Servicio diario - 13 de mayo de 2020


 

Audiencia general: Ciclo de catequesis del Papa sobre la oración (2)
Larissa I. López

COVID-19: “Fátima y la paz”, 103º aniversario de las apariciones a los pastorcillos
Larissa I. López

Coronavirus: El Papa invita a unirse a la Jornada de “Oración por la humanidad”
Larissa I. López

Audiencia general: Segunda catequesis del Papa sobre la oración
Larissa I. López

Obispos de Nicaragua: “Urge dotar a médicos de equipos para protegerlos de la COVID-19”
Cristhian Alvarenga

Audiencia general: El Papa se acerca “con el corazón” al santuario de Fátima
Larissa I. López

Santa Marta: Coronavirus, el Papa pide por los estudiantes y profesores
Larissa I. López

Audiencia general: Saludo del Papa a los fieles en español
Larissa I. López

‘Fátima. La película’: Presentación del tráiler en el Día de las Apariciones, 13 de mayo
Rosa Die Alcolea

Píldoras de esperanza: “La permanencia nos mantiene unidos al Señor”
Ricardo Grzona

Monseñor Felipe Arizmendi: “Implicaciones éticas del triaje”
Felipe Arizmendi Esquivel

San Miguel Garicoïts, 14 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Audiencia general: Ciclo de catequesis del Papa sobre la oración (2)

“La oración del cristiano”

mayo 13, 2020 11:00

Audiencia General

(zenit – 13 mayo 2020).- La oración pertenece a todos, “a los hombres de todas las religiones, y probablemente también a los que no profesan ninguna”, pues “surge en el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales a menudo llaman el ‘corazón’”, indicó el Papa Francisco.

Hoy, 13 mayo de 2020, en la audiencia general, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico por la pandemia del coronavirus, el Santo Padre prosiguió con el ciclo de catequesis sobre la oración. En concreto, centró su meditación en el tema: “La oración del cristiano” (Sal 63,2-5.9).

En este sentido, Francisco apuntó que rezar “no es algo externo ni marginal a nosotros, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos, que nace como una invocación en lo profundo de nuestra persona y se extiende, buscando un ‘Tú’, que es Dios”.

 

Dios es siempre fiel

“La oración del cristiano surge de la revelación de ese ‘Tú’, con mayúscula, que se ha manifestado y ha venido a nuestro encuentro, dándonos confianza y revelándonos a Dios como un Padre bueno, que nos ama y nos comprende, que no nos considera siervos, sino amigos e hijos suyos”, aclaró.

Por último, destacó que en la oración del padre nuestro, Jesús nos enseñó a pedir a Dios todo lo que necesitamos: “No importa si nos sentimos culpables en nuestra relación con Él, si no hemos sido amigos fieles, ni hijos agradecidos; Dios continúa amándonos, porque Él siempre es fiel”.

 

 

 

 

COVID-19: “Fátima y la paz”, 103º aniversario de las apariciones a los pastorcillos

Por D. José A. Senovilla, sacerdote

mayo 13, 2020 09:30

María y mariología

(zenit – 13 mayo 2020).- Este año, debido a la pandemia mundial del coronavirus, la tradicional peregrinación anual al santuario nacional de Fátima, los días 12 y 13 de mayo, se lleva a cabo sin la participación de los fieles.

Con motivo de la festividad de la Virgen de Fátima, en este 13 de mayo en el que se cumplen 103 años de las apariciones a los pastorcillos, Francisco, Jacinta y Lucía, zenit habla con D. José Antonio Senovilla, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei, y autor de la ponencia “Fátima y la paz”, expuesta en el Congreso Mariológico con motivo de los 400 años de Nuestra Señora de la Caridad como patrona de Sanlúcar de Barrameda (España), el 13 de mayo de 2018.

Tal y como explica D. José Antonio en este texto, a finales del siglo XIX “el mundo sufrió de nuevo cambios muy profundos: cayeron imperios y, con el comienzo del nuevo siglo, vinieron guerras y revoluciones de dimensiones nunca vistas. En medio de aquel clima de depresión y miedo, Dios tuvo a bien enviar de nuevo a nuestra Santa María: Fátima es un diálogo de Dios Padre con sus hijos, a través de  su Hija predilecta, nuestra Madre Bendita”.

 

Fátima, motivo de esperanza

Fátima, continúa, “es un intento de la Reina de la Paz por avisar a sus hijos del daño que son capaces de hacerse a sí mismos si se apartan de su Padre Dios”, pero Fátima es, sobre todo, “un motivo grandioso de esperanza, un abajarse de Dios para dar a los hombres instrumentos de paz y de salvación”.

El sacerdote afirma que los cristianos de nuestra época y, en general, todas las personas “de buena voluntad” presentan dos preocupaciones: “la paz del mundo” y “la salvación de mucha gente buena a la que nadie ha llegado a hablar del infinito poder y querer misericordioso de Dios”.

 

Rezo del Rosario diariamente

No obstante, en nuestra ayuda, señala, “ha venido el mensaje de Fátima”, que aporta instrumentos para enfrentar ambas.

Así, la Virgen, en cada una de las apariciones de 1917 pide rezar el Rosario todos los días “pidiendo por la paz del mundo” y esto “¡es un pacto en toda regla!”: “Ella es la Reina de la Paz, si me dice ‘reza el Rosario todos los días por la paz del mundo’, eso significa que si yo asumo el reto, y rezo el Rosario cada día por la paz del mundo, con corazón abierto, en su presencia, Ella conseguirá de Dios esa paz. La Virgen lo promete, y lo cumple. Lo cumple ya desde el principio poniendo fin a aquella Primera Guerra Mundial (Memorias de la Hermana Lucía I, pp.174 y 176)”.

En cuanto a la cuestión de por qué la Virgen pidió el rezo del Rosario todos los días, y no, por ejemplo, la asistencia diaria a Misa, en la consabida exposición se indica que Ella no lo reveló a los niños. Sin embargo, Lucía sí aporta la razón de que hay muchas personas que, aunque lo así lo deseen, no podrían asistir a la Santa Misa, pero el Rosario, lo pueden rezar todos: “La Virgen nos da un arma al alcance de todos: el Rosario es una oración sencilla, capaz de tocar el corazón de un intelectual y el de un analfabeto”.

 

Salvación de los pecadores

En cuanto a la segunda promesa, la de la salvación de los pecadores, el artículo resalta que en el mundo de hoy muchos viven muy lejos de Dios y de los mandamientos que Él entregó a Moisés “como camino de salvación”.

En este sentido, D. José Antonio recuerda que Dios “no quiere obligarnos a amarle”, “nos creó libres” porque “sin libertad no hay amor” y el Señor “respeta y ama nuestra libertad de un modo tal que a veces  es para nosotros difícil de entender”.

Pero, al mismo tiempo, “la Iglesia siempre ha creído en el poder intercesor de los sacrificios ofrecidos por otros, vivos o difuntos. Cuando la Virgen en Fátima dice que ofrezcamos sacrificios por la salvación de los pecadores, quiere decir que si tú y yo pagamos una especie de rescate, Ella se compromete a ‘conseguir’ de Dios el arrepentimiento de un pecador, quizá en el último y definitivo momento de su vida”.

 

Sacrificios para salvar almas

Esta es una promesa similar a la de “rezad el Rosario todos los días por la paz del mundo”: ¡es un pacto! Yo ofrezco un sacrificio, y Ella consigue de Dios el milagro”. Entonces, plantea: “¿Qué sacrificios valen para salvar a las almas que están a punto de perderse?: todos”.

El sacrificio no es “solo lo que es costoso: todo lo que hacemos, si no es en sí mismo malo, se puede ofrecer como sacrificio: se puede convertir en algo sagrado (esa sacralidad está en la raíz del sacrificio) y ser un instrumento de salvación de un alma urgentemente necesitada de rescate”, indica el mencionado texto.

Además, se ofrece la oración que la Virgen enseñó a los pastorcillos el 13 de julio para que la rezaran al ofrecer un sacrificio, “que es capaz de cambiar el corazón de quien se atreve a rezarla… de corazón”: “Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores, y en reparación por los pecados cometidos contra el Corazón Inmaculado de María” (Memorias de la Hermana Lucía I, p. 134).

 

Carácter profético de Fátima

Finalmente, la ponencia se refiere al carácter profético de Fátima. La Virgen habla de Rusia ya desde la aparición del 17 de julio de 1917, cuando indicó que la guerra iba a acabar: “Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche alumbrada por una luz desconocida (en una nota se explica que se trata de la aurora boreal que aconteció en la noche del 25 al 26 de enero de 1938), sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar el mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”.

“Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la Comunión reparadora de los primeros sábados. Si se atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz: si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz…” (Memorias de la Hermana Lucía I, pp. 176-177).

 

Rusia

Pasaron los años y Rusia no era consagrada por los papas como lo había pedido la Virgen, llegó la II Guerra Mundial, “y el mundo y la Iglesia tuvieron que sufrir mucho, como se había anunciado…”.

Finalmente, tras el atentado del 13 de mayo de 1981 a Juan Pablo II, su visita a Fátima y la entrevista que tuvo con Lucía, el entonces pontífice realizó la consagración que la Virgen había pedido. Y, a partir de ese momento, comenzó la caída de la Unión Soviética.

“Algo totalmente imprevisto y sorprendente-, que terminó desapareciendo de un modo increíblemente pacífico en pocos años… (Un camino bajo la mirada de María, Carmelo de Coímbra, Biografía de la Hermana María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado, pp. 217-222)”. “Es el poder intercesor de María. Si nosotros cumplimos nuestra parte…”, apunta don José Antonio en su alocución.

 

Peregrinos “en la esperanza y la paz”

Por ello, prosigue, “Fátima es algo que el Cielo se toma muy en serio. Fátima es un compromiso. Y un grito de esperanza: ‘dejadme que os ayude… Os doy las armas, para conquistar la paz ‘ Ése es precisamente el lema que eligió el Papa Francisco con motivo de su peregrinación a Fátima en el Centenario de las apariciones: ‘Con María, peregrino en la esperanza y la paz’”.

Igualmente, el sacerdote explica que Fátima constituye “una de esas revelaciones privadas, a las que un católico puede dar su adhesión si quiere… o no: está en su pleno derecho. Pero lo cierto es que Fátima es puro Evangelio: no dice nada que no nos dijera Dios en su Revelación… pero lo dice, en estos momentos difíciles, de un modo muy… maternal”: “Dios siempre está cerca, y a sus hijos en cada época trata de darles las claves para santificarla”.

 

El mensaje de Fátima ante el coronavirus

Efectivamente, cuenta ahora Senovilla a zenit, “Dios habla a través de los acontecimientos. Su cercanía, y la de su Madre Santísima, es mayor cuando más necesaria resulta a sus hijos. Fátima vino en medio de una crisis mundial sin precedentes. Fátima está muy presente en esta crisis sanitaria mundial, también sin precedentes. Fátima anunció que pronto acabaría aquella Primera Guerra Mundial”.

“Pidamos a la Virgen de Fátima que cuanto antes acabe esta nueva Guerra, contra un enemigo invisible. Y que pronto venga la Paz, esa Paz que la Virgen nos prometió. Adelantar ese momento depende también de nosotros”, describe ante la situación actual de emergencia sanitaria por la COVID-19.

 

“El futuro está en nuestras manos”

Y recuerda: “El mensaje de Fátima es plenamente actual: basta abrir el corazón para entender su grandeza y su profundidad. Los recursos sobrenaturales que Fátima nos ofrece (de los que se habla en el texto), son quizá ahora más eficaces que nunca”.

“El futuro está en nuestras manos. Con la especial protección de Nuestra Madre, la Virgen de Fátima, adelantaremos el triunfo del Corazón Inmaculado de María y tendremos Paz”, concluye D. José Antonio.

 

 

 

 

Coronavirus: El Papa invita a unirse a la Jornada de “Oración por la humanidad”

Mañana, 14 de mayo

mayo 13, 2020 17:41

Papa y Santa Sede

(zenit – 13 mayo 2020).- “La oración es la forma de comunicar con Dios y de escucharle”. Con este espíritu, el Papa aceptó la invitación del Alto Comité de la Fraternidad Humana para dedicar la jornada de mañana, 14 de mayo, a la oración, el ayuno y las obras de caridad.

“Invito y animo a todos a unirse a este evento”, señaló esta mañana durante la audiencia general celebrada hoy, 13 de mayo de 2020 y transmitida en directo desde la biblioteca del Palacio Apostólico.

Y pidió: “Unámonos como hermanos para pedirle al Señor que salve a la humanidad de la pandemia, que ilumine a los científicos y que sane a los enfermos”.

 

Llamamiento a todos los creyentes

Efectivamente, el Alto Comité para la Fraternidad Humana realizó un llamamiento a todos los creyentes del mundo, independientemente de la religión que profesen, a participar este 14 de mayo en una Jornada de oración, ayuno y súplica pidiendo a Dios que proteja a la humanidad contra el coronavirus.

En un comunicado difundido por la Santa Sede el pasado 2 de mayo, este comité propuso la “Oración por la humanidad” para pronunciar en este día. Al día siguiente, tal y como recuerda hoy el propio Pontífice, en el Regina Coeli, Francisco se unió a la iniciativa del Alto Comité para la Fraternidad Humana.

La convocatoria tendrá un carácter universal. Por ello, entre muchos de los que se unirán a la Jornada Mundial de Oración, Ayuno y Caridad internacional, el arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Mons. José Luis Azuaje, en comunión con el Papa Francisco, invita “a todos los cristianos de nuestra patria”.

 

#PrayForHumanity

Según Vatican News, el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, comentando esta disposición del Papa a aceptar la propuesta del Alto Comité, resaltó que esta pandemia es una oportunidad para arraigar el valor de la fraternidad y la coexistencia común en nuestro futuro.

“Es bueno que a partir de la fe de los líderes religiosos, a través de los grupos y los responsables de la vida social y política, haya un momento de oración y solidaridad para invocar el fin de esta pandemia”, explicó.

Con el objetivo de promover esta Jornada de Oración, el citado medio vaticano ha realizado un video internacional en el que varias personas de distintas edades y naciones lanzan un mensaje de esperanza y se suman a esta Jornada de Oración que en las redes sociales se difunde con el hashtag #PrayForHumanity (reza por la humanidad).

 

 

 

 

 

 

Audiencia general: Segunda catequesis del Papa sobre la oración

Texto completo

mayo 13, 2020 13:07

Audiencia General

(zenit – 13 mayo 2020).-  El Santo Padre indica que en el padre nuestro “Jesús nos ha enseñado a hacerle una serie de peticiones” y que “a Dios podemos pedirle todo, todo, explicarle todo, contarle todo. No importa si en nuestra relación con Dios nos sentimos en defecto: no somos buenos amigos, no somos hijos agradecidos, no somos cónyuges fieles. Él sigue amándonos”.

En la audiencia general de hoy, 13 de mayo de 2020, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico debido a la pandemia del coronavirus, el Papa Francisco expuso su segunda catequesis en torno al tema de la oración: “La oración del cristiano” (Sal 63,2- 5.9).

En sus palabras, Francisco resaltó que la oración “es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: algo que nace en lo profundo de nuestra persona y se proyecta, porque siente la nostalgia de un encuentro. Esa nostalgia que es más que una necesidad: es un camino”.

 

Un “Yo” en busca de un “Tú”

Rezar “es la voz de un ‘Yo’” en busca “de un ‘Tú’, “un encuentro humano y muchas veces se va a tientas para encontrar el ‘Tú’ que mi ‘yo’ estaba buscando”, explicó el Papa.

De este modo, la oración cristiana nace de una revelación: “el ‘Tú’ no ha permanecido envuelto en el misterio, sino que ha entrado en relación con nosotros”.

El “cristianismo es la religión que celebra continuamente la ‘manifestación’ de Dios, es decir, su epifanía”. Por ello, las primeras fiestas del año litúrgico (nacimiento en Belén, contemplación de los Reyes Magos, Bautismo en el Jordán y bodas de Canaá) “son la celebración de este Dios que no permanece oculto, sino que ofrece su amistad a los hombres”, describió.

 

El rostro tierno de Dios

El Pontífice resaltó que, al rezar, el cristiano “entra en relación con el Dios de rostro más tierno, que no quiere infundir miedo alguno a los hombres”, de manera que  los fieles cristianos se dirigen a Él “atreviéndose a llamarlo con confianza con el nombre de ‘Padre’. Todavía más, Jesús usa otra palabra: ‘papá’”.

En este sentido, agregó que el cristianismo ha desterrado del trato con Dios cualquier relación “feudal”, ya que en su discurso de despedida a los discípulos, Jesús dice que no los llama “siervos”, sino “amigos”, porque “todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”, y les promete que “todo lo que pidáis al Padre en mi nombre” les será concedido.

 

La paciencia de un Padre

Dios, aclaró el Obispo de Roma, “es un aliado fiel: si los hombres dejan de amar, Él sigue amando, aunque el amor lo lleve al Calvario. Dios está siempre cerca de la puerta de nuestro corazón y espera que le abramos”.

Y, a veces, “llama al corazón pero no es invadente: espera. La paciencia de Dios con nosotros es la paciencia de un papá, de uno que nos quiere mucho. Yo diría que es la paciencia junta de un papá y de una mamá. Siempre cerca de nuestro corazón, y cuando llama lo hace con ternura y con tanto amor”.

A continuación, sigue la catequesis completa del Papa Francisco.

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Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy damos el segundo paso en el camino de la catequesis sobre la oración que comenzó la semana pasada.

La oración pertenece a todos: a la gente de cualquier religión, y probablemente también a aquellos que no profesan ninguna. La oración nace en el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales suelen llamar “corazón” (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2562-2563). Lo que reza, entonces, en nosotros no es algo periférico, no es una facultad secundaria y marginal nuestra, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos. Este misterio es el que reza. Las emociones rezan, pero no se puede decir que la oración es sólo emoción. La inteligencia reza, pero rezar no es sólo un acto intelectual. El cuerpo reza, pero se puede hablar con Dios incluso en la más grave discapacidad. Por lo tanto, es todo el hombre el que reza, si su “corazón” reza.

La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: algo que nace en lo profundo de nuestra persona y se proyecta, porque siente la nostalgia de un encuentro. Esa nostalgia que es más que una necesidad: es un camino. La oración es la voz de un “Yo” que se tambalea, que anda a tientas, en busca de un “Tú”. El encuentro entre el “yo” y el “Tú” no se puede hacer con las calculadoras: es un encuentro humano y muchas veces se va a tientas para encontrar el “Tú” que mi “yo” estaba buscando.

La oración del cristiano nace, en cambio, de una revelación: el “Tú” no ha permanecido envuelto en el misterio, sino que ha entrado en relación con nosotros. El cristianismo es la religión que celebra continuamente la “manifestación” de Dios, es decir, su epifanía. Las primeras fiestas del año litúrgico son la celebración de este Dios que no permanece oculto, sino que ofrece su amistad a los hombres. Dios revela su gloria en la pobreza de Belén, en la contemplación de los Reyes Magos, en el bautismo en el Jordán, en el milagro de las bodas de Caná. El Evangelio de Juan concluye el gran himno del Prólogo con una afirmación sintética: “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado”. Fue Jesús el que nos reveló a Dios.

La oración del cristiano entra en relación con el Dios de rostro más tierno, que no quiere infundir miedo alguno a los hombres. Esta es la primera característica de la oración cristiana. Si los hombres siempre estaban acostumbrados desde siempre a acercarse a Dios un poco intimidados, un poco asustados por este misterio, fascinante y terrible , si se habían acostumbrado a venerarlo con una actitud servil, similar a la de un súbdito que no quiere faltar al respeto a su Señor, los cristianos se dirigen en cambio a Él atreviéndose a llamarlo con confianza con el nombre de “Padre”. Todavía más, Jesús usa otra palabra: “papá”.

El cristianismo ha desterrado del vínculo con Dios cualquier relación “feudal”. En el patrimonio de nuestra fe no hay expresiones como “sometimiento”, “esclavitud” o “vasallaje”, sino palabras como “alianza”, “amistad”, “promesa”, “comunión”, “cercanía”. En su largo discurso de despedida a los discípulos, Jesús dice así: “No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda” (Jn 15, 15-16). Pero este es un cheque en blanco: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concedo”.

Dios es el amigo, el aliado, el esposo. En la oración podemos establecer una relación de confianza con Él, tanto que en el “Padre Nuestro” Jesús nos ha enseñado a hacerle una serie de peticiones. A Dios podemos pedirle todo, todo, explicarle todo, contarle todo. No importa si en nuestra relación con Dios nos sentimos en defecto: no somos buenos amigos, no somos hijos agradecidos, no somos cónyuges fieles. Él sigue amándonos. Es lo que Jesús demuestra definitivamente en la última cena, cuando dice: “Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros”. (Lc 22,20). En ese gesto Jesús anticipa en el Cenáculo el misterio de la Cruz. Dios es un aliado fiel: si los hombres dejan de amar, Él sigue amando, aunque el amor lo lleve al Calvario. Dios está siempre cerca de la puerta de nuestro corazón y espera que le abramos. Y a veces llama al corazón pero no es invadente: espera. La paciencia de Dios con nosotros es la paciencia de un papá, de uno que nos quiere mucho. Yo diría que es la paciencia junta de un papá y de una mamá. Siempre cerca de nuestro corazón, y cuando llama lo hace con ternura y con tanto amor.

Tratemos todos de rezar de esta manera, entrando en el misterio de la Alianza. A meternos en oración entre los brazos misericordiosos de Dios, a sentirnos envueltos por ese misterio de felicidad que es la vida trinitaria, a sentirnos como invitados que no se merecían tanto honor. Y a repetirle a Dios, en el asombro de la oración: ¿Es posible que Tú solo conozcas el amor? El no conoce el odio. Él es odiado, pero no conoce el odio. Conoce solo amor. Este es el Dios al que rezamos. Este es el núcleo incandescente de toda oración cristiana. El Dios de amor, nuestro Padre que nos espera y nos acompaña.

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

 

Obispos de Nicaragua: “Urge dotar a médicos de equipos para protegerlos de la COVID-19”

Llamado de los obispos

mayo 13, 2020 17:19

Conferencias Episcopales

(zenit – 13 mayo 2020).- La Conferencia Episcopal de Nicaragua emitió un nuevo mensaje pastoral, al celebrarse un año más de la primera aparición de Nuestra Señora de Fátima, donde hacen un llamado a los actores políticos y sociales del país centroamericano a “tomar todas las medidas de prevención y precaución necesarias para proteger al pueblo”.

Nicaragua es el único país de la región donde sus autoridades gubernamentales, ante el avance de la pandemia, han optado por callar y suspender incluso los ya cuestionados reportes oficiales en los que insisten que “no tenemos transmisión local comunitaria”.

Por su parte, el episcopado nicaragüense ha reafirmado que continúan “invitando a la feligresía a seguir esforzándose para que desde sus casas vivan cada celebración litúrgica uniéndose a los medios de comunicación de la Iglesia”. Al mismo tiempo piden realizar la comunión espiritual y aumentar la piedad rezando el Santo Rosario.

 

Urgente dotar de equipos de protección

A través del Canal Católico de Nicaragua el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo José Brenes, quien es además presidente de la Conferencia Episcopal, dio lectura al comunicado y dijo que “es urgente dotar al personal de salud pública de los equipos de protección necesarios para evitar mayor contagio entre ellos”.

Además, puntualizó que como cuerpo colegiado agradecen  y aprecian “la labor invaluable, de todos los médicos y personal sanitario que actuando con ética y profesionalismo han defendido la salud y la vida de nuestro pueblo”.

 

Orar por las víctimas

En el escrito, los obispos hacen la invitación a las familias a “mantener viva nuestra plegaria por todos los enfermos del virus, uniéndonos, además al particular dolor de los que no tienen asistencia hospitalaria”.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reiteró en una conferencia de prensa virtual su preocupación por la escasa información del Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua sobre la pandemia de COVID-19, la falta de distanciamiento social y el llamado a actividades masivas de parte del Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, mientras los reportes extraoficiales indican un aumento de pacientes sospechosos en varios departamentos del país.

 

 

 

 

Audiencia general: El Papa se acerca “con el corazón” al santuario de Fátima

13 de mayo, fiesta de la Virgen

mayo 13, 2020 13:49

Audiencia General

(zenit – 13 mayo 2020).- “Me gustaría acercarme con el corazón a la diócesis de Fátima, el santuario de Nuestra Señora, hoy. Saludo a todos los peregrinos que están rezando allí, saludo al cardenal obispo, saludo a todos. Todos unidos a la Virgen, que nos acompañe en este camino de conversión diaria a Jesús”.

Durante la audiencia general de hoy, 13 de mayo de 2020, el Santo Padre se refirió a la fiesta de la Virgen de Fátima, en sus palabras a los fieles de lengua portuguesa.

Esta fiesta de María, en la que se celebra el aniversario de las apariciones a los tres pastorcillos, Jacinta, Francisco y Lucía, es conmemorada hoy especialmente en el célebre santuario portugués, por primera vez sin presencia de fieles, siguiendo las medidas sanitarias impuestas por las autoridades a causa de la pandemia de COVID-19.

Así, el Papa Francisco animó “a todos a conocer y seguir el ejemplo de la Virgen María”, para ello, indicó “tratemos de vivir este mes con una oración diaria más intensa y fiel, sobre todo con el rezo del Rosario, como recomienda la Iglesia obedeciendo a un deseo repetidamente expresado en Fátima por Nuestra Señora. Bajo su protección, veréis que los dolores y aflicciones de la vida serán más soportables”.

 

Juan Pablo II

Igualmente, en su saludo a los polacos, Francisco exhortó a volver con el pensamiento a las apariciones de la Madre de Dios a los niños y a su mensaje al mundo, “así como al atentado a san Juan Pablo II, que vio la intervención maternal de la Santa Virgen en la salvación de su vida”.

“En nuestra oración pidamos a Dios, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, la paz para el mundo, el fin de la pandemia, el espíritu de penitencia y nuestra conversión”, agregó.

Finalmente, el Papa recordó que este lunes 18 de mayo será el centenario del nacimiento de San Juan Pablo II: “Yo celebraré la Misa a las 7, frente al altar de la tumba, y será transmitida en Mundovisión para todos”.

“Demos gracias a Dios por habernos dado a este obispo en Roma, santo obispo, a quien pedimos que nos ayude: que ayude a esta Iglesia de Roma a convertirse y a avanzar”, expresó.

Asimismo, en su saludo a los fieles italianos, aludiendo de nuevo a la fiesta de la Virgen de Fátima, el Pontífice llamó a invocarla “para que cada uno persevere en el amor a Dios y al prójimo”.

 

 

 

 

Santa Marta: Coronavirus, el Papa pide por los estudiantes y profesores

“Sin Jesús no podemos hacer nada”

mayo 13, 2020 16:54

Papa y Santa Sede

(zenit – 13 mayo 2020).- “Recemos hoy por los estudiantes, los alumnos que estudian y los enseñantes que deben encontrar nuevos caminos para avanzar en la enseñanza: que el Señor les ayude en este camino, les dé coraje y también un buen éxito”.

Esta es la petición realizada por el Santo Padre en la introducción de la Misa transmitida en directo en la capilla de la Casa Santa Marta hoy, 13 de mayo de 2020, miércoles de la quinta semana de Pascua, informa Vatican News.

En su homilía, el Papa reflexionó sobre el Evangelio de hoy (Jn 15:1-8) en el que Jesús dice a sus discípulos: “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer”.

 

Permanecer activo y recíproco

Francisco explicó que “el Señor vuelve sobre el ‘permanecer en Él’, y nos dice: ‘La vida cristiana es permanecer en mí’. Permanecer. Y utiliza aquí la imagen de la vid, el cómo los sarmientos permanecen en la vid. Y este permanecer no es un permanecer pasivo, un adormecimiento en el Señor: esto sería quizás un sueño beatífico”.

En cambio, continuó, “este permanecer es un permanecer activo, y también es un permanecer recíproco. ¿Por qué? Porque Él dice: ‘Permaneced en mí, como yo en vosotros’ (v. 4). Él también permanece en nosotros, no sólo nosotros en Él. Es una permanencia recíproca.

Dicha permanencia “es un misterio, pero un misterio de vida, un hermoso misterio” y puso el ejemplo de los sarmientos, que “sin la vid no pueden hacer nada porque la savia no circula, necesitan la savia para crecer y dar fruto; pero también el árbol, la vid necesita sarmientos, porque los frutos no están unidos al árbol, a la vid. Es, insistió “una necesidad recíproca, es una permanencia recíproca para dar fruto”,

 

“Sin Jesús no podemos hacer nada”

Así, el Pontífice, resalta que “esta es la vida cristiana. Es verdad, la vida cristiana es cumplir los mandamientos (cf. Ex 20,1-11), y esto debe hacerse. La vida cristiana es ir por el camino de las bienaventuranzas (cf. Mt 5,1-13), y esto debe hacerse. La vida cristiana es llevar a cabo las obras de misericordia, como el Señor nos enseña en el Evangelio (cf. Mt 25,35-36), y esto debe hacerse”.

Pero, añadió, es también más: “es esta permanencia recíproca. Sin Jesús no podemos hacer nada, como los sarmientos sin la vid. Y Él —me permita el Señor decirlo— sin nosotros parece que no puede hacer nada, porque el fruto lo da el sarmiento, no el árbol, la vid”.

 

Dar testimonio

Después, el Obispo de Roma planteó cuál es la necesidad que Jesús tiene de nosotros, apuntando que consiste en “dar testimonio” en su nombre “porque la fe, el Evangelio, crece por el testimonio”.

Tras la Pasión, relató, “Jesús glorificado en el cielo necesita nuestro testimonio para hacer crecer, para anunciar, para que la Iglesia crezca. Y este es el misterio recíproco del ‘permanecer’. Él, el Padre y el Espíritu permanecen en nosotros, y nosotros permanecemos en Jesús”.

Finalmente, el Santo Padre pidió que el Señor “nos ayude a comprender, a sentir esta mística del permanecer en la que Jesús insiste tanto, tanto, tanto”, ya que, repitió, “entre la vid y los sarmientos se da este permanecer íntimo. Los sarmientos, nosotros, necesitamos la savia, y la vid necesita los frutos, el testimonio”.

 

Comunión espiritual, adoración y bendición

Para las personas que no pueden recibir la comunión, el Papa propuso la siguiente fórmula para la comunión espiritual: “Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”.

Francisco terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística. Finalmente, con motivo del memorial de hoy, se cantaron los versos del Ave María de Fátima. Estos son los primeros de la conocida canción:

 

“El 13 de mayo la Virgen María,
bajó de los cielos a Cova de Iría.

A tres pastorcitos la Madre de Dios,
descubre el misterio de su Corazón.

Ave, Ave, Ave María (…)”.

 

 

 

 

Audiencia general: Saludo del Papa a los fieles en español

Invita a tener relación filial con Dios

mayo 13, 2020 11:51

Audiencia General

(zenit – 13 de mayo abril 2020).- “Los animo a entablar esa relación filial, de amistad y confianza con el Señor, pidiéndole lo que necesitan para su vida y, de manera particular, por aquellos que están a nuestro lado y sabemos están necesitados, para que Dios, como Padre bueno, haga brillar su rostro sobre ellos y les conceda la paz”.

Con estas palabras, el Santo Padre se dirigió especialmente a los fieles de lengua española que, en esta época de COVID-19, siguen la audiencia general transmitida en directo desde la biblioteca del Palacio Apostólico a través de los medios de comunicación social.

Igualmente, dado que hoy, 13 de mayo de 2020, se celebra la festividad de la Virgen de Fátima, el 103º aniversario de las apariciones a los pastorcillos, Francisco pidió su intercesión “por cada uno de ustedes” y concluyó: “¡Qué Dios los bendiga!”.

En la segunda catequesis sobre la oración, titulada “La oración de los cristianos”, el Papa remarcó que la oración pertenece a todos, “a los hombres de todas las religiones, y probablemente también a los que no profesan ninguna”, pues “surge en el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales a menudo llaman el ‘corazón’”.

 

 

 

 

‘Fátima. La película’: Presentación del tráiler en el Día de las Apariciones, 13 de mayo

Instagram live con el P. Héctor Ramírez

mayo 13, 2020 13:12

María y mariología

(zenit – 13 mayo 2020).- Con motivo de la festividad del 13 de mayo, día de la primera aparición de la Virgen en Fátima, la distribuidora de Fátima. La película, Bosco Films, lanza el tráiler oficial de la cinta y anima a los seguidores a conectarse en directo por Instagram a las 16 horas de España para ver la entrevista al padre Héctor Ramírez desde el santuario de Fátima.

Efectivamente, hoy, miércoles 13 de mayo de 2020, a la citada hora, conectarán en directo desde su perfil de Instagram @fatimalapelicula con el padre Héctor Ramírez, capellán durante varios años en la basílica e iniciador de uno de los movimientos de mayor impacto mundial sobre la Virgen de Fátima: Mater Fátima.

Asimismo, con motivo del aniversario de la primera aparición de la Virgen en Fátima, la distribuidora presenta el tráiler definitivo de esta inspiradora película sobre el poder de la fe, dirigida por el italiano Marco Pontecorvo, que se estrenará en nuestras salas el próximo 16 de octubre.

Los creadores de la película, conversarán con el padre Héctor Ramírez sobre Fátima, el nacimiento del movimiento Mater Fátima, curiosidades y datos de las apariciones y anunciarán algunas novedades sobre Fátima. La Película.

Con esta actividad, el equipo del film  “se une a un día excepcional en estos momentos especialmente complicados mientras continua su preparación para la llegada a las salas el próximo 16 de octubre”, indica la distribuidora Bosco Films.

 

Mater Fátima

Mater Fátima surge en 2017 como una iniciativa de un grupo de católicos que, como decía la Virgen a Sor Lucía, quieren hacer, conocer y amar el Corazón Inmaculado de María y ya Dios se encargará de dar a todas esas personas, familias, países, diócesis, sacerdotes, obispos, etc. todas las gracias que Ella prometió en este santo lugar.

 

Fátima, la película

Fátima. La película rodada en Portugal, narra la historia de una niña de 10 años –Lucía- y sus dos primos -Jacinta y Francisco-, quienes presenciaron múltiples apariciones de la Virgen de Fátima. El día de su última visita, miles de creyentes presenciarán un milagro que será recordado hasta la actualidad.

En palabras del director, Marco Pontecorvo: “La película tiene un mensaje universal de paz: la idea de que todos debemos cambiar nuestro comportamiento para terminar con la violencia y la guerra. Pero también es una historia humana acerca de una pequeña niña, la relación con su madre y cómo el cuestionamiento sobre la fe puede llevar a una fe aún mayor”.

Inspirada en los hechos ocurridos en la ciudad de Fátima (Portugal) durante la Primera Guerra Mundial, Fátima. La película. está dirigida por Marco Pontecorvo (Tempo instabile con probabili schiarite), y protagonizada por Harvey Keitel (El Irlandés), Sônia Braga (Wonder), Goran Visnjic (Doctor Who), Joaquim de Almeida (Una vida a lo grande) y la española Stephanie Gil (El mejor verano de mi vida).

 

 

 

 

 

 

Píldoras de esperanza: “La permanencia nos mantiene unidos al Señor”

Miércoles de la V Semana de Pascua

mayo 13, 2020 10:53

Espiritualidad y oración

 

Reflexión sobre los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo pues necesito tu asistencia, llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén.

 

Evangelio según San Juan 15,1-8

Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía.

Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.

Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos”.

Palabra del Señor

 

¿Qué dice el texto?

Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.

 

¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios en el texto?

La liturgia de la Iglesia nos vuelve a recordar este texto tan importante para encontrarnos con el Señor. Lo habíamos visto a través de la palabra clave que era “Permanecer”. La permanencia nos mantiene unidos al Señor y su Palabra. Estar en “Su Palabra”, vivir de acuerdo a “Su Palabra”. Este adjetivo posesivo que ponemos antes de Palabra, es la pertenencia.

Recordemos que “La Palabra” es Nuestro Señor Jesús, Cristo. Pertenecer a Él es estar con Él y en Él (como dice en la Liturgia la Doxología que recita el sacerdote) es una unidad indisoluble.

Pero entonces es bueno preguntarnos a nosotros mismos: ¿Por qué sentimos que la unidad en Cristo la perdemos? ¿De qué manera podemos perder esa unidad con el Señor?

Los que hemos vivido en zonas de viñedos entendemos bien esta parábola donde Jesús nos habla de palabras que no son comunes en todas las regiones. La palabra “sarmiento” es la rama que va unida al tronco, que en el invierno parece secarse y en la primavera vuelven los retoños y en el verano desde allí salen sus frutos. Si el viñador corta un sarmiento del tronco, evidentemente no pasará la savia para dar vida con las hojas y frutos.

¿No será acaso que por estar en un “invierno” (como lo es esta situación de salud), creemos que nunca más llegará la primavera y el verano? Por eso, en este invierno de vida que nos toca vivir, debemos estar más que seguros que llegará un día un despertar, y obviamente no será igual, será diferente, será nuevo, y los frutos serán nuevos.

Hoy volvemos a ver que “permanecer” puede significar estar como en el invierno esperando una nueva primavera. Lo importante es estar unido a Jesús, y con esperanza volver a pedirle para nosotros la salud del cuerpo y del alma. Demos gracias a Dios por estar pasando estos momentos en los que la reflexión nos hace más cercanos, más unidos al tronco de la vida que es el Señor. Así, como dice Jesús podemos pedir con la seguridad de estar con Él y en Él lo que necesitamos para distinguir lo importante de lo superficial.

Te invito a que recuerdes esta frase repitiéndola durante el día:

¡Por Cristo, con Él y Él, a ti Dios Padre Omnipotente!

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

 

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Monseñor Felipe Arizmendi: “Implicaciones éticas del triaje”

“Oremos por el personal médico”

mayo 13, 2020 10:15

Espiritualidad y oración

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas

 

VER

Se ha publicado la “Guía bioética para la asignación de recursos limitados de medicina crítica en situación de emergencia”, elaborada por varios especialistas que integran el Consejo de Salubridad General. La proponen como una ayuda a los médicos que deben tomar decisiones difíciles a la hora de seleccionar a qué enfermo dedicar un recurso que otros también necesitan y no hay para todos. Esta Guía no es una ley de los poderes legislativo, judicial o ejecutivo, sino una orientación, un posible camino a seguir en estos casos. Mejora algunos puntos del borrador primero. Conseguí una copia, que puedo compartir.

Su objetivo es “ser una guía bioética que proporcione criterios para orientar la toma de decisiones de triaje cuando una emergencia de salud pública genera una demanda en los recursos de medicina crítica que no es posible satisfacer”.

Triaje (o triage) es un término francés que se emplea en medicina para clasificar a los pacientes de acuerdo a la urgencia de atención, como cuando los médicos deben decidir a quién aplicar un tipo de sangre que varios necesitan y no hay más que para uno; o cuando médicos y enfermeras no se dan abasto para atender a tantos pacientes y han de decidir a cuál sí y a cuál no dedicar su tiempo; o cuando no hay respiradores artificiales suficientes y deben decidir a quién aplicarlo y a quién dejar sin él, sabiendo que, al excluir a uno, morirá; o cuando están en peligro la vida de la madre y de la criatura que lleva en su seno y deben decidir qué vida salvar.

Selecciono, entre otras cosas que dice la Guía, lo siguiente: “Dado que los recursos escasos a asignar generalmente se requieren para salvar vidas, su asignación a veces es considerada como si se eligiera quién morirá. Sin embargo, la evaluación anterior del acto de asignación de recursos escasos es errónea. Lo es porque la intención del médico(a) detrás del acto de asignar recursos escasos es elegir quién sobrevivirá. La muerte, o daño que sufre, la o el otro paciente se prevé, pero no se busca intencionalmente ni puede evitarse.

Un principio fundacional de la justicia social es que todas las personas tienen el mismo valor y los mismos derechos. Además del principio de justicia, los principios orientadores de esta guía son: dignidad humana, solidaridad y equidad. En la práctica de la salud pública lo anterior se traduce en un principio de trato justo y de no exclusión. Esto quiere decir que por principio todas las personas son candidatas para recibir atención de la salud y a disfrutar del nivel más alto posible de salud física y mental. Características como: edad, sexo, afiliación política, orientación sexual, origen étnico o nacional, discapacidades, condiciones sociales y riqueza no excluyen a ningún paciente de ser candidato para recibir atención médica. Esto nos lleva a concluir que el objetivo de la salud pública durante una emergencia de esta naturaleza es doble: tratar al mayor número de pacientes y salvar la mayor cantidad de vidas.

La edad cronológica o tener una discapacidad no son de por sí características que excluyan a pacientes de ser candidatos(as) a recibir cuidados críticos. Es un error que ha de evitarse a toda costa asumir que tener cierta edad o cualquier discapacidad es sinónimo de tener una calidad de vida inferior, un pronóstico desfavorable, o mala salud. Se debe cuidar que la limitación al derecho social a la salud no castigue más a poblaciones en situación de vulnerabilidad, como personas privadas de la libertad, personas migrantes y minorías étnicas. El principio de orden de llegada no se debe seguir durante una emergencia sanitaria.

A las y los pacientes a quienes no se les asignen recursos de medicina crítica, o a quienes se les retiren, se les debe dar dentro del hospital tratamiento de soporte, o en su caso cuidados paliativos. Lo anterior asegura el deber ético del no abandono del paciente. Que un(a) paciente no vaya a recibir recursos de medicina crítica no quiere decir que se le niegue tratamiento hospitalario”. Esto implica que se le deben dar siempre alimentos, hidratación, limpieza y vía aérea permeable.

Lo más delicado es esto: “Las y los pacientes que tienen mayor probabilidad de sobrevivir con la ayuda de la medicina crítica son priorizados sobre los pacientes que tienen menor probabilidad de sobrevivir”. Es la decisión más crítica: negar, por ejemplo, un ventilador mecánico a alguien cuya muerte se prevé inminente o cercana, por sus enfermedades previas, y aplicarlo a alguien que tiene más probabilidades de sobrevivir. Lo que se intenta es salvar más vidas, no dejar morir a una persona. Es una acción analógica, no es por tanto lo mismo, a la de doble efecto, que el Catecismo de la Iglesia Católica considera moralmente lícita: se procura la vida, aunque se prevé la muerte; ésta es inevitable en un paciente; no es una acción voluntaria del personal médico, y no equivaldría a la eutanasia. Se quiere el bien, no el mal. (cf CATIC 2263). Quizá falte explicitar más los criterios a seguir, como proporcionalidad y posibilidades de éxito.

 

PENSAR

Dios nos hizo a todos a su imagen y semejanza (cf Gén 1,27). Por tanto, no debe haber discriminación de personas por ningún motivo. Todos valemos lo mismo. Esto es ética básica. Jesús nos insiste en el principio fundamental del amor entre unos y otros (cf Jn 13,34-35). Y nos dice: “Traten a los demás como ustedes quieren que ellos los traten” (Lc 6,31). Esto es ética de la más noble. Sin embargo, su ética es sublime, divina, pues dio la vida por nosotros, aunque no lo merecíamos (cf Rom 5,8), y nos dice que la máxima prueba de amor es dar la vida para que otros tengan vida (cf Jn 15,13). Esto puede implicar renunciar, por ejemplo, a recibir un respirador mecánico, exponiéndose a la propia muerte, para que se lo asignen a otro y éste viva. Esto es más que ética; es amor a lo divino.

La Dimensión de Vida, de nuestra Conferencia Episcopal, que preside Mons. José Jesús Herrera Quiñónez, obispo de Nuevo Casas Grandes, emitió un importante documento al respecto, y cita lo que dice la Pontifica Academia para la Vida: “Las condiciones de emergencia en las que se encuentran muchos países pueden llegar a obligar a los médicos a tomar decisiones dramáticas y lacerantes para racionar los recursos limitados, que no están disponibles para todos al mismo tiempo. En ese momento, tras haber hecho todo lo posible a nivel organizativo para evitar el racionamiento, debe tenerse siempre presente que la decisión no se puede basar en una diferencia en el valor de la vida humana y la dignidad de cada persona, que siempre son iguales y valiosísimas. La decisión se refiere más bien a la utilización de los tratamientos de la mejor manera posible en función de las necesidades del paciente, es decir, de la gravedad de su enfermedad y de su necesidad de tratamiento, y a la evaluación de los beneficios clínicos que el tratamiento puede lograr, en términos de pronóstico. La edad no puede ser considerada como el único y automático criterio de elección, ya que si fuera así se podría caer en un comportamiento discriminatorio hacia los ancianos y los más frágiles. Además, es necesario formular criterios que sean, en la medida de lo posible, compartidos y argumentados, para evitar la arbitrariedad o la improvisación en situaciones de emergencia, como nos ha enseñado la medicina de catástrofes” (30-III-2020).

 

ACTUAR

Es de justicia exigir al gobierno que suspenda algunos de sus proyectos insignias y destine esos recursos a comprar más ventiladores mecánicos y otros implementos médicos de primera necesidad, pues son prioritarias la salud y la vida. Y oremos por el personal médico

“Oremos por el personal médico”, para que el Espíritu Santo les asista con el don de la sabiduría, la prudencia y la fortaleza.

 

 

 

 

San Miguel Garicoïts, 14 de mayo

Su lema era ‘Fiat Voluntas Dei’

mayo 13, 2020 09:00

Testimonios de la Fe

 

“Con su corazón en el cielo vivió este vasco, que tuvo en su madre una ejemplar maestra de la vida espiritual. Quiso formar sacerdotes santos. Puso los pilares de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram”

En el devenir de Miguel tuvo un peso decisivo el ejemplo de los suyos: abuelos y padres Arnaud y Gratianne. Ahora bien, el detonante de la inspirada elección que hizo para su vida fue la autoridad moral de la madre, estricta con él. Reconoció que sin ella pudo haberse convertido en un malvado. Es otra prueba del alcance que toda familia tiene en el acontecer de los hijos, inigualable ante cualquier otra vía formativa.

Nació en Ibarra, Bayona, región fronteriza entre Francia y España, el 15 de abril de 1797. Algunos lo consideran el primer vasco canonizado. Era el mayor de seis hijos. Desafiando los rigores de la Revolución francesa, sus padres, que no tenían medios económicos, acogían a los sacerdotes fugitivos en su casa, hasta que Arnaud podía conducirlos en secreto a España. Miguel era robusto, de gran fuerza física, y un temperamento impetuoso, violento y combativo que mostraba a la primera de cambio. En medio de su rudeza pervivía un torrente de sensibilidad que, en su momento, llevado por su gran ardor místico le haría verter muchas lágrimas. En esa época Gratianne le enderezaba con buenos consejos que él siempre recordaría. Con una pedagogía clara, sencilla, plagada de ejemplos, su madre le enseñaba a discernir el bien del mal. Así aprendió la gravedad del pecado y se propuso conquistar el cielo porque ella le había dicho: «El cielo es la casa de Dios». En su ingenuidad creyó que subiendo a la cima de una colina con su rebaño podría alcanzarlo. Un día, al ver que no podía llegar al firmamento, encaminó sus pasos hacia otra y luego hacia una más alejada hasta que anocheció y tuvo que dormir al raso con las ovejas. Cuando regresó al día siguiente, nadie le recriminó,  pero ese deseo de ir al cielo lo mantuvo vivo en lo más hondo de su ser. En la escuela donde ingresó en 1806, destacó entre todos los alumnos. Dos años más tarde abandonó los estudios para ayudar a su familia. Era pastor en Oneix en la granja propiedad de la familia Anghelú. Siempre llevaba consigo un libro. En 1811 recibió la Primera Comunión. Una de las características de su vida fue su amor a la Eucaristía. En 1813 comunicó a sus padres que quería ser sacerdote. La falta de recursos económicos pesó en su juicio negativo, hasta que los convenció la abuela que le enseñó a decir a Dios: “¡Heme aquí!”. Ella recorrió 10 km. para hablar con el párroco de Saint-Palais y logró que acogiese en su casa a Miguel y le preparase a cambio de algunas tareas. No fue fácil para él combinar labores domésticas y estudios, pero cosechó el fruto de su tesón. Su mal temperamento aún le proporcionaba malas pasadas. Y fue transformándolo a costa de esfuerzo, extrayendo lecciones ejemplares: “En el obispado, tenía que soportar a menudo el mal humor de la cocinera, y yo me vengaba limpiando alegremente las ollas y las cazuelas; ella acabó ocupando su tiempo libre en coser mis pañuelos y en lavarme la ropa”. Completó estudios eclesiásticos en varios seminarios. Los formadores al ver su aprovechamiento le destinaron al seminario de Saint-Sulpice, donde iban los más destacados. Pero el obispo, temiendo perderlo, le retuvo en el seminario de Dax. Su piedad hizo que fuese comparado con san Luís Gonzaga.

En 1821 impartió clases en el seminario menor de Larressore mientras seguía los estudios de teología. Se ordenó en 1823 y partió a Cambo como vicario de un anciano sacerdote que estaba paralítico. Y rápidamente fue conocido por su caridad, la profundidad de sus sermones, la labor catequética y su dedicación en el confesionario, en el que tantas veces permanecía quedándose sin comer. El Padre celestial fue una de sus pasiones. Decía: “¡Padre, aquí estoy!”. “Dios es Padre; hay que entregarse por completo a su amor, hay que contestarle: ‘¡Aquí estoy!’”. Su fortaleza física le permitía realizar numerosas penitencias. Y el domingo compartía con los feligreses el juego de la pelota vasca. Después oraba ante el Santísimo. Su lema era Fiat Voluntas Dei. El obispo de Bayona lo nombró profesor de filosofía y administrador del seminario mayor de la diócesis, establecido en Betharram, junto a un santuario mariano enclavado al pie de una colina, del que fue su capellán. Fue confesor de Isabel Bichier des Ages. Y al tratar con ella y con la fundación instituida junto a san Andrés Fournet, las Hijas de la Cruz, se sintió atraído por la vida religiosa. Además, como responsable del seminario había visto los resultados de un inadecuado enfoque anterior en su gestión. Entonces se dijo: “formaré sacerdotes que, por su obediencia, consolarán el corazón de sus obispos”. En 1832 hizo un retiro de un mes de duración con los jesuitas de Toulouse, pero no parecía que fuese su lugar. El P. Le Blanc, director espiritual de la comunidad, lo tuvo claro: “Dios quiere que sea más que un jesuita; siga su primera inspiración, que creo que le viene del cielo, y será el padre de una familia que será hermana de la nuestra…”. Seis años más tarde, junto a otros cinco sacerdotes que lo eligieron como superior, contando con la aprobación del obispo de Bayona, Miguel puso los pilares de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, nombre que recibieron en 1841. No fue fácil. Surgieron graves disensiones entre los integrantes de la fundación, y él tuvo que sufrir mucho en un proceso que se alargó hasta el final. Un día confió al prelado Lacroix: “¡Cuán laborioso resulta el alumbramiento de una congregación!”. En 1853 perdió la salud que había disfrutado siempre al sufrir un ataque de parálisis que se repitió en 1859. “No tengan miedo, decía a los cercanos, seguiremos todo el tiempo  que Dios permita”. Se recuperó, pero en 1863 sufrió otra crisis, que fue definitiva, y murió el 14 de mayo de ese año. En 1870 la nueva congregación fundada por él salió adelante con las directrices que concibió para ella. Pío XI lo beatificó el 10 de mayo de 1923. Y Pío XII lo canonizó el 6 de julio de 1947 junto a Isabel Bichier des Ages.