Servicio diario - 14 de octubre de 2020


 

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: “La oración de los salmos” nos “enseña a rezar”
Larissa I. López
Ciclo sobre la oración

CIUDAD DEL VATICANO
Consejo de cardenales: La reforma de la Curia “ya está en marcha”, dice el Papa
Larissa I. López
Próxima reunión en diciembre

AUDIENCIA GENERAL
Encuentro del Papa con la familia del sacerdote Roberto Malgesini
Larissa I. López
Asesinado hace un mes

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: Catequesis completa, “el Señor escucha”
Larissa I. López
Delante de Dios somos “conocidos uno a uno”

CIUDAD DEL VATICANO
Vaticano: Primera vista del juicio sobre supuestos abusos en el San Pío X
Anne Kurian-Montabone
Por parte de 2 sacerdotes italianos

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: COVID-19, el Papa saluda a los fieles desde la distancia
Anne Kurian-Montabone
Para respetar las medidas sanitarias

IGLESIA LOCAL
El Salvador: Iglesia celebra aniversario de canonización de San Óscar Romero
Cristhian Alvarenga
Celebrada en 2018

AUDIENCIA GENERAL
Papa Francisco: Santa Teresa, “maestra de oración”
Larissa I. López
Palabras a hispanohablantes

CIUDAD DEL VATICANO
Firma del acuerdo entre la Santa Sede y la República de Austria
Redacción zenit
El pasado 12 de octubre

ANÁLISIS
Monseñor Felipe Arizmendi: “Aquí se hace lo que yo digo”
Felipe Arizmendi Esquivel
La toma de decisiones

CIUDAD DEL VATICANO
Academia de Ciencias: José Nelson Onuchic, nuevo miembro ordinario
Larissa I. López
Nombrado por el Santo Padre

TESTIMONIOS
Santa Teresa de Jesús, 15 de octubre
Isabel Orellana Vilches
Doctora de la Iglesia


 

 

 

Audiencia general: “La oración de los salmos” nos “enseña a rezar”

Ciclo sobre la oración

octubre 14, 2020 10:10

Audiencia General

(zenit – 14 oct. 2020).- En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco ha señalado que el libro de los salmos “enseña a rezar”, al leerlos, “aprendemos el lenguaje de la oración; y encontramos en ellos la Palabra de Dios que los humanos usamos para comunicarnos con Él”.

Hoy, 14 de octubre de 2020, el Santo Padre se ha reunido con los fieles en el Aula Pablo VI, y ha retomado las catequesis sobre la oración, bajo el tema “La oración de los salmos”.

En esta ocasión, Francisco no ha podido acercarse a saludar a los fieles, debido a las nuevas exigencias de las medidas de prevención de la COVID-19.

En su reflexión, el Papa explicó que los salmos son invocaciones, a menudo dramáticas, “que brotan de nuestra existencia” y que al rezar con ellos “el sufrimiento se transforma en pregunta”.

 

“¿Hasta cuándo?”

Entre las muchas preguntas “está siempre presente” una: “¿Hasta cuándo?”. Este es “un grito que surge de la enfermedad, de la persecución, o de la muerte” y cuando la oración se hace pregunta “es ya camino y principio de salvación”, añade.

El Pontífice recuerda que el sufrimiento es algo común a todos, “creyentes o no creyentes” y que en el salterio (libro de salmos) “el dolor se convierte en relación: un grito de auxilio que espera ser escuchado por un oído atento”.

 

Dios nos conoce a cada uno

Para el Obispo de Roma, ante Dios “no somos extraños, ni somos números; nos conoce a cada uno por nuestro nombre y nuestros dolores son sagrados para Él”.

Por último, subrayó que en la oración nos basta saber que “el Señor nos escucha”. A veces, los problemas no se resuelven”, pero los que rezan saben que muchas cuestiones de la vida no se resuelven. No obstante, indicó, “siendo conscientes de que Dios nos escucha todo se vuelve más llevadero”.

“Si permanecemos en relación con Él, ante nosotros se abre un horizonte de bien y de esperanza”, concluyó el Santo Padre.

 

 

 

 

Consejo de cardenales: La reforma de la Curia “ya está en marcha”, dice el Papa

Próxima reunión en diciembre

octubre 14, 2020 08:36

Ciudad del Vaticano

(zenit – 14 oct. 2020).- El Papa Francisco ha destacado que la reforma de la Curia Romana “ya está en marcha” y hay cambios que ya son efectivos, “también en algunos aspectos administrativos y económicos”, informa un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Santo Padre y los miembros del Consejo de Cardenales se reunieron virtualmente ayer, 13 de octubre de 2020, para estudiar los próximos pasos de la nueva Constitución Apostólica de la Curia Romana que, una vez aprobada, sustituirá a la Pastor Bonus promulgada por Juan Pablo II.

 

Nuevo texto

Tras ocho meses, el Consejo de cardenales (C6), estructura creada en 2013 para asistir al Papa en la reforma de la Curia Romana, mantuvo su 34ª reunión para reanudar el proceso de trabajo del nuevo documento que regulará la composición y el funcionamiento de la Curia.

Tal y como indica la nota, a partir de las 16 horas, Francisco y los seis miembros del Consejo se reunieron en línea, a causa de la pandemia de COVID-19, para discutir algunos aspectos del nuevo texto destinado a reemplazar a Pastor Bonus.

Durante los meses de verano el Consejo ha tenido la oportunidad de trabajar a través de internet en el texto de la nueva Constitución Apostólica, cuyo borrador actualizado ha sido presentado al Pontífice.

 

Lectura en los dicasterios

“Según la praxis habitual, los dicasterios competentes proceden ahora a la lectura del texto”. En particular, el texto apunta que “la reunión de hoy había sido convocada para recapitular la labor realizada y estudiar la forma de impulsar la adopción de la nueva Constitución, una vez promulgada”.

El Obispo de Roma, explica la Oficina de Prensa del Vaticano, intervino desde la Casa Santa Marta y destacó que “la reforma ya está en marcha, también en algunos aspectos administrativos y económicos”.

 

Participantes y nueva reunión

Estuvieron también conectados a la reunión los cardenales Óscar A. Rodríguez Maradiaga, Reinhard Marx, Sean Patrick O’Malley, Oswald Gracias, mientras que por parte del Vaticano se sumaron el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin y el cardenal Giuseppe Bertello, así como el secretario del Consejo, monseñor Marcello Semeraro, y el secretario adjunto, monseñor Marco Mellino.

La próxima reunión, concluye la nota, “está programada para el mes de diciembre y se realizará siempre por internet, debido a la situación sanitaria, según el plan ya establecido”.

La última reunión, la 33ª, se llevó a cabo del 17 al 19 de febrero de este año 2020. Después, los encuentros fueron interrumpidos por la emergencia sanitaria causada por la COVID-19.

 

 

 

 

Encuentro del Papa con la familia del sacerdote Roberto Malgesini

Asesinado hace un mes

octubre 14, 2020 16:09

Audiencia General

(zenit – 14 oct. 2020).- El Papa Francisco se ha reunido hoy, justo antes de la audiencia general, con la familia del sacerdote Roberto Malgesini.

El Santo Padre ha conocido a los padres del presbítero, asesinado en Como, Italia, por un indigente con trastorno mental al que ayudaba, el pasado 15 de septiembre. El padre Roberto era colaborador de la comunidad pastoral Beato Scalabrini y sirvió en Como San Rocco.

Durante la catequesis de la audiencia general, Francisco relató el encuentro con los padres ancianos de don Roberto, que murió mientras servía a los demás.

Del mismo modo, el Papa se refirió al dolor y las lágrimas de sus progenitores, que “son ‘sus’ lágrimas y cada uno de ellos sabe cuánto sufrió al ver a este hijo que dio su vida al servicio de los pobres. Cuando queremos consolar a alguien, no encontramos las palabras. ¿Por qué? Porque no podemos llegar a su dolor, porque ‘su’ dolor es suyo, ‘su’ lágrimas son suyas. Lo mismo, con nosotros: las lágrimas, ‘mi’ dolor es mío, las lágrimas son ‘mías’ y con estas lágrimas, con este dolor me dirijo al Señor”.

 

Cercanía del Papa

“Me uno al dolor y a la oración de su familia y de la comunidad de Como y, como dijo su obispo, alabo a Dios por el testimonio, es decir, por el martirio, de este testimonio de caridad hacia los más pobres”, dijo el Pontífice en la audiencia general del pasado 16 de septiembre de 2020.

Como signo de la solicitud del Santo Padre, el limosnero apostólico, cardenal Konrad Krajewski, celebró la Misa del funeral de Malgesini.

Junto a los padres del padre italiano, estaba el obispo de Como, Mons. Oscar Cantoni, quien en declaraciones a Vatican News, lo recuerda “como un sacerdote capaz de inundar de dulzura a cada persona” y señala que la de Roberto es “una muerte que revive la fe”.

 

 

 

 

Audiencia general: Catequesis completa, “el Señor escucha”

Delante de Dios somos “conocidos uno a uno”

octubre 14, 2020 12:31

Audiencia General

(zenit – 14 oct. 2020).- En la oración “el Señor escucha”, delante de Dios “no somos desconocidos, o números. Somos rostros y corazones, conocidos uno a uno, por nombre”, dijo el Papa Francisco en la catequesis de la audiencia general.

Hoy, 14 de septiembre de 2020, el Santo Padre continuó con la serie de catequesis sobre la oración, reflexionando en torno al tema “La oración de los salmos”.

La cita de la audiencia general de este miércoles ha tenido lugar en el Aula Pablo VI del Vaticano, ante la presencia de fieles y peregrinos, a los que Francisco no ha podido saludar de cerca debido a las nuevas medidas de prevención de la COVID-19.

 

Los salmos, entrenamiento para rezar

El Papa señala que el Libro de los Salmos, “se ha convertido en patria, lugar de entrenamiento y casa de innumerables orantes”, que comunica el “saber rezar” a través del diálogo con Dios.

En los salmos se encuentran todos los sentimientos de nuestra vida: “las alegrías, los dolores, las dudas, las esperanzas, las amarguras”. Por ello, al leerlo y releerlo, “aprendemos el lenguaje de la oración”.

En este libro no aparecen personas abstractas, pues estos “no son textos nacidos en la mesa; son invocaciones, a menudo dramáticas, que brotan de la vida de la existencia” y para rezar “basta ser lo que somos”, sin maquillajes.

 

Gritar tiene sentido

El Papa cuenta que la vida de los salmistas también está plagada de sufrimiento, pero ellos saben que este forma parte de la vida. El sufrimiento en los salmos se transforma en pregunta y hay una muy repetida: “¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo?”.

El orante sabe que es valioso a los ojos de Dios, por eso “tiene sentido gritar” y la oración de los salmos es el testimonio de este grito: “un grito múltiple, porque en la vida el dolor asume mil formas, y toma el nombre de enfermedad, odio, guerra, persecución, desconfianza… Hasta el ‘escándalo’ supremo, el de la muerte”.

 

En Dios siempre hay salvación

Refiriéndose al encuentro con los padres del padre Malgesini, sacerdote de Como, Italia, asesinado recientemente y a sus lágrimas de dolor por la pérdida, el Pontífice resaltó cómo cuando queremos consolar a alguien, “no encontramos las palabras. ¿Por qué? Porque no podemos llegar a su dolor, porque ‘su’ dolor es suyo, ‘sus’ lágrimas son suyas” y con ese dolor, cada uno se dirige al Señor.

Sin embargo, para Dios todos los dolores de la humanidad “son sagrados”, delante de Dios “no somos desconocidos, o números. Somos rostros y corazones, conocidos uno a uno, por nombre”. En los salmos el creyente encuentra una respuesta, “sabe que, incluso si todas las puertas humanas estuvieran cerradas, la puerta de Dios está abierta”, en Él hay salvación.

 

“Jesús llora conmigo”

“El Señor escucha”, dice el Obispo de Roma, y a veces en la oración “basta saber esto”. Quien reza no es un iluso y sabe que muchas cuestiones de la vida de aquí abajo “se quedan sin resolver, sin salida” y el sufrimiento “nos acompañará”, pero, si somos escuchados, “todo se vuelve más soportable”.

Finalmente, Francisco recuerda que “Dios ha llorado por mí, Dios llora, llora por nuestros dolores. Porque Dios ha querido hacerse hombre —decía un escritor espiritual— para poder llorar” y “pensar que Jesús llora conmigo en el dolor es un consuelo: nos ayuda a ir adelante. Si nos quedamos en la relación con Él, la vida no nos ahorra los sufrimientos, pero se abre un gran horizonte de bien y se encamina hacia su realización”.

***

 

Catequesis – 10. La oración de los salmos 1

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Leyendo la Biblia nos encontramos continuamente con oraciones de distinto tipo. Pero encontramos también un libro compuesto solo de oraciones, libro que se ha convertido en patria, lugar de entrenamiento y casa de innumerables orantes. Se trata del Libro de los Salmos. Son 150 salmos para rezar.

Forma parte de los libros sapienciales, porque comunica el “saber rezar” a través de la experiencia del diálogo con Dios. En los salmos encontramos todos los sentimientos humanos: las alegrías, los dolores, las dudas, las esperanzas, las amarguras que colorean nuestra vida. El Catecismo afirma que cada salmo “es de una sobriedad tal que verdaderamente pueden orar con él los hombres de toda condición y de todo tiempo” (CIC, 2588). Leyendo y releyendo los salmos, nosotros aprendemos el lenguaje de la oración. Dios Padre, de hecho, con su Espíritu los ha inspirado en el corazón del rey David y de otros orantes, para enseñar a cada hombre y mujer cómo alabarle, cómo darle gracias y suplicarle, cómo invocarle en la alegría y en el dolor, cómo contar las maravillas de sus obras y de su Ley. En síntesis, los salmos son la palabra de Dios que nosotros humanos usamos para hablar con Él.

En este libro no encontramos personas etéreas, personas abstractas, gente que confunde la oración con la experiencia estética o alienante. Los salmos no son textos nacidos en la mesa; son invocaciones, a menudo dramáticas, que brotan de la vida de la existencia. Para rezarlas basta ser lo que somos. No tenemos que olvidar que para rezar bien tenemos que rezar, así como somos, no maquillados. No hay que maquillar el alma para rezar. “Señor, yo soy así”, e ir delante del Señor como somos, con las cosas bonitas y también con las cosas feas que nadie conoce, pero nosotros, dentro, conocemos. En los salmos escuchamos las voces de orantes de carne y hueso, cuya vida, como la de todos, está plagada de problemas, de fatigas, de incertidumbres. El salmista no responde de forma radical a este sufrimiento: sabe que pertenece a la vida. Sin embargo, en los salmos el sufrimiento se transforma en preguntaDel sufrir al preguntar.

Y entre las muchas preguntas, hay una que permanece suspendida, como un grito incesante que atraviesa todo el libro de lado a lado. Una pregunta, que nosotros la repetimos muchas veces: “¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo?”. Cada dolor reclama una liberación, cada lágrima invoca un consuelo, cada herida espera una curación, cada calumnia una sentencia absolutoria. “¿Hasta cuándo, Señor, ¿debo sufrir esto? ¡Escúchame, Señor!”: cuántas veces nosotros hemos rezado así, con “¿hasta cuándo?”, ¡basta Señor!

Planteando continuamente preguntas de este tipo, los salmos nos enseñan a no volvernos adictos al dolor, y nos recuerdan que la vida no es salvada si no es sanada. La existencia del hombre es un soplo, su historia es fugaz, pero el orante sabe que es valioso a los ojos de Dios, por eso tiene sentido gritarY esto es importante. Cuando nosotros rezamos, lo hacemos porque sabemos que somos valiosos a los ojos de Dios. Es la gracia del Espíritu Santo que, desde dentro, nos suscita esta conciencia: de ser valiosos a los ojos de Dios. Y por esto se nos induce a orar.

La oración de los salmos es el testimonio de este grito: un grito múltiple, porque en la vida el dolor asume mil formas, y toma el nombre de enfermedad, odio, guerra, persecución, desconfianza… Hasta el “escándalo” supremo, el de la muerte. La muerte aparece en el Salterio como la más irracional enemiga del hombre: ¿qué delito merece un castigo tan cruel, que conlleva la aniquilación y el final? El orante de los salmos pide a Dios intervenir donde todos los esfuerzos humanos son vanos. Por esto la oración, ya en sí misma, es camino de salvación e inicio de salvación.

Todos sufren en este mundo: tanto quien cree en Dios, como quien lo rechaza. Pero en el Salterio el dolor se convierte en relación: grito de ayuda que espera interceptar un oído que escuche. No puede permanecer sin sentido, sin objetivo. Tampoco los dolores que sufrimos pueden ser solo casos específicos de una ley universal: son siempre “mis” lágrimas. Pensad en esto: las lágrimas no son universales, son “mis” lágrimas. Cada uno tiene las propias. “Mis” lágrimas y “mi” dolor me empujan a ir adelante con la oración. Son “mis” lágrimas que nadie ha derramado nunca antes que yo. Sí, muchos han llorado, muchos. Pero “mis” lágrimas son mías, “mi” dolor es mío, “mi” sufrimiento es mío.

Antes de entrar en el Aula, he visto a los padres del sacerdote de la diócesis de Como que fue asesinado; precisamente fue asesinado en su servicio para ayudar. Las lágrimas de esos padres son “sus” lágrimas y cada uno de ellos sabe cuánto han sufrido en el ver este hijo que ha dado la vida en el servicio de los pobres. Cuando queremos consolar a alguien, no encontramos las palabras. ¿Por qué? Porque no podemos llegar a su dolor, porque “su” dolor es suyo, “sus” lágrimas son suyas. Lo mismo es para nosotros: las lágrimas, “mi” dolor es mío, las lágrimas son “mías” y con estas lágrimas, con este dolor me dirijo al Señor.

Todos los dolores de los hombres para Dios son sagrados. Así reza el orante del salmo 56: “Tú has anotado los pasos de mi destierro; recoge mis lágrimas en tu odre: ¿acaso no está todo registrado en tu Libro?” (v. 9). Delante de Dios no somos desconocidos, o números. Somos rostros y corazones, conocidos uno a uno, por nombre.

En los salmos, el creyente encuentra una respuesta. Él sabe que, incluso si todas las puertas humanas estuvieran cerradas, la puerta de Dios está abierta. Si incluso todo el mundo hubiera emitido un veredicto de condena, en Dios hay salvación.

“El Señor escucha”: a veces en la oración basta saber esto. Los problemas no siempre se resuelven. Quien reza no es un iluso: sabe que muchas cuestiones de la vida de aquí abajo se quedan sin resolver, sin salida; el sufrimiento nos acompañará y, superada la batalla, habrá otras que nos esperan. Pero, si somos escuchados, todo se vuelve más soportable.

Lo peor que puede suceder es sufrir en el abandono, sin ser recordados. De esto nos salva la oración. Porque puede suceder, y también a menudo, que no entendamos los diseños de Dios. Pero nuestros gritos no se estancan aquí abajo: suben hasta Él, que tiene corazón de Padre, y que llora Él mismo por cada hijo e hija que sufre y que muere. Os diré una cosa: a mí me ayuda, en los momentos duros, pensar en los llantos de Jesús, cuando lloró mirando Jerusalén, cuando lloró delante de la tumba de Lázaro.

Dios ha llorado por mí, Dios llora, llora por nuestros dolores. Porque Dios ha querido hacerse hombre —decía un escritor espiritual— para poder llorar. Pensar que Jesús llora conmigo en el dolor es un consuelo: nos ayuda a ir adelante. Si nos quedamos en la relación con Él, la vida no nos ahorra los sufrimientos, pero se abre un gran horizonte de bien y se encamina hacia su realización. Ánimo, adelante con la oración. Jesús siempre está junto a nosotros.

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

Vaticano: Primera vista del juicio sobre supuestos abusos en el San Pío X

Por parte de 2 sacerdotes italianos

octubre 14, 2020 16:53

Ciudad del Vaticano
Protección del menor

(zenit – 14 oct. 2020).- La primera audiencia en el juicio de dos sacerdotes italianos acusados por la corte del Vaticano, uno por abuso sexual y el otro por complicidad, ha tenido lugar este 14 de octubre de 2020. La próxima está programada para el 27 de octubre a las 14 horas.

La audiencia, que se abrió poco después de las 9:30 horas de la mañana, tuvo lugar en presencia de los acusados y sus abogados, con las medidas sanitarias ahora habituales: distancias de seguridad, mascarillas, toma de temperatura… Duró menos de diez minutos y consistió principalmente en la lectura de los cargos.

Fue el promotor de justicia (fiscal, nota del editor) del Tribunal de Estado Vaticano, quien en septiembre de 2019 solicitó la inculpación del P. Gabriele Martinelli, por los abusos sexuales que supuestamente tuvieron lugar en el Preseminario de San Pío X entre 2007 y 2012, y del P. Enrico Radice, entonces rector del seminario menor, acusado de complicidad.

El padre Martinelli, menor de edad en el momento de los hechos, está acusado en particular de violencia y abuso de autoridad sobre otro joven, también menor de edad, al que supuestamente obligó a tener relaciones sexuales. En varias cartas -incluida una falsificación- el padre Martinelli supuestamente encubrió estos abusos contradiciendo el testimonio de la víctima en 2013, antes de negar, en 2018, que tenía conocimiento de los presuntos delitos.

El P. Gabriele Martinelli es defendido por la abogada Rita Claudia Baffioni, y el P. Enrico Radice por Agnese Camilli Carissimi.

Entre quince y veinte jóvenes, con una edad promedio de 11 a 18 años, asisten cada año a este Preseminario fundado en el Vaticano. Apodados los “pequeños clérigos del Papa”, disciernen su vocación a la sombra de la cúpula de San Pedro, donde son responsables cada día de asistir la Misa de los prelados. La institución fue deseada en 1956 por Pío XII y confiada a la diócesis de Como – cuyo obispo, Mons. Diego Attilio Coletti-, recibió la denuncia de la víctima.

Las investigaciones se abrieron en noviembre de 2017 tras las noticias publicadas en la prensa. Aunque el caso se remonta a los años en los que la legislación vigente impedía el juicio en ausencia de una denuncia presentada en el plazo de un año a partir de los hechos controvertidos, la acusación fue posible gracias a una disposición papal especial de 29 de julio de 2019, que eliminó la causa de inadmisibilidad.

 

 

 

 

Audiencia general: COVID-19, el Papa saluda a los fieles desde la distancia

Para respetar las medidas sanitarias

octubre 14, 2020 14:25

Audiencia General

(zenit – 14 oct. 2020).- Sin baño de multitudes y sin saludos a un metro de distancia, así ha sido la audiencia general del Papa Francisco de la mañana de este miércoles 14 de octubre de 2020: cumpliendo con las medidas sanitarias, simplemente saludó a la multitud desde el estrado.

Mientras cuatro guardias suizos han sido puestos en aislamiento en los últimos días, después de dar positivo en las pruebas de coronavirus, el Santo Padre llegó al Aula Pablo VI directamente desde el podio. Los participantes habían sido advertidos por los intérpretes que no los saludaría personalmente, como lo hace cada semana al cruzar los pasillos, estrechando las manos, charlando con los fieles reunidos detrás de las barreras.

“Me gustaría hacer lo de siempre”, confió durante los saludos en varios idiomas: “bajar y acercarme a vosotros para saludaros, pero con las nuevas prescripciones, es mejor mantener la distancia. Saludo a los enfermos con todo mi corazón desde aquí”.

“Estáis a una distancia segura, como debéis estar; pero cuando yo bajo, todos vienen… y existe el riesgo de contagio”, añadió: si cada uno lleva “su máscara, manteniendo la distancia, podemos continuar las audiencias”.

“Perdonadme si hoy os saludo desde lejos”, dijo Francisco, “pero creo que si todos seguimos las prescripciones de las autoridades como buenos ciudadanos, esto ayudará a poner fin a esta pandemia”.

La audiencia general concluyó con un cara a cara en el que el Papa cruzó el escenario, saludando con la mano ante los aplausos de los participantes que estaban sentados a distancia y con máscaras.

 

 

 

 

El Salvador: Iglesia celebra aniversario de canonización de San Óscar Romero

Celebrada en 2018

octubre 14, 2020 17:40

Iglesia Local
Testimonios

(zenit – 14 oct. 2020)-. Este 14 de octubre la Iglesia de El Salvador celebra el 2º aniversario de la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Hace dos años el Papa Francisco declaraba santo de la Iglesia Católica a monseñor Romero, quien fue asesinado el 24 de marzo de 1980, aproximadamente a las 6:25 p.m-, mientras oficiaba la Santa Eucaristía.

En una carta divulgada en las redes sociales y dirigida al clero de la arquidiócesis de San Salvador, el canciller monseñor Rafael Urrutia, pide que durante la celebración se resalte la “vida y pensamiento de nuestro santo”.

 

Vivencias del año Jubilar Martirial

Los obispos de la Conferencia Episcopal salvadoreña declararon este año 2020 como Año Jubilar Martirial, con ocasión del 40 aniversario de su martirio y 43 del martirio de Rutilio Grande y sus compañeros mártires.

Debido a la emergencia sanitaria internacional, la Iglesia no ha podido celebrar una serie de actividades que estaban previstas para recordar los martirios de Monseñor Óscar Romero y otros religiosos que murieron en el marco del conflicto armado.

Sin embargo, las redes sociales han sido instrumento de evangelización para el arzobispado de San Salvador, donde han animado a los fieles a compartir testimonios, fotografías e información sobre cómo celebran el segundo año de la canonización del santo de los pobres.

 

Cuarta Peregrinación de Mons. Romero

En julio pasado se realizó la cuarta Peregrinación de Monseñor Romero con la Santa Misa de envío. Este año se desarrolla de manera virtual debido a la pandemia que golpea el país.

La Eucaristía fue presidida por el arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas y concelebrada por el cardenal Gregorio Rosa Chávez desde la cripta de catedral metropolitana. En su homilía el señor arzobispo invitó a acompañar la peregrinación con un “espíritu de fe, unidos a Dios y a nuestros mártires”.

 

Iglesia de mártires

Monseñor José Luis Escobar, arzobispo de San Salvador, en varias intervenciones públicas ante medios de comunicación ha recordado que la Iglesia en El Salvador, y en el resto del mundo, es una Iglesia martirial.

En el caso del país centroamericano, recordó al primer obispo de la diócesis de San Salvador, Jorge Viteri y Ungo, quien murió asesinado. Luego aludió a las víctimas de la reciente guerra civil en la que perdieron la vida 20 sacerdotes, 4 religiosas misioneras y cientos de laicos: catequistas y celebradores de la Palabra.

En este período fueron privados de sus vidas, san Óscar Romero, ejecutado por un francotirador mientras oficiaba Misa en la capilla del Hospital La Divina Providencia, en San Salvador, y monseñor Joaquín Ramos, quien viajaba del aeropuerto a la capital, cuando el vehículo en que se transportaba, fue ametrallado.

También recordó a los futuros beatos, padres Rutilio Grande y fray Cosme Spessotto, quienes murieron violentamente.

 

Romero en la memoria y en la historia de un pueblo

María López Vigil, historiadora y autora del libro Monseñor Romero, piezas para un retrato, describe a Oscar Romero, en un análisis publicado en la revista jesuita Envío de Nicaragua, como un hombre que vivió “todos los grandes desafíos de aquella etapa: la represión cruel, el cierre de los espacios ciudadanos, la tenaz lucha por los derechos humanos diariamente violados, la organización popular, el terrorismo de Estado, el despertar de la conciencia campesina, el surgimiento de ‘otra’ Iglesia -y con ella de ‘otro’ Dios, el Dios de la justicia que toma partido por los de abajo-, los presos políticos, las torturadas, los desaparecidos, las refugiadas, la resistencia sin tregua, la pobreza y la miseria tocando fondo”.

Asimismo, agrega que “el anhelo de una paz justa y con dignidad. En todo eso estuvo este hombre, también sacerdote y obispo. Es el símbolo de un puñado de años inolvidables, de una época gloriosa vivida en este rincón del planeta. Pasarán los tiempos y él, como icono, representará a la Centroamérica de aquel momento único. Y lo hará cabalmente”.

 

 

 

 

Papa Francisco: Santa Teresa, “maestra de oración”

Palabras a hispanohablantes

octubre 14, 2020 14:58

Audiencia General
Testimonios

(zenit – 14 oct. 2020).- El Papa Francisco ha recordado que mañana, 15 de octubre de 2020, se celebra la memoria de santa Teresa de Jesús, “maestra de oración”, durante la audiencia general de hoy, celebrada en el Aula Pablo VI.

Después de la catequesis, en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, el Santo Padre ha pedido que, a través de la intercesión y ejemplo de esta santa “podamos descubrir la oración, como ese ‘trato de amistad —como afirmaba ella— con quien sabemos nos ama’”.

“Estando con Dios nada nos podrá turbar ni espantar, pues ‘solo Dios basta’, añadió citando a Teresa de Ávila.

Igualmente, en sus palabras a los visitantes de lengua portuguesa, Francisco explicó que esta santa española es “maestra de la vida espiritual”. Ella enseñó que la oración “no es más que un trato de amistad, a menudo estando a solas con aquel que nos ama”.

“Aprended a crecer cada vez más en esta relación de amistad, usando las palabras del Libro de los Salmos”, invitó.

En la catequesis de hoy, el Papa ha reflexionado en torno al tema “La oración de los salmos”, destacando que este libro de la Biblia “enseña a rezar”, y que, al leerlo, “aprendemos el lenguaje de la oración; y encontramos en ellos la Palabra de Dios que los humanos usamos para comunicarnos con Él”.

 

 

 

 

Firma del acuerdo entre la Santa Sede y la República de Austria

El pasado 12 de octubre

octubre 14, 2020 17:17

Ciudad del Vaticano

(zenit – 14 oct. 2020)-. El lunes 12 de octubre de 2020, a las 13 horas, se firmó en Viena, en la sede de la Cancillería Federal, el VII Acuerdo Adicional a la Convención para la Regulación de las Relaciones Patrimoniales entre la Santa Sede y la República de Austria del 23 de junio de 1960.

Así ha informado hoy, 14 de octubre de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Por la Santa Sede firmó, como Plenipotenciario, monseñor Pedro López Quintana, arzobispo titular de Agropoli y nuncio apostólico en Austria.

Por la República de Austria firmó, como Plenipotenciaria, Susanne Raab, ministra federal para las Mujeres y la Integración.

También estuvieron presentes en la ceremonia: por la parte eclesiástica, monseñor Kevin Randall, consejero de la Nunciatura Apostólica en Austria.

Por la parte estatal, asistieron el embajador Helmut Tichy, jefe de gabinete del Ministerio Federal de Asuntos Europeos e Internacionales, Franziska Ramharter del Ministerio Federal de Asuntos Europeos e Internacionales, el Romed Perfler, jefe de Gabinete del Ministro y Georg Schwinghammer del mismo gabinete.

 

 

 

 

Monseñor Felipe Arizmendi: “Aquí se hace lo que yo digo”

La toma de decisiones

octubre 14, 2020 08:55

Análisis

Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, y responsable de la Doctrina de la Fe en la Conferencia del Episcopado Mexicano, reflexiona sobre la toma decisiones.

“Tanto en la Iglesia como en la política, en el gobierno, en la familia y en todas las instituciones humanas, es necesario dialogar y escuchar, para tomar la mejor decisión”, expone.

 

VER

Un párroco de equis diócesis, hace años, sin tomar en cuenta las leyes canónicas ni consultar a quien debía, puso como norma que las jovencitas que solicitaran la celebración de una Misa de acción de gracias al cumplir sus quince años de vida, deberían participar en la Misa parroquial ininterrumpidamente durante treinta días; si faltaban un solo día, ya no les hacía la celebración. Fueron a verme los papás de una joven, para decirme que el párroco no les quería hacer la Misa porque su hija estaba yendo todos los días, pero que no podría ir el último, porque a esa misma hora tenía un examen muy importante en la escuela. El párroco les dijo que, si no iba, no les haría la celebración. Hablé con el párroco, le pregunté la razón de su norma, me dio algunas explicaciones no suficientemente justas, le pedí que accediera a la petición de la joven, y dijo que no, que porque eso quitaría fuerza a su norma… Resolvimos el caso de una manera favorable para la joven y yo mismo le hice la celebración en catedral. Podemos sentirnos casi dueños de la comunidad y proceder como caciques, que imponen sus propias leyes, no las que están indicadas por la normatividad eclesial.

Mi anterior diócesis es muy extensa, con casi treinta y siete mil kilómetros cuadrados y una población de más de dos millones de habitantes. Para ir a la parroquia más lejana necesitamos siete horas, por carreteras pavimentadas, pero con montañas y curvas. Hay otras tres parroquias a cinco horas de distancia. Con la intención de lograr una mejor atención pastoral, los dos obispos de entonces y seis de los ocho vicarios episcopales propusimos hacer otra diócesis en ese territorio. Pusimos el proyecto a consulta, durante un año, no sólo con sacerdotes y religiosas, sino con las comunidades parroquiales, con diáconos, catequistas y servidores, sobre todo con los indígenas. La mayoría dieron razones convincentes en contra, y desistimos del proyecto; no lo presentamos a la Conferencia Episcopal, ni a Roma. Quizá en años posteriores las circunstancias cambien y sea posible ponerlo nuevamente a consulta. Escuchamos y cambiamos nuestra propuesta.

Tanto en la Iglesia como en la política, en el gobierno, en la familia y en todas las instituciones humanas, es necesario dialogar y escuchar, para tomar la mejor decisión; pero los dirigentes podemos pensar que todo lo sabemos, que en todo tenemos la razón, que nuestras opiniones y decisiones son las mejores, y frecuentemente nos convertimos en caciques, autoritarios y absolutistas, sobre todo cuando los otros no son capaces de expresar libremente sus puntos de vista, por temor a perder el puesto, o por miedo a represalias y a verborreas imprudentes y sin sustento. La Iglesia no es una democracia, pero tiene muchas instancias de consulta.

 

PENSAR

Jesús nos dijo: “Ustedes saben que los jefes de las naciones las someten y los poderosos las dominan. Entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser importante que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo, así como el Hijo del hombre que no vino a que lo sirvieran, sino a servir y a dar su vida para rescatar a todos” (Mt 20,25-28).

Lo que nos dice el Papa Francisco a nivel eclesial, vale para otros ambientes y sectores: “Queda claro que Jesucristo no nos quiere príncipes que miran despectivamente, sino hombres y mujeres de pueblo…, sin pretender aparecer como superiores, sino considerando a los demás como superiores a uno mismo” (EG 271). “A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana; es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (Ibid 47).

En su reciente encíclica Fratelli tutti, dice: “El sentarse a escuchar a otro, característico de un encuentro humano, es un paradigma de actitud receptiva, de quien supera el narcisismo y recibe al otro, le presta atención, lo acoge en el propio círculo. Pero el mundo de hoy es en su mayoría un mundo sordo” (48). “La caridad política se expresa también en la apertura a todos. Principalmente aquel a quien le toca gobernar, está llamado a renuncias que hagan posible el encuentro, y busca la confluencia al menos en algunos temas. Sabe escuchar el punto de vista del otro facilitando que todos tengan un espacio. Con renuncias y paciencia un gobernante puede ayudar a crear ese hermoso poliedro donde todos encuentran un lugar. En esto no funcionan las negociaciones de tipo económico. Es algo más, es un intercambio de ofrendas en favor del bien común. Parece una utopía ingenua, pero no podemos renunciar a este altísimo objetivo” (190).

“Mientras vemos que todo tipo de intolerancias fundamentalistas daña las relaciones entre personas, grupos y pueblos, vivamos y enseñemos nosotros el valor del respeto, el amor capaz de asumir toda diferencia, la prioridad de la dignidad de todo ser humano sobre cualesquiera fuesen sus ideas, sentimientos, prácticas y aun sus pecados. Mientras en la sociedad actual proliferan los fanatismos, las lógicas cerradas y la fragmentación social y cultural, un buen político da el primer paso para que resuenen las distintas voces. Es cierto que las diferencias generan conflictos, pero la uniformidad genera asfixia y hace que nos fagocitemos culturalmente. No nos resignemos a vivir encerrados en un fragmento de realidad” (191).

 

ACTUAR

Que el Espíritu Santo nos ayude a ser humildes, para escucharnos con respeto y amor unos a otros, y así juntos busquemos el bien de la familia y de la comunidad.

 

 

 

 

Academia de Ciencias: José Nelson Onuchic, nuevo miembro ordinario

Nombrado por el Santo Padre

octubre 14, 2020 13:01

Ciudad del Vaticano

(zenit – 14 oct. 2020)-. El Papa Francisco ha nombrado miembro ordinario de la Academia Pontificia de Ciencias al profesor José Nelson Onuchic, catedrático de Biofísica Molecular de la Universidad Rice de Houston, Estados Unidos.

Así ha informado hoy, 14 de octubre de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

José Nelson Onuchic

Nació el 17 de enero de 1958 en Sao Paulo, Brasil, donde se graduó en Ingeniería Eléctrica en 1980, en Física en 1981 y en Física Aplicada en 1982.

Se doctoró en Química en el California Institute of Technology de Estados Unidos en 1987. Después de un breve período de estudios posdoctorales en Santa Bárbara, California, enseñó en la Universidad de Sao Paulo, Brasil, de 1987 a 1990.

En ese último año regresó a los Estados Unidos, donde enseñó en la Universidad de San Diego, California, hasta 2011.

Luego se trasladó a la Rice University en Houston, Texas, para enseñar Física y Astronomía, Química y Biociencias. Allí es codirector del Centro de Física Biológica Teórica.

Ha recibido varios premios por sus estudios, entre ellos el Beckman Young Investigators en 1992; fue miembro de la American Physical Society en 1995 y de la National Academy of Sciences de los Estados Unidos en 2006, así como de la Academia Brasileira de Ciências en 2009.

Está particularmente involucrado en el estudio de métodos teóricos en la frontera entre la física y la biología, con efectos también en la Biología y la genómica humana.

 

Academia Pontificia de Ciencias

La Academia tiene por objeto honrar la ciencia pura, asegurar su libertad y favorecer la investigación. La Academia Pontificia de Ciencias es de alcance internacional, multirracial en su composición, y no sectaria en la elección de sus miembros.

El trabajo de la Academia incluye seis grandes áreas: ciencias básicas, ciencias y tecnología de los problemas globales, ciencia de los problemas del mundo en desarrollo, política científica, bioética, epistemología.

 

 

 

 

Santa Teresa de Jesús, 15 de octubre

Doctora de la Iglesia

octubre 14, 2020 09:05

Testimonios

 

“Fundadora de las carmelitas descalzas, doctora de la Iglesia, la primera mujer que recibió este alto honor. Apóstol incansable, escritora, poeta, mística excepcional. Es una de las grandes maestras de la vida espiritual”

En este mes de octubre misionero el santoral nos ofrece la vida de dos insignes carmelitas, ambas de nombre Teresa, que unieron a Jesús. Teresa de Lisieux, de cuya trayectoria se hizo puntual eco esta sección hace unos días, y la fundadora Teresa de Cepeda y Ahumada, considerada una de las grandes figuras de la Iglesia, de poderoso influjo en santos y beatos. Imposible precisar el número de personas anónimas que la eligieron y continúan tomándola como modelo, pero seguro que son multitud. Se han vertido tantas reflexiones en torno a ella que nada nuevo se puede añadir. Seguimos admirados de su entrega, agradeciendo a Dios su fecunda existencia.

Nacida el 28 de marzo de 1515 en Ávila, España, tenía una personalidad impactante. Mujer de empuje, audaz, soñadora, apóstol incansable, mística y doctora de la Iglesia, primera a la que se le confirió tan alto honor, escritora, poeta…, ha logrado que su vida y obra, que mantiene su frescura original, prosiga en lo alto de este podium de santidad. Se enamoró de Cristo precozmente, y quiso derramar su sangre por Él siendo mártir a la edad de 6 años; huyó para ello con su hermano Rodrigo, pero los encontraron. La vida eremítica formó parte de sus juegos infantiles. Después, pasó un tiempo entre devaneos, atrapada por el contenido de libros de caballería y el cortejo de un familiar. Su madre murió dejándola en la difícil edad de los 13 años. Internada por su padre a los 16 en el colegio de Gracia, regido por las madres agustinas, echaba de menos a su primo, que era el galán que la pretendía.

Aunque se hallaba en contacto con la vida religiosa, el mundo seguía disputándosela a Cristo; ser monja no estaba en sus planes. Hasta que en 1535, después de ver partir a Rodrigo, casarse a una de sus hermanas, e ingresar una amiga en el monasterio de la Encarnación, hablando con ésta descubrió su vocación, y entró en el convento a pesar de la oposición paterna. Una grave enfermedad la devolvió a los brazos de su padre en 1537. Luchó contra la muerte y venció, atribuyéndolo a san José, aunque le quedaron secuelas. En 1539 volvió a la Encarnación. La vida en el convento era, como hoy se diría, demasiado light. Tanta apertura y comodidades, entradas y salidas, no eran precisamente lo más adecuado para una consagrada. Y en la Cuaresma del año 1544, el de la muerte de su padre, ante la imagen de un Cristo llagado, con ardientes lágrimas suplicó su ayuda; le horrorizaba ofenderle.

Era su amor vehemente, sin fisuras, alimentado a través de una oración continua: “La oración no consiste en pensar mucho, sino en amar mucho”. Comenzó a experimentar la vida de perfección como ascenso de su alma a Dios, y a la par recibía la gracia de verse envuelta en místicas visiones que incendiaban su corazón, aunque hubo grandes periodos templados por una intensa aridez. Susurros de su pasión impregnaban sus jornadas de oración: “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero…”. Demandaba fervientemente la cruz cotidiana: “Cruz, descanso sabroso de mi vida, Vos seáis la bienvenida […]. En la cruz está la vida, y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo…”.

Hacia 1562 vivió la experiencia mística de la transverberación: “Veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla […]. No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman querubines […]. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios”.

En otra de las visiones le fue dado a contemplar el infierno. Fue tan terrible que determinó el rigor de su entrega y emprendió la reforma carmelitana así como su primera fundación. Tenía 40 años, y Dios iba marcándole el camino que debía seguir. San Juan de la Cruz se unió a su empeño. La reforma no fue fácil. Las pruebas de toda índole, insidias del diablo, contrariedades, problemas internos, dudas y vacilaciones de su propio confesor, así como el trato hostil dispensado por la Iglesia, entre otros, le infligieron grandes sufrimientos. A pesar de su frágil salud, tenía un potente temperamento y no se dejaba amilanar; menos aún, cuando se trataba de Cristo. Así que, acudió a los altos estamentos, se codeó con reyes y nobleza, fue donde hizo falta, y se entregó en cuerpo y alma a tutelar y enriquecer espiritualmente las fundaciones con las que regó España. Todas nacieron a impulso del mismo Dios que las inspiraba.

Era una excepcional formadora. Tenía alma misionera; lloró amargamente pensando en las necesidades apostólicas que había en tierras americanas, donde hubiera querido ir. Plasmó sus experiencias místicas en obras maestras, imprescindibles para alumbrar el itinerario espiritual como El camino de la perfección, Pensamientos sobre el amor de Dios y El castillo interior, que no vio publicadas en vida. La Inquisición estuvo tras ella; incluso quemó uno de sus textos por sugerencia de su confesor. Fortaleza y claridad, capacidad organizativa y sabiduría para ejercer el gobierno, confianza y entereza en las contrariedades, humildad, sencillez, sagacidad, sentido del humor, una fe y caridad heroicas son rasgos que también la definen.

Devotísima de San José decía: “solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no creyere y verá por experiencia cuan gran bien es recomendarse a ese glorioso Patriarca y tenerle devoción”. Aunó magistralmente contemplación y acción. Recibió dones diversos: éxtasis, milagros, discernimiento… Murió en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582. Pablo V la beatificó el 24 de abril de 1614. Gregorio XV la canonizó el 12 de marzo de 1622. Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970.