Servicio diario - 24 de mayo de 2020


 

Museos Vaticanos y Castelgandolfo: Reabren el 1 de junio de 2020
Anita Bourdin

Regina Coeli: “Jesús nos promete permanecer siempre con nosotros”
Raquel Anillo

El Papa vuelve a saludar con fieles en la Plaza San Pedro
Raquel Anillo

El Papa Francisco anuncia un “año de Laudato si´”
Anita Bourdin

Santa María Magdalena de Pazzi, 25 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Museos Vaticanos y Castelgandolfo: Reabren el 1 de junio de 2020

Medidas de seguridad sanitaria y novedades

mayo 24, 2020 11:16

Roma

(zenit – 24 mayo 2020).- A partir del lunes 1 de junio de 2020, será posible nuevamente visitar los Museos Vaticanos y las “villas pontificias” – del área – de Castelgandolfo, indica un comunicado de prensa de los Museos, en italiano, este sábado 23 de mayo de 2020: se han previsto medidas sanitarias para la seguridad de los visitantes y del personal, así como de los nuevos horarios de apertura.

Debe observarse un “respeto escrupuloso por las normas de higiene y de distanciamiento”: estarán sujetos al control de la temperatura corporal a través de equipos termométricos y se permitirá la entrada solo si está equipado con mascarilla. El personal médico estará disponible durante el horario de atención al público,

Las modalidades de las visitas están “fijadas según un calendario extraordinario que puede ser reexaminado en cualquier momento a la luz de la evolución de la situación” de emergencia sanitaria, advierte la dirección de los museos.

Las visitas se realizarán solo con reserva, en la web oficial www.museivaticani.va . No se aplicará el coste de la tarifa de reserva de 4 euros.

El horario de apertura estará sujeto a variaciones:

-de lunes a jueves, las colecciones pontificias permanecerán abiertas de las 10 a las 20 horas, con una última entrada a las 18 horas (la salida de los sectores del museo comienza a las 19:30 horas.);

-Los viernes y sábados de las 10 a las 22 horas, con la última entrada a las 20 horas (salida de las áreas del museo a las 21:30 horas).

Estos dos días permitirán combinar las visitas con un aperitivo servido en el fascinante entorno del «Cortile della Pigna» (reserva obligatoria, sujeta a la disponibilidad limitada de plazas en cuanto a normas de seguridad en el sector de la restauración).

La apertura gratuita habitual el último domingo del mes está actualmente suspendida.

Se agrega una nueva propuesta: un recorrido en un autobús abierto, ecológico y panorámico, para descubrir los Jardines del Vaticano, por una entrada especial y sin tener que pasar por los museos.

La reserva es obligatoria a través del sitio web www.museivaticani.va  donde se pueden encontrar todos los detalles de esta propuesta.

Las “villas pontificias” de Castelgandolfo y sus jardines solo estarán abiertos los sábados y domingos de 10 a 18 horas, con la última entrada a las 17 horas (el primer día de reapertura está programado para el sábado 6 de junio de 2020). Se han adoptado el control de la temperatura y el uso de máscarillas.

Las reservas se realizan en el mismo sitio web oficial de los Museos Vaticanos.

El tren de las villas pontificias, que partía todos los sábados desde la estación del Vaticano, está actualmente suspendido.

En un video en italiano, la directora de los Museos Vaticanos, Bárbara Jatta, explica que la reapertura se realiza con un “espíritu renovado de compartir”, de un “patrimonio universal extraordinario de Historia, arte y fé”.

También ha evocado “novedades” como la restauración de la sala de Constantino, la cuarta “habitación de Rafael”, en lo que constituía el departamento del papa Julio II, en el segundo piso del palacio apostólico.

En la galería de arte, también se puede admirar la sala 8, completamente renovada, dedicada a Rafael: este año conmemoramos el quinto centenario de la muerte.

 

 

 

 

Regina Coeli: “Jesús nos promete permanecer siempre con nosotros”

Palabras del Papa antes de la oración mariana

mayo 24, 2020 13:29

Angelus y Regina Coeli

(zenit – 24 mayo 2020).- En este VII domingo de Pascua, el Papa  desde la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano medita el Evangelio de hoy, con esta promesa consoladora de la presencia de Jesús entre nosotros.: “Id por todo el mundo haciendo discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado, porque Yo estaré con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos”.

A continuación las palabras del Papa:

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Palabras del Papa  antes del Regina Coeli

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy, en Italia y en otros países, celebramos la solemnidad de la Ascensión del Señor. El pasaje del Evangelio (cf. Mt 28, 16-20) nos muestra a los Apóstoles reunidos en Galilea, “en la montaña que Jesús les había indicado” (v. 16). Aquí tiene lugar el último encuentro del Señor Resucitado con los suyos. La “Montaña” tiene una fuerte carga simbólica y evocadora. En una montaña Jesús proclamó las Bienaventuranzas (cf. Mt 5:1-12); en la montaña se retiraba a orar (cf. Mt 14:23); allí acogía a las multitudes y curaba a los enfermos (cf. Mt 15,29). Pero esta vez, en la montaña, ya no es el Maestro quien actúa y enseña y cura, sino que es Aquel resucitado que pide a los discípulos que actúen y anuncien, confiándoles a ellos el mandato de continuar su obra.

Los inviste con la misión a todo el pueblo. Dice: “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observa todo lo que os he mandado” (vv. 19-20). El contenido de la misión confiada a los apóstoles son éstos: anunciar, bautizar, enseñar a caminar por el camino trazado por el Maestro, que es el Evangelio, el Evangelio vivo. Este mensaje de salvación implica, en primer lugar, el deber del testimonio, sin testimonio no se puede anunciar a lo que también nosotros, discípulos de hoy, estamos llamados a dar cuenta de nuestra fe. Ante una tarea tan exigente, y pensando en nuestras debilidades, nos sentimos inadecuados, como seguramente se sintieron también los mismos Apóstoles. Pero no hay que desanimarse, recordando las palabras que Jesús les dirigió antes de ascender al Cielo: “Estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (v. 20).

Esta promesa asegura la constante y consoladora presencia de Jesús entre nosotros. Pero, ¿de qué modo se realiza esta presencia? A través de su Espíritu, que conduce a la Iglesia a caminar en la historia como la compañera de cada hombre. Ese Espíritu que, enviado por Cristo y el Padre, obra la remisión de los pecados y santifica a todos aquellos que, arrepentidos, se abren con confianza a su don.

Con la promesa de permanecer con nosotros hasta el final de los tiempos, Jesús inaugura el estilo de su presencia en el mundo como el Resucitado, Jesús está presente en el mundo pero con otro estilo, con el estilo del Resucitado, es decir: una presencia que se revela en la Palabra, en los Sacramentos, en la constante e interior acción del Espíritu Santo. La fiesta de la Ascensión nos dice que Jesús, aunque habiendo ascendido al Cielo para morar gloriosamente a la derecha del Padre, está todavía y siempre entre nosotros, de ahí derivan nuestra fuerza, nuestra perseverancia y nuestra alegría, justamente en la presencia de Jesús entre nosotros con la fuerza del Espíritu Santo.

Que la Virgen María acompañe nuestro camino con su protección maternal: de Ella aprendemos la dulzura y el coraje de ser testigos en el mundo del Señor resucitado.

 

 

 

 

El Papa vuelve a saludar con fieles en la Plaza San Pedro

Palabras del Papa después de la oración mariana

mayo 24, 2020 15:53

Angelus y Regina Coeli

(zenit – 24 mayo 2020).- Al final del Regina Coeli de este domingo 24 de mayo de 2020, el Papa se ha dirigido a la ventana del estudio del palacio Apostólico Vaticano asomándose para bendecir a los primeros fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro después de este tiempo de confinamiento.

He aquí las palabras del Papa después del Regina Coeli:

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Palabras del Papa después del Regina Coeli

Queridos hermanos y hermanas,

Unámonos espiritualmente con los fieles católicos de China, que están celebrando hoy, con particular devoción, la fiesta de la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos y Patrona de China, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghai. Confiamos a la guía y a la protección de nuestra Madre Celestial a los pastores y fieles de la Iglesia Católica en ese gran país, para que sean fuertes en la fe y firmes en la unión fraternal, testigos alegres y promotores de caridad y fraterna y buenos ciudadanos.

Queridos hermanos y hermanas católicos en China, deseo aseguraros que la Iglesia universal, de la cual son parte integrante, comparten sus esperanzas y los sostiene en sus pruebas de la vida. Ella os acompaña con la oración por una nueva efusión del Espíritu Santo, para que en vosotros pueda resplandecer la luz y la belleza del Evangelio, el poder de Dios para la salvación de todos los que creen.

Al expresaros a todos vosotros una vez más mi gran y sincero afecto, les imparto una especial Bendición. ¡Que Nuestra Señora os proteja siempre!

Finalmente, confiamos a la intercesión de María Auxiliadora a todos los discípulos del Señor y a todas las personas de buena voluntad que, en estos tiempos difíciles, en todas partes del mundo trabajan con pasión y compromiso por la paz, por el diálogo entre las naciones, por el servicio a los pobres, por el cuidado de la creación y por la victoria de la humanidad sobre toda enfermedad del cuerpo, el corazón y el alma.

Hoy también se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, dedicada este año al tema de la narración. Que este evento nos anime a narrar y compartir historias constructivas, que nos ayuden a entender que todos somos parte de una historia más grande que nosotros mismos y que podemos mirar hacia el futuro con esperanza, si realmente nos cuidamos como hermanos los unos a los otros.

Hoy, en el día de María Auxiliadora, dirijo un afectuoso y cordial saludo a los Salesianos y Salesianas. Recuerdo con gratitud la formación espiritual que recibí de los hijos de Don Bosco.

Hoy habría tenido que ir a Acerra, para apoyar la fe de esa población y el compromiso de todos los que trabajan para combatir la tragedia de la contaminación en la llamada Tierra de fuego. Mi visita ha sido pospuesta; sin embargo, envío al Obispo, a los sacerdotes, a las familias y a toda la comunidad diocesana mis saludos, mi bendición y mi ánimo, en espera de encontrarnos lo antes posible. ¡Iré, seguro!

Y hoy es también el quinto aniversario de la Encíclica Laudato sí´, con la que intentamos llamar la atención sobre el clamor de la Tierra y los pobres. Gracias a la iniciativa del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, la “Semana Laudato sí´”, que acabamos de celebrar, desembocará en un año especial de la  Laudato sí´, un año especial para reflexionar sobre la Encíclica, desde el 24 de mayo de este año hasta el 24 de mayo del próximo año, por ello Invito a todas las personas de buena voluntad a unirse, para cuidar de nuestro casa común y de nuestros hermanos más frágiles. En la página web se publicará la oración dedicada a este año, hay que rezarla.

Les deseo a todos un buen domingo y por favor no se olviden de rezar por mí, buen almuerzo y adios

 

 

 

 

El Papa Francisco anuncia un “año de Laudato si´”

Por “un mundo más fraterno y más sostenible”

mayo 24, 2020 16:59

Angelus y Regina Coeli

(zenit – 24 mayo 2020).- Las tres recomendaciones del Papa Francisco para una “ecología integral” y “un mundo más fraterno y más sostenible”, se resumen en un tweet, en este Día de Oración Laudato si’. El Papa anunció un Año Laudato si´ del 24 de mayo de 2020 al 24 de mayo de 2021 después de la oración de Regina Coeli, en el quinto aniversario de la publicación de su encíclica social y ecológica.

“Una ecología integral implica dedicar un poco de tiempo a redescubrir la serena armonía con la creación”, dijo el Papa en primer lugar.

Luego invitó a “reflexionar sobre nuestro estilo de vida y nuestros ideales”.

Finalmente, el Papa pidió “contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea. # LaudatoSi5

En una oración, el Papa desea invitar “a escuchar y responder al clamor de la tierra y al grito de los pobres”, y expresa el deseo de que “los sufrimientos actuales son los dolores del nacimiento de un mundo más fraterno y duradero”.

Al evocar este quinto aniversario de la encíclica Laudato si’, después del Regina Coeli, el Papa enfatizó su objetivo: “llamar la atención sobre el clamor de la Tierra y de los pobres”.

El Papa anunció un “año Laudato si’«: “Gracias a la iniciativa del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la Semana Laudato si’ «, que acabamos de celebrar, florecerá en un año especial de aniversario de Laudato si´, un año especial para reflexionar sobre la encíclica, desde el 24 de mayo de este año hasta el 24 de mayo del próximo”.

Insistió en la hermandad humana: “invito a todas las personas de buena voluntad a unirse a nosotros para cuidar nuestro casa común y nuestros hermanos y hermanas más frágiles. La oración dedicada a este año se publicará en el sitio web. Será bueno rezarla”.

En otro tweet, el Papa expresa este extracto de su oración: “Dios del amor, muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de tu afecto por todos los seres en esta tierra, porque ninguno de ellos está olvidado dante ti. Alabado seas. # LaudatoSi5 ″

El Papa ha compuesto una oración para este año especial:

Dios amoroso,
creador del cielo, la tierra y todo lo que contienen.
Abre nuestras mentes y toca nuestros corazones,
para que podamos ser parte de la creación, tu regalo.

Esté allí para los necesitados en estos tiempos difíciles,
especialmente los más pobres y vulnerables.
Ayúdenos a mostrar solidaridad creativa frente a las consecuencias de esta pandemia global.
Haznos valientes para aceptar los cambios realizados
en pos del bien común.
Ahora más que nunca, ¿qué podemos sentir todos que estamos
interconectados e interdependientes?

Haznos escuchar y responder
al grito de la tierra y al grito de los pobres.
Que los sufrimientos actuales sean los dolores de parto de
un mundo más fraterno y más sostenible.

Bajo la mirada amorosa de María Auxiliadora,
te rezamos a través de Cristo nuestro Señor.
Amén.

 

 

 

 

Santa María Magdalena de Pazzi, 25 de mayo

Una de las grandes místicas estigmatizadas

mayo 24, 2020 09:05

Testimonios de la Fe

 

“Padecer y no morir fue el lema de esta mujer que nació en el seno de una ilustre familia, y que ha sido denominada la extática. Es una de las grandes místicas estigmatizadas. Se ofrendó por la renovación de la Iglesia”

A Magdalena no se le ha hecho justicia porque en su acontecer hay un riquísimo trasfondo espiritual que respalda su admirable virtud. Y, sin embargo, la tendencia generalizada ha sido destacar de manera sesgada y errónea sus experiencias místicas, todas de gran alcance, tildándola de histérica, calificando como masoquista su insistente súplica a Cristo de “padecer y no morir”. Se ha dejado atrás lo relevante: la centralidad trinitaria de su vida y su deseo de renovación dentro de la Iglesia que le llevó a ofrecerse a Dios como víctima expiatoria. No se ha tenido en cuenta ni su discreción, ni el grado de obediencia que le llevó a narrar los favores celestiales con los que fue agraciada cuando hubiera deseado mantenerlos a resguardo. Eso sí, con todo rigor se la denomina la extáticapor antonomasia, considerándola una de las grandes místicas estigmatizadas.

Nació en Florencia, Italia, el 2 de abril de 1566 en el seno de la ilustre y noble familia Pazzi. El año 1576, en breve intervalo de tiempo, recibió la primera comunión y efectuó voto privado de virginidad. Ambos hechos tenían estrecha conexión ya que a la edad de 8 años había permanecido interna durante un tiempo con las Damas de San Giovannino, monasterio al que regresó cumplidos los 14 con la condición de que le permitiesen recibir diariamente la Eucaristía, algo infrecuente en la época. Es decir que comunión y consagración iban entrelazadas. Obligada a dejar el convento, se esforzó por convencer a sus padres para que le permitieran abrazarse a la vida religiosa. Y en agosto de 1582 realizó una experiencia con las carmelitas de Santa María de los Ángeles para dilucidar el carisma y lugar en el que haría efectiva su entrega. En la quincena que permaneció junto a las religiosas vio que era su camino, máxime cuando tenían el privilegio de recibir la comunión todos los días. En diciembre de ese año ingresó con ellas y en enero de 1583 inició su noviciado.

En esa época ya estaba siendo favorecida con éxtasis. La primera experiencia de esta naturaleza, que se produjo en presencia de su madre, la había vivido en 1578. La primavera de 1584 trajo consigo una desconocida enfermedad diagnosticada como incurable. Y el 27 de mayo, día de la Santísima Trinidad ese año, le permitieron profesar ante el altar de María acostada en una camilla. Fue el inicio de una serie de éxtasis diarios que le sobrevenían después de recibir la comunión, prolongándose durante dos o tres horas. En ellos y durante cuarenta días fue instruida por Cristo. La enfermedad desapareció de improviso, tal como se le había presentado, en la primavera de 1585. En abril recibió los estigmas y fue desposada místicamente por Cristo que le entregó un anillo. A la par comenzaron a desatarse una serie de pruebas, un desierto que iba transformando todo su ser en un fuego de amor que sellaba su encuentro con el Creador.

Una persona como ella, revestida de inocencia, que suspiraba por la pureza en un sentido global y estricto, sufría enormemente al constatar la tibieza moral de la época que había impregnado también a la Iglesia. En 1586 a través de un éxtasis fue invitada a colaborar en la reforma de la misma. En 1589 fue designada vice-maestra de novicias. Al año siguiente perdió a su madre y en una visión contempló que estaba esperanzada y gozosa en el purgatorio. Continuaba experimentando un profundo anhelo de conversión para la Iglesia. No contenta con orar insistentemente por ella, el 1 de mayo de 1595 renovó su ofrenda a Dios con una promesa. Quería arrebatar de Él esa gracia para que nadie permaneciese de espaldas al don de la fe, y rogó que se le concediera el «desnudo padecer». Viviría completamente desprendida de todo lo que tuviera que ver consigo misma. Pero ese momento suplicado por ella en el que iba a quedar sumida en el abandono que demandó no llegaría hasta junio de 1604. A partir de entonces y hasta su muerte estaría despojada de consuelos celestiales. Entretanto, su itinerario espiritual iba conduciéndole por los senderos de la alta mística entretejidos de sufrimientos pero llenos de inenarrables gracias.

Ese año de 1595 fue nombrada maestra de profesas. Y en 1598 maestra de novicias. Cinceló en el corazón de ellas los rasgos del verdadero discípulo de Cristo, comenzando por la vivencia de la caridad. No tomaba nota de las experiencias sobrenaturales que le acontecían. Pero sus superiores le indicaron por obediencia que narrase su vida espiritual. Y tuvo que dictar sus favores consignados en Coloquios y Renovación de la Iglesia, entre otros. En ellos queda plasmada su particular “locura de la cruz”, su elegancia en el abrazo a este símbolo del cristiano, su valentía al asumir y reclamar por amor todo sufrimiento, anegada de urgencia apostólica que le llevaba a suplicar enardecida: “¡Almas, Señor; dadme almas!”. “Envidio la suerte de los pájaros que pueden volar por el mundo. Si yo tuviese alas volaría a las Indias lejanas para recoger a sus niños abandonados y si Cristo me preguntara si tengo fe yo le contestaría con mis obras”.

Su inmolación discurría entre la oración que era comunicación con Dios y la Eucaristía. Absorta en la meditación, con una capacidad para sumergirse en lo divino, podía pasarse varias horas reflexionando sobre dos o tres puntos del evangelio. En 1607, poco antes de su deceso, mientras se hallaba en el jardín junto a sus hermanas, en un éxtasis le fue dado a contemplar el purgatorio. Las religiosas le escuchaban proferir: “¡Misericordia, Dios mío, misericordia!”. Esta visión fue especialmente dolorosa para ella que comprobó horrorizada las penas sufridas por los que antepusieron al amor su impenitencia. Al final rogó no volver a presenciar algo así. Extrajo esta lección: “Dime, Señor, el por qué de tu designio, de descubrirme esas terribles prisiones de las cuales sabía tan poco y comprendía aún menos… ¡Ah! ahora entiendo; deseaste darme el conocimiento de tu infinita santidad, para hacerme detestar más y más la menor mancha de pecado, que es tan abominable ante tus ojos”. Murió el 25 de mayo de 1607 con fama de santidad, precedida por sus milagros. Urbano VIII la beatificó el 8 de mayo de 1626. Clemente IX la canonizó el 28 de abril de 1669.