Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

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Nº 783

12 de oct. 2020

 

1. Esto fue lo que dijeron los obispos de Ecuador a la asociación católica que mezcla yoga y oración.

2. “Así salí del infierno de una secta después de nueve años”.

3. La historia de la joven española Patricia Aguilar, captada por una secta a través de Internet.

4. El trato a los testigos de Jehová en Rusia... y cómo trata la secta a sus miembros.

5. México: La Luz del Mundo reza en la calle y defiende la inocencia de su líder.

6. Panamá: una organización religiosa se desmarca de los crímenes protagonizados por sectas.

7. El líder de Nxivm: para unos, hombre de paz; para otros, psicópata y depredador sexual.

8. Cómo el grupo MenteUno crea dependencia a través de “Un Curso de Milagros”.

9. El lado sectario del consumo de ayahuasca.

10. Pseudoterapias: cuando la búsqueda de la felicidad se convierte en una esclavitud.

 

 

1. Esto fue lo que dijeron los obispos de Ecuador a la asociación católica que mezcla yoga y oración.

FUENTE: InfoCatólica

 

 

En un documento fechado en 2018, la Sub Comisión de Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana advirtió sobre los riesgos que suponen para la fe cristiana las doctrinas y actividades de la Asociación Escuela de Autorrealización (AEA), avalada por los propios obispos ecuatorianos, llegando a afirmar que podrían incluso ser “un cauce de captación de fieles católicos” para una secta de origen hindú. Lo cuenta Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), en el blog que la propia RIES tiene en el portal InfoCatólica.

Los antecedentes

En 2019, el arzobispo de Guayaquil (Ecuador), monseñor Luis Cabrera, advirtió a la AEA sobre algunos aspectos controvertidos de sus doctrinas y prácticas, censurables desde el punto de vista católico, tal como informó de ello Portaluz. Porque la AEA está reconocida desde los años 80 por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) como asociación privada de fieles, con el nombre de Asociación Ecuatoriana de Meditación.

Sin embargo, la situación no ha cambiado. Según puede leerse en su página web, “AEA difunde métodos y técnicas de la milenaria ciencia Yoga (Unión con Dios)”. Por eso, algunos fieles preocupados por lo que supone “escándalo y confusión” en la comunidad cristiana, han hecho circular por las redes sociales un texto firmado por Ma. Beatriz de Parducci, en el que se pregunta “por qué la Iglesia del Ecuador sigue permitiendo prácticas sincretistas con el aval de los Obispos”.

La AEA, según el comunicado, no sólo toma elementos del hinduismo, sino que llega a extremos como afirmar que “Jesús también es un yogui” o “poner a Krishna [un dios hindú] en compañía de la Santísima Virgen María” o incluso “cerca de Jesucristo y con velas encendidas”. La razón fundamental es que la AEA “enseña un linaje ‘crístico’ tomado de la secta Self Realization Fellowship”. La firmante añade que “la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en el año 2018 ha señalado que las enseñanzas de Self Realization Fellowship son incompatibles con la doctrina cristiana”.

Hemos tenido acceso a ese documento de la CEE. En concreto, se trata de un informe remitido el 31 de agosto de 2018 por la Sub Comisión de Doctrina de la Fe de la CEE a monseñor Cabrera, que había consultado al organismo para recabar su criterio y analizar la posibilidad de dejar de respaldar eclesialmente a la AEA o de advertir a los fieles sobre ella.

Los pastores deben estar atentos

El documento comienza con unas orientaciones que aportan el marco para la cuestión, sintetizando los aspectos fundamentales de la Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana (Orationis formas), publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede en 1989, y que concluía señalando que las propuestas “de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser continuamente examinadas con un cuidadoso discernimiento de contenidos y de métodos, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo”.

Además, los obispos de Ecuador constatan que “desde ese documento de 1989, las técnicas orientales de meditación han proliferado en muchos países, frecuentemente en personas que no tienen una vida cristiana y buscan alternativas, también para huir del activismo del mundo de hoy”. Por ello, añaden, “en la actualidad se requiere una especial atención de los pastores a este fenómeno”.

Los textos del fundador: confusos

Lo siguiente que hace el documento es hacer una valoración de una de las obras del sacerdote ecuatoriano César A. Dávila (1910-1999), fundador de la AEA (cabe recordar que sus escritos cuentan con la aprobación eclesiástica correspondiente). Y la conclusión es clara: “aunque no haya errores doctrinales evidentes, son pasajes algo confusos y difíciles de comprender, y algunos se pueden interpretar en contra de la doctrina”.

¿Cómo se explica que, siendo así, los libros del padre Dávila estén aprobados por la autoridad eclesiástica? La CEE no cree preciso revocar dicho visto bueno oficial, porque “no se trata de valorar ahora la actuación del fundador”, que habría actuado “de acuerdo con los obispos” y cuyo deseo era “promover la AEA dentro de la doctrina católica”.

Sin embargo, los pastores de la Iglesia en Ecuador reiteran que “la meditación oriental es un tema cambiante, que cada vez se ha difundido más, y en el que la Iglesia debe permanecer atenta, por el bien de los fieles”. Y por ello señalan que “la presentación de los cursos y la página web de AEA deberían expresar ideas que dieran claridad sobre la doctrina cristiana”, detallando siete puntos controvertidos.

La necesidad de aclarar las cosas

1. En primer lugar, los obispos apuntan a lo que supone la actividad principal de la asociación de fieles: “la meditación promovida por la AEA debe ser plenamente cristiana, sin dar pasos a contenidos de otras religiones que resulten incompatibles”. Aunque no haya una referencia explícita, está claro que se refieren al hinduismo y al yoga.

2. Otro aspecto fundamental es la figura de Jesucristo. Desde el punto de vista cristiano, por parte de una asociación católica como es la AEA debe quedar claro que “Jesús no es sólo el Maestro de maestros, es el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, el Verbo Encarnado”.

3. Haciéndose eco de las quejas de los fieles que han sido testigos de las prácticas de la AEA –y cuyas fotos de altares y celebraciones pueden verse en Internet–, los obispos piden “evitar difundir desde la AEA, en contexto religioso, la veneración de imágenes de personas que no han sido beatificadas o canonizadas. Conviene, además, que la distinción entre Cristo y los otros maestros sea patente”. Porque lo celebrativo debe responder siempre a la fe.

4. Con respecto a la secta ya citada, cuyo fundador –Paramahansa Yogananda– es seguido y venerado por la AEA, “debería quedar clara la distinción entre Self Realization Fellowship (SRF) y la AEA, pues la primera promueve ideas incompatibles con la doctrina cristiana. Habría que evitar que la AEA, sin quererlo, sea un cauce de captación de fieles católicos para SRF”.

5. Los obispos ecuatorianos consideran importante recordar, a la vista de la praxis dudosa de la AEA, que “la promoción de la meditación oriental debe ser compatible, en la práctica, con la vida eclesial y en concreto con la recepción de los sacramentos y la liturgia de la Iglesia”.

6. También llaman a incluir en las páginas web de la AEA los documentos fundamentales del Magisterio reciente de la Iglesia Católica que sirven para el discernimiento en estas cuestiones: la declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II (sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas), la carta ya citada Orationis formas y la cuarta parte del Catecismo de la Iglesia Católica (sobre la oración cristiana).

7. Por último, el documento afirma que “la distinción de las prácticas de yoga, por una parte, y la doctrina de la Iglesia, por otra, deben ser confirmadas en conversaciones con quienes imparten los cursos y con algunos participantes”. No sólo eso: también “habría que hablar especialmente con los sacerdotes que atienden pastoralmente a la AEA o le son cercanos”.

¿Habrá medidas?

Aunque estas siete “impresiones” del documento son suficientemente expresivas y aplicables a la realidad concreta de la AEA y su praxis, los obispos que forman parte de la Sub Comisión de la Doctrina de la Fe añadían la sugerencia de posibles medidas concretas a partir de la documentación que habían manejado, empezando por “conversar con el presidente y los directivos de la AEA sobre las cuestiones controvertidas y las posibles soluciones”.

Además, proponían la posibilidad de una visita canónica a la AEA, algo que prevé el Código de Derecho Canónico “dentro del deber de vigilancia que corresponde a la autoridad eclesiástica respecto a las asociaciones, de modo que en ellas se conserve la integridad de la fe y de las costumbres, y evitar que se introduzcan abusos en la disciplina eclesiástica”. Esto podría hacerlo, según lo que determinen los estatutos de la AEA, “un arzobispo o un delegado”.

El documento añade que “si la AEA no dispone de un consejero espiritual, se le podrá sugerir que lo nombren, solicitando antes la confirmación del Ordinario del lugar”. Y determina la posibilidad de efectuar, por parte de la autoridad eclesiástica, “la revisión de cada número de la revista ‘Yoga y cristianismo’” que publica la asociación.

Para terminar, los obispos de Ecuador reconocen que la AEA, como toda asociación privada de fieles, “goza de gran autonomía de gobierno y libertad de organización”, algo que deben tener en cuenta los mismos pastores que se encarguen de vigilarla, quienes deben “actuar con especial delicadeza y prudencia al tratar con las autoridades de la asociación”. A partir de aquí, se supone un itinerario de acción, la aplicación de las medidas… La carta de monseñor Luis Cabrera en 2019 supuso un primer paso, y puede verse cómo recogía en ella las indicaciones de la CEE. Pero… ¿se ha hecho realmente algo más en este tiempo? Muchos fieles creen que no.

Un ejemplo concreto: a fecha del 1 de octubre de 2020, una búsqueda exhaustiva en la página web oficial de la AEA muestra que, a pesar de lo aconsejado por la CEE, sólo podemos encontrar referencias y enlaces a la declaración conciliar Nostra aetate sobre lo positivo y bueno de las otras religiones, pero no hay ni rastro de la carta Orationis formas ni del Catecismo. Si en casi dos años no han hecho algo tan sencillo como incluir unos enlaces a documentos de la Iglesia, siendo una asociación católica… ¿puede creerse que habrán cambiado elementos centrales de su práctica sincretista? La respuesta es obvia: seguramente, todo sigue igual.

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2. “Así salí del infierno de una secta después de nueve años”.

FUENTE: La Razón

 

 

Estaba estresada en el trabajo y comenzó a interesarse por temas de meditación budista y de reiki. Se apuntó a varios cursos y comenzó a meditar en casa hasta que un amigo le comentó que podía hacerlo de forma grupal. Raquel (nombre ficticio) decidió probar. No sabía entonces que se adentraba en un infierno del que no saldría hasta casi una década después, dejando por el camino a parte de su familia, amistades y unos 60.000 euros que ella fue donando «voluntariamente» a la causa. Así comienza el reportaje que Laura L. Álvarez ha escrito en el diario español La Razón.

«El dinero, al final es lo de menos», reconoce ahora, después de haber conseguido alejarse de las garras de una secta liderada por un hombre del que prefiere no dar muchos detalles. «Al principio me parecía encantador. Es cierto que algunas cosas me chocaban como, por ejemplo, que algunas participantes se quedaran en la sala para darle un masaje al maestro espiritual», un hombre que bebía de todas las religiones para trasladar la espiritualidad a un plano superior al que sólo unos pocos podían tener acceso. Por supuesto, era él quien hacía esa criba.

Persuasión progresiva

Naturalmente, el proceso es gradual, lento y sibilino, pequeños pasitos mediante el empleo de técnicas de persuasión coercitiva imperceptibles para la víctima. «Si tu quieres avanzar en la espiritualidad te decía que tenías que ir liberándote de lastres», cuenta Raquel. Por eso se tomaba la molestia de hacer un plan de manipulación personalizado para cada uno. De algunos buscaba sexo (maquillados con cursos de tantra); de otros, trabajo gratuito a la «comunidad» (a él) y de Raquel sabía que podía sacar dinero. Así, no parece casual que su trabajo debía centrarse en «corregir» su «tacañería».

Para ir allanando el terreno primero le recomendó libros. Luego llegaron retiros espirituales donde hacían ver a los nuevos integrantes que no formaban parte del núcleo «que ya estaba en una dimensión superior» para que los principiantes «desearan» también ser parte de los elegidos, de tal forma que cuando Raquel comenzó a ver gestos de aceptación hacia ella, le hacía sentirse especial. El control emocional es parte de la manipulación: bombardeo de amor y chutes de autoestima a cambio de nada. Porque las clases a las que asistió durante mucho tiempo fueron gratis: el gurú era un ser tan bondadoso que dedicaba su vida a los demás de forma altruista.

Las primeras concesiones

A los seis meses el nivel de manipulación ya empieza a dar sus primeros frutos. «Me decía, por ejemplo, que le encantaría tener una cruz de oro y acabas creyendo que, para trabajar la tacañería, debes regalársela, sino es que no estabas avanzando». Poco a poco ella empieza a hacer sus primeras concesiones.

«El importe de los regalos iba subiendo y, cuando piensas que es demasiado dinero, dudas y entras en crisis. Cuando se lo haces saber, le haces partícipe de la fase en la que estás. Entonces te explica que él tiene siempre un motivo bueno para ti aunque tú no lo veas, te acabas sintiendo mal por haber dudado y acabas llorando arrepentida por haber cuestionado sus intenciones de tal forma que él salía reforzado de esas crisis». Es decir, le hacían creer que dudar y superar ese pensamiento era parte de ese proceso y de ir trabajando el «desapego». El bucle de dudar para luego continuar con más fuerza era infinito.

Confesiones para utilizar sus secretos

Además, él aprovechaba las sesiones grupales donde sus adeptos se «confesaban» para ir testando sus dudas, sus miedos, y para sacar información. Así iba reconstruyendo su pasado y utilizaba sus puntos débiles para amenazarles con contar algunas cosas. Para entonces Raquel ya se había desprendido prácticamente de todo su círculo: apenas hablaba con su familia, perdió todas sus amistades y todo su tiempo libre lo empleaba en lecturas y meditaciones.

Es precisamente una de las técnicas de persuasión empleadas por las sectas, según explica el doctor en psicología social José Miguel Cuevas, que ha tratado a muchas de estas víctimas. «El debilitamiento psicofísico es uno de los puntos del control ambiental: si duermes poco, te mantengo cansado y ocupado, no tienes tiempo de pensar ni replantearte nada». Y en esa rueda de hámster es donde estaba metida Raquel. «Leí más de 500 libros, pero sólo los que él autorizaba». La censura y el control de la información: otro de los puntos claves de estos embaucadores.

Separarla de su hijo

Su vida entera prácticamente era «avanzar» en su espiritualidad y el grupo, unas 60 personas con quienes compartes todo. Y es que el aislamiento es otra de las técnicas de manual de sectas. El maestro no se cortaba en cuestionar el amor hacia la familia. «Lo justificaba diciendo que los budistas creen que cualquiera puede ser tu madre en una vida pasada y que hay que amar a todos los seres por igual». Así, tergiversaba el contenido de las enseñanzas budistas para separarla de su propia madre. Incluso lo intentó con su hijo: de él no podía separarla, pero sí logró que Raquel pasara el menor tiempo posible con el menor.

«Al final te buscas la vida: niñera las horas que hagan falta e incluso en vacaciones o fines de semana porque, si no, no podía hacer un curso importantísimo de lo que fuera». A lo largo de los nueve años en los que Raquel estuvo metida en esta secta el goteo de «donaciones» no cesó: para organizar cursos de espiritualidad, para obras benéficas y colaboración con monasterios en Asia... cualquier excusa era buena, aunque ella nunca veía que nada se hiciera efectivo. «Si surgía el tema se inventaba, por ejemplo, que había dado 6.000 euros para evitar el desahucio de una mujer. Eso sí, las obras de caridad tú no podías hacerlas por tu cuenta». Y es que el «código deontológico» del gurú estaba sembrado de llamativas excepciones: era cliente de prostitución, pero lo hacía para «aliviar el karma» de estas mujeres.

“El diezmo o tu madre morirá”

La gota que colmó el vaso fue cuando comenzó a exigirle el diezmo. Según unas escrituras sagradas debía entregar la décima parte de sus beneficios hasta el punto de que en la última ocasión le pidió 8.000 euros. De lo contrario, su madre iba a morir. ¿Por qué? De ello se encargaría el «karma» y él lo sabía porque en algunas meditaciones al maestro le venían premoniciones. «Yo sabía que el dinero era para él. Lo tenía claro. Aquí las amenazas fueron tan fuertes que decidí desaparecer. Me di cuenta de que, si tenía que hacer todo eso por una vida espiritual, no me interesaba». Ella fue muy valiente porque el proceso de «desintoxicación» no es sencillo, sobre todo después de tanto tiempo.

Por delante vendrían años psicólogos y terapias para corregir algunas de las secuelas como estrés postraumático, trastornos de la identidad e incluso ansiedad y depresión. El verdadero problema de las sectas, según el doctor en psicología Cuevas, es que no hay recursos públicos para prestar atención específica a estas víctimas ni tampoco se destina un euro a la prevención. Para comenzar a salir es primordial un buen psicólogo. «Como no hay formación específica, muchos profesionales pueden confundir síntomas porque este tipo de víctimas puede presentar cuadros de delirio o disociación y ser compatibles, por ejemplo, con una esquizofrenia cuando realmente no lo es».

No hay formación

De la misma forma que denuncian un vacío asistencial también lo hay en el plano legal. Raquel lleva años batallando contra su líder porque tampoco hay formación específica entre jueces, fiscales o forenses. Carlos Bardavío, abogado especializado en sectas, reconoce que es una fenomenología criminal poco atendida. «Es como la violencia de género hace 50 años, no hay concienciación» a pesar de que, según el psicólogo Cuevas, ocurre más de lo que pensamos: una de cada cien personas es víctima de estas técnicas de persuasión.

Para Bardavío, el comportamiento del líder es, claramente, un delito de coacciones, estafa e incluso de asociación ilícita, ya que el artículo 515.2 del Código Penal dice que lo serán «las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad para su consecución». El letrado asegura que es complicado probar en un juicio que las donaciones no han sido voluntarias y reconoce que cuando ha habido condena es porque ha existido violencia física, abuso sexual a menores o estafa.

Los expertos señalan que, si bien no hay un perfil definido de víctima, es frecuente que sean personas de una formación y capacidad económica media-alta. Es importante desmontar clichés: no es gente «tonta» ni poco formada, simplemente han sido víctimas de un psicópata. Raquel ya logró lo más importante: salir del grupo. «Yo puedo rehacer mi vida, pero él lleva el mal dentro y eso no tiene cura».

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3. La historia de la joven española Patricia Aguilar, captada por una secta a través de Internet.

FUENTE: El Español

 

 

“Hola, mi vida. ¿Sabes qué? En muchas ocasiones me han preguntado: si pudieras volver atrás, ¿lo harías? Ojalá hubiera podido evitar a mi familia y a ti todo este dolor. Pero aquello ya fue y de aquello me quedas tú, tengo conmigo a la personita que más quiero en este mundo, por quien vivo y lucho cada día. Esa eres tú, mi pequeña”. Con este fragmento de una carta comienza el reportaje que Brais Cedeira ha escrito para El Español.

En él cuenta que, desde que fue rescatada de la selva de Perú, la joven Patricia Aguilar recorre cada semana o cada 15 días la distancia que hay entre su casa de Elche y el despacho del psicólogo José Miguel Cuevas. Es experto en sectas y director del Programa de Adicciones del Ayuntamiento de Marbella, el único servicio público que ofrece atención a víctimas de sectas en toda España.

Fue acudiendo a esas terapias poco después de ser rescatada de la secta gnóstica que la retenía en Perú, cuando se percató por fin de la telaraña que había tendido aquel hombre para captarla. Ya en la primera de las sesiones de terapia advirtió cómo lo que al principio ella creía que era una historia de amor –”me tenía totalmente enamorada”– acabó convertido en una relación en la que ella estaba por completo a su servicio. Un estrecho círculo del que resultaba imposible escapar.

“Patricia, ¿ha habido abusos sexuales?,” le preguntaba el psicólogo Cuevas. “Sí”. -¿Le tenías miedo? “Sobre todo, tenía miedo a equivocarme. El error se pagaba con golpes. Él decidía cuántos”. -¿Te humillaba? “De muchas maneras, a veces explícitas (...)”. Cinco horas después de iniciar aquella primera conversación, el tiempo pasaba volando, algo había cambiado en la joven. “No es la sala, soy yo. Es como si mi cabeza hubiera hecho clic. Y entonces lo veo”. “Lo tengo muy claro, he estado en una secta”.

El primero de los fragmentos de este reportaje es una carta que Patricia le escribe a su hija muchos meses después de escapar de Félix Steven Manrique, el autodenominado Príncipe Gurdjeff. La misiva es desvelada, como toda la intrahistoria de su secuestro y su permanencia en la secta que ese hombre terminó estableciendo en la selva peruana, en el libro Hágase tu voluntad, escrito por la periodista Vanesa Lozano y publicado en la editorial Alrevés.

El libro se une al catálogo 'Sin Ficción', una colección en la que se diseccionan con precisión de cirujano algunas de las crónicas de sucesos más sobrecogedoras de los últimos años. Por primera vez, tras muchos meses curándose por dentro, la reportera conversa largo y tendido con Patricia Aguilar sobre su experiencia, hilando dos historias contrapuestas: la heroica búsqueda de la joven desde España por parte de su familia y el relato de la sumisión a la que el gurú sometió durante largos meses a mujeres y niños en una charca para animales oculta en la espesura del bosque latinoamericano.

La huida

“Una cosa... ¿me dejarías ir contigo una vez cumpla los 18?”. La frase fue escrita por la joven el 4 de abril de 2016 desde su casa de Elche. Faltaban ocho meses para que Patricia alcanzara la mayoría de edad. Al otro lado del teléfono, el mensaje era recibido por Félix Steven Manrique Gómez, un príncipe y mesías para ella y un presunto depredador sexual para la Justicia peruana. Un hombre 17 años mayor que la joven que se dedicaba a captar menores tanto en la red como en persona para convertirlas después en esclavas. En personas a su servicio, subyugadas con la amenaza de un inminente apocalipsis.

“Ya lo pensé bastante. En caso de que los cumpla y no estés conmigo, a menos que me prohíbas tú, al tener la más mínima posibilidad, me iría”. Y así fue. Después de meses de lavado de cerebro, de conversaciones furtivas e incluso de mandar dinero (hasta 1.400 euros) a su captador al otro lado del Atlántico, Patricia tomó un avión y sin avisar a nadie se marchó de España rumbo a Perú el 7 de enero de 2017. Sólo un mes después de cumplir los 18.

Aquel día arrancó un doble calvario. El primero para la joven, que terminó recluida en la selva amazónica, sin agua corriente ni comida y al cuidado de cinco menores. Y el segundo para su entorno, para su padre y su prima, que, ante la inacción de la Justicia española, tuvieron que tomar las riendas de la investigación y convertirse en familia coraje. Noelia Bru, la prima de Patricia, y sus padres, Rosa y Alberto, removieron cielo y tierra para dar con su hija. Se convirtieron prácticamente en los principales investigadores del caso. Algo para lo que nadie está preparado.

“Somos lo que vivimos. Nuestras vivencias nos forman como personas y aquello forma también parte de mí, pero ahora de un modo que ya no duele. Dar a conocer lo que pasó es la única forma de intentar que no vuelva a ocurrir. He confiado mi historia a la autora de este libro porque estoy convencida de que puede ayudar a muchas personas a superar situaciones para las que no se les ha preparado, que nadie les ha enseñado a afrontar”.

“Recordaba los latigazos”

La carta de Patricia, escrita a mano en una cuartilla, sirve de epílogo a un libro que en el fondo trata sobre la manipulación mental, sobre cómo cualquiera de nosotros puede caer prendido en los métodos coercitivos más insospechados. Casi siempre en los momentos de debilidad. “Patricia tiene una memoria prodigiosa, no sólo para relatar las situaciones pavorosas que ha tenido con este tipo”, explica Lozano, la autora del libro. “Recordaba de forma fidedigna el número de golpes o latigazos que le había infligido este tipo. Me trasladó a mí en sus descripciones a los pocos paisajes que vio allí. Tenía una relación de confianza con ella”.

¿Le ha costado mucho abrirse a contar todo esto en profundidad? “Ella lo dice en el libro -prosigue-, lo cuento dos años después porque me siento capaz. Pero sabe que le queda mucho camino por recorrer. Le cuesta, sobre todo, lo que tiene que ver con el capítulo de su vida en el que fallece su tío, eso le cuesta mucho. Es el momento clave, en el que se encuentra más vulnerable. Era quien le ayudaba en todo, esa tragedia la deprimió por completo, como cuenta en el libro. Fue entonces cuando Félix Steven dio con ella”.

Era 7 de enero. Patricia dijo a sus padres, Alberto y Rosa María, que iba a pasar la noche en casa de unos amigos. Allí había una fiesta de cumpleaños. Era todo mentira. Patricia, en realidad, se había marchado a Murcia. El día 8 de enero, la joven, 18 años recién cumplidos, llegó a Madrid. Llevaba maletas, libros, también 6.000 euros del negocio de la familia. Iban a dar las 12 de la noche cuando Patricia se subió a un avión rumbo al otro continente, a una nueva vida.

El libro habla de una búsqueda, de una lucha, de un hallazgo, también del regreso a casa. Cuando Alberto, su padre, volvió a verla por primera vez tras ser liberada por los dos policías peruanos que nunca cejaron en su empeño de resolver el caso, comprobó que no estaba sola. Una niña descansaba en sus brazos. Alberto llamó a Elche para darle la noticia a su mujer. “Tiene un bebé. Rosa, somos abuelos”. Era la pequeña Naomi. En la última página del libro, Patricia lo reconoce: es su bebé quien le ha salvado la vida.

“No ha sido fácil llegar hasta aquí, pero lo he hecho por ti. Tú me salvaste. Hice por ti lo que no era capaz de hacer por mí. Escapé de donde muchos dicen que nunca se puede escapar para darte un futuro mejor que para mí ya creía perdido y que ahora también tengo gracias a ti. Y a mi familia, que ya es la tuya. Siempre estaré a tu lado, siempre lucharé por que seas feliz”.

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4. El trato a los testigos de Jehová en Rusia... y cómo trata la secta a sus miembros.

FUENTE: El Periódico

 

 

Recientemente, el diario español El Periódico ha publicado en su versión digital dos cartas de lectores que, por su interés, reproducimos a continuación (con fecha de 6 y 8 de octubre, respectivamente). La primera está firmada por Soraya Quintela, y la segunda por Miguel Rabadán Soriano.

Los testigos de Jehová en Rusia

La libertad y la seguridad son derechos fundamentales para cualquier ser humano, pero en ciertos países como Rusia no es así. Personas, seres humanos, están siendo perseguidos, encarcelados y hasta torturados por su ideología. Algo impensable en pleno siglo XXI está ocurriendo en uno de los países más desarrollados del mundo.

Hace dos años en Rusia se tachó de extremista a la religión de los testigos de Jehová. El extremismo suele estar asociado a seguir las ideas de uno hasta la muerte, justificando el uso de la violencia si es necesario. Sin embargo, si nos paramos a analizar las enseñanzas y el comportamiento de los Testigos de Jehová a lo largo de la historia nos encontramos con lo contrario: promueven como cualidad esencial el amor, defienden la importancia de seguir los principios de respeto que se encuentran en la Biblia y en ningún contexto justifican el uso de la violencia. De hecho, han sido y son encarcelados precisamente por negarse a ir a la guerra, ya que va en contra de sus principios cristianos.

Contradictoriamente, la Constitución rusa sí garantiza la libertad de conciencia. Sin embargo, son muchos los testimonios de testigos de Jehová que han sido y son torturados por simplemente pensar y sentir de manera diferente, sin hacer daño a nadie. Una triste realidad que no deberíamos pasar por alto ni tolerar.

Se nos está olvidando aquello que nos diferencia de los animales: el amor, una cualidad que hoy en día parece estar en peligro de extinción. Valores como el respeto, la empatía, la paz, la imparcialidad y otros tantos necesitan ser recuperados. No nos olvidemos de que hoy son ellos los que están sufriendo, pero mañana si seguimos en el camino de la intolerancia seremos nosotros.

La réplica

En respuesta a una carta que denuncia el trato que da Rusia a los testigos de Jehová, quiero decir que sí, es penoso. Pero más penoso es que ese mismo trato sea el que dan los Testigos a sus miembros cuando no obedecen sus reglas. Son capaces de echar de casa o hacerle el vacío a un hijo o hija LGTBI+ cuando asumen su condición y son capaces de permitir morir a alguien al negarle la transfusión de sangre y de echar del Salón a quien salve la vida por transfusión. Todos los totalitarismos son malos.

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5. México: La Luz del Mundo reza en la calle y defiende la inocencia de su líder.

FUENTE: Milenio

 

 

Cerca de 500 fieles de la iglesia La Luz del Mundo tomaron Plaza de la Liberación en Guadalajara (México) el pasado 30 de septiembre, para enviar un mensaje de solidaridad a los tapatíos. “En estos momentos son necesarios mensajes que estimulen los valores y principios que nos van a permitir salir adelante de esta terrible situación que está enfrentando no solamente la ciudad de Guadalajara sino el mundo entero”, dijo Armando Maya Castro, portavoz de La Luz del Mundo.

Vestidos de blanco, los feligreses rezaron durante 20 minutos en la plaza pública, según informa Diana Barajas en Milenio. También aprovecharon para enviar un mensaje a su líder religioso, Naasón Joaquín García, quien desde junio de 2019 se enfrenta a cargos de abuso sexual, pornografía infantil y tráfico de menores. “La iglesia La Luz del Mundo sigue reconociendo su liderazgo y estamos esperando se esclarezcan los hechos para volverlo a tener entre nosotros porque estamos que en las etapas del proceso él va a demostrar”, aseguró el vocero.

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6. Panamá: una organización religiosa se desmarca de los crímenes protagonizados por sectas.

FUENTE: Efe

 

 

“Nosotros no practicamos brujería”, afirmó a la agencia Efe Pedro Rodríguez, cacique de la Mama Tatda, la iglesia oficial de los ngäbe buglé, para desmarcarla de los asesinatos de nativos durante ritos exorcistas de supuestas sectas que han aterrorizado este año con esa y otras prácticas a la empobrecida comarca de este pueblo indígena en Panamá.

En enero pasado una mujer de 33 años embarazada, sus 5 hijos menores de edad y una adolescente fueron asesinados en un supuesto rito exorcista y enterrados en una fosa en un área apartada de la comarca Ngäbe Buglé por miembros de la secta “La nueva luz de Dios”, un suceso sin precedentes en estas tierras indígenas.

Y este septiembre fue descubierta una nueva fosa clandestina con los restos de al menos una persona, por cuyo supuesto asesinato han sido imputados tres nativos presuntos miembros de otra supuesta secta que también retuvo a cinco menores de edad, ya rescatados pero que habría sido víctimas de abuso sexual y maltrato, según la Fiscalía panameña.

Hay al menos otra supuesta secta que es investigada por las autoridades panameñas, que han dicho que se trata de grupos conformados por indígenas, liderados por personas autoproclamadas “mesías” y que han actuado en distintos puntos de la comarca Ngäbe Buglé, la más extensa de las cinco que tiene el país.

Una decena de personas ya enfrenta bajo prisión preventiva un juicio por los homicidios de enero, al menos otras cinco están imputadas por el caso de la retención y abuso de menores y el hallazgo del cuerpo en una fosa, y las autoridades investigan si existe relación entre las distintas sectas, cuya orientación religiosa no han definido oficialmente.

“Los últimos acontecimientos dentro de la comarca son hechos aislados que no corresponden a las costumbres propias del pueblo Ngäbe-Buglé”, y el Congreso General de la comarca los “condena”, le dijo a Efe el presidente de este organismo, Raimundo Palacio. “Estos hechos se dan lugares montañosos, alejados, donde no hay señal de teléfono y donde la educación es casi nula, entonces se aprovechan de la ignorancia del pueblo y hacen sus prácticas, que no son religiosas, sino son fuera de lo natural”, explicó Palacio.

En el Congreso autóctono se enteraron de los hechos atribuidos a las sectas “por la denuncia de otros pueblos que se han enterado, pues la comarca es muy extensa” con 6.968 kilómetros cuadrados, agregó el líder político. “Lo que hemos escuchado es que se introducen personas ajenas a nuestra comarca, sin nuestro consentimiento (supuestamente adoctrinan a los nativos), y se van como si nada hubiese pasado”, dijo a Efe Clementina Pérez, una de las líderes de la Iglesia Mama Tatda en el campamento Kiat, situado cerca del río Tabasará, sagrado para esta iglesia, y la ruidosa carretera panamericana.

Esa versión la sostuvo Faustino de Gracia, uno de sus portavoces, durante una reunión con representantes de la iglesia. “Hay personas que vienen de afuera a hacer daño a nuestra comarca, porque el Gobierno lo permite y les da permiso, y luego dice que somos culpable los pueblos indígenas de Panamá”, reclamó Pérez. El presidente del Congreso Ngäbe Buglé señaló que los sucesos violentos tienen relación con grupos “que de pronto se han levantado recientemente, sin saberse los motivos, por qué o quienes, pero que han querido involucrar a iglesias evangélicas y la Mama Tatda”.

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7. El líder de Nxivm: para unos, hombre de paz; para otros, psicópata y depredador sexual.

FUENTE: El País

 

 

“Un depredador sexual”. “Un hombre brillante”. “Un psicópata”. “Un promotor incansable de la paz en México”. Así describen varios antiguos seguidores a Keith Raniere, líder de Nxivm (se pronuncia Nexium), un grupo señalado por la Justicia estadounidense como una secta sexual que esclavizó, abusó y marcó sin anestesia a decenas de mujeres. Raniere ya fue declarado culpable de siete cargos que incluyen posesión de pornografía infantil y tráfico sexual por un jurado el año pasado y está a la espera de ser sentenciado en Nueva York el próximo 27 de octubre.

Tal como recuerda Elías Camhaji en este reportaje en el diario español El País, la Fiscalía pide cadena perpetua y la defensa, una pena reducida de 15 años de prisión. Para sustentar sus peticiones, ambos bandos han pedido a las personas que pasaron por la organización que escribieran cartas, en un retrato epistolar que ha dejado dos facetas contrastantes: la del “gurú” que destruyó vidas y familias, y la del “genio” que terminó “injustamente” en la cárcel.

“Para que su carta sea lo más efectiva y convincente, usted debe hablar de una cualidad única que a su criterio refleje mejor los atributos positivos de Keith. Por favor sea específico y dé tantos detalles como sea posible”, se lee en un documento de recomendaciones al que tuvo acceso El País enviado por Brafman y Asociados, la defensa de Raniere, en septiembre del año pasado. “Su carta debe ser honesta”, insisten los abogados, al tiempo que piden abstenerse de dar opiniones sobre “las injusticias del sistema de justicia penal” o “por qué usted piensa que Keith no hizo nada malo” y de compartirla en redes sociales.

“Usted debe hablar de corazón sobre cómo esta investigación y este juicio han afectado su vida”, se agrega en tres páginas de sugerencias para abogar por el líder de Nxivm, que se fundó en 1998 y llegó a tener más de 18.000 clientes principalmente en México, Estados Unidos y Canadá. El compilado de cartas favorables ha quedado clasificado de momento, pero algunas han sido parafraseadas o citadas en un memorándum de la defensa.

El juicio contra Vanguardia, como se hacía llamar entre sus simpatizantes, destapó una serie de atrocidades y escándalos: sexo con una menor mexicana a la que llamaba Virgen Camila; el encierro en un cuarto de Daniela, la hermana de la víctima, durante dos años; la creación de DOS —un harén secreto con alrededor de un centenar de mujeres que eran reclutadas con engaños—, y una base de seguidores ricos, poderosos y dispuestos a mentir y amenazar para encubrir sus abusos.

“La tortura física y emocional que mis hermanas tuvieron que soportar no debió permitirse que le pasara a nadie. Mi familia aún sufre por él… es una amenaza para la sociedad”, dice Adrián, familiar de las víctimas, que fueron centrales en el caso, en una carta presentada por la Fiscalía. “Keith hizo cosas inhumanas a mis hijas a mis espaldas (…) se llevó la frescura de mis niños, su espontaneidad, su curiosidad, su amor propio”, afirma la madre.

Para dar un giro a la imagen de su cliente, la defensa optó, entre otros argumentos, por recordar los supuestos planes que Raniere tenía para frenar la inseguridad en México. “Keith nos enseñó mucho sobre violencia, miedo y apatía. Mi experiencia sobre él es que era un hombre brillante e inteligente que entendía a la gente, al mundo y a sus problemas”, sostiene en su carta Wayne LeBarón, miembro de un clan de mormones disidentes en el norte del país que ha tenido notoriedad tras ser víctimas de varios crímenes trágicos, como la masacre de tres mujeres y seis niños a manos del crimen organizado el año pasado.

La relación de Raniere con los LeBarón se remonta a 2011, cuando Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas (1988-1994) y principal socio de Raniere en México, promovió la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, que viajó por el país para exigir el fin de la violencia junto a figuras como el poeta Javier Sicilia y a Julián LeBarón, familiar de Wayne. El documental “Encender el corazón”, producido y pagado por Nxivm, también utilizó como figura central a los LeBarón para hacer un alegato pacifista al mismo tiempo que promovía a Raniere.

El testimonio de Enrique Moreno, otro mexicano, apuntala el relato “heroico” del líder de Nxivm, que “dejó la seguridad de su hogar” para mudarse a Santiaguito, “una peligrosa y deteriorada chabola a las afueras de Ciudad de México”, según los abogados. “Las herramientas que se me dieron cambiaron mi vida de golpe”, dice José Manuel Ospino, un costarricense que asegura que pudo superar el síndrome de Tourette gracias a Raniere, haciendo eco de uno de los argumentos más comunes entre sus seguidores para defender “el carácter científico” de sus teorías.

“Keith ha sido mi amigo, mi socio y mi maestro desde hace más de 10 años, cuando lo conocí me pareció un tipo muy inteligente, chistoso, humilde”, cuenta vía telefónica Eduardo Asunsolo, uno de los pocos mexicanos que mantuvo contacto con Raniere desde que está tras las rejas. Asunsolo decidió escribir porque considera que “el juicio fue una farsa”, que se fraguó cuando Mark Vicente y Sarah Edmonson, dos de las personas de más alto perfil en la organización, idearon un plan para llevar a Raniere a la justicia. “Me invitaron a una campaña para difamarlo cuando se enteraron de DOS, años antes del juicio me dijeron que iban a ir a los periódicos a inventar y a exagerar sobre una trama de tráfico sexual”, asegura.

Asunsolo, calificado por ex compañeros como un defensor abnegado, recibió por correo electrónico instrucciones de Raniere en enero pasado, seis meses después del veredicto de la corte, para que organizara un concurso con recompensas de hasta 25.000 dólares para quien encontrara inconsistencias en el caso, según el sumario judicial. Él responde que el concurso será para quien encuentre evidencias y ha retado a la Fiscalía a firmar una declaración jurada sobre la probidad de su trabajo en el caso.

“No me puedo creer este cuento de terror”, señala Asunsolo, que dirige la organización Make Justice Blind —que aboga por personas encarceladas injustamente— y The Forgotten Ones, un grupo que baila afuera del centro donde está detenido Raniere para protestar contra el sistema penitenciario de EE.UU. Ambas iniciativas, igual que Encender el corazón o un notorio evento con el Dalai Lama, son calificadas por los detractores como una maniobra publicitaria a favor de Raniere. “Siempre se piensa que hay una mano negra cuando Keith está detrás de algo”, contesta.

El juicio también ha revelado cartas enviadas por dos bufetes mexicanos contratados por Nxivm para amedrentar a las primeras mujeres que dejaron el grupo de esclavas: “Mis clientes quieren darle la oportunidad para cooperar y minimizar el impacto que esto tenga en su vida. Las investigaciones criminales van a aumentar en cantidad y minuciosidad, y no van a parar hasta que se haga justicia”, se lee en uno de los documentos, que fue redactado por el propio Raniere y Clare Bronfman, su brazo financiero y heredera de Seagram. Hay, incluso, una misiva con medidas cautelares impuestas por un ministerio público en México.

“He visto y leído que en los últimos dos años los medios retratan a Clare como una persona fría, despiadada y malvada”, escribe Edgar Boone, el mexicano con el grado más alto y antiguo miembro del consejo de la organización, “en mi experiencia ella tiene un deseo profundo de ayudar a los demás”. “Siempre echaba una mano y daba oportunidades para que la gente pudiera vivir mejores vidas”, apunta Carolina López Patiño, una bailarina que ha trabajado con Anima Inc, una empresa de espectáculos en Ciudad de México que tuvo como socio a Raniere.

Las cartas de otros miembros de la cúpula mexicana de Nxivm, con vínculos a la política y a la farándula, han brillado por su ausencia, al menos en la versión pública de los documentos. Otros han tomado la oportunidad de escribir como parte de su emancipación del grupo. “Era un narcisista manipulador… una figura mesiánica”, afirma Ivy Nevares, ex pareja de Raniere y colaboradora cercana por más de 15 años, en su blog. Nevares, que presentará una declaración en la audiencia de sentencia de Raniere, explica que en la filosofía del grupo “no existen las sectas ni las víctimas” y “la victimización es una decisión”, lo que lo hace un “depredador” peligroso.

Los que han hablado son los menos. La presentación de las cartas llega en un punto en el que la mayoría sigue haciendo un corte de caja sobre su paso por Nxivm, la ponderación entre lo aprendido y los crímenes del líder, su papel como víctimas y victimarios. Hay confusión, enojo, culpa y miedo, cuentan antiguos miembros. “The Vow”, el documental de HBO, detalla cómo personas exitosas e inteligentes acababan seducidas y el difícil proceso de abandonar la comunidad, pero deja a los mexicanos completamente fuera de la historia. Fue en México donde el grupo obtenía más ingresos; donde tres familias de ex presidentes tomaron cursos; donde Raniere huyó en 2017 y fue capturado en 2018; de donde eran la mitad de los colaboradores más cercanos al líder, pero también donde no ha habido ninguna consecuencia legal contra el grupo. Será la misma corte que llevó a juicio a El Chapo y a Genaro García Luna la que condenará a Raniere, a 3.000 kilómetros de la frontera.

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8. Cómo el grupo MenteUno crea dependencia a través de “Un Curso de Milagros”.

FUENTE: RedUNE

 

 

Recientemente, la asociación española RedUNE ha publicado un testimonio sobre el grupo MenteUno, que gira en torno al libro Un Curso de Milagros. Está firmado por Mari Mar Gutiérrez. Por su interés, lo reproducimos a continuación.

Todo comenzó cuando escuche ciertas frases: “nada es lo que ves “, “nada es real,” “no podemos elegir aprender”, “no somos un cuerpo, somos libres”. etc. Frases del denominado “curso de milagros”. Entonces empecé a comprender los cambios de actitud en mi pareja, que desde hace 10 años lleva estudiando dicho libro.

Él buscaba ayuda para combatir sus adicciones y no sé en qué momento recibió este libro. Al no comprender dichas frases sin sentido le ofrecieron hacer un cursillo para su estudio y comprensión. Muchas de ellas son contradictorias y no se pueden entender porque son irracionales. Provocan un sentimiento de inferioridad y de falta de inteligencia.

Se comprometía cada día más con los “cursos de milagros”, como una necesidad imperiosa que no podía parar. Desembolsando mucho dinero, y acudiendo a reuniones presenciales en Madrid en la sede de MenteUno. Le acusaban de retraso en el entendimiento de los cursos, lo que le originaba ansiedad en la memorización de frases para su repetición cada 15 minutos .Por ello nuestra convivencia diaria, estaba marcada por estas interrupciones incongruentes e irracionales.

Comprendí que estas circunstancias no eran normales. Pues pasó de tener planes de vida, ganas de vivir e ilusiones, a pensar que si las cosas no llegaban en su momento, era porque no estaban en el plan divino. Estas obsesiones le llevaron a una desidia personal, a no cuidarse, a fumar y a beber mucho más que antes. Y sobre todo a encerrarse en sí mismo. Las obras de la casa donde íbamos a vivir se quedaron a medias, porque un arquitecto perteneciente a MenteUno le aseguró que no valía la pena renovar el tejado, en una casa vieja.

La relación con este colectivo hizo que dialogar y respetar la pareja fuera nula por su parte. Pues aplicaba las recomendaciones inspiradas por ellos: “es mejor tener paz, interior que tener razón”. Esto siembra la falta de armonía y convivencia en la pareja, para no luchar ante los problemas cotidianos. Dejar morir sin luchar y lleva al desapego, para no sufrir. Y crean un sentimiento de inferioridad y de falta de inteligencia. Así difícilmente podrás llegar a las metas que te propongas.

Comencé entonces a investigar a MenteUno, buscando motivos y explicaciones. Quise contactar con los maestros, para saber quiénes eran. Y ninguno me daba referencias ni titulación en psicología y los alumnos a quien pregunte no me dieron razones, ni conocían de repente a sus maestros. Eso sí, todos eran divorciados, ausentes, alejados de las familias y sin vida propia.

Recibíamos mensajes cada rato de los grupos y gente de MenteUno, con preguntas sobre frases absurdas. Teniendo que responder en el momento. O sea, una dependencia absoluta de los que manejaban los grupos. La cuestión era tan surrealista, que hasta nos llamaron un domingo por la noche en el cine y tuvimos que salir, para atender una frase de una mujer. Lo que quería era llamar la atención e interrumpir la vida familiar de quien sea. Cientos de mensajes en el teléfono a cualquier hora. Algunos de ellos solo eran Namaste y corazones.

Un día decidí acudir yo también a una reunión, a pesar del precio de 800 €, con la intención de saber más de cerca lo que allí se cocía. Unos días antes me negaron la asistencia diciéndome que los cónyuges podrían poner en peligro el juego de las “almas gemelas”. Resulta que en ese juego se rifan con quien debes pasar la noche, con intención de poner en evidencia los instintos sexuales. Que para MenteUno y el curso de milagros, son instintos milagrosos. La mayoría de estas personas son adultas, pero viven situaciones de profunda vulnerabilidad. La persuasión coercitiva que generan desde el grupo, bien teledirigido por los responsables de dicha organización, provoca una fácil intimidación. Con ello consiguen no percibir las verdaderas intenciones de este endiablado manipulador montaje.

Este proceder para mí, tiene un nombre: abuso sexual y de la debilidad. Ello casi terminó con nuestra relación. Seguí investigando y haciendo preguntas inoportunas a los miembros del grupo, hasta que un día recibí una nota por mail: “Usted no es persona grata para nuestra asociación y no nos hacemos responsables de su integridad física”. Pensé que debía denunciar estos hechos, pero seguí investigando. Mientras mi pareja se apuntaba a más cursos.

Llamé al colegio de psicólogos de Madrid, donde hay un departamento solo para estos casos (me trasladaron algunas informaciones correspondientes a otros afectados). Igualmente me confirmaron que no tenían constancia de ninguno de “estos maestros” como afiliados al Colegio. Por lo tanto, sin número de colegiado ni acreditación oficial.

Ahí empezó mi lucha contra este gran fraude. Es a nivel internacional. La señora Hilda Cristo se permite dar clases de amor infinito. Andrés Rodríguez y Alma Sanz, los maestros directivos de MenteUno, bígamos y con una sexualidad retorcida, se permiten dar cursos también de amor. Un amor falso basado en normas milagrosas cuando para ellos el amor de pareja no tiene valor en sí. Estos maestros han arado la mente de cientos de personas para sembrar el ego distorsionado.

Hay muchos otros temas por los que considero que MenteUno es criminal para cualquier persona. Realizan días de ayuno, porque necesitan mentes débiles y poco alimentadas. Con ello consiguen manipular al mismo grupo, para evitar conflictos. Todo ocurre porque la mente lo busca. Así les provocan culpabilidad en todo lo que hacen o dejan de hacer.

En una ocasión durante unas vacaciones, se colapsó el internet en el hotel y mi pareja se quedó sin una clase. Le llamaron por teléfono diciéndole: “tu mente está rechazando esta reunión por algún motivo. Piensa bien porque tienes que seguir educando su mente”. Esta es una estrategia muy clara, para provocar culpabilidad en las personas.

Muchas de estas situaciones me están afectando y me están convirtiendo también en víctima. Denuncio a MenteUno de acoso psicológico y abuso a la debilidad, de daños a terceros. También de estafa con ánimo de lucro. Aprovechamiento de las circunstancias, para manipular y dañar provocando dependencia en las victimas. Destrucción de parejas con intenciones lucrativas para los maestros. Los acuso también de ser la ruina económica pasando por encima de todo. Organizan los encuentros poniendo un precio global de 800 o 1000 € cuando las habitaciones del hotel valen solo 40 y además ayunan.

Podría seguir contando mucho más para explicar cómo niegan la realidad. Ya que nada es real, ni el amor ni el trabajo. Ni las enfermedades que normalmente se las crea uno, porque su mente las desea. Llegué a oír que mi padre había elegido enfermar de cáncer y morir. O cuando mi hija sufrió un aborto, oí que su mente había elegido que su bebe debía morir y que el bebé eligió mentalmente morir. Culpar a las personas e infundir el miedo para hacerles sufrir, esta es su receta para seguir acumulando dinero que apenas pasara en la declaración de hacienda. Manipulación criminal en su estado puro. Con mi testimonio quiero abrir un camino para que esta gente acabe ante los tribunales. Y quiero ayudar a prevenir y evitar todo este dolor a otras familias.

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9. El lado sectario del consumo de ayahuasca.

FUENTE: El Confidencial

 

 

“Lo han ingresado en el pabellón psiquiátrico”, nos confiaron hace unos pocos días. Varón, algo más de cincuenta, recientemente divorciado, del norte del país, antecedentes de trastornos mentales... Y lo que es más importante, lo que agravó su estado mental y desencadenó su internamiento guarda alguna relación con la ingesta de ayahuasca en el sur de Andalucía, donde había viajado para trabajar en el sector turístico. Conocemos más detalles personales y algunas circunstancias más de lo que acaeció, pero los omitiremos por voluntad de sus allegados. Anteayer nos confirmaron que respondió a los antipsicóticos y, aunque aún está en proceso de recuperación, fue dado de alta. Ya no es “el elegido”. Así comienza el reportaje de Ferrán Barber en El Confidencial.

Lo que sintió su entorno familiar a su regreso a casa en el valle del Ebro, con la razón quebrada, fue estupor. Primero, por la situación en que se hallaba. Y segundo, porque desconocían que había estado flirteando con la ayahuasca. En realidad, ni siquiera tenían claro qué es ese “mejunje alucinógeno” que la gente vincula muy fundadamente a los aborígenes de la Amazonia. El también llamado ‘daime’ es un preparado indígena que combina la ayahuasca propiamente dicha (‘Banisteriopsis caapi’) con una segunda planta que puede ser ‘chacruna’(‘Psychotria viridis’) o en el caso del ‘yagé’, la ‘chaliponga’ (‘Diplopterys cabrerana’). Es la interacción de los principios que contienen ambas lo que produce los efectos psicotrópicos, de los que es culpable un alcaloide conocido como DMT (abreviatura de dimetiltriptamina). No es la ayahuasca o hierba de los muertos la que contiene el DMT, sino esa segunda planta con la que se empareja.

Acostumbra a convenirse que no es una droga recreativa, porque la gente no se “coloca” con fines exclusivamente lúdicos. De hecho, lleva asociados ciertos efectos adversos que, en el mejor de los casos, producen vómitos o alguna clase de disforia. Tanto en su contexto original como en el de los rituales de las iglesias ayahuasqueras presentes en España, la ingesta es interpretada por sus usuarios como una experiencia trascendente y espiritual a la que se atribuye cualidades curativas.

Adornos espirituales

Para sus detractores, sin embargo, toda la retórica sobre sus propiedades taumatúrgicas son sólo patrañas utilizadas para legitimar su uso fuera de su contexto original. En otras palabras, la supuesta ampliación de la conciencia que, según sus apologetas, produce el DMT al actuar sobre el córtex cerebral es para sus censores un delirio lisérgico semejante al del LSD, que origina eventualmente episodios psicóticos como el del varón recientemente ingresado en unos servicios psiquiátricos del norte del país.

Se da por hecho que la situación emocional y personal de esta reciente víctima colateral de la ayahuasca lo hizo más vulnerable, y también más proclive a experimentar con ello. Ha terciado en su caso tanto la Guardia Civil como uno de esos colectivos que combaten a las sectas, aunque eso no significa en absoluto que de lo sucedido puedan derivarse responsabilidades penales para quien o quienes le vendieron la planta sin cerciorarse antes de que no tenía antecedentes de enfermedades mentales.

En todo lo que concierne tanto a la adquisición y uso de la planta como a las presuntas prácticas sectarias de algunas de las iglesias que se sirven de ella en sus rituales, el ordenamiento jurídico es un cenagal que algunos llaman “limbo”. Es en los resquicios de esa “alegalidad” donde se mueven los consumidores del potingue y quienes han convertido su venta en un lucrativo chiringuito. Una sesión suele costar entre 60 y 120 euros, a menudo más cuando se acompaña de un retiro.

La supuesta “víctima” aún sostiene que la ingesta le ha ayudado a lidiar con los trastornos ya anteriores al consumo de estas plantas. “Se me han quitado las paranoias que tenía”, asegura. Claro que esta percepción subjetiva acerca de su propio estado no es compartida por todos los que le rodean. Uno y otros tienen el beneficio de la duda. También la percepción sobre la salud mental de alguien es una ciénaga donde compiten miles de interpretaciones no siempre objetivables. Sin embargo, hay algo que resulta obvio: su reciente romance con el brebaje amazónico estaba contraindicado, dados sus antecedentes. Alguien le hizo un flaco favor introduciéndole en el mundo de los psicotrópicos. ¿Convierte eso a la ayahuasca en un combinado de hierbas malignas que causa estragos en las mentes de quienes las frecuentan?

Lo que dicen los defensores de la sustancia

“Lo que le ha sucedido a esa persona no es lo habitual”, dice el psicólogo clínico José Carlos Bouso. “Lo más común es que cuando se producen estos episodios de psicosis puedan ser controlados en unas pocas horas con antipsicóticos como Olanzapina o Risperdal. Existen casos en los que hay que mantener el tratamiento durante meses, incluso en ausencia de síntomas, pero al final el problema remite. Además, nos falta información porque es muy raro que alguien sufra su primer brote a los cincuenta años y que esta cronifique. El problema debuta ya en la adolescencia o en la juventud”. Y en efecto, existían antecedentes en su caso.

Bouso es doctor en farmacología y director científico de la Fundación ICEERS. Hace años que su voz intenta resquebrajar la “narrativa” de quienes condenan esa droga amparándose en casos como el mencionado. Dentro de algunos días, comenzará a divulgar un documento con la finalidad de dar a conocer los potenciales usos terapéuticos y de otro tipo de la hierba. Y contarán para ello, entre otras cosas, con varios testimonios de chamanes, también llamados 'facilitadores' en el argot de las iglesias ayahuasqueras, y entre ellas, el Santo Daime, una de las que han sido puestas en entredicho por la organización RedUNE de lucha contra las sectas.

Significativamente, las presentaciones de Barcelona y Madrid tendrán lugar en el Departamento de Salud de la Generalitat y el Museo de Antropología. Ello no significa que sus anfitriones avalen las tesis de los investigadores, pero, en su opinión, sí es una garantía del carácter riguroso de la investigación que van a dar a conocer. Un manual sobre el correcto uso de la ayahuasca divulgado hace algunos años fue también financiado por la Administración de Catalunya. Deliberadamente o no, las conclusiones que, según Bouso, sustentan sus estudios vienen a blanquear el consumo de esta droga psicotrópica con fines terapéuticos y a otorgar garantías a sus consumidores, siempre y cuando, precisan los investigadores, la ayahuasca se administre y se ingiera bajo ciertas condiciones.

“Acabamos de enviar un trabajo al Journal of Clinical Psychopharmacology, donde recogemos siete de estas experiencias psicóticas y las seguimos en el tiempo. Ninguna conllevó secuelas: cuatro de esas personas mejoraron su sintomatología psiquiátrica previa y tres se quedaron como estaban. Experiencias difíciles ocurren a menudo. Por eso no es una droga de recreo. Las reacciones de ansiedad son las más comunes; las psicóticas, menos; y las beneficiosas, las más frecuentes. Ninguna práctica está exenta de riesgos, pero es responsabilidad de quien ofrece la ayahuasca el advertirlos”, asegura Bouso.

Control de los chamanes

Y ese es justamente el problema al que se aferran los detractores de la hierba y las personas que han sufrido esas experiencias negativas a las que Bouso no concede una relevancia estadística. “¿Quién puede fiscalizar a esos chamanes o facilitadores cuando los rituales se organizan fuera de un entorno científico?, ¿quién decide que están cualificados?”, argumentan los enemigos de la soga de los muertos. No hay nadie que otorgue títulos de chamanes fuera de los propios cultos sincréticos que se sirven del preparado con fines sacramentales y que acostumbran a acreditar, en el mejor de sus casos, su conocimiento, con algún documento firmado por un nativo. “Tampoco hay nadie que controle que se cumplan esas condiciones objetivas que los defensores de la hierba coinciden en que deben darse, lo que podría dejar la puerta abierta a los abusos, a los accidentes y, a juicio de algunos, a las sectas destructivas que la utilizan en sus rituales”, aducen.

“Somos bastante ecuánimes y desde luego, no nos ganamos la vida organizando ceremonias”, argumenta el director científico del ICEERS. Lo que hemos hecho es valorar toda la evidencia científica, en lugar de, como soléis hacer los periodistas, recopilar los casos de efectos negativos más anecdóticos y resaltarlos como principales. Ocurre lo mismo con el cannabis. Es paradigmático cómo terminan popularizándose sus posibles efectos adversos anecdóticos”.

Tras investigar y, según sostienen, caracterizar la seguridad de la ayahuasca en laboratorio, lo que su equipo estudió es lo que sucede en el cerebro y sus consecuencias a largo plazo. Más tarde, fueron a ceremonias para ver qué efectos tiene en personas que la toman por primera vez en entornos naturalísticos. Y lo que hallaron fue que la mayoría de la gente considera que posee efectos terapéuticos. ¿Llegaría a la misma conclusión una investigación basada en una encuesta entre la clientela de la Virgen de Lourdes y sus percepciones subjetivas sobre los efectos curativos del agua bendita?

Bouso y algunos de sus colegas de la comunidad científica tienen muy claro el potencial terapéutico de la decocción y discrepan, estudios en la mano, con quienes se refieren a ese tipo de ensayos y a las terapias alternativas a las que dan cobertura intelectual como elucubraciones de la pseudociencia o placebo. “Entender la sanación como un efecto de los alcaloides es justamente la concepción generalizada dentro de la Medicina. Es decir, tú tienes un psicofármaco que actúa sobre el cerebro y produce una curación. Eso es falso. En Psiquiatría, no hay un solo fármaco que cure nada. En el mejor de los casos, encubren los síntomas y, en el peor, dan lugar a largo plazo a efectos secundarios entre los que se incluye, en el caso de los antidepresivos, el suicidio y el homicidio y, en el de los antipsicóticos, síndromes metabólicos que reducen la perspectiva de vida. No parece que haya mucha gente dispuesta a ahondar en ello del modo en que cuestionan las potencialidades terapéuticas de la ayahuasca. A lo mejor, la verdadera pseudociencia es la Psiquiatría, dado que no se basa en un modelo etiopatogénico claro sobre cómo se producen los trastornos mentales”.

Malos viajes

Que ocurren “accidentes” es un hecho y que algunos son de gravedad, también. “A lo largo de los meses que yo tomé ayahuasca casi a diario sufrí varios episodios psicóticos”, nos revela María B. (nombre figurado) desde Madrid. Esta joven de 28 años de algún modo encaja de algún modo en la clase de testimonios de las que, según Bouso, se sirven los periodistas para establecer categorías a partir de la anécdota. ¿Debería acaso restarse relevancia a historias tan significativas como la de esta chica? “Una de mis amigas fue a dos ceremonias de ayahuasca y a una de psilocibina y estuvo dos meses internada en un psiquiátrico. Eso fue muy impactante. Es cierto que no es lo habitual el que se tenga que ingresar a la gente, pero sí es muy común que la gente padezca breves episodios de psicosis que duran solo algunas horas y que normalmente no transcienden. He tomado LSD y nunca he perdido la conciencia de mí misma, tal y como me sucedió con la ayahuasca. Recuerdo que miraba mi brazo y no sabía de quién era. No reconocía mi propio cuerpo así que, llegada a cierto punto, pensé que había muerto o que me había quedado en el viaje”.

También María es licenciada en Psicología. “Supongo que los efectos dependen de tu estructura de personalidad. En mi caso puedo garantizar que no hay antecedentes psiquiátricos conocidos en mi familia. Y conste que, aunque yo no volvería a tomarla, no me opongo a su uso, y menos todavía a que se investigue su potencial terapéutico en un entorno científico. Tampoco la recomendaría, aunque admito que hay situaciones neutrales en las que te afecta muy poco. ¿Sabes? No es lo mismo que la ingiera un muchacho medio perdido de veinte años que un adulto de cuarenta con los pies en la tierra para quien su consumo no es nada transcendente. Lo peligroso no es aceptarla como lo que es, una experiencia, sino engancharse a ese discurso de sanación que venden algunos de los grupos que la administran”.

El grupo al que María pertenecía es conocido, entre otros nombres, como Inner Mastery o Ayahuasca Internacional. Es también el más abiertamente cuestionado por organizaciones como RedUNE por su supuesta orientación sectaria, en el peor de los sentidos. Antes que una damnificada del mejunje alucinógeno propiamente, la madrileña cree que fue víctima de ese grupo y de su líder argentino Alberto José Varela. Su nombre y el de su grupo siempre sale a relucir cuando se habla de sectas destructivas de la ayahuasca y malas praxis. El presidente de RedUNE, Juantxo Domínguez, también pone en entredicho a la iglesia ayahuasquera del Santo Daime, un culto sincrético que surgió en el estado brasileño de Acre, en la Amazonia, en los años 30 del pasado siglo.

Las locuras del 'pibe'

“¿Que si Inner Mastery es una secta? Por supuesto que lo es”, nos comenta María. “Fui por primera vez como cliente al grupo de Varela cuando tenía 23 años y pagué 520 euros por estar con ellos de jueves a domingo. En teoría, no pagaba por la ayahuasca sino por el hospedaje y la comida vegana. Dos años después, me contactaron por Facebook y me dijeron que necesitaban gente porque estaban expandiéndose y creciendo mucho. Fui con ellos, hice la formación para poder manejar las ceremonias, y entre tanto, iba pagando por los cursos, que además son carísimos. En uno de esos retiros sufrí un grave brote psicótico de ocho horas que ellos interpretaron como les dio la gana. Después, me uní a su comunidad de lleno y comencé a hablar como Varela, a pensar como Varela, a creer en las cosas que Varela cree, y deje de ser yo misma y de hacer lo que antes hacía”.

El dinero, según María, juega un importante rol en la ecuación de la secta ayahuasquera del argentino. “No me daba cuenta de que me estaban explotando. Nos hacían consumir ayahuasca casi a diario y me pasaba todo el día haciendo labores de proselitismo y captando a más gente. Me hacían pagar por el alojamiento unos 250 euros al mes y me daban un 5 % de comisión por los ingresos de la gente que captaba, así que no solía ganar más de trescientos euros mensuales. Hay que entender que me pasaba el día entero pegado al móvil, en las redes sociales, porque dependía de ello el comer y ganarme el sueldo. Si había tiempo libre, te ponían a trabajar fregando el suelo o limpiando los vómitos de los demás. Es importante que no pienses. No hubo abusos, pero Varela era muy sexual. A veces, proponía cosas raras como andar como una prostituta para empoderarse. Locuras. Aunque nunca llegó a tocarme”.

¿Se produce, en efecto, alguna forma de persuasión coercitiva? “Naturalmente que sí”, dice la madrileña. “La gente está permanentemente traumatizada y sometida a un bombardeo emocional. Que si la sanación, que si la conciencia, que si el trabajo físico incesante y luego, drogándote cada día. De manera que no tienes tiempo de pensar. Te hacen sentir culpable por todo. Si no quieres probar una nueva droga es porque quieres sabotearte y te niegas a abrir un camino nuevo de tu mente”.

Ocho meses estuvo María en la comunidad hasta que uno de esos malos viajes —un eufemismo para describir un brote sicótico de ocho horas— la instaron a reflexionar sobre qué estaba haciendo con su vida y su cerebro. ¿En qué clase de lugar puede recomendarse a las personas que consuman diariamente un alcaloide, por potencialmente terapéutico que eventualmente pudiera ser en ciertos contextos? “Ni una sola de las personas que pasaron allí más de un año mantenía relaciones con sus familias o amigos. ¿Te parece eso poco sectario?”.

La chica rompió amarras con el grupo hace ahora año y medio, y pese al resquemor y el propio sentido de culpabilidad que dice que le produce su responsabilidad individual en la experiencia, dice ser capaz de discernir entre “la secta de Varela y la ayahuasca” cuyos efectos negativos dependieron, en buena medida, del contexto pernicioso en el que se administra. “Yo no pienso que la ayahuasca en sí misma sea perjudicial... Por el contrario, creo que podría ser beneficiosa para cierto tipo de personalidades”.

Siempre en grupo

Claro que, ¿es posible separar el entorno de consumo de un brebaje que solo se administra en comunidad y que es a menudo importado y comercializado por los propios grupos? Visto así, el consumo de la droga en un acto de fe en el chamán y el grupo a quien pertenece, que es quien en la práctica vende el 'pack' de hierba con espiritualidad.

Bouso, una vez más, discrepa acerca de la relevancia del fenómeno sectario. “Ignoro si lo de Varela es sectario o no. No hemos hecho investigación ni hemos trabajado con ellos. Pero esos grupos están muy lejos de ser sectarios por mucho que sean religiones. Es difícil entrar, pero muy fácil salir. Los periodistas sois buenos encontrando a los padres de los chicos que mueren en una fiesta tras consumir alguna droga y sacando conclusiones rápidas. Como cuando aparece el chavalito en Proyecto Hombre contando las cosas terribles que le ha hecho el cannabis. Y es lo que estáis haciendo con la ayahuasca. Cuando se toman grupos minoritarios como ejemplo se da a entender que son la norma. La norma es lo que hemos publicado en nuestro informe, en el que hemos entrevistado a 380 personas utilizando indicadores de salud pública y sin ocultar los efectos negativos”.

El equipo de Bouso no ha trabajado con Varela, pero sí con uno de esos grupos a los que Juantxo Domínguez y RedUNE no dudan en calificar como sectarios, amparándose en los testimonios de varios antiguos miembros. “Es muy fácil calificar de secta al Daime o la Unión del Vegetal, ignorando que nacieron en Acre, un estado muy pobre donde no había acceso a los recursos sanitarios, y la religión y la medicina no están del todo diferenciadas”. A este respecto, Juantxo Domínguez aclara que cuando denuncia la actividad destructiva de estos grupos no lo hace en su contexto original brasileño, sino en el de la sociedad española, cuyos miembros no tienen necesidad de acudir a un chamán para buscar algún remedio a sus problemas. Tampoco, en su opinión, se está juzgando la ayahuasca.

“Hubo un programa que comparaba las iglesias ayahuasqueras a las sectas yihadistas en el paroxismo del delirio. Cogen cuatro cosas de internet y relatan una realidad que no se corresponde con lo que en verdad sucede. Las religiones ayahuasqueras no son sectas. El fenómeno se está juzgando con el tinte sensacionalista y sesgado de políticas de drogas que translucen paradigmas morales y no científicos.”, añade Bouso.

No se esconde

En efecto, todo el mundo conviene en que el juicio que merece la ayahuasca no depende de las malas praxis. Pero si el grupo de Varela descrito por María no es una secta, se le parece mucho. El argentino, de hecho, no se oculta. Su página de Facebook sigue promocionando cursos junto a memes espirituales en los que aparece de forma sistemática su rostro, fotografiado en escorzo mirando al cosmos. Entre el cocido místico de sus recetas para el crecimiento pueden leerse perlas de esta guisa: “Obediencia transformadora. Me dedico a cumplir cada una de las órdenes que recibo”. Y entre tanto, crecen en parejo su fortuna y las quejas de antiguos miembros.

Se desconoce cuál es la verdadera implantación de Inner Mastery, aunque de ser cierto lo que ellos mismo sostienen, su grupo ha experimentado un crecimiento sorprendente. ¿Puede considerarse insignificante o irrelevante en el conjunto del fenómeno las pautas de consumo que predican si muchos de sus usuarios se están acercando a la planta a través de esa organización?

El supuesto crecimiento personal que atribuyen la mayor parte de estos grupos a la decocción tiene que ver, entre otras cosas, con los efectos lisérgicos del principio activo del preparado en la corteza cerebral. “Es allí —nos dice Bouso— donde se producen los procesos psicológicos más elaborados que tienen que ver con capacidades propias de los humanos como reflexionar acerca del mundo, el sentido del yo y las relaciones ontológicas que establecemos con la realidad. Y allí igualmente reside el potencial terapéutico que se ha utilizado ya en el tratamiento de las adicciones. Ahora se está explorando sus posibles propiedades para hacer frente a la depresión”.

El psicólogo considera que lucrarse con la ayahuasca es algo muy complicado porque es preciso traerla de la Amazonia. Quizá el propio Varela pueda contradecirle. Se ignora la cifra precisa de consumidores que tiene en España está sustancia, aunque se conviene que ha experimentado un crecimiento significativo como droga psicotrópica y una parte relevante del mercado pertenece al argentino. En todo caso, si se consume, alguien tiene que proveerla. Según dice la responsable de comunicación de la campaña del ICEERS, “existen diferentes vías, pero lo más habitual es que la traigan de extranjis en la maleta la gente del Santo Daime u otros grupos procedentes del Brasil. Se han hecho muchas intervenciones en los aeropuertos y algunas personas han sido detenidas, pero en lA mayor parte de los casos han sido puestas en libertad porque existe un limbo legal. Se confisca el preparado y se libera al que lo trae”.

El DMT se halla dentro de la lista de la Convención sobre sustancias psicotrópicas de las Naciones Unidas y, por lo tanto, se halla sujeto a fiscalización internacional. Sin embargo, ese no es el caso de los preparados que contienen el alcaloide, según establece una carta específica del secretario del Consejo de la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE) del 2000. Existe, no obstante, un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de los Estupefacientes que recomienda a los Gobiernos adoptar medidas apropiadas y da por hecho que su uso tiene vinculado riesgos físicos y psicológicos. Ese mismo documento asume que el turismo espiritual es una magnífica coartada para encubrir el consumo de sustancias psicoactivas de origen vegetal.

¿Cuál es el caso español? Por un lado, de acuerdo con el Real Decreto 2829/1977, el DMT está incluido en la Lista I de sustancias cuyo “uso, la fabricación, importación, exportación, tránsito, comercio, distribución y tenencia, así como la inclusión en todo preparado” se encuentran prohibidas excepto para fines científicos. Claro que, según los defensores de la hierba, eso no afecta a las plantas que lo contienen. Ese parecer, sin embargo, es cuestionado por el abogado Carlos Bardavio, asesor legal de RedUNE. “La ayahuasca puede ser legal o no dependiendo de las circunstancias. Consumirla no es sancionable, pero el tema aquí es quién la provee, promociona o favorece”. En nuestro país, sostiene, la ayahuasca y sus preparados están incluidos en la lista de plantas cuya venta al público está prohibida o restringida debido a su toxicidad, según la Orden SCO/190/2004. Bardavio no tiene constancia, sin embargo, de que se haya producido una sola sentencia condenatoria por su tráfico o venta.

“Hay personas especializadas en sectas y que han estado haciendo bastante contrainformación con el tema de la ayahuasca. Yo he estado en contacto con esos movimientos y no he apreciado que funcionaran como sectas”, dice la periodista del ICEERS al cargo de la comunicación de la campaña. “El que haya ayahuasqueros con bastantes malas prácticas no significa que exista una parte sórdida de gente que se aprovecha y abusa para ganar dinero. A mi juicio, la asociación que hace esas malas prácticas es el grupo de Varela. Y hasta donde yo sé, ni siquiera entre ellos se produce el chupopterismo”, concluye. Ese parecer contradice abiertamente las denuncias de víctimas como María.

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10. Pseudoterapias: cuando la búsqueda de la felicidad se convierte en una esclavitud.

FUENTE: Leonoticias

 

 

Llegar a un estado de bienestar total se convirtió en una obligación, en una obsesión. Y en esa búsqueda de la felicidad ¡empezó mi infelicidad!». Lo cuenta Josep Darnés en la página 97 de su libro, pero bien podría ser el comienzo. El suyo, el de un ingeniero «con posgrados y másteres para aburrir», que tenía un buen trabajo y un buen sueldo. La primera crisis de ansiedad le sobrevino a los 25, cuando se dio cuenta de que «la vida iba en serio» y de que hasta entonces lo había tenido todo «muy fácil». Insomnio, intranquilidad, dudas, «comidas de coco»... que trató de parchear con «un buen chute» de antidepresivos. Lo cuenta Yolanda Veiga en Leonoticias.

«No sé qué coño me pasa», le dijo a la psicóloga el primer día de terapia. Y no lo descubrió en los 15 años siguientes, durante los que encadenó decenas de pseudoterapias en las que probó todo tipo de 'remedios' contra la infelicidad: desde golpear con los puños un colchón, hasta subir una montaña con una mochila de piedras a la espalda «que simbolizaban el peso de la vida», desnudarse delante de un supuesto 'médico' que le palpó los testículos, caminar durante una hora con los ojos vendados, apalear unos sacos durante dos horas con un trozo de manguera gruesa, un viaje de dos meses a Guinea Ecuatorial o retozar con un grupo de desconocidos en unos colchones cubiertos por unos plásticos sobre los que el gurú de turno vertió «cantidades increíbles de lubricante» que les empaparon de pies a cabeza.

Josep, natural de Figueras, pasó esos años «hiperterapiado» y en una suerte de «montaña rusa hipnótica entre la lucidez y la idiotización». Relató su experiencia en La burbuja terapéutica (Arpa), probablemente el ejercicio más catártico tras su infructuoso periplo siguiendo a «charlatanes de andar por casa».

Han pasado dos años desde su publicación, pero todavía le escribe gente contándole cosas parecidas a las que él vivió –«a una chica directamente le advertí: '¡Sal por patas!'»–. Víctimas de «vendehúmos» que le hicieron «falsas promesas». Y caras, porque se gastó «más de 20.000 euros» en cursos, retiros y experimentos en busca «del Santo Grial», esa ansiada felicidad que nunca llegó a palpar. «Si la ansiedad era fuego, el remedio era intentar apagarla con gasolina», describe gráficamente.

Enrollada en una alfombra

Comparte el símil Vicente Prieto, psicólogo del gabinete Álava Reyes de Madrid. En su consulta ha escuchado decenas de relatos parecidos y otras «historias de terror». «Llegó una chica que decía que tenía agorafobia. Eso le había dicho la persona con la que contactó, que ni era psicólogo ni estaba colegiado, ni nada. El tratamiento consistió en enrollarla dentro de una alfombra y estirarla luego para que saliera rodando. Le explicaron que esa acción simbolizaba el renacer.

Pero resulta que esa chica no tenía agorafobia, había sufrido una pérdida muy dolorosa y su madre se había hecho cargo de ella y de su hijo, de manera que esta mujer ni llevaba al niño al colegio, ni cocinaba, ni trabajaba, casi no salía de la cama... Eso no es agorafobia, sino una dependencia física y emocional brutal de su madre. Aquel tipo le dijo que sufría agorafobia porque así la podía retener, era su único contacto con el exterior, dependía de él. Lo que trabajamos con esa mujer fue que poco a poco fuese responsabilizándose de su hijo y de ella misma, porque estaba abandonada. Al cabo de dos meses ya estaba trabajando de nuevo y tomando las riendas de su vida».

Entiende el especialista a esa mujer que se fio de alguien que no merecía su confianza, y también a ese chico «enganchadísimo al tabaco y a los porros» que probó lo que aquel gurú le vendió como un remedio infalible contra su adicción por «un pastón»: «Le ataba unas pesas a las muñecas y le daba pequeñas descargas eléctricas, pero pasó un mes y el chaval seguía igual».

Comprende Prieto que se prestaran a esos extravagantes 'tratamientos' porque «la gente, cuando está en un estado de vulnerabilidad y desesperada, prueba de todo». Y cae a veces «en manos de esa publicidad engañosa que te promete que en quince días te cura la ludopatía o la depresión, que asegura que con una charla del maestro espiritual solucionarás tu anorexia o que promete curar el cáncer con aromaterapia, o que te dice que si te pones no sé qué crema en la mano eso hace que cambie tu temperatura corporal y vas a flotar. Y no es así. Nunca es así. Si quieres aprender a relajarte, vete a yoga, que un profesional te enseñará a respirar. Pero no hagas caso y te eches esa crema que, en el mejor de los casos, simplemente no te hará nada».

La pastilla de Matrix

Desconfíe, insiste el psicólogo, «de esas promesas que lo ponen todo tan fácil, porque esa es una de las características para captar a la gente, que garantizan que todo se logra con poco esfuerzo». Y eso es un engaño, asegura: «Ves sus webs, que por cierto desaparecen temporalmente cuando les denuncian, y te das cuenta de que esas personas no tienen la formación adecuada para hacer tratamientos de esa envergadura. Cualquier médico, enfermera, psicólogo... debe estar titulado y colegiado. Hay que fijarse en eso porque es fundamental y lo único que da garantías».

Para «enmascarar» lo que hacen, advierte Prieto, «hablan de trastornos emocionales en lugar de trastornos psicológicos. Lo camuflan así para no ser demasiado groseros, para que no se les pueda acusar de intrusismo». Y eso puede ser una pista que ayuda a detectarlos. Especialmente hoy que las incertidumbres que rodean a la pandemia han convertido en barro el asiento de nuestros pies. «Esta situación nos ha desbordado y se ha creado un caldo de cultivo perfecto».

Aunque no es cosa sólo de hoy. «Siempre hay gente que atraviesa momentos de desorientación vital. Que ve fracasar su relación de pareja, que pierde el trabajo... O nada de eso le ocurre, pero siente que no está a gusto, que no duerme, que rumia pensamientos... Porque no todos reaccionamos igual. Hay quien pierde el empleo y rápidamente se pone a buscar otro trabajo. Pero quizá otro compañero en esa misma situación se hundiría. Y, cuando no sabes por dónde tirar, a veces buscas consuelo y ayuda en cualquier parte».

¿Esos pseudoterapeutas generan desconfianza en los verdaderos profesionales? “Totalmente. Piensa que esa mujer que vino contando que le habían enrollado en una alfombra para curarle la agorafobia se encuentra conmigo, que le digo que no hay literatura científica que avale ese tratamiento. Y le aseguro que ella no sufre agorafobia. Esta explicación es radicalmente distinta a la que le dieron y, al final, ya no sabe si creer al charlatán o al psicólogo colegiado”.

Josep Darnés confió durante años en los primeros: «Yo era una persona reprimida y allí encontré una vida paralela que me enganchó. Era como la pastilla de Matrix. En el día a día uno puede encontrar cierto subidón cuando se va de vinos con los amigos un viernes, pero en uno de esos retiros me vi de repente en un estado alterado gritando: '¡Estoy vivo! ¡Joder! ¡Uhh!'. Lo recuerdo como si fuese hoy. Llegué a ese punto con unos ejercicios de respiración potente y profunda, mucha percusión, ritmos africanos... Era como si energéticamente se hubiese metido algo en mi cuerpo. Y experimentas ese subidón y quieres más, te enganchas y se convierte en una esclavitud». Te invade, dice, «el síndrome de querer ser especial, un narcisista en toda regla. Y todo lo que huela a normal ya no sirve. Cuando volvía de esos retiros, de vuelta a mi día a día de ingeniero, esa rutina se volvía demasiado monótona», reconoce en su libro».

¿Cómo salió de aquello? “Llegó un momento en que me exprimí tanto física y psicológicamente que me sequé. Fue entre los años 2013 y 2014, aunque ya llevaba tiempo haciendo 'la última intentona', como cuando tratas de salvar una relación de pareja que sabes que está acabada pero te resistes a admitirlo. Luego escribí el libro, que sentó bastante mal porque, cuando sales de ese ambiente, eres repudiado. Hoy sigo leyendo alguna cosa de autoayuda, pero muy filtrada”.

«Cuando alguien me pregunta cómo me siento de feliz, ya me hace infeliz. Cometemos el error de obsesionarnos con la palabra felicidad. Yo me siento cómodo, tranquilo, despierto... Oye, pues igual eso es la felicidad. De hecho, cuando veo que alguien va mostrando por ahí que es muy feliz, no me cae bien. Esa búsqueda de la felicidad se convierte en esclavitud y ese rollo de los eslóganes de las tazas y las camisetas... ¿Eso es ser feliz? ¡Eso es ser idiota o narcisista!».

«La felicidad es algo subjetivo, es un instante, es tomarte una cerveza con una amiga y estar a gusto. Pero buscarla permanentemente... Eso no existe. El problema es que hemos montado un tinglado del buenismo: '¿Que tu empresa ha cerrado y te has quedado sin trabajo? ¡No pasa nada, ya vendrán tiempos mejores!', te dicen. Y oiga, no. Cuidado, que la gente está sufriendo, y mucho más ahora que esta situación desconocida de la pandemia nos ha sobrepasado. Quien busque un estado de felicidad no lo va a encontrar, porque es un sentimiento y, como tal, es subjetivo. Lo que a mí me hace feliz, quizá a ti no. Y al revés».

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.