Perspectiva de Género

 

Las últimas investigaciones en el Reino Unido concluyen que no hay base científica para el tratamiento con hormonas de la disforia de género

 

 

13 abril, 2021 | Infogender


 

 

 

 

 

 

(Bioedge/Michael Cook) Uno de los debates médicos más controvertidos en la actualidad es el relativo al tratamiento de los niños con disforia de género. En sus argumentaciones, los defensores de los trans afirman que los bloqueadores de la pubertad son importantes para su salud mental y que son reversibles.

Sin embargo, un estudio del Instituto Nacional de Excelencia Sanitaria y Asistencial (NICE) del Reino Unido ha descubierto que los datos científicos a favor de esta opinión son de baja calidad.

En relación con la imagen corporal y el impacto psicosocial, dice el NICE, los resultados “son de muy baja certeza“. “Los estudios que encontraron diferencias en los resultados podrían representar cambios que tienen un valor clínico cuestionable, o bien los propios estudios no son fiables y los cambios podrían deberse a factores de confusión, sesgos o al azar”.

Otro estudio se preguntaba cuál es la eficacia clínica de las hormonas de afirmación de género en comparación con una o una combinación de apoyo psicológico, transición social al género deseado o ninguna intervención.

La respuesta fue sorprendentemente negativa, teniendo en cuenta la presión de los partidarios de la transexualidad.

El objetivo de emplear hormonas de afirmación del género es inducir el desarrollo de las características sexuales físicas congruentes con la expresión de género del individuo, al tiempo que se pretende mejorar los resultados de salud mental y calidad de vida.

Sin embargo, el estudio del NICE concluyó que la certeza de su impacto en la disforia de género, en la depresión, en la ansiedad, en la calidad de vida, en la tasa de suicidio y en las autolesiones era “muy baja”.

¿Por qué? Todos los estudios revisados tenían defectos. Todos eran estudios observacionales no controlados, sujetos a sesgos y factores de confusión; tenían un seguimiento relativamente corto; la mayoría de ellos no informaban de las comorbilidades (salud física o mental); la mayoría de los estudios estaban mal informados y utilizaban una variedad confusa de herramientas y métodos de puntuación.

El informe concluye que “cualquier beneficio potencial de las hormonas de afirmación del género debe sopesarse con el perfil de seguridad a largo plazo, en gran medida desconocido, de estos tratamientos en niños y adolescentes con disforia de género.”