Cáritas | Cooperación internacional • 20/04/2021

 

Semillas de oportunidad en un campo de refugiados

 

Un testimonio inspirador de una refugiada birmana en Tailandia que nos invita a confiar en las capacidades de cada persona

 

 

Por Francesca Petriliggieri, equipo de Asia Cáritas Española


 

El COVID-19 está afectando al mundo entero y está cambiando nuestros trabajos, nuestras relaciones y, en definitiva, nuestra forma de vivir.

En los campos de refugiados en Tailandia, donde Cáritas Española apoya un proyecto con fondos de la Unión Europea, se registraron también casos de COVID-19, lo que llevó durante este último año a períodos de implantación de medidas restrictivas, una de las cuales es la reducción del acceso a los campos del personal humanitario.

Esta reducción, necesaria para evitar la difusión del virus, en general afecta negativamente a los servicios y actividades que las organizaciones prestan y realizan dentro de los campos, y que son necesarias para la población que allí reside y que no tiene permiso para salir. Las condiciones de vida de los colectivos más su vulnerables, su protección y el contexto en general puede verse deteriorado por una menor presencia de personal externo.

Sin embargo, hoy no nos queremos quedar solamente con lo que este virus nos quita, con las dificultades y retos que nos plantea cada día y con los obstáculos que sin duda nos pone delante. Hoy queremos descubrir esas pequeñas semillas de oportunidad que esta situación compleja también nos ofrece y que, en algunos casos, somos capaces de reconocer y aprovechar de una forma positiva.

Justamente esto nos cuenta en este testimonio Yan Min Aung, mujer refugiada birmana que forma parte del equipo de medios de vida de nuestro proyecto en el campo de Umpiem. Ella, basándose en sus propias capacidades y en todo lo aprendido gracias al proyecto, ha sabido encontrar la oportunidad en una situación adversa y ha salido reforzada en su rol y en su autonomía en este tiempo.

Este es un testimonio inspirador que nos invita a mantener la esperanza, a confiar en las capacidades de cada persona y a rescatar los aprendizajes que la pandemia también nos ofrece.