Cáritas | Voluntariado • 26/05/2020

 

Dedicar tiempo de calidad a personas de calidad

 

Voluntarios jóvenes de Cáritas siguen llenando de vida los servicios durante la crisis sanitaria

 

 

 


 

 

 

 

«Vivir en sociedad, aunque significa muchas cosas, para mí podría resumirse en cuidarnos los unos a los otros. Vivir en sociedad es empatía, responsabilidad, pero sobre todo acción que apueste por la inclusión, que teja redes sociales de apoyo mutuo y que vele por el bienestar, el respeto y la dignidad de cada uno de sus miembros. La situación actual evidencia y evidenciará las desigualdades que agrietan nuestras estructuras sociales, pero también, ha sido y será fuente de solidaridad, cooperación y esperanza.

Por ello, agradezco a Cáritas permitirme poner mi granito de arena como voluntaria, colaborando en la distribución de alimentos para personas en situación de vulnerabilidad de mi ciudad. Agradezco esta oportunidad, tanto por las sonrisas preciosas de las personas atendidas y del equipo de voluntarios, como por comprobar en primera persona cómo Cáritas apuesta por una sociedad hecha de personas que se cuidan, que es el primer paso para sanar estas heridas sociales. Porque en estos tiempos difíciles, actuar por y con los demás es la nueva manera de abrazarnos».

Ante las preguntas, ¿cómo es tu voluntariado durante el coronavirus?, esta es la respuesta que recibimos de Fiona, sin duda un relato lleno de ilusión y esperanza. Fiona es integrante del grupo de voluntarios «Càritas Jove» de Girona y junto a sus compañeros y compañeras, desde que se declaró el estado de alarma, ha colaborado con la acción desarrollada por el Centro de Distribución de Alimentos del municipio. A continuación, conocemos los testimonios de jóvenes que durante la crisis sanitaria han seguido llenando de vida los distintos servicios de Cáritas.

«Mi experiencia este tiempo ha sido muy grata. Al principio fue una oportunidad para salir del encierro del confinamiento, pero al ver que toda mi labor ayudaba a muchas familias sentí que también me llenaba profundamente. Mi labor consistía en llenar los carros de las personas que asistían al centro y desearles un buen día con una sonrisa. Siempre había buen ambiente entre voluntarios; además de escapar del sedentarismo que el confinamiento amenazaba, he conocido a gente maravillosa», Amin.

 

 

«Un voluntariado va más allá de llevar a cabo una labor sin una remuneración a cambio, porque detrás están las personas. Con la declaración del estado de alarma pasé de formar parte del grupo de “Cáritas Jove” a ser uno más en el Centro de Distribución de Alimentos de Girona, donde garantizábamos la protección de los usuarios poniendo nosotros los alimentos en los carros que ellos nos facilitaban. Personalmente, me ha hecho conocer personas que igual que yo, están ahí simplemente con el objetivo de ayudar a otros, y eso nos hace conectar entre nosotros y hace que el ambiente de trabajo sea mucho más placentero y agradable», Omar.

«Tengo veinticinto años y desde los catorce soy voluntario de Cáritas Diocesana de Girona, concretamente en el Centro de Distribución de Alimentos  del pueblo de Cassà de la Selva. Desde del primer momento en que empecé a colaborar en Cáritas me impactó la cercanía y el acompañamiento que se hace a todas las personas. No hay exclusión porque no importa la cultura, la edad, el sexo o la raza, todos somos personas y merecemos el mejor trato, siempre en un clima familiar y de confianza.  

Durante he tenido más implicación con nuestros participantes, porque la situación lo requiere, y la gran mayoría de voluntarios son personas de riesgo y han debido permanecer en sus casas. Han sido más horas de trabajo, pero con más ilusión y ánimo que nunca. Cada semana aumenta el número de familias que necesitan alimentos para seguir adelante; esta crisis no será fácil y durará mucho tiempo, pero todos los voluntarios y voluntarias estaremos aquí con más fuerza que nunca para mejorar el mundo«, Sergi.