COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

 

LA DOCILIDAD COMO ABECEDARIO DE VIDA

 

 

“Uno de los signos del buen guía es el espíritu cristológico del buen pastor, siempre manso en conocernos y en reconocernos, mostrándose tan cercano como tierno, preocupado y ocupado por cada historia humana, con sus fortalezas y debilidades. Como criaturas redimidas por Cristo, está siempre dispuesto en cuidar de nosotros, con la abundancia de su misericordia”

 

 

 

Víctor Corcoba Herrero, Escritor | 20.04.2024


 

 

 

I.- LA EVIDENCIA CAUSA APTITUDES

Jesús vivió en constante servicio,
en continua transmisión donante,
en concreta alianza con el Padre,
y esto producía en los discípulos,
el deseo de vivir la misma rutina.

Al ser renuevos del amor divino,
hemos de regresar al nido celeste,
siguiendo las huellas del Maestro,
que ha dado su vida por nosotros,
como nosotros por los hermanos.

Nuestro sostén está en la palabra,
en el verbo que late en comunión;
testimonio de la primacía de Dios,
en la existencia de cada individuo,
y en la memoria de la humanidad.

 

 

II.- EL TESTIMONIO CAUSA BÚSQUEDA

Somos exploradores en la tierra,
estamos aquí para clarificarnos,
reencontrarnos y ascender puros,
con nuestro Valedor de la mano,
para abrazar el horizonte celeste.

El Señor nos llama a recogernos,
a reflexionar a los pies de la Cruz,
a envolvernos de su paz recóndita,
para desenvolvernos de las penas,
y poder calmar las llagas de vigor.

Hay que indagarse para sugerirse,
atender al Pastor que nos requiere,
entender su aviso e interrogarnos,
que su prueba reluce la voluntad,
y su voz nos exonera con el gozo.

 

 

III.- LA REVELACIÓN CAUSA ASOMBRO

El soplo siempre viene del cielo,
que nos sorprende con su venida,
cuando le invocamos con fervor,
pues el hálito celeste va conmigo,
para no temer al temor del vicio.

No hay situaciones tan espinosas,
que no logremos quitar sus púas;
únicamente hemos de descubrir,
que somos conocidos y amados,
por la inmortal Divina Majestad.

Que nuestra Madre como Pastora,
nos acompañe a divisar a su Hijo,
a seguirlo en la ruta del servicio,
a alcanzarlo en la senda del bien,
y a secundarlo con el buen hacer.

 

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
20 de abril de 2024