Cáritas | Acción social

 

Un nuevo modelo de entrega de alimentos

 

Que favorece la autonomía personal y contribuye a superar las situaciones de exclusión

 

 

 


 

 

 

 

 

Una visión rápida del proyecto

  • Quién lo lleva a cabo: Cáritas Diocesana de Tortosa.
  • En qué consiste: entrega de tarjetas prepago para que las familias puedan comprar alimentos.
  • A quién va dirigido: familias sin ingresos y con menores a su cargo.

 

 

Por qué tarjetas en lugar de bolsas de alimentos

Los repartos de alimentos en los que vienen participando Cáritas y las familias han sido objeto de reflexión durante largo tiempo. Cada vez se hace más presente la necesidad de apostar por acciones transformadoras y que promocionen a la persona en lugar de perpetuar la dependencia.

Por ello se ha puesto en funcionamiento esta experiencia, que busca no sólo cubrir la necesidades de alimentos de las familias, sino acompañarles en la gestión económica familiar y favorecer su autonomía, además de tener presente el aprovechamiento alimentario.

Con la tarjetas cada persona tiene acceso a la alimentación de una forma más digna y autónoma. Además podemos reducir al máximo la compra de alimentos que hacen las Càritas, para destinar esos recursos al programa de tarjetas prepago. Las tarjetas ofrecen diversos elementos de valor añadido para poder acompañar a las personas ya que fomentan la autonomía, la autogestión, el respeto a las costumbres, la dignificación, favorecen otros espacios de encuentro y trabajo personal,…
La intención de CD de Tortosa es ir aumentando progresivamente en el uso de las tarjetas y enfocar el reparto de alimentos en especie únicamente al aprovechamiento de excedentes. No todas las tarjetas son iguales. Hemos apostado por la banca ética a través de FIARE con el objetivo de promover las finanzas éticas y ser un pequeño impulso en el cambio del sistema. A través del proyecto de alimentos, fomentamos un modelo de banca éticamente responsable, comprometida con la sociedad y con el medioambiente.

 

 

 

 

Objetivos

La entrega de tarjetas y el acompañamiento en su uso persigue:

  • Dignificar el acceso a la alimentación de familias con escasos recursos y que actualmente están recibiendo alimentos en especie.
  • Fomentar la autonomía de la persona a través de la autogestión de los recursos disponibles.
  • Ampliar los conocimientos en la economía doméstica y la alimentación saludable, planificación de menús, evitar el desperdicio, compra en familia, adaptación a las necesidades de los diferentes miembros de la familia.
  • Mejorar las relaciones familiares fomentando hábitos saludables.
  • Identificar las causas que han llevado a la exclusión de la persona y buscar las herramientas necesarias para poder superar esta situación.
  • Prevenir la cronificación de las situaciones de pobreza y su transmisión generacional.
  • Fomentar el comercio local el cual facilita al mismo tiempo, estructuras relacionales cercanas a las personas que van a comprar.
  • Centrar la atención del voluntariado en las capacidades de las personas participantes.
  • Disminuir la carga de trabajo físico del voluntariado, reduciendo significativamente el número de productos que se suministran en especie.
  • Aumentar la cantidad y calidad de los espacios de escucha y relación que ofrecen los equipos de Cáritas.

Cómo es el proyecto

En este modelo, la persona acude a Cáritas y después de la acogida y valoración, si cumple el perfil, se le ofrece entrar a formar parte del proyecto de acompañamiento de personas y familias, en el que las tarjetas bancarias para compra de alimentos son una herramienta más para la inclusión y el desarrollo personal.

Desde el principio se informa a la persona que el nuevo sistema tiene una duración máxima de un año y que implica estar dispuesto a seguir un acompañamiento. Es necesario que desde el comienzo, se marque un periodo de duración de la ayuda, aunque posteriormente podrá ser ampliado a criterio de los referentes. Del mismo modo es imprescindible que, para asegurar el éxito del programa, se cree una relación de confianza entre el participante y el referente de Cáritas.

Una vez aclarados y aceptados los términos de participación, se hacen las gestiones necesarias para obtener la tarjeta y se pacta con la persona las próximas visitas de acompañamiento en las que se decidirán los itinerarios de trabajo a seguir en este proceso.

La tarjeta deberá servir para poder comprar de manera normalizada aquellos productos frescos o que no se suministran desde Cáritas y que son necesarios para la alimentación.

Cáritas facilitará el acceso a otros alimentos de los que dispone de manera abundante como arroz, legumbres, pasta,… pero lo hará siguiendo otro sistema. Se determinarán unos horarios amplios para que estas personas puedan acceder a Cáritas y elijan ellos mismos de manera responsable, tanto la cantidad como el tipo de producto que necesiten. El voluntario que estará atendiendo ese espacio, se dedicará a hacer una estancia agradable al participante y ayudarle en lo que necesite, así como llevar un registro de los alimentos obtenidos.

Este modelo no tiene sentido sino hay un acompañamiento personalizado y frecuente, que busque la superación de la problemática y el empoderamiento de la persona. Entendiendo que se trata de un modelo basado en los procesos y no en los resultados, se valorará más el esfuerzo para el seguimiento del plan de trabajo marcado, que los resultados a corto plazo.

 

 

 

Qué personas participan

Para empezar con esta experiencia se han priorizado familias que:

  • Estén dispuestos a iniciar un acompañamiento personalizado y acepten los términos del proyecto.
  • Con menores a cargo.
  • No tienen ingresos o éstos son insuficientes.

 

También podrán ser destinatarios del proyecto personas solas cuando:

  • Esté dispuesta a hacer este acompañamiento personalizado y acepte los términos del proyecto.
  • Tengan ingresos insuficientes o sin ingresos.
  • Se valore por parte de los referentes que el acceso a este recurso podría ser un estímulo para superar su situación.

En un primer momento se apuesta por perfiles que todavía conserven perspectivas de cambio personal, motivación propia de superación y vínculos sociales y familiares. En una segunda fase, se irá abriendo el acceso a perfiles con situación de mayor exclusión.