Figuras espirituales

 

¿Sigue siendo actual el testimonio de Carlos de Foucauld?

 

Xavier Gufflet es Hermano del Evangelio. Su congregación se inspira en la espiritualidad de Carlos de Foucauld, y nos presenta lo que constituye el corazón de la misma: el apego a Jesús y la lectura reiterada del Evangelio, que nos llaman al encuentro con comunidades humanas diferentes.

 

 

31 dic 2020, 08:48 | La Croix


 

 

 

 

 

La posible canonización de Carlos de Foucauld ha suscitado recientemente algunas controversias. ¿Tiene aún algo que decirnos hoy Carlos de Foucauld?

Carlos de Foucauld puede enseñarnos muchas cosas, pero nada nuevo. Es su insistencia en Jesús y el Evangelio lo que es valioso para nosotros actualmente. Él le decía a Louis Massignon que leer una y otra vez el Evangelio debería ser como la gota que cae sobre una losa día tras día, que acaba dejando su huella. Una lectura regular y continua del Evangelio deja en nosotros la huella del espíritu del Evangelio.

 

Carlos de Foucauld se convirtió a los 28 años. ¿Podemos decir que consideraba a Jesús un amigo cercano?

Efectivamente, y este vínculo tan íntimo con Cristo es la fuente de toda su vida. El abad Huvelin le había enseñado a Jesús y él nos lo enseñó a nosotros, enseñándonos también el gusto de leer y meditar el Evangelio.

 

Sin embargo, incluso después de su conversión, su recorrido fue bastante caótico: primero pensó en ser trapense, después partió a Tierra Santa… ¿Le costó seguir a Cristo?

Yo no hablaría de un recorrido caótico. Creo más bien que necesitó una formación. Estuvo siete años en un monasterio trapense, después fue a Palestina donde permaneció tres años. Para él fueron dos etapas formativas en ámbitos diferentes. Ya ordenado sacerdote, en 1901, encontró su plenitud al volver a entrar en contacto con el mundo que lo marcó durante su exploración de Marruecos. Se instaló en Béni-Abbès, cerca de la frontera marroquí. Entre los tuaregs encontró un equilibrio. Los militares desplazados a Béni-Abbès, como también los tuaregs, dieron testimonio de su alegría y felicidad después de su largo periodo de preparación, primero en el monasterio trapense y después en Tierra Santa. Para él, cuestionar sus decisiones no era algo negativo, lo llamaba un "cambio de pista". Fue Dios el que le llamó al monasterio trapense y, después, a Palestina o al Sahara. Su relación con Dios le ayudaba a avanzar y cambiar.

 

Carlos de Foucauld vivió feliz entre los musulmanes. ¿Cómo se inscribe la figura de Jesús en este recorrido?

Por el carisma de fraternidad. Carlos de Foucauld meditó mucho el capítulo 25 del evangelio de Mateo sobre el juicio final. Para él, encontrarse con el otro es encontrarse con Jesús. No contraponía el tiempo que pasaba orando ante el Santísimo Sacramento con el tiempo durante el cual acogía a los que llamaban a su puerta. Esta disponibilidad y su mirada sobre Jesús y los hombres le daban una unidad de vida extraordinaria.

 

¿Por qué pasaba tanto tiempo en adoración delante del Santísimo Sacramento?

Fue Marie de Bondy quien le ayudó a entrar en esta espiritualidad. Pero cuando estuvo en la Trapa descubrió otra espiritualidad, marcada por los oficios comunitarios. En Béni-Abbès se levantaba muy pronto para poder estar durante mucho tiempo ante el Santísimo Sacramento antes de que la gente llamara a su puerta. Asimismo, a partir de 1904, cuando vivió entre los tuaregs, se levantaba pronto para celebrar la misa antes de recorrer los 30 ó 40 km que hacía a diario en camello. Siempre conservó ese tiempo de soledad con Jesús. Solo dejó de levantarse temprano cuando ya no tuvo fuerzas. Pero él ya vivía lo que san Pablo nos pide: rezar siempre, y esta última época no se opone a las anteriores.

 

Usted es Hermano del Evangelio. ¿Ha aprendido a vivir el Evangelio con Carlos de Foucauld?

Sí; y no he acabado de aprender. Carlos de Foucauld nos ha enseñado el contacto con la gente y es lo que yo vivo donde me encuentro. Como nos pide el papa Francisco, hay que entrar en contacto con las "periferias", no tener solo un conocimiento teórico de las mismas. Para Carlos de Foucauld era necesario ir hacia los más alejados. Es lo que hizo en Marruecos y con los tuaregs.

 

 

Xavier Gufflet,
Hermano del Evangelio.
Entrevista realizada por Sophie de Villeneuve.