Servicio diario - 20 de marzo de 2020


 

Indulgencia plenaria para los enfermos de Coronavirus, agentes sanitarios, cuidadores y fieles
Redacción

La Iglesia explica cómo confesarse en tiempos de confinamiento
Larissa I. López

Papa Francisco: “Solo podemos salir de esta situación juntos”
Larissa I. López

Santa Marta: Francisco pide por los médicos y llama a volver a Dios Padre
Larissa I. López

Chile: Mons. Celestino Aós celebrará la Misa de este domingo en ‘streaming’
Christian Vallejo

“María durante la vida pública de Jesús”: Segunda predicación de Cuaresma
Larissa I. López

Adoración al Santísimo: Oración de Papa para ofrecer el arrepentimiento del corazón
Larissa I. López

Argentina: Suspendida la Misa con fieles en la Arquidiócesis de Buenos Aires
Christian Vallejo

El Vaticano plantea que las procesiones de Semana Santa se trasladen a septiembre
Larissa I. López

La película “Wojtyla. La investigación” en pleno montaje, “se estrenará a pesar de nosotros”
Rosa Die Alcolea

España: Servicio Jesuita a Migrantes pide liberar personas de Centros Internamiento de Extranjeros
Redacción

Toma este curso en internet para convertirte en un animador Laudato Si’
Redacción

Bioética: “¿Puede la epigenética jugar algún papel en la evolución biológica?”
Justo Aznar

Beato Miguel Gómez Loza, 21 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Indulgencia plenaria para los enfermos de Coronavirus, agentes sanitarios, cuidadores y fieles

Decreto del Papa Francisco
(zenit – 20 marzo 2020).- El Santo Padre concede la Indulgencia plenaria a los fieles enfermos de Coronavirus, a los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que exponiéndose al riesgo de contagio, cuidan de los enfermos.

La Santa Sede ha hecho público este viernes, 20 de marzo de 2020, el decreto de la Penitenciaría Apostólica relativo a la concesión de indulgencias especiales a los fieles en la actual situación de pandemia, firmado el 19 de marzo por el cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor, y por Krzysztof Nykiel, regente.

Las personas que gozarán de la Indulgencia plenaria serán los enfermos sujetos a cuarentena por orden de la autoridad sanitaria en los hospitales o en sus propias casas “si, con espíritu desprendido de cualquier pecado, se unen espiritualmente a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, a la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción, o si al menos rezan el Credo, el Padrenuestro y una piadosa invocación a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba con espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos”.

Siempre, “con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), apenas les sea posible”, indica el decreto.

Agentes sanitarios y cuidadores

Igualmente, podrán ganar la Indulgencia plenaria los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que, “siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio”, cuidan de los enfermos de Coronavirus, en las mismas condiciones.

La Penitenciaría Apostólica concede también la Indulgencia Plenaria, en las mismas condiciones, con ocasión de la actual epidemia mundial, a “aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí”.

A continuación, sigue el decreto completo:

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PENITENCIARÍA APOSTÓLICA

DECRETO

 

Se concede el don de Indulgencias especiales a los fieles que sufren la enfermedad de Covid-19, comúnmente conocida como Coronavirus, así como a los trabajadores de la salud, a los familiares y a todos aquellos que, en cualquier calidad, los cuidan.

“Con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración”(Rom 12:12). Las palabras escritas por San Pablo a la Iglesia de Roma resuenan a lo largo de toda la historia de la Iglesia y orientan el juicio de los fieles ante cada sufrimiento, enfermedad y calamidad.

El momento actual que atraviesa la humanidad entera, amenazada por una enfermedad invisible e insidiosa, que desde hace tiempo ha entrado con prepotencia a formar parte de la vida de todos, está jalonado día tras día por angustiosos temores, nuevas incertidumbres y, sobre todo, por un sufrimiento físico y moral generalizado.

La Iglesia, siguiendo el ejemplo de su Divino Maestro, siempre se ha preocupado de cuidar a los enfermos. Como indicaba San Juan Pablo II, el valor del sufrimiento humano es doble: » Sobrenatural y a la vez humano. Es sobrenatural, porque se arraiga en el misterio divino de la redención del mundo, y es también profundamente humano, porque en él el hombre se encuentra a sí mismo, su propia humanidad, su propia dignidad y su propia misión.» (Carta Apostólica Salvifici Doloris, 31).

También el Papa Francisco, en estos últimos días, ha manifestado su cercanía paternal y ha renovado su invitación a rezar incesantemente por los enfermos de Coronavirus.

Para que todos los que sufren a causa del Covid-19, precisamente en el misterio de este padecer, puedan redescubrir «el mismo sufrimiento redentor de Cristo» (ibíd., 30), esta Penitenciaría Apostólica, ex auctoritate Summi Pontificis, confiando en la palabra de Cristo Señor y considerando con espíritu de fe la epidemia actualmente en curso, para vivirla con espíritu de conversión personal, concede el don de las Indulgencias de acuerdo con la siguiente disposición.

Se concede la Indulgencia plenaria a los fieles enfermos de Coronavirus, sujetos a cuarentena por orden de la autoridad sanitaria en los hospitales o en sus propias casas si, con espíritu desprendido de cualquier pecado, se unen espiritualmente a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, a la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción, o si al menos rezan el Credo, el Padrenuestro y una piadosa invocación a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba con espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), apenas les sea posible.

Los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio, cuidan de los enfermos de Coronavirus según las palabras del divino Redentor: «Nadie tiene mayor amor que éste: dar la vida por sus amigos» (Jn 15,13), obtendrán el mismo don de la Indulgencia Plenaria en las mismas condiciones.

Esta Penitenciaría Apostólica, además, concede de buen grado, en las mismas condiciones, la Indulgencia Plenaria con ocasión de la actual epidemia mundial, también a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí.

La Iglesia reza por los que estén imposibilitado de recibir el sacramento de la Unción de los enfermos y el Viático, encomendando a todos y cada uno de ellos a la Divina Misericordia en virtud de la comunión de los santos y concede a los fieles la Indulgencia plenaria en punto de muerte siempre que estén debidamente dispuestos y hayan rezado durante su vida algunas oraciones (en este caso la Iglesia suple a las tres condiciones habituales requeridas). Para obtener esta indulgencia se recomienda el uso del crucifijo o de la cruz (cf. Enchiridion indulgentiarum, n.12).

Que la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, Salud de los Enfermos y Auxilio de los Cristianos, Abogada nuestra, socorra a la humanidad doliente, ahuyentando de nosotros el mal de esta pandemia y obteniendo todo bien necesario para nuestra salvación y santificación.

El presente decreto es válido independientemente de cualquier disposición en contrario.

Dado en Roma, desde la sede de la Penitenciaría Apostólica, el 19 de marzo de 2020.

 

Mauro. Card. Piacenza
Penitenciario Mayor

 

Krzysztof Nykiel
Regente

 

 

 

 

La Iglesia explica cómo confesarse en tiempos de confinamiento

Aclaraciones para los fieles y los ministros
(zenit – 20 marzo 2020).- “Cuando el fiel se encuentre en la dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental, debe recordarse que la contrición perfecta, procedente del amor del Dios amado sobre todas las cosas, expresada por una sincera petición de perdón (la que el penitente pueda expresar en ese momento) y acompañada de votum confessionis, es decir, del firme propósito de recurrir cuanto antes a la confesión sacramental, obtiene el perdón de los pecados, incluso mortales (cf. Catecismo, n. 1452)”.

Esta es una de las aclaraciones sobre el Sacramento de la Reconciliación incluidas en la nota de la Penitenciaria Apostólica vaticana, publicada hoy, 20 de marzo de 2020, ante “la gravedad de las circunstancias actuales” y dirigida tanto a los fieles laicos como a los pastores.

 

Situación especial de pandemia

El propio Papa Francisco ha recordado hoy en la Misa de Santa Marta que el Catecismo recoge la forma de confesar cuando no es posible recurrir a un sacerdote: “Habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: ‘Señor, he hecho esto, esto, esto… Perdóname’, y pídele perdón de todo corazón, con el Acto de Dolor y prométele: ‘Me confesaré después, pero perdóname ahora’. E inmediatamente volverás a la gracia de Dios”.

Dada esta situación especial, la Penitenciaría Apostólica tiene en cuenta que, sobre todo en los lugares más afectados por el contagio de la pandemia del coronavirus y hasta que esta remita, “se producirán los casos de grave necesidad” citados en el canon 961, § 2 del Código de Derecho canónico.

 

Absolución colectiva

Así, la penitenciaría recuerda que “la confesión individual representa el modo ordinario de celebrar este sacramento (cf. c. 960 del Código de Derecho Canónico), mientras que la absolución colectiva, sin la confesión individual previa, no puede impartirse sino en caso de peligro inminente de muerte, por falta de tiempo para oír las confesiones de los penitentes individuales (cf. c. 961 § 1 del Código de Derecho Canónico) o por grave necesidad (cf. c. 961 § 1 del Código de Derecho Canónico). 961 § 1, 2 CIC)”.

Esta consideración “corresponde al obispo diocesano, teniendo en cuenta los criterios acordados con los demás miembros de la Conferencia Episcopal (cf. c. 455 § 2 CIC), y sin perjuicio de la necesidad, para la válida absolución, del votum sacramenti por parte del penitente individual, es decir, del propósito de confesar a su debido tiempo los pecados graves que en su momento no pudieron ser confesados (cf. c. 962 § 1 CIC)”.

 

Obispos diocesanos

Cualquier otra especificación “se delega según el derecho a los obispos diocesanos, teniendo siempre en cuenta el bien supremo de la salvación de las almas (cf. c. 1752 C.I.C.) y en caso de que surja la necesidad repentina de impartir la absolución sacramental a varios fieles juntos, “el sacerdote está obligado a avisar, en la medida de lo posible, al obispo diocesano o, si no puede, a informarle cuanto antes (cf. Ordo Paenitentiae, n. 32)”.

Igualmente, estos pastores deben “indicar a los sacerdotes y penitentes las prudentes atenciones que deben adoptarse en la celebración individual de la reconciliación sacramental, tales como la celebración en un lugar ventilado fuera del confesionario, la adopción de una distancia adecuada, el uso de mascarillas protectoras, sin perjuicio de la absoluta atención a la salvaguardia del sigilo sacramental y la necesaria discreción”.

 

Capellanes extraordinarios

Los prelados de cada diócesis han de decidir también en su circunscripción “los casos de grave necesidad en los que es lícito impartir la absolución colectiva: por ejemplo, a la entrada de las salas de hospital, donde estén ingresados los fieles contagiados en peligro de muerte, utilizando en lo posible y con las debidas precauciones los medios de amplificación de la voz para que se pueda oír la absolución”.

Finalmente, la nota llama a considerar la conveniencia de establecer de acuerdo a las autoridades sanitarias los grupos de “capellanes extraordinarios de hospitales”, de forma voluntaria y para garantizar la asistencia de los enfermos y los moribundos.

A continuación, sigue la nota completa de la Penitenciaría Apostólica.

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Yo estoy con vosotros todos los días”(Mt 28,20)

La gravedad de las circunstancias actuales exige una reflexión sobre la urgencia y la centralidad del Sacramento de la Reconciliación, junto con algunas aclaraciones necesarias, tanto para los fieles laicos como para los ministros llamados a celebrar el Sacramento.

También en la época de Covid-19, el Sacramento de la Reconciliación se administra de acuerdo con el derecho canónico universal y según lo dispuesto en el Ordo Paenitentiae.

La confesión individual representa el modo ordinario de celebrar este sacramento (cf. c. 960 del Código de Derecho Canónico), mientras que la absolución colectiva, sin la confesión individual previa, no puede impartirse sino en caso de peligro inminente de muerte, por falta de tiempo para oír las confesiones de los penitentes individuales (cf. c. 961 § 1 del Código de Derecho Canónico) o por grave necesidad (cf. c. 961 § 1 del Código de Derecho Canónico). 961 § 1, 2 CIC), cuya consideración corresponde al obispo diocesano, teniendo en cuenta los criterios acordados con los demás miembros de la Conferencia Episcopal (cf. c. 455 § 2 CIC), y sin perjuicio de la necesidad, para la válida absolución, del votum sacramenti por parte del penitente individual, es decir, del propósito de confesar a su debido tiempo los pecados graves que en su momento no pudieron ser confesados (cf. c. 962 § 1 CIC).

Esta Penitenciaría Apostólica cree que, sobre todo en los lugares más afectados por el contagio de la pandemia y hasta que el fenómeno no remita, se producirán los casos de grave necesidad citados en el can. 961, § 2 CIC arriba mencionado.

Cualquier otra especificación se delega según el derecho a los obispos diocesanos, teniendo siempre en cuenta el bien supremo de la salvación de las almas (cf. c. 1752 C.I.C.).

En caso de que surja la necesidad repentina de impartir la absolución sacramental a varios fieles juntos, el sacerdote está obligado a avisar, en la medida de lo posible, al obispo diocesano o, si no puede, a informarle cuanto antes (cf. Ordo Paenitentiae, n. 32).

En la presente emergencia pandémica, corresponde por tanto al obispo diocesano indicar a los sacerdotes y penitentes las prudentes atenciones que deben adoptarse en la celebración individual de la reconciliación sacramental, tales como la celebración en un lugar ventilado fuera del confesionario, la adopción de una distancia adecuada, el uso de mascarillas protectoras, sin perjuicio de la absoluta atención a la salvaguardia del sigilo sacramental y la necesaria discreción.

Además, corresponde siempre al obispo diocesano determinar, en el territorio de su propia circunscripción eclesiástica y en relación con el nivel de contagio pandémico, los casos de grave necesidad en los que es lícito impartir la absolución colectiva: por ejemplo, a la entrada de las salas de hospital, donde estén ingresados los fieles contagiados en peligro de muerte, utilizando en lo posible y con las debidas precauciones los medios de amplificación de la voz para que se pueda oír la absolución.

Hay que considerar la necesidad y la conveniencia de establecer, cuando sea necesario, de acuerdo con las autoridades sanitarias, grupos de «capellanes extraordinarios de hospitales», también con carácter voluntario y en cumplimiento de las normas de protección contra el contagio, para garantizar la necesaria asistencia espiritual a los enfermos y moribundos.

Cuando el fiel se encuentre en la dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental, debe recordarse que la contrición perfecta, procedente del amor del Dios amado sobre todas las cosas, expresada por una sincera petición de perdón (la que el penitente pueda expresar en ese momento) y acompañada de votum confessionis, es decir, del firme propósito de recurrir cuanto antes a la confesión sacramental, obtiene el perdón de los pecados, incluso mortales (cf. Catecismo, n. 1452).

Nunca como en este tiempo la Iglesia experimenta el poder de la comunión de los santos, eleva a su Señor Crucificado y Resucitado votos y oraciones, en particular el Sacrificio de la Santa Misa, celebrada diariamente, incluso sin el pueblo, por los sacerdotes.

Como buena madre, la Iglesia implora al Señor que la humanidad sea liberada de tal flagelo, invocando la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de la Misericordia y Salud de los Enfermos, y de su esposo San José, bajo cuyo patrocinio la Iglesia camina siempre por el mundo.

Que María Santísima y San José nos obtengan abundantes gracias de reconciliación y salvación, en la escucha atenta de la Palabra del Señor, que hoy repite a la humanidad: «Basta ya; sabed que yo soy Dios» (Sal 46, 11), «Yo estoy con vosotros todos los días» (Mt 28, 20).

Dado en Roma, desde la sede de la Penitenciaría Apostólica, el 19 de marzo de 2020,

Solemnidad de San José, Esposo de la Santísima Virgen María, Patrono de la Iglesia Universal.

 

Mauro. Card.Piacenza

Penitenciario Mayor

 

Krzysztof Nykiel

Regente

 

 

 

 

Papa Francisco: “Solo podemos salir de esta situación juntos”

Declaraciones en el diario ‘La Stampa’
(zenit – 20 marzo 2020).- “Aquí se llora y se sufre. Todos. Solo podemos salir de esta situación juntos, como humanidad entera”, señala el Papa Francisco. Por ello, debemos “mirar al otro con un espíritu de solidaridad” y comportarnos de modo consecuente.

Estas declaraciones fueron realizadas por el Santo Padre en una conversación con el vaticanista del diario italiano La Stampa, Domenico Agasso, y recogidas por Vatican News.

 

Penitencia, compasión y esperanza

Francisco indica que este momento debe ser vivido “con penitencia, compasión y esperanza”. “Y con humildad, ya que en muchas ocasiones olvidamos que en la vida hay “zonas oscuras”, momentos sombríos.

“Creemos que solo pueden ocurrirle a alguien más. En cambio, este tiempo es oscuro para todos, nadie está excluido. Está marcado por el dolor y las sombras que han entrado en nuestra casa. Es una situación diferente a las que hemos vivido. También porque nadie puede permitirse el lujo de estar tranquilo, todos comparten estos días difíciles”, apunta.

 

Cuaresma

La Cuaresma, prosigue el Papa, “con la oración y el ayuno, nos adiestra para mirar con solidaridad a los demás, especialmente a los que sufren. Esperando el resplandor de esa luz que de nuevo iluminará todo y a todos”

En cuanto a la oración, expresa: “Me recuerda a los Apóstoles en la tormenta que invocan a Jesús: ‘Maestro, nos estamos ahogando’. La oración nos hace entender nuestra vulnerabilidad. Es el grito de los pobres, de los que se hunden, que se sienten en peligro, solos. Y en una situación difícil y desesperada, es importante saber que hay un Señor al que aferrarse”. Y Dios “nos apoya de muchas maneras. Nos transmite fortaleza y cercanía, como lo hizo con los discípulos que pedían ayuda en la tormenta. O cuando le dio la mano a Pedro que se estaba ahogando”.

 

Todos estamos en el mismo barco

Del mismo modo, el Pontífice no desea distinguir “entre creyentes y no creyentes”. “Todos somos humanos y como hombres estamos todos en el mismo barco. Y ninguna cosa humana debe ser ajena a un cristiano. Aquí lloramos porque sufrimos. Todos. Tenemos en común la humanidad y el sufrimiento”.

“Nos ayuda la sinergia, la colaboración recíproca, el sentido de la responsabilidad y el espíritu de sacrificio que se genera en tantos lugares. No debemos hacer una diferencia entre creyentes y no creyentes, vayamos a la raíz: la humanidad. Ante Dios todos somos hijos”, agrega.

 

La soledad y el trabajo de los sanitarios

Después, el Obispo de Roma se refirió a la soledad de aquellos que mueren sin el consuelo de sus familiares: “En estos días me han contado una historia que me ha impactado y dolido, también porque representa lo que sucede en los hospitales. Una anciana comprendió que se estaba muriendo y quiso despedirse de sus seres queridos: la enfermera le tomó el teléfono móvil y llamó a su nieta por vídeo, así que la anciana vio la cara de su nieta y pudo irse con este consuelo. Es la necesidad final de tener una mano para sostener tu mano. De un gesto final de acompañamiento”.

Y continúa subrayando cómo “muchas enfermeras y enfermeros acompañan este deseo extremo con sus oídos, escuchando el dolor de la soledad, tomando la mano. El dolor de los que se fueron sin despedirse se convierte en una herida en el corazón de los que se quedan”.

“Agradezco a todas estas enfermeras y enfermeros, médicos y voluntarios que, a pesar del extraordinario cansancio, se disponen con paciencia y bondad de corazón para suplir la ausencia obligada de los familiares”, dijo el Santo Padre.

 

Raíces, memoria, hermandad y esperanza

En cuanto a las consecuencias que esta situación tendrá para nuestro futuro, el Papa Francisco considera que dijo lo que está sucediendo servirá “para recordar a los hombres de una vez por todas que la humanidad es una sola comunidad. Y cuán importante y decisiva es la fraternidad universal. Debemos pensar que será un poco como una posguerra. Ya no habrá ‘el otro’, sino que será ‘nosotros’. Porque solo podemos salir de esta situación todos juntos”.

“Tendremos que mirar aun más a las raíces: los abuelos, los ancianos. Construir una verdadera hermandad entre nosotros. Hacer memoria de esta difícil experiencia que todos vivimos juntos. Y seguir adelante con esperanza, que jamás defrauda. Estas serán las palabras clave para empezar de nuevo: raíces, memoria, hermandad y esperanza”, concluye.

 

 

 

 

Santa Marta: Francisco pide por los médicos y llama a volver a Dios Padre

Cómo confesarse si no hay sacerdote
(zenit – 20 marzo 2020).- Ayer recibí un mensaje de un sacerdote de Bérgamo pidiendo rezar por los médicos de Bérgamo, Treviglio, Brescia, Cremona, que están al límite de su trabajo; están dando su propia vida para ayudar a los enfermos, para salvar la vida de los demás. Y también oremos por las autoridades; para ellos no es fácil manejar este momento y muchas veces sufren las incomprensiones”.

Esta es la petición realizada por el Santo Padre hoy, 20 de marzo de 2020, en la Misa en Santa Marta, transmitida en directo dado que en muchos países no se celebra la Misa públicamente ante la emergencia sanitaria por el coronavirus.

Y añadió: “Ya sean médicos, personal de hospitales, voluntarios de la salud o las autoridades, en este momento son pilares que nos ayudan a ir adelante y nos defienden en esta crisis. Oremos por ellos”.

Después, en su homilía, el Papa Francisco reflexionó en torno a la primera lectura que presenta la liturgia este viernes de la III Semana de Cuaresma. En ella, el Papa Francisco recordó que el profeta Oseas (Oseas 14, 2-10) nos exhorta a hablar con Dios como un Padre bueno que ama y perdona siempre.

 

Volver con el Padre

Así, remitiendo a una antigua canción de Carlo Buti muy escuchada por las familias de Argentina, “Vuelve con tu papá”, Francisco se refirió a la parábola del hijo pródigo, en la que Dios  se muestra como “papá”, no como juez.

“Vuelve con tu papá, vuelve con tu padre. Él te espera. Es la ternura de Dios la que nos habla, especialmente durante la Cuaresma. Es el tiempo de entrar en nosotros mismos y recordar al Padre o volver a tu padre”, remarcó el Papa.

A los que no acuden a Él por “vergüenza”, insiste: “¿Qué dice el Señor? ‘Vuelve, yo te curaré de tu infidelidad, te amaré profundamente, porque mi ira se ha alejado. Seré como el rocío; tú florecerás como un lirio y echarás raíces como un árbol del Líbano’. Vuelve con tu padre que te está esperando. El Dios de la ternura nos curará; nos curará de muchas, muchas heridas de la vida y de muchas cosas feas que hemos hecho. ¡Cada uno tiene lo suyo!”.

 

Confesión

Además, recordando lo que indica el Catecismo, el Pontífice explicó cómo se puede confesar cuando no es posible recurrir a un sacerdote: “Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: ‘Señor, he hecho esto, esto, esto… Perdóname’, y pídele perdón de todo corazón, con el Acto de Dolor y prométele: ‘Me confesaré después, pero perdóname ahora’. E inmediatamente volverás a la gracia de Dios”.

También hoy, el Obispo de Roma terminó la celebración de la Eucaristía con la adoración y la bendición Eucarística, invitándonos a hacer la Comunión espiritual.

A continuación, sigue la transcripción de la homilía del Papa realizada por Vatican News.

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Homilía del Santo Padre

Cuando leo o escucho este pasaje del profeta Oseas que hemos escuchado en la primera lectura [que dice]: “Vuelve Israel, al Señor, tu Dios, vuelve”, cuando lo escucho, recuerdo una canción que cantaba Carlo Buti hace 75 años y que se escuchaba con tanto placer en las familias italianas de Buenos Aires: “Vuelve con tu papá”. La canción de cuna todavía te cantará. Vuelve: pero es tu padre quien te dice que vuelvas. Dios es tu papá, no es el juez, es tu papá: “Ven a casa, escucha, ven”. Y ese recuerdo – yo era un niño pequeño – me lleva inmediatamente al padre del capítulo 15 de Lucas, ese padre que dice: “Vio a su hijo venir desde lejos”, ese hijo que se había ido con todo el dinero y lo malgastó. Pero, si lo vio de lejos, fue porque lo estaba esperando. Subía a la terraza – ¡Cuántas veces al día! – durante días y días, meses, años tal vez, esperando a su hijo. Lo vio de lejos. Vuelve con tu papá, vuelve con tu padre. Él te espera. Es la ternura de Dios la que nos habla, especialmente durante la Cuaresma. Es el tiempo de entrar en nosotros mismos y recordar al Padre o volver a tu padre.

“No, Padre, me avergüenzo de volver porque… Ya sabe Padre, he hecho cosas feas, he hecho muchas cosas feas…”. ¿Qué dice el Señor? “Vuelve, yo te curaré de tu infidelidad, te amaré profundamente, porque mi ira se ha alejado. Seré como el rocío; tú florecerás como un lirio y echarás raíces como un árbol del Líbano”. Vuelve con tu padre que te está esperando. El Dios de la ternura nos curará; nos curará de muchas, muchas heridas de la vida y de muchas cosas feas que hemos hecho. ¡Cada uno tiene lo suyo!

Pero pensar esto: volver a Dios es volver al abrazo, al abrazo de nuestro padre. Y pensar en esa otra promesa que hace Isaías: “Si tus pecados son tan feos como la escarlata, te haré blanco como la nieve”. Él es capaz de transformarnos, Él es capaz de cambiar nuestros corazones, pero quiere que demos el primer paso: volver. No es ir a Dios, no: es volver a casa.

Y la Cuaresma siempre se centra en esta conversión del corazón que, en el hábito cristiano, toma forma en el sacramento de la Confesión. Es el momento para – no sé si para “ajustar las cuentas”, no me gusta eso – dejar que Dios nos blanquee, que Dios nos purifique, que Dios nos abrace.

Sé que muchos de ustedes, por Pascua, van a confesarse para encontrarse con Dios. Pero muchos me dirán hoy: “Pero Padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, por qué no puedo salir de casa? Y yo quiero hacer las paces con el Señor, quiero que me abrace, quiero que mi padre me abrace… ¿Qué puedo hacer si no encuentro sacerdotes?”. Haz lo que dice el Catecismo. Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: “Señor, he hecho esto, esto, esto… Perdóname”, y pídele perdón de todo corazón, con el Acto de Dolor y prométele: “Me confesaré después, pero perdóname ahora”. E inmediatamente volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a la mano. Piensa en ello: ¡es el momento!  Y este es el momento adecuado, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve.

Sería bueno que hoy en nuestros oídos resonara este “vuelve”, “vuelve a tu papá, vuelve a tu padre”. Te espera y hará fiesta.

 

 

 

 

Chile: Mons. Celestino Aós celebrará la Misa de este domingo en ‘streaming’

A las 12 h. en el cerro de San Cristóbal
(zenit – 20 marzo 2020).- Acogiendo la iniciativa de seguir la transmisión de la Misa desde los hogares como medida preventiva por la expansión del coronavirus, el arzobispo de Santiago, Chile, Mons. Celestino Aós celebrará la Eucaristía de este domingo 22 de marzo de 2020, IV Domingo de Cuaresma, en streaming desde el cerro de San Cristóbal.

La celebración eucarística, programada a las 12 horas, podrá seguirse desde las plataformas digitales del santuario y será concelebrada por el padre Cristián Roncagliolo, obispo auxiliar de Santiago y el padre Carlos Godoy, rector del santuario de la Inmaculada Concepción, indican desde el Arzobispado de Santiago a través de un comunicado.

 

Celebración de la Misa

La Eucaristía, comenzará al mediodía “con la mirada de los presbíteros puesta en la Virgen, desde donde, junto con el repique de las campanas, tal como pidió el arzobispo de Santiago este jueves 19 de marzo, rezarán el Ángelus, como una acción de gracias para consagrar la ciudad de Santiago al cuidado de nuestra Madre y colocando a los pies de María, el anhelo de salud y paz de todos sus hijos e hijas”, apunta el comunicado.

El texto recuerda también que el arzobispo invitó también a “las parroquias y templos católicos a que el próximo domingo 22 de marzo, al mediodía, hagan sonar las campanas. Las campanas nos llaman para que nos unamos en oración” y llamó a los fieles a “mantenerse vivos en la fe, ya sea de manera personal o familiar, rezando y celebrando las misas desde los hogares”.

De este modo, distintas parroquias de la Arquidiócesis de Santiago, junto con varios colegios, liceos e instituciones católicas, han acogido este llamamiento para transmitir en directo la Misa online durante este tiempo.

El arzobispo de Santiago invita también a los fieles a rezar desde sus hogares: “Unamos en oración en la familia, allí donde estemos. Recemos el Ángelus y la oración que el Papa Francisco nos ha entregado para esta ocasión del Coronavirus. Pidamos por nuestras familias y los enfermos”.

 

Contribución del Arzobispado

Actualmente, Chile suma un total de 434 casos de contagiados confirmados por la pandemia del coronavirus, aunque no se contabiliza ninguna persona fallecida, tal y como indica la última actualización de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo, el arzobispado ha puesto a disposición de las autoridades sanitarias del país, desde el pasado martes 17 de marzo de 2020, las cuatro casas espirituales de la arquidiócesis, como una forma concreta de ayudar en esta emergencia por la propagación del Covid-19.

Los lugares están siendo evaluados por las respectivas autoridades sanitarias para validar un posible uso hospitalario o de otra índole relacionada con la pandemia.

 

Medidas

Según las indicaciones de las autoridades sanitarias para contribuir a la protección de la salud pública del país, el Arzobispado de Santiago actualizó y profundizó en sus medidas de precaución el 19 de marzo:

  1. Misa diaria y dominical: Profundizando la medida ya tomada hace unos días, y a causa de la situación totalmente excepcional, hemos tomado la decisión que desde hoy, jueves 19 de marzo, quedan suspendidas todas las celebraciones públicas de la Eucaristía con participación regular de fieles; también las dominicales. Esta medida se mantendrá mientras dure la crisis.
  2. Precepto dominical: Reiteramos que todos los fieles de nuestra Arquidiócesis de Santiago están dispensados del precepto dominical mientras dure la actual situación.
  3. Participación en misa desde los hogares: Animamos vivamente a los fieles a que participen de la Santa Misa por radio, televisión o internet. También los invitamos a hacer la comunión espiritual, especialmente el domingo, como medio de santificación y de comunión eclesial. Recomendamos además leer el Evangelio diario, para alimentarnos con el Pan de la Palabra.
  4. Apoyo para orar en casa: La Vicaría de Pastoral ofrecerá subsidios para ayudarnos a vivir el domingo, para hacer la comunión espiritual, para acrecentar la oración y renovarnos en la piedad. También se pondrán a disposición diversos medios de comunicación digital que ofrecen la Santa Misa diaria, el rezo del Rosario y meditaciones, que nos pueden ayudar a vivir unidos al Señor en este tiempo de tribulación. Todos estos medios están disponibles en www.iglesiadesantiago.cl.
  5. Misa diaria de sacerdotes: Se pide a los sacerdotes que, en la celebración diaria de la eucaristía sin presencia regular de fieles, incluyan peticiones por los fallecidos, enfermos y sus familias, y también por los profesionales sanitarios comprometidos a salvaguardar el bien común.
  6. Puertas abiertas y opción por los pobres: Se invita a tener abiertas las Iglesias para que todos los fieles que lo deseen puedan orar personalmente y para que se atienda a las personas que, por razones de fuerza mayor, lo requieran. Se pide a los sacerdotes estar especialmente disponibles para atender a los enfermos, haciéndolo con prudencia, siguiendo el protocolo establecido por la Arquidiócesis (ver en www.iglesiadesantiago.cl) para evitar ser agentes de contagio. También se invita a las comunidades a estar atentas ante las necesidades de los más vulnerables, que serán especialmente afectados con esta pandemia.
  7. Bautizos y matrimonios: En cuanto a los bautizos y matrimonios programados, si no se pueden postergar, pedimos que se realicen en grupos pequeños y siguiendo las directrices de las autoridades sanitarias. Los que no estén programados, solicitamos que se pospongan hasta superar esta crisis.
  8. Velatorios y responsos: En relación a los velorios invitamos a las Iglesias a seguir prestando este servicio con acogida y disposición. También pedimos que los responsos se celebren de una manera simplificada y en grupos pequeños, siempre en diálogo con las familias, proponiéndoles hacer la misa de funeral cuando la situación se normalice.
  9. Otros sacramentos: En todos los demás sacramentos, se pide a los ministros aplicar la prudencia pastoral, siempre en contacto con los fieles y proponiendo, cuando sea posible, celebrarlos más adelante.
  10. Catequesis y otros: Están suspendidas todas las catequesis presenciales. También están suspendidas las charlas, encuentros formativos, conciertos, conferencias o eventos presenciales en templos y dependencias diocesanas. Esto no obsta que, con creatividad pastoral, se puedan hacer vía on line retiros, catequesis y otras instancias de formación.
  11. Atención de los fieles: Se pide a las parroquias y demás espacios eclesiales procurar mantener la atención de los fieles a través de teléfono u otros medios digitales.
  12. Atención del Arzobispado: A contar del jueves 19 de marzo, el Arzobispado de Santiago, sus vicarías, direcciones y unidades pastorales se encuentran atendiendo en la modalidad online; vía email, teléfono, Whatsapp y videoconferencia, entre otros. Ver más información en www.iglesiadesantiago.cl.
  13. Respetar las disposiciones de las autoridades: Nuevamente pedimos a todos seguir rigurosamente las indicaciones que nos vaya dando el Ministerio de Salud para hacer frente a esta crisis sanitaria. Respecto a situaciones o consultas específicas para celebraciones en templos o santuarios, les pedimos consultar al mail comunicaciones@iglesiadesantiago.cl.
  14. La arquidiócesis irá actualizando su información en la medida que se requiera.

 

 

 

 

“María durante la vida pública de Jesús”: Segunda predicación de Cuaresma

Del Padre Raniero Cantalamessa
(zenit – 20 marzo 2020).- Bajo el tema general de “María durante la vida pública de Jesús”, el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, ofreció al Papa y a la Curia Roma su segunda predicación de Cuaresma.

Debido a la emergencia sanitaria, esta prédica fue grabada y transmitida posteriormente, indica Vatican News.

De acuerdo al citado medio vaticano, el padre Cantalamessa comenzó recordando que en las meditaciones de esta Cuaresma se continúa el camino iniciado en Adviento, siguiendo las huellas de la Madre de Dios: “Será una manera de meternos bajo la protección de la Virgen en un momento tan crítico para toda la humanidad debido a la pandemia del Coronavirus”.

 

La presencia de la Virgen

Después de señalar que no se habla demasiado de María en el Nuevo Testamento, o al menos no tanto como desearíamos, teniendo en cuenta el desarrollo que tuvo en la Iglesia la devoción a la Madre de Dios, el predicador declaró que si ponemos atención, nos damos cuenta de que “María no está ausente en ninguno de los tres momentos constitutivos del misterio de la salvación. De hecho, existen tres momentos muy precisos que, juntos, forman el gran misterio de la Redención. Estos son: la Encarnación del Verbo, el Misterio pascual y Pentecostés”.

El sacerdote explicó que “estas tres presencias de María en los momentos claves de nuestra salvación” no pueden casuales. Por ello, en esta Cuaresma deseamos seguir a María en el Misterio pascual, dejándonos guiar por ella en la comprensión profunda de la Pascua y en la participación en los sufrimientos de Cristo.

 

Tomar de la mano a María

“María nos toma de la mano y nos anima a seguirla en este camino, diciéndonos como una madre a sus propios hijos reunidos: ‘Vamos también nosotros a morir con él’. En el Evangelio, es el apóstol Tomás quien pronuncia estas palabras, pero es María quien las pone en práctica”, puntualizó.

El Padre Cantalamessa expuso además que “el Misterio pascual no comienza, en la vida de Jesús, con el prendimiento en el huerto y no dura solo durante la Semana Santa”, sino toda su vida. Desde el saludo de Juan Bautista que lo indica como el Cordero de Dios, es una preparación para su Pascua. Y, de acuerdo al Evangelio de Lucas, la vida pública de Jesús fue toda una “lenta e inexorable subida hacia Jerusalén, donde consumaría su éxodo”.

 

Nueva Eva

Según el predicador, paralelamente a este camino del nuevo Adán obediente, se desarrolla el camino de la nueva Eva. Por esta razón también para María el Misterio pascual había comenzado desde hacía tiempo: “Ya las palabras de Simón sobre el signo de contradicción y sobre la espada que le traspasaría el alma contenían un presagio que María conservaba en su corazón, junto con todas las demás palabras”.

Por otra parte, planteó “¿qué sucede normalmente en un camino de santidad después de que un alma ha sido colmada de gracia, después de que ha respondido generosamente con su ‘sí’ de fe y ha comenzado voluntariosamente a cumplir obras buenas y a cultivar la virtud?”.

Y respondió: “Viene el tiempo de la purificación y del despojamiento. Viene la noche de la fe. Y veremos, de hecho, que María, en este período de su vida, nos sirve como guía y modelo precisamente en esto: de cómo comportarnos cuando viene en la vida ‘el tiempo de la poda’”

 

La kénosis de María

Asimismo, tras remitir a san Juan Pablo II en su encíclica Redemptoris Mater, que aplica a la vida de la Virgen la gran categoría de la kénosis, en la que al pie de la cruz, María participa, mediante la fe, en el desconcertante misterio de este despojamiento; el padre aseveró algunas enseñanzas del Concilio Vaticano II, de san Juan de la Cruz y, naturalmente, del Nuevo Testamento, donde, por ejemplo, “encontramos palabras fuertes de Jesús”. Y afirmó que “María, siendo la madre, aprendió la obediencia por las cosas que padeció”.

También María aprendió la fe y la obediencia, pues creció en ellas gracias a los sucesos que padeció, para que nosotros podamos decir de ella, con toda confianza: no tenemos una madre que no sepa compadecerse con nuestras enfermedades, nuestro cansancio, nuestras tentaciones, habiendo sido ella misma probada en todo a semejanza de nosotros, a excepción del pecado.

El padre Cantalamessa también presentó otras imágenes de María durante la vida pública de Jesús y, con el relato de los evangelios, añadió un último detalle del que habla san Lucas al referirse a las “seguidoras femeninas de Jesús”, es decir, a un cierto número de mujeres piadosas que habían sido beneficiadas por parte de Jesús y que “lo atendían con sus bienes”. Esto es, que cuidaban de las necesidades materiales suyas y de los apóstoles, como preparar una comida, lavar o remendar ropa.

 

La kénosis de Jesús

“La kénosis de Jesús consistió en el hecho de que, en lugar de hacer valer sus derechos y sus prerrogativas divinas, se despojó de ellas, asumiendo el estado de siervo y pareciendo en el exterior un hombre como los demás. La kénosis de María consistió en el hecho de que, en lugar de hacer valer sus derechos como madre del Mesías, se dejó despojar de ellos, apareciendo delante de todos como una mujer igual a las otras”, describió el sacerdote.

Y prosiguió explicando que “la cualidad de Hijo de Dios no sirvió para ahorrarle a Cristo alguna humillación y, del mismo modo, la cualidad de Madre de Dios no le sirvió a María para ahorrarle algunas humillaciones”.

“Jesús se comportó con la Madre como un director espiritual lúcido y exigente que, habiendo vislumbrado un alma excepcional, no le hace perder el tiempo, no la deja detenerse en lo bajo, entre sentimientos y consolaciones naturales, sino que la empuja en una carrera sin tregua hacia el despojamiento total, de cara a la unión con Dios. Enseñó a María la renuncia de sí misma. Jesús dirige a todos sus seguidores de todos los siglos, con su Evangelio, pero a la Madre la dirigió a viva voz, en persona”, puntualizó.

 

El silencio de la Virgen

En torno a la cuestión sobre cómo reaccionó María a esta conducta del Hijo y de Dios mismo en relación a ella, el padre sugirió releer los textos recordados en los que nunca se constata “la más mínima mención de conflicto de voluntad, de réplica o de auto justificación por parte de María; ¡nunca una intención de hacer cambiar de decisión a Jesús!”.

Y es aquí donde aparece la santidad personal y única de la Madre de Dios, la maravilla más alta de la gracia. María callaba. Su respuesta a todo era el silencio. No un silencio de repliegue o de tristeza, más bien un silencio bueno y santo. Y el hecho de que calle no significa que para María todo sea fácil, que no deba superar luchas, fatigas y tinieblas, reveló: “Ella estuvo exenta del pecado, no de la lucha y de lo que San Juan Pablo II llamaba ‘el cansancio de creer’”.

Finalmente, indica la misma fuente, la predicación concluyó, en este tiempo de gran tribulación para todo el mundo, dirigiendo a la Virgen la antigua oración: “Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!”.

 

 

 

 

Adoración al Santísimo: Oración de Papa para ofrecer el arrepentimiento del corazón

“Esperando la dicha de la Comunión sacamental”
(zenit – 20 marzo 2020).- “A tus pies me postro, ¡oh Jesús mío!, y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito, que se hunde en la nada, ante Tu santa Presencia”, dijo el Papa Francisco frente al Santísimo Sacramento.

También hoy, 20 de marzo de 2020, el Santo Padre terminó la celebración de la Misa en la Casa Santa Marta emitida en streaming con la adoración y la bendición Eucarística, invitándonos de nuevo a hacer la comunión espiritual.

 

Petición y homilía

En la Eucaristía, Francisco elevó una oración especial por el personal médico y los trabajadores de la salud que están haciendo todo lo posible para ayudar a los pacientes infectados con el coronavirus, especialmente en las localidades italianas de Bérgamo, Treviglio, Brescia y Cremona. También rezó por las autoridades.

Del mismo modo, en su homilía, el Papa invitó a redescubrir a Dios como un Padre bueno y explicó cómo confesarse en ausencia de un sacerdote.

A continuación, sigue la oración recitada por el Pontífice durante la adoración del Santísimo Sacramento ofrecida por Vatican News.

 

Oración del Santo Padre

“A tus pies me postro, ¡oh Jesús mío!, y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito, que se hunde en la nada, ante Tu santa Presencia.

Te adoro en el Sacramento de Tu amor, la inefable Eucaristía, y deseo recibirte en la pobre morada que te ofrece mi alma.

Esperando la dicha de la Comunión sacramental, quiero poseerte en espíritu.

Ven a mí, puesto que yo vengo a Ti, ¡oh mi Jesús!, y que Tu amor inflame todo mi ser en la vida y en la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, Te amo. Así sea”.

 

 

 

 

Argentina: Suspendida la Misa con fieles en la Arquidiócesis de Buenos Aires

Ante la pandemia
(zenit – 20 marzo 2020).- Con motivo de la pandemia global por el coronavirus, desde el arzobispado de Buenos Aires se ha decidido suspender las celebraciones de la Misa en los templos de la Arquidiócesis de la ciudad.

Así lo comunicó ayer, día 19 de marzo de 2020, a través de una nota, el propio Arzobispado de Buenos Aires.

 

Medidas

Por lo tanto, quedan suspendidas “las celebraciones con asistencia de fieles en todas las parroquias, iglesias y capillas, hasta nuevo aviso, recordando la dispensa del precepto dominical ya vigente para todos”, indica el comunicado.

El texto confirma que se mantendrán “nuestras parroquias disponibles para acompañar las necesidades espirituales y materiales de nuestros hermanos, en particular las de los más pobres, enfermos y nuestros abuelos que son los que más rezan”.

Asimismo, se dispone “hacer de nuestra comunidad arquidiocesana un Cenáculo de oración permanente, pidiendo por todos los afectados por esta pandemia, por los agentes sanitarios y quienes ‘se la están jugando’ por el cuidado de nuestra gente”.

Finalmente, el arzobispado confirma que obispos, sacerdotes y diáconos están “en total disponibilidad para acompañar a nuestro Pueblo porteño en este momento de emergencia”.

 

Comunicado de la Conferencia Episcopal

Desde la Conferencia Episcopal Argentina se hace un llamamiento a todo el pueblo argentino para vivir con cuidado y responsabilidad esta pandemia, para también poder cuidar a los demás y alejarse del pánico y el medio, siempre pensando en los demás. “El cuidado y la responsabilidad para con los hermanos y hermanas nos llevan al amor, a la solidaridad y al servicio”, aseguran a través de una nota.

Los obispos animan a observar los sectores más vulnerables de la sociedad, a pensar en “los más de 4.400 barrios carenciados del país en los que viven varios millones de personas. A estas personas no les va a resultar muy fácil quedarse en sus casas ya que necesitan salir para ganar el pan para sus familias día por día”. De ese modo, el episcopado hace un llamamiento a llevar estilos de vida y hábitos de consumo que opten por vivir de una forma más sencilla y simple.

 

Cuaresma especial

Igualmente, se invita a todos los fieles a aprovechar este momento para crecer como personas y como sociedad, así como alcanzar una mayor cercanía espiritual para que nadie se sienta solo. Además, apoyan el uso de las redes sociales ya que “pueden ayudarnos aportando nuestra creatividad para comunicarnos y sostenernos en la esperanza, generando nuevos modos de ayuda mutua y de compañía”.

Por último, el episcopado argentino invita a vivir una Cuaresma especial apoyados en la fuerza de la oración, pidiendo por los enfermos y sus familiares: “Queremos agradecer especialmente a quienes están sirviendo a los enfermos y a los más pobres: al personal sanitario, médicas y médicos, enfermeras y enfermeros, voluntarios de la pastoral de la salud presentes en esta hora compleja y apremiante, a todos llegue nuestro aliento y la seguridad de nuestra oración”.

 

Situación en Argentina

Actualmente, en Argentina se contabilizan 128 casos confirmados de infectados por el Covid-19, y un total de 3 personas fallecidas, tal y como indica la última actualización de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo, siguiendo las disposiciones emitidas por el gobierno de la provincia de Santa Cruz y por el Ministerio de Salud de la Nación, también se suspendió la celebración y el encuentro con motivo del 500 aniversario de la primera Misa en Puerto San Julián, Argentina, programada para el 31 de marzo y el 1 y 2 de abril.

 

 

 

 

El Vaticano plantea que las procesiones de Semana Santa se trasladen a septiembre

Indicaciones a los obispos sobre el Triduo Pascual
(zenit – 20 marzo 2020).- “Las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del obispo diocesano podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo, el 14 y 15 de septiembre”.

Esta propuesta ha sido realizada por la Congregación del Culto Divino a través de un Decreto titulado “En tiempo de Covid-19”, redactado ante el “difícil tiempo que estamos viviendo” y teniendo en cuenta “el impedimento para celebrar la liturgia comunitariamente en la iglesia según lo indicado por los obispos”.

 

Pascua y Misa Crismal

En este sentido, el dicasterio ofrece una serie de indicaciones generales y sugerencias a los prelados. La primera de ellas tiene que ver con la fecha de la Pascua, “corazón del año litúrgico”, celebrada en durante tres días, el Triduo Pascual, que “no puede ser trasladada”.

En segundo lugar, con respecto a la Misa crismal, el documento expone que cada obispo “tiene la facultad de posponerla a un día posterior”.

En tercer lugar, en los lugares donde “la autoridad civil y eclesial ha establecido restricciones”, se propone que para el consabido Triduo Pascual se sigan una serie de instrucciones.

 

Triduo Pascual

Los obispos darán indicaciones de acuerdo al episcopado para que en la iglesia catedral y en las iglesias parroquiales, incluso sin la participación física de los fieles, el obispo y los sacerdotes celebren el Triduo Pascual. Se avisará a los fieles de la hora de las celebraciones para que puedan unirse a ellas desde casa a través de “los medios de comunicación telemática, no grabados”.

El Jueves Santo, los sacerdotes pueden celebrar la Misa de la Cena del Señor, concediendo excepcionalmente a los sacerdotes “la facultad de celebrar en este día la Misa sin el pueblo, en un lugar adecuado”. El lavatorio de los pies, así como la procesión final del Santísimo Sacramento, se omiten, y este último se reserva en el Sagrario.

El Viernes Santo, el obispo y/o párroco celebra la Pasión del Señor. En la oración universal el obispo diocesano establecerá una “especial intención por los enfermos, los muertos, quien ha sufrido alguna pérdida”.

 

Vigilia Pascual

En cuanto al Domingo de Pascua, la Vigilia Pascual, ésta se celebra solo en las iglesias catedrales y parroquiales, “en la medida de la posibilidad real establecida por aquellos a quienes compete”, reza el comunicado.

Para el “Inicio de la vigilia o lucernario” se omite el fuego, se enciende el cirio y, suprimida la procesión, se hace el pregón pascual (Exsultet). Sigue la “Liturgia de la Palabra” y en la “Liturgia bautismal” solo se renuevan las promesas bautismales (cf. Missale Romanum, p. 371, n. 55). Posteriormente, tiene lugar la “Liturgia Eucarística”.

Por último la nota de la Congregación para el Culto Divino señala que “para quienes no pueden unirse a la Vigilia Pascual celebrada en la iglesia, recen el Oficio de Lectura indicado para el Domingo de Pascua (cf. Liturgia Horarum)” y que en el caso de los monasterios, seminarios y comunidades religiosas, “decida el Obispo diocesano”.

 

 

 

 

La película “Wojtyla. La investigación” en pleno montaje, “se estrenará a pesar de nosotros”

Entrevista al director, José María Zavala
(zenit – 20 marzo 2020).- La crisis social provocada por la expansión del Coronavirus afecta a todos los campos sociales y artísticos, también al cine. José María Zavala dirige la película “Wojtyla. La investigación”, que esperaban estrenar en cines el próximo 15 de mayo, en el marco del centenario de Karol Wojtyla, el 18 de mayo de 2020.

Ante la incertidumbre que plantea la situación, Zavala asegura que “la película se estrenará cuando Dios quiera”, ya que se trata de un instrumento de uno de los más grandes santos en la Historia de la Iglesia, y “se estrenará a pesar de nosotros”, insiste en director.

El Estado de alarma por la propagación del virus COVID-19 en España, donde trabaja el director y el equipo de producción de la película, fue decretado el pasado sábado, 14 de marzo de 2020, lo que obligó a todos los ciudadanos a permanecer en sus casas, salvo puntuales excepciones.

 

Estado de alarma “en pleno montaje”

“Estábamos en pleno montaje –relata Zavala–, pero aun así decidimos seguir adelante encomendándonos a Juan Pablo II, cuya estampa con reliquia rezo cada día antes de empezar la jornada de trabajo”.

Lo previsto según el equipo de producción era estrenar la película del santo polaco el próximo 15 de mayo en España, a la vez que en Polonia, Estados Unidos, México y Brasil, para conmemorar los 100 años del nacimiento de Karol Wojtyla el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, Polonia.

A pesar de las dificultades que afronta el equipo para terminar la película, José María Zavala asegura “no tener miedo a seguir adelante” y “esa confianza en Dios” procura transmitírsela a su equipo, “pese a que no todos son religiosos o practicantes”.

El director y guionista de “Renacidos”, y de “El Misterio del Padre Pío”, admite “estar acostumbrado a trabajar contracorriente en los proyectos de Dios que hacen bien a las almas”.

 

“Auténtica revolución de esperanza”

Recuerda que el rodaje de ‘El Misterio del Padre Pío’ “fue un auténtico calvario de principio a fin”, igual que el de ‘Renacidos’, “lo cual ha sido una garantía del enorme bien para las almas”, revela. “La ecuación es infalible: a mayor sufrimiento, mayor fruto”. Así, intuye que “con la película de Juan Pablo II está sucediendo exactamente lo mismo: nos hace falta dinero, la crisis del coronavirus ha paralizado los bancos de imágenes y ralentizado los procesos de posproducción…”, describe.

Por ejemplo, “la plataforma HBO, sin ir más lejos, acaba de suspender la posproducción de su nueva serie ‘Patria’. Pero aun así, con la película de Wojtyla no hay quien pueda por la sencilla razón de que es un instrumento suyo que va a ser un auténtica revolución de esperanza para una sociedad descreída sumida ahora en el sufrimiento”.

 

Trabajo desde casa

Desde que el gobierno español ordenó a todos los ciudadanos no salir de casa, los realizadores y técnicos trabajan coordinados con José María desde sus respectivos hogares: “El montador Pablo Marchetto («Despido procedente», «Viral» o la serie de TV del accidente de Spanair en Madrid) recibe mis indicaciones desde casa. Luego visionamos juntos la película e intercambiamos impresiones por videoconferencia con el resto del equipo: el académico del cine Miguel Gilaberte y director de fotografía («Es por tu bien» o «Velvet»), el director de producción Paco Pavón («Un Dios prohibido», «Poveda» o «Red de libertad») y por supuesto Paloma Fernández-Gasset, productora ejecutiva. El montaje definitivo lo va a recibir la empresa Free Your Mind, una de las mejores de España de posproducción, y Mubox Estudios se encargará del sonido”.

Semanas antes del estallido de la crisis del Coronavirus, varios cantantes se unieron en México para grabar la canción “Pescador”, con letra de Antonio Berumen y música de Carlos Lara, compuesta en 1999 para la cuarta visita de San Juan Pablo II a México, una versión que formará parte de la banda sonora de “Wojtyla”. Zavala describe que la canción “es maravillosa”. “Infunde una enorme esperanza y será el himno de la película que lanzaremos en primicia muy pronto”.

 

Tiempo para conversiones

El director señala que seguirán trabajando en el proyecto musical. “La BSO de la película es espectacular y, si Dios quiere, cuando pase la crisis del coronavirus la grabaremos con una gran orquesta sinfónica europea”.

Esta crisis presenta un gran oportunidad para profundizar sobre la condición humana y la búsqueda de Dios. “Ahora padecemos la crisis del coronavirus. Y cuando la humanidad sufre suele haber muchas conversiones, las personas retornan a Dios. Eso sucedió tras la Primera y Segunda Guerra mundiales, por ejemplo, y sucede ahora también en cierta medida con el Covid-19”.

“La realidad supera siempre con creces a la ficción”, expresa Zavala. “Es un frase que me gusta repetir a menudo porque creo que es veraz”.

 

 

 

 

España: Servicio Jesuita a Migrantes pide liberar personas de Centros Internamiento de Extranjeros

Emergencia sanitaria por el Covid-19
(zenit – 20 marzo 2020).- Con motivo de la pandemia del coronavirus, el Servicio Jesuita de Migrantes (SJM) de España, ha pedido al Ministerio del Interior que dicte medidas para garantizar los derechos en todos los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), liberando a las personas internadas que no pueden ser expulsadas.

Asimismo, a través de un comunicado del pasado 18 de marzo de 2020, el SJM reclama alternativas de protección.

“Las personas privadas de libertad son consideradas colectivo de alto riesgo, y en consecuencia es necesario tomar medidas urgentes que respeten sus derechos y garanticen la seguridad y la salud de las personas internadas, así como del personal que trabaja en los centros”, se incluye en la nota.

Además, se insta a “liberar de forma inmediata a aquellas personas internas que no podrán ser expulsadas en la actual coyuntura, ofreciendo alternativas de protección más humanas, así como a cesar nuevos internamientos mientras continúe vigente el estado de alarma”.

 

Privación de libertad

La privación de libertad en estos centros atiende a una medida cautelar para garantizar la expulsión a un tercer país. Sin embargo, una de las consecuencias de esta crisis es el rechazo por terceros países de personas que vengan de España, así como el cierre de fronteras terrestres españolas como una de las medidas adoptadas por el gobierno. Esto dificultaría la ejecución de las expulsiones.

Sin embargo, para el SJM “resulta imprudente mantener la medida de internamiento o autorizar nuevos ingresos en los CIE, incluso debemos cuestionar su legalidad”.

Ante esta emergencia del Covid-19, cada centro está adoptando distintas medidas, “una total incoherencia con la centralización de las competencias anunciadas con el estado de alarma. Más que nunca, ante una medida que afecta a derechos fundamentales, el Ministerio de Interior debe establecer unas directrices comunes aplicables a todos los centros sobre la continuidad de los internamientos y el cumplimiento de las medidas de prevención y seguridad necesarias en ellos, sin perjuicio de las peculiaridades que puedan darse en cada una de las localidades en las que están ubicados los diferentes CIE”, aseguran desde el Servicio Jesuita a Migrantes.

 

No desamparar a nadie

El acuerdo de puesta en libertad debe hacerse atendiendo a las circunstancias sanitarias, sociales y jurídicas de cada una de las personas a las que se les aplique dicha medida. “Preocupa más que nunca que las personas puestas en libertad queden desamparadas y sin recursos disponibles que las coloque en una situación de extrema vulnerabilidad, debiendo facilitar el acceso a las medidas establecidas por el gobierno para proteger la salud y seguridad de los ciudadanos”, destacan en el comunicado.

En los CIE de España no son aplicables las medidas de prevención que garanticen la propagación de la enfermedad y la seguridad de sus derechos, “el estado de las instalaciones, la sobreocupación de los centros, espacios comunes de dimensiones reducidas y celdas compartidas por hasta 8 personas, hacen imposible que se cumpla con las medidas establecidas por el propio gobierno para preservar la salud y evitar contagios”, afirman desde el SJM.

 

Falta de información

“La total falta de información que se les ofrece a las personas confinadas en los CIE sobre las circunstancias actuales y las medidas de seguridad a seguir, además de vulnerar su derecho a ser informados, hace que aumente la desesperación entre aquellos que quedan olvidados tras los muros de los CIE”, indica.

Asimismo, en los últimos días se han producido diferentes episodios de tensión entre los centros al no adoptarse medidas que aborden la situación sociosanitaria y jurídica de los internos.

“El SJM, siendo consciente de la complejidad del contexto social actual, reclama más que nunca el cierre de los CIE, y exige la necesidad de encontrar alternativas más garantes con los derechos humanos. Esta situación pone en cuestión la capacidad de dictar medidas que garanticen los mismos derechos en todos los centros y cuestione la propia lógica del internamiento, la cual subyace tras muchas de las situaciones que se ven agravadas por la crisis sanitaria actual”, concluye el comunicado.

 

 

 

 

Toma este curso en internet para convertirte en un animador Laudato Si’

Artículo de “Desde la fe”
El Movimiento Católico Mundial por el Clima lanzó una iniciativa para que los fieles católicos preocupados por el cambio climático se conviertan en animadores Laudato Si’.

Esto quiere decir que recibirán una capacitación completamente en línea para adquirir los conocimientos necesarios sobre el cuidado del medio ambiente y el cambio climático, para que a su vez puedan inspirar a sus vecinos y comunidad.

Los interesados aprenderán de expertos y líderes ambientales a través de sesiones de capacitación en línea, para ayudar a proteger la creación en sus comunidades.

“No se necesita experiencia. Personas de todos los orígenes y estilos de vida tienen lo que se necesita para compartir el mensaje de cuidado de la creación con sus comunidades.  La crisis climática nos afecta a todos, y todos debemos resolverla”, dice la convocatoria lanzada por este movimiento en su sitio de internet.

Quienes completen satisfactoriamente el curso, que durará del 23 de marzo al 13 de abril, recibirán un certificado de finalización. Además podrán participar en los diferentes eventos o acciones durante la semana Laudato Si’, convocada por el Papa Francisco, del 16 al 24 de mayo.

El Movimiento Católico Mundial por el Clima es una red global de católicos comprometidos a dar vida a la encíclica Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común, que escribió el Papa Francisco.

 

 

 

 

Bioética: “¿Puede la epigenética jugar algún papel en la evolución biológica?”

Observatorio de Bioética – Universidad Católica de Valencia
(zenit – 20 marzo 2020).- La opinión más generalizada entre los biólogos evolucionistas es que los cambios que se van produciendo en los seres vivos y que condicionan el proceso evolutivo, son debidos a mutaciones genéticas que van desarrollando nuevos tipos de fenotipos de los cuales, los más aptos, son los que prevalecen en la selección natural.

Ahora se plantea si también los cambios epigenéticos pueden influir en la evolución biológica.

En relación con ello, se ha publicado en el número de enero de 2020 de Investigación y Ciencia una interesante entrevista con dos expertos en la materia, los doctores Colot y Heard, que abordan el tema, a nuestro juicio, de forma magnífica, y cuya entrevista comentamos.

En primer lugar, los autores hacen referencia a la definición de la epigenética, que de acuerdo con el británico Robin Holliday y el estadounidense Arthur Riggs, “es el conjunto de cambios de expresión de los genes que se transmiten a lo largo de las divisiones celulares o a través de las generaciones y que no implican ningún cambio de la secuencia del ADN”. Previamente a ellos, a principio de los años 40, Conrad Waddington propuso “que se denominara epigenética al estudio de los mecanismos del desarrollo mediante los cuales los genes determinan los caracteres”, es decir, la epigenética englobaría al conjunto de reacciones y mecanismos que regulan las actividades de los genes sin alterar la secuencia del ADN.

En general, se puede decir que los cambios epigenéticos que pueden contribuir a regular la expresión genética y la organización de la cromatina, pueden ser condicionados por el entorno y por el medio ambiente. Dichos cambios, como ya se ha referido, no afectan a la estructura del ADN, y generalmente se debe a metilaciones de la misma.

Cada día parece más evidente que los cambios epigenéticos pueden ser transmitidos a la descendencia, aunque no se haya modificado la secuencia del ADN, por lo que, sin duda, pueden jugar algún papel en la evolución biológica, ya que se ha comprobado que dichos cambios se pueden conservar a lo largo de varias generaciones, aunque de forma metastable, “lo que significa que en la progenie algunos descendientes pueden contener el gen metilado y otros no”, lo que condiciona que, en la selección natural de estos individuos, prevalezcan los que se adapten mejor al medio ambiente.

Para tratar de explicar cómo actúa la epigenética en la evolución biológica, Vincent Colot, uno de los entrevistados en el artículo que se comenta, atribuye un papel significativo a los denominados transposomas, que “son secuencias de ADN que pueden desplazarse de forma autónoma por todo el genoma, gracias a que contienen genes que codifican encimas cuya única función es desplazar o cortar dichas secuencias y pegarlas en otro sitio”.

Los transposomas son muy numerosos y están repartidos por todo el genoma, pues según Colot “en los humanos suponen más del 50% de la secuencia del ADN y ocupan más del 80% del mismo”. También según él, “en los últimos años nos hemos dado cuenta de que los transposomas y sus derivados son portadores privilegiados de marcas epigenéticas”, por lo que se puede afirmar que “la transmisión epigenética durante generaciones se sustenta en la presencia de transposomas o de sus vestigios cerca de los genes”. De hecho, todo el mundo acepta que, al menos en los mamíferos y las plantas, los fenómenos epigenéticos experimentales que parecen sustentar el traspaso de caracteres hereditarios de una generación a otra están, a menudo, ligados a la presencia, cerca de un gen dado, de un transposoma, por lo que quizás la función principal de la epigenética en relación con la evolución biológica sea controlar estas secuencias y limitar su diseminación por el genoma.

Como consecuencia de su modo de acción, Edith Heard comenta en el mismo artículo que, “los transposomas podrían haber acelerado la evolución, pues se sabe que cuando se altera el control genético, como ocurre ante una presión ambiental, ciertos transposomas se vuelven a movilizar, lo que da lugar a un periodo transitorio de inestabilidad genómica. Por ejemplo, un choque térmico hace que la cromática sea menos compacta, lo que podría desencadenar la movilización de los transposomas, aunque de esto no existen pruebas directas en la naturaleza, pero sí en el laboratorio, en donde se puede conseguir que se muevan algunos de ellos cuando se les modifica el control epigenético.

Resumiendo, Colt y Heard proponen que la desregularización epigenética actúa como un acelerador de la evolución biológica.

 

 

 

 

Beato Miguel Gómez Loza, 21 de marzo

Impulsor de la prensa católica
“Laico mexicano, mártir de Cristo Rey. Junto al beato Anacleto González lideró la asociación católica. Fue impulsor de la prensa católica; fundó la sociedad de Propagación de la Buena Prensa”

La intensa vida de este laico, altamente comprometido con la Iglesia, se inició el 11 de agosto de 1888 en Paredones, Jalisco, México, en el seno de una humilde familia de campesinos. La exquisita tutela ejercida con su madre Victoriana, unida a un infinito agradecimiento por haberle dado la vida, hizo que él y Elías, el primogénito y su único hermano, alteraran el orden de sus apellidos cuando ya el cabeza de familia había muerto y Elías se disponía a ingresar en el seminario. También influyó en las decisiones que Miguel tuvo que tomar relacionadas con su futuro, en particular sus estudios, ya que eso suponía tener que abandonar la aldea donde vivían y dejar sola a la madre que dependía de él. Un gesto que da idea de la sensibilidad de este gran hombre, que iba a coronar con su sangre su amor por Cristo y la Iglesia.

Era valeroso, audaz, creativo, apasionado, coherente y fiel. No le costó acceder a misiones de responsabilidad dentro de los movimientos defensores de la Iglesia. Hermanado con el también beato Anacleto González, ambos lideraron la Asociación católica siendo referentes ineludibles para los jóvenes mexicanos. La huella que había dejado en su parroquia como acólito, catequista y sacristán, unida a su actividad como promotor de acciones que repercutían en el bien de los vecinos, como el establecimiento de cajas de ahorros, ponían de relieve su valía.

Ingresó en el seminario de Guadalajara, que abandonó al constatar que no tenía vocación para el sacerdocio, y cursó derecho. Pero, poco antes, en 1913, marcando una época de febril actividad se afilió al Partido Católico Nacional y al grupo estudiantil de La Gironda. Anacleto y él, que fueron parejos casi hasta en la muerte, se vincularon a la Congregación Mariana del Santuario de San José de Gracia y asumieron la dirección de la Unión Latinoamericana, que se había creado entonces. Hombre idealista, llevado de su pasión y ardor apostólico, Miguel no dudaba en enfrentarse a quien se pusiera en contra de los principios cristianos. Eso le acarreó disgustos y contratiempos, entre otros, un arresto. Siendo estudiante universitario en Morelos el celo que le caracterizaba le llevó a mostrar su frontal oposición a las tesis sostenidas por un partidario del presidente Juárez. Si había que ir lejos, lo hacía. Esa fue la tónica de su vida.

Impulsó la prensa católica y fundó la sociedad de Propagación de la Buena Prensa. Siendo uno de los instauradores de la Asociación católica de la juventud mexicana, desde ella siguió promoviendo numerosas acciones sociales y editoriales marcadas por la aparición de diversas publicaciones. Su papel activo en defensa de la fe eclesial seguía ocasionándole problemas, en este caso, profesionales. De hecho, no logró que avalaran sus estudios con el título acreditativo correspondiente. Aún así, continuó luchando sin desmayo.

Contrajo matrimonio con Mª Guadalupe Sánchez Barragán a finales de 1922. De él nacerían tres hijas. Establecido con su familia en los Altos de Jalisco se integró en la parroquia y desplegó su buen hacer entre los vecinos, granjeándose su respeto y afecto. Fue testigo de la bendición de la primera piedra del monumento dedicado a Cristo Rey que pensaba erigirse en Guanajuato. Ello se produjo en un momento difícil desde el punto de vista político, que fue derivando progresivamente a situaciones de alta incomodidad y serio riesgo para su vida. Sufrió el destierro instigado por el alcalde de Arandas, de manera arbitraria e injusta, sin que mediara juicio alguno. Durante tres meses tuvo que afincarse en Jalpa de Cánovas siendo, como siempre, ardiente y activo promotor de los valores cristianos.

De regreso a Guadalajara ingresó en la Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento. Cuando en 1924 el gobernador de Jalisco decretó el cierre del seminario, tuvo en Miguel un bravo competidor a través de la Unión Popular fundada por él junto a Anacleto en 1925. Llegó a oídos de la Santa Sede su excepcional labor y le otorgó la cruz Pro Ecclesia et Pontifice, siendo galardonados también sus compañeros. En febrero de 1926 volvió a ser encarcelado y prosiguió una encendida labor apostólica orando junto a los reclusos y difundiendo la Palabra de Dios. En abril salía de la cárcel, cuando fue nuevamente apresado por la policía secreta. En ese instante se libró, puede que hasta de una muerte segura, por la mediación ejercida por un puñado de amigos. Una vez se vio en la calle lideró un movimiento de jóvenes afines a la Unión Popular que partieron dispuestos a todo con el fin de establecer sus principios en distintos lugares. Todo ello en medio de una precariedad económica seria, impuesta por el boicot del que eran objeto.

El hermano de Miguel falleció a finales de diciembre de 1926. Y en enero del año siguiente éste partió hacia los Altos. Se unió a una vía de resistencia pacífica contra el estado, que se había empeñado en poner contra las cuerdas a los seguidores de Cristo. Nombrado gobernador de Jalisco en abril de 1927, se estableció en la Presa de López sosteniendo con firmeza la fe de la gente, al tiempo que mantenía activa la revista “Glaudium”. Hizo de comisario castrense entre los afiliados del movimiento que presidía, y congregó a los cristeros en octubre de ese año para celebrar unidos la festividad de Cristo Rey.

En los primeros meses de 1928 el modo de sostener la resistencia emprendida por los católicos parecía estar más o menos bajo control. Sin embargo, el 21 de marzo, hallándose en un lugar cercano a Atotonilco, no pudo impedir que unos militares federales le asesinaran acribillado a balazos por el pecho y por la espalda, junto a su secretario Dionisio Vázquez. Antes intentó destruir la documentación que revelaba la identidad de los integrantes que conformaban su grupo. Fue beatificado el 20 de noviembre de 2005 junto a otros mártires mexicanos incluido Anacleto.