Tribunas

La libertad de estar en la verdad

 

 

Juan José Corazón Corazón
Sacerdote, Doctor en Derecho Canónico, Doctor en Derecho


 

 

 

 

 

Dijo Jesucristo a sus discípulos: “la verdad os hará libres”. Así funcionamos los cristianos por el mundo, libres y sin preocuparnos de que los demás sean también libres y, gracias a Dios, nos va muy bien.

Cuando nos topamos con personas a las que no les gusta la libertad de los otros, nos preocupa y mucho.

Podría pensarse que es por el temor a que vayan a cercenar nuestras posibilidades de llevar el Evangelio por el mundo entero; sin embargo, yo creo que no es, fundamentalmente, por este motivo, aunque también.

Ya está muy acostumbrada la Iglesia Católica, desde el principio del cristianismo, a los intentos de acallar la voz de sus hijos que propagan la fe. Pero así, sorprendentemente, va aumentando por el orbe creado el número de hombres y mujeres “de buena voluntad y que aman a Dios” inundando el mundo con la paz de Cristo.

Cuando alguien o algo se erige en poseedor de la verdad y, a la vez, desea, busca y consigue los medios para hacer desaparecer la libertad de los demás, es que no está plenamente convencido de que su verdad sea “de verdad, la verdad”; le da miedo que la verdad del otro sí que lo sea y, por tanto, anula su libertad.

Cuando Pilato decidió la muerte de Jesús en la Cruz, antes le preguntó: “¿y qué es la verdad?, a lo que Jesús ya no le respondió nada, pues Pilato sabía que Jesús era inocente; eso sí que era la verdad.

Claro, al que sabe que está en la verdad, no le da ningún miedo la libertad de los demás.

 

Juan José Corazón Corazón