Servicio diario - 18 de mayo de 2020


 

Juan Pablo II: El Papa preside la Misa por el centenario de su nacimiento
Larissa I. López

Santa Faustina Kowalska: El Papa instituye su fiesta litúrgica el 5 de octubre
Rosa Die Alcolea

“La vida después de la pandemia”: Libro del Papa sobre la era post-COVID-19
Rosa Die Alcolea

Angelicum: Carta del Papa ante la inauguración del Instituto Juan Pablo II
Larissa I. López

Centenario de Juan Pablo II: Valentina Alazraki recuerda al papa santo
Redacción

‘100 maneras en las que Juan Pablo II cambió el mundo’
Deborah Castellano Lubov

Red Eclesial Panamazónica: Llamado a la acción para evitar tragedia en la región
Larissa I. López

Puerto Rico: El padre Luis F. Miranda, nuevo obispo de Fajardo-Humacao
Redacción

Andrea Tornielli: Editorial sobre el centenario de Juan Pablo II
Redacción

Ecuador: El Papa nombra al obispo auxiliar de Porto Portoviejo
Redacción

Coronavirus: “Más allá de la crisis”, reflexión del padre Lombardi (5)
Redacción

Teología para Millennials: “Y que el COVID los una”
Redacción

Píldoras de esperanza: ¡Señor Jesús, que me conozca a mí y que te conozca a ti!
Ricardo Grzona

Santa María Bernarda Bütler, 19 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Juan Pablo II: El Papa preside la Misa por el centenario de su nacimiento

Oración, cercanía y justicia, rasgos del santo

mayo 18, 2020 09:03

Juan Pablo II
Papa y Santa Sede

(zenit – 18 mayo 2020).-. En el centenario del nacimiento de san Juan Pablo II, el Papa Francisco presidió la Misa en la capilla de la basílica de San Pedro, donde se encuentra la tumba del papa polaco.

Concelebraron la Eucaristía el cardenal Angelo Comastri, vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano y arcipreste de la basílica vaticana, el cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero apostólico; Mons. Piero Marini, maestro de celebraciones litúrgicas durante 18 años del pontificado de Juan Pablo II; y el arzobispo polaco Jan Romeo Pawłowski, jefe de la Tercera Sección de la Secretaría de Estado que se ocupa del personal diplomático de la Santa Sede, indica Vatican News.

 

Juan Pablo II, guía de la Iglesia

El Santo Padre comenzó la Misa rezando a “Dios, rico en misericordia”, que llamó a san Juan Pablo II para que guiara a toda la Iglesia, para que nos concediera, “fortalecidos por su enseñanza, abrir con confianza nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único Redentor del hombre».

“El Señor ama a su pueblo, visitó a su pueblo: y hace cien años, llamó a un hombre para dirigir la Iglesia”, explicó el Papa en la homilía.

 

Oración  y cercanía al pueblo

En ella, de acuerdo al citado medio vaticano, el Pontífice señaló también tres rasgos que caracterizaron a Juan Pablo II: la oración, la cercanía al pueblo y el amor por la justicia.

Efectivamente, san Juan Pablo II era un hombre de Dios porque rezaba mucho, que dedicaba mucho tiempo de oración, pues sabía que “la primera tarea del obispo es rezar”.

El segundo rasgo es que se trataba de un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscándola. Esta cercanía es uno de las características de Dios, pues Él está cerca de la gente: “Una cercanía que se hace fuerte en Jesús”, dijo el Obispo de Roma.

“Un pastor está cerca del pueblo, al contrario, no es un pastor, es un jerarca, es un administrador, tal vez bueno pero no es un pastor. Cercanía al pueblo. Y san Juan Pablo II nos dio el ejemplo de esta cercanía: cerca de los grandes y los pequeños, de los cercanos y los lejanos, siempre cerca, estaba cerca”, apuntó.

 

Justicia y misericordia

También, prosiguió el Papa Francisco, Karol Wojtyla era un hombre que quería justicia, “justicia social, la justicia de los pueblos, la justicia que expulsa las guerras. ¡La justicia plena! Por eso san Juan Pablo II fue el hombre de la misericordia, porque la justicia y la misericordia van juntas, no se pueden distinguir, están juntas: la justicia es la justicia, la misericordia es la misericordia, pero la una sin la otra no se encuentra”.

Además, en este sentido, alabó todo lo que el papa polaco hizo para que la gente entendiera la Divina Misericordia, especialmente con la devoción a Santa Faustina.

“Oremos hoy para que nos dé a todos la gracia de la oración, de la cercanía y de la justicia que es misericordia y de la misericordia que es justicia”, concluyó el Santo Padre.

 

Fin de las emisiones

La de hoy ha sido la última Misa matutina celebrada por Francisco y transmitida en directo. Las emisiones comenzaron el pasado 9 de marzo pasado, debido a suspensión de las celebraciones eucarísticas con la participación de los fieles a causa de la pandemia del coronavirus.

Ante la reanudación en Italia y en otros países del culto público, la emisión en directo de la Misa a las 7 horas desde la Casa Santa Marta termina a partir de mañana, 19 de mayo.

Así, el Papa espera que los católicos puedan volver a la comunidad, a la familiaridad con Dios en los sacramentos, respetando siempre las directrices sanitarias establecidas para la seguridad de todos.

 

 

 

 

Santa Faustina Kowalska: El Papa instituye su fiesta litúrgica el 5 de octubre

Decreto de la Santa Sede

mayo 18, 2020 13:37

Testimonios de la Fe

(zenit – 18 mayo 2020).- El Papa Francisco ha instituido la fiesta litúrgica de santa María Faustina (Elena) Kowalska el día 5 de octubre, a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, publicado hoy, lunes, 18 de mayo de 2020, coincidiendo con el centenario del nacimiento de san Juan Pablo II.

Y es que fue san Juan Pablo II quien canonizó a la santa polaca en el año 2000, por lo que el nombre de santa Faustina pronto fue conocido en el mundo entero, promoviendo en todos los miembros del pueblo de Dios, pastores y fieles laicos, la invocación de la Divina Misericordia y su testimonio auténtico en la vida de los creyentes.

El nombre de santa María Faustina (Elena) Kowalska, virgen, queda así inscrito en el Calendario Romano General por el Santo Padre, acogiendo las peticiones y los deseos tanto de pastores, religiosas y religiosos, como de asociaciones de fieles y considerando la influencia ejercida por la espiritualidad de santa Faustina en numerosas regiones del mundo.

A continuación sigue el decreto publicado por la Santa Sede.

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CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS

DECRETO

Sobre la inscripción de la celebración de santa Faustina Kowalska, virgen, en el Calendario Romano General

 

“Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación” (Lc 1, 50). Lo que la Virgen María cantó en el Magníficat contemplando la obra salvífica de Dios en favor del género humano, ha resonado en la experiencia espiritual de santa Faustina Kowalska quien, por gracia del cielo, vio en el Señor Jesucristo el rostro misericordioso del Padre y se convirtió en su anunciadora.

Nacida en Głogowiec, cerca de la ciudad de Łódź (Polonia) en 1905 y fallecida en Cracovia en 1938, santa Faustina entregó su joven existencia en las Hermanas de la bienaventurada Virgen María de la Misericordia, conformándose generosamente a la vocación recibida de Dios y a una intensa vida espiritual, rica de dones místicos y de fiel correspondencia a los mismos. El relato de cuanto el Señor ha obrado en ella para beneficio de todos, lo ha descrito ella misma en el Diario de su alma, santuario del encuentro con el Señor Jesús: escuchando a Aquél que es Amor y Misericordia, entendió que ninguna miseria humana puede medirse con la inagotable misericordia que brota del corazón de Cristo. Se convirtió, por tanto, en la inspiradora de un movimiento destinado a proclamar e implorar la divina misericordia por todo el mundo. Canonizada en el año 2000 por san Juan Pablo II, el nombre de santa Faustina pronto fue conocido en el mundo entero, promoviendo en todos los miembros del pueblo de Dios, Pastores y fieles laicos, la invocación de la Divina Misericordia y su testimonio auténtico en la vida de los creyentes.

Por tanto, el Sumo Pontífice Francisco, acogiendo las peticiones y los deseos tanto de Pastores, religiosas y religiosos, como de asociaciones de fieles, y considerando la influencia ejercida por la espiritualidad de santa Faustina en numerosas regiones del mundo, ha dispuesto que el nombre de santa María Faustina (Elena) Kowalska, virgen, sea inscrito en el Calendario Romano General y su memoria libre sea celebrada por todos el día 5 de octubre.

Esta nueva memoria sea incluida en todos los Calendarios y Libros litúrgicos para la celebración de la Misa y la Liturgia de las Horas, haciendo uso de los textos litúrgicos adjuntos a este decreto que las Conferencias de Obispos deben traducir, aprobar y, tras la confirmación de este Dicasterio, publicar.

Sin que obste nada en contrario.

En la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 18 de mayo de 2020.

Robert Card. Sarah
Prefecto

+ Arthur Roche
Arzobispo Secretario

 

 

 

 

“La vida después de la pandemia”: Libro del Papa sobre la era post-COVID-19

Ocho intervenciones del Pontífice

mayo 18, 2020 10:41

Papa y Santa Sede

(zenit – 18 mayo 2020).- Para el Papa Francisco ha llegado el momento de mirar a un mundo post-COVID y de prepararse para el cambio. “La vida después de la pandemia” es el nombre del libro publicado por la Librería Editorial Vaticana que recoge las reflexiones del Pontífice sobre la pandemia de coronavirus durante los primeros meses de 2020, a medida que ésta se extendía por la familia humana.

En el documento se recogen ocho significativos textos, pronunciados o escritos desde el 27 de marzo al 22 de abril. El texto está disponible en italiano, español, inglés, francés y portugués, en un documento pdf gratuito descargable desde la página web de la Librería Editorial Vaticana, y a través de Vatican News

 

Las relaciones personales, en el centro

Las palabras del Santo Padre sacan a relucir su mensaje y su sueño para el “nuevo” mundo que está emergiendo durante y después de la pandemia de coronavirus. Un mundo cuyo centro sea la relación entre las personas, en el que la solidaridad y la colaboración, la creatividad y el apoyo a los que están “más atrás”, son los pilares.

Los textos recogidos ponen de relieve el pensamiento de Francisco en relación con los temas a los que todos nosotros, a la luz de la pandemia, nos enfrentamos diariamente: contaminación global, economía, trabajo, valorización de la atención sanitaria. El Papa “nos insta a dejar de lado nuestros intereses individuales, corporativos y nacionales para crear una nueva era de solidaridad en la que todos los seres humanos tengan la misma dignidad”, señala Vatican News.

 

Prefacio del cardenal Czerny

Introduce el texto el prefacio del cardenal Michael Czerny, jesuita, subsecretario de la Sección del Migrante y del Refugiado del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.

Más allá de las ocasiones específicas, el cardenal Czerny señala que estos ocho textos pueden ser leídos juntos como un “único desarrollo de su pensamiento y como un rico mensaje para la humanidad”, e indica que dicho mensaje tiene dos objetivos.

“El primero es sugerir una dirección, algunas claves y directrices para reconstruir un mundo mejor que podría nacer de esta crisis de la humanidad”, mientras que el segundo es “sembrar esperanza en medio de tanto sufrimiento y desconcierto. El Papa basa claramente esta esperanza en la fe, “porque con Dios la vida nunca muere”.

 

 

 

 

Angelicum: Carta del Papa ante la inauguración del Instituto Juan Pablo II

Para reflexionar sobre la cultura contemporánea

mayo 18, 2020 13:41

Papa y Santa Sede

(zenit – 18 mayo 2020)-. En el día del centenario del papa polaco, el Santo Padre ha enviado una carta al rector de la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino – Angelicum, el padre Michał Paluch, con motivo de la inauguración, en la misma, del Instituto de Cultura San Juan Pablo II, en el centenario de su nacimiento.

Tras expresar su aprecio por la iniciativa, Francisco indica que la finalidad principal de este instituto es “reflexionar sobre la cultura contemporánea” y, para ello, “los promotores desean valerse de la colaboración de los más eminentes filósofos, teólogos y hombres y mujeres de la cultura, en su más amplia expresión”.

 

Juan Pablo II, inspirador y artífice

San Juan Pablo II, “el alumno más ilustre” del Angelicum, “es tanto el inspirador como el primer y más importante artífice de esta obra, con el rico y multiforme patrimonio que ha dejado y, antes todavía, con el ejemplo de su espíritu abierto y contemplativo, apasionado por Dios y por el hombre, por la creación, la historia y el arte”, describe el Papa.

Del mismo modo, resalta que las “diversas experiencias” de la vida de Wojtyla, interpretadas “a la luz del Espíritu, lo llevaron a desarrollar con singular profundidad su reflexión sobre el hombre y sus raíces culturales, como referencia indispensable para toda proclamación del Evangelio”.

 

Libertad de espíritu y honestidad intelectual

Por otro lado, el Pontífice se alegra de que esta iniciativa se lleve a cabo en el Angelicum, pues la tradición de la Orden Dominica, “con su importante papel en la reflexión racional sobre la fe y sus contenidos, articulada de manera magistral por el doctor Angélico, no puede sino favorecer este proyecto, para que se caracterice por la valentía de la verdad, la libertad de espíritu y la honestidad intelectual”.

En este sentido, recuerda que “necesitamos mantener esta actitud viva si queremos ser una Iglesia en salida una Iglesia que no se contenta con conservar y administrar lo que existe sino que quiere ser fiel a su misión”.

 

“Queremos darle vida”

“Nos gustaría invitar al Papa Juan Pablo II a una conversación en el mundo y la cultura contemporánea”, declara el rector magnífico del Angelicum, el padre Michał Paluch, en una entrevista exclusiva con la edición inglesa de zenit.

Para el padre dominico, esta es la inspiración para el lanzamiento del Instituto de Cultura San Juan Pablo II del Angelicum. “Queremos darle vida”, describe, señalando que “el es nuestro socio en el análisis, y esto significa correr riesgos también, para entrar en la discusión sobre sus propuestas. Creemos que esto es lo que él quiere que hagamos”.

Para el dominico, este centro universitario constituye “un lugar natural para establecer un instituto inspirado en el legado de Juan Pablo II”, ya que la propia universidad en la que el papa polaco estudió, “investigará y reconocerá los logros de Karol Wojtyła en el pensamiento y la cultura cristiana contemporánea”.

Esta tarde, después de haber concelebrado con Francisco la Misa matutina en la tumba de san Juan Pablo II en la basílica de San Pedro, el padre Paluch leerá la carta de Francisco en la presentación del consabido instituto.

A continuación, sigue la carta completa del Papa Francisco.

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Carta del Santo Padre

Al querido hermano

Michał Paluch, O.P.

Rector de la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino

El día del centenario del nacimiento de san Juan Pablo II, el alumno más ilustre de esta Universidad, se inaugura en el Angelicum, en la Facultad de Filosofía, el Instituto de Cultura que lleva su nombre. Deseo expresar mi aprecio por esta iniciativa y enviar un cordial saludo a toda la comunidad académica y a todos los que se han reunido para este acto, en particular a los representantes de las dos fundaciones polacas, Futura Iuventa y Saint Nicholas, que sostienen al nuevo Instituto.

Su finalidad principal es reflexionar sobre la cultura contemporánea. Para ello, los promotores desean valerse de la colaboración de los más eminentes filósofos, teólogos y hombres y mujeres de la cultura, en su más amplia expresión. Y san Juan Pablo II es tanto el inspirador como el primer y más importante artífice de esta obra, con el rico y multiforme patrimonio que ha dejado y, antes todavía, con el ejemplo de su espíritu abierto y contemplativo, apasionado por Dios y por el hombre, por la creación, la historia y el arte.

Las diversas experiencias de su vida, entre los cuales especialmente los dramas de una época y sus sufrimientos personales, interpretados a la luz del Espíritu, lo llevaron a desarrollar con singular profundidad su reflexión sobre el hombre y sus raíces culturales, como referencia indispensable para toda proclamación del Evangelio. En su primera Encíclica, de hecho, escribió: «Nos acercamos igualmente a todas las culturas, a todas las concepciones ideológicas, a todos los hombres de buena voluntad. Nos aproximamos con aquella estima, respeto y discernimiento que, desde los tiempos de los Apóstoles, distinguía la actitud misionera y del misionero. Basta recordar a San Pablo y, por ejemplo, su discurso en el Areópago de Atenas. La actitud misionera comienza siempre con un sentimiento de profunda estima frente a lo que “en el hombre había”, por lo que él mismo, en lo íntimo de su espíritu, ha elaborado respecto a los problemas más profundos e importantes; se trata de respeto por todo lo que en él ha obrado el Espíritu, que “sopla donde quiere”. (Redemptor hominis, 12; cf. Discurso a la UNESCO, 2 de junio de 1980).

Necesitamos mantener esta actitud viva si queremos ser una Iglesia en salida, una Iglesia que no se contenta con conservar y administrar lo que existe sino que quiere ser fiel a su misión.

Me alegra mucho que esta iniciativa se lleve a cabo en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. El Angelicum alberga, en efecto, una comunidad académica compuesta por profesores y estudiantes de todo el mundo y es un lugar adecuado para interpretar los importantes retos de las culturas actuales. La tradición de la Orden Dominica, con su importante papel en la reflexión racional sobre la fe y sus contenidos, articulada de manera magistral por el Doctor Angélico, no puede sino favorecer este proyecto, para que se caracterice por la valentía de la verdad, la libertad de espíritu y la honestidad intelectual (cf. San Pablo VI, Carta Apostólica de la Orden).Necesitamos mantener esta actitud viva si queremos ser una Iglesia en salida una Iglesia que no se contenta con pconservar y administrar lo que existe sino que quiere ser fiel a su misión.

Me alegra mucho que esta iniciativa tenga lugar en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. El Angelicum alberga de hecho una comunidad académica compuesta por profesores y estudiantes de todo el mundo y es un lugar adecuado para interpretar los importantes retos de las culturas actuales. La tradición de la Orden Dominica , con su importante papel en la reflexión racional sobre la fe y sus contenidos, articulada de manera magistral por el Doctor Angélico, no puede sino favorecer este proyecto, para que se caracterice por la valentía de la verdad, la libertad de espíritu y la honestidad intelectual (cf. San Pablo VI, Carta Apostólica de la Orden). Lumen Ecclesiae, 20 de noviembre de 1974, 8; S. Juan Pablo II, Enc. Fides et ratio, 43).

Con estos deseos, le renuevo mi apoyo y mi gratitud, querido Hermano, al igual que a todos los que han dado vida al nuevo Instituto. A los profesores, estudiantes y personal les deseos buen trabajo y les envío d todo corazón la bendición apostólica.

Roma, San Juan de Letrán, 18 de mayo de 2020

 

 

 

 

Centenario de Juan Pablo II: Valentina Alazraki recuerda al papa santo

Un pontificado “único e irrepetible”

mayo 18, 2020 09:00

Juan Pablo II

(zenit – 18 mayo 2020).- Cuando en 1978, inicié a cubrir el pontificado de Juan Pablo II, era una joven periodista con poca experiencia. Nunca me imaginé, al verlo aparecer por primera vez en la logia central de la basílica de San Pedro, que me habría tocado seguirlo hasta el último día de su vida, que habría realizado cien de sus ciento cuatro viajes por el mundo, que habría estado en los funerales más concurridos de la historia reciente, que habría sentido un duelo durante muchos años, que sorpresivamente habría sido llamada a ser testigo en su causa de beatificación y canonización y que habría estado presente en ambas ceremonias. Menos aún me habría imaginado celebrar el centenario de su nacimiento. Lo que sí entendí el 16 de octubre de 1978 es que estaba iniciando un pontificado totalmente diferente, que nos daría muchas sorpresas.

Cuando Juan Pablo II falleció el dos de abril del 2005 acompañado por millones de fieles de todo el mundo que rezaban por él como hubieran rezado por un abuelo, un padre, un familiar, un amigo, me preguntaron cuál era mi percepción de ese largo pontificado de 26 años y medio. Recuerdo que contesté que había sido, por lo menos para mí, algo único e irrepetible. A 15 años de su muerte respondería exactamente lo mismo. Fue único e irrepetible como periodista, porque a su lado fuimos testigos de la historia con H mayúscula. No se cuentan los momentos en los que tuvimos la sensación de asistir a un antes y un después. Las “primeras veces” de Juan Pablo II han quedado para la historia. No solo fue el primer papa en visitar decenas de países, fue también el primer pontífice en entrar en una sinagoga, en entrar en una mezquita, en convocar a los líderes de todas las religiones para rezar por la Paz, en romper muros y tender puentes. No se puede explicar la historia de los últimos 20 años del siglo XX e inicio del XXI sin el rol ejercido por Juan Pablo II.

También fue único e irrepetible como mexicana. No creo que volveremos a ver a un papa que inicie su pontificado en México, que en este país entienda ante millones de personas que lo acompañaron día y noche que el suyo tenía que ser un pontificado itinerante, que era él el que tenía que ir hacia los fieles del mundo entero y no quedarse encerrado en el Vaticano esperando que ellos fueran. México desde enero del 79 le robó el corazón a Juan Pablo II y los mexicanos se lo robamos a él. En esa primera visita inició una historia de amor que aún dura, porque san Juan Pablo II sigue  presente en los corazones de los mexicanos. No creo que volveremos a ver a un papa que visite cinco veces este país, que casi muriéndose  decida venir por última vez en 2002, para despedirse del pueblo mexicano con un gran regalo, la Canonización de Juan Diego. Al final de esa visita, que todos sabíamos que iba a ser la última dijo algo absolutamente profético: “Me voy pero no me voy, me voy pero no me ausento, pues aunque me voy, de corazón me quedo”.

También fue único e irrepetible para mí, como ser humano. Durante la primera parte del pontificado, me sentía afortunada porque como reportera seguía a un líder carismático que iba por el mundo haciendo historia. Con el paso del tiempo, empezamos a ver que le temblaba una mano, luego un brazo, que le salía baba de la boca, que se iba encorvando, que el Parkinson iba inmovilizando sus músculos, que de su rostro, desaparecía la sonrisa que había cautivado al mundo entero. Se volvió poco a poco una persona con discapacidades, empezó a utilizar el bastón, luego, una peana móvil y finalmente una silla de ruedas. En esos años, al asistir a un verdadero Vía Crucis en vida, entendí que su carisma no venía de los dones exteriores que Dios le había dado. Venía de adentro, de su fe fuerte como una roca, de su fortaleza, de su capacidad de infundir desde la cruz, esperanza. Entendí que el papa que había intentado enseñarnos a vivir mejor, a ser mejores, también nos estaba enseñando a morir.

A pesar de volverse exactamente lo opuesto de los modelos de la publicidad jóvenes, guapos y sanos, su fuerza iba creciendo junto con sus sufrimientos. Cómo no recordar cuando descubrió el último Domingo de Ramos de su vida, que ya no le salía la voz y ese gesto tan humano de desesperación de golpear el atril al darse cuenta que ya no podía comunicar con la palabra con sus fieles. Cómo olvidar el Viernes Santo, en su capilla, abrazado a la Cruz, de espalda como si fueran una sola cosa. Cómo olvidar la última vez que apareció con vida, pocos segundos en la ventana de su habitación, tres días antes de morir porque era miércoles y sabía que en la plaza había gente que había venido de lejos porque era el día de la audiencia general. Apareció pocos segundos, con la cánula de la traqueotomía, la de la alimentación por vena, sin micrófono porque ya no tenía voz. Esa fue la última vez que le vimos. Esbozó una bendición y desapareció. Esa última imagen de entrega total hasta el final sería suficiente para sintetizar su santidad.

Por todas estas razones, en ocasión del centenario de su nacimiento, sigo afirmando que su pontificado fue único e irrepetible.

Valentina Alazraki
Corresponsal de Noticieros Televisa en el Vaticano

 

 

 

 

‘100 maneras en las que Juan Pablo II cambió el mundo’

Centenario del santo, nuevo libro de P. Novecosky

mayo 18, 2020 10:53

Juan Pablo II

(zenit – 18 mayo 2020)-. ¿Cómo puede uno tratar de comprender, de manera algo rápida, las innumerables formas en que un amado pontífice, genio y ahora santo, cambió el mundo durante su pontificado de 26 años que finalizó el 2 de abril de 2005, el Domingo de la Divina Misericordia?.

Un nuevo libro de Patrick Novecosky, titulado 100 Maneras en que Juan Pablo II cambió el mundo y editado por Our Sunday Visitor, busca hacer precisamente eso, y se publica oficialmente el lunes 18 de mayo, fecha que marca el 100° aniversario del nacimiento del pontífice polaco.

Este periodista católico estadounidense que ha viajado a 26 países, se reunió con el Papa san Juan Pablo II cinco veces, a menudo en lugares privados en Roma, y es esposo y padre de cinco hijos.

El galardonado comunicador ha editado y escrito para algunas de las principales publicaciones católicas de los Estados Unidos y ha sido publicado en cinco idiomas. Patrick es socio gerente en NovaMedia, firma de relaciones públicas especializada en el campo católico.

 

Destrozando el molde

En su libro examina, en una o dos páginas por capítulo, la educación notable y difícil del amado Papa místico. Recordando sus amistades inolvidables, así como los momentos menos conocidos, también examina su impacto en el mundo, incluida una fuerza increíblemente importante en el eventual colapso del comunismo en Polonia y Europa del Este.

El pontífice que hizo 104 viajes y viajó lo suficiente como para, con 775.000 millas, haber dado la vuelta al planeta “30 veces”, cubrió dos tercios de los países del mundo, y podría decirse que es “la persona más vista en la historia”. Como recuerda el autor, el papa Pablo VI fue el primer papa en “romper el molde” con sus viajes internacionales, pero Juan Pablo II “lo destrozó”. El pontífice visitó casi toda África durante el transcurso de 14 viajes y, además de establecer importantes nombramientos para la iglesia, canonizó a varios santos africanos.

También habló sobre la afinidad del papa por los Estados Unidos, donde realizó cinco visitas oficiales, con paradas incluso en Alaska. Expresó su agradecimiento por la “cálida hospitalidad” del pueblo estadounidense.

El autor aporta una mirada tierna a las amistades del papa Juan Pablo II, incluso con la madre Teresa de Calcuta, el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan, el padre Pio, el cardenal Stefan Wyszyński (su superior, el primado de Polonia, cuando el cardenal Wojtyla era arzobispo de Cracovia), la hermana Faustina Kowalska y el arzobispo Fulton Sheen.

En 1984, el papa polaco y el presidente Reagan habían establecido relaciones diplomáticas plenas entre los Estados Unidos y la Santa Sede.

 

Mi mejor amigo…

En 1989, el ex presidente Ronald Reagan, según las notas del libro, recibió a dos representantes de los sindicatos polacos estadounidenses y de Solidarność [Solidaridad], cuyo movimiento, apoyado por Juan Pablo II y el ex presidente de los Estados Unidos, constituyó el primer sindicato independiente en el bloque soviético y contribuyó con “la primera grieta en la Cortina de Hierro, y envió ondas de choque en toda la Unión Soviética” a partir de la visita del papa polaco en 1979 a su país natal.

Cuando le pidieron a Reagan palabras de sabiduría política para los miembros de Solidarność, les dijo que escucharan su conciencia, ya que allí es donde el Espíritu Santo te habla.

Reagan luego señaló una foto de Juan Pablo: “Él es mi mejor amigo. Sí, sabéis que soy protestante, pero él sigue siendo mi mejor amigo”, dijo el ex-presidente estadunidense.

 

Sanación milagrosa …

El padre Pio también tuvo una amistad muy entrañable con Juan Pablo II, confiándole detalles a Wojtyla que nunca le contó a otros.

“Durante una visita a Roma en 1962”, relata el libro, “el arzobispo Wojtyla se enteró de que uno de sus amigos polacos estaba muriendo”. Le escribió al Padre Pío, pidiéndole su intercesión. La carta fue entregada personalmente al fraile, quien, según los informes, respondió: “No puedo decir que no a esta solicitud”.

“Once días después, Wojtyla le envió a Pio una segunda carta agradeciéndole su intercesión”: ‘La mujer que estaba enferma de cáncer fue sanada repentinamente antes de entrar al quirófano’».

 

Estatuas en Polonia para conmemorar

La primera vez que Wyszyński y Juan Pablo II se conocieron después de su elección como sucesor de Pedro, recuerda también Novecosky, se convirtió en “uno de los momentos más conmovedores” de su pontificado.

“El cardenal polaco se acercó al nuevo papa para besar su anillo en la plaza de San Pedro el día de su inauguración, pero Juan Pablo se levantó rápidamente, abrazó a su mentor y besó su mejilla”, dijo, observando que ahora cientos de estatuas en Polonia conmemoran el momento.

El libro también reflexiona sobre el vínculo especial y la amistad que tuvo con Joseph Ratzinger, que comenzó en 1978 durante el cónclave donde se elegiría a Juan Pablo I (Albino Luciani), y eso conduciría a que Wojtyla finalmente convirtiera a Ratzinger en su confidente más cercano, y a que este se quedara, incluso cuando le hubiera gustado ir casam en su Bavaria natal. El autor relata cómo los dos solían reunirse todos los viernes por la noche a las 6 en punto cuando Ratzinger era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no solo como colaboradores, sino también como queridos amigos.

 

“Una fábrica de santos”, o reconociendo la santidad

El libro recuerda que algunos acusaron al Vaticano bajo este papado de ser una “fábrica de santos”.

“En el transcurso de su papado, Juan Pablo II canonizó a 482 santos, más que todos los papas de los 500 años anteriores juntos, y beatificó a 1.341 hombres y mujeres”, explica el autor. Algunos de esos santos son el padre Pio, Maximilian Kolbe, Edith Stein, Faustina Kowalska y Katherine Drexel.

Recuerda que el Papa, cuyo legado sería imposible de tratar con justicia, perdió a su madre a los nueve años, a causa de una enfermedad renal y un fallo congestivo, y a su padre a los 21 , y también a su hermano. Quedando, efectivamente, “huérfano” mientras aún estaba en la universidad, recurrió a la Virgen María y desarrolló una relación filial con Nuestra Señora de Czestochowa.

 

Llevando a Dios a donde fue negado

También arroja luz sobre cómo Wojtyla fue actor, escribió poesía y cinco obras de teatro y, después de descubrir su vocación, trabajó durante el día en una cantera de piedra, mientras estudiaba para el sacerdocio en secreto. Wojtyla mantuvo sus ojos en Cristo, durante su drama personal, y durante la ocupación Nazi de Polonia y el comunismo posterior.

Practicó lo que luego predicaría, cuando le diría a los jóvenes: “No tengáis miedo”.

Al principio de su carrera eclesial en Polonia, cuando crearon en Nowa Huta, en las afueras de Cracovia, como un ”paraíso del trabajador”’ y prohibieron que se construyera una iglesia, Wojtyla, como joven obispo y durante 20 años, solía celebrar la Misa al aire libre allí cada Navidad, hasta que finalmente se pudo construir un templo. No dudó en desafiar a las autoridades cuando uno estaba privado de Cristo.

 

No comprometer la fe

Mientras avanzaba el diálogo ecuménico e interreligioso y la atención al medio ambiente, a los pobres, a China y a los perseguidos, el pontífice polaco expresó una fe conservadora e intransigente, incluso para aquellos que no estaban de acuerdo con él. Solía confrontar a políticos cuyas políticas no protegían la vida sin reservas.

La del papa Juan Pablo II  supuso la primera visita de un líder mundial al predominantemente católico-romano Timor Oriental, desde que Indonesia lo invadió y lo anexó en 1976. Cuando el Papa polaco estuvo en Timor Oriental y pidió a Indonesia que respetara los derechos humanos, sus afirmaciones audaces resultó en que varios recién nacidos, recuerda el autor, fueron llamados Juan Pablo en la nación isleña asiática.

Al trabajar hacia el diálogo, Juan Pablo II se convirtió en el primer papa en ingresar a una mezquita durante su viaje a Siria en 2001.

Juan Pablo II, recuerda el libro, dijo a las Naciones Unidas en 1995 que deben “salvaguardar el derecho fundamental a la libertad de religión y libertad de conciencia, como las piedras angulares de la estructura de los derechos humanos y la base de toda sociedad verdaderamente libre”.

“A nadie”, dijo, “se le permite suprimir esos derechos mediante el uso del poder coercitivo para imponer una respuesta al misterio del hombre”.

 

La mano de María guió la bala

Mirando nuevamente al pontificado, el autor también recuerda el intento de asesinato el 13 de mayo de 1981 y cómo Juan Pablo II conoció a su agresor y lo perdonó. Además, enfatiza cómo el Papa polaco acreditaría a Nuestra Señora de Fátima por salvarle la vida, diciendo que “una mano apretó el gatillo y otra guió la bala”.

Más tarde, la bala que se alojó más cerca del corazón de Juan Pablo II fue retirada y soldada en la corona de la estatua de María en Fátima.

El libro se sumerge en los esfuerzos de Wojtyla para proteger la libertad religiosa, promover una ‘cultura de la vida’ y combatir contra una “cultura de la muerte”. Reflexionando sobre el “papa del Rosario”, Novecosky recuerda detalles sobre la propia vida personal de oración del papa y su aliento para que las familias recen el rosario juntas, esencialmente sugiriendo que una familia que reza unida, permanece unida.

Siempre sensible a los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001, el pontífice polaco también dijo que rezara el rosario para combatir el “terrorismo”.

Observando el pontificado que para él podría considerarse el pontificado “más productivo” de la historia, el autor analiza cómo, bajo la supervisión de Juan Pablo II, el Código de Derecho Canónico fue revisado efectivamente en menos de 11 meses, así como el Catecismo de la Iglesia Católica en 1992 y varios otros textos.

Al examinar el impacto de las Jornadas Mundiales de la Juventud y los frutos espirituales que han aportado a los jóvenes de todo el mundo, Novecosky rememora cómo las noticias llevaron al mundo a creer que la JMJ de Denver en 1993 sería “un fracaso”, cuando más bien hubo una asistencia increíble para el pontífice de 73 años de edad, y cómo posteriormente nacieron numerosos apostolados en Denver.

 

Lideró el camino para Francisco en La Habana

También hay reflexiones sobre la decepción del Papa, que nunca pudo ir a Rusia, ni encontrarse con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, como se esperaba, en 1997, para firmar una declaración conjunta con el patriarca Alexy II de Moscú. Un gesto que el Papa Francisco pudo cumplir para él en 2016, al encontrarse con el sucesor de Alexey, el patriarca Kirill, en Cuba, en su camino a México.

El papa también hizo grandes avances diplomáticos: el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel y la Autoridad Palestina; instando a poner fin a la violencia católica-protestante durante su viaje de 1979 a Irlanda; y hablando en contra del conflicto, como la violencia provocada por el apartheid en Sudáfrica, la guerra en Bosnia, y contra la Primera Guerra del Golfo, y la Guerra de Irak de 2003, impulsada por Estados Unidos, ya que alentó a los involucrados a no tener miedo “a arriesgarse en la paz”.

Combatió los abusos de la Teología de la Liberación, la confusión promovida por algunas órdenes en la Iglesia y contra el abuso de niños, incluso aunque este siga siendo el punto débil de su legado, dado que muchos argumentan que debería haberse hecho más.

El secretario personal del papa, el cardenal Stanislaw Dziwisz, remarca el autor en el libro, ha reflejado que, con el tiempo, la Iglesia supo mucho más sobre lo que realmente estaba sucediendo y su gravedad.

 

No pude decir que “no”

El escritor expresa que más allá de su propia investigación y experiencias personales, habló y se inspiró hablando con otros expertos sobre el papa, incluido el biógrafo papal George Weigel.

Novecosky también comparte sus momentos personales con el papa, inclusive la siguiente anécdota que recuerda cómo Wojtyła comenzó a escribir poesía como estudiante universitario en 1939, a menudo usando seudónimos, y cómo continuó escribiendo poemas en su papado.

“Entre las posesiones más preciadas de este autor”, comparte Patrick Novecosky, “hay una copia de La poesía del papa Juan Pablo II, firmada por el mismo pontífice el 31 de julio de 1998”, señalando: “Solía tener una edición de lujo con una funda firmada, un regalo de un amigo con conexiones a la casa papal”.

“Pero luego llegó una llamada del Vaticano en 1999: el papa no tenía una versión de lujo en su biblioteca privada y estaba solicitando mi copia. No pude decir que no. A cambio, me enviaron una “modesta” versión de tapa dura, junto con el conocimiento de que mi edición de lujo llegó a la biblioteca personal de Juan Pablo”.

Esta y muchas anécdotas más esperan futuros lectores en esta obra…

 

Traducido por Richard Maher

 

 

 

 

Red Eclesial Panamazónica: Llamado a la acción para evitar tragedia en la región

Ante COVID-19 y aumento de violencia

mayo 18, 2020 14:38

Derechos humanos y justicia

(zenit – 18 mayo 2020)-.  La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) ha difundido hoy un comunicado en el que llaman a todas las personas, organizaciones y naciones del mundo a una acción urgente y unificada para evitar una tragedia humanitaria y ambiental en la Amazonia.

El texto reconoce el “colapso estructural en la Amazonía” y que “una tremenda fuerza, de proporciones nunca vistas, está devastando la Amazonía en dos dimensiones que se combinan de forma brutal: la pandemia de COVID-19 que alcanza a los más vulnerables, y el aumento descontrolado de la violencia sobre los territorios. El dolor y el grito de los pueblos y el de la tierra, se funden en un mismo clamor”.

 

Llamamiento de auxilio

Igualmente, la REPAM se hace eco de las voces de los indígenas y de las iglesias locales quienes exigen acciones por parte de los Estados de la Amazonía.

Entre las distintas realidades, destacan la situación dramática de los pueblos indígenas en Brasil: “32 procuradores del Ministerio Público Federal declaran que ‘el escenario de riesgo de genocidio entre los pueblos indígenas requiere acciones de emergencia por parte de organismos y entidades públicas”.

La Movilización Nacional Indígena establece que existe “una intención evidente del gobierno de evitar que el Subsistema Indígena de Atención Médica funcione”.

 

Regreso a las comunidades

En Perú existe preocupación por la situación de varios pueblos amazónicos, “incluidos muchos pueblos indígenas, que han emigrado a las ciudades en busca de trabajo y están totalmente desprotegidos”.

Así, los obispos de la Amazonía peruana instan a las autoridades a “apoyar su regreso a las comunidades y garantizar que esto se lleve a cabo de conformidad con los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud”.

Diversas organizaciones indígenas y eclesiales piden a los gobiernos la asignación de recursos financieros para un Fondo de Emergencia para proteger a los 3 millones de habitantes de la selva tropical amazónica.

 

Otras amenazas

El texto subraya que, además de la amenaza de la COVID-19, hay otra que ya se encuentra instalada en el territorio: “El Frente Parlamentario Mixto por los Derechos de los Pueblos Indígenas en Brasil denuncia: ‘incluso cuando la pandemia está frenando la economía; la minería y la deforestación ilegal en tierras indígenas de la región siguen en pleno apogeo’”. Otro hecho que no se puede pasar por alto son los derrames de petróleo en países como Ecuador y Perú.

En el mismo país, continúa, los obispos delatan en particular “los proyectos de ley para la minería en tierras indígenas y las medidas parlamentarias que intentan definir una nueva regularización de la tierra”. Esta elimina “la reforma agraria, la regularización de los territorios de los pueblos indígenas y tradicionales, para favorecer el acaparamiento de tierras, la deforestación y a las empresas depredadoras, regularizando ocupaciones ilegales para la minería y el agronegocio en tierras indígenas”.

 

Ataques a la Iglesia

A estas políticas y prácticas se suma el aumento de la violencia en el campo: “La Comisión Pastoral de la Tierra Pastoral (CPT) afirma que, en 2019, la gran mayoría de los asesinatos debido a conflictos rurales en Brasil (84%) tuvieron lugar en la Amazonía”, expone el comunicado.

Por estas denuncias, en varios contextos de la Panamazonía, la Iglesia ha sido “calumniada y atacada, como sucedió recientemente con las vergonzosas e infundadas acusaciones, que repudiamos, de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI – Órgano del Gobierno Federal brasileño) contra el Consejo Indigenista Misionero (CIMI).

 

Momento decisivo

“Estamos en un momento decisivo para la Amazonía y para el mundo, un momento de gestación de nuevas relaciones inspiradas en la ecología integral, o de la pérdida de los sueños del Sínodo, si el miedo, los intereses, y la presión de los poseedores de los grandes capitales imponen cada vez más fuerte el modelo de una «economía que mata», remarca la nota.

Finalmente, en este sentido, la REPAM hace suyas las palabras del Papa Francisco que llama con urgencia a la solidaridad planetaria: “Este no es el momento para la indiferencia (…), el egoísmo (…), la división (…), el olvido. Que la crisis que enfrentamos no nos haga dejar de lado tantas otras situaciones de emergencia que traen consigo el sufrimiento de muchas personas”.

 

 

 

 

Puerto Rico: El padre Luis F. Miranda, nuevo obispo de Fajardo-Humacao

Nombrado por el Santo Padre

mayo 18, 2020 09:10

Iglesia católica

(zenit – 18 mayo 2020)-. El Santo Padre ha nombrado obispo de la diócesis de Fajardo-Humacao (Puerto Rico) al padre Luis Miranda Rivera, vicario episcopal de la zona pastoral de San Juan-Santurce y párroco de la parroquia de Santa Teresita en la archidiócesis de San Juan de Puerto Rico.

Así lo comunicó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el pasado 16 de mayo de 2020.

 

P. Luis Miranda Rivera, O. Carm.

Nació el 24 de enero de 1954 en Santurce, archidiócesis de San Juan de Puerto Rico. Entró en la Orden de las Carmelitas después de terminar sus estudios en el Instituto de Santurce.

Estudió Filosofía en la Universidad Central de Bayamón (Puerto Rico) y Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca (España). En 1983 hizo su profesión perpetua y en 1984 fue ordenado sacerdote.

Como presbítero ha ejercido como vicepárroco y párroco en Madrid, Mayagüez y San Juan de Puerto Rico. Actualmente es vicario episcopal de la zona pastoral de San Juan-Santurce y párroco de Santa Teresita en Santurce. También es miembro de los Consejos Presbiteral, Pastoral y Ejecutivo de la archidiócesis de San Juan de Puerto Rico.

 

 

 

 

Andrea Tornielli: Editorial sobre el centenario de Juan Pablo II

La actualidad de un testimonio

mayo 18, 2020 11:43

Juan Pablo II

(zenit – 18 mayo 2020)-. Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio de Comunicación del Vaticano, ha publicado un artículo en la edición española de Vatican News del 18 de mayo de 2020, centenario del nacimiento de san Juan Pablo II.

Para Tornielli, Juan Pablo II constituye un papa que navegó por la ruta establecida por el Concilio Vaticano II a través de nuevos caminos.

A continuación, ofrecemos el editorial íntegro:

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Editorial

El 27 de octubre de 1986, en una dramática coyuntura de nuestra historia reciente, cuando la perspectiva de una guerra nuclear se estaba haciendo realidad, san Juan Pablo II convocó con valentía a los representantes de las religiones del mundo a Asís, venciendo no pocas resistencias internas. El hecho de que tantos líderes religiosos se reúnan para rezar es, – dijo – en sí mismo, una invitación al mundo de hoy a tomar conciencia de que hay otra dimensión de la paz y otra forma de promoverla, que no es el resultado de negociaciones, compromisos políticos o arreglos económicos. Pero el resultado de la oración, que, no obstante la diversidad de religiones, expresa una relación con un poder supremo que sobrepasa nuestras capacidades humanas». “Estamos aquí” añadió el papa Wojtyla, “porque estamos seguros de que, por encima de todas esas medidas, se necesita una oración intensa y humilde, una oración confiada, si queremos que el mundo se convierta finalmente en un lugar de paz verdadera y permanente”.

Este 18 de mayo celebramos el centenario del nacimiento del gran Pontífice que vino de Oltrecortina, que en su largo servicio petrino llevó a la Iglesia al nuevo milenio, vio el derrumbe del Muro que dividía Europa en dos, esperó ver el surgimiento de una nueva era de paz pero tuvo en cambio que enfrentarse -ya viejo y enfermo- a nuevas guerras y al terrorismo desestabilizador y despiadado, que abusa del nombre de Dios para sembrar muerte y destrucción. Y para contrarrestarlo, en enero de 2002, volvió a convocar a las religiones en Asís sin ceder nunca a la ideología del contraste de civilizaciones, enfocando siempre todo, hasta el final, en el encuentro entre pueblos, culturas, religiones. Fue testigo de una fe rocosa, un ascetismo de gran místico, una humanidad desbordante. Habló a todos y nunca dejó nada sin hacer para evitar el estallido de conflictos, para promover transiciones pacíficas, para promover la paz y la justicia. Recorrió el mundo a lo largo y ancho, para abrazar a los pueblos del mundo anunciando el Evangelio. Combatió para defender la dignidad de cada vida humana. Realizó una visita histórica a la sinagoga de Roma. Cruzó el umbral de una mezquita, siendo el primer Papa de la historia. Navegó por la ruta establecida por el Concilio Vaticano II. Fue capaz de recorrer nuevos e inexplorados caminos, declarándose también dispuesto a discutir la forma de ejercer el ministerio de Pedro para favorecer la unidad de los cristianos. Su testimonio es tan actual como siempre.

 

 

 

 

Ecuador: El Papa nombra al obispo auxiliar de Porto Portoviejo

Rev. Vicente Horacio Saeteros Sierra

mayo 18, 2020 09:25

Iglesia católica

(zenit – 18 mayo 2020)-. El Santo Padre nombró obispo auxiliar de la archidiócesis metropolitana de Porto Portoviejo (Ecuador) al reverendo Vicente Horacio Saeteros Sierra, del clero de la misma archidiócesis, vicario general y párroco de la catedral, asignándole la sede titular de Rusuccuru.

Así informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el pasado sábado, 16 de mayo de 2020.

 

Vicente Horacio Saeteros Sierra

Nació en Santa Ana, archidiócesis de Portoviejo, el 6 de abril de 1968. Ingresó en el Seminario Mayor de Portoviejo donde asistió a cursos de Filosofía y Teología.

Fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 2000, incardinado en la archidiócesis de Portoviejo.

Obtuvo la licenciatura en Historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma) y ha ocupado los siguientes cargos: párroco de varias parroquias, profesor, formador y rector del Seminario Archidiocesano y vicario episcopal de la zona de North-Chone.

Actualmente es vicario general y párroco de la catedral.

 

 

 

 

Coronavirus: “Más allá de la crisis”, reflexión del padre Lombardi (5)

“Una Iglesia humilde”

mayo 18, 2020 09:30

Análisis

(zenit – 18 mayo 2020)-. Ante la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, el padre Federico Lombardi comienza un nuevo ciclo de artículos para mirar más allá, al futuro que nos espera.

En esta última reflexión de la serie, el sacerdote plantea: “¿Seremos una Iglesia humilde capaz de acompañar fraternalmente a una humanidad herida, con caridad y bondad?”.

A continuación, sigue el artículo completo publicado en Vatican News.

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Al final del Gran Jubileo del año 2000, que él había vivido y nos invitaba a vivir como un gran encuentro entre la gracia de Cristo y la historia de la humanidad, Juan Pablo II escribió a la Iglesia una hermosa Carta titulada: “Al comienzo del tercer milenio”, en la que resonaban las palabras de Jesús a Pedro: “Duc in altum…Navega mar adentro, y echen las redes” (Lc 5,4). El Papa invitaba “a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro”, porque “Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre”. Como sabemos, el Papa Francisco retomó y relanzó el tema hablando desde el inicio de su pontificado sobre la “Iglesia en salida”, una Iglesia evangelizadora animada por el Espíritu que le fue donado por Cristo Resucitado.

En la tarde del 12 de octubre de 2012, Benedicto XVI pronunció un breve discurso desde la misma ventana desde la que 50 años antes Juan XXIII había saludado, bajo la mirada benévola de la Luna, a la multitud que se había congregado en la Plaza de San Pedro al término de la jornada de apertura del Concilio. Benedicto, con la mirada dirigida a lo alto, hizo una reflexión que impactó mucho, porque no suscitaba el deseado fácil entusiasmo, sino que -incluso en confianza- inspiraba una gran humildad, característica del final de su pontificado. Recordó cómo en los 50 años anteriores la Iglesia había experimentado el pecado, la cizaña mezclada con el trigo en el campo, la tempestad y el viento contrario. Pero también el fuego del Espíritu, el fuego de Cristo. Pero como un fuego no devorador sino humilde y silencioso, una pequeña llama que suscita carismas de bondad y caridad que iluminan el mundo y dan testimonio de su presencia entre nosotros.

Al acercarse Pentecostés, pienso en las palabras de nuestros tres papas del Tercer Milenio. En realidad, este nuevo Milenio, en el que ya llevamos entrando veinte años, no ha se ha manifestado, en su conjunto, como una época de progresos luminosos para la humanidad. Se abrió con el 11 de septiembre de 2001 y la Guerra del Golfo, luego tuvimos la gran crisis económica y la guerra mundial “por partes”, la destrucción de Siria y Libia, el agravamiento de la crisis ambiental, muchos otros problemas, y ahora una pandemia mundial con sus consecuencias, una experiencia inédita que marca a este papado. Ciertamente no faltan nuevos éxitos y progresos científicos en la salud, la educación, las comunicaciones, por lo que no sería correcto precipitarse en balances negativos. Pero ciertamente no podemos hablar de un camino lineal y seguro para la humanidad hacia lo mejor. La experiencia de la pandemia, aunque se supere, es ciertamente una experiencia común de incertidumbre, de inseguridad, de dificultades para gobernar el camino cada vez más complejo de la sociedad contemporánea. No sabemos si en el futuro lo leeremos como una oportunidad para el crecimiento de la solidaridad o de nuevas tensiones internacionales e internas y desequilibrios sociales. Probablemente ambas dimensiones se mezclarán: el trigo y la cizaña.

La Iglesia de este primer milenio desde el punto de vista humano no es fuerte. Su fe es puesta a prueba por las deserciones espirituales de nuestros tiempos. Su credibilidad es puesta a prueba por la humillación y la sombra de los escándalos. La historia continúa y la Iglesia sigue aprendiendo que su única fuerza verdadera es la fe en Cristo Jesús resucitado y el don de su Espíritu. Un frágil vaso de tierra en el que está contenido el tesoro de un poder de vida que va más allá de la muerte. ¿Seremos una Iglesia humilde capaz de acompañar fraternalmente a una humanidad herida, con caridad y bondad? ¿Con una caridad tan penetrante que anime incluso a las inteligencias y fuerzas sociales a buscar y encontrar los caminos del bien común y de la vida mejor? ¿Una Iglesia del lavatorio de pies en nuestro tiempo, como dice el Papa Francisco? En alta mar, en un mar todavía y siempre desconocido para todos nosotros, pero nunca extraño para el amor de Dios…

En la maravillosa secuencia de Pentecostés invocamos el don del Espíritu como padre de los pobres y luz de los corazones, como consuelo y aliento, como fuerza que cura las faltas, las arideces, las heridas, que calienta lo que está helado, que endereza lo que está desviado. Ofrecer al Espíritu del Señor un espacio abierto de espera y deseo, un espacio concreto de mentes y corazones, de almas y carne humana, para que pueda obrar y manifestarse en el tejido profundo de nuestra humanidad -el de las guerras y las pandemias- como una potencia de salvación de la fragilidad y la soledad, de la aridez, de la confusión, de los engaños de las ilusiones y de la desesperación, como una potencia de esperanza de vida eterna. Esto bien puede hacer una Iglesia humilde, hermana, compañera y servidora de una humanidad golpeada. Y es la cosa más importante.

 

 

 

 

Teología para Millennials: “Y que el COVID los una”

Por el padre Mario Arroyo

mayo 18, 2020 18:57

Análisis

(zenit – 18 mayo 2020).- Como cada lunes, el padre Mario Arroyo Martínez Fabre, bajo el lema “Teología para Millennials” analiza en zenit un tema de actualidad en la Iglesia.

Esta semana, el sacerdote parte de la premisa de que “la humanidad forma una unidad, una gran familia”, y que, “por encima de los egoísmos e individualismos, aletea un espíritu de comunión”, para comparar dos visiones aparentemente opuestas, pero con la misma conclusión: la del Papa Francisco y la del intelectual ateo Yuval Noah Harari

El presbítero es licenciado en Filosofía por la Universidad Panamericana, México D.F. Además, tiene un doctorado en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Roma. Actualmente vive en México y es profesor de Teología en la Universidad Panamericana.

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“Y que el COVID los una”

En medio de la vorágine de la pandemia, hemos podido palpar una vez más, algo que parecía olvidado, incluso superado: que la humanidad forma una unidad, una gran familia, y que, por encima de los egoísmos e individualismos, aletea un espíritu de comunión. La desgracia nos ha unido, reuniendo a quienes antaño eran antagonistas. El dolor ha tenido la virtualidad de suturar las fracturas de nuestra civilización doliente. Uno de los ámbitos donde gozosamente esto se ha hecho patente, es en el marco religioso, donde por una vez creyentes en Dios y ateos beligerantes vamos de la mano en busca de un fin común, ofreciendo la misma medicina para paliar el colosal problema que juntos enfrentamos, y que solamente unidos podremos superar.

No deja de sorprender, en este sentido que el Papa Francisco, portavoz de quienes creemos en Dios, y Yuval Noah Harari, adalid de quienes niegan su existencia, ofrezcan el mismo consejo, la misma receta, para hacer frente a la pandemia. Dejemos que sean ellos los que lo digan. Como “la edad va antes que la belleza”, escuchemos primero a Francisco, que nos habla del tema en las dos bendiciones “Urbi et Orbi”, la extraordinaria del 27 de marzo y la pascual del 12 de abril.

En la primera dice: “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: ‘perecemos’ también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos”.

En la segunda fue más enfático: “Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia… Que estos hermanos y hermanas más débiles, que habitan en las ciudades y periferias de cada rincón del mundo, no se sientan solos… Este no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos une a todos y no hace acepción de personas… Es muy urgente, sobre todo en las circunstancias actuales… que todos se reconozcan parte de una única familia y se sostengan mutuamente… Este no es tiempo de la división…Las palabras que realmente queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido. ¡Queremos suprimirlas para siempre!”.

Por su parte, Yuval Noah Harari, quizá el intelectual ateo más relevante en la actualidad, una vez que Stephen Hawking ha muerto, afirma en una entrevista reciente: “El mayor peligro son las personas, no el virus. Si colaboramos a nivel nacional e internacional, saldremos adelante sin ninguna duda. Pero el problema de verdad es la falta de unidad global… Necesitamos colaboración e intercambio con otros países, pero lo que está ocurriendo en estos momentos es terrible. En lugar de una producción conjunta de test, ropa de protección y respiradores y de un reparto coordinado entre todos los países, lo que estamos viendo es que los más ricos tratan de hacerse con todo. Cada uno va a lo suyo. Los estados tendrían que tenderse la mano en vez de dejar de lado a las víctimas. Deberían compartir información honesta y veraz y no pensar solo en su economía. Pero eso exigiría un elevado nivel de confianza internacional… El remedio contra el coronavirus no es separarse, sino mantenerse unidos”.

El creyente y el ateo, el Papa y el intelectual, claman por la unidad. Uno en plan positivo, el otro en negativo, el primero pone el énfasis en lo que deberíamos hacer, el segundo en lo que no hemos hecho, pero el diagnóstico es el mismo: solo unidos saldremos adelante, solo unidos hay futuro, solo unidos superaremos la pandemia. Y al hacerlo, ateos y creyentes dan un bello ejemplo de unidad, poniendo el acento más en lo que tenemos en común: nuestra común condición humana; que no en las creencias que nos dividen, pues mientras unos creemos en Dios, otros creen que no existe. Ambos insisten, también, en aprovechar la pandemia para reflexionar y corregir lo que no va bien en nuestra civilización, ¿no es curioso como la espiritualidad cristiana y la atea pueden ofrecer el mismo diagnóstico descubriendo la misma oportunidad?

 

 

 

 

Píldoras de esperanza: ¡Señor Jesús, que me conozca a mí y que te conozca a ti!

Lunes de la VI Semana de Pascua

mayo 18, 2020 14:36

Espiritualidad y oración

 

Reflexión de los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Hoy te pido, Espíritu Santo, que vengas a mi vida y que traigas tu paz, pues mi corazón necesita estar atento a lo que quieres decirme para entender la Palabra de Dios. Amén.

 

Evangelio según San Juan 15, 26-27.16, 1-4a

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.

Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Les he dicho esto para que no se escandalicen.

Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho”.

Palabra del Señor

 

¿Qué dice el texto?

“Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio”.

“Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí”.

 

¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios a través del texto?

Esta semana la Iglesia se prepara para dos acontecimientos importantes. El primero es la Ascensión del Señor y a la siguiente semana la venida del Espíritu Santo. Por eso los textos del Evangelio de estos días nos preparan para ello.

Al inicio, Jesús nos habla de que enviará desde el Padre al Espíritu Santo (en esta traducción se le llama con su nombre en griego, luego latín traducido: Paráclito, que quiere decir “abogado”, “intercesor” y también “aquél que consuela”), ya que será el Espíritu Santo quien dará testimonio de Jesús, y afirma que también los discípulos dan testimonio de Jesús, porque están con el desde el principio. Lo interesante es que aquellos que están desde el principio, serán expulsados de las comunidades a las que pertenecen, por estar unidos a Jesús.

Y es bueno que nosotros nos preguntemos si en verdad estamos con Jesús “en las buenas y en las malas”. Porque en muchas oportunidades nos sentimos bien y nada interfiere nuestra relación cotidiana con Jesús. Pero llegan los momentos de prueba, como los que estamos pasando en estos días con el cuidado de la salud y los contagios. Y es cuando no queremos estar con Jesús y tal vez hasta renegamos.

Por momentos, cuando nuestras situaciones personales cambian tan repentinamente, hasta podemos renegar de los otros que se mantienen firmes en la fe. De esta manera hasta nos volvemos jueces de los demás. Es entonces donde podríamos decir que la frase de Jesús se nos aplica cuando dice: “los tratarán así porque no me han conocido a mí ni a mi Padre”.

¿Por dónde están tus sentimientos el día de hoy? ¿Estás cerca del Señor? ¿Permaneces en Él? ¿Cuáles son las situaciones internas o externas que a veces te obstaculizan estar con Jesús?

Hoy te sugiero que identifiques estas situaciones. Que aún las cosas más adversas que nos toque vivir, nos lleven a no perdernos de lo central que es estar con Él y en Él. Recuerda que la vida también es una especie de carrera de obstáculos, pero hay que llegar al final. Te animo a que repitas con esperanza una oración atribuida a san Agustín. Hazlo varias veces y pídele al Señor la gracia de conocerlo a Él y así conocerte a ti mismo:

¡Señor Jesús, que me conozca a mí y que te conozca a ti!

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

 

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Santa María Bernarda Bütler, 19 de mayo

Gran apóstol en Ecuador y Colombia

mayo 18, 2020 07:38

Testimonios de la Fe

 

 “La vida de esta fundadora de la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora estuvo consagrada al servicio de los enfermos más pobres y necesitados. Fue un gran apóstol en Ecuador y en Colombia”

Verena Bütler nació en Auw, cantón de Aargau, Suiza, el 28 de mayo de 1848. Aprendió a amar a Dios así como a María con el rezo diario del rosario en familia junto a sus padres, los humildes campesinos Enrique y Catalina. Heredó el espíritu mariano de su madre, que solía peregrinar al santuario de “María Einsiedeln, pertenecía a la Orden tercera de San Francisco y socorría a los necesitados. Verena era permeable a todo ello. En esta etapa brotó su sensibilidad por las almas del Purgatorio. También hubo travesuras, rabietas diversas y hasta alguna que otra mentira. Inicialmente llegó a sentir cierta inquina hacia quien develaba su mal comportamiento ante Catalina, aunque vencía esta tendencia acercándose a la persona «delatora». Todo esto acontecía antes de sus primeros 7 años de vida. Con la gracia divina iría modificando paulatinamente sus flaquezas.

Cursados los estudios primarios, y sin inclinación por la vía intelectual, optó por trabajar en el campo. La naturaleza entera le seducía porque de algún modo ya vislumbraba en ella la presencia de Dios. Hubo un amor adolescente, que fue correspondido, pero rehusó seguir adelante con el compromiso; se sentía invitada a darse a los demás de distinta forma. Su vida sería siempre un “¡como Dios lo quiera!”. A los 18 años inició una experiencia en el convento de la Santa Cruz, de Menzingen. Pudo estar inducida por una imagen que se quedó grabada en su mente siendo niña al ver a una religiosa pidiendo limosna. Entonces se dijo: “seré monja”. Sin embargo, mientras se hallaba junto a las hermanas una voz interior, que juzgó inspirada de lo alto, le hizo ver que debía buscar otro camino. No llegó a permanecer con la comunidad ni quince días. Regresó a su casa, reanudó el trabajo, continuó orando, haciendo apostolado y participando activamente en la parroquia; así mantuvo viva la llama de su vocación.

El 12 de noviembre de 1867, de acuerdo con el párroco que le aconsejó certeramente, ingresó en el monasterio de María Auxiliadora, en Altstätten, Suiza. Y el 4 de mayo de 1868 le impusieron el hábito franciscano. Tomó el nombre de María Bernarda del Sagrado Corazón de María. Al año siguiente emitió los votos. Viendo sus cualidades y profunda virtud, la designaron maestra de novicias y posteriormente superiora, cargo para el que fue reelegida sucesivamente en tres ocasiones.

Lejos de allí, en Portoviejo, Ecuador, la mies era mucha y los obreros pocos. Verena había tenido noticias de ello a través del provincial de los capuchinos, padre Buenaventura Frei, que se hallaba en Norteamérica y que estuvo alojado en el convento. Ella vio el signo para fundar una casa en esas tierras, y comenzó a realizar las gestiones pertinentes. Todo fue en vano. No había llegado la hora. Más tarde, el capuchino mantuvo un encuentro con el obispo de Portoviejo, monseñor Pedro Schumacher quien, al conocer la disposición de la santa, solicitó ayuda al monasterio. De modo que, obtenidos los permisos requeridos, el 19 de junio de 1888 Verena partió junto con seis religiosas a Le Havre, Francia; desde allí viajaron a Ecuador. Se encaminaba hacia su misión como fundadora de un nuevo Instituto: la congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora.

El prelado las acogió encomendándoles Chone, una localidad de 13.000 habitantes en la que precisaban religiosas como ellas para encender su corazón. Se centraron en la educación mientras cultivaban otras vías apostólicas para dar a conocer a Cristo. También asistían a enfermos y auxiliaban a los pobres. La santa puso la base de esta incansable acción en los sólidos pilares de la oración, pobreza, obras de misericordia y fidelidad a la Iglesia. No fue una labor sencilla. Junto a la comunidad debió sortear dificultades climatológicas, económicas, sociales, muchas inseguridades, y hasta malentendidos con algunos miembros de la Iglesia. Hubo religiosas que abandonaron la fundación. Por si fuera poco, en 1895 se desató una enconada persecución contra la Iglesia, y la fundadora tuvo que huir junto a quince religiosas. Embarcaron hacia Colombia y en el trayecto recibieron la invitación de monseñor Eugenio Biffi, obispo de Cartagena, quien les anunciaba que las acogería en su diócesis. Llegaron a Cartagena de Indias en agosto de 1895. El prelado las esperaba y les destinó como residencia un ala del hospital de mujeres, Obra Pía.

Cuando la labor ya se había afianzado y crecieron las vocaciones, surgieron nuevas casas que se extendieron por Colombia, Austria y Brasil. Para todas las religiosas era evidente la virtud de Verena, quien las atendía de manera incansable. Y eso fue manifiesto también en los diversos viajes apostólicos que efectuó, en los que compartía las tareas con sus hermanas de forma sencilla, generosa. Sus gestos estaban marcados por la ternura y la misericordia. Era muy animosa, clara en sus juicios: “Llevar una vida cómoda mientras tantos necesitan un servicio, no nos hace felices, en cambio, no crearnos necesidades produce energía, favorece la salud y alarga la vida». Sus hijas tenían espejo en el que mirarse: «Amadas hijas, Dios está en la escuela, en la enfermería, en la portería, en el locutorio, en todos los servicios. Con simplicidad lo encontraremos en todas partes”. Tuvo predilección por los pobres y por los enfermos. “Abran sus casas para ayudar a los pobres y a los marginados. Prefieran el cuidado de los indigentes a cualquier otra actividad”, decía.

Estuvo al frente de la congregación 32 años. Cesó por voluntad propia, pero continuó ayudando y sirviendo a sus hermanas. Fue un ejemplo de entereza y de paciencia. No alimentó recelos, perdonó, guardó silencio y nunca se defendió. Aludiendo a quienes le hicieron difícil vida y misión, decía: “Dios lo permitió. Él sabía para que debía servir, nadie tenía mala voluntad; no tenían conocimiento de la vida religiosa”. Murió el 19 de mayo de 1924. Juan Pablo II la beatificó el 29 de octubre de 1995. Benedicto XVI la canonizó el 12 de octubre del año 2008.