza humana y virtudes de la joven, su abnegación y el desasimiento de todo lo que no fuese su prójimo, precisamente porque era una mujer orante. Él entrevió la misión a la que estaba destinada. Atento a los signos, como es propio de los grandes apóstoles, la alentaba a seguir el sendero de la perfección a la espera de que se manifestase la voluntad divina sobre ella.

Entre tanto, la entrega de Luigia a los necesitados crecía. Durante la epidemia de cólera fue evidente que la acción de la futura fundadora no era un acto solidario, sino que iba acompañada de un cariz de ternura con los damnificados en el que latía el amor divino. Era una persona apreciada por su talento, agudeza, discreción y espíritu de servicio, entre otras virtudes. Carlos Steeb la abordó un día, diciéndole: «Hija mía, el Señor la quiere fundadora de un Instituto de Hermanas de la Misericordia, ninguna dificultad la atemorice o la detenga, para Dios nada es imposible». A lo que ella replicó humildemente: «Yo soy la más incapaz de todos pero el Señor se sirve, a veces, de los instrumentos más débiles para llevar a cabo sus designios: que se cumpla su voluntad». Y el 2 de noviembre de 1840, junto a otras tres mujeres, emprendió la fundación del Instituto, animada y asistida por el padre Steeb, con el carisma de servir a Cristo dirigiéndose a ese amplio colectivo que carece de afecto y de bienes: ancianos, pobres, niños, jóvenes, personas privadas de la libertad, etc., con un extenso programa de acciones llevadas a cabo en parroquias, hospitales, escuelas, asilos, centros médicos de primeros auxilios y prisiones, entre otros.

Al profesar en 1848 Luigia tomó el nombre de Vincenza en honor de san Vicente de Paúl. Y realmente se dejó guiar por el espíritu de este santo, porque los abandonados y los enfermos afectados por lesiones contagiosas tuvieron en ella otro ángel tutelar. Fueron quince años de intensa acción, en la que incluyó la formación de jóvenes adolescentes y de niñas, siempre con el afán de que pudieran conocer y experimentar el amor misericordioso de Dios. Extendió sus caritativos brazos a través de las religiosas, y así fueron abriéndose nuevas fundaciones hasta que un cáncer de mama, que inicialmente ocultó a los miembros de su comunidad y que después de ser intervenido no se erradicó, acabó con su vida el 11 de noviembre de 1855.

En su testamento había encomendado a sus hijas que viviesen la caridad, que reinara entre ellas el respeto, que no alentasen malos entendidos ni resentimientos. Hizo notar que si algo tormentoso se cernía en el horizonte, que no caminasen ni una hora con el peso de esa amargura, sino que inmediatamente debían buscar la reconciliación. Con toda claridad les había recordado la responsabilidad que tenían: Si mantenían viva la caridad entre todas, preservarían indemne el Instituto; de lo contrario, desaparecería. Quería pensar, y así lo expresó, que eso no sucedería jamás. Una vez les hubo asegurado que las asistiría desde el cielo, finalizó diciendo: «La caridad sobrevive a la muerte; esa, no lo dudéis, nos unirá en el Señor eternamente». Después de su deceso, el beato padre Steeb no dejó abandonadas a las religiosas sino que sostuvo la obra hasta su muerte. Luigia fue beatificada por Benedicto XVI el 21 de septiembre de 2008.